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Scarlett por K-08

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Zafiro.

‘Lo prohibido es más tentador…’

Era una de esas noches tormentosas, el viento parecía ser más un gruñido, el golpeteo de la lluvia era constante como molesto, el sonido de los rayos acompañados de los truenos era aterrador, ciel se removía inquieto en la cama sin poder conciliar el sueño, le molestaba demasiado el sonido de la tormenta…

Decidió levantarse, tomar algo parecido a una bata y salir de su habitación… el pasillo estaba desierto, lo único que se escuchaba era el sonido del viento colarse por alguna ventana y haciendo eco por todo el lugar, ciel caminaba con cierto recelo por los pasillos obscuros siendo iluminados ocasionalmente por un rayo, el frio era un poco insoportable, camino un poco más sin ser consiente de donde iba cuando se dio cuenta que había caminado de mas era demasiado tarde…

Se había perdido…

Aquello le causo cierto pánico, corrió un poco por los obscuros pasillos pero todo le parecía exactamente igual, camino hasta encontrarse con unas grandes escaleras que sin duda alguna subió rápidamente solo para toparse con un pasillo con más puertas, aquello lo dejo confundido pero camino por ese pasillo sin temor, al llegar al final de este noto que hacían más pasillos y unas escaleras apartadas que no dudo en subir… cuando llego al final de esta noto que el pasillo tenía menos puertas… pero había una grande, ciel se dio cuenta que había llegado demasiado lejos, sin embargo cuando pensaba en regresar un trueno resonó por todo el lugar haciendo que el cuerpo de ciel actuara solo abriendo la puerta y entrando a la habitación…

Esta se ilumino dejando ver a el padre Michaelis mirando con sorpresa al niño, este casi se desmaya por el susto

-¿Qué haces aquí ciel?- le pregunto el padre con su voz seductora

-me perdí- dijo tímidamente ciel, el padre se acercó a este intimidándolo un poco

-¿Qué hacías afuera de tu habitación?- cuestiono el pelinegro acorralando al niño en un rincón de la habitación, ciel se sentía más que avergonzado y deseo poder regresar a su habitación, su corazón latía demasiado rápido y sentía sus mejillas rojas, trato de separarse del padre pero no pudo

-yo… no podía dormir- rendido se quedó quieto, escucho una leve risa de parte del pelinegro- no se ría…- dijo ciel enojado

-¿tienes miedo?- pregunto el padre aprisionando un poco más el cuerpo del azulino contra la pared, ciel parpadeo un par de veces sin entender la situación su mirada choco con la escarlata que tanto le gustaba…

-no…- dijo ciel perdiéndose en esa mirada tan profunda, tan seductora, tan misteriosa…

-vamos a tu habitación- de golpe el padre se separó del niño haciendo que este se sobresaltara, tímidamente movió la cabeza y siguió a Sebastián de nuevo por los obscuros pasillos, ambos bajaron las escaleras, todo estaba más oscuro, ciel no podía ver bien en un descuido se resbalo ahogando un grito pero unos brazos fuertes lo tomaron por la cintura evitando que cayera

-¿estás bien ciel?- el aliento del padre choco en su oído, haciendo que ciel diera vuelta de inmediato, el padre aprisiono a ciel mas contra su cuerpo

-si- ciel se topó con los ojos del adulto, podía jurar que brillaban en la obscuridad aunque eso fuera imposible, sus brazos viajaron hacia el cuello del mayor, el simple hecho de no poder verse hacia la situación más excitante…

Tímidamente el azulino acaricio el cabello del padre dándose cuenta de lo suave que este era, este se quedó estático, soltó suavemente al azulino

-vamos ciel, es tarde…- dijo eso con voz suave aterciopelada, aquella voz que hacía que el azulino perdiera la razón… en silencio continuaron su recorrido sin más incidentes, al llegar a la habitación del azulino…- buenas noches ciel- los labios del padre estaban demasiado cerca de los suyos , era tentador pero a la vez prohibido ciel no sabía qué hacer en esa situación, de repente cayo un relámpago iluminando el lugar seguido de un trueno tan fuerte que hizo que el cuerpo de ciel se impulsara hacia delante y sus labios chocaran con los del pelinegro, este de inmediato rodeo con un brazo la cintura del niño pegándolo más contra el… el azulino más que confundido se aferró al cuello del padre, aquella situación era tan confusa, sus labios se movían rápidamente, al final el padre se separó de ciel y sin decir palabra alguna se retiró dejando a un ciel muy sonrojado…  

El azulino sin entender la situación cerró la puerta para luego tumbarse en su cama ocultándose entre las sabanas, cerró los ojos fuertemente rogando a la nada que se quedara dormido… y lo logro…

Un travieso rayo de sol cubrió sus ojos… ¿rayo de sol? A las 5 de la mañana no hay ningún rayo de sol, se levantó de golpe, al darse cuenta de que ya había amanecido, miro el reloj y su alma cayo a sus pies… eran las 10 de la mañana, no solo había faltado al desayuno, había faltado a dos clases y era probable que no llegaría al almuerzo, de golpe se levantó metiéndose de inmediato al baño para darse la ducha más veloz de su corta existencia, en tiempo record salió a los 5 minutos poniéndose el uniforme mientras secaba su cabello y se ponía las calcetas… una vez listo tomo la corbata y salió corriendo de ahí, en el camino con dificultad se puso la corbata y acomodo su azulino cabello, cuando ya estaba más presentable a toda velocidad corrió por el jardín, en su carrera no noto que iba a chocar con alguien… hasta que termino en el suelo, se levantó rápido y con sorpresa noto que con la persona que había chocado era Doll

-¡Doll!- exclamo el azulino sorprendió

-¡ciel!- exclamo la chica igualmente sorprendida- ¿Qué haces aquí?- pregunto rápidamente la castaña

-bueno se me hizo tarde- le dijo algo avergonzado

-así…- rio un poco- a mí también- ambos se vieron y empezaron a reír divertidos- las monjas me mandaron con el padre, así que ven…- Doll le tomo la mano, el azulino se sonrojo al máximo, estaba tan apurado que no pensó en lo que había pasado en  la noche, sin embargo Doll lo arrastro por todo el colegio hasta llegar a la oficina del padre Michaelis…

Doll tímidamente toco, un adelante se escuchó ambos jóvenes algo aterrados se miraron, ciel abrió la puerta para entrar, seguido de Doll que aún no le soltaba la mano, lo primero que vieron fue lo hermosa que era la oficina del padre Michaelis, lo segundo que vieron fue que este estaba mirándolos con una ceja alzada

-me puedo hacer una idea de porque están aquí…- dijo el padre señalando con su mirada las manos de los jóvenes, los dos por acto reflejo dirigieron su mirada a donde el padre señalaba y sonrojados se soltaron de la mano

-N-no ciel y yo llegamos tarde- le dijo Doll agachando la mirada

-¿tarde? Se puede saber la razón- cuestiono un poco divertido ante la cara apenada de los jóvenes

-bueno yo me quede despierta hasta tarde por terminar mi tarea- dijo Doll con sus siempre simpática sonrisa

-sabes que hay una hora específica para hacer la tarea- regaño el profesor acercándose a Doll

-pero era demasiada…- se quejó la chica algo intimidada por la presencia del padre

-te quedaras una hora en el cuarto de meditación…- sentencio el padre fríamente, Doll agacho la mirada- corre ve y busca a la hermana Matilda Simmons para que te lleve al cuarto de meditación

-s-si- de inmediato Doll salió dejando solos a ciel y Sebastián

-¿e-ese también es mi castigo?- pregunto el azulino sumamente nervioso

-no precisamente- le dijo el padre con una sonrisa felina

-¿Cuál será mi castigo?- pregunto ciel un poco más calmado

-ve a la biblioteca a las 6 de la tarde…- le ordeno el padre

-¿A las 6?- cuestiono el azulino algo confundido

-te llevare a tu salón para explicarle la situación a tu profesora- le dijo el padre dirigiéndose hacia la puerta, le cedió el paso al azulino que algo confundido lo seguía…

Llegaron a el salón donde iba el azulino, el padre Michaelis hablo con la profesora y esta de inmediato lo dejo pasar… ciel estaba muy aturdido por el trato que el padre Michaelis le daba… recordó también el beso que le había dado, toco un poco sus labios… sin duda el padre Michaelis no era un santo…

El día paso demasiado rápido o al menos para ciel, se dirigió a la biblioteca como el padre le había indicado, caminaba vacilante y receloso, cuando llego a la biblioteca abrió la puerta para topare con un salón más enorme de lo que se había imaginado, con demasiados libros y libreros… era literalmente el paraíso, camino un poco embobado por los libros perdiéndose de inmediato entre los libreros…

De repente sintió una mano tapar su boca y un aliento cálido rozar en su oído

-llegas un poco tarde…- era aquella voz seductora que la reconocería en cualquier lado

-l-lo siento- dijo el niño aun con la mano del padre aprisionando sus labios- ¿Qué debo hacer?- la mano del padre se apartó de sus labios, haciendo que ciel diera un suspiro de alivio

-me ayudaras todas las tardes y parte de las noches a acomodar los libros de la biblioteca…- sentencio fríamente el padre, ciel abrió los ojos sorprendidos

-p-pero a Doll solo le dio una hora en el cuarto de meditación eso es algo injusto- subió un poco su tono de voz, el padre sonrió burlonamente

-estoy cobrando también los cargos por salir de noche sin permiso especial- aquella respuesta hizo sonrojar al azulino que agacho la mirada- tres alumnos más me ayudan con la remodelación de la biblioteca… así que no estaremos solo- le guiño el ojo, provocando que las mejillas de ciel se tiñeran aún más de carmín- o deseas que estemos solos… -afirmo el padre mientras mordisqueaba ligeramente la oreja del niño- porque yo si lo deseo…- la voz del padre era terriblemente sensual, despertaba algo en el niño que no podía explicar

-¡Padre Michaelis!- de golpe ambos se separaron tomando cierta distancia, el padre fingió estar tomando libros mientras que ciel fingía ayudarlo

-no se grita en la biblioteca- regaño el padre a la persona que veía corriendo, era Alois

-disculpe…- dijo el rubio riendo juguetonamente- vine a ayudarlo- ciel noto en alois una mirada coqueta, no supo porque pero sintió un enojo que disimulo a la perfección

-guardo los libros de la sección de literatura- le ordeno, alois solo sonrió

-de inmediato…- el rubio se dio vuelta

-¿llego grell?- pregunto el padre

-no aun no, muchos dicen que está enfermo- dijo alois aun de espaldas al padre

-bien…- dijo mientras le sonreía a ciel, este se incomodó un poco

-ciel, ayúdame- sin previo aviso alois tomo al azulino del brazo para jalarlo ante la mirada atónita del padre Michaelis… ciel camino sin ninguna objeción hacía donde alois lo llevaban, llegaron a una sección algo apartada de la biblioteca que tenía el letrero de literatura, ambos chicos en total silencio tomaron unas cajas para guardar los libros justo como el pelinegro había ordenado, el silencio para ciel era algo incómodo, porque debes en cuando sentía la mirada de alois

-¿pasa algo?- pregunto ciel un poco harto al sentir la mirada de alois

-sí, pero puede que no sea tu problema- dijo el rubio fríamente

-pues si no es mi problema deja de mirarme- dijo ciel algo irritado, a su lado se estrelló un libro que el rubio había lanzado, se sobresaltó un poco pero no le importaba 

-no quiero que te acerques al padre Michaelis…- los ojos del rubio brillaban de maldad y enojo

- tú no eres nadie para mandarme- el rubio empezó a reír un poco desquiciado

-tienes razón pero Sebastián es mío…- y sin motivo el rubio empujo a ciel contra el librero que se empezó a mover hacia adelante amenazando que se iba a caer, ciel cerró los ojos esperando…

Sin embargo lo único que sintió fue como alguien lo empujaba, su cuerpo se resbalo por todas las baldosas y su cabeza choco contra un librero, lo último que vio fueron los ojos carmesí del padre Michaelis… 

Al abrir los ojos lo único que pudo notar es que todo daba vueltas, cerró los ojos y torpemente se sentó en la cama, cuando abrió los ojos su vista se normalizo, miro confundido el lugar, llevo sus manos a su azulino cabello para darse cuenta que tenía una venda cubriéndole la cabeza, miro un poco la habitación para darse cuenta que no estaba en su habitación, esta estaba más grande y las paredes eran de un dorado acompañado de un rojo sangre, recordó un poco la habitación

-veo que estas despierto- en la esquina de la habitación estaba un pelinegro, ciel se quedó atónito, era el padre Michaelis pero sin sus ropas de padre, tenía un pantalón de mezclilla que delineaba muy bien sus piernas, una camisa blanca un poco abierta que dejaba ver su bien formado pecho, un chaleco negro y su cabello largo azabache cayendo por los lados… decir que ciel sorprendido era poco… estaba totalmente fuera de sí, ya sabía que el padre no era un santo… 

-¿q-que hago aquí?- pregunto ciel apartando la vista sintiendo sus mejillas rojas por tal visión

-tuviste un pequeño accidente con alois en la biblioteca- dijo el padre sacando un cigarro y prendiéndolo ante la mirada aún más sorprendida del niño, decidió dejar eso de lado y trato de hacer memoria, recordó bien las palabras de alois

-¿d-donde esta alois?- pregunto ciel tratando de levantarse

-lo encerré en el cuarto de la meditación, tengo pensarlo en suspenderlo- dijo el pelinegro encogiéndose ligeramente de hombros mientras tomaba una bocanada de humo

- alois…- se detuvo un momento para pensar bien en como formar la pregunta- ¿alois y usted tienen alguna relación?

-¿Por qué la pregunta?- el pelinegro saco el cigarrillo de su boca y lo apago en un cenicero

-bueno es que… alois dijo que…- los ojos escarlata del padre se posaron en la figura del azulino haciendo que este  se pusiera más nervioso

-alois tiene ciertos problemas mentales…- interrumpió Sebastián- creo que lo mejor es darle unas vacaciones… ¿te sientes bien?- pregunto con fingida preocupación el padre acaricio la mejilla del azulino alterándolo un poco

-s-si- dijo ciel algo sonrojado, trato de desviar la mirada

-creo que te empuje demasiado fuerte- el rostro del pelinegro se acercó más al de ciel, este sintió su corazón latir tan rápidamente que podía escucharlo claramente, su mirada se concentró en la escarlata que estaba frente a la suya se acercó un poco mas

-creo que si…- ciel puso sus manos en el pecho, mientras distraídamente desabrochaba un botón dejando ver el bien formado pecho de Sebastián, este fingió estar sorprendido por el tacto

-demasiado atrevido ciel- susurro acercándose al oído del niño para jugar con este, ciel sintió una extraña corriente placentera que lo hizo jadear- me provocas demasiado

-esa es mi frase- dijo ciel tímidamente apartando al padre con sus manos- ahora quiero saber el porqué…- dijo encarándolo

-¿acaso importa?- interrogo el pelinegro pegando ligeramente sus labios contra los labios del azulino

-c-claro que importa- el azulino retrocedió un poco pero esto lo aprovecho el padre para empujar al niño y posicionarse sobre de él, este se sintió sumamente incomodo 

-me pareces muy interesante- el aliento del pelinegro erizaba toda su piel

-p-padre Michaelis…- el pelinegro se separó del azulino para verlo reprobatoriamente

-¿Cómo te dije que me llamaras cuando estemos solos?- interrogo acercando más sus labios a los del azulino

-Sebastián- los labios del pelinegro aprisionaron cálidamente a los del azulino, este al principio no quiso corresponder pero poco a poco sus ojos se cerraron, sus brazos se ciñeron alrededor del cuello del pelinegro y sus labios se movían al ritmo que Sebastián le marcaba, el pelinegro mordisqueo un poco los labios del azulino, este por acto reflejo los abrió recibiendo de inmediato la cálida lengua del padre, dejo escapar un jadeo de la impresión pero tímidamente empezó a jugar con  aquella experta lengua, demasiado experta tratándose de la lengua de un padre, ciel dejo de lado esos pensamientos para disfrutar de aquel profundo beso… el aire le empezó a faltar así que se separaron lentamente mientras abrían los ojos para verse fijamente  

-e-esto no está bien- alcanzo a decir ciel mientras recuperaba

-¿tú lo piensas?- Sebastián lamio con sensualidad los labios del azulino desconcentrándolo de sus pensamientos

-usted es un padre se supone que no debería de estar haciendo esto- el pelinegro rio divertido

-pensé que eras más listo ciel- empezó a bajar hacia el cuello del azulino donde deposito pequeños besos, le dio una lamida haciendo que ciel jadeara un poco- no soy un padre convencional… pero eso es un secreto- mordisqueo el cuello de ciel haciendo que este soltara una queja parecida a un gemido

-esto es prohibido- susurro ciel, el padre se levantó un poco para ver al azulino a los ojos, una sonrisa traviesa cruzo los labios del pelinegro

-lo prohibido es más tentador…- volvió a besarlo con hambre, sin dejar que el azulino siguiera pensando-si mi lindo niño, tu eres prohibido, lo que te hace sumamente interesante… déjame robar tu inocencia ciel… como hace unos años…- pensaba el padre mientras de reojo veía al azulino que lo besaba, sonrió triunfalmente mientras continuaba con el beso sin ser consciente de que unos ojos miraban todo el espectáculo… y aquella persona no tenía buenas intenciones…


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