JongKey: Sex or Love?
Capítulo 10: "Pregunta Final..."
[…]
Esta vez aquello ocurrió en el sofá de la sala, y cuando todo aquella “tortura” finalizó, y digo tortura, porque más de una vez, mordí mi lengua, cerré mi garganta e hice fuerza sobrehumana para no desesperarme frente al placer, y pedir más a los gritos… como así también sobre esforzándome por “acallar mis sentimientos” temiendo lo peor…
Luego de que nos vistiéramos una vez más, nos dirigimos a la cocina, y nos bebimos un café, o por lo menos él, yo sólo pedí un té.
Hablamos nuevamente de su abuelita, de cosas triviales hasta que decidió despedirme a mi habitación, pues a pesar de que me confesó que no querría dejarme ir a “dormir solo” debía, pues no quería alterar a su abuela.
Asentí, siendo totalmente compresivo, a pesar de que muy en el fondo, me sentí algo decepcionado, y eso realmente me asustaba.
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~ Domingo - Cerca del mediodía ~
JongHyun ya se encontraba afuera con su abuela, hablando de cosa triviales, en lo que cocinaba algo al aire libre, pues era un día precioso.
Yo al despertar, luché una media hora como el día anterior para hacer mi conjunto un poco más “normal” y luego de que quedara medianamente satisfecho, salí al patio, él me observó y se quedó unos segundos petrificado allí mirándome de arriba hacia abajo, al tener un pantalón jean rojo ajustado a mi figura y un sweater de lana fina enorme para mi cuerpo que tapaba hasta debajo de mi trasero color “piel” y unas zapatillas medias botitas color negra.
-Bu-buenos días…- Hablé algo tímido, mientras era preso de aquella mirada absolutamente salvaje y hambrienta que él me estaba otorgando.
-¡Buenos días muchachito! Al parecer estuviste despierto hasta tarde anoche… ¿Te cuesta adaptarte al lugar?-
Preguntó curiosa y alegre. Yo me sonrojé inevitablemente, “hasta tarde…” Si usted supiera señora…
-S-sí, es que realmente me cuesta dormir en camas ajenas…-
Volví a hablar tímido mientras me acercaba a la señora y le hacía una pequeña reverencia para saludarla correctamente, ella me sonrió y tomó una de mis manos levemente oculta por la manga del sweater.
-Oh, por favor, que no te moleste, siéntete como en tu casa, eres amigo de mi cachorrito, así que eres bienvenido cuando quieras.-
Sonrió una vez más de manera amable, haciéndome sentir realmente un poco más aceptado y confortable.
-Ella tiene razón, no hay necesidad de que te sientas extraño en esta casa, estás conmigo… y con mi abuela.-
Habló finalmente quitándome la vista de encima para dirigirla a mis ojos. “Estás conmigo…” justamente por eso, es que me pongo aún más nervioso.
-S-sí… de acuerdo, intentaré ya no pensar en nada. ¿Qué estás cocinando?-
Cambie de tema inmediatamente utilizando un tono eufórico, y él sonrió… la señora me soltó la mano, y me fui al lado de Jong que me susurró un “Hoy también estás hermoso”… y comenzó a explicarme lo que tenía pensado para el menú de hoy, y así transcurrió la media mañana, día, tarde y noche, esa mujer, era realmente una señora muy agradable.
Estaba decidido que mañana Lunes a primera hora nos iríamos de aquí, pues el fin de semana ya había transcurrido demasiado rápido a mi parecer, debido a que me había comenzado a sentir más a gusto y encariñado con aquella abuelita, tan simpática.
-JongHyun… ¿te molesta, si llevo a dar un paseo nocturno a tu abuela por el patio?-
Pregunté de repente, me quería despedir debidamente de ella. Jong ante mi repentina pregunta se mostró algo asombrado, pues acabábamos de cenar, o por lo menos yo, él aún seguía con un poco de comida en su plato.
Le miré fijo esperando por su respuesta, hasta que al parecer luego de meditarlo mucho y mirar a su abuela como pidiendo aprobación o si le parecía bien, me miró nuevamente ante el rostro sonriente de aquella mujer, y asintió sin decir nada, con una leve sonrisa…
-Ten cuidado con lo que dices abuela…-
Habló finalmente de cierta manera bromeando, pero una parte en mí, presentía que lo decía en serio.
-Tranquilo mi cachorrito, procuraré no aburrir ni asustar a tu amigo…-
Habló ella divertida, tranquilizándome un poco. Contagiándome de su sonrisa, por lo que me paré, le hice una reverencia a Jong, agradecí por la comida, a lo que él asiente, y retiré la silla de ruedas de aquella ancianita, de la mesa, para dirigirla a la puerta trasera que guiaba al patio.
Estaba mucho más fresco de lo que me imaginaba…
-En verdad que es un bonito lugar en el que vive señora Kim…-
Hablé con dulzura pero formalidad a la vez, ella sonrió mientras asentía y yo la desplazaba por aquel enorme terreno que tenía como patio trasero. Era prácticamente un pequeño campo, demasiado grande para ser patio y demasiado chico para ser campo. Pero de todas maneras el aire fresco que se respiraba allí, era realmente relajante.
-Sí, lo sé, la verdad es que mi hijo, el padre de mi cachorrito, siempre quiso vender esta casa, pero yo me negué rotundamente, y me quede aquí, como si fuera una especie de guardiana. Pues tenía la esperanza de que algún día mi nieto, me presentara a una pareja estable y yo por fin poder heredarles este espacio, para que comiencen una vida juntos… pero a estas alturas, no sé si llegue a verlo, o si él sentará cabeza… ¿A ti te gusta mi nieto, no es así?-
Cuestionó de repente aquella anciana, en su tono dulce, pero de cierta manera seria, haciéndome creer que todo aquello de que estaba enferma era una simple farsa. Me paralicé de inmediato, no sabiendo que contestar a ello. Tanto así que comencé a abrir y cerrar mi boca de manera involuntaria, resultándome imposible el liberar alguna que otra palabra con sentido, comencé a balbucear cosas sin sentido, en lo que sentía que mi corazón iba a reventar por sobre esfuerzo.
-No te preocupes, no tienes por qué contestarme nada.- Volvió a hablar aquella mujer interrumpiendo mi intento de respuesta ¿¡Cómo se había dado cuenta, tan obvio era!? –Puedo verlo en tus ojos.- Continuó hablando, sacándome de mis pensamientos. –Puedo ver el amor que derrochas por mi cachorro, esa dulzura con que lo miras y le sonríes.- Ella sonrió luego de decir aquello, dándome a entender que realmente no le molestaba el hecho de que “yo estuviera enamorado de él” siendo un hombre también. -Y no es que esté en tu contra ni nada, al contrario. Pero realmente, lamento el que te hayas enamorado de él…- Aquellas palabras me desconcertaron por completo, y al haber comenzado a caminar otra vez, me detuve nuevamente en seco. ¿Por qué? Quería preguntar, pero nuevamente mi garganta no emitía sonido alguno. –Cómo te he dicho, él no es al parecer de esas personas que gustan y disfrutan el tener una relación seria. Vuelvo a repetir, sé que no es de mi incumbencia, y que no tengo nada en contra de ti, justamente por todo lo contrario, porque me agradas, es que… temo, que seas otro de sus pasatiempos muchachito.-
-¿Q-qué?-
Logré finalmente balbucear aquella simple pregunta, con muchísima más dificultad que la de siempre.
-Sí, eso que has oído, él jamás trajo a nadie a esta casa, por eso es que cuando te mencionó, me puso realmente feliz, creyendo que finalmente alguien como tú, había logrado “encaminarlo”, y no dudaba de ello, hasta que vi como le mirabas tú, y como te miraba él. Seré una anciana enferma y corta de vista, pero justamente por mi edad es que he vivido muchísimo más que ustedes dos juntos, y sé diferenciar a la perfección, la mirada enamorada que tu le dedicabas, y la mirada “vacía” de mi nieto… aquella mirada llena de falso amor… ojalá, ojalá y Dios y todos los Santos, permitan equivocarme, pero lo dudo, en todos estos años nunca he fallado con mis presentimientos. Me agradas mucho muchachito, por eso quisiera darte un consejo de anciana, tómalo o déjalo, pero por favor… “aléjate de él, él no hará más que hacerte llorar”.-
Aquellas palabras me dejaron absolutamente helado, y como si de una película a gran velocidad se tratase, volví a recordar aquellas palabras, de la pelea con JinKi que ya creía tener superada. “-Aléjate de él…-” “-…para ti, él-él es peligroso…-” “-…aléjate de él, por favor aléjate, podrías… terminar llorando.-”
Esas palabras, eran las mismas que me había dicho esta señora, solamente que de otra manera.
-¿U-usted e-está segura señora? P-Pues como bien usted ha dicho, soy la primera persona que trae a conocerla… qui-quizás, ello sea una buena señal, quizás él sí está cambiando, tal vez no me ama como yo lo amo a él, pe-pero con el tiempo, confió en que lo hará…-
Contesté totalmente iluso y lleno de lo que sabía eran falsas esperanzas, pero en el fondo, mi ingenuo corazón quería creer en ellas.
-Lo dudo mucho muchachito, realmente quisiera creerlo, pero realmente mi nieto es alguien muy extraño, muy frío a pesar de que demuestre lo contrario, hasta ahora, nada ni nadie ha logrado ganarse su corazón, yo realmente estaría más que encantada de que fueras tú, esa persona… pero-
-Ya, por favor, no diga más, en verdad agradezco muchísimo su sinceridad y su apoyo.-
Hable un poco más normal, avanzando hacia adelante para arrodillarme frente a ella, y mis ojos estaban cristalinos. No podía evitarlo, todo aquello me había destrozado el corazón. Pues no era una, sino ya DOS personas de confianza que me habían dicho medianamente lo mismo, ¿acaso era yo, el único ciego idiota e iluso que no se percataba de nada?
Aquella mujer, me sonrió también con lástima ahora, y otorgándome una bella sonrisa, tomó mi mano entre las suyas y mirándome a los ojos volvió a hablarme.
-En verdad lo siento, la verdad es que no debía ser yo quien te dijera esto, pero realmente me agradas, y tenía la necesidad de aunque sea, disminuir un poco la caída, pero ha sido inútil, al contrario, creo que ha sido peor, pero realmente, me agradas mucho muchachito.- Me sonrió nuevamente hablándome con esa voz realmente dulce, y no pude evitarlo, mis lágrimas finalmente cayeron. –Será mejor que regresemos, Jong comenzará a preocuparse por nuestra prolongada ausencia, la verdad es que estaba esperando con muchas ansias este momento a solas, y creí que no llegaría nunca, pero me he equivocado…- Volvió a sonreírme y soltando mi mano, limpió mis lágrimas con aquellos dedos callosos y arrugados. –Vamos muchachito, sonríe, o al menos inténtalo, recuerda que mi cachorro no debe sospechar nada, no hubiera querido decírtelo, pero nuevamente te pido disculpas, por “arruinarte” aquellas bellas ilusiones que tenías con mi nieto.-
-No, no se preocupe Señora Kim, en verdad se lo agradezco, ya alguien me lo había advertido, pero no le hice caso y le dije cosas horribles, y ahora que usted me dice casi lo mismo, ya no tengo por qué dudar, pues, jamás en la historia había visto a una “abuela” del lado “contrario al de su nieto” normalmente los defienden a muerte, pero el que usted haya hecho eso, realmente me reafirma aún más su consejo.-
Sonreí de la manera más natural y real que pude, pero sabía que ella ahora se daría cuenta que era más falsa que real.
Ella coloca una de sus manos en mi rostro, y yo aún con aquella sonrisa coloqué la mía encima de la de ella.
-Sé que esto no tiene sentido, pero, puedes venir a visitarme cuando gustes, sin importar si vienes acompañado de JongHyun o no, aquí serás siempre bienvenido, o al menos hasta que yo viva…-
Volvió a sonreír, esa sonrisa sanadora, que también se la acreditaba a JongHyun, pero que ahora me parecía lo más falsa posible en él, y mucho más sincera en ella.
Realmente ahora es demasiado doloroso, yo a pesar de todo lo amo, lo amo con todo mi corazón, como incluso llegué a amar a JinKi… cosa que realmente creía imposible, pero vino él, se metió a la fuerza a mi vida y a mi corazón. Y ahora arraigado con fuerza en mi corazón, me iba a ser difícil “olvidarlo”. Porque quizás debería olvidarlo, a pesar de que lo ame. Aunque la verdad creo que estoy siendo demasiado precipitado, quizás realmente la señora Kim, se estaba equivocando al igual que JinKi.
-Muchas gracias señora, se lo agradezco mucho y lo tendré muy en cuenta.-
-Oh, por favor muchachito, no tienes de qué agradecer, y puedes llamarme YoungMi.-
-Nuevamente muchas gracias YoungMi ssi, en verdad agradezco su invitación, ahora sí, si no le importa, deberíamos regresar, ya ha oscurecido demasiado.-
-Sí, de acuerdo, muchas gracias a ti, en verdad fue un placer conocerte KiBum ssi.-
Al oírla llamarme por mi nombre me sorprendí de sobremanera, pero ella con esa sonrisa tan dulce y cálida, me contagió, y sin decir nada, volví nuevamente detrás de ella para sujetar la silla y llevarla dentro de la casa.
Una vez que llegamos allí y entramos, se podía sentir el calor del hogar, respiré hondo, realmente aliviado y complacido, pues realmente había salido demasiado desabrigado afuera.
-Oh, ya vinieron, vaya que se tomaron su tiempo, ¿De qué hablaban?-
Cuestionó de inmediato JongHyun mirándonos a ambos, y me puse realmente nervioso, y apreté de manera involuntaria las manijas de aquella silla.
-Nada que no sepas mi cachorrito… ¿Me llevas a mi habitación KiBum ssi? Claro, si no es molestia.-
-No, al contrario, no se preocupe, YoungMi ssi.-
Le sonreí fingiendo absoluta normalidad.
-Vaya… ¿me perdí de algo? ¿Desde cuándo tanta confianza entre ustedes?-
Volvió a cuestionar al parecer algo “enojado” yo tragué saliva, comenzaba a ponerme más nervioso.
-Desde que nos conocimos mejor el uno al otro allí afuera… ¿Por qué tanta curiosidad de repente mi cachorrito?-
Volvió a cuestionar YoungMi ssi, hablando por mí, sacándome del apuro, JongHyun me miró algo extrañado, y haciendo una pequeña reverencia con mi rostro, me disculpé, apresurándome a llevar a YoungMi ssi a su habitación, él no dijo nada y sólo me siguió con la mirada, ¡Santo cielo! ¡Esto ya comenzaba a darme miedo! ¡Me he vuelto súper paranoico!
-Aquí estamos YoungMi ssi, permítame ayudarla a acostarse.-
-Sí, de acuerdo, muchas gracias jovencito.-
Me sonrió a lo que le imité mientras me colocaba frente suyo, pisando con un pie la silla para que no se me moviera o resbalara, haciéndole aún más daño a ella, y no dañarme yo tampoco.
Una vez que logré acostarla con algo de dificultades, pues, a pesar de ser hombre, tenía muchísima menos fuerza que JongHyun.
Y al imaginarme a JongHyun haciendo esto, cuidando de ella, sonriéndole como me sonríe ella a mí, no me pareció alguien tan malo, pero eso no quitaba el hecho de que quizás si estuviese jugando conmigo, y que “utilizara” a su abuela, como alguna especie de “cebo” para atraer aún más mi atención.
La arropé allí, dado que ella ya tenía su ropa de dormir, desde hace ya un largo rato y cuando creí que ya se había dormido, me retiré con cuidado, despidiéndome de ella, dándole un pequeño beso en su frente, pues, cuando ella despertara, nosotros ya no estaríamos. JongHyun ya había avisado a la enfermera para que estuviera aquí a primera hora de la mañana para nosotros poder irnos tranquilos.
-Cuídate muchachito, y sé feliz…-
Susurró la anciana con los ojos entreabiertos, luego de yo haberme separado de su frente, una vez más me sorprendí, pero esta vez le sonreí con absoluta sinceridad, cariño y calidez, esa ancianita, se había ganado un lugar en mi corazón, era increíble, como con tan sólo 2 días de convivir con ella, ya había logrado “conquistarme” por completo…
-Muchísimas gracias, usted también YoungMi ssi.-
Ella asintió y cerró sus ojo lentamente, para entrar en un sueño profundo, realmente su imagen transmitía paz.
Me alejé de la habitación con la intención de no “importunar” más y me dirigí al living, con una sonrisa en el rostro.
-Vaya… hacía tiempo que no te veía sonreír así, ¿Te has encariñado con mi abuela no es así?-
Preguntó JongHyun en el sofá mirando tele, ahora un poco más calmado y dulce, aplacando mis nervios de sobremanera, me senté instintivamente a su lado, y él me abrazó y me llevó a su pecho, su corazón latía de manera tan calmada que realmente era relajante, y tenía el mismo efecto que una buena ducha caliente.
-Sí, es que es imposible no hacerlo, con una persona tan dulce como ella.-
-Sí, es cierto. Debo agradecerle por eso, mis padres siempre decían, que había heredado toda su “dulzura”.-
“¿Lo decían en verdad?” “¿Tus padres te decían que eras dulce?” “¿Entonces por qué ahora has cambiado tanto, y más de uno afirma que eres frío, un playboy, totalmente desligado de los compromisos?” “¿Podría ser, que realmente también me ames como lo hago yo?” “¿¡Podría YoungMi ssi, haberse equivocado realmente!?”
-¿En verdad?-
Cuestioné divertido, olvidándome de todos aquellos pensamientos, aquellas incertidumbres que me invadieron de repente, relajando mi cuerpo, acurrucándome más contra él, en verdad es que aún tenía mi cuerpo frío.
-Sí. Por cierto… No sé si sabías, pero me has estado provocando todo el día con ese tipo de prendas que llevas puesto. ¿Qué pretendías? ¿Hacerme perder el control frente a mi abuela?-
Cuestionó ahora con un poco más de lujuria en su voz, cosa que me aceleró el corazón, realmente hoy no tenía ganas de “sexo salvaje y pasional”. Simplemente quería permanecer a su lado, abrazados, hablando de cualquier cosa o incluso mirando una película, algo mucho más romántico y no tan “salvaje”.
-No, todo lo contrario, sólo quería pasar un buen tiempo de calidad con tu abuela, intentando lucir lo menos provocativo posible, y esto fue lo que encontré más decente, es que realmente en el arrebato de la noticia tan repentina del pequeño viaje de fin de semana, empaqué lo primero que se me vino a la mente, sin tener en cuenta el lugar, y a quien veníamos a visitar…-
Respondí con voz cansina, acurrucándome aún más en él, pues emanaba un delicioso, suave y delicado perfume que comenzaba a volverme loco. Pero a su vez, al oír aquellos latidos tan calmados, mis revoluciones también comenzaban a bajar, hasta que de repente, mis ojos, mis párpados comenzaron a pesar.
-Pues en tu intento de “apaciguarme” lo único que has hecho es “encenderme” aún más, gatito travieso…-
Su mano con la cual sujetaba mi cuerpo para aprisionarlo al suyo, comenzó a deslizarse, pero por primera vez le ignoré, no dije nada y me terminé por dormir, realmente a pesar de que no había hecho mucho, me sentía particularmente cansado esa noche. Quizás no estaba agotado físicamente, pero si mental, por todas las cosas que han pasado por allí.
-Yah… Yah Key, levántate, ya es hora de irnos…-
-Hmns no quiero, déjame dormir…-
Me acurruqué aún más en posición fetal a algo a mi lado que emanaba un delicioso calor.
-Yah gatito, no te me pegues tanto, que harás que me vuelva loco, anoche me has dejado “alborotado” y no lo toleraré por segunda vez…-
Susurraba aquella voz, melódicamente a mis oídos, mientras debajo de mi otro oído sentía un relajante vibrato.
-Tengo sueño, déjame, vete tú…-
Volví a hablar, sin estar 100% consciente de lo que pasaba a mí alrededor y de lo que decía.
-Ya Key, la enfermera estará por llegar, y no creo que le resulte agradable ver a 2 hombres acostados en una cama de plaza y media, acurrucados semidesnudos y semidormidos. Ella tiene llave, podría vernos en cualquier momento al igual que mi abuela. ¿Te levantarás? Puedes dormir en el auto si quieres…-
“…Ver a dos hombres acostados en una cama de plaza y media, acurrucados y semidesnudos…”
Al oír aquellas palabras, me levanté como alma que llevaba el diablo, totalmente desorientado, resultándome imposible al principio mantener mis ojos abiertos durante un tiempo prolongado, pues me dolían y mucho. Caí de la cama ante el repentino movimiento brusco que hice, y con aquel golpazo, terminé de despertarme, al recorrerme por todo el torso y columna vertebral, un escalosfrío realmente “molesto” que hizo erizar absolutamente toda mi piel.
Y cuando desperté, y pude abrir mis ojos con “normalidad” miré a mi alrededor, y pude ser capaz de observar que no me encontraba en mi habitación, y que en la cama, tenía a un JongHyun casi totalmente desnudo sólo en bóxers grises con negro, sonriendo, sentado en la cama, con aquel cuerpo esculturalmente tallado, cubierto de una manera grácil por las finas sábanas. Y luego me miré a mi mismo, con el torso totalmente escuálido al desnudo, y con unos pantalones de pijama que me quedaban realmente enormes. Una imagen realmente deplorable, al lado de la de JongHyun, pero yo estaba conforme con mi cuerpo, o al menos hasta ese momento.
-¿Te quedarás ahí toda la mañana, temblando de frío, mirándome? ¿O te levantarás, te vestirás y aprontarás tus cosas para regresar “a casa”?-
Cuestionó divertido, dulce, en lo que me daba la espalda, mientras se destapaba para sentarse en la cama y comenzar a vestirse…
Esa espalda… esos músculos moviéndose, y esas pequeñas cicatrices de cuando aquellos pequeños cristales de mi mesita ratona se incrustaron allí.
Por un momento me le quedé observando totalmente embobado, surgiéndome la necesidad realmente de besar, acariciar esas pequeñas marquitas y sentir bajo mi tacto, como su piel comenzaría a erizarse.
Pero sacudí mi cabeza, tragué duro y decidí concentrarme en no pensar en esas cosas a pesar de que algo allí abajo, me hubiese enviado una leve “oleada” a todo mi cuerpo.
Me puse de pie, suspiré y busqué algo con lo que abrigarme, pues realmente estaba demasiado fresca la mañana. Aún adormilado encontré la camisa del pijama perfectamente doblada sobre la silla, deduciendo que él me había cambiado, pero había decidido dejarme a medio vestir y tomándola rápidamente me la coloqué levemente tiritando y me dirigí al baño para lavar mi rostro y despejarme finalmente, eran cerca de las 5.15 a.m y yo realmente como nunca tenía ganas de seguir durmiendo.
Luego de que saliera del lavabo, me encontré con JongHyun ya totalmente vestido, sonriéndome dirigiéndose para el baño él ahora y en aquel cruce, tomó mi rostro, con ambas manos y besó mis labios fugazmente, en apenas un toque imperceptible.
Susurró algo que no alcancé a oír, pero sonó a un cumplido, o por lo menos eso quería creer yo. Cuando me encontré solo en la habitación, comencé a aprontar mis cosas, me vestí de una manera ya no tan cuidada, pues la verdad ya no me importaba, pues me iría de allí en algunos minutos.
Me vestí ya más acorde a como acostumbraba a vestir normalmente y acomodé mejor mis cosas en la maleta. Luego vi salir a JongHyun y nuevamente se cruzaron nuestras miradas, a excepción que luego de que la mía se desviara, la de él, me recorría lentamente, sentía como me devoraba con la mirada, y me cohibí un poco, pero decidí ignorarlo, pues ya no tendría tiempo de “atacarme” aquí en este mismo lugar y momento.
-¿Lo haces a propósito cierto? ¿Por qué sabes que estoy atados de pies y manos?-
-¿Eh? No entiendo a que te refieres…-
Pregunté realmente desconcertado. Pues no sabía realmente a que vino aquella pregunta tan de repente.
-Je… sí, claro, como tú digas gatito, ya no importa, ya me las cobraré…-
Habló algo irónico al principio, para luego agregarle aquel toque “descarado” a su tono a lo último, una leve oleada trémula recorrió mi interior al oírlo decir aquello, pero yo no dije nada, y coloqué la maleta en el suelo.
-Yo, ya estoy listo ¿Ya podemos irnos?-
-Sí, en cuanto llegue la enfermera, que dentro de unos minutos debería estar haciéndolo, la cité aquí a las 5.30, ya son las 5.27.-
Habló algo irritado como nunca, cosa que me sorprendió, e hizo latir mi corazón, pues en verdad parecía que no querría irse sin dejar a su abuela bien cuidada y acompañada.
Una vez más en mi interior comenzaban a enmarañarse aquel maremágnum de malas y buenas “opiniones” sobre él.
¿Quién era realmente? ¿CÓMO era JongHyun realmente? ¿Cariñoso, apegado a su familia, dulce, simpático, angelado? Ó ¿Frío, descortés, falso, irrespetuoso, malévolo? En mi cabeza se armó realmente un gran enredo de incertidumbres. Ya no sabía que pensar, ya no sabía cómo reaccionar, ni como “asegurarme” el corazón contra futuras y quizás “seguras” desilusiones…
-Yah…yah KiBum, ¿otra vez? ¿¡annyeonghaseyo!? ¿¡Hello~!? –
Oí la voz de JongHyun a lo lejos, en lo que las cosas a mi alrededor comenzaban a recobrar su nitidez y comenzaba a percatarme de mi alrededor y de que estaba frente a una mujer que me miraba con asombrosa curiosidad, levemente mayor que nosotros, un poco robusta y mucho más bajita que nosotros.
Parpadeé reiteradas veces, y miré a JongHyun, él cerró sus ojos, suspiró cansino, y sonrió nuevamente de esa manera amable y brillante mientras me hablaba con una voz extrañamente muchísimo más melosa de lo normal, haciéndome sonrojar tanto a mí como a aquella mujer. Quien bajó su rostro, para ocultar sus apenadas mejillas totalmente sonrojadas.
-KiBummie, te estaba diciendo, antes de que te fueras a la estratósfera, que ella es Kang JiMin, y es la enfermera a cargo de mi abuela… JiMin ssi, como le dije, él es Kim KiBum mi mejor amigo…-
Y ahí va de nuevo esa punzada en el corazón “Mi mejor amigo”. Miré con cierto desconcierto a JongHyun mientras me hablaba con esa sonrisa que nuevamente me parecía similar a la de YoungMi ssi, para luego mirar a la mujer frente a mí.
-¡Oh! Ya veo, mucho gusto, encantado de conocerla, Kang JiMin ssi, por favor, cuide muy bien de YoungMi ssi.-
Hablé lo más “simpático” que pude, y ella un poco más sonrojada aún asintió con energía.
-Pues, bien JiMin ssi, usted sabe mejor que nadie dónde están las cosas y demás, ¿no es cierto?-
-Así es joven Kim…-
Hizo ahora una reverencia en señal de respeto, él sonrió satisfecho y asintió.
-Pues, entonces, ya nos podemos marchar tranquilos, en verdad se la encargo mucho, y cualquier cosa, aquí le dejo mi número para que me llame, no prometo que acudiré inmediatamente pero sí lo más rápido posible…-
Habló ahora realmente serio, mientras anotaba su número en una hoja de papel, pareciendo realmente ya un adulto, totalmente realizado, dejando recados “a la niñera” acerca de sus hijos… “JongHyun… padre” imaginármelo de esa manera y con ese porte, encendía en mí, un pequeño fetiche muy oculto en mi interior. Realmente imaginarme a JongHyun como un padre joven, realmente me hacía verlo de manera aún mucho más sexy. Y más aún con esas ropas sobrias, alimentando aún más mi “líbido”.
Dios soy un asco, un pervertido, que sólo piensa con otra “parte de mi anatomía” cuando se trata de Kim JongHyun…
-¡Yah Key! ¿Ya, no? Ya deja de perderte en tus pensamientos…- Habló alto para luego acercarse y susurrarme de manera sensual –O en mi trasero y entrepierna…- Se alejó dejándome absolutamente rojo, avergonzándome aún más, al encontrarme con la mirada ultramente curiosa de JiMin ssi ante mi repentino “cambio de color” en el rostro.
-Y-Yo i-iré primero al auto, o d-de l-lo con-contrario, me po-pondré sentimental…-
Dije nervioso, balbuceando, tartamudeando, haciendo absolutamente el ridículo, en lo que JongHyun me observaba con cierta “altanería” aún dentro de la casa en la puerta.
No dije más, ni oí más. Sólo desde “la seguridad” del carro, vi como JongHyun intercambiaba unas últimas palabras mientras sonreía amablemente, contagiando a la enfermera, y luego de que ella asintiera ante la última recomendación, JongHyun le extendió un pedazo de papel, que supongo que era el número que había anotado antes.
La mujer, miró el papel unos instantes de reojo, y luego volvió a mirar a JongHyun, quien le sonrió una vez más, haciéndome sentir raro, “mucha sonrisita” para mi gusto…
Se despidió finalmente, la mujer entró a la casa, y cerró la puerta detrás de sí, en lo que JongHyun ya venía camino al auto, y en ese momento cuando nuestras miradas se cruzaron y vi en la suya un destello de lujuria, me alteré, y desvié la mirada, me puse el cinturón de seguridad, como si aquello me fuera a proteger de algo, y con la mirada baja, en silencio, y totalmente petrificado, me quedé a la espera.
El finalmente entró al carro, y lo primero que oí fue aquella risita que ya alteraba absolutamente todos mis sistemas, el circulatorio, respiratorio y sobretodo el nervioso, y bueno ya que estamos, también “el reproductor”…
-De hoy no pasas, de estas no te salvas…-
Soltó de la nada, haciéndome tragar duro, y no dije absolutamente nada… mi mente quedó absolutamente en blanco. Y ante mi falta de respuesta, él no dijo más nada. Y así entramos en una especie de silencio, que extrañamente no era incómodo.
Con el pasar de los minutos, aquella imagen que se iba corriendo a una gran velocidad como si nos estuviese siguiendo, comenzó a hacerme sentir adormecido un vez más… y sin darme cuenta fui cerrando los ojos poco a poco, hasta que finalmente me quedé absolutamente dormido. Una vez más…
No pasó mucho tiempo para que nuevamente la voz melódica y dulce de JongHyun con eco, me trajera poco a poco a la realidad y de esa manera fui abriendo los ojos y me encontré con esos de cachorro absolutamente eufórico por el regreso de su dueño a casa.
-¿Y-ya llegamos?-
Cuestioné, intentando actuar indiferente ante aquel pensamiento y mirada de su parte que no ayudaba realmente mucho a vaciar mi mente.
-Sí, realmente no te tenía tan dormilón, aunque lo comprendo, no por nada te digo “gatito”-
Sonrió y avanzó invadiendo mi espacio personal sin ninguna clase de permiso y besó mis labios dulcemente. Le correspondí instintivamente y sonriendo me dijo.
-Ven bajemos, te acompañaré a casa, y luego me iré, tengo que atender otros asuntos.-
-¿Eh? Sí, claro…-
Hablé confundido, y me quité el cinturón de seguridad y mientras lo hacía de una manera especialmente lenta, mi mente comenzó a trabajar una vez más… ¿otros asuntos? ¿Cuáles serían exactamente? No estaba en mi naturaleza preguntar acerca de esas cosas, pero hoy, y ahora especialmente esa necesidad de satisfacer mi curiosidad me corroía. ¿Acaso iba a ver a alguien más, a otro “amante”? ¿Al verdadero? ¿Realmente, yo era sólo uno más del montón? ¿Realmente no era especial para él?...
Esas incertidumbres, esas inseguridades, volvieron a invadirme… estaba demasiado paranoico ahora.
Bajé del coche en absoluto silencio, cruzando una mirada inexpresiva con él, quien me esperaba fuera del carro con una sonrisa y ya con mi maleta en mano.
La miré fugazmente, y luego fijé mi vista en sus ojos, pero no antes sin haber pasado por aquel cuerpo escultural… al cual difícilmente, pude ignorar.
Cuando estaba por sujetar mi maleta, el me la apartó, negó con la cabeza sonriente, y me señaló con su cabeza que subiera yo primero que él me seguiría atrás con la maleta, desconcertado simplemente asentí y comencé a intentar quitar el llavero del pantalón, y tardé más de lo que pensaba, pues estaba nervioso, en parte por alguna extraña razón que desconocía totalmente, y por otra parte por aquellos pensamientos que nuevamente me habían invadido, aquellas “malas vibraciones” que irónicamente sólo yo las había creado.
Avancé ya hasta mi puerta de departamento, le quité el seguro y abrí la puerta, me giré y le hablé serio, mirándolo a los ojos.
-Bien… aquí estamos, fue algo realmente inesperado la visita a tu abuela, pero a la vez muy divertido, en verdad me gustó conocerla. Nos vemos en la Unimng-
Sus labios habían vuelto a atacar, pero esta vez de una manera realmente salvaje… aquel sonido de las respiraciones desesperadas, y mis gemidos acallados por su boca hacían eco en el silencioso recinto.
-Jo-Jong, e-espera, ne-necesitamos ha-hablar mngs…-
Intenté detenerlo, pero él parecía estar totalmente aturdido, enceguecido por la lujuria, pues sus labios volvían a tomarme de manera desesperada, sin darme oportunidad a expresarme correctamente, y eso era debido a que mi cuerpo reaccionaba automáticamente a su tacto, a sus miradas, a su voz, su aroma y a sus labios…
-Hablar, después… sexo, ahora…-
-¡Jo-Jong~!-
Gemí ante aquel repentino movimiento que hizo al colocar su pierna entre las mías, me empujó hacia dentro de mi departamento, entrando la maleta con brusquedad, tirándola por ahí, mientras cerraba la puerta detrás de sí, con una patada suave y devoraba mis labios una vez más.
-Te dije que hoy no escaparías… me vienes provocando desde ayer, y anoche realmente me dejaste con las ganas… hoy no escaparás, no tienes excusa, te haré mío una vez más…-
Habló con aquella voz posesiva, sensual, que realmente hizo temblar mi mundo entero. Mis piernas realmente temblaron levemente, y gemí, gemí realmente como una niña…
¡DIOS SANTO! Este hombre… este hombre realmente me puede… le amo. Le amo demasiado, no puedo evitarlo…
Quise intentar resistirme aunque sea un poco más, pero su lengua, “explorado furiosa” mi cavidad, me desconectó de inmediato con mi razonamiento. Rodee su cuello con mis brazos, y comencé a corresponderle, de aquella misma manera.
Fue retrocediendo paso a paso, hasta que choqué con el sofá, caí y él encima de mí, gemí levemente, en lo que él me sonreía.
Aprovechando aquella sonrisa para tomar aire, yo no le sonreí, simplemente clavé mi mirada ya nublada en sus ojos, para luego ser yo quien iniciara un apasionante beso.
-Eso, me, encanta. Cuando, tomas, de, vez, en cuando, la, i-ni-cia-ti-va.-
Me habló entre besos, ya con aquella voz, levemente alterada. Y una vez más me dediqué a simplemente, “obedecer” a mi cuerpo, porque mi mente estaba inhabilitada momentáneamente.
Así continuaron los besos, las caricias, comentarios ocasionales de vez en cuando, gemidos cada vez más continuos de mi parte, comenzando a desaparecer también la ropa de vez en cuando.
Cuando ambos estuvimos casi absolutamente desnudos, él se quitó de mí encima, me alzó como si me tratase de una princesa, y sin decir absolutamente nada me llevó a mi habitación, tirándome bruscamente en la cama, atacándome de manera salvaje una vez más, hasta que aquel acto finalizó.
Mi mente “se activó” una vez más, de manera brusca y creí que este sería el momento adecuado, el definitivo, el “ahora o nunca”.
-JongHyun…- Llamé su nombre estado totalmente agotado e inmóvil en mi cama, mirándole nuevamente aquella espalda moverse deliciosamente en lo que él comenzaba a vestirse, pues, me había dicho que tenía que hacer algo luego de dejarme.
-¿Hm?-
Gesticuló simplemente con una sonrisa, mientras se giraba levemente para mirarme unos instantes y luego darme la espalda devuelta.
-…-
Estaba realmente nervioso, mi corazón comenzó a acelerase repentinamente una vez más, a pesar de que mi cuerpo se encontraba incapacitado para moverse.
Le miré una vez más y vi como se paró unos instantes para ya volver a colocarse su bóxer. Desvié la mirada ante aquella vista de su trasero, y sonrojado miré hacia el lado contrario. Me llené de valor, y tragando saliva una vez más, decidí hablar, con un miedo inexplicable, impregnado en mi interior.
-¿E-esto? ¿Esto que nosotros hacemos? ¿E-es porque qui-quiere de-decir que-que nosotros, te-tenemos algo?-
Pregunté finalmente, aquella cuestión, que definiría finalmente “nuestra relación”, confirmándome si se trataba de “Amor o sexo” según él, sintiendo como un repentino mareo invadía mi cuerpo, no sé si en forma de alivio, u horror.
Él se quedó petrificado unos segundos, al igual que mi corazón se petrificó en esa milésima que él se detuvo, y volvió a latir cuando él se subió la cremallera. Giró a medio cuerpo para mirarme a los ojos, serio. Mi mirada luchaba por desviarla de la suya, pero luché por mantenérsela firme allí.
Finalmente, él contestó…