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El zorro de 2 caras por Haruhiko Namikaze

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Notas del capitulo:

:v se que mori durante algunos años,revivi hace como un par de meses en forma de llkheeell pero ya recuperé está cuenta c: pueden lanzarme tomates podridos por todos los años perdidos -se cubre con su paraguas-

El Zorro de 2 Caras
Capítulo III
Nadie como tú.


Las manos del rubio se mostraban inquietas sobre el cuerpo ajeno sus bocas estaban ocupadas besando la ajena, sus lenguas danzaban una erotica danza que hacía años la boca del peliplata no probaba a decir verdad hacia ya bastante años que el cuerpo del peliplata no probaba más que pajas ocasionales, las habiles manos del rubio se deslizaron dentro de la ropa ajena quitándola con cuidado de no separar sus bocas en ningún momento, sus ojos sin embargo permanecían cerrados, no necesitaban verse, el solo sentir sus cuerpos, sentir el calor del uno al otro, a decir verdad el peliplata tampoco tenía ganas de abrirlos, pues a pesar de sentirse como su sensei, de escucharse como el, la cara y aquel cuerpo pertenecían a su estudiante.

-Sensei – un pequeño susurro de placer se escapó de la boca del peliplata, el rubio le había ya quitado la camisa y la máscara acariciando con sus manos el pecho ajeno, delineando todas aquellas cicatrices que tenía el mayor en el, aquellas que conocía y las nuevas que desconocía, mientras tanto su boca se encontraba en el cuello del mayor, haciendo grandes marcas, volviendo a marcar su propiedad como en el pasado lo había hecho.

-Que pasa? -susurró apenas audible cerca de su oído, lamiendo el lóbulo de la oreja de este, nuevamente las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, inconscientemente se aferró a la espalda del otro, no sabía si sus oídos le estaban jugando una especie de broma pero habría de jurar que aquella voz había sido la de su maestro

-Extrañé tanto sus caricias – los ojos del peliplata se abrieron clavándose en las orbes cielo del menor, su sonrisa creció, pues aquellos ojos, aquellos ojos le recordaban a su sensei, incluso las pequeñas marcas del rubio se habían hecho un poco más tenues, casi desapareciendo, dejando ver más parecido con minato del que pensaba que tenía.

-Yo te extrañe también Kashi-tan -susurró en un tono cómico mientras con sus manos retiraba las únicas prendas que quedaban en el cuerpo del mayor las cuales eran el pantalón y los calzoncillos, el peliplata no pudo evitar soltar una pequeña risita y cubrirse el rostro avergonzado, parecía una especie de rara colegiala. -Quítalos, sabes que amo ver tu rostro – el rubio se hinchó para tener mejor vista de aquel cuerpo desnudo, aquel cuerpo de aquel adolecente hoy era el cuerpo de un hombre, de cierta forma el morbo le carcomía, quería ver si podía hacer al adulto implorar por más tal como lo hacía con el adolescente.
-Es vergonzosa la forma en que me mira sensei - quejo el peliplata sentandose para poder quitar lentamente las ropas de su amate, comenzando obviamente por arriba hasta llegar abajo, el rubio se recostó dejando el miembro del peliplata en su rostro mientras su miembro estaba cercano a la ajena.
-Sabes que hacer cierto? – sonrió pues no debía dar instrucciones, el peliplata engulló suavemente el miembro del rubio mientras que el rubio tenía un par e dedos en su boca, llenándolos de saliva, el peliplata estaba avergonzado, hacia años que no practicaba una felación y menos al cuerpo de uno de sus estudiantes, miles de modificaciones se venían a su cabeza pero todo cambio cuando sintió un dedo adentrarse en el, no pudo evitar sacar aquel miembro de su boca para exclamar un gran gemido y comenzar a temblar, aquella introducción había sido muy repentina, y acompañada de que su miembro se introdujo en la boca del rubio, el peliplata luchaba por conseguir dominio sobre su conciencia, daba pequeños lengüetazos a causa de que no podría engullirlo nuevamente, por miedo a ahogarse por si el otro se le ocurría introducir el segundo de improviso como había hecho con el primero.

-Sense~ n-no tan rápido, ha pasado mucho tiempo -no se quejaba del primer dedo si no que no habían pasado más que un par de minutos y el otro trataba de meter el segundo a la fuerza-

-Tienes razón, lo siento -se disculpó el rubio volviendo a intentar sólo con uno hasta que suavemente el interior ajeno fue deseando el segundo por si mismo, pasado unos minutos después el rubio recostó al peliplata nuevamente acercándose a sus labios para besarle, mientras le besa su miembro iba adentrándose en el de forma pausada y lenta, como si fuera la primera vez que lo hacía con el, el peliplata se retorcía un poco en el beso, curvando su espalda hacia arriba cerrando los ojos fuertemente y volviéndose torpe en el beso, aquello dolía, más de lo que podía haber recordado, sus dedos de clavaban fuertemente en la espalda ajena para tratar de amortiguar un poco -sólo unos segundos más – susurró el rubio a su oido tratándolo de calmar- Luego desaparece el dolor lo sabes verdad? – el peliplata asintió lentamente mientras dejaba al rubio libertad total de sus movimientos, sin embargo este permanecía quieto, llenado el interior del otro casi por completo, poco a poco las caderas del mayor se fueron moviendo lentamente, dando a entender que estaba listo para más, las embestidas por parte del rubio comenzaron, los primeros quejidos igual salieron de la boca del peliplata que lascivamente buscaba la del rubio, uniendo sus bocas en un beso que iba al ritmo que el rubio aplicaba a las embestidas, su espalda se seguía curvando de vez en cuando a la vez que también salían pequeños gemidos de su boca, los brazos del peliplata se aferraban a la amplia espalda del rubio, olvidándose por completo de su estudiante para gemir el nombre de su padre a grande voz, aquellas embestidas eran la gloria, sabía dónde tocar y cuando, a pesar de haber pasado tanto tiempo no se olvidaba de cómo hacérselo, aquello le hacía realmente feliz, aquella Unión de aquellos amantes duró toda la tarde culminando con las fuerzas del peliplata, dejando al rubio recostado en el tatami con el otro en su pecho, medio dormido, mientras que el rubio le miraba con una mirada serena y feliz mientras acariciaba sus cabellos suavemente- Eres más lindo de lo que recordaba Kashi-Tan – le sonrió besando sus labios suavemente-

-Y tu tienes más energías de más que recuerdo sensei- susurró para caer en brazos de Morfeo estando entre los brazos de su único amor.

Notas finales:

:v lo siento si no fue por lo que esperaron


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