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The Proposal por Himiko Hirisashi

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Notas del capitulo:

Les debo una disculpa del tamaño del dolor que le causé a Hiroki en el este cap D: xD ¡Lo siento por la tardanza! Entre una ida al hospital, falta de inspiración, otro fic, privados  y mi negación a que este fic termine me alejé mucho de este fic u.u (recurdan cuando actualizaba semanalmente??) Tiempos aquellos :’) Dios! No me maten please o.o  pero ya voy publicando y poniéndome al día con este bebé que ustedes han llegado a adoptar y que se los agradezco millones!! 

No sé si es corto o largo pero lo que sí es que no es el último :D ahora sí las dejo leer :3 beso!!

 

Los resplandecientes rayos del Sol iluminaban todo el bosque, colándose entre las copas de los árboles iluminando cada hoja, pasando por las ramas y descendiendo hasta el suelo alumbrando todo incluyendo a unos morenos parpados que se encontraban cerrados y que la luminosidad obligó a que Hiroki poco a poco volviera a ser consciente de sí. 

Aún no abría los ojos pero sentía su cuerpo pesadísimo, como si fuera aplastado por una enorme roca, le costaba respirar y le dolían sus costillas enormemente, extrañamente su cuerpo se sentía débil por lo que intentó moverse y allí fue cuando un dolor puntiagudo en su entrada lo hizo abrir los ojos sobremanera sólo para tener que cerrarlos de nuevo por la luz que se colaba entre las copas de los árboles, dándose cuenta inmediatamente que estaba en la base secreta. 

Se movió una milésima más y no pudo evitar soltar un grito ronco de dolor cayendo en la cuenta que su hermoso sueño de que Akihiko le había hecho el amor  había sido realidad, simplemente que la realidad se había transformado en una pequeña pesadilla al sentir que el peliplateado no había tenido siquiera la delicadeza de haber salido de su interior y ahora resultaba que Akihiko era el gran pedazo de roca que le aplastaba las costillas y que le estaba destrozando prácticamente el cuerpo mientras seguía inconsciente. 

Bufó irónico, su sueño hecho una dolorosa realidad.  “baka baka baka baka” pensaba mientras con esfuerzo sobrehumano inhalaba aire que lastimaba sus costillas con el fin de darle a Akihiko la gritada de su vida que seguro se merecía

-¡Bakahiko quítate!- creyó haber gritado pero su voz ronca y el dolor de cabeza agudo no le dieron buena señal.  Con su mano que sentía débil movió el hombro del ojivioleta causando que éste pestañeara de apoco.

-Akihiko- mencionó Hiroki pero su voz casi inaudible no llegó ni siquiera a sus propios oídos, sin embargo el leve movimiento que hizo fue suficiente para que Akihiko abriese también los ojos

-¿Hiroki? Hola- sonrió encantadoramente Akihiko al despertarse completamente y ver hacia un lado que tenía a Hiroki acorralado contra el suelo.

Sin poder evitarlo se acercó para depositar un suave beso en su mejilla pero notó  inmediatamente que Hiroki se encontraba con temperatura alta, se levantó levemente encima de él y notó que seguía dentro del moreno, cerró un ojo por el dolor al moverse sabiendo que no había sido buena idea quedarse en esa posición y si a él le dolía, no quería ni pensar en Hiroki. 

-Hiroki ¿estás bien?-

-No ¡quitate baka!-  Lo dijo ruborizado al haber sentido el beso que anteriormente le había dado, pero apenas dejo de sentir a Akihiko encima suyo sintió cómo el dolor de su cuerpo aumentaba considerablemente al igual que ese punzón agudo que palpitaba en su cabeza.

-¿Hiroki?- Sus ojos violáceos expresaron preocupación al ver que Hiroki había hablado sin emitir sonido alguno y se encontraba ahora respirando con dificultad mientras sus mejillas se encontraban totalmente rojas y sus ojos se cerraban.  -Hiroki, ¡Hiroki me escuchas!- Akihiko se levantó del suelo sosteniendo a Hiroki entre sus brazos, toda su espalda descubierta se encontraba congelada por el frío de la madrugada y su pecho levemente rojizo por la presión de Akihiko sobre él.  Sus manos pasaron sobre la frente de Hiroki comprobando que estaba ardiendo en fiebre. 

Aquello definitivamente era malo, por lo que lo primero que hizo fue quitarse el saco que él  cargó toda la noche y recostar a Hiroki sobre éste mientras buscaba su pantalón y dentro de él su teléfono celular, si todo seguía igual en aquella mansión habría una persona que aunque estuviera abandonada seguía cuidando de esta.

-¡Tanaka!- terminó de colocarse el pantalón mientras agradecía que el mayordomo aun viviera como guardián y cuidador de la antigua mansión Usami, llegando a socorrer al moreno desmayado y llevándolo a la antigua habitación de Akihiko.  Una llamada a la Alerta Médica y un par de horas después Hiroki había logrado despertar.  Akihiko suspiró por lo bajo al ver aquellos ojos achocolatados abrirse de nuevo, definitivamente todo lo que hicieron anoche más de alguna vez lo había escrito en sus novelas BL; pero jamás terminaban en un final como el que presenciaban sus ojos: un moreno desmayado y ahora con una intravenosa en su brazo izquierdo y un puchero entre enojado y de vergüenza.  Rio bajito, si así había sido su primera vez oficial esperaba en verdad que las otras fueran mejores.

-¿Cómo estás?- Hiroki no reaccionó ante aquella pregunta sino hasta que Akihiko posó sus manos en su cabeza y el doctor le medía la temperatura y  le colocaba una linterna sobre sus ojos la cual le molestó.

-Parece que ya se recuperó, aunque no del todo- terminó diciendo el doctor que casi obligado por Akihiko había tenido que quedarse cuidando del paciente.  Al haber llegado había corroborado que solo se trataba de un resfriado pero la fiebre y la deshidratación lo habían hecho desmayarse; nada de lo cual estar preocupados si lo dejaban descansar y le inyectaban suero pero a petición de Akihiko y una considerable suma de dinero el doctor había prometido quedarse hasta que Hiroki despertase lo cual, según su diagnóstico correcto tomo a penas menos de media hora. –Sólo asegúrense que tome muchos líquidos y el tratamiento para el resfriado que le receté-

-Sí doctor- respondió Akihiko a la par de la cama mientras corroboraba que tuviera en la mano todos los papeles con las indicaciones del doctor.  El médico salió del cuarto dejando a Akihiko y Hiroki solos y mientras el primero ojeaba la letra incomprensible del doctor, Hiroki empezaba a notar desde que había despertado, unos minutos atrás, en qué lugar se encontraba. 

La enorme cama acolchonada, los estantes de libros, el pequeño escritorio de madera en la derecha, suspiró mientras recordaba por un breve segundo toda su infancia en ese cuarto en el cual pasaba tiempo con Akihiko aunque fuesen escasos minutos ya que la mayoría de tiempo que compartían era en la base secreta, pero aquello no le quitaba el recuerdo de infancia que ese cuarto traía.

-Jum, ¿creo que esta es la primera vez que te resfrías sin que sea invierno verdad?- mencionó Akihiko dándole vueltas al papel de caligrafía jeroglífica.  Hiroki volteó a ver a Akihiko detenidamente por primera vez desde la noche pasada, y no pudo evitar voltear inmediatamente la mirada mientras su corazón volvía a latir rápidamente; quería sonreír pero en cambio esbozo un ligero puchero de aparente molestia, era realmente increíble que su corazón ahora palpitara tan rápido por Akihiko sin que un sentimiento negativo lo acompañare, no, ahora solo había una palabra en su mente. Felicidad.

-Umm- se limitó a decir e inmediatamente Akihiko lo volteó a ver.  O Hiroki era muy obvio o Akihiko muy perceptivo pero con aquel monosílabo había captado lo avergonzado que éste estaba.

-Qué lástima, y yo que pensaba seguir con lo de anoche- respondió dejando las recetas a un lado y volteándolo a ver con una sonrisa ladina que Hiroki no tardó en responder con un sonrojo evidente, sí, definitivamente Hiroki debía saber que sonrojarse era una invitación abierta a que lo atacaran y Akihiko sabía cómo aprovecharse de esas situaciones.  Se levantó de la silla para pasar colocarse en la orilla de la cama.

-Oi, qué crees que..- Hiroki intentó removerse de su lugar pero un punzante dolor le recorrió todo el cuerpo, especialmente en el lugar que su amado peliplateado había profanado sin cuidado y ese dolor solo le remarcaba que, si a penas y se podía sentar, mucho menos dejar que Usami intentara algo.  Sin embargo ante su falta de movimiento Akihiko alcanzó a volverle a besar el cuello colocando sus manos a los costados.  Quería moverse pero ni su cuerpo ni la intravenosa en su mano izquierda daban opción a ello. –Oi…ahg-

-Te ayudo a mejorarte- el sonido de un corto beso en su mejilla lo sorprendió mientras sentía la suavidad de los labios de Akihiko adornando su piel morena.

-pero… así no..- entre  suspiros entrecortados y un vano esfuerzo por quitárselo de encima Hiroki intentaba detenerlo inútilmente

-Así te curé en mi novela ¿recuerdas?- sonrió lascivo mientras se acomodaba inconsciente al dolor que Hiroki sentía pues esa piel ahora levemente más caliente no le dejaba opción a pensar en otra cosa.  De pronto sintió como las dos manos de Hiroki con la poca fuerza que conservaban lo alejaban inmediatamente desistiendo así de seguir.

-Yo… no me he enfermado en tus novelas- Susurró Hiroki apenas lo había escuchado cuando reaccionó zafándose del agarre de Akihiko, aquel comentario sin sentido lo hizo dudar un segundo.  La razón por la cual Hiroki tenía tres copias de cada libro de Akihiko, era porque leía sus libros más de una vez y en su casa quedaba uno y el repuesto, mientras que otro era para cuando salía y quería llevarse un libro.  Eso significaba que al menos había leído dos veces todos los libros de Akihiko y estaba completamente seguro que en ninguno de ellos él se enfermaba; es más, no recordaba a nadie enfermo en ninguno de todos los libros que Akihiko había escrito.

Akihiko guardó silencio un segundo, mientras lo miraba dubitativo.

-En Si no te hubiera conocido- le pareció extraño por un momento que el moreno no recordara el primer libro que había escrito.  Hiroki de pronto agrandó sus achocolatados ojos y se acomodó en la enorme cama haciéndose levemente para atrás mientras escondía la mirada y tragaba saliva en seco.

-Yo.. etto, esa novela, no la leí- mantuvo su vista desviada; sabía que tal vez haberle dicho que sí antes era de las mentiras más grandes que le había dicho a Akihiko, después de todo no apoyo su primer libro a pesar de haber prometido en aquel tiempo que lo haría.  –gomen…-

- Ah no… ¿por qué?- fue lo primero que preguntó el peliplateado haciendo memoria instantánea del por qué Hiroki en el avión de ida a Sitka le había dicho que solamente había aparecido siete veces en sus libros cuando en realidad eran ocho.  Si Hiroki era tan perceptivo para encontrarse a sí mismo en los libros que él escribía, definitivamente decía la verdad al mencionar que no había leído el libro pues, hubiera notado inmediatamente que él era el protagonista a pesar de estar tras la apariencia de una mujer; después de todo esa no era la primera vez que Akihiko lo describía así.

-Ehh yo, tu.. se lo dedicaste a una…mujer- Akihiko parpadeó dos veces encajando todas las piezas que faltaban hacía veinte años.  No pudo evitar curvar sus labios en una sonrisa irónica percatándose del por qué Hiroki no le había correspondido en aquel tiempo.

-Hmm ahora entiendo.-  Dijo para sí mismo para luego besar los labios del moreno por un segundo – ¿y si te digo que no era una mujer?- Hiroki quedó dubitativo ante aquella pregunta hasta que dejó de desviar la mirada al comprender lo que Usami decía, abriendo sus ojos sobremanera al ver la sonrisa cómplice de Akihiko.  Abrió levemente la boca pero no pudo pronunciar ni una palabra

-Espera, yo era…-

-Sí- no era necesario escuchar lo que Hiroki iba a decir.  A su juicio tal vez era hora que ambos aclaran un poco aproximadamente veinte años de haberse guardado sentimientos mutuos.  Iba a decírselo cuando escuchó que su celular vibraba; lo iba a ignorar de no ser porque recordó que ya había pasado la hora legal de que debía quedarse en Japón y había una alta probabilidad que fuera Migración el que estuviera llamando.  Se levantó de la cama para contestar pero una mano lo detuvo

-¿Akihiko?- Hiroki lo miró confuso un momento

-Migración- y con aquella palabra a Hiroki se le heló el corazón, hasta ahorita caía en la cuenta de las palabras de Gilbertson de ayer, volteó a ver su reloj, eran las nueve y media de la mañana y el vuelo de Akihiko había salido hacía más de una hora.  Akihiko volteó a ver su teléfono para corroborar que era un número desconocido por lo que suspiró y puso el auricular cerca de su oído para contestar pero la voz que escuchó le hizo contener el aliento, cortando la llamada y  soltando el teléfono de inmediato

-Casémonos- alzó la voz lo más fuerte que su débil voz podía mientras los ojos achocolatados de Hiroki se posaban sobre los violáceos sorprendidos de Akihiko que había cortado inmediatamente la llamada y ahora lo miraba fijamente.  Hiroki sintió un escalofrío leve pero no por ello menos decidido. –Casémonos- repitió y Akihiko volvió en sí sonriendo levemente

-Hiroki… no quiero obligarte sólo para quedarme- respondió viendo la mirada decidida del profesor de literatura mientras pasaba una mano sobre su rostro moreno

-No me obligas yo lo decido- Sí, Akihiko podía afirmar que era la misma mirada decidida de Hiroki cuando se proponía algo; y Usami no podía más que sonreír,  por enésima vez en esos últimos tres días en que Hiroki lo había sacado prácticamente de la soledad en que se había convertido su vida, y esa sería la primera de tantas otras que seguro el moreno le sacaría.

-En ese caso… acepto- No pudo evitar reírse, en su mente desde que tenía diez años y se había imaginado aquello, el “acepto” siempre había correspondido a su moreno amigo que estaría llorando, pero la realidad era otra muy distinta; porque el decidido era Hiroki y el que se quebraba por dentro era Akihiko que acababa de caer en la cuenta que lo que una vez quiso, el amor que jamás creyó correspondido, el niño de ojos cafés que había decidido olvidar vanamente, se le había declarado

-Akihiko- el aludido respiró profundo mientras guardaba el temple que Hiroki tan fácilmente había descontrolado.  Y apenas exhalado el aliento se acercó a Hiroki para volverlo a besar y si era posible, comerse esa boquita que con palabras susurradas por su débil estado habían hecho a Akihiko enamorarse más si eso era posible.

-El teléfono- Susurró Hiroki al ver el aparato volver a vibrar, lo cual Akihiko le hizo detener sus pasos pero en vez de enojarse sonrió complacido ante la llamada y depositando un fugaz beso en los labios de su ahora prometido agarró el aparato que había dejado caer anteriormente sobre la cama.

-Me voy a casar imbécil- respondió inmediatamente sabiendo que no era más que Gilbertson del otro lado de la línea.

-Le está hablando a la autoridad  “¿vio? el también sabe que usted es un imbécil” ¡señora ya cállese!  “¡oblígueme!”-  Akihiko escuchó dudoso la conversación del otro lado de la línea telefónica y al poner un poco de atención rio incrédulo

-Hiroki, ¿sabías que tu mamá está en inmigración?

-¿Ah?- esbozó el moreno y Akihiko puso el teléfono en altavoz para que Hiroki pudiera escuchar un montón de gritos incomprensibles entre los que destacaba la voz de Anna Kamijou y a lo lejos su esposo tratando de calmarla.  Hiroki quedó boquiabierto para después relajar su rostro y rodar los ojos pensando en que su familia a veces se involucraba más de lo que él quisiera.

-¿Aló?- Volvió a preguntar Akihiko lo cual hizo que se callaran las voces provenientes del teléfono.

-¡Akihiko-kun, ya no te deportaran!- gritó la abuela a lo lejos lo cual hizo a Akihiko sorprenderse –“no se permiten perros en la oficina” ¡no se meta con Kevin…!- comenzó otra ronda de alegatos que Akihiko le sonó divertido mientras que Hiroki pasaba su mano derecha sobre sus ojos.

-¿Aló?-

-¡Déjeme hablar! ¿Aló?, Usami necesito que usted y Kamijou vengan a la oficina, no me he contactado con el así que debe avisarle-  Los dos se voltearon a ver extrañados pero la condición de Hiroki no era para salir de la mansión en aquel momento

-Hiroki está conmigo, pero no podemos ir a su oficina así que si quiere decirnos algo puede ser por teléfono o en la mansión Usami- respondió tajante Akihiko a lo que Gilbertson iba a responder con una negativa de no ser porque escuchó una voz femenina tras suyo.

-Vamos para allá Akihiko- escucharon ambos a través de la línea y Gilbertson no pudo más que confirmar lo dicho colgando la llamada inmediatamente.

-No te van a deportar- repitió Hiroki esbozando una enorme sonrisa incontenible ante lo que había escuchado y volteando a ver al ojiplateado que miraba absorto esa sonrisa amplia que nunca había visto en el moreno.

-Oye, no voy a dejar que te retractes de la propuesta que me hiciste- le miró pícaramente mientras dejaba el teléfono a un lado y volvía a acercarse para terminar lo que iba a hacer con el moreno que sabía lo que haría su prometido y aunque le doliera prácticamente todo su ser en ese momento, por esa mirada violácea se dejaría hacer  lo que Akihiko quisiera.

-¿Y quién te dijo que me iba a retractar?-  Asintió Hiroki atrayendo a Akihiko hacia así y siendo él el que uniera sus labios una vez más.  Akihiko pasó sus manos por el camisón prestado que le había colocado en la mañana y empezó a desabotonarlo lo más rápido que pudo para deshacerse de esa prenda que le era ahora absolutamente innecesaria, bajó las mangas del camisón para dejar desnudo el torso del moreno y en cambio recibió un  empujón de su hombro derecho.

-La.. aguja- pronto la mirada de Akihiko se encontró con la expresión adolorida del moreno que portaba la intravenosa en su mano que Akihiko había movido inconscientemente. Suspiró por lo bajo, aunque quisiera volver a tratar a Hiroki como lo había hecho la noche pasada; con esa voz bajita, ese cuerpo afiebrado y el suero de su mano le daba una clara señal que por ahora tenía que ser paciente, lo cual le hizo disgustarse un poco, pero definitivamente un día o dos no eran comparados con los veinte años que había esperado.

Una hora y la familia Kamijou junto con Gilbertson se encontraban en la gran mansión, y Akihiko solo podía contemplar a una mamá encima de su hijo a punto de llorar por la condición de éste, una abuela con cara de “ya sé que pasó” y un suegro que le veía asesinamente aunado a un Gilbertson serio que a leguas podía notársele su enojo por ser arrastrado fuera de su oficina y su  frustración de haber fallado en su tarea de deportarlo. 

-Amor, ¿qué te pasó?-

-Ehh, etto, yo…-

-Déjalo Anna, solo es un resfriado, tal vez por no abrigarse en la noche- respondió la abuela con una sonrisa que Akihiko no quiso interpretar y Hiroki respondía asintiendo y desviando la mirada de la anciana que parecía leerle la mente.

-Bien, ¿puedo hablar?-

-Escúpelo- la abuela desvió la mirada al jefe de inmigración y Hiroki suspiró aliviado, mientras él y todos volteaban a ver a Gilbertson que exhalaba tranquilizándose y controlando el vaso de ira contenida que con cada insolencia que le decían iba llenándose.

-Res-pe ¡agh! Olvídelo; ahora que todos están ya les puedo hablar…  Usami Akihiko estaba en el entendido que hoy saldría en el primer vuelo a Inglaterra de ocho de la mañana; sin embargo hoy recibí la… papelería para la emisión de la visa de Usami- terminó de hablar entre dientes.

-Eso ya nos lo había dicho- respondió Satou cruzándose de brazos

-¡Ya sé!, ¿qué cree que no lo recuerdo?, ¡la mujer canosa me obligó a…- volvió a respirar profundamente mientras su vaso interior se llenaba más. –Ya sé, ya sé-

-Entonces…-

-Hoy recibí una llamada de Asahina Kaoru, a quien, como les comenté, había entrevistado anteriormente- bufó algo molesto al recordar que su prueba contundente de que Akihiko y Hiroki habían cometido una ilegalidad, era la misma persona que ahora había arruinado sus planes.

-¿Asahina?- susurró Hiroki recordando que había hablado el día anterior con Isaka quien le prometió ayudarlo, suspiró aliviado mientras Akihiko sonreía con sorna interiormente al escuchar aquel nombre que significaba en pocas palabras que Isaka tuvo que haber revelado ante su pareja que le había mentido.

-Sí, él me informó que se ordenó el papeleo de Usami y se mandó… se mandó… a completar la papelería  por el Primer… Ministro- un tic le acompañó a sus últimas palabras mientras Akihiko lo volteaba a ver con superioridad

-Sí, recuerdo que es lector acérrimo de mis novelas.- respondió sonriente el ojivioleta dándole a entender a Gilbertson el hecho que el propio ministro se hubiera inmiscuido para completar el papeleo de aquella visa.  Suspiró por lo bajo pero una diminuta sonrisa recorrió su rostro por primera vez desde que llegó, porque sabía de qué forma iba a descargar ese vaso que estaba a punto de rebosar.

-Felicidades Usami, no necesita casarse entonces-

-De todos modos lo haré-

-Lo haremos- complementó Hiroki sonriendo lo que causo que Satou Kamijou inmediatamente dejara de ver con odio a Akihiko y tanto la mama como la abuela de Hiroki cambiaran su expresión a sorpresa.

-Bien, eso significa que van a someterse a la entrevista que habíamos planeado el viernes- 

-Pero ya no necesito la visa de casado-

-Se va a casar, necesita la visa de casado y aunque su papeleo esté en orden, la entrevista es requisito- Akihiko levantó una ceja ante la mirada retadora de Gilbertson

-Otra excusa para intentar frustar mi visa- afirmó Akihiko retando con la mirada al jefe de inmigración que le sonrió maliciosamente de vuelta.

-¿Miedo?-

-En absoluto-

-Bien… empecemos-

Notas finales:

Dios mío hoy si me tarde, me tarde horrrores chicas lo siento!!! Originalmente esto iba a ser más largo pero tuve que cortarlo lo que solo significa una cosa, hay otro cap! :D wow ni yo me lo creí, creí que este era el último pero siento que me vienen ideas cada que escribo de ellos.

Perdón nuevamente por lo tarde y gracias por la infinitititititia paciencia que me tienen y más porque se leen mis monólogos de autora frustrada y mis desquites y berrinches que siempre les hago xD ¡las adoro!  Como sabrán algunas ahora voy acumulando pedidos O.o (no me maten) los tendré pronto y espero espero espero tenerles el otro cap seguro para el día del amoooor :3 sería perfecto que termine ese día Les cuento oki?

Ahora si termino agradeciéndoles por sus hermosos y adorados reviews que me animan a seguir este bello fic con esta parejita que me va destrozando de a poco cada que se acerca la tercera temporada :’( si sobrevivo a eso, me tendrán con más mínimum por el momento, de terminar este fic, obvio lo termino ;) 

Besos!!!!!


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