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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s... aquí reportándome con la siguiente actualización... espero les agrade.... Ya saben los personajes usados son propiedad de Oda-Sensei, solo los use un ratito (y los que vienen más adelante) y los regresó pronto (no tanto como él espera jejeje)

 

Capitulo 11

El peli verde tomó todas las cajas y dejó a Manchas sin nada para jugar, más el minino no le dio importancia a eso y se retiró a su tazón con comida; “típico de los gatos el solo pensar en comer, jugar y molestar” pensó Zoro al verlo dirigirse a la cocina.

Entró con pasos sigilosos y observó como el rubio dormía placenteramente, acordé a la chica compañera de Smoker, sus medicamentos ya estarían en orden hasta el día siguiente, por lo que solo restaba dejarlo descansar, Zoro se quedó parado viéndolo fijamente “¿Cómo era posible que un joven frágil como él, fuera lo que Smoker decía?” pensó.

Pero Zoro comenzó a analizar todo desde que lo conoció, las facciones de Sanji siempre mostraron una particularidad: la frialdad  y eso en él era más qué notorio ¿Cómo demonios pudo no verla? El peli verde comenzó a martirizarse con pensamientos de esa índole, en verdad que Sanji le atraía ¿atraer? Esa palabra era clave ahora.

— ¡Maldición! —Dijo entre dientes.

Sanji abrió su ojo y lo vio parado en frente observándolo fijamente, Zoro lo miró atento esperando un cambio en él, pero nada…. Solo la frialdad habitual y ahora más apreciable.

—Disculpa, no fue mi intención despertarte.

—No importa ya estoy bien. ¿Podrías traerme un vaso con agua, por favor? —Pedía Sanji.

Incluso así, enfermo y algo implorante su semblante era el mismo, Zoro comenzó a enfocarse más en eso que en las demás cosas alrededor.

—Claro, dame un minuto. —Respondió dirigiéndose a la cocina.

Tomo el vaso y llenándolo con el líquido comenzó a enfocarse en una sola cosa: Sanji.

¡El chico pensó que él era el cerrado cuando en verdad todo el tiempo Sanji lo había sido! Pero algo más se abrió camino en sus pensamientos, ¿Será que Sanji llamaba su atención en otro modo? Pero Zoro no era chico que gustara de chicos entonces, ¿Qué rayos pasaba con él para que comenzara a pensar solo en Sanji y en su bienestar?

— ¡Marimo! ¿Todo en orden? —Se escucho un “grito” desde la alcoba de Sanji.

—Si, todo… está… bien… —Respondió Zoro aun pensando.

Decidido a tratar de ayudarlo, caminó hasta la alcoba, serio, y muy pensativo, quizás esa opción no era la mejor, pero ya estaba preparado para las consecuencias y esperaba en el fondo, que fueran justo como él las suponía. Llegó hasta la alcoba y le entregó el vaso con agua al rubio, mirándolo profundamente se animó a preguntar.

— ¿Aún odias a Doflamingo?

Sanji alzó la vista y hay fue que lo vio, un destello de odio, ira y repulsión completa hacia ese nombre, Sanji cerró los ojos, apretó con fuerza el vaso de vidrio y mordió su labio inferior.

— ¡Contéstame cejillas! —Insistió el peli verde.

Zoro de antemano había visto esa actitud mucho antes y no había sido tan listo como para reconocerlo, la imagen de Sanji era un reflejo de él mismo antes de que Sanji lo rompiera justo un día antes; esa era la verdad, Zoro se había rompido cuando Sanji le mostró que una persona ajena a él y su sufrimiento podrían darle “comprensión y cariño” sin esperar nada a cambio, quizás el rubio esperaba lo mismo, quizás el rubio solo necesitaba “ayuda” para dejar salir todo aquello que llevaba consigo.

—Eso no te incumbe —Respondió Sanji con tono frio y sereno.

—Ah,  entiendo, entonces necesito ser un fotógrafo y  asesino retirado experto, para poder inmiscuirme en los asuntos de los demás…

Sanji se quedó algo sorprendido, solo viéndolo de frente.

—Eso es mentira.

—Claro que no.

El rubio comenzó a sentir un revoloteo de estomago capaz de hacerlo suspirar hondo.

—No entiendo de donde sacaste eso, pero no te conviene mencionarlo.

—No estoy seguro de eso.

Sanji comenzó a respirar rápidamente, miro a Zoro con algo parecido a “desprecio”, pero no menciono nada más.

Zoro sonrió triunfante, esas muestras eran las que necesitaba ver para saber que el rubio siempre tenia disputa interna; Sanji quería dejar salir lo que sentía, pero algo le impedía hablar de ello, quizás las torturas de Doflamingo aun estaban muy recientes, no obstante eso no podía ser incluso sonaba “ridículo”  ya que tenia mas cinco años que se había escapado de ese sujeto; el rubio se recostó y se cubrió con la sabana para después dormir, más sus sueños le jugaron en contra en esa ocasión…

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“Días posteriores al secuestro de Sanji del orfanato, el rubio no sabia ni donde estaba, tenia pequeños indicios de que estaba en un lugar cercano al océano, las gaviotas y el sonido de las olas estrellándose en contra de las rocas eso le daban a entender, pero no estaba seguro….

— ¿Ya estás completamente despierto? —Preguntó un chico ojeroso mayor que él por años, de cabellera negra azulada y semblante reservado.

— ¿Dónde estoy? —Respondió mirando en todas direcciones.

—Alejado de casa, eso te lo puedo asegurar.

La seriedad de ese chico asustaba al pequeño de carácter altanero.

Sanji forcejeó para quitarse la soga que mantenía sus manos  atadas juntas por su espalda, de un salto cruzó sus brazos a modo de saltar la cuerda hacia enfrente, eso llamó la atención del chico que compartía “habitación” con él.

— ¡Que hábil!

El pequeño niño comenzó a hurgar por las ventanas entabladas, trataba de ver en dónde estaba, más no obtuvo resultados, a parte de que los espacios eran reducidos, una enorme barda delimitaba el terreno y eso era todo el panorama.

—No hay nada más para ver, eso es todo lo que nos rodea.

— ¡Mentira! El océano está cerca….

El otro chico moreno supo reconocer la valía de ese nuevo niño.

— ¿Océano?

—Si, océano, lo escuche y las aves no me dejan mentir. —Afirmaba Sanji.

—Llevo muchos años aquí y nunca lo he visto.

Sanji volteó a ver a ese casi adolescente serio, la incertidumbre era evidente en sus hermosos ojos plateados.

— ¿Somos prisioneros, cierto? —Preguntó Sanji recargado en la pared, dejándose caer al piso.

“Si” en movimiento de cabeza fue la respuesta dada por el joven ojeroso.

—Me llamo Trafalgar Law, estoy “estudiando” para ser medico.

—Yo soy Kuroashi Sanji, estaba practicando para ser el mejor chef del mundo…

En ese momento unos pasos se escucharon por el pasillo, Law miró muy serio hacia la puerta, Sanji se puso de pie, la mirada agresiva del pequeño mostraba que se abalanzaría a cualquiera que entrara en ese momento a la habitación.

Al abrir la puerta  la figura de un alto hombre rubio con gafas extravagantes se hizo visible, Sanji se precipitó en contra de él, pero sus esfuerzos solo dieron frutos podridos ya que la fuerza de ese hombre por obvias razones (ser adulto) fue mucha mas, lo estamparon en la misma barda que antes había sido su soporte.

Law se quedó viendo sin decir nada, Doflamingo entró con gran naturalidad a esa alcoba, se sentó en la cama y comenzó a platicar con el chico estudiante de medicina.

— ¿Ya conociste a tu nuevo “hermano”?

Law miraba de reojo a Sanji quien se retorcía tratando de halar aire. Law suspiró un poco sin responderle nada, en la puerta estaba parado con todo el porte de soberbia Vergo, el compañero y guardaespaldas personal de Doflamingo.

—¡¡No soy su jodido hermano!! ¡Me quiero ir a casa! —Gritaba enfurecido el pequeño sujetándose el estomago.

—Fufufu ¡Tu no tienes casa! No tienes a nadie quien te espere fuera de este sitio, todo lo que tienes soy yo, y esta familia…. Entiende que te queremos.

Sanji miró con gran resentimiento, odio y frustración a ese tipo extravagante hasta el punto de rozar con lo ridículo.

— ¡Te odio! Mi padre te daría una paliza….

—Tu padre no fue capaz de defenderse.

Sanji se quedó desconcertado mirándolo fijamente.

—Ese viejo no quiso vender ese lugar, por eso me vi forzado a obligarlo, pero se resistió y termino por morirse al inicio de nuestra visita, ¡Qué descortés de su parte! Nunca nos sirvió lo que le ordenamos, ¿verdad? —Alegaba ese estrafalario, preguntándole a Vergo en tono de burla.

El odio y la furia se posesionaron del pequeño; Sanji saltó tratando de golpear a ese tipo, pero una feroz patada por parte del guarda espaldas terminó por azotarlo en el piso, Vergo mantuvo su pie en el cuello del pequeño, sofocándolo.

—Me gusta tu ímpetu, pero desgraciadamente tendré que doblegarlo. Tú me servirás solo a mí, harás lo que yo te diga cuando te lo diga, no pensarás en nada mas que no sea yo, ni harás nada que no sea lo que yo te diga…..”

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Sanji despertó muy alterado, su respiración estaba agitada, todo había sido un recuerdo, miró al techo solo para convencerse de que estaba en su departamento, al girar hacia un lado y observar una figura peli verde recostada a su lado se sintió mas tranquilo.

Lentamente se movió hasta Zoro quien dormía imitando a una estrella, quería sentirse protegido, necesitaba sentirse seguro y uno de sus brazos abiertos del modelo era la meta de Sanji…

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero seguir actualizando seguido, muchas gracias por sus reviews y su tiempo dedicado en la lectura de esta pqueña historia...


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