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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Bueno chic@s, lo prometido es deuda y aquí la continuación... espero sea de su agrado... por cierto, los personajes que aquí utilizo no son míos (ya quisiera), son de Oda-sensei, únicamente los tomo prestados por un ratito jejeje

 

 

Zoro se revolvía en su cama nunca antes había pasado ese tipo de noches inquietantes, sus recuerdos eran una confusa mezcla de días anteriores con sus vivencias antañas, repentinamente con un suspiro abrió su ojos espontáneamente  y al escuchar cierta voz melodiosa, se levantó, se puso las pantuflas y se dirigió a la puerta; al abrirla un aroma delicioso  en ese instante llegó hasta él, pero lo que más lo atraía era la dulce y triste voz, misma que lo condujo hasta la cocina, esa era la única vez que el modelo había llegado a la primera a donde quería. Se quedó paralizado ante esa visión, Sanji estaba cantando y cocinando,  instintivamente miro hacia todos lados tratando de ubicarse, aunque fuera su hogar, parecía verse distinto.

—“When you were here before”Tarareaba Sanji —couldn’t look you in the eye… you are just like an angel……. And I wish I was special…. So fuckin’g special…

Zoro reconoció esa canción (Creep de Radiohead) y por el tono de voz de Sanji sintió que con esas palabras se estaba describiendo, lentamente comenzó a caminar hacia él, actuando más por lo que su corazón dictaba que por lo que su razonamiento le dijera…

But I’m a creep; I’m a weirdo what the hell I’m doing in here? I don’t belong here… ¡¡perteneces a un lugar mejor y yo me encargare de eso!!”

Sanji ahogo sus palabras al sentir un afectuoso mimo, unos fuertes brazos lo rodearon y un cuerpo cálido se apegó a él, el rubio se quedó pasmado ante ese acto, si bien era la segunda vez que Zoro lo abrazaba, ahora se sentía muy distinto, no había agresión o resentimiento, tampoco recelo, sólo el pleno y cálido cariño hacia su persona, Sanji no merecía estar ahí, no merecía nada como Zoro, entonces ¿por qué el modelo actuaba así? Eso estaba confundiéndolo, alzó sus manos y sujeto los brazos de Zoro.

— ¿Qué es lo que te pasa? —Pregunto sin rodeos.

—Nada, sólo quise hacerlo, es todo… no huyas… no te lastimaré… —Respondía seguro el modelo.

Ocultó su rostro en el cuello de Sanji aspirando ese dulce aroma, sintiendo algo de frialdad en el delgado cuerpo blanco, lo apretó mas a él, no quería soltarlo temía en ese preciso momento que Sanji huyera, no quería que corriera, no quería perder a esa persona que lo había flechado, esa persona que le mostró que aún había gente que miraba mas allá de una fachada publicitaria, no quería perder a esa persona que le brindó un nuevo ver en su fría y solitaria vida, porque eso había hecho ese joven un tanto arisco, mostrarle lo que realmente era, Sanji había recuperado la esencia de Zoro, esa que se había perdido entre reflectores, cosas elegantes y hasta cierto punto innecesarias; él entendió que se había enamorado del fotógrafo, quizás era repentino, pero así es el amor a primera vista ¿no? …

El maullido de Manchas junto con el caer de una espátula metálica despertó a Zoro de su fantasía… Sí, Zoro estaba fantaseando con ese suceso, en verdad deseaba estrechar al rubio, sentirlo cerca de él, aspirar su aroma, sentir su cuerpo, no obstante la inseguridad lo reprimía y para ocultarlo sólo apretaba los parpados y mordía su labio.

Sanji volteó y lo miro fijamente, un pants flojo hasta las pantorrillas era la pijama de Zoro justo en ese instante Sanji notó que por el maquillaje no se miraban las cicatrices del pecho al igual que dos gruesos surcos ya antiguos en sus pantorrillas, miro atentó, pero a él no le gustaba indagar en las vidas ajenas,  además él mismo tenía muchas marcas en su cuerpo, se centró en terminar el desayuno; muy por su parte el rubio ya estaba presentable a esa hora, simple pantalón de vestir en negro con camisa blanca  —misma que era protegida por un delantal en amarillo con un panda en el centro— fajada y mangas dobladas hasta los codos era lo que vestía.

—Buenos días cabeza de alga, anda a lavarte, el desayuno ya esta listo…

La frustración de Zoro era mas que evidente, un gesto mal humorado se dejo ver.

— ¿Qué te pasa? ¿No dormiste bien? —Pregunto Sanji al verlo pasar, dirigiéndose al fregadero.

—No es eso… es… no importa. —Respondió Zoro mientras se levaba las manos.

Al notar que no tenía toalla cerca, se dirigió hasta Sanji y usando el delantal que vestía se seco las manos, el cocinero solo frunció el ceño, un poco, no le molestaba esa cercanía, lo que le molestaba era que él lo permitiera, años habían pasado desde que sintiera calor de hogar en una casa que no era suya.

—Manchas, aquí…

Agitando el tazón plástico del minino lo condujo hasta a un costado del refrigerador  lo puso en el piso para después acariciar al gato, mismo que disfruto del toque de Sanji, él por su parte, se dirigió a la barra, después de lavarse las manos pensaba en encender un cigarrillo, pero como no era su casa, decidió preguntar antes.

Mostrando el cigarrillo apagado entre sus dedos, agitándolo le preguntó al modelo:

— ¿Está bien sí lo enciendo?

Zoro con el bocado del omelet de pollo y queso que el rubio había preparado lo miro, no podía pronunciar palabra alguna —tenia la boca llena— por lo que asintió para seguir comiendo, Sanji negó ese acto y encendió el cigarrillo, miraba atento como el modelo disfrutaba de la comida, la devoraba al grado de que pareciera que Zoro no comía seguido.

— ¿Está bueno, cierto? —Preguntó.

Pero no hubo respuesta, el marimo seguía “aspirando” la comida, la ceja elíptica de Sanji se arqueó al grado de que la herida le molestara, un giño forzado en el rostro del rubio se dejo ver, después de todo esa herida no tenia ni tres días.

Zoro noto eso de reojo y con la servilleta limpia limpio la línea roja del rostro de Sanji para después terminar su desayuno, limpio su boca y se levanto de la silla.

— ¿A dónde crees que vas?

—Ya termine, así que voy a ducharme y cambiarme.

—Por supuesto que no, cuándo menos debes levantar el plato en el que comiste, no seas holgazán.

Sanji se paro en la puerta y no tenia intenciones de dejarlo pasar.

—Está bien, está bien… —Refunfuñó el modelo.

Tomo el plato y vaso, los puso en el fregadero y ahí noto algo importante, aparte claro, de que todos los trastes usados ya estaban secándose, faltaban un plato y un vaso sucios.

—Tú ¿ya desayunaste?

—Un poco, yo como mientras cocino.

—Mentira, no has probado bocado alguno, no lavaré nada hasta que no desayunes.

Zoro atravesó rápidamente hacia el refrigerador y lo abrió esperando que hubiese un poco más de comida, pero no encontró nada nada más que ingredientes por separado, Sanji había preparado comida únicamente  para él. Cabizbajo cerró el refrigerador y lo volteó a ver serio.

— ¿Por qué lo haces de este modo?

— ¿Hacer qué?

—Esto… todo…. ¿Te costaba mucho trabajo preparar mas comida y sentarte a comer conmigo?

Sanji se quedó pasmado.

—Escucha cejudo, esto  es igual de confuso para mí que para ti…. —suspiró antes de continuar — Así cómo me ofreciste tú casa, yo te ofrezco la mía, pero no cómo simple inquilino, cómo parte de ella, si cocinas que sea para los dos, comienza a verme dentro de tú vida, cuándo menos por un tiempo… te guste o no, estamos juntos en esto…

Sanji se frustró, sabía que el modelo tenía razón, pero  de saberlo, a aceptarlo hay un largo tramo.

—Escucha árbol andante, no tengo porque hacer nada de lo qué pides, me permito recordarte que estamos en este lio, porque no pudiste contenerte, ¿cierto? Yo estaba muy bien antes de ti… ¡¡Maldigo el día en el que Mihawk me llamo!!

Zoro suspiró y se quedo parado, viendo; desvió su mirada hacia el piso no tenia nada con que responderle a eso, era cierto, cada palabra era verdad entonces ¿Sanji lo odiaba?

—Sin embargo, no puedo hacer nada más que esperar… y cómo no podemos salir tampoco, me distraeré en lo qué quiera… y lo qué quiero hacer es: limpiar tu casa y tú me ayudaras con eso.

Zoro alzo la vista y por primera vez miro un leve destello en los ojos de Sanji, quizás era arrepentimiento, quizás no decía eso en serio… tal vez Sanji también se sentía fuera de si por el cambio tan drástico, de pasar a ser un simple fotógrafo que sobrevivía con pequeños trabajos, para después ser un ex-asesino profesional casi descubierto y ahora un huésped obligatorio en una casa que no era la suya, ese cambio podía estresar al que fuera y más a un joven con un pasado difícil, quien mejor que Zoro para entenderlo; la paciencia del modelo en ese momento fue clave importante.

— ¿Limpiar? No tenemos porque hacerlo, no tarda en llegar la mujer encargada de eso. —Respondió Zoro cómo si nunca hubiese escuchado esas palabras que aunque no lo dijera, si le habían dolido.

—Ninguna dama en mi presencia, dañara sus delicadas manos, nosotros nos haremos cargo.

— ¿Dama? —Preguntó Zoro con el rostro incrédulo.

—Claro, la bella dama que viene a limpiar tu casa, esa sensual mujer con el corto y holanado vestido a blanco y negro, ¿me pregunto si sus medias serán hasta las piernas? ¡Mellorinne! — Sanji gritaba como loco mientras se contoneaba.

Zoro ladeo la cabeza, la imagen que Sanji describía no era nada parecido a lo que él sabia que llegaría en unos minutos.

El timbre de la puerta sonó y Sanji trató de correr a abrirla, pero fue detenido por Zoro quien lo sujeto de la cintura por la espalda.

—No pueden verte, ¿lo recuerdas?

Le susurró a un costado, ahí estaba de nuevo, el roce entre ambos que cada vez se hacia mas frecuente, Sanji se quedó parado, sintiendo el aliento de Zoro en su oído, un tirón leve se mostró ante Zoro, un leve sonrojo apareció en la cara del modelo al igual que una sonrisa victoriosa, después de acariciar el estomago de Sanji lo soltó y se acercó hasta la puerta, al abrirla saludó con la mano al aire a los fans que seguían fuera de la casa, en ese momento Sanji se imaginaba ver a la chica sensual con la que deliraba en sus visiones.

Repentinamente el espejismo en frente se vislumbró, una voz áspera y ruda rompió la bella entonación,  que se suponía, tocaban los ángeles anunciando la llegada celestial, una cabellera verde muy similar a la de Zoro se esponjó en imitación de algodón fuera de bolsa, poseedora de una figura mas que regordeta, que de haber llevado el vestido que Sanji pregonaba, lo habría hecho trizas y todo esto acompañado de una botella de sake en la mano.

—¡¡¡ ¿Tú mamá?!!! —Gritó Sanji al verla, esa señora era todo lo opuesto a lo que él ansiaba.

—¡¡¡Claro que no imbécil!!! —Respondió Zoro gritando y alzando el puño cerrado. —¡¡Su nombre es Kokoro-san!!

El rostro de Sanji no tenia descripción en ese momento, una mezcla de confusión, desilusión y sobre todo desencanto era algo aproximado, mientras el fotógrafo se lamentaba sujetándose la dorada cabellera, Zoro sonreía al ver esas expresiones, “¡Lo sabía!” se repetía en su interior, Sanji poco a poco se reponía, era cuestión de pasar mas tiempo con gente normal, gente que le mostrara que podía volver a ser el mismo niño de antes y quizás con un poco mas de tiempo él se perdonaría todos sus crímenes y quizás, lograría vivir tranquilo por un tiempo… quizás…

Sus pensamientos fueron interrumpidos de nuevo por la voz tosca de la señora.

—kekeke ¿Su novia? —preguntó muy liberalmente, cómo si fuera normal, eso desató la ira de ambos chicos.

—¡¡¡Claro que no!!! —Gruñó Zoro.

—¡¡¡ ¿A quien le dice Novia?!!! —Gritó ofuscado Sanji.

Con ese argumento Kokoro-san se dirigió hacia el almacén de limpieza, Sanji comenzó a seguirla de cerca y Zoro, bueno él trato de seguir al rubio.

— ¿Qué haces?

—Te lo dije marimo, no dejaré que se maltrate sus manos, aunque ya no sean delicadas… ni tampoco hermosas…

Refunfuñaba el rubio, Kokoro-san los ignoraba, esa mujer era tan fuerte que no prestaba atención a comentarios como esos,  o, dado que la botella estaba vacía quizás estaba tan borracha que no sabía ni que decía o lo que le decían…

Llegaron hasta el cuarto de limpieza, y Kokoro-san comenzó a sacar sus armas de trabajo, Sanji tomaba lo que ella sacaba y se lo pasaba a Zoro, cuando terminaron con eso noto algo importante.

— ¿Cuándo carajos te piensas vestir? Aparte de modelo, eres exhibicionista —Gruñía Sanji señalando su descubierto pecho.

Zoro abrió los ojos en demasía, tenía razón, eran más de las 11 y aun estaba en pijamas.

Salió disparado a su alcoba, aunque pasaron 10 minutos y seguía sin encontrarla, Sanji lo vio parado mirando en todas direcciones en la segunda planta.

—A tú derecha idiota —Le habló fuerte.

Zoro volteo en ambas direcciones, “No es posible que no sepa cual dirección le dije” pensó Sanji mientras se pasaba a mano por el cabello.

— ¡Eres un idiota, derecha, maldición contigo, derecha! —Gritaba ofuscado el rubio.

— ¡Ya sé cual es la derecha, no tienes porque repetirlo imbécil!—Respondía Zoro con el brazo en alto.

Kokoro-san los veía y no mostraba otra reacción que no fuera su enorme sonrisa, el timbre de la puerta nuevamente se escuchó, Sanji volteo a ver y por inercia se recargó en la pared, ocultándose, Zoro se quedo esperando a que ella abriera la puerta.

La voz de Mihawk tranquilizó a los chicos; el manager entró y al ver a Zoro en la segunda planta con solo pijamas y ver a Sanji en la planta baja, recargado en la pared fumando, le dio le impresión de cercanía entre ellos.

—Me gusta esa actitud, la necesitarán si es que quieren continuar trabajando juntos, Sanji necesitamos de más fotografías… hablé con los contratistas y no me dejaron alternativa, Roronoa debe seguir por más tiempo, lo siento mucho de otro modo habrías perdido todo.

—Está bien, no interesa  mucho si todo esto se va, lo sabes…

—Sí lo sé, pero entre las perdidas se considera el dojo de tu padre.

— ¡Eso si que  no! —Gritó Zoro apretando sus manos. —Eso es intocable.

—Lo sé, por eso me vi en la necesidad de aceptar.

Las expresiones de Zoro llamaban la atención del rubio, quien antes de especular hizo la pregunta clave.

— ¿Smoker dice que puedo trabajar?

—Lo dijo su asistente, al parecer Smoker continua en interrogación con los cuatro… y ella es la encargada de hacerme saber las instrucciones, algo más, este escandalo, ya saben, de ustedes, durará entre tres o cuatro días, se supo entre nosotros de algo mas “llamativo”, después de eso Sanji podría volver a su casa.

Esas palabras golpearon al modelo, “Volver a su casa” Sanji regresaría a su departamento. Sanji se iría, pero cuando menos trabajarían juntos ¿no? ¡No! ¡Yo quiero que se quede!, ¡Yo lo quiero conmigo! Pensaba el modelo con la mirada estancada en el piso.

La  moneda estaba en el aire, era en esos días o nunca, si Zoro quería hacer realidad la ilusión de  quedarse con el rubio, tendría que dar un paso importante y lo sabia.

—Bueno marimo, ¿Qué esperas? ¿Una invitación formal? ¡¡Anda a vestirte!! No tomaré fotos de esa manera, aunque, quizás no haga falta… ¿Dónde esta el cuarto oscuro? Mencionaste uno…

—Yo te llevo, conozco la casa de pies a cabeza… —Respondía la señora “madre” del modelo.

—Claro, yo la sigo mi lady…

El caballerismo de Sanji no distinguía edades, trataba por igual a todas las mujeres, siguiendo de cerca de Kokoro-san, en la pared de la sala, llena de fotos una llamó su atención, detuvo su andar y la  miró con atención, una joven vestida con el uniforme de kendo, parada a un costado de Zoro fue lo que atrajo su mirada.

— ¿Kuina? —preguntó Sanji, pareciendo hablar con el cuadro.

—Si, la hermana menor de Zoro. —Respondió la señora mirándolo de cerca.

—Es una belleza, ¿también trabaja en la farándula? ¿Es actriz o también es modelo?

—Ella es un ángel que cuida a Zoro desde el cielo.

El silencio se estancó en esa declaración.

—Es por ella que Zoro comenzó en este ámbito, murió hace tiempo ya, no pudo ganarle a su enfermedad.

— ¿Usted cómo sabe?

—Él mismo  lo dijo, en una noche fría, bebió demasiado, mucho más de lo usual, y comenzó a hablar sin contenerse.

Sanji guardó silencio, ahora entendía porque lo vio ensimismado cuando Boa lo caracterizó así, incluso la tonalidad del azul en sus ojos era similar al de ella.

Mirándola seriamente retomaron el camino al cuarto oscuro, Kokoro-san le mostró la habitación, Sanji entró y la vio, era justo como la que él poseía, en dimensiones si era mucho más amplia y equipada con todo lo necesario.

—Bien, vuelvo enseguida, usted no haga nada, nosotros nos encargaremos de la  limpieza, sólo repose o haga lo que mas le guste…

Sanji corrió en dirección de su habitación, buscó entre las cosas que llevaba en la maleta y ahí estaba, un rollo fotográfico, corrió de regreso al cuarto oscuro y comenzó con su labor; Mihawk se quedó esperando mientras Zoro por fin había encontrado su alcoba y duchándose comenzó con las dudas, “Debo hacer algo, ¿debo decirle lo que siento?”.

Con esa determinación salió del baño, se vistió para dirigirse a la sala…. Sanji y Mihawk ya miraban las imágenes atentos, la que eligió el manager fue una en la que el modelo se desfilaba de izquierda a derecha, en la sala de su casa, de nuevo Sanji captó el lado “humano” del modelo, semblante pensativo y mirando al techo y sosteniendo su móvil en la manos, incluso con algo tan simple— cómo hablar por teléfono— podía cambiar por completo cuando se usaba del modo mas conveniente la cámara fotográfica, aunque también tenia que ver la persona a la que le apuntaba la lente; el manager se fue demasiado optimista con esa imagen, tanto así que no dijo nada al momento de irse.

Kokoro-san lo siguió de cerca, Sanji literalmente le había dado el día libre, por lo que se marcho sin hacer nada.

— ¿Por qué se fueron?

—Bueno, no tenían mas que hacer, y tu y yo tenemos muchas cosas en que trabajar, pensaba en limpiar la casa, pero tu manager quiere mas imágenes tuyas… así que…

—Antes, tengo que hablar contigo, ¿me acompañas?

Pregunto Zoro con mucha timidez y extendiendo su mano.

Sanji la tomo para no dejarlo con el cariño en el aire…

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Listo!!!! jajajaja ok  no... bueno, nos leemos después, cuídense mucho!!!


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