A pesar de que aquel día había intentado dejar más que claro que en toda la semana no nos saldríamos de nuestra rutina habitual, y que por tanto, se cancelaba rotundamente su plan de playa, al final había caído bajo los irresistibles encantos de Chanyeol y sus continuos intentos de hacerme cambiar de idea. Dos días después de aquella conversación ya estábamos planificando nuestra escapada, incluso los chicos se habían apuntado animados a la que ellos denominaban ‘’fiesta de despedida de nuestra libertad’’. Según ellos, estaban completamente seguros de que una vez Haeyoung naciera, ambos nos íbamos a dedicar al cien por cien a ella, por lo que no tendríamos tiempo para nada más. A lo que añadían bromeando que les dejaríamos olvidados.
-¡Baek! ¡Cariño!- reaccioné por fin, estaba tan metido en mis pensamientos que Chanyeol tuvo que alzar bastante la voz para que le hiciera caso- ¿En qué piensas? ¿Estás preocupado por algo?- se interesó mostrándose un tanto inquieto- Si te encuentras mal podemos dejar el plan para otro día.
-Tranquilo, no hace falta cancelar nada- le sonreí buscando la manera de reconfortarlo- no me duele nada, solo me quedé pensativo. Además, es raro pero Haeyoung me dejó dormir toda la noche, me encuentro super descansado.
-Así me gusta, si es que mi pequeña es un primor- sus largos y suaves dedos acariciaron sutilmente mi enorme barriga- supongo que se está portando bien porque la cesárea está cerca, apenas quedan tres días ya.
-El tiempo pasa volando- suspiré recordando de nuevo los primeros días, con la visión del tiempo veíamos aquel momento con añoranza y alegría.
Justo antes de que Chanyeol me llamara, ambos acabábamos de salir de nuestra rutinaria ducha mañanera, aunque esta vez, debido a que teníamos algo de tiempo, empezamos a tontear un montón y, tal y como me imaginaba, terminamos subiendo la intensidad de nuestras caricias, lo que provocó que nos tuviéramos que masturbar en mitad del baño para bajar aquel calentón. En aquel momento, estábamos tan inmersos en tocar al otro, que ni siquiera llegamos a escuchar el característico sonido del timbre, por lo que Kris se cansó de esperar y acabó metiendo las llaves de uno de sus coches en nuestro buzón. El pobre nos había vuelto a hacer el favor de dejarnos un coche y nosotros habíamos pasado de él. Aunque bueno, después de un rato nos envió un mensaje regañándonos e informándonos, gracias a su idea de dejar las llaves dentro del buzón, el problema se había solucionado.
-Los chicos dicen que van a salir ya- me informó tras ver el teléfono y comprobar los últimos mensajes.
-Pues yo aun me tengo que pintar los ojos- protesté viéndome sin tiempo, tanto pensamiento me había hecho ir tarde- hoy estoy en las nubes- me autoregañé apresurado.
-Voy bajando las cosas al coche, tranquilo.
Veinte minutos más tarde, nos encontrábamos ya dentro del vehículo, saliendo de la carretera habitual con dirección a la concurrida autovía. Al principio, me entretuve en ir buscando una emisora de radio que me gustase, tenía muchas ganas de darlo todo cantando mientras Chanyeol conducía y tarareaba alguna de las melodías.
Al pasar por una zona de montañas la señal se perdió, por lo que tuvimos que detener la música, como no me podía quedar callado hasta que esa zona pasase, empecé a darle conversación a Chanyeol, comencé contándole sobre la nueva serie que me estaba viendo en la televisión, que si el protagonista estaba engañando a la chica guapa, que si el padre estaba mintiendo vendiendo droga, que si la policía estaba a punto de pillarle … en fin, estaba tan entretenido que incluso me olvidé por completo de la música. En una parte mucho más tranquila y no tan transitada, Chanyeol también me comentó sobre su trabajo, por lo visto esta semana iban a estar muy liados, el jefe les había dejado muchísimo trabajo y estaban hasta arriba.
En mitad del camino, justo cuando me encontraba regañando a Chanyeol por superar el límite de velocidad, Kyungsoo nos llamó preguntando por cuánto tiempo nos quedaba para llegar, por lo visto, y tal y como nos imaginabamos, éramos los últimos.
-Lo siento, nos demoramos un poco pero en media hora estamos allí- aseguré tras confirmar con Chanyeol los kilómetros que quedaban.
-No pasa nada, es más nos viene perfecto, ¿Podríais de camino comprar hielo para las bebidas?
-Aprovechados- refunfuñe escuchando de fondo las risas del conductor.
Tal y como nos dijeron, al desviarnos por la salida de la playa, paramos en el primer supermercado que vimos. Aunque nuestra idea inicial, y más lógica, era comprar el hielo rápidamente en cualquier 7eleven cercano, por el camino decidimos que, ya que nos dejaban llegar tarde, pasaríamos por una tienda más grande y así poder comprar más bebidas y snacks. Teníamos planeado pasar todo el día en la playa, así que teníamos que estar muy muy preparados.
-¡Por fin! ¡Por ahí vienen!- gritó kai nada más vernos aparcar el coche y salir del aparcamiento.
-¿Cuántas cosas traéis? Vais super cargados- añadió Suho saliendo de la sombra proyectada por la sombrilla- me pongo las chanclas y os ayudo.
-¡Gracias!- gritó Chanyeol saludando con la mano al resto.
Me encaminé hacia los chicos con una sola bolsa en la mano, por una vez no tenía ganas de discutir con Chanyeol por no dejarme hacer nada, por lo que directamente cogí una bolsa no muy pesada y me dirigí a donde estaba todo el grupo. Desde lo lejos podía distinguir perfectamente a Kris encargándose de la barbacoa, tenía tanta hambre.
-Baek ¿Qué tal te encuentras?- el primero en recibirme fue Luhan, que nada más verme corrió a abrazarme recién salido del agua, mojando así toda mi ropa- ¡huy! perdón.
-Ya, ya- hice una mueca de fastidio con la única intención de picarle.
-Baek vente al agua, está buenísima- gritó Xiu Min desde la orilla, al girar mi vista hacía su voz comprobé que Chen, D.O y Lay ya estaban dentro del mar.
Por un momento decidí dejarme llevar y disfrutar. En aquel instante no me di cuenta, pero mucho tiempo después comprendí porque Chanyeol insistió tanto en desconectar esa día, era verdad que siempre me hacía sentir inútil por no dejarme hacer nada, pero el disfrutar de la playa sin preocuparme por nada era justo el gesto que necesitaba para darme cuenta de que Chanyeol me estaba dejando ese día para ser yo, hacer lo que me diera la gana y no tener que preocuparme ni por Haeyoung ni por mi.
De todas formas, en un principio entré al mar con precaución, mojándome lentamente las distintas partes del cuerpo y comprobando que aquella zona no era muy profunda. Sin embargo, en el momento en el que me echaron agua en la cara, me dejé contagiar por el espíritu infantil y comenzamos una guerra donde no te podías fiar de nadie. No había aliados, todos eran enemigos.
-¡La comida ya está lista!- avisó Suho pegando un fuerte grito, entre tanto que continuaba emplatando platos y más platos con carne.
Los cinco que estábamos dentro del agua salimos apresurados, sólo D.O y yo decidimos tomarnoslo con más calma e ir a nuestro ritmo, mientras que los otros tres se peleaban por llegar el primero. En tanto que caminábamos a paso tranquilo, aproveché para preguntarle a Kyungsoo por el trabajo, para que así pudiera informarme de las últimas noticias, y que por supuesto me pusiera al día de los cotilleos.
Nada más llegar junto al grupo, abracé a Chanyeol mojando toda su ropa tal y como había hecho Luhan anteriormente, en verdad hacía tanto calor que un poco de agua no le iba a venir nada mal.
Comimos sentados sobre la arena tomándonos nuestro tiempo, unas cuantas sombrillas nos protegían del sol y una innumerable cantidad de neveras nos mantenían las bebidas bien frías. No era el lugar más preparado, ni el más cómodo, pero me encontraba tan animado, y a la vez tan relajado.
-¡Por Haeyoung!- todos levantaron ilusionados sus vasos de plástico, todos aquellos que no tenían que conducir se habían servido cerveza, exceptuándome claro, mientras que los demás teníamos diferentes refrescos.
-¡Y por sus encantadores tíos que van a cuidar de ella!- bromeó Chanyeol provocando ruidosas risas y más de una queja.
Entre bromas, juegos tontos e infantiles, y comida, mucha mucha comida, pasamos las horas hasta que el sol amenazó con irse. Los más atrevidos se aventuraron a meterse en el agua dándose el último baño del día, mientras que los demás conversabamos despreocupados tirados en las toallas. Justo en el momento en que Tao y yo nos quedamos solos, gracias a la tentación de última hora de Luhan de seguir a los demás, Tao se acercó a mí y con sutileza me susurró al oído que lo había conseguido. Aunque en un principio no sabía de qué me estaba hablando, en el momento en el que por fin entendí el mensaje no pude más que abrazarle con todas mis fuerzas.
-Es genial- mis ojos parecieron iluminarse ante la noticia, no me podía creer que Haeyoung fuera a tener un primo tan pronto.
-Si- su sonrisa, esa emoción en su mirada- pero es un secreto aún, Kris y yo queríamos que fueras el primero en enterarte. Muchas gracias baek- volví a juntar nuestros brazos y acariciarle la espalda tiernamente.
-Enhorabuena- le felicité mirándole fijamente a los ojos- sé que vais a ser unos padres increíbles- a lo lejos vi como el grupo acuático regresaba- mañana espero que vengas a hacerme una visita y me cuentes todo eh!!!- amenacé a lo que él rápidamente asintió ilusionado.
Después del atardecer decidimos que lo mejor era volver cada uno a sus respectivas casas, aunque ganas de cachondeo no nos faltaban, el no tener luz no cortó los planes de una acampada nocturna. Una vez que tuvimos todo recogido, nos despedimos de todos los chicos con un fuerte abrazo, Tao se ocupó de pedirse el turno de mañana para venir a visitarme a casa, mientras que Chen se pedía el siguiente.
Ya una vez acomodados dentro del coche y dispuestos a emprender nuestro viaje de vuelta, tuve que agradecer enormemente a Chanyeol por aquel magnífico día. Aunque me guardé la super noticia de Tao, no dudé en ponerle al día de todo lo que me habían comentado los chicos. Incluso nombré muy por encima la aún no planeada noche de películas en casa de Luhan y Sehun.
Aunque por una vez me hubiera gustado descansar y dejarme llevar por la tranquilidad que me producía el coche, preferí aguantar y cumplir con mis responsabilidades de copiloto. Sinceramente, después de todo el día fuera, sólo pensaba en llegar a casa y dormir.
Afortunadamente, como nos tiramos todo el trayecto hablando, el camino no se me hizo muy largo, y para cuando me quise dar cuenta, ya habíamos llegado. Una vez dentro del apartamento, le pedí a Chanyeol que me cediera el turno para poder ducharme primero, a lo que aceptó sonriente sin poner inconvenientes. Me encontraba tan agotado que sólo podía pensar en el cómodo y gustoso colchón, lo que en cierta manera aligeró enormemente mi rápida ducha.
-Channie- le llamé con la toalla todavía anudada a mi cintura- ya he terminado.
-Como se nota que estamos viejos, ya ni aguantamos un día en la playa- bromeó dedicandome un sutil beso antes de entrar en el cuarto de baño.
Con tranquilidad y parsimonia me fui poniendo el pijama, estaba ya completamente preparado para tirarme en la cama y dormir a pierna suelta, pero Chanyeol aún no había terminado y tenía que esperarle, por lo que tras unos minutos sentado en el borde de la cama jugando con el móvil, decidí levantarme y prepararle la ropa limpia. Justo recordé que aquella mañana se había manchado el pijama de chocolate, por lo que me agaché frente a la cómoda para cogerle uno nuevo. Ni siquiera había abierto el cajón cuando un fuerte dolor me hizo caer de culo contra el suelo. Inconscientemente solté una palabrota, aquello había sido demasiado fuerte y había dolido. Intenté incorporarme cuando el dolor se repitió nuevamente.
-¡Chanyeol!- grité desesperado buscando ayuda, pero el sonido del agua cayendo camuflaba mi voz- ¡Mierda!- me quejé llevando mis manos a mi barriga. El miedo empezó a apoderarse de mi, me temblaba todo el cuerpo y el dolor no hacía más que empeorar la situación.
Intenté sacar fuerzas para levantarme e intentar llegar hasta el baño pero no había manera, mi cuerpo se sentía asquerosamente mal.
-Baek se ha acabado el champú, deberíamos pasarnos mañana por- al verme su expresión cambió drásticamente, aunque no habían pasado más de cinco minutos, mi respiración se había acelerado y el dolor ni siquiera había apaciguado.
-Chanyeol- le llamé mientras se acercaba corriendo, las lágrimas empezaron a caer,
no sabía qué hacer y ante todo no quería que le pasara nada a Haeyoung- ¡Tienes que llevarme al hospital! ¡Rápido!- grité con fuerza, en ese mismo instante Chanyeol pareció reaccionar, se puso la ropa volando,cogió las llaves del coche y me ayudó a apoyarme en él para salir del piso.
-Baek aguanta ¿vale? tomaré la autopista, no tardaremos mucho en llegar- confesó buscando tranquilizarme mientras se mordía las uñas y buscaba la forma de adelantar al mayor número de coches posible.
-Algo le pasa a Haeyoung, Channie- me mordí los labios inferiores intentando con todas mis fuerzas apaciguar el dolor- tengo miedo Channie, yo … mi pequeña- estaba hecho un ovillo, llorando y pidiendo que por favor mi hija estuviera bien, que no le pasara nada.
-Estamos cerca, ya queda nada. Vamos a estar bien, yo … yo os necesito- y aunque el dolor no me permitía abrir mucho los ojos, pude percatarme de que Chanyeol también estaba llorando.
Por primera vez aquel camino se me hizo eterno, con cada semáforo en rojo sentía que me hervía la sangre. Por más que quería no conseguía parar de llorar, e internamente pedía una y otra vez que mi pequeña estuviera bien, después de tanto no podíamos perderla, estábamos tan cerca de la fecha programada para su cesárea.
Una vez en el hospital los doctores confirmaron que la pequeña Haeyoung quería nacer, por lo que tenían que realizar una cesárea de urgencia. Mientras me conectaban el suero y me pinchaban lo mandado por los médicos, Chanyeol se mantuvo a mi lado intentando tranquilizarme, cogiéndo cariñosamente mi mano. A pesar de que le temblaba y le sudaba la palma, en aquel momento era la mejor muestra de cariño.
-¡El doctor acaba de llegar!- se avisaron medio gritando dando comienzo al procedimiento.
En un primer lugar fui llevado a quirófano, donde antes de entrar tuve que despedirme de Chanyeol con un simple pero profundo beso y un ¡te quiero!. Aunque en un principio nos habían asegurado que Chanyeol podría entrar y acompañarme, al cambiar el procedimiento por uno de urgencia todo lo planeado se vio trastocado.
Una vez dentro del quirófano, el doctor intentó animarme, además me comentó que a pesar de la situación, realizaría la cesárea únicamente con anestesia epidural para que pudiera ver a Haeyoung nada más saliera de mi barriga. Era una situación extraña, me encontraba desorientado, como si mi cabeza no entendiera ese brusco cambio de planes.
-Ya casi está- informó el doctor mientras un enfermero revisaba mis pulsaciones y me preguntaba si tenía alguna molestia.
Todo parecía surrealista, como si fuera un sueño. Pero de repente, al oír su llanto todo se aclaró, me vinieron a la cabeza todos esos días de angustia, las visitas a urgencias, los problemas, y todo eso pasó a segundo plano simplemente por el llanto de mi pequeña. Haeyoung por fin estaba con nosotros. Cuando la pusieron junto a mi fue simplemente increíble, recuerdo que sus preciosos ojos llamaron enormemente mi atención, a pesar de las circunstancias estaba preciosa.
Aunque desgraciadamente tuvieron que llevársela para realizarle las pruebas necesarias, yo ya me encontraba tremendamente feliz, estaba en las nubes. Cuando el resto del proceso se dio por acabado, me llevaron hasta la zona de Cuidados Intensivos, donde una enfermera me explicó que pronto avisarían a Chanyeol y que le dejarían estar un tiempo a mi lado. Y aunque intenté con todas mis ganas poder verle y comentar con él lo preciosa que era nuestra hija, el cansancio acumulado de todo el día se hizo presente dejándome descansar por fin.