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The Proposal por Himiko Hirisashi

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Notas del capitulo:

Hola chicas!!! Creo que después de un capítulo tan largo, desilusionaré un tanto al decirles que creo, éste, es el capítulo más corto O.o ¿qué irónico, no?  Y así de corto creo que también lo será este monólogo xD  solo resta decirles que mil gracias por sus coments, me dio una mini hemorragia nasal al ver que todas decidieron ¡Hirohiko! OMG es como un bautizo del nombre!!!!!

Sé que nada que ver pero veré si hago una serie (al menos en amor yaoi que permite hacer serie, pondré Hirohiko y allí irá todo mínimum por si alguien quiere meter fics allí o encuentra mínimum y dicen que lo suban, así habrá recopilaciones! ok tal vez solo las mías porque creo que sólo yo escribo de ellos en todo el fandom O.o al menos recientemente) en fin… Hmm se hizo largo el monólogo O.O  gomen! xD

 

Ahora sí ya las dejó leer el minicap y también quiero agradecerles que todas me dijeron que o era Bakahiko, o se oía mejor Bakahiko, o era más fácil Bakahiko xD el punto es que con esa pregunta creo que también cavé mi propia tumba porque voy a tener que ir mínimum por mínimum corrigiendo (incluyendo este fic) todo el Bakakihiko que escribí xD  esta semana la tengo menos cargada, creo que eso haré :3  en serio gracias porque escribo (obvio para mí porque qué autor no lo hace) pero también para ustedes que me han apoyado no solo en este fic y con una pareja que tengo como medio monopolio u.u jajajajaja Entonces chicas Bakahiko se queda! :D

Y a este punto de la historia creo que nunca se los he dicho pero de veras las he llegado a querer!! :3 leerlas todas, a su forma, unas con testamentos como los que yo hago y otras más concisas pero igual siempre mostrando que les gusta; no tienen pinche idea de cuánto me hacen feliz!!! :D  

Ok ya me dejo de cursi y las dejo leer! Beso!! Seguiremos leyéndonos al final J

 

Debido a que la mansión Kamijou era un gran islote, para llegar a la ciudad de Sitka el único medio de transporte era a través de yate, y así como habían llegado, de la misma manera Hiroki y Akihiko se dirigían a la ciudad para traer el teléfono celular que habían pedido.

El viento soplaba levemente sobre su cara por la velocidad mínima a la que Hiroki conducía.  En lo personal, a Akihiko no le agradaba el agua, no sabía nadar ya que a penas sus padres solo se preocuparon de que comiera, y realmente él no le había tomado mucha importancia por lo que estar en el yate no le gustaba en lo absoluto.

-¿Estás bien?- Mencionó Hiroki volteando a ver por enésima ver a Akihiko, estaba consciente de su temor al agua y aunque el moreno le había dado el mismo medicamento que le dio contra su claustrofobia, parecía no tener el mismo efecto en ese momento.

-No te preocupes- respondió haciendo su mejor sonrisa posible mientras revisaba su chaqueta y se daba cuenta que había olvidado la cajetilla de cigarros.  Tragó en seco, ya veía desde lo lejos la ciudad por lo que podía constatar que se encontraban a unos cuantos minutos de llegar, así que respiró hondo, la pequeña pesadilla acabaría pronto.

Llegaron a la tienda y Akihiko definitivamente sentía que vomitaría en cuanto vio al dueño de la tienda-

-¡Hola!-

-Hola  Kanato- respondió Hiroki entrando a la tienda mientras Akihiko se posicionaba instintivamente detrás de Hiroki, tratando de evitar la mirada del stripper para no ir a golpearlo.

-¿Aki-chan verdad?-  El stripper ahora dueño de la tienda le guiñó un ojo y con eso Akihiko empuñó su mano dispuesto a sacarle un ojo pero inmediatamente se topó con la delgada figura que tenía enfrente-

-¿Akihiko?-

-Solo ve por el teléfono- dijo fríamente fijando su vista violácea en Kanato que le seguía el juego haciendo sonidos de ronroneo.  Hiroki dudó de la actitud su prometido, pero le dio nula importancia al recordar por qué había llegado.

-¿Ya vino mi teléfono Kanato-san?-

-Sí Kamijou, toma- le extendió una caja que hizo a Hiroki suspirar de alivio.  A penas corroboró que la batería del teléfono estaba cargada comenzó a llamar a Miyagi, pero para su desgracia la señal era casi nula.

-No contesta- hizo una mueca de fastidio y siguió intentando llamar mientras salían de la tienda y mientras Kanato se despedía provocativamente Akihiko pasaba su mano por la cintura de Hiroki mientras con la otra le sacaba el dedo medio dándole automáticamente la espalda

-Oye- dijo sin hacer esfuerzo por quitárselo, ahorita su concentración estaba en leer los treinta y siete mensajes de Miyagi, escuchando entrecortadamente la grabadora de voz.

-¡Hirohiko!- Hubiera perjurado que era Isaka pues era el único que los llamaba así cuando eran pequeños pero la inconfundible voz de su abuela lo hizo suspirar pesadamente-

-Se llama Akihiko, abuela- respondió sin sonreírle, mientras volvía su vista al celular

-Me refería a ambos; estoy vieja y tengo que acortar nombres-

-¿Te recuerda a alguien Hiroki?-

-Sí, el bastardo que te metió en esto-

-Que nos metió, no individualices- le sonrió mientras Hiroki, despegaba su vista del aparato telefónico para brindarle una mirada asesina

-¡Hola chicos!-

-Papá- dijo fríamente mientras Sato le daba una sonrisa, de las pocas sinceras que tenía y que hizo dudar a Hiroki.

-Podemos robarnos a tu hombre un momento- “hm, la anciana sabe que es hombre” pensó Hiroki al mismo tiempo que la pequeña mujer comenzaba a arrastrar a Akihiko fuera del abrazo que hace poco tenía con el moreno.

-Umm- respondió mientras seguía levemente enfocado en su teléfono.

-¿Hiroki?-

-Sí-

-Sé que no lo haces por mí; pero gracias por casarte con Usami- Hiroki desvió inmediatamente su vista del teléfono celular para voltear a ver a su padre mientras a lo lejos apenas podía distinguir a su abuela y Akihiko.

-Yo…-

-No digas nada; me alegra que seas feliz con él y con el trabajo que tienes, ¿de acuerdo?-  Le volvió a sonreír sinceramente mientras colocaba una mano en el hombro de Hiroki y la pasaba luego por su cabello levemente largo. Una corta mirada comprensiva y Satou se volteó para irse con la abuela y Akihiko.

No supo cuánto tiempo se quedo contemplando cómo se iba, aún sorprendido de su cambio de actitud y de opinión; no daba fe a lo que había escuchado pero quería creerse que aquello era verdad aunque supiese del gran poder de convencimiento que siempre llevó a Satou a la cima. De pronto sintió que su celular era arrebatado de sus manos y le bastó un segundo para que frente a sus ojos viera un largo cabello rubio pasar rápidamente

-¡Oye!- gritó levemente molesto pero la gran sonrisa de la chica que se jactaba de tener su celular lo hizo sonreír automáticamente.

-¿Qué, ya estas viejo para poder quitármelo?- la chica hizo ademán de salir corriendo y para su sorpresa Hiroki la seguía, caminando. 

-Kiyomi- la llamó pero la rubia con expresión divertida se alejó más; ¿acaso nunca iba a cambiar?, su prima siempre había sido su competencia, en natación, caligrafía, kendo y deportes por lo que siempre competían de pequeños y al parecer aun no se le quitaba la mañana de la pequeña niña de ojos celestes de robarle sus cosas para retarlo a alcanzarla.   No estaba para juegos, necesitaba ver los mensajes de Miyagi ya, pero sabía que su pequeña amiga de la infancia no se lo iba a devolver a menos que la alcanzara; y que mejor para burlarse de ella demostrándole que como siempre, lograba ganarle.  Hiroki empezó a caminar, y cuando estaba a punto de agarrarla ella caminó más rápido, casi trotando.  Rio inevitablemente, tal vez por la desesperación  o tal vez por la ridiculez que iba a cometer en ese momento, pero necesitaba ya el maldito teléfono, y la ansiedad de saber si Miyagi había entregado su trabajo lo tenía nervioso por lo que corrió más rápido y sin poder evitarlo derribó a Kiyomi.

Sus ojos violeta echaban fuego, se notaba que Hiroki estaba enamorado, a nadie le había sonreído como ahora lo hacía desde la distancia.  No era posible, el recatado profesor de literatura; no, el “demonio Kamijou” jugando a la mitad de la calle con una rubia.   Sus ojos no daban credibilidad a lo que veía y ahora sí le urgía poner un cigarro en su boca si no fuera porque de pronto cruzaron en una esquina y la abuela automáticamente lo jaló.

-¡Auch!- inmediatamente Hiroki se quitó de encima

-Es tu culpa, por ser una ladrona- refunfuñó cruzándose de brazos.

-Sigues siendo el mismo niño gruñón- le sonrió aún sentada en el suelo mientras él le ofrecía la mano para levantarse.

-Tal vez, aunque al parecer tú ya no lloras cuando nos caemos-

-Ya crecí- le dijo devolviéndole el teléfono.

-Pues no parecía- señaló el aparato mientras volvía a desviar su vista hacia éste y en cuestión de un segundo no lo volvía a tener en sus manos.  Iba a reclamar pero Kiyomi lo interrumpió.

-Oye, no veas el teléfono, estás hablando conmigo-

-Trabajo es trabajo- le respondió arrebatándoselo y devolviendo su vista al aparato celular verificando la señal. 

-De acuerdo- respondió la ojiceleste un tanto desanimada; de verdad odiaba el trabajo de Hiroki, desde más de cinco años que no lo veía por su trabajo; pero ya lo suponía, incluso cuando Anna Kamijou la invitó a la bienvenida.  La única forma en que Hiroki dejara su trabajo es que estuviera enamorado y para su mala suerte, justamente por eso había llegado Hiroki: para presentar a su prometido.  Suspiró volteando a ver a esos ojos achocolatados que jamás la vieron.  Ni cuando era pequeña, ni ahora. 

-Me alegra que hayas hecho tiempo en tu trabajo para venir a presentar a tu nuevo prometido-

-¿Akihiko?, yo no vine por eso- se excusó inmediatamente aunque la sonrisa irónica de su acompañante lo hizo desviar la mirada.

-Hace cinco años que no vienes, me vas a decir que venías con la excusa de querer visitar a la familia- sonrió Kiyomi un tanto forzada.

-Etto,… eh…- Ahora que se ponía a pensar, prácticamente parecía que había llegado con el objetivo de hacer saber a toda Sitka que se iba a casar. Frunció el ceño, el viernes había sido un completo desastre, tenía que haber adelantado trabajo para visitar a la abuela pero ni lo adelanto ni pudo desistir del viaje gracias a Akihiko.

-Sabes, sé que sonará estúpido pero, ¿acaso él es el niño del que me hablabas cuando venías?-

-Eh… sí- respondió regresando de nuevo a la conversación que tenía con Kiyomi, mientras le desviaba la mirada un tanto sonrojado de la poco modesta pregunta de Kiyomi.

-Se oye… perfecto- su voz chillona se tornó seria mientras le desviaba la mirada de la misma forma que su acompañante lo había hecho segundos atrás.

-¿Eh?-

-Ya lo sabes, casarte con tu primer amor-

-Él no…-

-Se le nota en los ojos que está enamorado de ti-  comenzó a caminar dándole la espalda

-Oye espera… ¿por qué lo dices?-

-Adiós-   Agitó su mano mientras seguía caminando; Hiroki dudó un momento en seguirla pero qué caso tenía, igual ahora tenía cosas más importantes que hacer como llamar a Miyagi para contarle que no llegaría mañana y esperar que por milagro le dijera que todo estaba bien.  

Notas finales:

Saben, hasta a mí se me hizo corto xD  malas noticias chicas o bueno no sé si son malas O.o por fin puedo dar un medio atisbo de cuantos epis tendrá :s supongo que faltan otros cuatro y se acaba O.o Gosh!!! Bueno no prometo, pero está en mis planes “La otra Propuesta” que será mi pinche continuación de esto y la haré mientras hago mi tesis y me preparo para privados, si logro que me sirva de descanso del estrés, me tendrán por estos rumbos. xD

Ummm algo más algo más… nop ahora sí me quedé corta de palabras. A si si, ¡espacio publicitario! ya que estamos en octubre, hice un especial de Halloween hace un año (wow cómo pasa el tiempo) si quieren echarle un vistazo en mi perfil lo encuentran :3 “el tesoro más preciado”  Besos chicas 


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