Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sois mi vida por CWC

[Reviews - 206]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaa ^^

Antes de nada quiero disculparme con todos los lector@s por tardar tanto. He estado muy ocupada y no tenía tiempo ni para ponerme a escribir ni para ponerme a pasar la historia al ordenador. 

Muchas gracias por los reviews, me poneis muy muy contenta :3

Espero que les guste el capítulo <3

Las semanas habían ido pasando a una velocidad extrema. Los chicos solían organizar pequeñas fiestas, o locas celebraciones, casi todas las tardes. Tao hacía bastantes días que había terminado sus exámenes, por lo que no era raro verle extremadamente eufórico y con ganas de apuntarse a cada una de las cosas que los chicos decían de hacer. No obstante, Xiu Min y Chen controlaron las salidas por culpa de la tan cercana fecha que Minseok llevaba años esperando, y en la que por fin podría cumplir su deseado sueño de ser profesor.
 
-Chanyeol estoy cansando- le insistí una vez más al terminarme el desayuno.
 
-Baek todos los días dices lo mismo- comentó con una sonrisa abrazándome tiernamente por la espalda.
 
-Lo sé pero es que hoy me encuentro muy agotado, con ganas de quedarme todo el día tumbado en la cama- confesé besándole apasionadamente buscando convencerle de alguna manera.
 
-Si estás muy cansado puedes quedarte en casa. Llamaré a la oficina para explicarles la situación, que adornaré con alguna que otra exageración- comentó acariciando mi barriga con sus frías manos.
 
-Da igual,  seguro que si me pongo a hacer cosas se me pasa- sonreí recordando que en unos meses estaría mucho más cansado y necesitaría mucho más ese descanso.
 
-¿Seguro? -asentí dándole un largo y apetitoso beso.
 
Conforme me iba acercando al dormitorio fui recordando el extraño antojo que me entró la noche anterior, un gustoso baño con espuma. La imagen en la que le contaba a Chanyeol la rara idea que se me había cruzado por la cabeza se apoderó de mi. Al principio Chanyeol se quedó boquiabierto, sin poderse creer muy bien que no le estuviera pidiendo nada con azúcar o que tuviera que ver con comida. Después de asimilarlo un par de segundos se adentró en el cuarto de baño dejándome  sorprendidamente sentado en la cama. Iba a levantarme para ver que estaba haciendo, pero al escucharle gritando pidiéndome que me esperara, decidí cambiar mis planes.
 
Salió del baño un par de minutos después acercándose a mi, tendiéndome su largo brazo con el que me ofrecía ayuda para levantarme. Nos dirigimos, completamente en sumidos por el silencio, al mismo sitio por donde acababa de salir. Al ver el interior del cuarto no pude evitar asombrarme con lo que había preparado: había llenado la bañera prácticamente hasta el filo, en la que había echado una especie de sales que le daba un delicioso olor a rosas a toda la habitación; encendió unas velas que llevaban años guardadas en uno de los pequeños muebles de al lado del lavabo; preparó una toalla lista para ser usada y, para completar la preciosa escena dejó que una suave melodía de piano saliera de su móvil. 
 
Tan solo con rememorar aquel precioso momento una enorme sonrisa se apoderó de mi rostro haciendo que mi cuerpo abrazara aún más al de Chanyeol, que apenas estaba a un paso de mi.
 
-Channie- solté agradablemente acurrucándome un poco más a él.
 
-Mi Baekhyunnie- sus brazos recorrieron mi cintura dejando un tierno beso en mi frente- y nuestra pequeña Haeyoung.
 
-Te quiero- acaricié sus delicadas mejillas con mis dedos.
 
-Yo también te quiero- nos besamos dulcemente dejando que el tiempo pasara mientras que saboreábamos la deliciosa boca del otro.
 
-Channie anoche nos bañamos. Estamos limpios, no hace falta que nos duchemos otra vez.
 
-Es verdad, no me había acordado- suavizó el agarre de sus brazos en mi cintura.
 
-Vamos a tumbarnos un ratito- susurré cerca de su oído mordiéndole apasionadamente la oreja.
 
-Vale, solo diez minutos que si no vamos a llegar tarde- asentí completamente de acuerdo con el horario. 
 
Nos tumbamos en el colchón sin preocuparnos mucho por como caíamos, centrándonos simplemente en aprovechar esos diez minutos al máximo.
 
-Me encantan tus orejas- dije tocándolas delicadamente, sin poder contenerme en clavar a cada minuto mis dientes en ellas.
 
-Antes siempre decías que eran muy grandes y muy feas- sus manos se posaron en mi pecho produciéndome leves roces en mis pezones.
 
-Eso era antes. Ahora que las veo de cerca son pervertidamente irresistibles- le mordí de nuevo pasando sutilmente mi lengua.
 
-Baekhyunnie- se mordió el labio inferior ante el repentino contacto.
 
Me incorporé colocándome encima de él, sintiendo como su salvaje miembro iba creciendo haciéndose notar desde el interior de su bóxer. Entrelacé sus frías manos con las mías repartiendo gustosos besos por cada centímetro de su cuello.
 
-Baek- le callé estampando mis labios contra los suyos.
 
Quitó sus manos de mi agarre posándolas delicadamente en mi cintura, bajando poco a poco hasta tocar mi trasero. Aumentando, de una sobremanera, mis ganas de montárnoslo en ese mismo instante. 
 
-Solo eran diez minutos- informó con leves paradas al notar mi aproximación a su zona íntima.
 
Metí mi mano derecha por debajo de su ropa interior. Inmediatamente noté su miembro, que pedía a gritos ser liberado de allí. Toqué su miembro simulando lentas embestidas. Chanyeol  apoyó completamente su cabeza en la almohada, soltando leves gemidos que me hacían aumentar cada vez más el ritmo.
 
-Baek voy a- al escuchar eso algo en el interior de mi mente se encendió, provocando que los movimientos aumentaran y se aceleraran. 
 
Al final, pasados poco más de unos treinta segundos, Chanyeol se acabó corriendo en mi mano y en parte de las sábanas, que manchó sin ningún control sobre su cuerpo. Antes de que se levantara, o diera esos diez minutos por terminados, me agarré fuertemente al colchón, reanimando su miembro al pasar mi lengua por la zona.
 
-¿Se puede saber quién te ha enseñado a hacer esas cosas?- preguntó al tranquilizarse echando su flequillo para atrás.
 
-No sé... - puse una cara pensativa mientras me bajaba de la cama.
 
Di un par de pasos hasta situarme enfrente de el mueble de madera donde guardábamos las sábanas, las toallas de playa, alguna que otra camiseta de verano y ropa que, con el tiempo, nos había dejado de gustar. Abrí el segundo cajón y saqué unas sábanas nuevas para cambiar las que Chanyeol acababa de manchar.
 
-Venga cariño ayudame- salió de la cama quitando toda la gustosa tela azul que cubría el colchón.
 
-Baekhyun- dijo con tono preocupado al fijarse en su reloj una vez que terminamos de hacer la cama- tenemos cinco minutos- mis ojos se abrieron como platos, el tiempo había pasado demasiado rápido.
 
Cogí las sábanas sucias del suelo, dirigiéndome a la lavadora con la intención de meterlas dentro. Corrí por todo el piso en busca de la ropa que ponerme, del delineador, de los zapatos, y de unas gotas de agua del grifo para lavarme la cara y los dientes. Aquel día batimos el récord de arreglarnos en escasos minutos.
 
-Cariño abrigate bien que hoy hace mucho frío- me tapó el pequeño hueco que se había quedado al descubierto al mover ligeramente la bufanda.
 
No hacía mucho más de quince minutos que habíamos salido de casa y ya llevábamos la mitad del camino. Había refrescado tanto en comparación con los días anteriores que, por mucho que nos cogiéramos e intentáramos ir más rápido, no conseguíamos entrar en calor.
 
-Parece que va a nevar- comenté al mirar el cielo y recordar que en ese año, la ciudad todavía no se había teñido de blanco.
 
-No estaría mal, aunque mejor que nos pille cuando estemos en casa- asentí totalmente de acuerdo con él. Si ya hacía un frío insoportable no me quería ni imaginar el que haría si estuviese nevando.
 
Continuamos en silencio hasta que llegamos a la entrada de mi oficina. Nos despedimos con una apasionado beso, un tierno abrazo y un feliz ''Que tengas un buen día''. Entré en el edificio cerrando al instante la puerta, con la intención de que el aire caliente no se fuera. Saludé al conserje con una sonrisa y aproveché el corto trayecto del ascensor para ir quitándome el abrigo.
 
-Buenos días chicos- solté con un tono tan feliz que hasta yo me sorprendí.
 
-Si que vienes contento hoy- contestó Luhan apartando la vista de su ordenador.
 
-Buenos días Baek- respondió Kyungsoo imitando el gesto de Luhan.
 
-¿Qué tal estáis?- me senté tras dejar el abrigo detrás de la silla.
 
-De maravilla, a Sehun le han quitado la escayola y, aunque todavía tiene que estar con las muletas, ya más o menos puede apoyar el pie- estaba tan orgulloso de su novio que solo le hubiera faltado que estuviera allí para abrazarle con ternura.
 
-Me alegro mucho, ya te dije que Sehun puede con todo ¿Verdad que si Haeyoung? -me acaricié la barriga notando como, sin darme cuenta, había crecido.
 
-Nuestra pequeña sobrinita- hizo aegyo quedándose instantáneamente parado al ver a Kyungsoo- ¿Se puede saber que te pasa?- soltó Luhan algo fuerte llamando su atención.
 
-Estoy un poco preocupado, me he dejado a Jongin en casa con fiebre. Tengo unas ganas de estar con él cuidándole -suspiró apenado.
 
-No te preocupes, seguro que se lo ha pegado Chen- intenté quitarle importancia- seguro que se recupera pronto, Kai tiene una vitalidad increíble- escuché la eufórica risa de Luhan, al momento supe que le había buscado el lado pervertido a aquella frase.
 
Observé detenidamente a D.O, que estaba colorado a más no poder. Sin duda Luhan era todo un experto en hacerle sentir avergonzado.
 
-¡Ya!- le chillé directamente al causante de aquellas risas- no seas así.
 
-Kyungsoo siempre te preocupas por tonterías- dijo Luhan una vez que sustituyó sus carcajadas por una sonrisa- ya sabes que Kai tiene una vitalidad increíble- me imitó ganándose un suave golpe en el brazo.
 
-Gracias chicos- nos agradeció una vez que su rostro fue cogiendo su color natural- no servís para consolar pero la intención es lo que cuenta- sonrió recibiendo dos cariñosos gracias.
 
La jefa se dirigió a los ascensores pasando por nuestra zona, por lo que no tuvimos más remedio que dejar las risas a un lado y centrarnos en nuestro trabajo. Revisé los informes, que cada mañana eran puestos en nuestros escritorios, antes de pasarlos correctamente al ordenador.
 
Los tres nos centramos completamente en lo que teníamos que hacer, dedicando el cien por cien de nuestra atención en ello.
 
Habían pasado cuatro horas y Luhan ya había bajado a comprarnos el café, junto con la manzanilla de cada mañana, en la cafetería, No demoramos más de veinte minutos en vaciar completamente el recipiente de plástico cuando un extraño dolor me hizo llevarme las manos a la barriga.
 
-¡Ay!- tanto Luhan como D.O me miraron preocupados.
 
-¿Qué te pasa?- bajé momentáneamente mi cabeza fijando mi vista en mi barriga.
 
-¿Estás bien?- asentí lentamente. 
 
Estaba asombrado, no me lo podía creer.
 
-Me ha … me ha dado una patada- contesté mirándoles fijamente.
 
-Que susto, pensé que iba a nacer o algo así- se relajó D.O dedicándome una sonrisa.
 
-¿Qué dices?  ¿Cómo va a nacer si todavía le falta unos cuantos meses?- los dos se miraron,  tenían una relación de amor odio extremadamente rara- así me gusta Haeyoung, cuando seas un poquito más mayor el tito Luhan te enseñará a jugar al fútbol ¿Te gusta la idea?.
 
-Seguro que si- contesté en su lugar.
 
Sin ningún tipo de prisa me levanté de la silla recibiendo la extraña mirada de los dos.
 
-¿A dónde vas?
 
-Al baño, voy a llamar a Chanyeol para contárselo- ambos asintieron mientras que cogía el móvil del bolsillo derecho del abrigo.
 
Caminé dando grandes pasos, disminuyendo poco a poco la distancia que me separaba del cuarto de baño de esa planta. Entré ilusionado dándome cuenta de que estaba completamente vacío. Me senté, con relativa comodidad, en el resistente lavabo tras cerrar la puerta con pestillo. Desbloqueé el teléfono marcando, con agilidad, los nueve dígitos de su número. Tenía tantas ganas de contarle lo que había pasado que los escasos segundos que tardó en cogerlo se me hicieron eternos.
 
-¿Baek? ¿Eres tú?- cuestionó al otro lado del teléfono.
 
-Chanyeol … -no pude controlar las lágrimas de emoción que descendieron por mis mejillas. Sabía que le asustaría con aquella reacción pero no pude contenerme.
 
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Ha pasado algo?- estaba histérico, soltaba pregunta tras pregunta sin darme tiempo a que yo respondiera.
 
-Estamos bien- logré decir escuchando un suspiro de alivio al otro lado.
 
-¿Enserio?
 
-Sí- afirmé asintiendo- cariño- le llamé con un tono de voz tremendamente dulce- nuestra pequeña me acaba de dar su primera patada.
 
-¡¿Enserio?! - repitió esta vez con un tono ilusionado. 
 
-Sí- me acaricié la barriga adentrando mi mano derecha por debajo de la ropa.
 
-Eso es genial ¿No? Pero … ¿Tú estás bien? ¿Te ha dolido mucho?.
 
-Para nada. Estoy de maravilla.
 
-¿A qué hora sales? 
 
-Me queda poco, como dos horas. ¿Por qué lo preguntas?.
 
-Es que estoy deseando verte para besarte y darte las gracias una y otra vez por hacerme el hombre más feliz del mundo- confesó romanticamente haciéndome apretar con fuerza el móvil, tenía unas ganas de tenerle conmigo en aquel momento.
 
-Te equivocas, el hombre más feliz del mundo quiere también darle las gracias a su novio por ser tan torpe y a la vez tan inteligente como para conseguir tener una preciosa hija con él.
 
-Es verdad, tener una preciosa hija contigo es lo mejor que he hecho en toda mi vida después  de conocerte.
 
-Levantarte cada mañana a mi lado, con una gigantesca sonrisa, también lo haces de maravilla- bromeé escuchando su risa- te quiero mucho- declaré imaginándole a mi lado.
 
-Yo también os quiero mucho, sois mis dos amores. Viene uno de los jefes, tengo que colgar. Nos vemos luego. Os quiero- colgó a los segundos de escuchar una abreviada pero dulce despedida por mi parte.
 
Me metí el teléfono en el bolsillo nada más desbloquearlo, me miré con algo de prisa en el espejo, dándome las gracias mentalmente por comprar el delineador caro que no se quitaba con agua. Instintivamente me lavé las manos con el agua fría que salía del grifo. Había sido una conversación corta, sin embargo fue lo suficiente duradera como para convertirse en una de las más bonitas que había tenido.
 
-Si que has tardado- protestó Luhan con alegría.
 
-Solo lo necesario-respondí animadamente sacándole la lengua.
 
Las dos largas horas que faltaban se me hicieron pesadamente largas, parecía que nunca iba a acabar ese largo día de trabajo. Por suerte no fue así, Kyungsoo y yo guardamos los informes, apagamos nuestros respectivos ordenadores y, tras despedirnos de Luhan, al que todavía le quedaban dos horas más, salimos del edificio perfectamente abrigados a la espera de que Chanyeol llegara. 
 
-D.O no hace falta que esperes a que Chanyeol llegué.
 
-Sabes que lo voy a hacer, además hasta dentro de trece minutos no viene el autobús, así que no tengo ninguna prisa.
 
-Bueno … 
 
Estábamos de pie, moviendo ligeramente nuestros cuerpos, mientras frotábamos ambas manos en un intento de que no se congelaran por el frío. Recuerdo a la perfección como la brillante idea de regalar unos guantes en cada cumpleaños evitaría, o ayudaría, en esas circunstancias.
 
-Hola guapetones- dijo Lay a nuestras espaldas sin soltarse del tierno agarre de Suho.
 
-¡Que susto!- se sobresaltó Kyungsoo llevándose la mano al pecho.
 
-¿Estáis esperando a los chicos? -preguntó Suho con una tonta sonrisa en su rostro causada por los mordiscos que Lay le estaba dando en el cuello.
 
-Sólo a Chanyeol, Jongin está enfermo en casa.
 
-¿Y eso? Que se mejore.
 
-Os tengo que contar una cosa- se acercó los pocos centímetros que le separaban para empezar a rememorar la maravillosa sensación que me había dado Haeyoung unas horas atrás.
 
-Eso es fantástico. Así me gusta Haeyoung- miré a los tres sumamente feliz. 
 
De repente noté unos largos brazos rodeando mi cintura. Giré mi cabeza en un rápido movimiento, al instante de visualizar el precioso rostro de Chanyeol mis labios fueron sutilmente acariciados por los suyos. Se fue adentrando en mi boca con la misma velocidad con la que mis brazos rodearon su cuello.
 
-Os amo- dijo nada más separarse- mucho, a los dos- sus dedos tocaron con delicadeza mi rostro.
 
-Nosotros también Channie- repetimos el beso de una forma mucho más lenta y maravillosa.
 
-Echo de menos a Jongin- se quejó el pobre Kyungsoo que nos observaba a las dos parejas con una clara cara de envidia.
 
-Perdón- se disculparon Suho y Lay. 
 
-No pasa nada. En cuanto llegué a casa Kai se va a enterar- bromeó metiéndose las manos en los bolsillos.
 
-Nosotros nos vamos a ir a casa- informé ilusionado sin poder esconder el cansancio.
 
-Que paséis una buena tarde. Te queremos Haeyoung- se despidieron alegremente.
 
Íbamos caminando los dos a un paso claramente relajado. Llevábamos como cinco minutos y ni siquiera nos habíamos dicho ni una sola palabra, aunque nuestras amplias sonrisas informaban al otro de que tampoco hacía falta empezar ninguna conversación.
 
De repente, como si el tiempo se hubiese parado, Chanyeol se detuvo en mitad de la transitada calle. Se soltó del agarre de nuestras manos y se agachó, justo delante de mi, con la mirada clavada en mi barriga. Logré escuchar un suave Haeyoung, acompañado del roce de sus brazos en mi cintura.
 
-Cariño tus papis te queremos mucho, mucho muchísimo. Para nosotros eres lo mejor, nuestra preciosa princesa- levantó mi ropa hasta dejarla un par de centímetros más arriba de mi ombligo. Inmediatamente sentí el intenso frío en la zona, que no tardó en cesar en el momento en el que Chanyeol posó sus labios en la creciente barriga.
 
-Channie eso es precioso- le agarré de los brazos levantándole del suelo- estamos en mitad de la calle, vamos a casa- asintió retornando felizmente el camino.
 
Conforme nos íbamos acercando al portal la situación se fue normalizando: le pregunté por cómo le había ido en el trabajo, a lo que él respondió  que no había estado mal; también me interesé por si se había parado a media mañana para tomar un café o algo por el estilo.
 
-¡Por fin en casita!- solté ilusionado tirando los zapatos, que llevaba puestos, por alguna parte del suelo del dormitorio.
 
En tanto que Chanyeol preparaba la comida, un delicioso salteado de verduras que le salía de maravilla, yo fui quitándome la ropa a excepción del bóxer que había elegido la noche anterior. Me quedé un rato masajeándome los tobillos  que se me estaban empezando a hinchar. Sin duda, con cada día que pasaba, mis pies podían soportar menos el peso de mi cuerpo.
 
-Baek esto ya está listo- me avisó desde el otro lado de la casa.
 
-Voy- contesté lavándome las manos en el baño.
 
Salí del cuarto con dirección al salón, en donde Chanyeol había decorado la mesa con un par de velas y una botella de agua servida en unas elegantes copas.
 
-Que bonito cariño- le besé con delicadeza saboreando el interior de su boca.
 
-Muchas gracias- se quitó el delantal dejándolo de nuevo en su sitio- voy a ponerme cómodo, no tardo- me imitó volviendo minutos después con los bóxer que yo le había elegido.
 
-Que sexy – cogí, con los palillos, una pequeña cantidad del plato.
 
-Tú también -se lo metí en la boca fijándome atentamente en cómo se lo comía.
 
-Está delicioso- dije al terminar de brindar.
 
-Creo que le falta un poco de sal, aunque no está mal.
 
-Que va- le contradije dándole de nuevo, esta vez como si fuera un niño pequeño.
 
Recogimos la mesa con algo de lentitud dejando todo en la encimera de la cocina. Apagamos las velas y limpiamos, con un trapo mojado y otro seco, la mesa bajita en la que nos habíamos estado apoyando.
 
Nos tumbamos en la cama dejando todo el desorden para más tarde. En aquel intervalo de tiempo que duró la hora de la siesta, ninguno de los dos consiguió quedarse dormido. Las emociones eran tan grandes que ni siquiera nuestros ojos se cerraban, aunque había pasado un rato  todavía seguíamos asombrados. Mis dedos tocaron delicadamente su cuello mientras que él acariciaba, con continuos y relajantes movimientos, mi barriga. 
 
-Estoy deseando que nuestra pequeña repita la patada para que puedas sentirla- confesé apoyado en su pecho, sintiendo como el calor de su cuerpo inundaba el mío.
 
-No pasa nada, seguro que no quiere darte una patada. Es muy tranquila- masajeó mi brazo derecho reconfortándome.
 
-Esperemos que sea buena.
 
-Seguro que sí.
 
-Chanyeol quiero ir a comprar la cuna y todas esa cosas que vamos a necesitar.
 
-Es un poco pronto pero vale. En la próxima semana iremos a las tiendas- asentí disfrutando de la relajada situación.
 
A eso de las siete y media, casi ocho, sonó el teléfono. Chanyeol se levantó a cogerlo, ya que solíamos tener la costumbre de no traerlos a la habitación por si nos despertaba alguna llamada en mitad de la noche.
 
-Hola mamá – contestó de nuevo en la habitación sentándose a mi lado- sí, si. Estamos muy bien.
 
Aunque la llamada no duró mucho fue lo suficientemente larga como para contarle lo de la patada. Sus padres se alegraron mucho y no tardaron en avisarnos de que ya quedaba menos. También dijeron que vendrían en el próximo fin de semana a hacernos una visita y que nos cuidáramos mucho porque el tiempo estaba muy raro.
 
 
Nos levantamos del gustoso colchón para cenar a eso de las nueve de la noche. Con algo de cansancio calentamos unos filetes de pescado en la sartén, acompañados de unas piezas de fruta recién cortadas.
 
Volvimos al dormitorio sin olvidarnos de: recoger la cocina, que arreglamos entre los dos lavando los platos; barrer el suelo y de limpiar por encima un par de cosas. Nos deseamos unas preciosas buenas noches y, tras una romántica conversación entre los tres, nos quedamos profundamente dormidos abrazados con nuestros brazos recorriendo el cuerpo del otro.
 
Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué les ha parecido?

La pequeña Haeyoung hace acto de presencia jejejejejejeej a sus titos les encanta y a sus papás también <3 jejejejje

https://www.facebook.com/pages/Fanfic-CWC/1390195777889007

Intentaré no tardar en actualizar :D 

Espero que les haya gustado el capítulo ^^

Un súper abrazoooooooo

Os quierooo <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).