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The Proposal por Himiko Hirisashi

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Notas del capitulo:

Hola chicas!!  bueno hoy no me atrasé tanto yeihhhh xD y aquí vengo con el penúltimo cap O.o (rueda en el suelo mientras llora) :’( aprecio en serio a todas por decirme que no quieren que se acabe!! :3 créanme que amaría que siguiera ad eternum xD pero el cerebro se me seca y el tiempo me mata, pero creo que agarraré arranque con la tercera temporada de Junjou o.o o puede que me suicide… TT.TT de cualquier forma el mínimum en mi corazón no se acaba!! :D

Bueno dejo de parlotear y me quedo esperando que les agrade el cap que es preámbulo para el gran final n.n

Hubiese querido que su “felices para siempre” que vendían las novelas de su futuro esposo fueran reales, pero aquellos últimos dos meses lo tenían realmente fastidiado; y eso se debía a prácticamente un par de cosas; como su reciente mudanza al apartamento de Akihiko, las interrupciones y falta de tiempo para leer la novela de él que le faltaban, la tramitación y sobrecargo de papeleo para aceptar el trabajo de ser Rector de la Universidad de Tokio, su madre visitándolo tres veces por semana, la jodida fiebre y estornudos por su resfriado que lo dejó inamovible por dos semanas y por supuesto el casi nulo tiempo que ahora se suponía debía tener para pasarla con su prometido quien se había enfrascado en su habitación cortesía de Isaka-san y sus exigencias de hacer un nuevo libro.

—Tch— ‘¿por qué mierdas Akihiko tenía que vivir en una penthause?’ pensaba una y otra vez Hiroki mientras cargaba sobre sus brazos investigaciones de los estudiantes de primer año, tesis de los de último, manuales informativos de labores anuales del actual rector que debía memorizar para cuando le tocara sustituirlo, más su maletín y la computadora mientras pensaba las mil y una formas en que imaginaba cómo sacar las llaves de su bolsillo sin que se le cayera todo lo que llevaba tambaleando. 

Después de un par de minutos en el elevador que se hicieron eternos, logró llegar a la puerta de la casa en que ahora vivía y la cual por dentro aún conservaba miles de cajas; unas empacadas con sus cosas que aún no tenían cabida y otras con cientos de juguetes de Usami que, él por su cuenta, decidió deshacerse.

Llegó a la susodicha puerta y respiró hondo,  topó el montón de libros a la pared sosteniéndolos con una pierna y su mano dejando la otra libre para sacar las llaves y así intentar abrir con dificultad.  Por un segundo pensó que hubiera sido conveniente usar la silla de ruedas que utilizó por semana y media gracias a su prometido; ¡pero no! Ya no iba a ser más objeto de bullying principalmente por Miyagi y su manía de llamarlo profesor Xavier, ¡ni siquiera era calvo joder!, claro el hecho que por la gripe hubiera usado una gorra que le tapaba el cabello no significaba que el muy desgraciado lo apodara así y menos que ahora que su apodo de demonio Kamijou había sido reemplazado por aquel nuevo.

Desvaneció sus pensamientos y en cambio una pequeña sonrisa de alivio surcó su rostro cuando logró abrir la puerta del apartamento.  Eran las seis y media de la tarde y estaba oscureciendo por lo que una vez entró iba a encender la luz pero el lugar ya se encontraba iluminado.  Sus ojos chocolate se abrieron sobremanera y acto reflejo dejó caer todo lo que cargaba en sus manos al contemplar los cientos de pequeñas veladoras encendidas que iluminaban el apartamento; mientras empezaba a sentir calor en sus mejillas, su memoria trajo a colación una de las obras de Akihiko, de las pocas románticas que escribía y la cual contenía el escenario que ahorita contemplaban sus ojos.

—Hiroki, llegaste temprano— aquella voz lo hizo salir de sus cavilaciones para encontrarse con la mirada nada disimulada de Akihiko que lo veía de pies a cabeza.

—Eh, sí yo; traje trabajo a casa— pronto desvió su mirada al suelo donde yacía desparramado todos los documentos que había llevado y sin querer volver siquiera a subir su rostro bajó inmediatamente a recoger lo que la sorpresa de Akihiko había provocado; odiaba sentir vergüenza y ese rubor que seguro se le notaba hasta en las orejas y que iba acrecentándose a medida escuchaba los pasos del peligris acercarse hacia él.  Por acto reflejo comenzó a recoger lo más rápido que pudo pero antes de poder terminar para levantarse abruptamente, Akihiko fue quien bajó y le arrebató los libros que tenía entre sus brazos para tirarlos a cualquier parte del lugar.

—Oi...—un beso interrumpió lo que iba a decir, y sin poder hacer más, cerró sus ojos dejándose llevar por aquella lengua demandante que había tomado posesión de su boca y que comenzaba a jugar con la suya sin darle tiempo ni espacio para controlar el ímpetu de Akihiko al besarlo y sentir cómo era atraído hacia el peliblanco que lo tomaba por la cadera.  Automáticamente rodeo el cuello de Akihiko mientras se acomodaba en su regazo posicionando sus piernas al lado de la cintura del escritor y sintiendo de pronto la semi erección ajena.

—Hace mucho que…—

—Lo sé—articuló mientras despegaba levemente los labios para respirar un poco y volver a unirlos de nuevo; sintió como las manos firmes de Akihiko pasaban sobre sus muslos y lo levantaba del suelo para dirigirse al segundo nivel.   Tal vez jamás lo iba a aceptar pero le gustaba que Akihiko lo cargara de aquella forma y le susurrara siempre que era fácil tenerlo en brazos; y aunque no le gustara ser tan liviano, ser envuelto y atraído por ese cálido cuerpo era más que suficiente para que le valiera el ser tan ligero.

Akihiko abrió sin dificultad alguna la puerta de su cuarto que ahora compartía con el castaño y el cual, como todo el primer nivel, se encontraba iluminado por cientos de pequeñas velas.  Somató la puerta cerrándola de un golpe con el pie para posicionar al moreno sobre la enorme cama.  Una vez acostado se alejó de él para contemplarlo, su muñeca descansaba sobre su frente y su respiración agitada podía notarse en su pecho que subía y bajaba velozmente; sus labios brillosos, mojados y levemente hinchados que se encontraban entreabiertos le daban una invitación a besarlo que definitivamente no podía rechazar, ¿hace cuánto que no tocaba a Hiroki? Una semana tal vez, pero desde su primer encuentro en el jardín de su antigua casa,  se le había hecho tan vital el hacerle el amor que el poco tiempo que tenía libre lo acoplaba como podía al horario del profesor para siquiera poder empezar a recuperar todo el tiempo perdido; y era por eso que aún las cajas de mudanza seguían empacadas, pero en estas últimas semanas que había transcurrido se le había hecho imposible siquiera ver a Hiroki, pero había decidido que se debían hacer sacrificios de vez en cuando para hacer las cosas correctamente, aún si eso acaparaba el poco tiempo que pasaba con el moreno y por ello al verlo de nuevo, con esa mirada chocolate que ya no escondía y que le pedía a gritos que lo tomara, no pudo más que surcar una sonrisa de satisfacción, ahora sí tenía todo el tiempo del mundo…

Hiroki observó la mirada atenta de Akihiko y cómo sus manos comenzaban a desabotonar su blanca camisa dejando ver su torso blanco, su corazón golpeaba su pecho fuertemente; esa mirada violácea era perfecta porque tenía impregnada lujuria que Akihiko no hacía ademán de esconder.  Tembló levemente, casi imperceptible y su piel se erizo al sentir cómo el peligris colocaba ambas manos a la par de sus brazos y se inclinaba de apoco, dejando unos centímetros de espacio entre sus cuerpos.  No tenía escapatoria y no la quería tener, siendo el moreno quien eliminara ese pequeño espacio levantándose solo un poco para volverlo a besar y empezar él a deshacerse de su ropa.

El sonido de los besos húmedos que compartían y sus respiraciones eran lo único que hacía eco en la habitación, y el contraste de ambos cuerpos se perdía entre la luz tenue que reflejaba en varias tonalidades por el movimiento del fuego y su reflejo.  Hiroki cerraba los ojos e inhalaba profundo y dejaba salir por la boca largos suspiros mientras Akihiko hundía su rostro entre sus piernas, mordía su labio inferior ante el sonido erótico de la lengua de Akihiko moviéndose y contenía la respiración ante la presión de las manos ajenas que jugueteaban con él, estirando su sensible piel y acariciándolo con sus manos frías que pasaban una y otra vez por su piel caliente.

Por su parte Akihiko tenía su vista fija en las expresiones de Hiroki, quien ya no ocultaba su rostro bajo sus manos ni almohadas, ahora miraba su ceño levemente fruncido y su rostro sonrojado mientras con sus labios levemente cerrados dejaba exhalar el aliento contenido, sonrió satisfecho mientras seguía repartiendo pequeños besos que entrecortaban los suspiros de Hiroki.

—Pa-ra…—Intentó articular Hiroki pero contrario a sus expectativas Akihiko aumentó su velocidad con sus manos y boca haciendo que Hiroki acabara emitiendo un sonido de satisfacción que llenó la habitación y que dejó a Hiroki exhausto.  Por su parte Usami tragó la sustancia blanquecina que se había acumulado en su boca y se relamió los labios fijando sus ojos en quien podía catalogar como su presa, pero apenas pudo acercarse de nuevo a Hiroki, éste se inclinó hacia Akihiko en un nuevo beso interminable y exigente ahora por parte del moreno.  No pudo soportarlo y clavó sus uñas en la cintura del profesor, adoraba los impulsos de su pareja para controlar la situación y aunque quisiera hacerlo suyo de una vez por todas; puesto que a diferencia del moreno, el aún no había terminado; prefería dejarse ser seducido por esos ojos marrón que jamás lo habían volteado a ver en su vida y que de un instante a otro ahora eran completamente suyos; ese frágil cuerpo moreno, esas hebras largas y castañas claro, esas manos que acariciaban su torso y esos labios que siempre reclamó como suyos desde la infancia de ambos…

—Acuéstate— escuchó un susurro en su oído, con el vaho de su aliento que resoplaba ligeramente y con la voz ronca y suave que invitaba a seguir las órdenes del moreno, Akihiko obedeció recostándose sobre el edredón y sintiendo el peso del moreno sobre sí. Usami cerró sus ojos para sentir cada centímetro de la piel ajena que acariciaba suavemente la suya; sus pechos unidos compartiendo el latido acelerado de sus corazones, sus pezones que se rozaban entre sí y sus intimidades que, con ligeros movimientos del menor, se frotaban endureciendo más al peligris y volviendo a despertar al moreno. Abrió despacio los ojos para contemplar cómo una fina capa de cabello liso cubría ambos lados de su rostro y una pequeña nariz fina topaba ligeramente la suya; sus labios poco a poco se juntaron y se separaron despacio, volviendo a besarse lentamente mientras Hiroki se balanceaba acompasadamente de arriba abajo sobre Akihiko; sintiendo cada parte del cuerpo ajeno pegado al suyo.  Hiroki llevó sus manos a su entrada para autopreparase emitiendo leves jadeos que inmediatamente notó Akihiko y cuidadosamente llevó sus manos a donde se encontraban las del moreno apartándolas sutilmente.

—Oi…—

—Quiero hacerlo yo—respondió viendo la mirada achocolatada que parpadeaba un par de veces y la desviaba ruborizado

—Umm— atinó a decir ante la voz profunda y decidida de Akihiko

—Pero, mírame cuando lo hago— resolvió el peligris ante la mirada que se había desviado por un momento de la suya.  Hiroki tragó en seco y volvió a fijar su mirada en la violácea cerrando instantáneamente sus ojos cuando sintió el primer dedo entrar en su interior.  Akihiko sonrió, esa expresión era la que quería ver. Siguió masajeando aquel lugar despacio para no molestar a su prometido, esperando que se acostumbrara a la intromisión bastando un par de segundos para meter el segundo dedo en aquel tibio lugar que comenzaba a moverse al ritmo que lo hacían sus manos. Hiroki comenzó a respirar cada vez más rápido y con cortas respiraciones que exhalaban jadeos que intentaba ocultar inútilmente por lo que al sentir que Akihiko había tocado aquel lugar que le hizo temblar se levantó del pecho del escritor y con cuidado le quitó las manos dejando a Akihiko acostado y con una vista perfecta de Hiroki sobre él.

Hiroki respiró profundo y levantó sus caderas tomando el miembro de Akihiko entre sus manos y posicionándolo en su entrada para poco a poco ir bajando con cuidado de no lastimarse; dejó emitir un largo suspiro y  Akihiko abrió los ojos sorprendido mientras en su mente volvía a rememorar el pasado, ahora que lo recordaba… esa posición…  Con que ésa era la cara de Hiroki la primera vez… pero en ese momento ya no tenía una venda que le opacara ese rostro perfecto y erótico del moreno, podía visualizar enteramente los ojos vidriosos, su labio mordido y su manzana de Adán moverse al tragar. 

Qué idiota había sido al fingir pensar en otro cuando en aquel momento, cómo en ese preciso momento, todo lo que ocupaba su Mundo tenía un nombre que pertenecía a aquel primer amor que ahora le volvía a entregar todo su ser a él.  Tragó en seco mientras; como hacía diez años tal vez; volvía a pasar sus manos por las finas hebras castañas largas que se colaban entre sus dedos.  Hiroki abrió los ojos al terminar de bajar visualizando la mirada de Akihiko tan cerca de la suya y sus manos frías que tanto adoraba acariciar su cabello detenidamente; un fuerte rubor se instaló en sus mejillas al notar cómo Akihiko lo miraba con detenimiento y pasaba ambas manos en cada mejilla, acariciando sus pómulos sonrosados. 

—Hiroki— pronunció Akihiko en voz alta, que resonó en los oídos del moreno y lo hizo temblar ligeramente, por su mente pasó la misma imagen solamente que un par de años atrás y con Akihiko vendado diciendo el nombre de otro, no pudo evitar fruncir el ceño ligeramente pero la sonrisa de Akihiko lo detuvo de hundirse en aquel pensamiento —Baka—

—¿Eh?—  No había que ser observador para saber lo que Hiroki había pensado, después de todo, el había tenido ese mismo recuerdo pero, así como poco a poco iban desvelando su pasado, tal vez era el momento justo de desmentir otro recuerdo para borrarse completamente de su memoria.

—Ni con mil vendas que me hubieras puesto, hubiese pensado en otra persona— Akihiko mantuvo su vista fija y Hiorki hizo un ademán de confusión para luego susurrar bajito

—Su nombre…—

—Shh, eras mi mejor amigo, se suponía que no debía decir el tuyo ¿no?— Hiroki abrió los ojos de par en par, “entonces él…” bufó bajito y hubiese querido reírse por lo irónico de la situación si no fuera porque sintió cómo Akihiko tomaba sus caderas y lo levantaba rápidamente para volverlo a sentar sobre sí mandándole una descarga de adrenalina a su cuerpo y volviendo así a la realidad.

—Re-repite mi nombre entonces—exhaló dejando a un lado todos sus pensamientos y volviéndose a concentrar en las sensaciones que el escritor le hacía sentir.

—Hi-ro-ki— sonrió aprisionando los labios del moreno y mordiendo donde antes el propio moreno se mordía inconscientemente e incitando a Hiroki a comenzar a moverse. 

El moreno sintió la mirada violácea sobre él, aquella mirada que antes había cubierto ahora se centraba en sus ojos achocolatados y no podía evitar flexionar más las rodillas para que el ritmo que habían adquirido, se acelerara.  Comenzó de nuevo a suspirar entrecortadamente y mover sus caderas cada vez más rápido acompasadas con Akihiko que lo sostenía fuertemente de la cintura para profundizar las penetraciones, pero bajaban de vez en cuando la velocidad, acompasadamente aletargando llegar al clímax y besándose pausadamente, despacio, con infinita atención hacia el otro; tomándose todo el tiempo que querían para hacer el amor, como si la noche fuera eterna o por lo menos de aquella forma lo sentían ambos.

Sus besos poco a poco se hicieron menos prolongados y aquel dolor que se confundía con placer comenzó a aparecer haciendo que Akihiko tomara el miembro de Hiroki para empezarlo a acariciar al ritmo de las embestidas que Hiroki controlaba estando arriba.  Las manos ahora cálidas del peligris le hicieron abrir un poco más las piernas ante el contacto placentero que recibía de su prometido y aunque no quería que aquello acabare, sentía que necesitaba ir más rápido, sentir más y el miembro de Akihiko que buscaba profundizar más dentro de él, no le daban más opción que comenzar a moverse cada vez más rápido.

—Aki-hi… ya no— intentó decir mientras sentía que Akihiko lo masturbaba cada vez más rápido con una mano y con la otra se aferraba a su espalda

—Ju-juntos—susurró el peligris y el moreno llegó al orgasmo al sentir como Akihiko lo llenaba por dentro.

Sus piernas tensas se relajaron totalmente dejándose caer sobre el abrazo del mayor que salió de él y con cuidado lo recostó a la par suya.  Fue entonces cuando Hiroki volvió a sus cinco sentidos de nuevo y lo primero que pasó por su mente fue esa entera satisfacción de notar la computadora del peligris apagada, puesto que siempre que estaba con él, se encontraba trabajando; pero ahora no importaba en lo absoluto mientras tuviera el tiempo para pasarla con él, para ser tan detallista con aquella decoración de novela, para ser tan apasionado para haberse tomado todo el tiempo para ellos dos. Sin embargo aquella satisfacción que lo estaba empezando a llenar por dentro se interrumpió cuando llegó a su olfato un olor a comida que lo hizo sorprenderse principalmente por dos cosas, la primera era que Usami jamás cocinaba, al menos no algo comestible; y la segunda, olía a quemado.

—Akihiko—

—Hmp, sabía que algo se me olvidaba—

—¡Bakahiko!— Hiroki hizo ademán de levantarse pero un leve dolor en su parte baja le impidió por un segundo moverse, dándole ventaja a Usami de reírse y ser él quien se levantara a ver la cocina no sin antes empezar a colocarse la ropa de nuevo.  Hiroki rodó los ojos y con esfuerzo agarró las sábanas y se envolvió con ellas para adelantarse al escritor que se estaba tomando su tiempo, dios ¡la casa se iba a quemar! Y su prometido se vestía despacio sin siquiera hacer ademán de preocuparse, el apodo baka en verdad le quedaba corto, pensó el moreno mientras se dirigía con dificultad a la cocina.

Sin embargo cuando llegó a la cocina, pudo notar que sólo el horno se encontraba encendido y aunque la comida estuviera casi negra al menos todo lo demás se encontraba en orden y eso incluía la mesa arreglada que podía contemplar desde donde estaba.

—Umm, se supone que era sorpresa— mencionó Akihiko acercándose al moreno quien contemplaba con más detalle ya no solo las veladoras sino el comedor arreglado con rosas y con vino mientras la cocina estaba hecha un desastre seguro por el intento de cena que Usami había preparado. 

—¿Cómo en el libro?—

—No creo que haya salido igual; hubiese sido perfecto si no te hubiera visto— respondió surcando sus labios en una leve sonrisa idéntica a la de Hiroki contemplando el desastroso lugar.

—¿Eh? Insinúas que es mi culpa— el profesor dirigió sus orbes chocolate a los ojos contrarios que lo miraban pícaramente de pies a cabeza, lo que le dio a entender aquella oración y no pudo más que apegar las sábanas que levemente lo cubrían.

—Sí, al final de cuentas tú me provocaste, como lo estás haciendo ahorita— Hiroki dio un paso para atrás ruborizado, pero con sus finas cejas levemente fruncidas que indicaban que iba a comenzar a quejarse de la sinceridad del peligris cuando éste lo detuvo

—Pero falta una sorpresa más— sonrió y tomó la mano del moreno para llevárselo a la sala mientras el aludido arrastraba las sábanas consigo levemente confundido de las palabras del ojivioleta.  Lo sentó en el sillón y se dirigió a su estudio para regresar con un pequeño paquete que por la leve luz de las velas no lograba distinguir.

—Terminé— mencionó sentándose a la par y colocando sobre las piernas del profesor un libro.

—Esto… era en lo que estabas trabajando— no era una pregunta, era una afirmación al contemplar la pasta del libro

—Oye… lamento el no haberte puesto atención en este tiempo; pero… necesitaba terminar ese libro— resopló Akihiko en el silencio de la habitación mientras los ojos contrarios se mantenían con la vista fija en los detalles de la portada.  Un pequeño deje de culpabilidad lo asaltó pues desde el día que Hiroki se había mudado, él había pasado escribiendo aquel grueso libro que se había prometido a sí mismo publicar antes de la fecha de boda que Anna Kamijou ya había estipulado.  Y aquello le había costado varias noches de sueño y por supuesto la casi nula atención a la persona protagonista de aquel libro que ni siquiera había podido instalarse completamente en el apartamento.  Pero pronto desvió sus pensamientos al reemplazarlos por el motivo principal por el cual había escrito aquella obra, quería ahora hacer las cosas bien.

—¡Hey! así te conocí ¿no recuerdas?  Amo tus libros, no me molesta que me engañes con ellos, si quieres ponerlo de esa forma— bufó divertido viendo la expresión violácea del contrario sonreír ante su comentario; volvió sus ojos marrones hacia el libro que posaba en sus manos —es largo para el poco tiempo en que lo escribiste… ¿te esforzaste mucho verdad?— pasó levemente las hojas sin prestar atención al contenido sino deteniéndose esporádicamente en cualquier página

—En realidad no… supongo que fue porque solo escribí recuerdos— Intentó sonar humilde mientras levantaba levemente sus hombros; por su parte Hiroki lo vio incrédulo con una leve sonrisa en su rostro, cerró con cuidado el libro y lo colocó sobre la mesa mientras comenzaba a descubrir un poco su piel sobre las sábanas que traía puestas y aprovechaba la posición del más alto para colocar ambas rodillas alrededor de sus piernas y sentarse de frente sobre él.  En verdad Hiroki amaba eso, la determinación de Akihiko de hacer lo que se proponía, lo admiraba mucho y ahora que lo pensaba, ambos habían sacrificado muchas cosas sin darse su tiempo y lugar pero Hiroki se encargaría de recuperarlo…

—Y ahora que tienes tiempo… ¿Lo hacemos de nuevo?—susurró bajito pasando su fría nariz por el cuello albino ajeno y unas manos que se deshacían de su única prenda de vestir afirmaban aquella pregunta.

Notas finales:

Kyaaa! Hasta aquí lo dejo :3 no se esperaban lemmon verdad?? xD creo que puedo denominar este cap como relleno (¿?) ahora que lo pienso incluso en mi fic hay relleno O.o wow creo que ya entendí a los mangakas que escriben relleno (demasiada falta de inspiración) xD

Antes que se me olvide porque apuesto que les llorare en las notas de autor finales.  Aprovecho desde ya para hacer publicidad! Wujuuuuuuu especialmente de dos chicas!!!  SooL2900 y Krissia Snchez!!!  Porque ellas también escriben mínimum!!!! (muere de felicidad) y están en ffnet, allí pueden leer esas historias tan bellas :D  Aguante el mínimum!!!!  Y lo que les agradezco a ambas es que hayan tomado en consideración ya sea nombres, sucesos y demás para concatenar fics n.n dooooomo!!!!

Y ahora sí, abro en amor yaoi la serie mínimum!!! Vamos! No es difícil un drabble nee?? Para quien se anime a escribir mínimum :3 allí podremos llenar fandom (allí meteré mis bebés que produzco por cientos xD) o simplemente leer mínimum sin que se pierdan entre tantos fics :3

Y emmm ya ya, preguntas!!

1.  alguien sabe que va a pasar en el next cap??  Quiero saber qué piensan!! (nop, no es la boda :s y tengo una explicación coherente y secreta(?) o.o para eso)

2.  fechas tentativas de boda?? Emm es el otro año por razones de… creación publicación lectura del libro y planeación boda.  Fechas tentativas:  8 enero, 8 de febrero, 14 febrero y… solo y no tienen ninguna connotación especial (me gusta el 8 y el 14 es día del cariño lol carezco de imaginación para fecha y eso que soy traumada con eso)  ahora O.o si a alguien se le ocurre fecha entre 1 ene y 28 feb me lo dice :3

3. etto, Las y los amo! *O* (ok ya empecé sentimental) xD

Hasta el último cap entonces!!!!  Bye bye!! :’)

 


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