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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Hola a todos pasando a dejarles la continuación, ya saben, los sexys personajes de este escrito son propiedad de Oda-sensei, unicamente los tomo prestados un ratito...

Capitulo 22

Comenzó a guiarlo a la una habitación de entretenimiento equipada con mesa de billar, servibar y todos los accesorios, a Sanji lo que le llamaba la atención era que no se perdiera  lucía tan concentrado que le provocó un ligero escalofrió.

Ese pequeño cuarto, en penumbras, se vio tenuemente aluzado al encender la lámpara alargada en el techo brindando un ambiente intimo, Zoro estiró un banco acercándolo hasta la barra, era mas que nada la invitación a que el rubio tomara asiento mientras él rodeaba la misma, actuaría de barman preparando las bebidas en esa velada.

—Déjate de rodeos alga con patas, ¿Qué te pasa?

El barman se vio interrumpido, momentáneamente se olvido del agudo sexto sentido del fotógrafo, si bien Sanji no se andaba con rodeos y eso ya lo sabía de antemano.

—Lo que pasa… es que—Dudo el modelo — ¡No tienes porque regresar a tu casa! Como ves, éste lugar es bastante amplio para los dos, puedes quedarte aquí todo el tiempo qué quieras…

La indecisión  en el modelo no era difícil de notar ya que esas palabras no eran las que Zoro quería escupir.

—Tengo cosas que hacer, y esas sólo las haría a gusto en mi casa, gracias por la oferta, pero en cuanto me digan que puedo volver, lo haré.

 La decepción apareció en el rostro de Zoro, fue ahí donde Sanji jugo chueco. Él sabía bien de los sentimientos del modelo porque eran los mismos que los suyos, ya no había necesidad de esconderlos, era  cuestión que cualquiera de los dos los dejará salir, entonces ¿Por qué dejar que le torpe cabeza de musgo comenzará?

—Será acaso que el marimo quiere decirme ¿Qué le gusto?

Completamente sorprendido le sostuvo la mirada, él lo sabía, pero la vergüenza y el pensar en el rechazo lo frenaban.

—Sí es eso, ¿cierto? ¡Habla cabeza de brócoli! —Exigía el rubio.

La vergüenza en Zoro era mucha para  poder pronunciar palabra alguna, pero Sanji conocía el método.

—Ha entiendo, el idiota modélucho no puede decir nada, ¡¿Es eso?! ¿Qué te falta? Un par de pelotas para que lo aceptes… ¡Habla cab…

 Esa oración se vio truncada por un estirón en la nuca, obligándolo a quedar la mitad del cuerpo blanco de Sanji sobre la barra, Zoro también quedo con el torso sobre la  misma, un beso profundo era lo que en sí, había callado a Sanji.

Un  universo  nuevo se le había mostrado al rubio; en verdad que el querer del moreno se sintió y poco a poco se sintió colmado por ese calor que sin tener más remedio comenzó a llorar, “No merezco nada de esto, ¿Por qué lo haces?... ¿Por qué me quieres?” pensaba con sus ojos cerrados mientras correspondía a ese dulce beso,  sus labios temblaban y Zoro lo vio todo, no cerró sus ojos porque quería ver el rostro del rubio, quería memorizar esa faz al momento de besarlo, pero las lagrimas de Sanji le rompían el corazón, ¿Por qué lloraba? No lo sabía, pero si entendía algo, Sanji necesitaba de amor y de mucho, menos mal qué él tenía todo el amor que Sanji pudiese necesitar.

Unos minutos pasaron con esa caricia hasta  que Zoro se alejó un poco para ver a Sanji  por completo, el rubio estaba rojo, conservando sus ojos llorosos, pensó en rodear la barra, pero una blanca mano lo detuvo.

Sanji no quería que se alejara de él, temiendo que si daba un par de pasos lejos no regresaría y no porque se perdiera, era un miedo difícil de entender para él y difícil de explicar también, al buen entendedor pocas palabras y Zoro, siendo excelente entendedor sonrió y brinco por encima de barra con el fin de abrazar al fotógrafo quien aun estaba sentado en el banco, el amplio pecho de Zoro fue el gran pañuelo que Sanji necesitaba, el llanto amargo y profundo de ese chico dejó en claro que por fin se había rompido, Zoro había perforado la coraza que el mismo se había creado.

El modelo se limitaba a acariciar la espalda de Sanji, no diría nada, no hacia falta, escucharía si él quisiera hablar, muy al contrario hizo lo mismo que él antes y alzándose del banco se colgó del cuello de Zoro, lo rodeó con sus brazos para después besarlo con frenesí, éste correspondió y  lo abrazo con fuerza, era demasiado hermoso para él sentir ese delgado cuerpo unido al suyo, esa caricia valía miles de palabras, no necesitaban decirse nada más, con un simple, completo e inmenso beso se decían todo lo que sentían y ahora que lo sabían no tenían que temer.

—Entonces —Pronunció un poco titubeante — ¿Te quedarás a vivir aquí?

—Quisiera primero… son muchas cosas en mi cabeza, quiero despejar y…

La mirada del modelo, denunciante, atrajo de inmediato la de Sanji, dudosa.

—No quiero que duermas conmigo, si eso estás pensando, simplemente quiero que estés bien, a salvo.

—Eso ya lo sé marimo pervertido, no dormiría contigo sin siquiera tener una cita.

Sonriendo levemente Sanji recargó su cabeza en el hombro contrario, Zoro lo mantuvo abrazado con gentileza y suavidad, no necesitaba presionarlo las cosas se darían por su cuenta después de todo ya en que situacion estaban, frotando los costados del rubio se quedó pensativo por un largo rato.

 

—Ya que no podemos salir por unos días, ¿aceptarías tener una cita conmigo, aquí, dentro?

Sanji respingó y separándose levemente lo  miro a los ojos.

— ¿Qué podrías preparar aquí dentro? Marimo idiota, eso vendrá después.

—Tchk, como sea…

El modelo ahogo las palabras venideras de su compañero con un beso más.

—Sigo sin entender por que haces todo esto por mí. —Recrimino el joven al romper la suave caricia. —Espero poder comprenderte…

—No tienes que comprender nada, únicamente, debes sentir.

Sujetando con su  mano la de Sanji, la guio hasta su pecho, hasta su corazón palpitante y acelerado en ese instante; abrió de par su ojo visible al sentir el latido del corazón así de fuerte, trató de alejar su mano pero fue inútil, estaba sujeto fuertemente por el modelo.

—No te pido que lo sientas ya, te pido que te des la oportunidad, quizás con el tiempo... —Se interrumpió a si mismo. —Bebamos algo ya que estamos aquí, ¿Qué dices?

El modelo si añoraba tener los sentimientos de su acompañante, pero no debía presionarlo, debía regresarlo con calma, regresarlo sobre sus pasos hasta que por fin él se diera la oportunidad de perdonarse.

Sanji dentro de di tenia la inmensa necesidad de perderse, de correr hasta que el tiempo retrocediera, no quería tener que sentirse así de miserable, sí miserable. Ese era el verdadero sentir del joven rubio, todos los estragos del entrenamiento psicológico se mostraban en ese preciso momento.

No obstante, tranquilizo toda su ansiedad reprimiéndola por esos instantes y se dedico a disfrutar de las bebidas que el marimo preparaba, con una sonrisa mas que fingida tranquilizaba al modelo, mostrándole que lo intentaba, que en realidad se daba la oportunidad de ser una persona común y corriente.

Pero Zoro no era tonto y eso estaba mas que demostrado, aunque tampoco podía exigirle nada, esa sonrisa y sus acciones mostraban que aunque le costara un mundo entero y más, trataría de cambiar para mejor, o cuando menos eso mostraba el rubio.

Ese encuentro  paso entre tragos, anécdotas de Zoro de cómo entrenaba y siempre perdía ante su hermana, o de cómo siempre llegaba tarde a todo gracias que las demás personas se extraviaban, el modelo no era parlanchín eso también ya era conocido y Sanji lo entendía así que el modelo de cabellera verde cambio el plan.

—Ya es tarde y mañana tenemos que trabajar… ¿nos vamos a descansar?

—Seguro, ya mañana continuamos, ¿quieres que te acompañe a tu alcoba?

La mirada de Sanji, fija, penetrante en los óvalos carmesí del modelo  lo estremecieron y al mismo tiempo hundió una mirada fiera en los azulejos contrarios.

— ¿Qué pasa?

—Nada, ¿a que te refieres?

—No, nada en particular… ¿vamos?

Mantuvo silencio, no tenia importancia remarcar esa frialdad, mejor extendió su mano esperando que el rubio aceptara la caricia, sin poder para objetar así lo hizo y juntos, tomados de la mano recorrieron la casa hasta llegar a la recamara del modelo, pero esta vez Sanji no se iría, esta vez Sanji quería sentirse resguardado y seguro.

—Quiero… dormir contigo, únicamente dormir.

—Yo no dije nada más…

El modelo abrió la puerta de par y se paro a un lado de la misma, invitándolo a pasar, pero claro que Manchas también entraría, Sanji paso y se quedo parado a media alcoba mirando como el minino se estiraba sobre la cama.

Zoro se acerco seguro de si y comenzó a tender el lecho, se recostó hasta el extremo contrario dejándole un amplio espacio para su compañero, el fotógrafo miraba con cierta duda, asintiendo apago la luz para sentarse primero en la orilla y después de quitarse los zapatos recostarse, en un gesto demasiado tierno, cándido y amoroso, Zoro se incorporo y lo cubrió con las mantas para después recostarse a un lado suyo extendiendo su brazo, pasándolo por debajo de la cabeza de Sanji; con un fotógrafo recostado y acorrucado en su lecho y un minino hecho bolita en sus pies, Zoro pensó que era una buena y feliz manera de pasar cada noche por el resto de su vida, sintiéndose inmensamente feliz se quedo dormido, pensando e imaginando sus días venideros en compañía del rubio… o al menos eso pensaba…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya agradado, prometo que actualizaré más seguido jejeje nos leemos despues y cuidense...


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