-Cariño despierta -sentí unas suaves manos recorrer mi cuello – hay que levantarse -abrí mis ojos con pesadez, encontrándome su preciosa mirada observándome como cada mañana.
-¿Qué hora es? -me acurruqué en la cama deseando que me dejara cinco minutos más.
-Las siete y cuarto, tenemos que ir a trabajar.
-Jooo … -me quejé abrazándome a Chanyeol evitando que saliera de la cama.
-Mi vida -me acarició suavemente el rostro -tenemos que levantarnos- juntó sus labios con los míos, consiguiendo que relajara mis brazos que recorrían su cintura.
-Channie – protesté al notar como se escapaba con una sonrisa pícara.
-Anda venga -una vez de pie se dirigió a mi lado del colchón para ayudarme con sus largos brazos a salir de la gustosa cama.
Nos dirigimos a la cocina sin romper el agarre de nuestras manos, nos separamos para sacar la leche y el café de sus respectivos muebles. Yo cogí las tazas con cuidado, mientras que Chanyeol las rellenaba como a ambos más nos gustaba. Me senté en la mesa a la espera de que el desayuno se calentara. El café acababa de salir del microondas, estaba preparado para darle el primer sorbo pero Chanyeol me interrumpió.
-Espera, espera – corrió hasta la habitación para volver con la caja de los medicamentos -esto primero – sacó una pastilla de la tableta dejándola sobre la palma de mi mano derecha.
-Ya no me acordaba – me la tomé con rapidez debido a la falta de tiempo -gracias. Siempre estás tan pendiente de todo -sonreí deseando tener cinco minutos más para abrazarle.
-Anda vamos, que a este ritmo no me da tiempo a llevarte al trabajo.
-Vale -con decisión me bebí todo el contenido de la taza -voy a ducharme -le informé con un rápido beso.
Me metí en el baño para darme una veloz ducha. Salí de allí dejando escapar todo el vapor indicando, sin darme cuenta, que me había bañado con agua caliente.
-Channie ya puedes entrar a ducharte -le grité en tanto que me vestía con una camisa blanca junto con unos pantalones.
-O.K -vino corriendo terminando de ducharse en menos de tres minutos.
-Toma anda -le dejé sobre la cama su ropa que acababa de preparar.
-Gracias -agradeció poniéndose los pantalones y la camisa de cuadros azules.
-¿Nos vamos? -pregunté al terminar con el delineador.
-Sí -se levantó de la cama cogiendo las llaves y nuestras respectivas chaquetas.
Todo el trayecto lo hicimos romanticamente cogidos de las manos. Era increíble notar como el mismo recorrido, de todas las mañanas, se hacía extremadamente corto si Chanyeol venía conmigo.
-Ya hemos llegado -informé aun sabiendo que Chanyeol conocía de sobra la oficina en donde trabajaba.
-Lo sé. ¿Quieres que te acompañe hasta arriba?
-No hace falta -le besé dulcemente.
-Bueno … cuidaros mucho ¿vale? -asentí abriendo la puerta del edificio -avisame cuando termines para que venga a recogerte -gritó a unos cuantos metros de distancia.
-Vale -le sonreí con aegyo antes de entrar y como todas las mañanas saludar con un ''Buenos días'' al conserje.
Me adentré en el ascensor dejando salir un cansado suspiro, no podía creerme que mi vida fuera a cambiar así. Una sonrisa de felicidad salió torpemente en mi cara, pensar en que iba a tener un niño con el amor de mi vida me hizo salir con alegría del ascensor.
-Buenos días Baek -se levantó Luhan con emoción de su asiento.
-Hola Luhan -me abrazó sonriéndome con orgullo -¿Qué te pasa? -pregunté sorprendido por la cariñosa bienvenida.
-Que me hace mucha ilusión ser tito -gritó llamando la atención de todos los trabajadores de esa planta.
-Hablad un poquito más bajo, por favor – pidió D.O con una resaca horrible.
-Lo siento- se disculpó Luhan volviendo a su asiento.
-Hola Kyungsoo -casi susurré intentando molestarle lo menos posible.
-Hola -se llevó la mano a la frente -¿Por qué bebí tanto ayer?
-No sé -Luhan y yo nos reímos -te tenías que haber visto en el karaoke, un poco más y te montas un striptease con Jongdae encima de la mesa.
-No me lo recuerdes que me duele aun más la cabeza -se quejó consiguiendo que aumentaran nuestras carcajadas.
Una vez que nos tranquilizamos Luhan continuo sacando temas de conversación mientras tecleábamos en el ordenador algunos informes.
-¿Vas a cogerte la baja? -se cuestionó sin levantar la vista de su trabajo.
-¿La baja?
-Sí, la baja médica de los tres primeros meses del embarazo -D.O y yo le miramos perplejos por lo que acababa de decir.
-¿ Me vas a dejar solo con Luhan? - soltó D.O en broma ganándose una mirada de odio por parte de Luhan.
-No te voy a dejar solo, no me voy a coger la baja hasta que no la necesite -me centré de nuevo en el trabajo.
-Podrías cogerte esos días para descansar.
-No Luhan, estoy bien. Me gusta estar aquí con vosotros.
-Que bonito -Luhan hizo aegyo . Estaba tan raro, hacía tanto tiempo que no le veía así, algo bueno tenía que haberle pasado.
-Pero ¿A ti que te pasa? Estás de un cursi que no hay quien te aguante -protestó D.O de los nervios.
-No lo sé, hoy me he levantado así -sonrió enseñando los dientes.
-Vaya par -me quejé riéndome de esos dos para volver a ponerme con el trabajo.
Terminé de todo el papeleo a eso de las dos y media. Le envié un mensaje a Chanyeol para indicarle, tal y como él me había pedido, que ya había terminado todo el trabajo. ''Ahora mismo voy'' contestó junto con un corazón rojo a mi mensaje. Le esperé fuera apoyando mi espalda sobre la cristalera del edificio. Miré mi barriga cubierta por la camisa blanca, con tranquilidad pase mi mano derecha por encima de la ropa, no me podía creer que allí dentro se encontrara nuestro bebé.
-¡Baek! -gritó desde el principio de la calle acercándose a mi lado corriendo muy emocionado.
-Channie -me separé del cristal saludándole animadamente con la mano.
Corrió los metros que nos separaban con velocidad, me acurrucó en sus brazos recreando una romántica escena de película.
-Baekhyunnie -besó con dulzura mi mejilla -¿Qué tal el trabajo?
-Muy bien -empezamos el camino a casa con las preguntas rutinarias de todos los días -¿Y tú? ¿Cómo te ha ido a ti?
-Bien también. Bueno … ya sabes, lo bien que se puede trabajar con Kai y su resacón.
-Kyungsoo estaba igual -sonreí pensando en lo que podríamos preparar para comer.
Continuamos con el trayecto conversando sobre qué queríamos almorzar, qué íbamos a comer esa tarde y si necesitábamos comprar algo.
-Deberías darte una siesta después de la comida. Os vendría bien para descansar un poco -paso su mano por mi barriga.
-Vale, pero solo si te duermes conmigo -subió su mano acariciando mi punto devil, justo en mi cuello.
-¡Ya estamos en casa! -paró el precioso momento en el que esperaba un perfecto beso.
-¡Hey! No seas así … -entré haciendo aegyo con pena.
-Lo siento … -desapareció del pasillo entrando en la cocina.
-Eres un traidor -solté dirigiéndome al cuarto donde me quité la ropa sustituyéndola por un cómodo pantalón del pijama.
-Baek ven a ayudarme, sabes que soy un poco torpe para hacer la pasta -entró mirándome juguetonamente.
-Ya voy -agradecí que me viera con los pantalones puestos – eres un pervertido -le saqué de la habitación con un suave golpe en el trasero.
-Es que me provocas -sonreímos como tontos acercándonos a la cocina.
-Solo un poco -le tenté saboreando sus jugosos labios.
-Channie, Channie, Channie -le separé de mi lado con un mordisco en el labio inferior -son más de las tres, tenemos que comer -le vi con las intenciones de seguir -¡Channie!- le grité medio sonriendo medio riendo al notar sus brazos rodear mi cintura.
-Pero Baek -me susurró al oído.
-No, no y no -le aparté de mi lado intentando convencerle.
-Vale … -se resignó dedicándome un último beso antes de ponernos con la pasta.
Saqué una olla, que llené de agua, calentándola en tanto que Chanyeol sacaba la pasta del mueble más alto.
-Toma cariño -me acercó la bolsa de macarrones recién abierta.
-Gracias -eché con delicadeza los macarrones.
-La pastilla -me la tendió en la mano junto con un vaso de agua.
-Ocupate de esto por fi -me senté en una silla tragándome con paciencia el medicamento – ya he terminado -volví a acercarme ocupándome de la comida.
-Estas pastillas son geniales -se agachó quedando al nivel de mi abdomen- ¿Verdad bebé? -hizo una caricia con aegyo.
-Channie -le miré con orgullo.
-Bebé tienes que dejar que mamá tenga nutrientes para darte, no le hagas vomitar por favor -siguió conversando con mi barriga.
-Channie -le levanté del suelo abrazándole – te quiero.
-Yo también te quiero -nos besamos con cuidado de vigilar la pasta que se estaba haciendo.
Nos sentamos en la pequeña mesa comiéndonos los deliciosos macarrones. Una vez que terminamos dejamos los platos, junto con los cubiertos, en el fregadero. Nos tumbamos cómodamente acurrucados en el sofá, sentí sus suaves brazos envolver mi cuerpo.
-Channie … -susurré atontado con sus caricias.
-¡Oh! -se levantó rápidamente del sofá- casi se me olvida -se acercó a la entrada de la casa.
-¿Qué es? Channie -me incorporé mirando con atención lo que hacía.
-Tenemos que leernos esto -se acercó tras sacar de la chaqueta el papel que nos había dado el médico.
-Me habías asustado -se sentó a mi lado empezando a leer en voz alta aquel folio.
-Dieta equilibrada, beber mucha agua, hacer ejercicio, nada de alcohol y de tabaco, evitar la cafeína -se paró después del resumen que me estaba haciendo -nada de café, cariño -sonrió siguiendo con la lectura- descansar mucho, cuidar las emociones -me besó tiernamente- hablar con el bebé -me acurruqué a su lado mientras seguía leyendo -creo que eso es lo principal- dejó el papel sobre la mesa – ya mañana lo leeré con más detenimiento-me abrazó cariñosamente, bajando por mi cuello dedicándome pequeños y cortos besos.
-Channie … -susurré en su oído con unas ganas tremendas de que siguiera con las caricias.
-Baekhyunnie – sonrió pervertidamente pasando sus cálidos brazos por debajo de mi camiseta, acariciando con sus dedos mis pezones.
-¡Channie! - me sobresalté al sentir el contacto de su piel con la mías al deshacernos de nuestras respectivas ropas.
-Baek -se bajó con facilidad bajándome los pantalones del pijama que estaban molestando por la rodilla.
Me encontraba más que preparado mentalmente, y con unas ansias tremendas de que Chanyeol siguiera, que cuando escuché el teléfono de Chanyeol sonar como un loco me entraron unas ganas tremendas de tirar el maldito teléfono contra la pared para que nos dejara tranquilos.
-¿Quien es? - pregunté con tono de enfado.
-Es mi madre- respondió con miedo al fijarse en la pantalla del móvil.
-¿Tu madre? -no me lo podía creer- corre, cogelo -me hizo caso, pulsando el botón verde de la llamada.
-¿Si?
-Hola cariño -contestó su madre con un tono tan alto que logré escucharla desde mi sitio.
-Hola mamá.
-¿Cómo te va? -recordé, en ese instante, que su madre siempre llamaba dos veces al mes para preguntar como estaba.
-Bien, nos va muy bien – me acomodé en el sofá esperando a que la conversación terminara - ¿Y a vosotros?
-También bien. ¿Sigues con el chico ese? -escuché aquella pregunta. No me sorprendió, sus padres y yo nos llevábamos tan bien
-Sí mamá, sigo con Baekhyun-me miró intentando que no le diera importancia- ¡Ah! Mamá.
-Dime hijo.
-Baekhyun y yo queremos hablar con vosotros, tenemos que deciros una cosa -me sorprendí abriendo los ojos como platos.
-Claro -afirmó con tono de duda- el domingo os esperamos en casa.
-Vale. Nos vemos el domingo. Adiós -colgó dejando el teléfono sobre la mesa -Baekhyun vamos a decirles lo del bebé.
-Channie pero tu sabes como me llevo con tus padres -los nervios aparecieron, ellos me odiaban y yo les odiaba a ellos.
-No te preocupes, conozco a mis padres -soltó con una risa -¿Seguimos con lo que estábamos haciendo? -me tumbó en el sofá acercándose a mis labios.
Estaba decidido a seguir cuando el móvil volvió a sonar, el ruidoso aparato me tenía de los nervios.
-Es un mensaje de Sehun -ambos miramos la pantalla leyendo lo que había enviado ''Chanyeol te odio. Por tu culpa Luhan me acaba de mandar, con todo el calentón encima, a comprar condones porque dice que no se fía. Eres un mal amigo ''terminó con una carita llorando. Chanyeol y yo nos miramos estallando en risas. No nos habíamos dado cuenta que ya era de noche, solo de imaginarnos a Sehun corriendo por la calle buscando una farmacia veinticuatro horas abierta no podíamos dejar de reírnos.
Una vez que nos tranquilizamos, debido a la graciosa situación de Sehun, decidimos irnos a la cama. Después de tanta interrupción se nos habían quitado las ganas. Acabábamos de apagar la luz del dormitorio cuando el móvil volvió a pitar con otro mensaje de Sehun ''Me recorro media ciudad buscando una maldita farmacia abierta , y cuando por fin la encuentro, corro hasta casa para encontrarme a Luhan durmiendo en el sofá. Te odioooo '' y una vez más nos echamos a reír. Luhan siempre había tenido muy mal despertar, por lo que seguro que Sehun esa noche se quedó con las ganas.
Nos dimos el beso de buenas noches aun recordando el gracioso mensaje. Dejé que Chanyeol se abrazara a mi cintura antes de caer plácidamente dormido.
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