Nuevamente estaba escuchando música frente a él. Simon no podía concentrarse en su clase ya que no dejaba de mirar a Kieren dormir. Al fin la campana sonó anunciando la salida.
- ¡recuerden subir su reporte hoy! – todos salieron y al tiempo que salían Kieren tomo su mochila para hacer lo mismo. Cuando todos ya no estaban la puerta se cerró de un golpe y Kieren quedo en medio del salón sorprendido – lo siento, parecerá raro pero es la única manera en la que puedo hablar contigo, en el salón de clases- ya sabía a donde se dirigía todo esto. Azoto su mochila en el pupitre y se cruzó de brazos, lo miro con esos ojos azules enmarcados en morado por su condición.
- ¿qué quiere? – Simon se acero a él
- ¿hay algo que te moleste de mi Kieren? Si tienes algún problema me lo puedes contar-
- Mierda, siempre lo mismo- el maestro sabía que su alumnos trataba de mostrar que era fuerte pero en verdad no lo era. Ya había pasado un semestre y lo había estado observando, Kieren era un joven amable, pacífico y solitario. Tratando de encajar y hacer las cosas correctas para que la sociedad lo aceptara de nuevo pero tarde o temprano se había cansado de hacerlo y por eso actuaba así- tengo prisa-
- Solo quiero que me digas si necesitas algo o si han seguido molestándote- eso hizo que la cara del rubio mostrara enfado
Hace unos días atrás…
- ¡maldita rabiosa! ¡lárgate, nadie los quiere aquí! Son cadáveres en descomposición-
- No, por favor, deténganse, no, no, por favor- Kieren escucho a los lejos los gritos de desesperación de la chica que venían de la parte trasera de la escuela, rápidamente corrió hacía ahí y vio a cuatro chicos empujando y arrojándole cosas a una chica con el PDS quien no llevaba el maquijalle y su ropa parecía de los años 80’s pero estaba sucia por que la había aventado al lodo
- ¡malditos bastardos!- Kieren salto contra ellos con puñetazos cargados de coraje y odio. Los jóvenes salieron corriendo al ver quien era
- ¡esto se quedará así Walker! – le dijo uno de ellos. La chica seguía hecha bolita y protegiéndose mientras temblaba
- ¿estás bien?- se puso en cunclillas frente a ella y le dio su chaqueta de cuero negro para protegerla del rocío de la lluvia de septiembre
- Gracias…¿a qué nombre le debo las gracias al caballero que me ha rescatado?- sus ojos se conocieron, esos ojos con la pupila destrozada por los cambios pero reflejaban esa chispa de vida haciendo que el corazón de Kieren se doblegara
- Kieren, Kieren Walker ¿y tú?- la joven se puso de rodillas
- Amy Dyer blanco caballero- le sonrió sacudiéndose el lodo seco de la cara
- Ven, vamos a que te calientes- temblorosa le extendió la mano- aunque eso es imposible has de estar helada como una tumba. No te preocupes, soy como tú – Kieren se quitó la mitad del maquijalle y la lentilla
- Gracias- lo tomo de la mano creando un vínculo muy fuerte entre los dos
Regreso a la realidad unos minutos después de escuchar su nombre varias veces
- Kieren, Kieren ¿estás bien?
- Sí, todo normal ¿usted que sabe? Le ha puesto que ni si quiera ha vivido…hahahaha, vivido que irónico si somos muertos que regresaron a la vida- tomo la mochila y camino hasta Simon- veo que tiene mucho interés en mi profesor…- el corazón de Simon latía con fuerza ¿sería cierto eso? – pero es un anciano…y eso le traería problemas…además aburrido, un nerd como usted…- la puerta se abrió de golpe
- ¡Kieren Walker, ¿por qué el amor de mi vida tarda tanto?! – una joven que tenía el síndrome entro y abrazo al chico. No llevaba maquillaje con ella y eso no parecía molestar en lo absoluto al rubio.
- Lo siento querida Amy, el maestro preguntaba de unas notas pero ya terminamos aquí- los dos jóvenes salieron agarrados de sus brazos
- Ese maestro es sexy, es guapo ¿Kieren?- la miro
- Un viejo aburrido y entrometido- Amy arqueo la ceja
- Está bien, te creeré solo porque el gran Kieren Walker me lo dice ¿vamos a tu casa?-
- Si, mis padres saldrán hoy, así podremos terminar lo pendiente- dijo justo cuando cerró la puerta detrás de él
El corazón de Simon latía muy fuerte, se había quedado sin habla, no era capaz de asimilar lo que había pasado en menos de cinco minutos. ¿Quién era esa chica? Kieren siempre estaba solo ¿por qué siempre le decía aburrido? ¿Terminar lo pendiente? ¿Eran pareja? Pero la pregunta más importante ¿por qué se hacía todas esas preguntas de un simple alumno?
Simon caminaba hacía su casa, ya era tarde el final de semestre lo mantenía casi todo el día en la Universidad verificando sus tablas de resultado y tareas. A lo lejos vio a Amy saliendo de la casa de Kieren quien lo beso en la mejilla agarrados de las manos. Se detuvo en seco y contemplo la escena.
- Gracias por todo Kieren, eres el mejor amigo muerto que nunca he tenido…- le sonrió
- Amy…- la chica le dio un puñetazo ligero en el pecho
- Y….¿seguro que…no te gusta ese profesor nuevo? Por qué, que lastima que voy más adelantada que tú, si fuera de tu clase no lo dejaría ni un momento-
- ¿pero qué dices? – Kieren se dio cuenta de la presencia semi oculta de Simon a mitad del camino. Se acercó a ella casi para besarla- te puedes quedar con él- Amy se sonrojo y lo empujo
- ¡eres un loco! Luego no te quejes. Nos vemos mañana- lo beso en la mejilla
Kieren espero a que se marchara para luego dirigir una mirada fulminante pero un tanto “seductora” hacía su profesor. Sus labios dibujaron una palabra que Simon pudo leer perfectamente
- “k-i-s-s” – el rubio dio la media vuelta y entro a su casa
- ¿qué? – Simon se sonrojo y siguió caminando, cuando paso al lado de la casa de Kieren pudo ver su silueta que lo veía desde la ventana del segundo piso donde estaba su cuarto y le sonrió, eso lo asusto y apretó el paso.
Jemma se acercó a su lado y sonrió divertida
- ¿ese es el profesor no? – Kieren miraba a lo lejos como la silueta del maestro se hacía pequeña
- Si, así es, creo que tiene una cierta obsesión conmigo-
- Otro hechizado por los ojos de Kieren Walker-
- No seas ridícula- se despegó de la ventaba y miro el cuadro de Rick
- Baja a cenar…rompe corazones- Kieren se enojó y la empujo fuera de su cuarto, azotando la puerta
- Maldición Jemma- su hermana rio
Debajo de su cama saco una caja que contenía con un par de fotos…
- Nunca…nunca- se tiro en su cama y miraba el techo; veía el supermercado, veía como sus dientes eran clavados en la carne de la joven quien gritaba por ayuda- ¡ahh…ahhh!- se levantó empapado en sudor. Su celular vibraba: tenía un correo nuevo.
- ·El profeta·
- Como joden con lo mismo…- apago su móvil y cambio la sabana de su cama para poder tratar de dormir
Entro con sueño al aula, para su fortuna la primera clase era la de filosofía.
- Buenos días muchachos, que bueno que todos enviaron su reporte- todos tomaron asiento y así la misma rutina comenzaba.