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Sois mi vida por CWC

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Notas del capitulo:

Holaaaa ^^

Vamos por el capítulo 20, no me lo puedo creer :D muchas gracias por apoyar el fic. 

Bueno, como ya les dije este capítulo es un especial de ..... TaoRis!!!!! 

Espero que les guste el capítulo <3

Muchas gracias por los reviews ^^

-Kris. Kris. Cariño- le moví ligeramente en un intento de despertarle- hay que levantarse- le avisé una vez que vi como sus ojos se abrían ligeramente.
 
-¿Ya son las seis?- asentí sin poder resistirme a su mañanero aegyo- dejame cinco minutos más, por favor- pidió escondiendo su rostro debajo de las sábanas.
 
-Kris todas las mañanas dices lo mismo y al final siempre tenemos que hacer todo corriendo- reí mentalmente recordando las innumerables veces en las que nos habíamos duchado a la velocidad de la luz y desayunado en escasos segundos solo porque él quería cinco minutos más, lo que siempre implicaba que ambos  nos quedábamos dormidos- a levantarse- medio ordené encendiendo la luz del cuarto.
 
Salí de la cama entrando en el cuarto de baño. Miré mi cansado rostro en el espejo dándome cuenta de que mis ya notables ojeras habían aumentado en los últimos días, por culpa de la acumulación de exámenes que nos habían puesto en la universidad. Afortunadamente todas las tardes y noches de estudio constante terminarían ese día hasta dentro de unos meses.
 
-Buenos días Tao- Kris me besó bostezando apoyándose ligeramente en mi hombro.
 
-Buenos días cariño- le abracé tiernamente rodeándole con mis brazos- ¿Qué tal has dormido?.
 
-Bien, de maravilla ¿Y tú?
 
-Genial- posé mis labios en su mejilla antes de separarme- vamos a desayunar.
 
-Voy -me siguió, bajando por las escaleras con dirección a la cocina -¿Café con leche? - me cuestionó al llegar. Asentí viéndole sacar la botella de leche del frigorífico mientras que yo sacaba las tazas junto con el café.
 
Desayunamos casi en silencio sustituyendo las palabras por dulces miradas de cariño. Tardamos un poco más de veinte minutos en bebernos todo completamente.
 
-¿Quieres llevarte algo para comer en tu hora libre?.
 
-No, si eso iré a la cafetería- contesté ordenando los apuntes que la noche anterior esparcí por toda la mesa del salón. Metí cada uno de los folios en la carpeta que Kris me regaló al empezar ese nuevo año en la universidad, dándoles un rápido vistazo.
 
-¿Quieres que salgamos a comer fuera para celebrar tu libertad de los exámenes?- propuso en tanto que subíamos, de nuevo, al baño de la planta de arriba.
 
-Sí -dije alegremente quitándome el pijama de pandas y los bóxer, percatándome de que Kris hacía exactamente lo mismo.
 
Nos metimos casi a la vez en la gigantesca bañera que habíamos encargado a medida solo para nosotros. Dejamos que se fuera llenado de agua mientras que nos limpiábamos, el uno al otro, con ayuda del gel y la suave esponja.
 
-Tao no sé cómo consigo resistirme cada mañana- me abrazó seductoramente.
 
-Yo tampoco lo sé, tengo el mismo problema- saboreé sus deliciosos labios mordiéndole, con delicadeza, al notar como nos separábamos.
 
Corté el grifo impidiendo que saliese más agua. Me tumbé en el lado derecho de la bañera apoyando ligeramente mi espalda. Kris se fue acercando con lentitud hasta tirarse suavemente encima de mi y notar como nuestros cuerpos se tocaban sumergidos completamente en el agua caliente.
 
-Cariño … si llego tarde suspenderé el examen -conseguí decir entre risas sintiendo como repartía besos por todo mi cuello.
 
-Ya paro- me mordió por la zona de la clavícula dejando una leve marca que no tardé en imitar, con exactitud, en su cuerpo.
 
-Kris … - le separé delicadamente- ya he terminado- salí de la bañera tapándome con una de las toallas azules.
 
-¿Ya? - asentí unos segundos antes de salir dirigiéndome al armario.
 
Aproveché que se había quedado un rato más allí dentro para preparar la ropa que me pondría ese día. Después de mucho pensar me decidí por un jersey de cuello alto, de lana y de color blanco, combinado a la perfección con unos pantalones claros rajados. 
 
Me vestí tranquilamente sentado en la cama. Miré la hora en mi reloj como acto reflejo, me exalté al instante, íbamos bastante retrasados.
 
-Wu Yi Fan tienes diez minutos para arreglarte- grité con un tono amenazante asegurándome de que me escuchaba- te dejo el traje encima de la cama. No tardes mucho- salí del cuarto bajando a la planta baja.
 
Cogí la carpeta, junto con el collar que me regaló al cumplir los seis meses de relación, y que se había convertido en mi amuleto de la suerte. Bajé una planta más hasta abrir la puerta del garaje, metí la carpeta en el interior del coche y esperé a que Kris llegara con todo listo.
 
Obedeció a la perfección los diez minutos, encontrándose frente a mi con su traje perfectamente puesto. Me senté en el lado del copiloto en tanto que arrancaba el motor del todoterreno.
 
Durante la aproximada media hora que duraba el trayecto me quedé en silencio dándole un último repaso a los apuntes. De vez en cuando, con la intención de no tener constantemente ese incómodo silencio, repetía en voz alta alguna de los párrafos que se habían quedado a la perfección grabados en mi mente.
 
-Ya estamos llegando- me avisó recordándome que recogiera el lío de papeles que había formado- mucha suerte cariño- me deseó al dejar el coche en la misma entrada. Le besé rápidamente en los labios- después vengo a por ti- asentí- te quiero Tao- me ruboricé ya fuera del coche.
 
-Yo también, mi vida- me despedí con la mano corriendo con dirección al aula quince de la segunda planta.
 
Pasé seis cansadas horas allí dentro, en las que sólo pude descansar en mi hora libre. Aproveché esos sesenta minutos para tomarme un café, acompañado de un delicioso trozo de bizcocho, en la cafetería. También llamé a Kris preguntándole por el trabajo, me dijo que todo estaba bien, por lo que me tuvo todo el rato interesándose por mi examen.
 
Salí del edificio casi dando saltos de alegría, ''Por fin he terminado los exámenes'' me repetía mentalmente con un tono extremadamente feliz. Me senté en uno de los bancos de madera que rodeaban la entrada, a la espera de que viniera a recogerme.
 
Eran las dos y media y todavía no había llegado. Empecé a preocuparme, mi subconsciente me pasó una mala jugada imaginándose miles de cosas malas que le podían haber pasado. Pensé en llamarle, preguntarle que dónde estaba, pero como sabía que venía en coche no quería arriesgarme a que cogiera la llamada y al final tuviera un accidente. 
 
Suspiré en un intento de tranquilizarme autorecordándome que Kris no solía llegar tarde, no solía tardar en llamarme o enviarme algún mensaje si veía que estaba en un atasco. Miré mi móvil una y otra vez a la espera de que algo apareciese, sin embargo, nada nuevo llegaba. Me levanté tremendamente agitado del banco, me fijé atentamente en la carretera por si veía el coche.
 
-¡Tao! ¡Tao! - me giré hacia la derecha al escuchar mi nombre.
 
-¡Kris!- al verle una inmensa tranquilidad me rodeó. Corrí los metros que nos separaban a una velocidad increíble, abrazándole desesperadamente con todas mis fuerzas- me habías asustado- sus brazos rodearon mi cintura.
 
-Lo siento, es que he llegado muy temprano y me he acercado a tomarme un refresco. Lo siento, se me ha pasado la hora- se disculpó sinceramente.
 
-No me hagas estas cosas- levanté mi rostro que se había quedado plácidamente apoyado en su cuello.
 
-Lo siento- acarició con sus manos juntando nuestros labios desesperadamente- anda vámonos que hace mucho frío -asentí separándome lentamente de él.
 
Nos cogimos de la mano caminando con dirección al aparcamiento de la universidad. Nos metimos en el interior del todoterreno tras dejar mi carpeta favorita en el maletero.
 
-¿A dónde te apetece ir?- me preguntó poniendo aun más fuerte la calefacción. 
 
-No sé … ¿Quieres comida china?- asintió sin despegar la vista de la carretera- ¿Vamos al que nos gusta o cambiamos de sitio?.
 
-Como tu quieras, tu eliges.
 
-Al de siempre-solté animado subiéndole la voz a la música.
 
El día de antes nos dejamos puesto el disco de nuestro cantante chino favorito. Aunque eran canciones bastante comerciales, con pequeños momentos de rap, a los dos nos encantaba. Comenzamos a tararear la letra con profesionalidad, sin embargo, no pasó más de un minuto para que ambos gritáramos entusiasmados el estribillo.
 
-Ya hemos llegado- informó aparcando en la calle de atrás del restaurante. 
 
Entramos en el interior del comedor siendo recibidos por la simpática dueña que nos acompañó a la mesa. ''¿Qué tal estáis?'' ''¿Todo bien?'' se interesó con una amplia sonrisa acercándonos unas cartas en donde enseñaban las comidas que servían.
 
-Todo bien ¿Y usted? -pregunté educadamente.
 
-Como siempre- sonrió amablemente- ¿Os traigo la bebida?- asentimos viendo como se alejaba.
 
En ese sitio solían tener la costumbre de poner para beber Maotai, que era un licor muy típico de la zona sureste de China. Sin duda ese detalle caracterizaba ese restaurante de los otros.
 
Pedimos dos tazones de arroz; un poco de Huoguo, que era un caldo hervido con verduras y carne; junto con una ración bastante grande de Baozi, que instantáneamente nos recordó a Xiu Min.
 
-Kris – llamé su atención recordando en mi mente, una y otra vez, el plan que llevaba días pensando- ¿Qué le vamos a regalar a Baekhyun y a Chanyeol cuando nazca nuestra sobrina? - uno de los trabajadores del restaurante se alejó llevándose los platos que habíamos dejado completamente vacíos. 
 
-¿No es muy pronto todavía?-  desvió su atención del postre que habían traído, fijándose en mi.
 
-Sí, pero ya sabes que al final siempre nos dejamos las cosas para el último momento- recordé las miles de veces en las que nos tuvimos que pasar toda la tarde buscando algunos de los regalos de cumpleaños de los chicos.
 
-Tienes razón- me miró completamente de acuerdo conmigo. En mi interior sonreí pícaramente, le tenía justo donde quería -¿Tú qué crees que le podemos comprar?.
 
-Uhm … lo he estado pensando mucho, no sé si te va a gustar la idea- suspiré mentalmente relajándome- ¿Por qué no le damos un primo? -aunque obviamente ese no era el regalo que le íbamos a dar, sin duda era la mejor manera de proponerle aquello.
 
-Tao .... -agachó ligeramente la cabeza, mi enorme sonrisa se fue borrando lentamente hasta desaparecer, por completo, de mi rostro.
 
-Sé que somos jóvenes, que todavía me quedan unos años para terminar la universidad, pero es que de verdad quiero. Si empezamos en este mes lo tendríamos un poco antes de empezar las clases- le cogí tiernamente de la mano que había dejado relajada en la mesa- me hace mucha ilusión -hice aegyo entristeciéndome levemente.
 
-Me lo pensaré, aunque no aseguro nada- sonreí alegremente.
 
-Gracias- me incorporé besándole volviendo rápidamente a mi asiento.
 
No tardamos mucho en salir del restaurante, nos dirigimos al coche, en donde nos acomodamos con dirección a casa.  El trayecto duró poco más de veinticinco minutos, en el que nos quedamos completamente en silencio metidos en nuestros pensamientos. Aparcamos el automóvil en el interior del garaje de nuestra vivienda y nos aseguramos de cerrar el portón de la cochera. Subimos las escaleras calmadamente, uno detrás del otro. Al llegar abrimos la puerta encontrándonos en el pasillo, dejamos las cosas encima de uno de los muebles de la entrada, repitiendo la subida de las escaleras hasta llegar al dormitorio. Como acto reflejo, nos sentamos en el borde de la cama para cambiarnos la ropa por una más cómoda. 
 
-No sabes lo que me pones con el traje, estás para comerte- confesé mordiéndome el labio inferior.
 
-¿Si? -se acercó lentamente- tú si que me pones- se puso encima de mi tirándome suavemente contra el colchón.
 
Sentí el gustoso tacto de las sábanas en mi desnuda espalda, ya me había quitado toda la ropa a excepción de los bóxer. Mis manos se aferraron a la cama al notar el apasionado beso que me estaba dando.
 
-Mientras conducía- paró unos instantes dejando leves caricias, producidas por sus labios, en mi cuello- estuve pensando- su lengua jugó con mis pezones haciéndome sentir de maravilla- vamos a darle a nuestra encantadora sobrina un adorable primo o una adorable prima- le separé de mi confusamente asombrado.
 
-¿En serio?- asintió devorando mis labios. Me sorprendí tanto con lo que me acababa de decir que hasta necesité unos segundos para asimilar esa fantástica noticia- gracias Kris- le agradecí ilusionado pasando mis brazos por su cintura.
 
-De nada cariño. Solo hay una cosa que me puede hacer más feliz que tener un hijo contigo- nuestros ojos se fijaron detenidamente en los del otro.
 
-¿Y qué cosa es?- pregunté con curiosidad. Obviamente me imaginé que diría cualquier cosa romántica que me pondría tremendamente feliz, sin embargo, al escuchar detenidamente como, con su dulce voz, soltaba un apasionado ''Casarme contigo'' mi cuerpo se hundió en la inmensa alegría del momento.
 
-Me gustaría que te casaras conmigo- repitió al ver que no decía nada.
 
-Kris ... sabes que aquí no podemos- me calló con un fuerte e impredecible beso.
 
-Lo sé, mi amor. Lo sé- suspiró apenado- algún día se podrá y seré el primero en conseguir que estemos juntos para siempre.
 
-Te amo- le besé perdidamente pegando su cuerpo aun más al mío. 
 
Bajé mis manos a la zona de su cintura quitándole, con cierta lentitud, los pantalones del traje. Nada más terminar con eso me deshice de la chaqueta, que tiré al suelo con relativamente poco cuidado. Nuestras lenguas jugueteaban entre ellas saboreando el delicioso sabor del otro. Nos separamos momentáneamente por la falta de aire, ocasionada por esos intensos besos. El cuerpo de Kris fue descendiendo sin despegarse de mi. Sus gustosos labios y su salvaje lengua acariciaron mi cuello produciéndome un apetitoso sentimiento en mi interior. Aunque, mientras que él se entretenía en esas gustosas caricias, yo intenté que su camisa blanca le hiciera compañía a toda su anterior vestimenta, consiguiendo apenas desabrochar un par de botones.
 
Kris recorrió cada centímetro de mi cuerpo acariciándolo con sus dedos, sus labios e incluso con su propio cuerpo. Se sentó apoyado ligeramente en mis muslos. Aproveché que estaba entretenido en liberar mi miembro de la ropa interior para quitarle completamente la camisa, que esta vez si que fue violentamente tirada al suelo. Sus musculosos brazos me volvían loco, su cuerpo, él, era tan irresistiblemente sexy.
 
Al quedarnos los dos completamente desnudos la excitación aumentó aún más. El miembro de Kris fue rápidamente atendido por mi mano, que simuló aquellos movimientos que siempre hacía en mi interior. Al cambiarme de posición, y notar como mi miembro también estaba siendo atendido, sustituí mi mano por mi boca. Kris inmediatamente soltó un fuerte gemido, que velozmente fue sustituido por potentes gritos de placer en los que claramente se podía escuchar mi nombre. 
 
No tardé mucho en conseguir que Kris se corriera en mi mano. Siempre se nos olvidaba comprar lubricante, por lo que al final siempre acabábamos ayudándonos con eso. 
 
Recibí dos besos antes de ponerme a cuatro patas con la intención de que me preparara. El primero de los besos fue largo y delicioso, saboreando cada rincón de su boca, mientras que el segundo fue rápido pero cargado de confianza.
 
Me coloqué en la postura de siempre juntando mi mano con la de Kris, tendiéndole todo ese líquido espeso blanquecino que había liberado con excitación. Sentí un suave masaje en mis muslos y parte de mi trasero, donde también posó sus labios. Poco a poco fue adentrando su dedo en mi interior, al ser el primero no solía producir dolor pero si una tremenda sensación de necesitar más. El segundo me hizo arquear ligeramente la espalda, y que me agarrara con algo de fuerza a las sábanas. Kris se ocupó de mi miembro con su mano libre buscando, de alguna manera, eliminar la momentánea molestia.
 
-¡Kris! ¡Kris!- gemí su nombre completamente rendido por sus dedos.
 
-¿Estás listo?- soltó con un toque de chulería adentrándose aún más en mi, dándome en el sitio exacto en el que me hacía perderme en la lujuria.
 
-Sí … si- noté como lentamente iban saliendo.
 
Kris pegó su cuerpo al mío acercando su miembro a mi entrada, noté como acariciaba con él la zona, produciéndome una impaciencia más grande de la que ya tenía. Posó sus labios en mi espalda, a unos centímetros de mi hombro, antes de meter, con sumo cuidado, su miembro en mi interior. Estampé mi rostro contra la almohada por culpa del dolor, mis manos se aferraron brutalmente a las sábanas, y mi espalda se dobló tanto que por un momento llegué a pensar que se había roto cualquier hueso.
 
-Lo siento, cariño- sus manos viajaron por mi espalda reconfortándome.
 
-Sólo tenemos que esperar un poco, pronto pasara- dije con un tono relativamente relajado con la intención de animarle y dejar de hacerle sentir culpable.
 
Con el paso de los segundos fui acostumbrándome, mi cintura comenzó a moverse consiguiendo que no solo mi cuerpo le siguiera, si no que también Kris se moviera produciéndome una sensación mucho más placentera.
 
Grité, chillé, gemí y me agarré fuertemente a su espalda. Aunque intenté con todas mis ganas no arañarle con mis uñas, al final no pude evitar dejarle alguna notoria marca.
 
-¡Tao! ¡Tao!- volvió a mis labios controlándonos el uno al otro de hacer tanto ruido.
 
No tardamos mucho en corrernos, Kris en mi interior y yo en su mano y parte de mi abdomen. Una vez que terminamos se tumbó al otro lado de la cama, a mi derecha, con unos centímetros de separación entre los dos. Nuestras respiraciones estaban tremendamente aceleradas, y nuestros cuerpos se encontraban cubiertos por un asqueroso sudor.
 
-Tao- le miré fijamente notando como su pecho subía y bajaba- espero que nuestro pequeño bebé se parezca a ti.
 
-Pero si todavía no sabemos si aquí- me señalé la barriga- está nuestro bebé.
 
-Lo intentaremos una y otra vez hasta conseguirlo- se giró clavando su mirada en mi, rodeando mi cintura con su brazo.
 
-Tendrá tus ojos, tu nariz, tus labios, el color de tu pelo, el de tu piel- negué completamente en desacuerdo con él.
 
-Yo quiero que sea como tú- acaricié su cara con mi mano, pasando mis dedos por su rostro.
 
-Ya veremos cuando nazca- le apoyé en mi pecho quitándole el pelo que le tapaba los ojos.
 
-Te quiero- confesé sintiendo como la felicidad se apoderaba de mi.
 
-Yo te quiero más.
 
-Sabes que eso no es verdad. Yo te quiero más.
 
-No- negó como un niño pequeño aferrándose a mi.
 
Discutimos un rato más sobre quien quería más a quien. Al final nos tranquilizamos quedando en un acuerdo que los dos nos queríamos muchísimo. Nos tumbamos en la cama apaciblemente relajados, abrazados sintiendo el calor del otro. Aunque no era muy tarde el cansancio pudo con nosotros, habíamos repetido el momento romántico en el cuarto de baño, por lo que estábamos agotados. No tardamos más de cinco minutos en quedarnos dormidos cómodamente tumbados en la cama.
 
Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué les ha parecido?

Estaba deseando poder subir este capítulo ^^ Tenía unas ganas tremendas de tener un rato libre para actualizar :) la semana pasada subí un oneshot Baekyeol para compensarles por la tardanza, les dejo el link por si se quieren pasar a leerlo

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=133274

Por cierto, ¿Se acuerdan de que les dije que había una pareja que no se me ocurría nada para el especial? pues esta es la pareja, gracias a vosotr@s se me han ido ocurriendo las ideas. Muchas gracias <3 

Tao quiere un niño y Kris se lo va a dar ^^ jejejej <3

Espero que les haya gustado :D

Un súper abrazooooooo <3

Os quieroooo ^^


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