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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s, ¿cómo han estado? bueno ya saben los personajes usados en está historia, no son mios (quisiera que lo fuean), son propiedad de Oda-sensei, solo los tomó prestados un rato pero sí los devuelvo (muy a mí pesar) jajajaja ok no... o quízas...

Capitulo 13

 

Sanji se quedó inmóvil, mirando el rostro apacible de su “acompañante” ¿qué pensará? ¿Estará soñando? ¿Qué soñará? Todas esas preguntas se enredaban en su mente, nunca se había sentido tan confundido desde la pelea con su “hermano” de crianza.

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“Law había despertado unas horas después, Doflamingo estaba sentado en la misma cama, a un costado, limpiando el sudor en la frente del moreno.

— ¿Te asustaste, verdad? Y si te dijera ¿Qué todo fue una ilusión? Desde en la tarde que Vergo tocó tu hombro, te inyectó una nueva “ayuda”, es  un tipo de sustancia estimula tú cerebro y te muestra tus miedos mas ocultos, dime Law ¿Qué viste?

Law tragó saliva y se quedó mirando pasmado a Doflamingo a los ojos.

— ¿Eso… es lo que  le dan a Kuroashi-ya…? —Preguntó muy dudoso de sí el joven.

—Algo así, ese niño es una mina de oro, unas semanas más y estará listo para actuar. —Respondió Doffy, demasiado extasiado.

Law apretó los puños arrugando la sabana, mostrando la impotencia, en ese momento supo que no podría ayudar a Sanji, no con métodos convencionales (claro dentro de ese ámbito), también entendió que  el amor por la cocina que Sanji tenia, lo que lo mantenía en sus casillas, lo transformaban  en su miedo mas profundo.

Law no tuvo mas opción que dejar de buscar ver a Sanji, ya se presentaría la oportunidad, de eso estaba seguro y cuando la tuviera, no la desaprovecharía…

A la edad de catorce años Doflamingo ganó todo el poder sobre la mente de Sanji; los maltratos físicos y psicológicos por fin mostraban su ganancia,  Sanji con su corta edad ya había terminado con una gran cantidad de enemigos o amenazas potenciales contra Doflamingo, abarcando desde policías, militares, abogados, políticos, contadores hasta “simples” maestros, o  antiguos desertores, Doffy  los había mandado asesinar a todos y Sanji se había convertido en un experto en ese arte, solo faltaba la estrellita dorada en la frente del niño y ya tenía el método para dársela.

—Bien Sanji, esta vez, iras acompañado, tú y mi hijo favorito, matarán y dejarán el cadáver de la princesa Viví, en su alcoba, que sea  solo un recuerdo para su padre… ¡Que sepa quien manda en ese país patético y miserable! —Gritaba enfurecido Doflamingo.

—Si es patético y miserable ¿para que molestarse en obligarlos a que te obedezcan? —Preguntaba desafiante Law.

Vergo quien no toleraba la presencia de ese chico, lo pateó con saña en el rostro.

— ¡Ya te lo he dicho muchas veces! Debes dirigirte a él como señor….

Law se reía de las muestras patéticas de “intimidación”  por parte de Vergo, simplemente le daba lo mismo. Se puso de pie, suspiró un poco y limpió la sangre de su labio.

—Si permites que uno solo de tus subordinados muestre algo de rebeldía, pronto todos lo harán… solo por eso. —Respondió confiado el rubio extravagante.

Sanji ya no era ni la sombra del pequeño rebelde, ni valiente o furioso que opuso resistencia cuando recién llegó, ahora solo obedecía al pie de la letra las ordenes que le daban, sus ojos ya no tenían brillo alguno, sus facciones no cambiaban ante nada, ni al dolor, o la tristeza, Sanji parecía ser  un maniquí viviente, un muñeco que solo respondía a los hilos tirados por Doffy.

—Bien, tienen sus órdenes ¡¿Qué demonios están esperando?! ¡Afuera esta el transporte!…. Lárguense,  pero regresen con bien... —Declaraba Doflamingo mientras besaba la frente a ambos chicos, Law giró y de inmediato frotó borrando la muestra de “cariño”, mientras Sanji solo caminaba a la entrada de la mansión.

El océano rodeaba la isla en la que se encontraban, no estaba alejada de las ciudades, al contrario, era un archipiélago con vistas a distintas metrópolis, así como izquierda o derecha, botes, barcos y aviones pasaban por los lados y encima de ese sitio.

— ¿Cómo es posible que algo así se esconda en un sitio a la vista? —Preguntaba Law.

Pero ya no obtenía respuesta, tenia años que no escuchaba la fonación de Sanji, incluso se había olvidado del timbre de voz del rubio.

Juntos comenzaron el viaje a la ciudad, en la misma, buscarían el hotel de prestigio  “Arabasta”,  localizarían los puntos frágiles de la estructura y a media noche efectuarían sus órdenes.

Al anochecer comenzaron a moverse, sigilosamente, justo como lo planearon, la entrada al hotel no seria fácil, después de todo la chica en ese lugar era una princesa, guardias por todo el edificio les mostraban que el acceso no seria nada sencillo, sin embargo para chicos entrenados como ellos, se supone que eso era fácil, y así fue; Law localizó el punto de acceso por lo alto, la habitación de la princesa era el pent-house del hotel, un balcón por el lado derecho y por la izquierda una cornisa, ambos extremos con ventanas amplias y libres a su acceso.

Gatos de noche, trepando, escalando y usando bien sus fuertes, delgadas y flexibles patas eran una imitación barata de ese par. Law usaba los extremos salientes de las ventanas para trepar al siguiente nivel, Sanji con sus fuertes piernas y gran equilibrio de cada salto llegaba al siguiente nivel.

 Vestidos de negro se camuflaron con la noche,  unos cuantos minutos bastaron para que llegaran hasta la alcoba de la princesa, Sanji fue el primero en entrar, la vio dormida en su cama, su hermoso cabello azul reflejaba la luz de la luna que entraba por la ventana, misma que mostró la silueta de Law.

Si de algo estaba seguro el ojeroso era que Sanji amaba a todas las mujeres ya que siempre repetía que a él lo habían educado para amarlas, pero en esa ocasión, lo que estaba por hacer le mostró los estragos del entrenamiento de Doflamingo.

Sanji alzo su brazo armado con una pequeña navaja, utilizo solo un poco de fuerza y dejo caer su mano apuntando al pecho de la bella princesa, Law intervino y quitó a Viví del camino de esa arma, Sanji viró la vista hacia él, pero no mostró cambio en esa mirada perdida y fría.

Viví sintió el estirón y se despertó de súbito, al ver a Law y a Sanji en su alcoba gritó y eso detonó la aparición de los guardias mismos que entraron de súbito a la alcoba, Sanji comenzó a matar a diestra y siniestra con la maestría que le habían implantado en su cerebro, Law resguardó a la princesa aconsejándole que regara el rumor de su muerte y solo así, su país estaría bien.

Comenzó a seguir a Sanji de cerca sin creer lo que veía, cadáveres tirados por los pasillos, alcobas y en cada espacio del hotel, Sanji era la máquina perfecta de matar no fallaba, no titubeaba y no dejaba cabos sueltos, eso asustaba al moreno que lo seguía de cerca, hasta que finalmente lo alcanzó y lo tomó con fuerza por los hombros.

— ¡Basta Kuroashi-ya! ¡¿Qué no ves lo que estas haciendo?!—  gritaba Law. —¡¡¡Reacciona!!! —Insistía el moreno.

Más la respuesta no era lo que esperaba, una cuchillada certera del rubio en su estomago lo dejó perplejo.

Lo que más le asustó a Law no fue ver su sangre brotar de su estomago, como medico sabia que no había acertado en órganos vitales, lo que más le sorprendió y asustó fue el recordar la imagen del niño alegre que había conocido, ese que le ayudó a soportar las torturas hablándole de un mejor “mañana”, ese que le ayudaba a curar sus heridas y las propias con cuidado y siempre con una gran sonrisa, perderse en un mar de sangre, Sanji estaba perdido, y todo a causa de Doflamingo.

Law decidió regresarlo, sin importar nada a cambio, así comenzó una pelea entre ambos, los guardias del hotel sólo veían, eran incapaces de hacer algo para intervenir, ese par de jóvenes estaban en otro nivel, el tratar de separarlos o capturarlos solo daría origen a mas victimas innecesarias.

Después de mucho esfuerzo Law trató de someter a Sanji  recordando que el punto débil del rubio eran sus piernas, dos pinchazos en los mismas durmieron sus extremidades dejándolas inútiles momentáneamente.

Sanji  incluso, sin movimiento en sus piernas trataba de continuar con el ataque, eso le rompía el corazón al moreno ¿hasta donde había llegado Doflamingo con ese chico? ¿Qué le había hecho para doblar su espíritu de esa manera?

—Lo siento mucho Kuroashi-ya, pero esto es necesario. —Habló Law sin tener respuesta.

Sin mucha necesidad de esquivar, Law tomó uno de los brazos del rubio en pobre imitación de puñetazo, un pinchazo más por parte del moreno atontó al rubio al grado de hacerlo caer sentado en frente de él, aun así Sanji no cambiaba de facciones, pero algo en el ojo visible del mismo llamó la atención del medico, una capa cristalina de agua rodeó y cubrió el ojo de Sanji, eso le dio esperanza de recuperarlo, rodeó su cuello con un brazo del rubio, lo alzó y abrazó por la cintura, lo mantuvo bien sujeto a él y con la misma destreza que uso al entrar al hotel, salieron juntos perdiéndose en la oscuridad…”

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muy bien, de antemano insistó en agradecer su tiempo en leer está historia... nos leemos muy pronto, se cuida y qué esten bien...


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