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El fuego en mí por Daggett

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Episodio 11

                     “No hay lugar como el hogar”

 

 

Un niño se paseaba por el solitario parque, la noche ya había cubierto la ciudad, traía consigo un juguete… un robot, con el cual jugaba en la tierra del parque.

El niño distinguió una sombra y alzó la cabeza, vio a una radiante pelirroja que le miraba fascinada, sonriéndole.

Diana miró como aquel niño de cabello negro y ojos vivarachos le devolvía la sonrisa.

-¿por que tan solo?, tus amiguitos ya deben estar en casa

El pequeño le hizo una seña para que la chica se acercara, quería contarle un secreto…

-Mi madre trabaja hasta tarde y además no tengo miedo… yo soy MUY fuerte.

Diana sonrió ante aquella confesión, por supuesto que sabia que ese niño tenía una fuerza física increíble…por eso ella estaba ahí con él.

-wow, respondió Diana, fingiendo sorpresa…- igual no debes hablar con extraños, eso te lo debe haber dicho tú mamá.

-lo sé…contestó el pequeño con gesto de poca importancia. – pero debido a mi supermegafuerza yo no le temo a nada, además si me das la mano ya no seremos extraños.

.

Diana aceptó la mano del aquel chico inocente que le dijo su nombre, por supuesto que a ella no le importaba…ella estaba ahí por una razón.

Mañana el parque tendría un aire triste cuando encontraran al pobre chico que nunca llegaría a casa para verse de nuevo con su madre.

********************

Max trataba de pensar, todo le daba vueltas… apretaba los puños, pensaba que si alguien, quien fuera, había herido al chico que amaba le arrancaría toda la piel, peor aún…le quemaría vivo.

Ahí, sentado en el último escalón de la gran escalera, pensó en alguien… en Dante.

Cogió su abrigo y se dirigió a la puerta, no sabía donde buscarlo pero removería toda la ciudad, incluso estaba dispuesto a entrar en la universidad a robar el registro de Dante de la oficina del rector.

Encendió su automóvil blanco y salió por el portón y ahí estaba Dante, sonriendo como siempre.

-heeey guapo, a donde vas tan entrada la noche…

Max detuvo el auto y bajó de el, se dirigió a donde estaba el chico arrogante, le tomó por el cuello de la camisa y lo aventó contra el auto y comenzó a desatar su furia…

-escucha, Dante, no me preguntes como lo sé…pero tú sabes donde esta Alex.

Dante se sorprendió, pensaba como diablos se había enterado…pero aún confundido comenzó a trabajar el segunda parte de su plan.

-Max…escucha, suéltame…tenemos que hablar.

-Habla- respondió Max quien le soltó para darle una oportunidad para hablar, solo una…

Dante acomodó su camisa ante la mirada desesperada de Max.

-Bien Max , yo venía por ti…te llevaré con “tú hermano”

-como es que sabes donde esta ¿tú lo secuestraste? (la ira de Max comenzó a reflejarse en sus ojos llameantes.

-No Max, yo no lo hice…lo hizo alguien para quien trabajo. Yo soy modelo, yo…

Max no dejó que terminara, volvió a tomarlo del cuello de la camisa y de nuevo lo arrojó contra el auto, Dante gimió de dolor.

-¡¡TÚ TE ACERCASTE A MI CON MENTIRAS, TÚ JEFE MATÓ A MIS PADRES ADOPTIVOS Y AHORA TIENE A ALEX!!

Dante por primera vez tuvo miedo de Max, en verdad lo miraba como si fuera a matarlo en cualquier momento, debía ser muy precavido.

-escúchame Max, por favor, yo no tuve opción…pero quiero ayudarte, quiero ayudarte por que te quie…

-no digas eso- Le silenció Max – yo no te creo nada…y ahora, vas a llevarme con Alex y sin trampas, pues esta noche estoy muy desesperado y puedo perder el control.

Permitió que Dante se levantara, pero le tomó del brazo derecho y apretó muy fuerte…Dante hizo una mueca de dolor y vio su brazo, había ¿humo? ¡¡Max le estaba quemando el brazo!! Apenas iba a gritar cuando Max retiró su mano…Dante observó la fea quemadura que le había quedado en forma de los dedos de Max.

-esto es solo una prueba de lo que puedo hacer, así que…no juegues conmigo Dante, por que te quemaras…vivo.

Dante abrió los ojos como platos, rogaba a todos los dioses que conocía por que Max nunca supiera lo que acababa de hacer con Alex…pero sonrió internamente, ese cruel y llameante final tendría que ser para Diana, nada estaba saliendo mal, después de todo, él esperaba esta reacción de Max.

-apurémonos entonces, Max… no puedo garantizar la seguridad del niño

Ambos chicos entraron el auto que se alejó muy de prisa…

En menos de una hora, Dante conducía a Max al edificio…ese lugar donde había vivido muchos años al lado de Marina y Diana, el cual, según sus planes, no visitaría nunca más después de esta noche.

-estaciona ahí- decía Dante, los nervios empezaban comerle lentamente.

El auto se detuvo y los chicos salieron…Dante hizo una seña para que Max lo siguiera y en seguida estuvieron frente al elevador, ya estando dentro, Dante saco una llave, la introdujo y apretó el botón del último piso. Dante rogaba por un poco de tiempo, esperaba que Diana no llegara aún, según sus planes, Max tenía que encontrar el cuerpo de Alex primero y luego verse frente a frente con Diana.

La puerta de elevador se abrió y ambos chicos estuvieron frente a la hermosa vista del departamento de Diana.

Lo primero que hizo Max fue observar el gran ventanal…todos quienes lograban subir, era lo primero que notaban.

-¿aquí esta Alex? Preguntó Max, aún confundido por la vista del lugar.

-esta en el sótano, deja llevarte…

-¿para quien trabajas, Dante?

Dante carraspeó antes de responder…

-Es una mujer, se llama Diana…

-¿Qué quiere conmigo?

-robar tus poderes, es todo… ella es alguien como tú…

Max se sorprendió como nunca en su vida, pues hasta ahora no conocía a otro como él.

-¿Cómo puede robarme mis poderes?

-tiene un método, pero no temas, te he observado y en verdad la superas por mucho.

-¿tú la ayudaste a matar a mis padres?

Dante se paró en seco para responder…

-NO… fue ella y otra chica…pero por esa otra no debes preocuparte, solo ocúpate de Diana.

-llévame con Alex ahora.

A Max no le importaba nada por ahora, solo quería encontrarse con su Alex y después se ocuparía de lo demás.

Los chicos atravesaron la sala, del departamento que parecía estar solo…Dante llevó a Max por el pasillo y atravesaron una puerta que los llevaba a unas maltrechas escaleras, seguro era el único lugar feo de aquel departamento.

Max quitó a Dante del camino para descender por las escaleras, Dante le siguió con un suspiro, el corazón le latía con fuerza, ya sabía lo que Max encontraría al terminar de bajar.

Max estaba en el último escalón cuando vio a aquel chico que le había robado el corazón…sin duda, era la peor escena que él había visto en vida, su Alex estaba ahí, estaba…

******************

Diana conducía su elegante automóvil rojo, ya estaba regresando con sus nuevos poderes estaba lista…ahora solo debía llamar a Max y contarle a quien tenía en su sótano. Sonrió, en verdad encontraba divertido que Max estuviera enamorado de aquel chiquillo.

-Todo termina esta noche-…murmuró la chica, quien no pudo evitar recordar como había comenzado todo, aquel día en que a sus 18 años y a bordo de un automóvil había robado los poderes a su hermano gemelo y había matado a sus padres.

Entró al edificio y estacionó en el lugar de siempre, caminó directo al elevador que la llevaría a su departamento, esperaba que Dante siguiera ahí, cuidante del “invitado”.

Introdujo la llave y en menos de un minuto ya estaba entrando al lujoso lugar. Logró distinguir unos gritos, aunque no reconocía las voces.

Dejó su bolso en el sillón, observó el pasillo, los gritos venían de ahí…algo no estaba bien.

-¡¡QUIEN LE HIZO ESO!!

Dante se mordió el labio inferior, se acercó para contestarle. – Fue…fue Diana.

Max tenía cargado a Alex, tenía un labio roto, un morete en un ojo y las mejillas rojas, marcadas por algunos golpes, pero lo peor era una herida a un costado del abdomen, parecía que fue hecha por una navaja o algún objeto punzo cortante.

Pero estaba vivo… inconciente y respiraba con dificultad, pero vivo al fin y al cabo.

Dante que había visto la desesperación de Max al encontrarse al chico en ese estado, en verdad lo quería y hasta ahora podía verlo…pero no había marcha atrás.

Aunque no salió como esperaba, el había herido a Alex en el abdomen y desistió, prefirió que el chiquillo muriera desangrado lentamente, así podía servir para que Max le encontrara recién fallecido y no podía culparlo, pues estaba con él…la culpable sería Diana.

Pero el destino no estaba de parte de Dante, pues Alex aún vivía, no se resignaba a dejar este mundo. –estoy en problemas, pensaba Dante.

Max con Alex en brazos subió las escaleras seguido por Dante, no había tiempo para otra cosa, tenía que llegar a un hospital enseguida, cruzó el pasillo y de repente la vio…sentada en el sillón, una chica pelirroja, vestida elegantemente de rojo.

Diana estaba aguardando para que los dueños de esos gritos que estaba escuchando salieran.

-¿Quién eres? … ¿acaso eres Diana?

La chica se levantó del sillón y se puso en su camino, obstruyendo el paso al ascensor…

-veo que me conoces Max, ya te han hablado de mi (diciendo esto ultimo mirando a Dante fríamente).

-tú amigo (señalando a Dante) me ha contado un poco de ti…las cosas que has hecho para robarte mis poderes. Mataste mis padres y ahora has herido a la persona que más quiero en el mundo.

.

Dante observaba la platica, atrás y un poco alejado…su mente trabaja al 100%, no estaba seguro de cómo estaban saliendo las cosas, de pronto dudo sobre el traicionar a Diana.

-yo no fui, querido Max…lo último, por que eso de matar a tus padres si lo hice y déjame decirte que maté dos veces a tus padres, primero a tus padres biológicos y luego a quienes te adoptaron.

Las palabras de Diana taladraron el cerebro de Max, ¿ella había matado a sus padres biológicos? ¡¡Por ella vivió en un orfanato 13 años!!

-¿que estas diciendo? ¡¡REPITELO!!

Pero Diana solo le sonrió con burla… acomodó su cabello con la mano y dijo:

-si Max…yo maté a mi hermano gemelo… él era tú padre. Por lo tanto eso me convierte en tú único pariente vivo. ¡¡Soy tú tía!! Y por fin Max, por fin nos conocemos, finalmente has llegado a casa. Estas por fin en casa

Diana extendió los brazos ¿burlándose?... Max no podía saberlo, la sonrisa de la pelirroja era indescifrable.

Dante ya sabía todo aquello, no estaba sorprendido en absoluto, pero se cansó de aguardar y se acercó a Max por detrás, le tomo de los hombros, protegiéndose de Diana para por fin revelar su traición.

-No te acerques a ella, Max… ella fue la que hirió a Alex. Mátala ¡¡MÁTALA AHORA!!

Diana bajó los brazos y miró a Dante que seguía detrás de Max…

-pequeña rata traidora, ¡tú mataste a Marina! – bufó Diana.

-no tuve opción, ella iba a contarte que me uniría a Max…no tuve opción.- se disculpaba Dante, quien básicamente solo lo hizo para que Max escuchara que no tenía intención de herir a nadie.

Max comenzó a caminar, un gemido de Alex le recordó que no tenía tiempo para esto ahora y cuando Dante quedo desprotegido, Diana llegó hasta él y lo levantó del piso tomándolo por el cuello, Dante apenas podía respirar. –vas a pagarme esto, maldito traidor. Y diciendo lo último lo aventó tan fuerte contra el gran ventanal que debido al grueso acrílico ni siquiera sufrió un rasguño, pero Dante se deslizó hasta el suelo cayendo sentado y sin sentido.

Max Había volteado para ver la escena…Diana le estaba mirando de nuevo y le sonrió.

-lo siento querido sobrino, pero tú no te vas de aquí… y para que quedemos claro, yo no herí al niño…fue el traidor aquel (señalando a un desmayado Dante) seguro pensaba librarse de mi de esta manera…

El chico castaño sabía que no podría irse sin pelear, Diana ya le había mostrado la magnitud de la fuerza que tenía…depósito tiernamente a Alex en el sillón y besó su frente susurrándole – aguanta un poco, amor.

Diana no pudo evitar carcajearse, le producía mucha diversión el amor del par de chicos…

-es tan tierno…querido sobrino, si mi hermano te viera ahora…

-Deja de llamarme así, aún no te creo eso de que eres la hermana gemela de mi padre, yo nunca los conocí, además luces muy joven para ser mi tía, apenas luces mayor que yo.

-claro que lo soy, deja contarte una pequeña historia: mi hermano y yo teníamos estos extraños dones, mis padres nunca lo supieron, aunque supongo que mi padre, o sea tú abuelo los tuvo. Cuando crecimos, mis poderes me abandonaron, controlaba la electricidad. (Max notó la mirada soñadora que tenía Diana) y mi hermano William podía mover cosas con su mente. Con el tiempo perdí los míos, pero William no (ahora la mirada de Diana cambió a una de profundo odio) el aún podía mover cosas. Nunca en mi vida estuve más frustrada, busque en todos los libros que encontraba acerca de mis poderes y de otros como yo. Hasta que di con esto (Diana sacaba un cristal de su bolso, un extraño cristal puntiagudo de color rojo). Planee todo muy bien y decidí hacerlo con el auto en marcha, íbamos mi hermano y mis padres. El tipo que me vendió el cristal me dijo que la primera vez que lo usara iba a caer un rayo eléctrico, por eso decidí usarlo dentro del auto, para protegerme de la electricidad.

Al usarlo y robarle los poderes a tú padre, el rayo cayó sobre el auto volcándolo irremediablemente, mis padres murieron instantáneamente, la verdad yo no lo había planeado, fue algo con lo que no conté. No quería matar a nadie. Salí del auto , me había apropiado de los poderes de William, quien estaba atrapado con el cinturón de seguridad del auto, la gasolina chorreaba peligrosamente y con algún corto circuito aquello iba a volar en pedazos, deje ahí a mi hermano quien me suplicaba por ayuda…yo solo me fui y caminé sin voltear hasta que escuché el estallido.

Pasado un buen tiempo descubrí que el tramposo de mi hermanito no había muerto ahí, había escapado y tenía una bella esposa y un hijo…Tú.

Max aún no podía creer lo que escuchaba, la mujer había convertido su vida infantil en un infierno y la que de nuevo regresó para asesinar su nueva vida estaba ahí, delante de él. La furia de Max apenas podía ser contenida…

-lo sé, querido sobrino, se que estas furioso. Pero no puedes estarlo hasta que te cuente como encontré a tus queridos padres y los maté.

Max no respondió, pero cerró los puños peligrosamente y Diana lo notó, pero aún así decidió contarle:

-escucha bien, Max…(Diana volvía a enseñarle a su sobrino el cristal)- esta pequeña joya me ha servido de mucho, al principio para robar poderes de otros niños, con el paso del tiempo me he unido a ella, creo que me ha mantenido joven , aún no la entiendo bien, ,pero de alguna forma me dice, con imágenes que manda a mi mente, donde debo buscar a mis siguientes victimas, una noche, el cristal me llevó a la casa donde vivían tus padres…todo un poema la casa, con sus cercas color blanco y amplio jardín, entre sin miramientos rompiendo la puerta. Tú madre venía de la cocina y rápido le lancé un rayo eléctrico, en ese tiempo tenía esos poderes. Ella murió sin dolor, no te preocupes…algo me distrajo, un gato subía las pequeñas escaleras. William, tú padre, al escuchar los ruidos también salió de la cocina, me vio y me reconoció…me gritó muchas cosas que ahora no quiero repetir, volví a someterlo y enterré el cristal en su mano, pero nada paso. Evidentemente yo ya le había robado sus poderes años atrás. Lo maté enseguida, no te diré como…volví a escuchar ruidos en el segundo piso, estúpidamente pensé que era el gato, con el tiempo comprendí que fuiste tú, seguro eras un pequeño niño de un año. ¿Te das cuenta? El cristal me había enviado por ti y no por tú padre…fui una idiota, pero bueno…ahora es tiempo de rectificar. Luego te busqué por todos los orfanatos, tarde muchísimo y cuando por fin te encontré, ya había sido adoptado por los Dumas, tardé otro tiempo en descubrirlo. Pero Max, ya no importa, al fin estamos juntos, frente a frente…los lazos de sangre no se pueden negar… y hablando de sangre…

Max estaba aturdido, miró dentro de los ojos de Diana y reconoció algo dentro de esas orbes tan azules…una mirada parecida a la de aquella noche…-no puede ser…yo conocí a mi padre…William

-¿Cuándo? , Diana estaba muy inquieta…

-una noche, pero…era un fantasma…

Diana palideció…pensaba que debió ser la misma noche en que ella vio a su padre. Evidentemente ahora tomó en serio aquello de que algo estaba protegiendo a Max, algo grande…muy grande.

Max sacudió la cabeza, evidentemente quería hacerle daño a esa mujer, hacerle pagar, pero no tenía tiempo para eso, intentó tomar en brazos a Alex, pero escuchó la voz de Diana.

-No, querido sobrino…lamentablemente tú no sales vivo de aquí.

Y Max lo sabía….tenía que pelear, por primera vez en su vida, tenía que pelear con sus dones para salar a Alex.

Diana cerró el puño y Max comenzó a ahogarse, se arrodilló en el suelo, sufriendo…Mientras Diana sonreía, le parecía que todo estaba saliendo tan fácil.

El chico ya no podía mas, estaba desvaneciéndose…la pelirroja se acercó a él peligrosamente, con el cristal en su otra mano, rápido se inclinó y susurró en el oído del chico. – no te preocupes, yo cuidare muy bien de tú amor.

La sangre del chico castaño hirvió como nunca…

Diana le tomó su mano derecha, estaba punto de hundirle el cristal, pero Max con su mano izquierda tomó débilmente el brazo de Diana, aún tosiendo por la falta de oxigeno. La pelirroja estaba sonriendo ante el intento de defensa de Max.

De pronto, Diana sintió que algo le quemaba. Donde Max le estaba tocando, cada vez era más fuerte y ardía demasiado, tuvo que soltarse y alejarse de su sobrino…

La chica miraba sus heridas, debido a eso, tuvo que abrir el puño y Max fue liberado. El chico tosía horriblemente para recuperar el aire.

Diana dirigió una fría mirada a un desmayado Dante

-También en eso me mentiste, ¡¡maldito seas Dante!!

Max ya estaba de pie, recuperado y dispuesto…-lo sé, es difícil tener buenos criados en esta época.

Diana entrecerró los ojos ante la burla de Max…- No importa Max, seguimos.

Diana se inclinó y golpeó violentamente el suelo que retumbo horriblemente, haciéndole cuarteadoras.

Max perdió el equilibrio y cayó… la pelirroja se acercó de nuevo a él, pero el chico levantó el brazo y un bola de fuego salió de su puño que se acercó a Diana…la bola de fuego cambió y se formo en un anillo que rodeó a Diana por la cintura, pero sin tocarla…solo la tenía prisionera. La chica ya no podía moverse, pues si lo hacia se quemaría…

Max se levantó y de nuevo lanzó más fuego, creando una línea divisoria, por un lado quedo él y Alex, tras ellos tenían el ascensor. Cruzando el fuego estaba Diana y Dante, quien ya estaba recobrando el sentido.

-no te muevas Diana, el anillo de fuego te matará si lo haces, ahora…me voy con Alex (el chico levantó a su amor lentamente que balbuceaba algo sin sentido)- cuando yo me haya ido, dejaré de controlar el fuego e incendiará la casa, apenas tendrás tiempo de escapar, eres fuerte y no lo dudo, puedes cargar a tu criado (señalando a Dante, que tenía una mirada lúgubre).

Diana se sentía tan humillada…- escucha, Max…esto no se ha terminado, apenas fue el primer strike…ya nos volveremos a ver…

-ya no me busques, pues la próxima vez morirás-… fueron las firmes palabras de Max, acto seguido se dirigió hasta el ascensor con Alex en brazos, las puertas se cerraron y tal como lo prometió el fuego se descontroló, el anillo cayó al suelo incendiando la alfombra, la línea también estaba fuera de control, pronto el lujoso departamento estaría en ruinas.

Dante no se molestó en levantarse, no tenía a donde escapar, estaba atrapado y sabía que Diana no le ayudaría.

La pelirroja, se acercó tranquilamente al gran ventanal, cerró ambos puños y golpeó la gruesa ventana, esta se rompió como si fuera de azúcar…estaba en el último piso, pero debido en su recién adquirida súper-fuerza, sabía que la caída no le dañaría, era la única forma de escape.

Puso un pie fuera, ya estaba dispuesta a saltar, cuando escucho la voz de Dante…

-por favor, Diana…mátalos, mátalos a los dos…pero acaba con Alex primero y has que Max lo vea.

Diana sonrió de forma maligna…- por supuesto, te lo prometo.

Después de eso, Diana se lanzó al vacío dejándole morir.

Dante se abrazó a sus rodillas, había perdido…. Faltaba poco para que las llamas lo alcanzaran.

La pelirroja cayó violentamente sobre un automóvil destruyéndolo al instante, ya era muy noche y la calle estaba vacía, la chica se levantó, sus ropas estaban rasgadas y maltrechas, pero ella estaba a salvo…

Miró hacia arriba, el fuego ya escapa por la ventana, podía ver el intenso humo…-Dante, ya debes estar ardiendo en el infierno- pensaba de la chica.

Se sacudió sus ropas de forma elegante…apenas dio dos pasos y observó que del estacionamiento salía un automóvil a toda velocidad, eran Max y Alex…

Diana sonrió mientras el auto se perdía por la oscura calle.

.-por supuesto que nos volveremos a ver.

*******************

Max cruzaba a toda velocidad la ciudad, el poco trafico de automóviles le ayudaba, tenía que llegar a un hospital pronto, la herida de Alex lucía muy mal…el chico lucía muy mal.

El mayor se limpiaba las lágrimas que corrían por su rostro mientras conducía, se sentía tan culpable…-Diana mató a los padres de Alex solo para acercase a mi, soy el culpable de todo.

-conduce con cuidado o nos vas a matar…

El corazón de Max casi se le sale al escuchar la voz de Alex, el chico había abierto los ojos, le miraba débilmente y le sonrió…apenas podía hablar. –me encontraste Max

El mayor sonrió con tristeza…- siempre voy a encontrarte.

Alex cerró los ojos y Max se desesperó…-aguanta Alex ¡¡por favor!!

El menor sin abrir los ojos, respondió…-tranquilo, no vas a librarte de mi tan fácil.

El mayor rió al mismo tiempo que lloraba, solo su Alex podía ser tan sarcástico hasta en esos momentos.

-vas a lograrlo, Alex…lo harás.

Max hundió su pie en el acelerador y el auto se perdió en la oscura calle, el hospital ya estaba cerca.

 

 

continuará...

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