Se remueve incomodo en la cama, aún medio dormido, con un pequeño dolor en la espalda baja. Bosteza profundamente, poco a poco abre los ojos y ve que aún es temprano (ya que seguía a oscuras el cuarto). Trata de voltearse en la cama, pero ese pequeño dolor se hace un poco más agudo, más intenso; logra ponerse de lado contrario y lo ve.
Lo ve, lo observa detenidamente de una manera que para cualquiera seria tachada de violadora. Lo escanea con sus ojos, puede notar pequeñas arrugas en su rostro (que antes no había visto), puede ver que aun cerrados sus ojos sobresalían demasiado, y sonríe.
Después de haber terminado su observación sonríe, sonríe porque sí, sonríe porque le da la gana hacerlo y no le da pena, su sonrisa es orgullosa, demasiado.
Ve como poco a poco él se empieza a mover en la cama, jalando más la sabana hacia él y dejándolo sin nada.
Sin emociones ocultas, sin tristeza, sin coqueteos, sin susurros, sin barrera para el amor, sin ropa, sin sabana, sin nada. Y no es que a Taemin le importe mucho que Minho lo deje en la mismísima calle, para él y para su bobo amor eso estaba “bien” o lo más cercano a bien.
Termina de sacarse la sabana totalmente despierto y decidido a levantarse, tapa muy bien a su compañero de cama y empieza a recoger la ropa que estaba regada por toda la habitación, esa ropa que a simple vista parecía solo ropa, pero que si la mirabas detenidamente observabas que esa misma ropa, te contaba la historia más oculta y más secreta que puedo pasar esa noche. Justo esa noche.
Taemin se queda parado en medio de la habitación absorto en sus pensamientos con la ropa de ellos en ambas manos. Un carraspeo lo saca de sus cavilaciones y pone suma atención a la cama y a ese bulto que dormía en ella. Minho seguía revolviéndose incomodo en la cama.
Taemin continuo con su labor y hecho toda la ropa al cesto de la ropa sucia, camino a sus cajoneras que estaban en el closet y saco ropa limpia, camino hacia la puerta del baño y entro. Comenzó a ducharse mientras recordaba cada una de las caricias que Minho repartía por su cuerpo, cada uno de los gemidos que él y Minho soltaron esa noche, nada le impedía recordar como esa noche perdió y gano tanto.
Salió del baño y se acercó a Minho para asegurarse que aun dormía, lo miro una vez más, le dio un corto beso en la frente y se alejó, camino a paso lento hacia la puerta de su habitación. Todo iba bien, todo estaba bien, hasta que noto que su puerta no tenia seguro.
Todos los planes que tenía él para ese día se fueron al mismísimo caño.
Ahora es cuando Taemin recuerda que ni él, ni Minho le colocaron seguro a la puerta y más para el pesar del menor recuerda que sus padres estaban de vacaciones en su casa, para más lamento de él. Poco y mucho le importaba, sinceramente. Solo le importaba lo que pensaran de él, pero lo que dijeran sus padres o el mismo mundo le importaba poco.
No se arrepentía ni ahora, ni nunca de eso está seguro.
Con la frente en alto y sin pizca de nervio abre la puerta, lo primero que escucha es nada, solo el lento sonido que hace su cuerpo al inhalar y exhalar. Camina con pasos decididos hasta el pasillo principal y todo estaba como lo había dejado desde la noche. Camina un poco más hasta llegar a la cocina y puede ver que hay basura extranjera, basura que no debería estar ahí, pero que sin embargo estaba ahí. Sigue caminando pero ahora con la basura en sus manos a punto de ser desechadas, cuando el sonido que hacen unos pies al ser arrastrados contra el suelo lo desconcentra de su labor.
Su madre lo veía con una mirada sorprendida y a la vez triste, Taemin lo pudo notar. Ella tenía puesta una bata color rosa pastel que se amarraba a su cintura y unas calcetas del integrante favorito de su grupo obviamente favorito (que él mismo le había regalado la navidad pasada). Ella se acerca a él aun sin decir palabra y él tampoco lo hacía. La mamá de Taemin, la señora Lee, extiende su mano hacia la de él, y cuando la tiene en su mano la empieza a acariciar, ese simple gesto sorprende a Taemin que la miraba con ternura.
–Ven charlemos –Taemin y su mamá caminan hacia el sillón más cercano a ellos.
–¿Qué pasa, mamá? –aún no soltaban su manos que permanecían entrelazadas.
–Siéntate cariño –la señora Lee soltó un gran suspiro, que al parecer lo guardaba desde hace mucho –comprendes si te digo que lo que haces no está mal, solo no lo debes de hacer enfrente de nosotros, bueno más bien de tu padre –la mamá de Taemin no le quito la vista en todo momento a su hijo.
–No entiendo mamá, ¿Qué pasa? –Taemin tenía la voz nerviosa y sentía como una pequeña gota de sudor bajaba por su espina dorsal hasta perderse en lo profundo de su bóxer.
–Te vimos hijo –le dijo su mamá con voz calmada, neutra y sin resto alguno de emoción.
Te vimos hijo
Te vimos hijo
Te vimos hijo
Te vimos
Su mente no dejaba de reproducir lo mismo que hace poco le dijera su madre.
¿Qué quería decir con eso? ¿Lo vio? ¿Qué? ¿Qué vio? ¿Qué pasaba?
Esas y otras mil preguntas más rondaban en su mente, re papaloteando y distrayéndolo de lo principal su madre.
–Ayer tu padre y yo, salimos a dar la vuelta y a comprar pizza, cuando nos fuimos tú se supone estabas en la ducha y Minho estaba en el jardín, pero cuando regresamos tú no estabas en la ducha, y Minho no estaba en el jardín. –su mamá aguardo silencio, esperando alguna reacción de su hijo y al ver que él aún no se daba por aludido, continuo –ambos estaban en tu cama acostados y desnudo, no te estoy pidiendo que me expliques que paso, porque tal vez soy despistada, pero no soy tonta.
Guardo silencio.
Y continúo.
Sin dejar de mirarlo, ni un momento.
–Se perfectamente lo que paso ayer en tu habitación y tu padre también, cariño –su mamá dejo de entrelazar sus manos y se acercó a Taemin, uno de sus mechones sueltos ella se lo paso por detrás de la oreja –entiendo que estés enamorado y esas cosas de adolescentes, pero recuerda lo que nos platicaste, tu humm… virtud, no sé cómo llamarlo. Tu padre quiere tener un gran sucesor para la compañía, un gran varón. Te imaginas el gran varón de la presidencia embarazado, eso no suena bonito –callo otra vez, trago saliva y continuo sin dejar hablar a su hijo, sin dejar que este se defendiera –ahora si llegas a quedar preñado dudo mucho que Minho quiera tener hijos a tan corta edad o tú ¿Qué piensas, cariño?
Estaba en shock eso pensaba.
Las ideas como la saliva se le iban chuecas totalmente en desacuerdo con las palabras de su mamá.
Pero ¿y si tenía razón?
No lo sabía todo de Minho, no sabía cuáles eran sus metas en la vida, ni tampoco sus sueños o aspiraciones, y ahora con su pérdida de memoria era todo aun por. Luego estaba su papá, su papá era otro caso, quería dejarle la empresa a él y sentirse orgulloso de él, no se podía imaginar la gran desilusión que su padre se debió haber llevado cuando los encontró desnudos.
Taemin suspiro.
Soltó todo el aire que mantenía guardado en su cuerpo.
Pero como podía pensar claro, si cada vez que recuerda las palabras de su madre, a su mente vienen recuerdos que difícilmente podría olvidar o simplemente ignorar.
Recuerda cada mini detalle de la tarde anterior, siente como si le estuviera pasado ahora, como si Minho aun lo estuviera tocando.
Taemin empezó a recordar.
Minho entro en la habitación y agarro a Taemin por las caderas, restregándose a él de una manera vulgar poco educada.
Se besaron como siempre se besaban, como siempre eran sus besos, húmedos, húmedos y húmedos.
Mientras se besaban, Minho comenzó a caminar hacia la cama con sus manos y su boca en Taemin, mientras que este solo atinaba a agarrarse del cuello de Minho.
–Me calientas mucho, Taemin. –y ambos se dejaron caer en la cama.
Minho cayó encima de Taemin quien no se quejó del peso del mayor.
Cuando el oxígeno ya no les permitió más se separaron, pero los labios rápidos de Minho siguieron con su cometido, solucionar el problema de entrepiernas. Los labios de Minho comenzaron a besar el cuello de Taemin, haciendo un camino de besos desde el lóbulo de su oreja hasta la clavícula, mientras sus manos comenzaban a ser inquitas en el cuerpo del delgado alzando un poco su camiseta y metiendo sus escurridizas manos por su vientre tocando por primera vez, esa piel misteriosa para él y única sin duda alguna.
Despega sus labios del cuello de Taemin para volver a besarlo, mientras ellos se fundían en un más que caliente beso. Minho iba subiendo la camiseta del menor, que simplemente se dejaba estar, ya que para él todo esto era nuevo. Con sus manos tomo el rostro de Minho y lo separo de su boca, alzando la cabeza de Minho hasta tal punto de que su cuello rozara sus labios, y así fue. Taemin coloco sus labios en el cuello del mayor y comenzó a lamer, a morder y a ensalivar toda la extensión de cuello de Minho, que había detenido su acto de quita camisetas solo para disfrutar de las lamidas de Taemin.
Minho empezó a soltar gemidos guturales de su interior cuando Tamin llego su boca al lóbulo de Minho, excitándolo aún más si es que se podía. Minho se alejó de la boca de Taemin y regreso al acto que había dejado parado, pero estaba alzándola mucho más veloz que antes y es que Minho ya no estaba pensando con la cabeza, bueno si pensaba con la cabeza, pero con la cabeza de su pene que le pedía a gritos atención y que él aun no le podía dar.
Tamin alzo los brazos cuando Minho estaba deslizando la camiseta por arriba, cuando Minho logro quitar la camiseta de Taemin, comenzó a besarlo en los labios para poco a poco ir descendiendo por su cuerpo, se detuvo en su pezones poniéndole extrema dedicación a lamerlos y a morderlos, primero el derecho y luego el izquierdo, primera los lametones y ya que estaba parado su pezón una mordida y así con los dos.
Taemin comenzó a jadear en busca de aire y posterior a eso empezó a gemir, no, comenzó a gritar a pulmón abierto el nombre de Minho, estaba sintiendo tanta excitación que él mismo pensó que explotaría por tanta lujuria y por tanto placer. Él no se quería quedar atrás, ni tampoco quería que hubiese desventaja. Así que llevo su manos hasta el final de la camiseta de Minho y con manos hábiles la retiro del cuerpo del mayo, sus ojos brillaron en cuento vieron ese bien formado cuerpo que le pedía a gritos “Lámeme” “Tócame” “Disfrútame” y él no iba ignorar el llamado del placer.
Llevo sus manos directamente hasta los pezones de Minho y comenzó a apretarlos mientras Minho seguía besando su cuerpo, estaba que hervía en lujuria y pasión.
Minho colocó sus manos el botón y cierre del pantalón de Taemin.
Ellos no pensaban nada solo se dejaban llevar por sus instintos de placer.
–Me estas poniendo atención hijo –su mamá estaba arruinando el que sin duda era uno de su mejores recuerdos –me escuchaste lo que comente espero y sí.
Ya nada le importaba su planes del desayuno perfecto hecho por él para Minho, así como una segunda ronda de sexo se habían ido a la mismísima mierda.
Volteo su rostro indiferente a su mamá ignorándola en lo absoluto.
Cuando su ojos toparon con esa mirada cómplice, esa mirada coqueta que hablaba por su boca.
Taemin se sintió arder por dentro, sentía como la mirada de Minho lo desnudaba
Y Taemin, Lee Taemin, a él, eso le fascinaba.