Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Amor Después por clumsykitty

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

EL AMOR DESPUES.


When you try your best, but you don't succeed
When you get what you want, but not what you need
When you feel so tired, but you can't sleep
Stuck in reverse
When the tears come streaming down your face
When you lose something you can't replace
When you love someone, but it goes to waste
Could it be worse?

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you.
...........................Fix You, ColdPlay(i)


“A un corazón sólo se entra por el amor”
…………………..Luis María Martínez.


Capítulo 12. S. O. S.


-Escúchame Mokuba, me parece que tienes cosas más importantes que hacer que gastar el tiempo llamándome para preguntar si estoy bien.
-Pero hermano…
-Si no estuviera bien, tú serías el primero en saberlo, Moki.
-Ajá. ¿Por qué tenías los ojos hinchados y rojos en las mañana?
-Se llama desvelo, hermanito.
-No me mientas, que ya no soy un niño, Seto. El desgraciado de Atemu volvió a lastimarte, ¿verdad?
-No.
-Hum. Voy a hablar con él.
-Espera, Mokuba, no tienes nada que hablar con él y no quiero que te involucres en asuntos privados.
-¿Desde cuándo el que abusen de mi hermano es asunto privado?
-¡Mokuba!
-El que sea tu esposo, no significa que pueda hacer contigo lo que quiera.
-Adiós, Moki.
-¡Seto Kaiba, si me cuelgas, voy para allá!

Clic.

-Misao.
-¿Sí, Señor Kaiba?
-Si Mokuba aparece, dile que no estoy en la oficina y que salí hacia el nuevo estadio.
-Sí, señor.

El CEO se recostó en su asiento cansado, Mokuba se había dado cuenta de lo que había ocurrido en la noche. Pero no quería ningún problema ya con ello. El Faraón parecía haber olvidado el asunto y daba gracias por eso...

-¿Señor?
-Sí, Misao.
-El Señor Wheeler está aquí.
-/Genial/ Que pase. No quiero interrupciones.

Era la segunda vez que Joey entraba tan campante a su oficina. Sin embargo, ahora tenía que ser diferente. Iba a darle una lección…

/Todo esto es su culpa/

Pero el rubio el atajó con una pregunta inesperada.

-¿Qué te ocurrió?
/Bravo, primero Mokuba y ahora Wheeler/
-Lo de tu proyecto, ¿Era verdad o sólo fue un truco? –preguntó en un intento de desviar su atención- Si no tienes una idea clara, será mejor que no vuelvas más.
-¿Te lastimó, verdad?

Si no fuera porque las piernas le flaqueaban, el ojiazul hubiera corrido a patadas al rubio. Así que sólo se limitó a cruzarse de brazos y mirarlo con frialdad.

-Vete de aquí, Wheeler.
-Si yo fuera tu esposo, besaría el suelo que pisas…

/No otra vez/ pensó Seto al sentir un calorcillo conocido en su rostro.

-¿A dónde quieres llegar con eso?
-No sé… ¿a la cama?

Kaiba no podía creer lo que oía. Joey Wheeler se le estaba insinuando abiertamente.

/ ¿Qué no tenía a la tonta de Valentine por amante? /

-Te lo dije una vez y no quiero repetirlo, perro. Si tu entrenamiento no te enseñó a recordar, ya lárgate.
-Te haría el amor de la manera más tierna y romántica –continuó Joey de frente al ojiazul- Moriría por ti de ser necesario…
-¡¿Qué?!
-Recorrería tu cuerpo como si fuera la seda más fina…
-¡Wheeler!
-… besaría tus labios como si fuera el vino más exquisito…
-¡Basta!
-… y chuparía…
-¡Suficiente! –gritó ruborizado Seto levantándose- ¡¿Quién diablos t-… ah!

Había olvidado la razón por la que evitaba moverse de su silla. Recargándose del escritorio, cerró los ojos ante la punzada que le latigó. Joey se puso a su lado rápidamente para ayudarle a no caer de dolor.

-Asesinaría a cualquiera que te hiciera daño –le susurró-, incluso si te hiciera llorar como Atemu lo hizo.

Seto se quedó inmóvil, parecía que Joey hablaba con sinceridad pero era demasiado real para creerle. Se percató de que el rubio le sujetaba y trató de zafarse pero el otro no lo consintió.

-No –le dijo Joey en tono firme, mirándole a los ojos.
-Suéltame.
-No.
-Maldita sea, ¡Quítame tus manos de encima!
-Ya pasaste por algo parecido con Gozaburo y lo hiciste por Mokuba, pero él ahora está bien. ¿Por qué dejar que Atemu te lastime?
-Suéltame –demandó un poco nervioso.
-Vales demasiado para gastarte en el cobarde del Faraón.
-¡Déjame en paz! –exclamó Seto comenzando a desesperarse.
-Nada de lo que te ha ocurrido es tu culpa, Seto.
-¡Maldición, cállate ya!
-No es tu culpa.
-¡Cállate!
-Yo sé que tienes mucho miedo de perderlo todo…
-¡Mentira! ¡Mentira!
-… pero estás perdiéndote tú.
-¡Déjame solo!
-No tienes que pelear más, Seto. Yo quiero pelear por ti.
-¡Vete!
-No es tu culpa que Atemu te lastime. Nada malo va a pasarle a Mokuba. Eres tú quien está en peligro, pero yo voy a ayudarte.
-¡NO!
-Ya no tienes que sufrir por Mokuba, él está a salvo, Seto. Lo que pasó no fue tu responsabilidad. El Faraón te ha mentido. Nunca le has hecho daño ni a tu hermano ni a nadie. No es tu culpa.
-¡No!
-Déjame estar a tu lado. Déjame protegerte.
-¡No es cierto! ¡No es cierto!
-Siempre has estado solo, pero ya no más.
-¡Ya basta!
-No estás solo, Seto. Aquí estoy yo.
-¡Demonios, Wheeler!
-No. Es. Tu. Culpa.
-¡Suéltame!
-Quiero ayudarte.
-¡Wheeler, basta!
-Estoy contigo. No más dolor.
-¡Basta!
-Ya no estás solo.
-¡BASTA!
-No estás solo.
-¡BASTA!
-Voy a cuidarte.
-Basta…
-No es tu culpa.
-Basta… por favor…
-No es tu culpa.
-No…
-Estoy contigo, Seto.
-… no…

Seto rompió a llorar, aferrándose a la camisa de Joey y con la cabeza hundida en su hombro. El rubio le abrazó fuerte mientras acariciaba su cabello.

-Shh… eso es, déjalo ir… -le susurraba- Estoy aquí, Seto, no estás solo, no estás solo…

Siguió repitiendo esas palabras una y otra vez, hasta que el llanto del CEO se convirtió en débiles sollozos. Sin dejar de consolarlo, Joey dejó que ambos se sentaran en el suelo alfombrado mientras el ojiazul iba calmándose poco a poco.

-Yo le prometí a Mokuba una familia, que nunca nada nos separaría, y creí que con Gozaburo la tendríamos. Hice todo lo que él me pedía para hacer nuestro sueño realidad. Fueron tantas noches sin dormir, tantos golpes y tantos insultos. Todo porque no era perfecto. Aún recuerdo esas cadenas y a los malditos profesores, no les importaba ver como me maltrataban, sólo querían impresionar a mi padrastro. Yo no quería ser todo esto, pero era la única manera de salvar a Mokuba. Juré protegerlo de todo y de todos aquellos que siempre quisieron hacernos daños. A nadie le importamos, sólo querían de mí a un niño prodigio para lucirse, y dejar a mi hermanito solo… por eso reté a Gozaburo, pero yo creí que él sería bueno con nosotros… no podía permitir que lastimara a Mokuba… tenía que hacerlo. Es mi única familia… el único recuerdo claro de le que alguna vez fui… ya ni siquiera puedo recordar el rostro de mis padres… su voz es tan difusa como un sueño… yo… simplemente no puedo… no sé otra forma… -confesaba Seto entre sollozos.
-Shh, te entiendo, Seto. Mis propios padres no se preocuparon por Serenity y por mí. Mi padre siempre me lastimó porque odiaba a mi madre, y ella me apartaba de mi hermana para vengarse de mi padre… pero no puedes dejar que otros te digan como tienes que ser… tu corazón, Seto… escucha a tu corazón.
-No entiendo porque no comprenden que cambié la Corporación Kaiba no sólo para Mokuba… Gozaburo estaba mal. Era malo. Yo lo cambié todo…
-Shh…
-Lo hice solo, nadie me ayudó. Estábamos en peligro y nadie quiso ayudarnos… Tenía que protegernos… solo…
-Pero ya no más, Seto –le dijo Joey, secando sus lágrimas con sus pulgares- Ya no estás solo, me tienes a mí.
-Yo sabía que sin mí protección, Mokuba estaría en peligro… no podía permitir que perdiera la razón… y no comprendo… ¿Por qué me pasó eso? Estaba arrastrando a mi hermanito a la muerte… todo por mi culpa… por mi depresión…. Íbamos a perderlo todo… íbamos…
-A quedarse solos de nuevo ¿verdad?
-Atemu me salvó. Salvo a Mokuba de mí…
-No –le interrumpió el rubio- si solo quería ayudarte pudo haber hecho otra cosa.
-No es así, yo…
-¿Te entregaste por cumplir tu promesa como hermano? ¿Tiraste tus sueños y deseos a la borda para seguir con esta vida?

El ojiazul bajó su cabeza avergonzado. Prácticamente se vendió como una mujerzuela para que el Faraón le ayudara a recuperarse y levantar Kaiba Corp.; asegurando con ello el futuro de Mokuba.

-Seto, mírame –le ordenó Joey tomando su barbilla- ¿No crees que esa promesa ya se cumplió pero no has hecho feliz a tu hermano?
-No comprendo…
-Le diste una vida envidiable al chibi, pero no la felicidad entera. Me parece que tu hermanito sólo desea verte feliz y para eso no hace falta una compañía multimillonaria. Siempre has protegido a tu hermano, pero… ¿Quién te ha protegido a ti?
-No puedo…
-Sí puedes, Seto, solo que tienes miedo de perderlo… como tus padres ¿no es cierto?
Nuevas lágrimas brotaron de Kaiba.
-Escúchame y no digas nada –susurró Joey abrazándolo de nuevo- Te pedí una oportunidad para demostrarte que alguien puede protegerte porque eres especial para esa persona, Seto. Eres especial para mí. No tienes ni idea de cuanto… -musitó- y quiero mostrarle al mundo el por qué eres tan valioso para mí. Tal vez no entiendes esto, pero tengo que confesarte que soy un cobarde. Debí ayudarte hace tiempo y huí… Perdóname Seto. Pero estoy aquí ahora contigo para estar a tu lado para siempre. No voy a abandonarte. No habrá nada que me separe de ti. Lo juro con mi vida.

Seto se recostó cansado sobre el rubio. Extrañamente se sentía como si un gran peso le fuera quitado de encima. Y gracias a Joey. Él quería su compañía pero no por ser un genio, ser rico, tener una empresa exitosa o ser un gran duelista. Solo por ser él, solo él. Compartir lo que soñaba, lo que nadie nunca hizo. Incluso oponerse a Atemu, y liberarlo de esa odiosa relación

/ ¿Por qué Joey? ¿Por qué lo haces? /

-¿Joey?
-Dime –contestó el rubio sonriendo al oír su nombre.
-¿Qué pasará con Atemu?
-Justo ahora iba a buscarlo para patearle su real trasero.
-Eso será imposible –murmuró Kaiba sin moverse aún.
-¿Quieres apostar?
-Digo que será imposible porque… -explicó el ojiazul separándose de él- Atemu se marchó para Nueva York.
-¡¿Qué!?
-El Museo fue invitado a una exposición temporal y él fue a dirigirla.
-¿Por cuánto tiempo?
-Cuatro meses.

Joey silbó no creyendo su suerte. Si bien no estaba seguro de llegar a ponerle un dedo encima al Faraón, sin él en el escenario, su ojiazul volvería a amarlo en menos de un parpadeo.

-Supongo que tendrá que esperar –suspiró algo aliviado.
-Aún sigues dejando todo a la suerte.

Mirándole, el rubio rozó su mejilla húmeda. Era un contacto que Seto disfrutaba y eso le hizo ronronear, haciendo reír a Joey.

-Pareces un gatito ¿sabes?
-¿Por qué?
-Eres orgulloso, egoísta, un tanto déspota… -enumeraba pensativo el rubio.
-Ja.
-… inteligente, elegante, coqueto.
-Y tú empalagoso y estúpido como un cachorro.
-Guau.
-Miau.
-Koneko.
-¿Eh?
-Serás mi koneko
-No soy de nadie.
-Aún…
-¿Vamos a hablar del proyecto, o no? –preguntó Seto ignorando el rubor que subía a sus mejillas. Le gustaba mucho estar con Joey- ¿Sí o no?
El rubio sacó la lengua volteando sus ojos.
-¿Cachorro?
-Está bien, koneko –replicó ayudando a Seto a levantarse.
-¿Sabes? Me preguntaba si vas a tomar fotos, ¿Por qué no traes una cámara contigo? Eres el primer fotógrafo sin cámara que conozco.
-Oh… eso es algo que quiero hacer primero con mi koneko.
-¿?
-Verás, Wanda quiere fotografiarte primero.
-¿Quién es Wanda? –preguntó enojado el ojiazul.
-Es mi cámara.
-¿Le pusiste nombre a una cámara fotográfica?
-Sip.
-Eres el cachorro más idiota que haya nacido.
-Guau.
-Miau.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).