¿Qué era eso que Minho sentía en su corazón?
Acaso esa era una verdadera confesión de amor.
De amor puro y sincero de Taemin hacía él.
Y sinceramente Minho no sabía cómo corresponderlo.
Como amarlo sin hacerlo sufrir…
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–Debes hablar con él Tae, esto no debe quedarse así, sé que lo amas, lo puedo ver, pero no se me hace justo que no le des el derecho de convivir con su familia.
Ese era Kim Jonghyun, mejor amigo del canela pasión, del Minho que tanto amaba Taemin.
Tanto Kibum como Jonghyun llegaron al departamento de Taemin, tomados de la mano, demasiado juntos como para no sospechar. No le sorprendía de nada por parte de Kibum, pero de Jonghyun si que se asombraba, ya que Tae siempre lo veía viendo las faldas de las asquerosas porristas cuando él iba a observar los entrenamientos.
Ambos llegaron en un momento que para Taemin era un mal momento, recién el día anterior, Minho había tenido una descompensación, que le dio el susto de su vida y que ahora de la nada, ellos hayan llegado después de tanto tiempo era algo asombrosamente sospechoso.
Esta semana estaba siendo más pesada de lo que en algún momento Taemin llego a pensar que estaría.
Sin más los recibió en su casa. Pero se arrepintió muchísimo en cuanto Kibum comenzó a hablar y como era de esperarse Jonghyun también se le había unido. Dos contra uno, en una decisión que debía tomar otra persona y que justamente estaba a unos cuantos metros durmiendo.
–Jonghyun entiendo que te preocupes por él, porque eres su mejor amigo y todo eso. Pero no vengas a mi casa a mandar en algo que, obviamente ni tú, ni Kibum, tienen derecho a opinar. –Taemin tenía un tono de voz neutro como para apenas hace dos minutos haber estado sollozando –Se que sueno duro, pero creo que esta decisión la debe de tomar Minho, ni ustedes, ni su familia y mucho menos yo, que si me comparo contigo o con la mamá de mi… -se quedo callado, por poco y se le salía de la boca el apodo más ajeno que tenía Tae para MInho –Mi… Minho, creo que deberían dejar que el tome la decisión.
Taemin le hizo frente a ambos, tanto a Kibum como a Jonghyun.
Taemin se sentía con el total derecho de opinar sobre este tema. Él había cuidado de Minho durante ocho largos meses, había estado en el momento más difícil para MInho y estuvo para él cuando se logro recuperar y dejo de visitar al médico. Estuvo con él en el momento en el que Minho más necesito de alguien y no había nadie más que él, que Taemin.
Se sentía con el total derecho de opinar en este tema porque parte de ser su “puta” enfermara como Kibum lo había catalogado, también era su novio, su pareja, su “otra mitad”. Creía, no, estaba seguro de tener total derecho de opinión sobre este tipo de decisiones.
Porque él estuvo cuando nadie más estuvo.
–Minho, él, Taemin sabes que él no recuerda nada y…
Taemin lo calló.
–¿Cómo sabes eso?, ¿cómo lo sabes si recién lo vienes a ver? Su familia no sabe de eso. –Taemin estaba siendo muy duro.
Velaba por sus derechos, no era que fuera duro si no que velaba, por las futuras decisiones que sabía lo dañarían.
–Tae, no te pongas en este plan, es esta faceta que no conozco. Por dios, su madre sabe que Minho ha olvidado todo, Minseok se lo ha dicho y juntos fueron al antiguo hospital, preguntaron y de ahí trataron de contactarte, y dieron con nosotros, hablaron con nosotros y es por eso que estamos justo ahora aquí. No te alteres, no somos enemigos.
Kibum hablaba con tanta paciencia que a Taemin le daban ganad de abofetearle para que se alterara un poco y así entendiera como es que él se sentía.
–Debes dejar que Minho vaya con su familia Tae, ya no es algo que tenga que ver contigo, es un derecho que le corresponde a su familia, tú mismo has dicho que no hay punto de comparación. Sabemos que sufres, pero esto no es eterno, vamos Tae, su madre tan solo quiere verlo, saludarlo pasar un rato con él y Minseok ni se diga, sabes cuánto ama Minseok a Minho y viceversa. No lo dejaras de ver para siempre, tan solo es un corto tiempo.
–Jong, si eso querían hubieran venido ellos y no ustedes, podrían ver lo mucho que lo cuido y lo mucho que me importa.
Tanto Jonghyun como Kibum y Minho (que seguía escondido) podían jurar que en algún momento Taemin se caería internamente, que soltaría tremendas lágrimas de dolor que nadie podría consolarlo. (O tal vez sí, pero esa persona seguía acobardada).
–Tae, Jong ya te ha dicho que no será como que Minho se vaya ir a otro país, o te prohíban verlo y pasar tiempo con él, tanto la madre de él como Minseok están muy agradecidos contigo –Kibum se acerco lo más que pudo y abrazo a Tae para consolarlo –Sabes que seguirás viéndolo, y si ambos se aman eso no va a cambiar tan solo por que dejen de vivir bajo el mismo techo.
Ese era el miedo más grande de Taemin. Que Minho se fuera de ese que se había vuelto su “nido de amor” como le gustaba decirle Minho a su casa, que Minho al irse de su lado dejara de quererlo, que dejara de interesarse en él, que al irse Yuri regresara a su vida y con ello, Minho lo olvidase y lo desplazase de su vida.
Ese el miedo más grande que tenia Taemin y era por eso que estaba tan reacio a dar su brazo a torcer tan rápido. No quería que estos meses tan juntos significaran nada en cosa de segundos.
Taemin se dejo abrazar por Kibum en un abrazo tan consolador y tan apretado que era imposible no derretirse y sentirse mejor persona.
–Creo que todo esto se debería dialogar conmigo presente.
Todos los presentes se quedaron quietos al escuchar los pasos y aquel comentario. Esa voz que Taemin conocía más que bien.
Taemin se separo inmediatamente del reconfortante abrazo de Kibum.
Miro a los ojos a MInho y supo que había escuchado todo, o al menos gran parte del porque de la visita de ellos a su casa.
–Min… -se le quebró la voz a Taemin, el sollozo se le quedo a media garganta. –Minho, ¿Qué haces levantado?, te sientes mejor. –Taemin camino hacia Minho, con su delicada mano le toco la frente para saber si aún tenía fiebre o no. –Debiste haberme avisado para ir a ayudarte, no deberías estar levantado, ¿Por qué no vuelves a la cama y sigues descansando?
Minho no contesto y tan solo se quedo mirando los ojos hinchados y rojos de Taemin con lágrimas aun atoradas en ellos.
Taemin sintió como los ojos de Minho lo observaban detenidamente, sintiéndose cohibido, agacho su cabeza y soltó un gran suspiro.
–Basta Taemin, detente.
Taemin no podía describir el tono de voz de Minho era un tono nuevo que él estaba recién conociendo y en un momento bastante malo.
–Minho, amigo, tranquilo. –Jonghyun se interpuso entre él y Taemin –No deberías desquitar tu furia con alguien que te ha cuidado, por todo este tiempo.
–¿A cambio de qué?, dime Taemin por que no me habías dicho todo esto. –Minho miro a Jonghyun –No te recuerdo, pero si haces llamarte mi amigo, porque no viniste antes. Porque ocultarme todo esto.
Minho miro a casa uno de ellos con esas miradas matadoras , que hacían sentir mal a cualquiera.
–Tomare tu palabra Taemin –continuo Minho después de unos minutos de silencio –Esto lo debo decidir yo, nadie más. Hey tu, el que se hace llamar amigo, llámale a mi familia y diles que deseo conocerlos, que sepan de mi y que –Minho miro el pedazo de rostro que el hombro de Jonghyun le permitía ver –y que deseo irme a vivir con ellos.
Minho finalizo sus peticiones sin dejar de ver en ningún momento a Taemin.
Taemin dejo caer su rostro, sus lágrimas, sus esperanzas y en realidad dejo caer todo. Todo de sí mismo.
En cuanto vio las lagrimas de Taemin caer, le dieron unas enormes ganas de retractarse, de ir y abrazarlo tan fuerte como su fuerza se lo permitiera y protegerlo de todos, hasta de él mismo.
Minho no sabía cómo se sentía, por un momento se sentía agradecido y por el otro traicionado, si tan solo Tae no le hubiese ocultado que, para empezar Tae que le había ocultado nada. Él siempre fue honesto y sin sincero, nunca le dijo nada que él no quisiera saber. Era un pendejo de pies a cabeza y la había cagado descomunalmente, porque Tae tan solo estaba tomando decisiones que no le correspondían por qué, quién sabe. Nunca oculto nada, ni lo traiciono. Pero lo hecho, hecho estaba y por un momento se sintió muy decidido de ver a su familia y como según él se sintiera tomaría la decisión de irse o quedarse con Taemin.
Ahora no era como si el amor, cariño y todo eso que él sentía por Tae se haya esfumado de la noche a la mañana, porque por supuesto que no era así. Él era alguien muy especial para Minho.
Minho vio como el joven de cabello castaño claro tomo en brazos a Tae y se lo llevo, Minho los siguió hasta que estos desaparecieron del pasillo. Taemin no le hablo y tan solo mordió su boca para así acallar los sollozos que salían descontrolados.
–Estás haciendo bien, a él se le pasara.
El joven de cabello negro le susurro.
–Y tú eres…
–Soy Kibum, mejor amigo de Tae y novio de Jonghyun.
–Dime Kibum, ¿de verdad estoy haciendo bien? –Minho agacho su cabeza, era una clara señal de lo abatido que estaba, despertó sintiéndose mal, despertar después de una descompensación no era algo sencillo y después con todo lo que había escuchado no sabía cómo manejarlo.
–Mira, Tae es alguien demasiado fuerte, tu lo podrás ver muy débil pero no es así, todo lo que ha tenido que pasar ha sido muy fuerte. Y ahora que tuvo que pasar toda tú… -se quedo callado y después de un lapso corto de segundos retomo lo que quería decir –tu problema y la solución de esta, es más de lo que él merecía. Entiendo que él puede estar enamorado de ti, pero basta. Le haces mal, lo afectas. Él no tenía porque dejar la escuela para dedicarse cien por ciento a ti y perder más de lo que él creía iba a ganar. Espero me entiendas y comprendas que como mejor amigo quiero y deseo su bien, no su mal.
Kibum cortó sus reclamos cuando vio regresar a Jonghyun por el pasillo donde se había ido.
–Se ha dormido, está bastante mal. –le informo a Kibum –Minho le he hablado a tu hermano estará acá dentro de poco.
Jong le dio una palmadita en el hombro y le sonrió lo más tierno posible. Minho no le regreso ni el saludo ni la sonrisa y mejor camino hacia su habitación para arreglar sus maletas.
¿De verdad me quiero ir? ¿De verdad quiero dejar a Taemin?
Se preguntaba una y otra vez Minho. Entro a la habitación que le pertenecía a él y a Tae.
Miro el bulto lleno de sabanas, removerse inquieto en la cama, se acerco. Poso una mano y comenzó a acariciar.
–De verdad deseas irte de aquí, tan mal esta mi casa y mi compañía. –la voz de Tae sonaba rasposa. Minho suponía que era por todo lo que lloro.
–Te seré sincero –Minho suspiro –Ni yo sé que es lo que quiero.
Taemin se destapo hasta que solo se viera su rostro.
–Entonces si no sabes, ¿por qué acabas de decir lo contrario? –Taemin callo, pero al no haber respuesta continuo –Si no sabes que hacer, entonces quedate. Si quieres ver a tu familia hazlo yo no me opongo, pero no quiero que te vayas.
Taemin volvía a suspirar como si estuviera conteniendo los posibles nuevos sollozos.
Minho se acerco poco a poco a él.
Lo beso, lo beso tan dulce que Taemin de verdad sentía que desde ya, los extrañaría.
–Te quiero, Taemin. –suspiro Minho –perdóname.