-¿Qué te parece si te llevo a donde tú quieras?- era lo primero que había escuchado el castaño al apenas contestar la llamada de Usami causándole un fuerte sonrojo que agradeció el otro no pudiese ver.
-¿De qué demonios estás hablando?- Hiroki rodó los ojos ante la ridícula propuesta de Akihiko por teléfono.
-Mira por la ventana- Después de un mohín perfectamente audible a través del auricular, Hiroki suspiró resignado abriendo la ventana de su casa quedando sorprendido ante la persona que se hallaba a la puerta de la mansión Kamijou.
Sus ojos achocolatados se cerraron de apoco mientras daba grandes bocanadas de aire. Ése de seguro era el sueño de una colegiala: un deportivo negro en frente de su casa mientras un apuesto hombre con lentes oscuros estaba esperándola para subirse con un simple “a donde tú quieras”. Pero el único pequeño, pequeñísimo, tal vez minúsculo inconveniente de Hiroki era que él no era ninguna colegiala, aunque estuviera emocionada como una y sonrojada como una.
-Akihiko.- Mencionó con un tono entre dudoso y sorprendido viéndolo de frente mientras él se quitaba los lentes oscuros.
-Sabes…- “lo compré pensando en ti” se limitó decir al momento en que Hiroki salió de su casa a recibirlo con un rostro de confusión, -no tenía en qué gastar el dinero que me dieron por la publicación de la novela- mintió a lo que Hiroki le hizo una mueca de desaprobación característica de él.
Por su parte el moreno no se tragó ni una sola palabra de lo que había dicho, y ese ceño fruncido lo delataba ¡Por Dios si lo conocía desde siempre! ¿Cuál era la necesidad de mentirle ? Akihiko no era la clase de persona que compraba las cosas sin pensarlo o gastaba el dinero como si fuera un adolescente irresponsable.
-Ajá… - le respondió en un hermoso reproche, según los ojos de Akihiko, según Hiroki haciendo sarcasmo de sus palabras. –Por qué lo compraste, y quiero la verdad- cruzó los brazos al momento de hacer un gracioso mohín y cómo respuesta obtuvo un suspiro, Hiroki inmediatamente deshizo el cruce de brazos dándose cuenta que parecía estar regañando a un niño, aunque en efecto fuera así a pesar de que tuviera diecisiete años.
-Oye Hiroki, no quisieras huir por un solo día- dijo desviando la mirada hacia un lado mientras su semblante se volvía inexpresivo. Desde que el idiota de Isaka le había gritado que publicara prácticamente su diario que había sido ojeado por el entrometido castaño, Akihiko había decidido que publicaría la única obra que por obvias razones no se la había dado a Hiroki para leer; era su diario después de todo. Solamente cambiar el nombre de su amor platónico, el suyo y ponerle un final romántico fue lo que necesitó Akihiko para que la ahora famosa novela tuviera tanto éxito para ganar el premio Naomori.
Prácticamente su visión del mundo después de la publicación de esa novela sería distinta, porque pensaba que tal vez, simplemente tal vez Hiroki supiera quienes eran los verdaderos protagonistas de su obra y entendiera su confesión indirecta y lo aceptará, hasta incluso podrían haberse vuelto… especulaciones, esa palabra vino a su mente como un flashazo al recordar que su “visión del Mundo” era literalmente lo opuesto a lo que pensó, pues ni Hiroki lo había notado, y ahora ni siquiera podía pasar el poco tiempo que tenía con el moreno pues, su horario había sido rellenado con entrevistas, reuniones con editores, firmas de autógrafos entre mil y una cosas más que ahora lo enojaban de solo pensarlo.
-Yo…-Akihiko fue interrumpido en sus pensamientos por esa ligera voz que cortaba el silencio que había tenido lugar entre ambos. Hiroki suspiró, hacía tal vez tres meses de que Akihiko ganara el premio Naomori y a penas y se habían visto, mucho menos hablado; pero también sabía que en su interior no quería hablar con el ojivioleta. Suspiro quedito, Akihiko le había dicho que su novela estaba inspirada en alguien a quien él le gustaba y por aquella razón Hiroki había desistido de leerla y más cuando la protagonista era “la mujer perfecta” según había escuchado de algunos comentaristas de la famosa novela de Usami.
Lo sabía, que Akihiko jamás lo vería como algo más y esa novela que no se atrevía a leer era prueba suficiente de ello. Tal vez sí era cierto lo que decía Akihiko, necesitaba escapar, huir de esa realidad ya que todo lo que venía a su mente era el estúpido libro del cual había leído un resumen en internet y le había mentido a Akihiko diciéndole que “era bueno”.
Desde esa vez y aunque lo quisiera ignorar, parecía haberse hecho una brecha entre ambos, no sabía las razones de Akihiko pero las suyas estaban tan claras como el agua, y más cuando Bakahiko le había hecho esa confesión directa de “inspirado en alguien que me gusta” y que resulta ser la “mujer perfecta” de su historia. Sin embargo, allí estaba Akihiko, pidiéndole pasar un tiempo juntos que hacía meses no lo hacían, ¿qué se supone debía hacer? Sí fue él mismo quien le había dicho a Akihiko siempre que él debería ser escritor, si siempre le decía que estaría allí como su amigo, si lastimándose él mismo daba igual con tal de que Akihiko siempre tuviera lo que quería…. –¿Y a dónde exactamente quieres huir Bakahiko?- Preguntó tratando de hacer la mejor mueca posible.
-Ya te lo había dicho, a donde tú quieras- le sonrió volviéndolo a ver mientras abría la puerta del copiloto como todo un caballero mientras Hiroki hacía un intento de enojo y subía sin querer prestarle atención al detalle.
Ya en el carro, que podía notarse era nuevo, Akihiko encendió el vehículo y este comenzó a avanzar lentamente, Hiroki suspiró nervioso, sin quererlo le temblaron las manos ligeramente y sintió un ligero frío recorrer sus brazos para inmediatamente sentir un horrible escalofrío que fue perfectamente notado por su acompañante
-Tienes frío-
-No, no- se excusó Hiroki mientras veía levemente sonrojado como Akihiko le devolvía la sonrisa; aquello en verdad lo entristecía, ¿en verdad le gustaba alguien? Si desde los diez prácticamente era su adoración, no podía creer que Akihiko se hubiera fijado en alguien, por lo que podrían ser dos cosas: o Hiorki era muy distraído, lo cual era imposible, o Akihiko era excelente disimulando sus sentimientos, lo cual era más factible y muy probablemente era la razón por la que Hiroki aún desconocía de quién se trataba aquella mujer de su famosa novela.
-y.. ¿A dónde quieres ir?- inquirió Akihiko captando la atención de Hiroki cuando éste se dio cuenta de un pequeño y minúsculo detalle. Sí, Hiroki conocía perfectamente a Akihiko, y conociéndolo como lo conocía, abrió los ojos mientras comenzaba a sentir taquicardia, iban a una velocidad un poco más acelerada de lo normal; si ese fuera el único problema tal vez Hiroki no hubiera empalidecido cómo lo estaba haciendo.
-A-a-a Aki-hi-hi-ko- no quería preguntar, no se atrevía a hacerlo pero vaya que el amor era ciego, Hiroki se recriminó por dejar pasar algo de ese calibre.
-Supongo que no te decides, yo quiero ir a la playa así que solo tengo que atravesar la ciudad y desviarme hacia carretera- comenzó a hablar para sí Akihiko obviando a su hermoso amigo que parecía tornarse más pálido cada vez –ahora veamos qué es este botón… ah, la música, yo que quería el aire acondicionado.-
-¿Co-como co-co-conduces?- en su vida había visto que Akihiko tomase un volante y el carro era ridículamente nuevo y las palabras que quería escuchar de su mejor amigo eran..
-Pues vi un video en internet sobre cómo manejar- No, esas no eran las palabras que Hiroki quería escuchar, -lo vi hoy antes de comprar este carro…- la piel de Hiroki se puso de gallina mientras tranquilamente Akihiko hacía el esfuerzo de recordar según el manual que ojeó, cuál era el botón para prender el aire.
-Para… ¡para ya!- Akihiko inmediatamente frunció el ceño y con una ligera sonrisa le respondió a Hiroki.
-No-
-¡Akihiko!- no era enojo, ni mucho menos, la expresión de Hiorki mostraba horror mientras su atención se dirigía a todos los movimientos del peliblanco; sabía que Usami no era cualquier persona; se notaba desde sus hermosos ojos violáceos que parecían salidos de cuentos de hadas ya que casi nadie en todo el mundo tiene ojos de ese color; pero una cosa es tener ojos de ángel y otra es aprender a manejar de un video que había visto en la mañana.
-Hiroki, llevo diez minutos conduciendo- puso ambas manos al volante para que su mejor amigo se tranquilizara un poco, y para su suerte Hiroki dejó de tensar los músculos pero sus facciones delataban aún nerviosismo; Akihiko chasqueó la lengua levemente, no le gustaba ver la fina cara de Hiroki que estuviera preocupada, por lo que sonrió interiormente. –además no te preocupes porque no tenga licencia, dudo mucho que alguien nos detenga- le sonrió y espero mientras a lo lejos se oía el radio prendido, tres… dos… uno…
-¡Bakahiko!- estalló Hiroki enojado al ver la despreocupación de su amigo que mostraba un rostro de satisfacción al haber cambiado la expresión de Hiroki.
-Quiero ser escritor- soltó de repente Akihiko haciendo que Hiroki dejara de estar enojado
-¿Eh?-
-Tú me lo dijiste, aquella vez en el campamento- remarcó Akihiko recordando aquel comentario que parecía una corazonada de Hiroki, y que ahora probablemente se haría realidad.
-Umm- asintió musitando Hiroki. Y un incómodo silencio reinó entre ambos mientras en la radio comenzaba a sonar una de las canciones más famosas de la época, kimi=hana, el silencio seguía y lo único que escuchaban era la letra de la canción, hasta que Akihiko decidió volver a hablar,
-Me gustó… escribir esa obra- “aunque no supieras que eras tú”, habló quedito Akihiko; le gustaba escribir, no lo negaba; probablemente nunca podría hacerlo porque desde que conoció a Hiroki en la base secreta, todos los escritos de Usami tenían una característica en común, una que a Akihiko le hacía sonreír y hacer terminar todas sus historias en un final romántico a pesar de que incluso, en sus viejos cuadernos, la trama a veces se tornaba muy lúgubre. –en realidad me gusta escribir- aclaró.
-Hm, sí es lo que mejor sabes hacer- recalcó Hiroki sonriéndole levemente, sabía lo que Akihiko quería decir,
-¿Ya te diste cuenta que esta es la primera vez que tenemos tiempo de pasar juntos desde que publiqué la novela?- preguntó repentinamente Usami y Hiroki supo hacia donde iba la conversación
-Sí, lo noté, pero ese es parte de convertirse en escritor, así que no importa; mientras sigas tus sueños… no importa-
“Sono toge de jibun wo… mamoreru tsumori ka na…” se escuchaba a lo lejos “creo que eso signfica protegerse con esas espinas” Akihiko miró de reojo a Hiroki que le sonreía de una manera un tanto fingida; era su mejor amigo, sabía lo que Hiroki pensaba en ese momento, sabía que Hiroki estaba consciente de lo que significaba la pregunta que había hecho. Y su respuesta era precisamente esa, fingir que aquello no importaba, que estaba bien separarse cuando prácticamente desde los diez eran inseparables. ¿a quien pretendía engañar Hiroki? Hasta le ofendía el hecho de que su mejor amigo no le importara que el convertirse en escritor probablemente los distanciaría aún más.
Iba a contestarle pero la canción lo detuvo “Tsuyogatte bakari no hana kimi mitai da ne”, sonrió, “es una flor que solo actúa fuerte, como tú”.
-Hiroki…-
-Akihiko- lo interrumpió de inmediato Hiroki dándose cuenta que ya no podía seguir fingiendo la sonrisa; parecía tonto, realmente tonto el hecho que desde pequeño lo hubiera elogiado siempre y animado a que fuera escritor y ahora que Usami decidía serlo, una parte de él que sabía las consecuencias de ello, se negaba a que aquello fuera verdad y peor aún cuando la inspiración de las novelas era un amor de Akihiko; en verdad dolía. " Nagashisa wo shiru hodo setsunaku narunda…” Hiroki bufó irónicamente, ¿en verdad Akihiko se preocupaba por algo tan mínimo?, “mientras más veo tu amabilidad, más triste me pongo” Hiroki desvió la mirada que había permanecido fija en Akihiko, Akihiko jamás dejaría de ser amable con él, jamás dejaría de ser su amigo
-Kimi ga nagashitekita namida no….- “más, por las lágrimas que hemos derramado”
-Cantaste- sonrió inconscientemente Akihiko ajeno a la letra de la canción como a la mirada achocolatada de Hiroki en combinación con su dulce voz saliendo en forma de canción. No pudo evitar sonreír, ¿en serio Hiroki había cantado?,
-¡Eh!, ¡no!- por su parte el moreno que inconsciente había seguido la letra de la canción no pudo evitar sonrojarse ante su propia sorpresa y la de Akihiko-
-Claro que sí, te escuché-
-No oíste nada-
-Vuelve a hacerlo-
-¡Que no!- y de pronto los ojos marrón de Hiroki se abrieron de par en par mientras Akihiko reía abiertamente, esa hermosa sonrisa que hacía mucho no mostraba dejaba impactado al moreno que sin poder contenerse comenzaba a reírse levemente por la risa contagiosa de su mejor amigo. -… sabishiku naru nara- balbuceó quedito y Akihiko amplió su sonrisa. “…cuando estemos juntos”
- Sabishikunaku naru made te wo tsunagou- “solo toma mi mano hasta que ya no sientas soledad”. Hiroki sonrió ante la seguida de corriente de la canción por parte del peliblanco y con una miradita violácea de complice Hiroki rodó los ojos y se atrevió a hacer algo que de seguro se arrepentiría más tarde.
-Sono te hanasanai de, hanasanai de, boku ga soba ni iru kara- cantaron los dos al mismo tiempo y fue inevitable querer subir el tono de la música y de sus voces, en ese preciso momento no cabía la vergüenza, no cuando cada uno miraba el rostro ajeno sonreír como tal vez nunca lo había hecho.- “esa mano no la sueltes, no la sueltes, porque estoy junto a ti”.
-Donna toki demo waratte waratte- “no importa cuando, sonríe, sonríe”.
-Hiroki, “hana wo sakasete yo”- “has las flores florecer”. Terminó diciendo Akihiko con su hermosa vista fija en las orbes achocolatadas de Hiroki que muy pocas veces le sostenía la mirada. Tal vez fue el segundo más perfecto que hubieran tenido, con esa mirada perdida en el otro, queriéndose quedar así para toda la eternidad si era posible… Pero un segundo bastó para que Hiroki al sonrojarse desviara la mirada y viera el carro justamente frente a él.
-¡Amor!- Pero Akihiko reaccionó tarde ante aquellas palabras y no pisó el freno a tiempo chocando de lado a otro vehículo. Hiroki automáticamente pasó su mano izquierda sobre el pecho de Akihiko que en milésimas de segundo pudo notar que no traía cinturón de seguridad. El impacto del choque fue tal que inmediatamente las bolsas de aire del vehículo nuevo se inflaron abruptamente evitando que se lastimasen.
Hiroki fue el primero en hacer el asiento para atrás y quitarse el cinturón para de un golpe desinflar la bolsa de aire del asiento del piloto y ver si Akihiko estaba bien; a penas lo vio al desinflar la bolsa, el rostro de Akihiko le dio a entender que se estaba aún asustado pero se alivió al ver que no tenía ningún golpe.
-Aki- no pudo hablar más unos labios se posicionaron sobre los suyos; su primera reacción hubiese sido apartarse inmediatamente pero la situación no daba para ello y en cambio Hiroki correspondió el beso intentando calmar a su mejor amigo y se alejó levemente siendo vuelto a besar.
-Estas- otro beso fugaz le tapó los labios, pero no le importó, su corazón seguía latiendo a mil por hora del impacto del choque- bien?- terminó de completar su oración a lo que Akihiko después de besarlo nuevamente respondió moviendo su cabeza en sentido afirmativo. Y una vez corroborado ello Hiroki que se encontraba casi del lado del piloto,(pues había tenido que buscar la palanca para retroceder el asiento) se separó cuidadosamente de Usami para salir del vehículo y ver el daño hacia el otro carro rezando porque no hubieran heridos ni peor. Por su parte el peliplateado al escuchar la puerta del auto abrirse reaccionó rechinando los dientes y cerrando fuertemente los ojos. Todo aquello era su culpa.
AxHxAxHxAxH
-Sé que puedes conducir así, además- Asahina escuchó el sonido de un beso –te va a doler si no hago algo ¿verdad?- Asahina tragó en seco, no podía negarlo pero ésta era de las pocas veces en que no podía negarse a los caprichos de Isaka. Se maldijo para sus adentros al haber permitido aquella situación pero esos ojos azules de Isaka la mayoría de veces ganaban la contienda.
-Agh!!- apretó el volante mientras sentía como Ryuchirou engullía lentamente su miembro. Ahora era muy tarde, y ver de reojo la carita traviesa de Isaka desde abajo viéndolo eróticamente no le daba chance a arrepentirse en ese momento por lo que hizo el asiento levemente hacia atrás mientras desaceleraba la velocidad en la que iba conduciendo para evitar causar algún choque.
-Ryuuchirou-sama, solo no… - no pudo terminar la frase pues Isaka había besado nuevamente la cabeza de su miembro haciendo que automáticamente cerrara los ojos-
-¿sí Kaoru?- la sonrisa de Isaka era enorme al haber adivinado la petición de Asahina, el carro iba lento, tal vez un poco lento para lo que se supone deberían ir, y cerrar los ojos de vez en cuando no iba a matar a nadie, eso era lo interesante de los orales en el carro que había adquirido Isaka como pequeña manía que casi nunca le permitía Asahina.
-Eso no- se limitó a decir molesto Asahina mientras posaba su mano sobre los cabellos lacios de su mejor amigo
-Te refieres a esto- Isaka dobló su lengua para meter la punta en el pequeño orificio que adornaba la punta del pene de su novio; nuevamente Asahina cerró los ojos al contacto e Isaka aprovechó para engullirlo todo; pero un golpe sordo lo hizo cerrar la mandíbula instantáneamente. Las bolsas de aire automáticas del carro se expandieron inmediatamente opacando otro grito que Isaka bien sabía de dónde provenía. Por la posición que tenía logro deslizar el asiento hacia atrás para poder respirar, y lo siguiente que pudo visualizar fue las precisas marcas de sus dientes alrededor del miembro de su ahora inconsciente novio.
-Kaoru-
-Mm- Asahina solo atinó a cubrirse mientras seguía cerrando fuertemente los ojos y la mandíbula para no gritar lo que aún tenía atorado en la garganta. Isaka vio si Asahina estaba ileso a pesar del choque, claro quitando el hecho de la mordida, por lo que aliviado y enojado a la vez frunció el ceño y salió inmediatamente del carro para ver quienes habían sido los estúpidos que habían colisionado contra ellos porque por el impacto seguramente ellos que iban a veinte kilómetros por hora, no eran los culpables.
-No olvides que te amo- dijo a modo de disculpa y salió del carro para encontrarse con una delgada figura que se iba a acercar hacia el piloto.
-¡Quieto Kamijou!- una vez dicho aquello Hiroki se quedo completamente quieto a unos pasos del vidrio no tan polarizado del piloto mientras veía a Isaka salir del copiloto para juntarse con él.
-Ustedes- suspiró un momento Hiroki, relativamente aliviado.
-Hirohiko- frunció el ceño Isaka rechinando el apodo que les había dado a ambos desde pequeños, al notar que Akihiko salía del lado del piloto. -¿Qué demonios pasó?
El volvo plateado estaba completamente destruido del lado del motor, muy cerca de la puerta del piloto lo que significó un alivio enorme para Usami que levemente se apartó del pleito que Isaka comenzaba a tener con Hiroki para cerciorarse de que en el interior del carro, que como supuso no era conducido por Ryuuchirou, Asahina estuviera bien; pero a penas al acercarse noto un rostro totalmente rojo y una expresión de dolor enorme en el rostro de Kaoru, Akihiko abrió sus orbes violetas al creerlo herido hasta que notó que Asahina sostenía algo entre sus…
-¡Isaka! ¡qué le hiciste!- se volteó sorprendido hacia el aludido que inmediatamente lo volteo a ver, no pudo evitar sonrojarse ante el descubrimiento de su vecino.
-Yo..-
-¿De qué hablas Akihiko?- preguntó Hiroki mientras la portezuela del vehículo se abría y Asahina, que se había arreglado e intentado parecer no herido, salía a penas del vehículo; sin embargo, no pudo pararse remitiéndose a caer sentado en el asiento del piloto mientras emitía un grito ahogado de dolor.
-¡Kaoru!- Isaka olvidó su pelea con Hiroki para dirigirse a su novio mientras Hiroki seguía viendo con cara de consternación que había sucedido.
-Isaka le estaba haciendo un oral cuando los chocamos- Fue la respuesta que le dio Usami a la cara de duda de Hiroki.
-Ah… ¡espera, ¿qué?!- Dejó de ver a Usami para dirigir su cara de espanto hacia Isaka que ponía su cabeza en el suelo a modo de disculpa; Hiroki frunció el ceño, después de todo no era tanto su culpa y que Isaka le hubiese proferido un montón de insultos anteriormente no le cayó en gracia.
-¡Isaka!, entonces no fue nuestra culpa que Asahina estuviera herido- Isaka frunció el seño al notar a la morena figura delante de él
-Pues si no hubieran chocado tal vez no lo hubiera mordido…-
-Hm igual tener sexo en un vehículo en movimiento es ilegal no.-
-Como no tener licencia-
-¿cómo sabes?-
-tienes 17 joder y adivino que no tienen la licencia de menores-
-Ehh, mjm.- respondió cruzando de brazos. –De cualquier forma lo que debemos hacer ahorita es llevar a Asahina a un doctor no crees-
-¿eh?- respondió Isaka al recordar que junto a el, sentado en el piloto se encontraba Asahina que no había emitido palabra alguna y se encontraba aún cerrando los ojos y la mandíbula con fuerza.
-No… h-ha-y pro-blema- soltó en un suspiro Kaoru tratando de conservar la postura. Igual no había nada que por el momento pudieran hacer pues a simple vista podía notarse que los dos carros del año estaban completamente inservibles.
Pronto escucharon a una patrulla de policía llegar al lugar para ver lo acontecido y aunque no provocara tráfico por ser calle auxiliar a la principal, siempre el cuerpo de policías de tránsito se debía cerciorar de que todo estuviera bien; lo cual hizo colocar la piel de gallina a Hiroki.
-Akihiko- mencionó Hiroki pero éste solo se encontraba cabizbajo recostado en el volvo de Isaka, viendo prácticamente a la nada, por lo que Hiroki pudo divisar en su expresión que sentía culpabilidad por lo ocurrido. Lentamente se acercó, olvidando a la policía y a la pareja con la que platicaba, -Akihiko… todo está bien- fue lo único que atinó a decirle mientras Akihiko conservaba aún la expresión de tristeza.
-Um- Esa expresión afirmativa de Akihiko le hizo acercarse más a su amigo; y con cuidado poner sus manos alrededor de las mejillas de Akihiko quien frente a ese acto quedó sorprendido. El moreno quedo de frente hacia esos ojos tristones que miró con dulzura; sabía qué ambos se habían distraído del camino y esa culpa por lo tanto era compartida, pero aunque así fuera no soportaba ver el semblante deprimido de su amigo, pero inmediatamente llegó a su mente algo que le había hecho sonreír a Akihiko anteriormente, frunció el ceño un poquito y respiro profundo para esperar no oírse ridículo.-
-“donna doki te mo, waratte, waratte…. Hana wo sakasete yo”- Isaka fue el primero en voltear a ver a Hiroki cantando mientras Akihiko como por obra de magia desvanecía ese semblante serio por una sonrisa encantadora, vio como Akihiko topa levemente sus labios a los de Hiroki y lo rodeaba en un abrazo mientras el otro le correspondía.
-Oigan- no pudo evitar sonreír, “con que ustedes son” pensó inmediatamente Isaka al ver las miradas de ambos y el abrazo furtivo que Akihiko le había dado, “justo como en la novela”. Isaka suspiró con satisfacción, al parecer no era la única persona que se enamoraba desde pequeño.
Hiroki fue el primero en deshacer el abrazo al recordar que estaba siendo notado por Isaka y Asahina que de apoco había abierto los ojos aún con la expresión de dolor pero una sonrisa adornada en su rostro al igual que Isaka.-
-Hagamos un trato Hirohiko- Hiroki rodó los ojos mientras se separaba suavemente del abrazo en que lo tenían y miraba dudoso a Isaka.
-¿Qué quieres?-
-Guarden nuestro secreto y nosotros guardamos el suyo- Respondió con una cara de inocencia mientras Hiroki se sonrojaba al notar a qué se refería Isaka con “secreto”. Le desvió la mirada avergonzado mientras aceptaba ligeramente.
-¿Están bien?- escucharon al momento en el que dos oficiales de policía se acercaban a ellos.
-Sí, todo en orden- replicó Isaka tratando de fingir ser adulto aunque tuviese a penas veintidós años.
-De acuerdo, sólo déjeme ver sus papeles.- El oficial se cruzó de brazos esperando a los chicos y Hiroki al instante volteó a ver a Akihiko quien le devolvió la mirada…
-Sí, oficial verá, esto es mi culpa… yo tomo la responsabili…- Hiroki empezó hablar instantáneamente antes que Akihiko lo hiciera pues sabía bien que no lo pensaría dos veces antes de echarse la culpa. Sin embargo en apenas un segundo sintió unos suaves labios topando los suyos callándolo inmediatamente.
-Mi amor, yo estaba conduciendo no me cubras, ¿de acuerdo?- le dijo Isaka a Hiroki a penas separó sus labios de él. Contempló divertido la expresión asustadiza de Hiorki mientras le hacía una cara retadora al policía y veía a Akihiko venir prácticamente furioso hacia él.
-Akihiko, hazme un favor, dejé los papeles en mi deportivo negro, tráelos- enfatizó sus últimas palabras mientras le dedicaba una mirada azulina seria, por lo que Akihiko detuvo su impulso de quererlo ir a matar para fingir que del carro sacaba los documentos que en realidad se encontraban en su billetera. Por su parte Ryuuchirou sonreía con satisfacción al rodear a Hiroki por la cintura mientras tanto, pues había tenido el efecto deseado y ambos policías, ya ni siquiera los miraban a los ojos, incómodos de la situación que acababa de acontecer.
-¿No creen que es una coincidencia señores? Nos topamos con esta otra pareja que son nuestros amigos, así que él les puede dar los otros documentos y ya nosotros nos arreglaremos con la aseguradora. –Le sonrió pedantemente mientras uno de los policías afirmaba y aun avergonzado pasaba a un lado de la aparente feliz pareja.
Hiroki seguía conteniendo el aliento, no sabía si enojado o avergonzado pero de un sentimiento estaba seguro, estaba al menos un poco agradecido con Isaka al ver cuál era su plan, aunque eso no le quitaba la sensación incómoda de haber besado a alguien que no fuera Akihiko.
-Toma idiota- respondió fríamente Akihiko dándole los papeles a Isaka mientras el los daba al oficial. Una sonrisa automática salió cuando el policía ni siquiera revisó la licencia de Isaka ni los papeles de circulación vehicular sino solo se limitó a ojearlos para después llamar a su compañero que estaba con Asahina y juntos retirarse rápidamente.
Una vez fuera de su vista Isaka quitó su abrazo posesivo de Hiroki para dirigirse a Asahina y besarlo.
-¿Oye y no vas a dar explicaciones?- refutó Akihiko cruzándose de brazos mientras Isaka sonreía.
-¿Celoso?- A penas escuchado Akihiko frunció el ceño y de un jalón agarró a Hiroki por la cintura para besarlo enfrente de la sonrisa pedante de Isaka que solo se amplió.
-¡Solo yo puedo hacerle conjuros a Hiroki!- De pronto sintió un leve empujón de parte del moreno ya enojado.
-¡Bakas! ¡No soy un juguete idiotas!- Hiroki se separó tapándose la boca y viendo a ambos hombres con mirada asesina. Akihiko suspiró, actuar por impulso hacía que Hiroki sacara ese puchero hermoso de enojado, pero o lo hacía o quedaría con la consciencia intranquila que el estúpido de Isaka lo había besado.
-Agradecidos deberían estar los dos- Isaka se cruzó de brazos mientras Asahina que poco a poco se iba recuperando suspiraba al ver a su amo siendo un niño caprichudo que siempre decide unilateralmente sobre cómo solucionar los problemas de todos. Sin embargo, sonrió para sí, aunque no le hubiese gustado del todo la escena con Kamijou, al menos ayudó a que los policías no se fijaran en que la licencia del perezoso de Isaka estaba vencida por no haberla ido a renovar desde hacía meses.
-Tú deberías estar agradecido, escribo para tu estúpida editorial-
-No, tú deberías estar agradecido, te salvé de la cárcel-
-No tu deberías estar agradecido de que no te rompiera la cara por…- Hiroki vio a Asahina quien le sonreía de vuelta, esa discusión tardaría un par de minutos y mientras tanto Hiroki y Kaoru convinieron en llamar a Tanaka para que los fuera a traer y llamar a la aseguradora para que se llevaran sus carros inservibles al taller.
Unos cuantos minutos después entre discusiones, explicaciones sinsentido a Tanaka de por qué Asahina no podía caminar y una explicación ilógica de cómo habían chocado fue cómo terminó la tarde; y mientras Akihiko dormido se recostaba sobre su hombro, Hiroki no pudo evitar sonreír; ahora que se ponía a pensarlo, Akihiko quería huir… sólo con él. Se sonrojó levemente y lo vio de soslayo, una pequeña sonrisa surco sus labios mientras acomodaba su cabeza en el cabello plateado de Usami y cerraba los ojos adormitado; tal vez hoy no, pero ya habría momentos en que pudieran pasar más tiempo juntos.