Faltaban cinco minutos para que cerrara la oficina de Servicio de Inmigración Central de Japón y la cola era inmensamente larga; sin embargo la mirada fría de Akihiko hizo quitar a cada pasante sin siquiera tocarlo, llegando así al tope de la recepción de la oficina de Inmigración.
-Ven, Hiroki- sin siquiera verlo, Akihiko tomó la mano de Hiroki y lo pasó arrastrando por sobre toda la gente.
-¡Aki-hiko!- intentó zafarse mientras evitaba las miradas de miedo de la gente hacia su futuro esposo y las de enojo hacia él.
-Shh, que vengas-
-El siguiente por favor- pidió el recepcionista y Akihiko se coló de inmediato mientras Hiroki inclinaba la cabeza en señal de disculpas a la señora que había sido interrumpida.
-Disculpe sólo preguntaremos algo- inquirió cortésmente Hiroki mientras miraba con cara asesina a Usami sin recibir respuesta alguna pues se encontraba hablando con el oficial.
-Vengo a solicitar esta visa para esposo- Fue directamente al punto lo que ocasionó que el recepcionista lo viera desconcertado por unos instantes para después reaccionar y ver la documentación que Akihiko contenía en sus manos; la cual tenía gracias a Isaka y su diminuta participación en el fraude ayudándole solo a conseguir los requisitos y la documentación suficiente para poder pedir la visa de matrimonio.
El oficial miró a Akihiko y Hiroki por un momento y después de suspirar resignado los guió con el oficial al mando de la oficina. Una vez dentro del cuarto quedaron esperando por el oficial. Las pequeñas cuatro paredes hacían al moreno sentirse claustrofóbico a pesar que una de las paredes era prácticamente una ventanal de vidrio que daba al interior de la desastrosa oficina de inmigración.
-Tengo un mal presentimiento de esto- susurró Hiroki y en ese instante entró una persona entacuchada con cara alargada y facciones extranjeras. Una sonrisa falsa y un peluquín aparentemente barato fue lo primero que pudo notar Akihiko quien se encontraba detrás de la puerta de vidrio y la cual abrió para que éste entrara a su propia oficina.
-Hola, soy Gilbertson- Mencionó con un acento forzado. –Ustedes deben ser Kamijou y Usami- mencionó viéndolos lo más cortes que podía pero sin dejar la seriedad a un lado acompañado con una sonrisa obviamente forzada y a la cual Hiroki le dio nula credibilidad.
-Disculpen la demora, es un... día ajetreado para alguien como yo- mencionó pues era viernes a las cinco de la tarde y todavía había mucha gente que dejaba trámites para última hora, justamente como ellos dos en ese momento.
-No se preocupe, entendemos- respondió amablemente Akihiko al mismo tiempo que Hiroki por cortesía también respondía que no había problema alguno.-En verdad le agradecemos que nos concediera una cita hoy- terminó diciendo Usami con una sonrisa falsa pero excelentemente disimulada, de esas que solamente Hiroki sabía de su falacia pues el paso de los años no había cambiado del todo a la persona de ojos violetas con la cual se casaría.
-De acuerdo- concluyó el oficial mientras tomaba asiento y comenzaba a leer los documentos que Akihiko había traído; los leyó en forma rápida poniendo una cara mucho más seria cada vez…-Mmm, les tengo una pregunta- los volteó a ver a ambos e inmediatamente Akihiko puso cara seria mientras Hiroki comenzaba a sudar frío.
-Mjm- respondió Akihiko; Hiroki se quedó callado.
-¿Están cometiendo fraude para evitar que lo deporten y así conservar su trabajo de escritor y por ende que sus publicaciones sigan siendo realizadas en la editorial Marukawa Shoten?-
-Ahh- exhaló Akihiko…
-No, es ridículo- se adelantó a decir Hiroki con la garganta seca mientras enfrentaba la mirada fría del hombre que tenía enfrente inquiriéndolos, dándole tiempo a Usami para salir de su desconcierto
-¿En dónde escuchó eso?- logró decir Akihiko después de ser tomado por sorpresa por el oficial, tratando de conservar el semblante serio y calmado.
-Señores, ya hemos tenido varios casos de personas homosexuales que se casan con tal de hacer legal su estadía en Japón y desgraciadamente, desde que es permitido el matrimonio entre homosexuales, se ha prestado a la desvirtualización de esa figura jurídica convirtiéndola en puro y absoluto fraude Hacia Mi Institución- Recalcó las últimas palabras haciendo que la habitación se quedara en silencio hasta que fue inmediatamente cortado por Akihiko.
-Señor Gilbertson, lamento mucho que nos confundiera de esa forma, lastimosamente no se puede responder por las acciones de otras personas con malas intenciones de cometer ilegalidades utilizando figuras típicas de la actual legislación la cual estoy seguro que usted hace cumplir en esta oficina central. Créame que si ese fuera el caso, nosotros no estaríamos aquí en primer lugar. Tal vez este no sea el mejor momento, tiene usted mucho que atender y no queremos importunarlo si duda de nosotros por lo que podríamos venir en otro día y…
-Usami Akihiko- lo interrumpió el oficial al sentirse tal vez, un poco culpable por prejuzgar a quien hablaba con tal sinceridad; sin embargo, como buen empleado del estado todavía tenía sus dudas.
–Tome asiento por favor- dijo a Akihiko quien seguía parado y acto seguido Akihiko se sentó cómodamente sonriéndole a Hiroki.
-De acuerdo- dijo el oficial a los comprometidos mientras Hiroki aún consternado se quedaba asombrado de cómo Akihiko le había dado vuelta a la situación en tan poco tiempo.
-Veamos, les explicaré el proceso que se desarrollará- dijo el extranjero mientras los miraba a ambos con seriedad de nuevo, advirtiendo que si bien podría no ser fraude aquella situación, no tenía nada que lo comprobase aún.
-Para obtener esta visa se necesitan cumplir ciertos requisitos. El paso uno es una entrevista programada, que se llevará a cabo el martes a primera hora; los separaré y les preguntaré todo lo que una pareja debe saber del otro- Sonrió con malicia mientras Hiroki tragaba en seco y Akihiko asentía con la misma mirada fría que tenía el señor.
-Paso dos… inquiero más- frunció el ceño –registros de teléfono, hablo con sus vecinos, entrevisto a sus compañeros y jefes de trabajo respectivamente, y si las respuestas no son las mismas en cada punto, usted- señaló a Akihiko con su dedo índice –será deportado de forma total y absoluta por tiempo indefinido - Akihiko asintió sin problema y luego el dedo apuntó hacia Hiroki –Y usted jovencito, habrá cometido un delito que es punible con una multa de quinientos cincuenta mil dólares además de una condena de ocho a doce años en una prisión… federal- Hiroki desvió la vista para evitar que lo viera ponerse nervioso pero al voltear vio, a través de la ventana, a una mujer siendo llevada a la fuerza por la policía. No quería ni imaginarse qué le harían a él si la autoridad se enteraba, de pronto la voz del oficial interrumpió sus pensamientos
-Entendió… ¿Kamijou Hiroki?- el aludido estaba ido en sus pensamientos y con su vista nublada intentó fijarse en el oficial pero su estado de shock apenas le permitía responder.
-Ehh..- su corazón comenzó a palpitar más rápido hasta que lo podía sentir, sus manos se empezaron a poner frías y su expresión delataba miedo mientras reinaba el silencio en la oficina esperando su respuesta.
-Tienes… ¿algo que decir?- Preguntó el oficial con una sonrisa socarrona que intentaba esconder vanamente. En respuesta Hiroki que no podía decir nada, simplemente movió la cabeza despacio para ambos lados, viendo hacia arriba, tratando de no encontrarse con la mirada del señor mientras intentaba normalizar su respiración que se aceleraba más en ese momento.
-¿No?- volvió a preguntar el oficial y Akihiko frunció levemente el ceño, pero luego lo cambió a una expresión de asombro cuando la cabeza de Hiroki empezó a moverse en sentido afirmativo.
-¿Sí?- Preguntó el oficial y Akihiko le brindó una sonrisa falsa al oficial señalando silenciosamente que no había problema.
-En realidad …-Hiroki se aclaró la garganta tratando de controlar la casi nula calma que alguna vez pensó tener- Señor Gilbertson… la verdad es que –tragó saliva de nuevo- Akihiko y yo, somos dos personas… que no debieron enamorarse jamás… pero así fue. No… le mencionamos de nuestra relación a nadie en nuestros trabajos debido a que no todos aceptan este tipo de relaciones. Además los dos sentimos que podía ser muy inapropiado que el público se enterase de esto.
-Bien- respondió no muy convencido el oficial pues cada vez estaba en auge el número de matrimonios homosexuales. -¿les han hablado siquiera a sus padres sobre su amor secreto?- Los miró seriamente a lo que Akihiko fue el primero en responder.
-Yo, es imposible pues hace años que no los veo, mi madre me abandonó, mi padre está en Inglaterra y mi hermano no lo sé y ni me importa.- respondió sinceramente Akihiko mientras buscaba en su bolsillo automáticamente la cajetilla de cigarros; sin embargo bastó la mirada de Hiroki para que éste se detuviese de hacer aquello en un área que pronto recordó, gracias a la expresión de su actual novio falso, que era área prohibida de fumadores.
-¿Y tus padres?- Preguntó súbitamente a Hiroki quien hubiese querido inventar una excusa lo suficientemente buena para no involucrar a su familia sin embargo ni siquiera pudo pronunciar palabra alguna cuando Akihiko se le adelantó.
-Ahh, no ellos si están aquí en Japón; es más el fin de semana Hiroki irá a visitarlos.
-En serio, en dónde los visitarán; y me refiero a ambos pues me parece sospechoso que solo uno vaya- de pronto Akihiko se dio cuenta de sus palabras, solo había involucrado a Hiroki; claro que sabía que Hiroki no hablaría de ellos y, gracias a que había escuchado parte de la conversación de Miyagi con Hiroki había pronunciado aquellas palabras para no tener conflictos con el oficial, sin embargo en estos momentos los tenía por no hacerse partícipe de su relato.
-Es… el cumpleaños de mi abuela por lo que será en su casa y…
-Creo que será una sorpresa que vayamos y en su cumpleaños le digamos el compromiso- sonrió Akihiko complementando su historia, Hiroki lo vio confuso ¿en serio iría al cumpleaños? Le lanzó una mirada a Usami matadora que daba a entender que aquellas palabras debía cumplirlas pues el oficial al parecer se tomaba muy en serio su trabajo.
-¿Y dónde se llevará a cabo la sorpresa?-
-En la casa de invierno de mis padres- suspiró por lo bajo Hiroki sabiendo la pregunta que seguiría-
-Ahhh, ¿tienen una casa de invierno?... en fin, ¿y dónde está la casa?- Preguntó dudoso de la veracidad de la historia.
-Sitka, Alaska.- volteó a ver a Usami que comenzó a palidecer.
-¿Irán a Alaska el fin de semana?- concluyó el oficial algo no muy convencido
-Sí,- Dijo Hiroki y Akihiko aún atónito respondió igualmente. Ahora tendría que ir el fin de semana a inventar la segunda farsa más grande de su vida. Lo primero que pasó por su mente fue desistir de la idea y fingir que no irían al final por un inconveniente; pero estaba anuente que la farsa de casarse sería notoria si nadie más que ellos sabía del compromiso.
-Sí, iremos a Alaska- mencionó Akihiko volviendo su habitual porte, tratando de dar la mejor sonrisa por fuera aunque por dentro ya se estaba preocupando algo.
-Sí… está bien, entonces los veré a ambos a las once en punto el martes para su entrevista programada y espero que sus respuestas coincidan en cada detalle- mencionó el gerente de migración mientras apuntaba todos los datos en una pequeña libreta amarilla y se los entregaba-
Hiroki fue el primero en levantarse de la silla y agarrar el papel amarillo para agradecer y salir casi corriendo de la cárcel en que se había convertido la Central de Migración. Por su parte Akihiko lo primero que hizo al salir fue llamar a una de las que lo había metido en problemas para avisarle a Aikawa que no estaría disponible el fin de semana debido a cierto compromiso con su actual prometido
-Debo admitir que estoy ansioso por verlos- recalcó el oficial desde la salida antes que ambos se fueran.
-Igual- respondió escuetamente Kamijou.
-Nos vemos, ¡los estaré vigilando!- dijo finalmente al notar que Hiroki ya estaba casi del otro lado de la puerta con un semblante más pálido del que tuvo cuando entró. Y así fue como el oficial con su vista de halcón y ceño fruncido se despidió de la pareja.
La respiración de Hiroki volvió a la normalidad y su semblante de enojo volvió a aparecer en su rostro al percatarse del lío en el que se había metido. Asimismo Akihiko volvió a su semblante despreocupado ya después de haber insultado a Aikawa por teléfono.
-Escucha, entonces iremos allá, fingiremos que somos pareja, hablarás con tus padres sobre nuestro compromiso, le diré a Isaka que nos consiga vuelos de primera clase para tu casa y…
-Usami, no lo haré- reaccionó Hiroki al notar en el verdadero lío en el que estaba.
-¿Disculpa?- dijo Akihiko aunque ya lo había escuchado, sabía que no sería tan fácil convencer a su amigo de la infancia aunque como siempre, estaba muy consciente que Hiroki nunca podía decirle que no a él-
-¿No lo escuchaste?,-
-¿Acerca de todo lo que dijo?, Mmm son puras habladurías
-Estoy seguro que era en serio, enfrento una multa de quinientos cincuenta mil dólares y hasta doce años en la cárcel, Akihiko- respondió alterado Hiroki mientras Akihiko tranquilamente sacaba de una de las bolsas de su saco un cigarrillo
-Sabes amor, no puedes decir que no ahorita porque igualmente irías a la cárcel, porque ya le mentiste a ese loco que ahorita nos está viendo por esa ventana- Akihiko le hizo señas con la mirada a Hiroki quien le iba a reclamar por ese nuevo “apodo” pero cuando volteó a ver se dio cuenta que seguían fuera de la oficina de migración y habían unos ojos negros vigilándolos desde la ventana a través de las persianas.
-Mierda- susurró y tomó de la mano de Akihiko para caminar lo más lejos posible de ese esquizofrénico señor que le seguía la mirada hasta que salieron de su campo de visión por lo concurrido del lugar.
-De acuerdo, de acuerdo; pero si mi libertad es la que está en juego que, por cierto, es más importante que tu estúpida deportación, yo pondré las reglas-
-Cómo desees- dijo Akihiko inhalando el cigarrillo que tenía.
-Primero, en mi vida vuelvas a escribir de mí en tus libros-
-Eres de las pocas personas que conozco y necesito escribir de algo, no eso no, confórmate con que no ponga tu nombre, además no he escrito tanto de ti- sentenció Akihiko
-siete libros Bakakihiko-
-¿Eh?-
-En siete libros has escrito de mí, ¿crees que no me he dado cuenta baka?, te prohíbo hacerlo, si voy a ayudarte en esto-
-Ok- fue lo que le alcanzó para decir Usami mientras se quedaba analizando no solamente que era cierto que había escrito de Hiroki en sus libros sino que su amigo al parecer había logrado descifrar ese número inclusive cuando sólo en tres había escrito su nombre como tal; sin embargo sonrió disimuladamente, no eran siete.
-Y le diremos a mi familia de nuestro compromiso en la forma que yo quiera y cuando yo quiera- frunció el ceño Hiroki al recordar ese pequeño detalle.
-De acuerdo lo que tú quieras amor- dijo Akihiko divertido por la mueca de Hiroki.
-¡No me llames así!- recalcó –diablos, si alguien más se entera de esto…- Hablo para sí mismo Hiroki mientras le daba la espalda al ojivioleta y comenzaba a caminar
-¡Hey, amor!- gritó Akihiko con una sonrisa malvada, inmediatamente Hiroki volteó a ver aunque al segundo se arrepintió por responder a ese ridículo apodo y, de haber sabido lo que Akihiko haría, en vez de voltear seguro hubiera salido corriendo pero ahora su atención se enfocaba en ver a Akihiko acercarse y agachar una rodilla al suelo mientras varias personas comenzaban a verlos.
-Hiroki… por favor quisieras casarte conmigo y ser mi esposo- lo dijo en un tono mucho más alto lo que hizo que más personas comenzaran a verlos formando un semicírculo alrededor de ellos. Akihiko trataba de esconder la risa que quería sacar y la cara de Hiroki ya no daba ni siquiera para enojarse, estaba incluso seguro que su tic nervioso volvía a aparecer.
-¡Dile que sí!- gritó alguien del público mientras pasaban los segundos y Hiroki, en estado de shock no emitía respuesta alguna.
-Ehhh…- Tal vez era claustrofobia de tanta gente alrededor suyo pero no podía respirar, en verdad su cuerpo le decía que inhalase pero seguía reteniendo el aire en sus pulmones, su corazón latía con ese rítmico sonido de tambor perturbándole hasta los oídos y estaba seguro que su cara estaba totalmente roja pues podía sentir hasta las mejillas ruborizadas cuando se dio cuenta que todos tenían su vista puesta en él. Sus manos frías empezaron a temblar ligeramente y sintió un vacío en el estómago seguido de un cosquilleo enorme, cerró los ojos por inercia
-¡Sabes que lo amas!, ¡acéptalo!- gritó una voz femenina desde lo lejos y otros más comenzaron a apoyar seguido de murmullos todos dirigidos hacia él alentándole para que aceptara, abrió los ojos de a poco y visualizó a la gente a su alrededor, rechinó sus dientes, solo dos letras y esperaba en verdad que todos desaparecieran
-S… sí- pudo formular al recuperar el aliento y todos alrededor comenzaron a aplaudir mientras rápidamente Akihiko se levantaba y lo abrazaba colocando su boca cerca del oído de Hiroki-
-Relájate, ¿de acuerdo? Igual, estamos juntos en esto… por cierto, Gracias- Y con esas palabras el enojo de Hiroki disminuyó seguido de un suspiro. Akihiko no había cambiado nada, desde sus bromas que lo hacían enfadar, el hecho de quitarle después el enojo y el mal humor, hasta el hecho de sentirse tranquilo sabiendo que no solo él era el perjudicado sino ambos y ambos, si todo salía bien, saldrían de aquella situación.