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Butterflies por CaedesDarkParadaise

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Notas del capitulo:

Aquí tenéis la última parte.

Cinco años después.

- Bienvenidos al club de "¿Porque me casé con ese mago o bruja?"- inauguró Harry Riddle en un salón del castillo que la profesora McGonagall les había cedido muy a regañadientes.- Empezamos la reunión secreta.

- Harry.- rió Hermione ayudándolo a sentarse con su tripa de embarazado.- Si lo dices, ya no lo es.

- Ya me entendéis todos.- gruñó. Últimamente, gracias a Draco, estaba de un humor de perros que se lo llevaba merlín.- Adoro a mi bebé, pero creo que necesito un vaso urgente de whisky de fuego.

Sus compañeros echaron una carcajada con resignación.

- ¿A ti también te pasa, Luna?

- Si.- se enfurruñó.- Desde que me quedé embarazada, Daphne se cree que estoy invalida o enferma. No me deja ir a ningún lado.

Harry se golpeó la cabeza con la mano.

¡Esos malditos Slytherin!

Todo había comenzado esa mañana cuando Harry se había despertado en su cama. En el momento que había decidido bajarse de la cama, muy forzosamente, pues Draco se había ido la noche anterior a un viaje de negocios (Muy, muy reticente. Tan reticente que Harry tuvo que amenazarlo con varita para que se largara.) y no podía ayudarlo, bajó un pie de la cama y de golpe una alarma estruendosa explotó en la habitación. Asustado, Harry buscó su varita y se puso de pie y algo que parecía plástico de burbujas muggle empezó a envolverlo de pies a cabeza. Una luz salió de la nada y la voz de Draco se escuchó como un eco.

"¡Ni se te ocurra moverte, Malfoy! He encargado a Dobby atenderte desde la cama, así que no hagas esfuerzos. ¿Me has entendido? Papá Remus irá a verte más tarde. Descansa y..."

Furioso, Harry se deshizo del patronus maldiciendo entre dientes a toda la estirpe de los Malfoy.

- ¡Dobby!- El elfo apareció.- Prepárame el desayuno, por favor, ahora bajo.

- Si, amo Harry, pero...- dudó con sus ojos saltones y llorosos.- El amo Malfoy ordenó que lo vigilara y atendiera desde su cama.

- ¡El amo Malfoy es un idiota!- rumió Harry yendo a su armario y poniéndose lo primero que encontró. Al llegar el momento de ponerse las zapatillas, miró vergonzosamente a Dobby, que lo miraba con una mezcla de admiración y preocupación.- ¿Dobby? ¿Me puedes atar los cordones?

A Harry se le sonrojaron las mejillas cuando Dobby corrió a cumplir su orden.

¡Maldito Draco!

- ¡Y he aquí, Dobby!- señaló al elfo que comía una piruleta sentado encima de una butaca y canturreaba como un niño pequeño.- Tuve que traérmelo porque no quería dejarme solo. ¡Hechizaría a los padres de Malfoy por criarlo de esa manera, pero jamás atacaría a Remus!

Todos concordaron que Remus Malfoy era un lobito adorable.

- Y eso fue lo que pasó.

- Ese estúpido hurón de pacotilla.

Ron se masajeó las sienes.

- ¿Y lograste salir de tu casa tan tranquilamente, Harry?- le preguntó Neville acariciando su tripa de seis meses.- ¿Sabes lo que tuve que pasar yo? Al principio cuando le dije a Theo que estaba embarazado se lo tomó muy calmadamente, no me malentendáis, estaba feliz, pero conforme pasaban los meses y yo iba haciéndome mas grande, comenzó a volverse ultrasobreprotector.- se indignó.- Mira esta mañana mismamente. ¡Me he despertado y había puesto protectores por toda la mansión! He derrapado por las escaleras como si fuera una cama de agua. ¿Sabes cuánto me ha costado levantarme?

Los demás no se aguantaban la risa e incluso Neville recurrió a ella porque la situación era increíble.

- Además casi no llego a vuestro llamado.- dijo Neville en un intento de desahogarse.- Las puertas tenían también protección. Pase diez minutos intentando quitarlos, lo logré solo cuando amenace a mis elfos con ir saltando por toda la casa. Pobrecitos.- suspiró.- Iba a buscar a ese tonto que tengo por esposo, pero dije que tenía que tranquilizarme de nuevo. Por el bebé.- suspiró de nuevo.- No se que voy a hacer con Theo.

- Otro idiota.- bufó Hermione.

- Veo que tu tampoco lo llevas bien, Mione.- le dijo Luna trayéndole un poco de zumo de calabaza.

- No, la verdad es que no.- bebió un poco.- Miradme, chicos. ¿El embarazo me ha hecho poco atractiva?

Todos la miraron como si le hubieran salido tres pares de cabeza. En realidad, Hermione estaba radiante, casi a punto de explotar, pero radiante. Se había cortado el cabello casi a la altura de la nuca y sus ojos resplandecían como esferas brillantes.

- ¿Quién te ha dicho eso, Mione?- le preguntó Ron, preocupado.- ¿Ha sido esa serpiente insensible?

- No, Pansy, no.- bajó la mirada.- Lo que ocurre es que hace tiempo que no me toca....uhmm...como decirlo...

- Ya no os acostáis.- resolvió Luna que tantos años con Daphne se le había pegado un poco de su descaro.- ¿Por qué?

- No lo sé.- negó con la cabeza- No tengo ni idea. Cuando me ve, me trata como si fuera un jarrón frágil. Creo que he dejado de ser seductora para ella.

- Oh, Mione.- Ron la abrazó.- No digas eso. Esa serpiente insensible te desea. Lo ha demostrado muchas, muchas veces. ¿O no recuerdas mi boda?

Hermione se sonrojo furiosamente.

Aquella vez las pillaron debajo de su mesa en el convite haciendo cosas indecentes en la hora de los borrachos. Pansy estuvo fardando un mes entero hasta que Hermione la pilló por banda y le negó sexo una semana. Al recordar los viejos tiempos se le empañaron los ojos.

- Hoy solo me ha besado una vez y en la mejilla.- sollozó.- Ya no me desea.

El cuarteto se miró con preocupación.

- Seguramente no es nada.- le dijo Harry tomando su mano.- Tal vez debas dejar que esa slytherin de pacotilla te eche de menos para que se de cuenta de lo que vales.

- Puedes quedarte conmigo.- comentó Luna con una sonrisa suave.- En la casa de mi padre estaremos bien.

- ¿Estas viviendo con tu padre?

Luna suspiró.

- No os lo he contado, ¿cierto?

- No.- dijo Neville algo curioso.- ¿Has estado viviendo en casa de tu padre? ¿Desde cuando?

- Tres días.- respondió Luna sorprendiéndolos.- Amo a Daphne, lo sabéis, pero a veces me supera. Es demasiado celosa, sobreprotectora y posesiva, y ahora que llevo a nuestra niña aun más. Quiere mantenerme en una burbuja. No puedo vivir así. Ella no sabe donde estoy, solo le escribí una carta explicándole la situación y me fui.

- Debiste sentirte muy agobiada.

Todos la consolaron.

- La extraño mucho.- lloriqueó.- ¿Creéis que ella me extrañe?

- Con toda mi alma.- Daphne Greengrass apareció vestida con su traje del ministerio y llena de seriedad. Miraba a Luna como si no la hubiera visto en años.- Cariño...

Luna no pudo evitarlo y corrió hacia ella haciendo que Daphne la aplastara en sus brazos y la besara apasionadamente en el proceso.

- ¡Harry Malfoy!- Tras ella llegó Draco Malfoy que tenía su cabello rubio platinado despeinado y sus ojos estaban llenos de locura.- ¿¡Se puede saber donde te habías metido!?

- ¿¡Se puede saber que estas haciendo aquí, Draco Malfoy!?- Harry se cruzo de brazos haciéndose más notoria su tripa.- ¡Te dije que te fueras a tu viaje!

- Los elfos me llamaron y me lo dijeron.- lo miró acusatoriamente.- No debiste moverte de casa si yo no estoy para cuidarte.

- ¡Por tu culpa tuve que traerme a Dobby, que no me dejaba salir!

Draco miró al elfo que estaba detrás de Harry.

- Muy bien hecho, Dobby.- lo halagó y se dirigió a Harry. El elfo estuvo a punto de llorar.- Recuérdame subirle el sueldo.

- Esta bien....¡Oye esa no era la cuestión!

- ¡Neville!- Un alborotado Theodore Nott arrasó la puerta de la sala de desuso.- ¡Merlín! Estabas aquí.

- Si, Theo, estaba aquí.- suspiró Neville recibiendo un beso de su parte y otra en su estómago.- Tu y yo tenemos que hablar muy seriamente. Ya estoy cansado.

- Neville.- Theo no se lo creía.- Sé que me estoy pasando, pero...

- Aquí no.

Y con eso finalizo su disculpas y se mantuvo callado. Las demás parejas le dejaron su espacio e hicieron como que nos les oían.

- Oye, Ron.- le llamó Hermione para distraer la atención.- No nos dijiste porque estabas enfadado con Zabinni.

- No estoy enfadado con él.- dijo simplemente.

Lo miraron raramente.

- ¿¡Que!? Me paso la mitad de mi vida enfadándome con él.- respondió con una sonrisa tonta.- Y la otra reconciliándome, pero eso no tiene nada que ver. Ese pervertido no me ha querido dejar salir de la cama. He tenido que huir.

- Sois asquerosamente cursis.- se quejó Neville.

- ¡Ronald Zabinni! ¡No te voy a perdonar que te hayas ido sin avisar! ¡La profesora McGonagall nos quiere echar! ¡Te voy a llevar de nuevo para que cumplas con tu..!- Zabinni entró y los vio a todos de pie reunidos.- ¿Que ocurre? ¿Que estáis haciendo aquí? Si es una fiesta tengo que traer algunas bebidas.

- Por supuesto, Zabinni.- Entró Pansy con las manos en la cintura y una cara de cabreo impresionante.- Ellos están de fiesta, están celebrando que tu eres idiota.

- ¡No insultes, bruja de pacotilla!

- ¡Hermione!- gritó Pansy sin prestarle atención. Hermione se exaltó.- Tenemos que hablar.

- No pienso hablar contigo, bruja de pacotilla.- bufó Hermione girando la cara e ignorando a una mosqueada Pansy.

- Nosotros también tenemos que hablar, Harry.- le dijo Draco a su esposo.- Y no pienso regresar al viaje, se lo he encargado a mi padre.

Harry gruñó.

- Espera, ¿has dejado solo a tu esposo embarazado?- inquirió Daphne señalando la tripa de Harry.- Eres un pringado.

- No me jodas, Greengrass, no fue porque yo quería. Le dije a Harry que no iría y me amenazó.

- ¿Y tu caíste? Eres un pringado.

Draco se estaba poniendo rojo del enfado así que sacó a relucir su lengua viperina.

- Por lo menos no he sido abandonado por mi esposa porque soy agobiante.

- Eres un hijo de....

- ¡Basta ya, muchachos!- dijeron Harry y Luna, hastiados y cerrándoles la boca con un hechizo.

- Y nosotros que creíamos que estando embarazados seriáis mas inofensivos.- soltó Draco y los Gryffindor y la Ravenclaw le fulminaron con la mirada.

- ¿Que has querido decir con eso, hurón?- Ron entrecerró sus ojos.

- Si, Draco. ¿Que has querido decir?

- Nada.

Los Slytherin se habían puesto tensos.

Harry miro fijamente a Draco utilizando un legeremancia mínimo. Sus ojos se agrandaron.

- ¿Os pusisteis de acuerdo para embarazarnos?- boqueó. Luego soltó un gruñido.- ¿¡Malfoy!?

- No debí dejar que hicieras ese curso de legeremancia.- se quejó Draco viendo que su final estaba llegando muy pronto.

- Ves que eres un pringado.- escupió Daphne.

Todos estaban mudos.

- ¡El que lo propuso fue Draco!- lo acusaron de repente.

Draco gruño sacando su varita y murmurando que tenía que buscarse nuevos amigos.

- ¡Draco!- se indignó Harry.

- Si, bueno, yo lo propuse, pero la primera que se puso manos a la obra fue Pansy.

Hermione fulminó a su mujer con la mirada.

El cuarteto de oro estaba impresionado por la estupidez de sus esposos.

- ¡Eres un..!- Hermione carraspeó y Pansy se intimidó de nuevo.- No era mi intención, cariño. Pero si lo conseguí fue por casualidad, te lo juro.

- ¡Por eso reservaste ese cuarto de hotel en las Maldivas con urgencia!- la acusó.- ¡Querías embarazarme!

Ese fue el hundimiento definitivo de Pansy.

- ¡No! Es decir, no inmediatamente.

- ¡No me lo puedo creer!- Estaba tan sorprendida que ni podía enfadarse.- ¡Vas a tener unas largas vacaciones esta vez, Parkinson, durmiendo en la habitación de invitados!

- ¡No, querida! ¡No me digas que no puedo dormir contigo!

Y la segunda salió siguiendo a la primera que estaba echando chispas.

- ¡Viste lo que has causado!- le gritó Harry a Draco que levantó las manos.

- ¡Oye, que yo no les obligue! Fue una simple sugerencia.

- Y tan simple.- bufó Zabinni.

Ron lo acribilló con la mirada.

- ¿Tú aceptaste la sugerencia del hurón, Zabinni?

- No, yo Ron...

- ¡Júralo por tu hijo!

El hombre se quedó callado de golpe.

- ¡No me lo puedo creer!

- Pero yo no...

- Él fue quien dijo que lo haría en menos de dos semanas.- dijo Draco echando leña al fuego. Blaize le insultó en italiano.- Hizo un calendario de los días que podías ser más fértil y lo colgó en un tablón que usa en su oficina. Lo llamó "Días para domar al pelirrojo"

Ron se puso más rojo de lo que estaba.

- Te dije que era una gilipollez.- se rió Theodore abrazando a Neville y acariciando su tripa inconscientemente.

- Mejor tu no me hagas hablar, Nott el bueno.- escupió Zabinni intentando abrazar a Ron por la cintura pero este intentaba deshacerse de sus brazos. Theo se puso pálido.- O no fuiste tú el que alteró las pociones anti-embarazo de Neville para que no surgieran efecto.

Eso les cayó como un jarro de agua fría.

¿Theodore Nott, el tranquilo y paciente Theodore Nott, manipulando las pociones de embarazo de su esposo?

- ¡Theodore!- se horrorizó.- ¿¡Porque lo hiciste!?

- No, cielo, yo...- miró amenazante a Zabinni.- ¡Eres un cabrón!

- Sois unos idiotas.

- Tú mejor quédate callada, Daphne.- le advirtió Luna entre dientes.- No estás exenta de todo esto.

- Pero nena...

- ¡Por supuesto que no!- dijeron los tres slytherin mientras se agarraban a golpes. Daphne se apuró a sacar su varita.- Ella fue la que me dio la idea.- continuó Draco sin aliento.- Porque ya estaba planeando la forma de ponerlo en práctica con Lovegood.

- ¡Es Greengrass, imbécil!

Y los cuatro Slytherin se pusieron a gritar y golpearse como si fueran críos de cuatro años. Harry, Luna, Neville y Ron se miraron unos a otros sin saber que hacer o decir. Estaban estupefactos, no sabiendo como reaccionar. ¿Estaban sus esposos tan locos? ¿Tenían que temer las ideas que pugnaran por salir de su cabeza? Harry empezó a hartarse de los gritos y los chillidos de un asustado Dobby.

- ¡Basta ya!

- ¿¡Como no paréis pedimos el divorcio!?

Aquello alertó a todos los que estaban en el suelo que empalidecieron en el acto.

- ¡Luna, te lo prohíbo!

- ¡Ni se te ocurra, Harry!

- ¡Pienso golpear ese culo, Ronald!

- ¡Voy a quitarte esas ideas absurdas de la cabeza, Neville!

Los Gryffindor y la Ravenclaw no estaban impresionados. La simple idea del divorcio era impensable. Ellos sabían que sus esposos morían por cada uno de sus huesos, pero a veces cometían errores y cosas que hacían replantearse la vida y hasta el amor.

Pero no era su caso.

- Dormirás esta noche y las que quedan en el sofá, Malfoy.- siseó Harry blandiendo su varita y sus ojos verdes ardiendo. Aunque su tripita de embarazado le daba un aspecto algo tierno que encandilo a Draco. Sin embargo no era idiota. Harry era bueno, pero su paciencia tenía un límite. Y esta había sido desbordada.- Hasta que el niño nazca o tu hagas méritos para que yo te perdone. ¿Entendido?

- Si, Riddle.

Los demás dejaron que la pareja arreglara sus diferencias a su manera. Y los dos se fueron en silencio. En cuanto a Neville, este miraba con reproche a su esposo.

- Neville.- susurró Theo con miedo.

¿Y si lo dejaba?

- Vámonos, Nott.

Oh, por merlín, estaba en problemas.

El Gryffindor y el Slytherin cabizbajo marcharon dejando a las dos parejas restantes. No dejaban de mirarse en silencio.

- Yo no soy paciente, Zabinni, y menos de sangre fría.- le dijo Ron con su voz llena de enfado.- A mi ahora mismo me están entrando unas ganas terribles de colgarte de la torre de Astronomía.- sus ojos ardieron en furia. Y Blaize se estremeció. No debió haber jugado de esa manera con su pelirrojo de por medio.- Mañana mismo irás a vivir con tu madre.

- ¿¡Qué!?

A Blaize Zabinni se le heló la sangre.

- Lo que has oído.

- ¡No me puedes mandar con mi madre! ¡Yo me quiero quedar contigo y nuestro hijo!

- Puedo y lo he hecho. A ver si eso te enseña a no jugar con la vida de tu descendencia.- Caminando como un patito mareado llegó al umbral.- Llamaré a tu madre esta noche y le diré lo que hiciste

- ¡Ron!

Y fue tras él.

- ¿Que hago yo contigo, Greengrass?

- ¿Amarme?

Luna frunció el ceño aún mas.

- No estoy jugando.- aseveró.- No pienso volver a casa si sigues con esa actitud tan tonta.

- Por merlín, Luna.- maldijo Daphne y su tono sonó adolorido.- No me puedes pedir que no te cuide.

- No te estoy pidiendo eso, cielo.- Luna agarró su rostro.- Pero para ya. Me estoy sintiendo agobiada, atrapada. No soy tan frágil como crees, Daphne.- Los ojos azules de Daphne se volvieron tristes.- Tienes que dejarme un poco de libertad.

- No quería que te sintieras así.- dijo con pesar.- Trabajaré en ello, pero por favor, Luna. Vuelve a casa.

Luna echó un suspiro.

¿Cuántas veces había suspirado a lo largo de los días?

- Vamos a casa.- Daphne extendió una bella sonrisa y llevó una mano a su estómago para proporcionarle unas caricias.- Eso sí, dormirás en el sofá. Aún me tienes que dar otra explicación sobre esa idea que contemplaste antes de embarazarme.

Daphne gimió con cierto lamento.

¿Que si el quinteto de oro perdonó a sus respectivas parejas? Con el tiempo, sí. Para Harry Riddle-Potter de Malfoy fue una odisea convencer a Draco que podía cuidarse bien solo. A las semanas el slytherin ya había dejado de tratar a Harry como si fuera de cristal. Más bien se había vuelto mas complaciente y cumplía cada antojo que le pedía, si quería comida china iba a por ella, aunque fuera a las cinco de la mañana y medio dormido. Todo ello evocó a que Harry se le derritiera el corazón y juntos recibieron a su bebé que resultó ser una niña para deleite y asombro de Draco.

La vida en la casa de los Zabinni-Weasley era un infierno y al final acabaron divorciándose...Bueno, eso fue lo que soñó Blaize Zabinni una de las tantas noches en casa de su madre. Le dio tal ataque de pánico que Ron tuvo que ir a buscarlo en mitad de la madrugada porque la señora Zabinni se había cansado de darle coscorrones en la cabeza a su hijo por dramático. Zabinni le suplicó perdón y le prometió que se volvería célibe si quería, pero que le dejara descansar esa noche en sus brazos. Ron Weasley de Zabinni supo entonces que había aprendido la lección.

Hermione Granger estuvo viviendo en casa de sus padres, no fue un tiempo largo, en realidad fue media hora. Fue llegar a su casa y ver lo vacía que estaba sin la presencia de su bella Hermione, y Pansy Parkinson no aguantó. Corrió a la casa de sus suegros y prácticamente secuestró a su esposa. Hermione no lo vio llegar. En menos de cinco minutos estaban en París donde habían celebrado su luna de miel. Ahí Pansy le demostró que no podía vivir sin ella, le pidió perdón, y por supuesto, le dejó en claro que aún después de todo ese tiempo la deseaba como nunca. Hermione perdió toda capacidad de enfado tras eso.

La vida para Theodore Nott no resultó muy buena, al menos los cinco días en las que su esposo Neville lo ignoró y casi lo mató de angustia. Neville sufría con él, pero debía darle una lección. El último día que Theo soportó su evasión fue decisiva, tomó a Neville y lo llevó a su cama para hacer el amor. Y Neville se lo concedió porque lo extrañaba. Sin embargo después de eso hablaron, hablaron y hablaron. Theo se disculpó, Neville lloró (Hormonas de embarazo) y juntos resolvieron que Theo debía dejar de ser tan sobreprotector y que jamás volvería a ocultar ni hacer nada de tal índole. Juntos volvieron a su normalidad y se amaron como el principio.

Las últimas pero no menos importantes señoras Greengrass-Lovegood tuvieron unas cuantas discusiones. Incluso Luna gritó. Ella, que era de naturaleza calmada y distraída, dejó a su esposa sin palabras. Daphne vio entonces que su Luna había madurado y se había vuelto una mujer independiente y fuerte. Ya no era la niña de la que se enamoró, ahora era la mujer que amaba con una pasión desbordante. La meta de dormir en el sofá no duró mucho. Luna era débil a la seducción de Daphne y en pocos días regresó a su dormitorio. Daphne aprendió a ser paciente y mantuvo a raja tabla su promesa de dejar espacio a su mujer. Luna la recompensó por ello así que su vida se mantuvo satisfactoria.

El quinteto de oro le cogió el gusto a reunirse a expensas de sus esposos para quejarse de ellos y reanudaron el club al que a veces se unían amigos y hermanos como los gemelos Weasley, a quienes les gustaba sacar canas verdes a sus respectivos maridos. Y todos agradecían en el fondo esa idea loca que tuvieron en su día los merodeadores de subirse a un escenario y declarar a todo el mundo su amor.

- ¡Una gran idea!- brindó Albus Dumbledore desde Hogwarts mientras se comía un caramelo.- Una gran y maravillosa idea.

Notas finales:

Es un poco triste tener que terminarlo, pero aquí finaliza Butterflies I. Espero que la hayáis disfrutado tanto como yo.

Un abrazo, 

Caedes.


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