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El fuego en mí por Daggett

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Notas del capitulo: Capítulo final...¡Gracias!

Episdio 23

El fuego en mí: segunda parte

Pasado

Un automóvil de elegante de color rojo entraba en la pintoresca calle, la atractiva chica de rojo que viajaba dentro, observaba con aburrimiento las clásicas casas de los suburbios. Todas ellas con grandes cercas y enormes jardines. Algunos más pretenciosos que otros. Diana podía imaginar lo que la gente en esos lugares competía entre ellos por tener el mejor jardín, la mejor casa. Negó con la cabeza mientras su mirada cambió hacía delante, para darle una orden al conductor.

-debes girar a la derecha en la próxima esquina

La orden fue cumplida y el auto entró a esta nueva calle, exactamente igual a las demás. De no ser por el cristal, seguramente se habrían perdido.

Finalmente el automóvil se detuvo frente a una casa de dos pisos, completamente blanca y naturalmente la cerca era del mismo color.

El conductor del automóvil descendió primero para ayudar a la excéntrica chica Mientras, una mujer con sobrepeso venía paseando a un perro, que tenía exactamente los mismos problemas que la dueña. El chico, quien era de piel muy tostada y ojos marrones apenas la miró y le dedicó una media sonrisa. Abrió finalmente la puerta y tendió la mano a Diana para salir.

-gracias, Fer

Diana vestía una minifalda en eterno color rojo, acompañada de una blusa muy escotada de un color rojo menos fuerte, su cabello lucía más corto en ese tiempo, arriba del hombro. El chico a su lado caminaba hacía la cerca, una vez ahí, de forma galante le abrió.

-Fer, espera aquí…esto será rápido.

Dentro de la casa, una pareja joven venía bajando las pequeñas escaleras. La mujer venía regañando al esposo por comprar un juguete innecesario al pequeño que dormía placidamente arriba, a quien habían dejado apenas hace apenas unos minutos.

Ya estando abajo, la casa tenía una pequeña sala que se unía a un comedor, frente a el había una modesta chimenea sin prender.

La mujer tenía intenciones de ir a la cocina, cruzando el comedor, pero el chico rubio la tomó de la cintura, tiró de ella y ambos cayendo al sillón.

-William- decía la mujer con falso enojo. –debo tener lista la comida, esta será una reunión importante, debes conseguir ese ascenso.

El rubio sonrió y mordisqueó la oreja de su esposa…-mmm está bien, pero te acompañaré a la cocina, sé que la esposa de mi jefe no te cae bien y quiero estar seguro que no la envenenaras.

Ambos rieron ante el comentario y mientras caminaban, la moscota familiar, un gato muy peludo y de cara fastidiosa cruzaba la sala para sentarse cómodamente en el sillón frente a la chimenea.

El lugar quedó en silencio, hasta que la puerta de la calle se abrió violentamente asomando a una chica pelirroja que miraba el lugar con cierto fastidio.

Ante el ruido, la esposa de William entró en la sala y de inmediato Diana le apuntó con la mano desnuda, de sus dedos lanzó una terrible descarga eléctrica, la tortura no terminó hasta que la pelirroja comprobó que su victima humeaba. El cuerpo, completamente calcinado cayó al piso junto a la chimenea. De inmediato se escuchó un extraño sonido, Diana volteó a mirar a las escaleras decidió que tal vez fue el gato que en ese momento subía a toda velocidad, asustado por el escándalo.

Por el mismo lugar donde había salido la pobre mujer, entró William, Diana se congeló al verlo, pensaba que ya había matado esos ojos tan azules como los de ella. Pero no, estaban vivos y le miraban con odio.

-¿Diana?

-hermanito, que sorpresa…

William percibió un extraño olor, bajo la mirada para encontrar lo que ahora era su amada esposa.

-que… ¡¿Qué diablos hiciste?!

William se arrodilló ante el cuerpo de su esposa, después de algunos segundos se secó las lagrimas, miró la chimenea y de inmediato tomó el atizador de leños. Quería matar a su hermana, quería hacerla pedazos.

William se acercó a Diana y dirigió con todas sus fuerzas el atizador a la cabeza, pero una fuerza mental lo detuvo. Diana con los ojos negros sonrió y de inmediato el atizador se enredo como una serpiente, aprisionando las manos de William.

-¡¡eres una maldita asesina!!- gritaba el rubio fuera de si, estar preso de las manos no aminoraba su furia. Trató de tirársele encima a la pelirroja, pero esta lo esquivó y el chico cayó al piso.

-eres patético, William…nunca mereciste tus dones, por eso hoy te los quitaré de nuevo.

Diana sacó aquel cristal y de nuevo lo hundió en la mano de su hermano, que nada pudo hacer al estar atado al hierro.

Nada ocurrió, la pelirroja no sintió la descarga de energía, evidentemente, William ya no poseía poder alguno.

-¿que diablos...? - se preguntaba Diana, mientras William miraba con desesperación hacía las escaleras.

-Max- susurró William, inmediatamente, Diana le miró interrogante.

-¿que has dicho?

En verdad, Diana no le había escuchado…

-que te odio, que siempre fuiste una desgracia para mamá y papá…estas condenada hermana, has matado y estas condenada.

Diana sonrió y comenzó a quitar los botones de la camisa de su hermano, después de eso la abrió violentamente mostrando el pecho del rubio. Era muy blanco y bien formado. La pelirroja posó su mano derecha justamente en el corazón.

-no es nada personal, pero ahora que sé que has vivido…déjame decirte algo antes.- mirando el cuerpo de la mujer. -La maté sin saber que era tú esposa-. La chica se acercó a susurrarle al oído…- de haberlo sabido antes, la habría torturado delante de ti.

Acto seguido, la mano de Diana descargó un fuerte voltaje al pecho de William, quien gritaba por el dolor. Diana tuvo que taparle la boca con la otra mano, hasta que William sufrió un infarto.

-Ey, Diana…la gente se asomó por las ventanas al escuchar el grito.

El aviso del conductor del auto alertó a Diana y se levantó, ya no tenía nada que hacer. No entendiendo bien por que el cristal la mandó allí. Ya estando en la puerta escuchó otro ruido que provenía de la parte de arriba, entrecerró los ojos mirando en esa dirección, pero de nuevo vio al gato que bajaba las escaleras. Negó con aburrimiento y salió de ahí, no sabiendo a quien dejaba con vida ahí arriba.

*****************************

Presente


En el desierto, a medio día y con un calor asfixiante, estaba un chico con pantalones de camuflaje al estilo militar y sin camisa, miraba unas botellas vacías colocadas frente a él, en unos galones vacíos de gasolina. El chico era rubio, con el cabello corto y peinado en forma de picos, parecía muy entretenido cuando su dedo índice apuntó a una botella y esta se rompió en pequeños pedazos.

Sonrió ante lo sucedido, tenía una sonrisa de dientes perfectos, cuando frente a él, una espesa niebla y muy rara para estar en el desierto, apareció frente a él, dicha niebla se disipó y tomó una forma humana…ahora, era un chico también rubio y de ojos tan azules como los de Max y Diana.

-mi chico tiene un día muy difícil y decisivo- hablaba el recién aparecido

El otro chico, sin responder, volvió a apuntar a la segunda botella, rompiéndola…

-se lo que piensas, que debí mandarte por él y tú mismo asesinar a Diana. Te confieso que sería interesante ver como haces volar a Diana, justo como esas botellas, pero…no es tan fácil. Puedo parecer muy confiado, pero en realidad, Diana es muy peligrosa, ha tenido muchos años para perfeccionar su técnica. Max en verdad está en problemas.

El chico sin camisa sonrió ante lo dicho y continuaba escuchando.

-pero…esto tiene que hacerlo Max, es una prueba que él debe pasar.

El chico militar apuntó de nuevo y esta vez se rompieron todas las botellas. El falso William sonrió y se cruzó de brazos…-a propósito- el chico fantasmal se giraba completamente para mirar a lo lejos, lo que parecía un complejo militar abandonado…-¿Cómo se encuentran nuestros invitados?-.

El otro rubio solo volvió a sonreír con sus blancos dientes.

***********************

Rocky regresaba y tomaba asiento frente a Max, apenas habían pasado escasos segundos desde que Diana atravesara el pasillo junto con Alex y el ahora prisionero, Dante.

-¿en verdad no te preocupa?- preguntaba Rocky, con una sonrisa en los labios.

-¿algo debe preocuparme?- respondía Max, imitando la sonrisa de Rocky.

-Diana…es decir, ella esta abajo. Se llevó al niño que amas. ¿Sabes que está pasando allá? Algo muuuuuy malo, muy grotesco.

-y eso te molesta a ti…querías presenciar el último minuto de vida de Dante.

-por supuesto…toda mi vida esperando por ver morir a ese arrogante. Y volviendo a lo que te preguntaba… ¿no estas nada preocupado por tú novio?...ah claro, el control mental.

Max se levantó del sillón, se acerco a Rocky, poniendo sus brazos en forma amenazante a cada lado del asiento, aprisionándolo.

-Rocky… ¿quieres saber por que no tengo miedo?

El modelo lo miraba fijamente, el miedo invadiendo su cuerpo.

-te lo voy a decir…mi querida tía esta fascinada con mi Alex. He comprendido que a pesar de que las cosas no serán agradables ahí abajo, él esta a salvo.

Rocky comenzó a respirar agitadamente, apenas pudo hablar…-a...pesar…del…control mental… ¿lo…amas?

-¿cuál control mental?- dijo Max, mientras sus ojos se tornaban oscuros. Rocky trató de zafarse, pero el castaño fue más rápido, pronto Rocky se elevó hasta golpear con el techo para de nuevo bajar rudamente sobre el piso. Estaba vivo…pero fuera de combate.

Los ojos de Max volvieron a la normalidad, tenía muy poco tiempo para registrar el lugar y buscar el cristal de Diana.

Diana y Alex iban tomados de la mano rumbo a la lujosa sala. Desde el momento en que entraron, la pelirroja notó que algo no estaba bien. Para empezar por que Rocky estaba tirado en el piso con un fuerte moretón en la mejilla izquierda.

-¿que diablos?

Alex buscaba a Max por todos lados, aún seguía tomando a Diana de la mano, sus ojos negros estaban brillaban con odio, un odio irremediable para todo y todos.

-oh, Max… ¿donde estás?- preguntaba Diana con voz melodiosa y divertida…-¿acaso has despertado por fin?

Alex la miró esperanzado… ¿Era posible? Diana vio el brillo en los ojos de su recién adquirido pupilo. No estaba dispuesto a perderlo, era hora de despedir a Max…para siempre.

-no te ilusiones, Alexander…recuerda que Max…

-¿yo que?- apareció de repente Max cruzando un pasillo…

-estabas buscando algo en mi cuarto-… afirmó la una mujer de la sala.

-así es…”querida tía”- con cinismo…-estoy buscando ese curioso cristal tuyo.

Diana condujo a Alex delante de ella, enseguida lo abrazó pasando una mano por su pecho y la otra en el cuello. La mirada azul de Max se transformó en una furiosa tormenta. Alex solo se dejó hacer, parecía estar en un trance.

-suéltalo…

-dime, querido sobrino… ¿desde cuando liberaste tú mente?

-nunca estuve bajo tú control.

Diana abrió demasiado los ojos, conectando su mirada a la de su sobrino. Por primera vez desde que la conoció, vio el temor reflejado en los ojos de su tía.

-eso…no es posible…no puede…

-estabas muy débil cuando trataste de ocultar mi mente, peleé y luego decidí engañarte, quería llegar hasta aquí.

Diana entrecerró los ojos con furia. Después de todo era verdad. Ella estaba muy débil y bien Max pudo burlarla. Alex, quien aún se dejaba abrazar por Diana, solo miraba al suelo, ausente de aquello que lo rodeaba.

-bien hecho, Max…ahora estas mostrando la vena familiar.

-no soy nada tuyo.

-si negarlo te hace sentir bien…bien, niégame. Pero basta de charla.

Diana acercó los labios al oído del chico para susurrarle. Esto desesperó a Max, pues no pudo escuchar nada. Pero de inmediato, Alex se retiró de nuevo por el pasillo que conducía a las celdas.

-¿que hiciste con él?-… preguntaba el castaño, con furia en su voz.

-ahora es mío…así como a otros que tuve a mi mando, los tomé cuando habían perdido toda esperanza. Alexander es ahora uno de los míos, como lo fueron Marina, Dante. Como lo es Rocky-. Señalando al chico desmayado.

-¡¡JAMAS!!

Bufó Max, que de inmediato, ambos puños se llenaron de fuego. Esto fue una advertencia para Diana que comenzó a sonreír de forma misteriosa…

-¿sabes, Max? Después de que te marchaste, regresé aquí para curarme y luego tomé mi cristal. Este me indicó donde buscar un nuevo poder…aunque para mi, no es tan nuevo-.

De pronto, Diana levantó una mano completamente extendida, Max notó como por sus dedos viajaba corriente eléctrica. Entonces lo comprendió…Diana había robado el poder de controlar la electricidad.

-¿asombrado? …. Este era mi poder original, con el que nací. Es poético que sea con este poder con el que terminaré tú existencia.

-no habrá nada poético en tú muerte…

Max lanzó una esfera de fuego, pero la otra mano de Diana la detuvo a unos centímetros de su cuerpo, una vez controlándola, la lanzó hacía el techo. En ese momento comenzó a sonar la alarma contra incendios.

Diana volvió a sonreír y apuntó con su mano eléctrica al cuerpo de Max…-¡¡MUERE, MAX…!!

El chico necesitó de ambas manos para contener la descarga eléctrica a poco centímetros de su cuerpo. Le estaba costando mucho…Diana lo notó y preparó su otra mano rumbo al techo. Pronto estuvo completamente cargada y apuntaba contra Max.

-jajajaja…seguimos igual, Max…no puedes defenderte y atacar a la vez…¡¡TOMA ESTO!!

La fuerza era terrible, el cuerpo de Max fue lanzado por los aires impactándose en un librero, el cual quedó destruido. Max estaba en el suelo, sus ropas fuertemente rasgadas y serias heridas en la piel por la electricidad.

Respiraba con mucha dificultad, Diana se acercó de forma elegante hacía él. Con los tacones de sus botas pisó la palma de la mano derecha de Max…

-si, sé que te duele-…con crueldad…-vamos Max, entrégate al dolor, es maravilloso. ¿Sabes?-… continuaba la chica, mientras Max observaba el placer en los ojos gemelos de su único familiar consanguíneo…. -Nunca disfruté la muerte de mis padres, tampoco la de mi hermano gemelo…tú padre. Hice lo que tenía que hacer, algo tristemente inevitable. Pero tú…contigo si estoy disfrutando, me has costado mucho, querido sobrino.

Diana hacía círculos dolorosos magullando la mano de Max, quien ahogó un grito al sentir el puntiagudo tacón hundírsele más…de pronto se sintió perdido. La había engañado, había sido cruel con su amado Alex y hasta había besado a Dante. Todo por seguir en el juego y ganarse la confianza de Diana, pero las cosas se salieron de control con la muerte de Kyle. Ahora el se había delatado sin encontrar el cristal…si tan solo pudiera quitárselo.

Se escucharon pasos, pronto Max reconoció la voz de Alex…-aquí está lo que me pediste, Diana.

Max apenas pudo levantar la cabeza. Alex traía el extraño cristal en forma de punto, siempre brillante y de color rojo. Era imposible que Alex lo trajera, que Diana le haya dicho donde buscarlo.

-¿Lo ves, Max? Él es mío…

-aahg, no, Alex…pequeño.

Alex comenzó a llorar, por fin comenzaba a reaccionar. Lograba ver a Max tumbado en el suelo, vio como Diana lo estaba torturando, lastimándole la mano.

-¿Max? – preguntaba Alex con la voz quebrada…

Antes de que pudiera responder, Diana le dio una patada en el rostro provocando que Max escupiera sangre por la boca. El golpe también le había dejado una nariz rota…

-nooooo, déjelo por favor, me tiene a mi…déjelo a él.

Alex lloraba desesperado, al ver el maltrato a su amor.

-pero, Alex…debo quitarle sus poderes., dame eso-. Señalando el cristal…

Alex miraba el extraño cristal en su mano, luego miraba a Max. Sabía que si se lo daba todo estaría perdido.

-no le des…nada…cof cof…-. Balbuceaba Max, quien tenía que escupir sangre cada que hablaba.

-¡¡Tú cállate!!- vociferó Diana, de inmediato levantó la mano, una vez cargada la dirigió al pecho de Max. La descarga eléctrica no se hizo esperar, el chico gritaba de forma horrible por el dolor, su cuerpo se retorcía violentamente por la tortura.

-¡¡NOOOOOOOOO!!

El grito de Alex desconcentró a Diana. Dejó de atacar a su sobrino para encontrar los desesperados ojos negros de Alex.

-por favor, ¿que tengo que hacer para que no lo mate?

-nada, Alex…tan solo dame el cristal.

-No….Alex…amor…huye de aquí…-. Interrumpió Max, quien aún no podía levantarse.

Diana dejó de pisar la mano de Max para dar un paso hacía Alex. Extendió la mano para tomar el cristal, pero Alex negó con la cabeza.

-se un niño bueno y dame eso.

El chico retrocedió, dio media vuelta y trató de llegar a la salida…-¡¡pequeño estúpido!!-. Gritaba Diana, de inmediato extendió su mano para dar una pequeña descarga al cuerpo de Alex. Este cayó boca abajo al suelo. El cristal aún estaba en su inerte mano.

Diana se acercó a él, comprobó que aún respiraba…sonrió y tomó el cristal.

-¡¡Lo has lastimado!!

Gritaba Max, quien estaba levantándose del suelo con mucha dificultad….-has lastimado al ser que más amo en este vida…¡¡no voy a perdonarte!!

-hablas mucho querido sobrino, ya estas medio muerto para hacer algo.

En un acto terriblemente conocido para el chico, Diana levantó su mano, era la clara señal que le dejaba saber que era para cargarla de poder. Enseguida le apuntó nuevamente. Una vez más, el chico tuvo que usar ambas manos para protegerse. Diana era tan fuerte…

-patético…patético como William, tú padre. No son dignos de este poder.

Max se arrodilló, no podía soportarlo más. Diana sonrió, levantó su otra mano para cargarla. Max sabía que esta vez no podría resistirse. La chica descargó su furia contra su sobrino. Detener dos cargas eléctricas era imposible. Max de nuevo salió disparado golpeándose con los muebles de la casa.

Se encontraba respirando muy fuerte. Se sentía tan cansado, tan derrotado…escuchó unos pasos. Diana se acercaba a él.

-ya voy a terminar, Max-… de nuevo, la chica se ensañó con la mano de Max, torturándola con el filoso tacón de su bota. El chico solo cerró los ojos para aguantar el dolor.-descuida, querido sobrino, Alexander estará en buenas manos. Dante acaba de morir, no hay nadie que le haga daño.

Max trató de levantarse, empujó débilmente la pierna de Diana y esta cedió solo por lástima. La pelirroja se arrodilló a la altura de Max, le tomó con las manos ambas mejillas.

-eres muy fuerte Max, otro en tú lugar estaría muerto. Lástima que no aprendiste a dominar tus poderes.

Max estaba agotado, se le cerraban los parpados de forma involuntaria. Apenas y distinguía la silueta de su verdugo. La pelirroja tomó el cristal y en seguida tomó la mano lastimada de Max, todo estaba por terminar…

-ya puedo sentirlo, Max…tú fuego, tú poder, será mío…quiero vivirlo, quiero sentirlo, sentir ¡¡El fuego en mi!!

-¡¡Nunca!!

A pesar de la debilidad, los ojos de Max se tornaron oscuros y Diana fue lanzada de espaldas contra el duro suelo. De inmediato, el chico volvió a caer de rodillas y de nuevo dio contra el suelo.

Diana sacudió la cabeza y vio una sombra a su lado, no era Max…era Alex, nunca se dio cuenta cuando este recuperó el sentido. El chico le sonrió de forma angelical, luego posó su mano en un librero y deliberadamente lo dejó caer ante de Diana, aplastándola.

De inmediato, Alex corrió hasta donde estaba Max…

-¡¡Max!! Vamos, arriba.

El castaño apenas pudo abrir los ojos…-Alex…pequeño…debemos irnos, esta batalla la tengo perdida. Diana me supera en todo.

-pero, Max…hay una chica allá abajo, no podemos dejarla, no puedo.

Max con ayuda de Alex logró ponerse en pie. Ahora el mayor se sostenía por el hombro del menor. Max extendió su mano, los muebles de la casa comenzaron a temblar, acto seguido fueron arrojado sobre el librero caído… sobre Diana

-esto nos dará tiempo, pequeño.

Alex asintió y Max se dejó conducir hasta el pasillo para luego bajar a donde estaban las celdas .Alex tuvo cuidado y en todo momento ayudó a Max a bajar las escaleras.

-oh, Alex…aquí huele a rayos

-seguro son las cenizas humeantes de Dante y la otra chica… ¿recuerdas que Diana revivió a un muerto?

-ya veo…Diana me dijo que Dante estaba muerto.

Llegaron a la primera celda, ahí estaba una chica muy desaliñada. Con su telequinesia, Max abrió la celda. Alex entró, la chica le sonrió tontamente…-¿Diana me necesita? Debo curarla de nuevo.

Los chicos se miraron con sorpresa, ahora sabía cual era el motivo del cruel encierro de la chica. Salieron de la celda, de nuevo, Alex ayudaba a caminar a su chico, mientras Nina caminaba detrás de ellos muy confundida, por momentos hablaba sola. -¿Diego? Yo solo, ¿acaso Lyle?-. Los chicos no ponían atención a las palabras de la perturbada Nina, tenían que escapar cuanto antes.

Pronto escucharon pasos al final del pasillo…Diana bajaba por las escaleras.

-¿en verdad pensaban que eso podría detenerme?

La chica tenía puesta las manos en su cintura, retando a que trataran de llegar y pasar a través de ella. Pero, Max no se intimidó…empuñó ambos brazos al frente y una fuerte llamarada salió despedida. Comenzó a viajar rápidamente como si se tratara de un dragón. Diana sabía que no podía detenerla, dio media vuelta y subió las escalaras todo lo velozmente posible, la chica podía sentir el calor en su espalda…cuando llegó al final se arrojó al suelo, mientras el fuego salía vomitado hacía arriba.

La chica volteó y se levantó muy rápido. Miró por el pasillo que acaba de subir, pero de inmediato otra llamarada venía subiendo, la chica la esquivó pegándose a la pared para esperar que pasara…-Diablos, esta moribundo y todavía pelea…

Max subió seguido de Alex y Nina...ahora Diana les miraba con reproche.

-Mira como has destruido mi casa…de nuevo.

Nina miraba a Diana con adoración. Al mismo tiempo que esta se percataba de su presencia…-Diana, ¿estas en problemas? … ¿Qué puedo hacer?

-empieza por ayudarme…ahoga a Max.

De inmediato, Nina apretó el puño y Max sintió la falta de aire…

-No,¡¡ no lo hagas!!- gritaba, Alex… -tratamos de salvarte.

-ella no te escucha, Alexander…lleva mucho tiempo bajo mi control mental.

Alex se acercó desesperado a Nina…-Diana es mala…eres su esclava ¡¡reacciona!!

Los ojos de Max volvieron a tornarse negros y lámpara del techo cayó a los pies de Nina y Alex. Esto distrajo a la maltrecha chica y Max pudo volver a respirar. Diana rodó los ojos con fastidio y de inmediato levantó la mano…

-ya basta, querido sobrino…esa lámpara era muy costosa

Max convocó una enorme esfera de fuego y la lanzó ante Diana, pero la chica dio un gran salto, era como si pudiera volar. Detenida en el aire, lanzó una terrible descarga eléctrica hacía su sobrino. Max tuvo que usar ambas manos para detenerla. Por la fuerza, el chico fue lanzado unos metros atrás sin hacerse daño.

Diana descendió, sacó el cristal de la bolsa de su ceñido pantalón… la mano izquierda de nuevo estaba en el aire. Mientras Max se preparaba para recibir el impacto. De nuevo, ahí estaba Max repeliendo el ataque de Diana, entonces el chico decidió jugar como lo hacía su tía. Su otra mano flameó…Diana sabía que el chico estaba apunto de atacarla.

-eres osado, Max…quieres atacarme y defenderte a la vez ¡¡no puedes hacer eso!!

La esfera de fuego salió disparada, Diana, para poder defenderse… tuvo usar la telequinesia para depositar suavemente el cristal en el suelo. De inmediato, de forma sigilosa, Alex se acercó y lo tomó.

La esfera de fuego se apagó, una vez que la pelirroja se vio la mano libre, la levantó para cargarla. En un movimiento veloz, lanzó el poderoso ataque.

Max de nuevo usaba ambas manos para defenderse…pero, de pronto, Diana escuchó la voz de Alex.

-detente… ¡¡tengo tú cristal!!

Diana dejó de atacar y volteó para comprobar. En efecto, ahí estaba Alex con una sonrisa pintada en el rostro y el cristal en la mano.

-Nina detenlo…

La orden fue anulada, Nina se arrodilló al piso por la falta de aire. Pronto Diana comprobó que fue a causa de Max.

El castaño continuó su ataque ante Nina, cuando esta perdió el sentido la dejó libre, después de todo, ella era inocente y no quería lastimarla.

-somos tu y yo, Diana…

-no olvidemos a tú novio y mi cristal…

Diana estaba en medio de ambos chicos, solo tenía dos opciones, atacar a Max o a Alex…cualquiera escenario era peligroso para ella. Levantó ambos brazos, pronto la poderosa descarga no se hizo esperar, esta vez era más fuerte, las ventanas comenzaron a romperse, Diana lucía como todo un demonio convertido en tormenta, sin duda era el ataque final.

Max lo sabía, cerró los ojos y cuando los abrió eran de una intensa oscuridad. Sus brazos comenzaron a flamear y pronto todo su cuerpo estaba ardiendo en llamas.

Diana lanzó la descarga con ambas manos, lo mismo que hizo Max. Cuando ambas energías se encontraron al centro, chocaron, provocando un gran estallido.

Fuego rodeado de poderosos rayos eléctricos, eso era lo que ambos tenían al centro. Diana arrugó la nariz, sus gestos eran de total furia. La silueta de Max estaba rodeada de fuego, era imposible verle.

-No, querido sobrino…tú no puedes hacerme esto…¡¡no puedes!!

Los rayos eléctricos comenzaron a retroceder por la fuerza del fuego de Max, la pelirroja se encontró de pronto incapacitada para hacer algo. Solo pudo cerrar los ojos cuando el intenso poder eléctrico combinado con el fuego la envistió con terrible fuerza.

La casa era un destrozó total…el pobre Rocky comenzaba a recobrar el sentido. Ahora Diana estaba en el suelo. Alex se acercó a la antorcha humana que era Max. De inmediato, el fuego se fue apagando dando paso a la silueta desnuda de Max. Alex sonrió con orgullo y le entregó el cristal.

-Oh…Nina…te necesito-… Diana comenzaba a levantarse, pero para su desgracia, Nina seguía desmayada.

-se acabó, Diana…

La chica entre abrió los ojos y vio a Max y Alex, al primero desnudo y con su cristal. De inmediato, el mayor levantó la mano, iba arrojar el cristal con todas sus fuerzas.

-NOOOO… ¡¡Por favor, Max!! ¡¡Te lo suplico!! No lo hagas…

A Max no le conmovieron los lloriqueos de Diana y lo arrojó al piso. El cristal se rompió en dos partes. De inmediato, Alex los pisó y terminaron haciéndose añicos. Cuando el chico retiró sus pies, una leve luz salió despedida de los despojos del cristal. Todo había terminado…

La pelirroja se levantó y de inmediato corrió, primero admiró los pedazos con horror, luego se arrodilló. Se le veía completamente abatida…

-¿¡¡como pudiste!!?

Por la fuerza usada, Max se desplomó pero Alex le detuvo. Estaba muy cansado. Se miraron y ambos se dieron una sonrisa. Luego miraron a Diana, algo estaba pasando. El rojo intenso de su cabello estaba cambiando, ahora era más opaco y no tan brillante. Comenzaron a nacer las arrugas en su juvenil rostro, que pronto formaron líneas de expresión alrededor de los ojos. También su figura estaba cambiando, ya no era tan atlética.

Diana notó como la miraban, rápido tomó un pedazo del cristal roto de una ventana…

-NOOOOOOOOO…. ¡¡estoy envejeciendo!! Esto…esto no…no puede ser no, no y NOOO.

La ahora, señora, levantó el rostro para mirar con odio a los chicos…Max sonrió de forma burlona…-por dios, querida tía, a pesar de todo…los años no te sientan muy bien, mira esas canas-… De inmediato, Diana pasó las manos por sus cabellos de forma desesperada…-perdiste la juventud y los poderes, pero aún tienes dinero…¡¡cómprate una vida y déjanos en paz!!

Terminando de humillarla, Max volteó hacía una ventana rota, una silueta comenzó a dibujarse, era William…su padre. Pero Max lo sabía, no era él, era aquel ser que ya los había engañado antes. Max no confiaba en esa cosa, aunque por ahora mostrara estar de su lado. El falso William le sonrió y levantó los pulgares en clara señal de ¡bien hecho! Max negó con la cabeza.

Nina comenzó a levantarse, lo mismo que Rocky, este último muy confundido al ver el desastre. Alex cubrió el desnudo cuerpo de Max con una cortina, mientras Nina observaba confundida… luego miró a Diana con rabia.

-esa…esa mujer me secuestró hace 4 años, atacó a mis amigos y luego volvió por mi.

-ya es historia-. Respondió Max…-ahora larguémonos de aquí, apesta a perdedores.

Alex condujo a Max hasta la salida, mientras Nina los seguía. Entre tanto Rocky se acercó a Diana.

-que te hicieron…¡¡oh, eso es el cristal!!…¿Max lo destruyó?

Diana miraba con odio al chico, apretó el puño. Rocky cerró los ojos esperando la asfixia, pero esta nunca llegó. Diana se arrojó al piso a llorar, mientras Rocky la miraba con sorpresa.

********************

Dentro de esa vieja instalación militar cualquier ruido podía escucharse, el silencio era abrumador. El rubio de la extraña mirada se encontraba en la cocina, muy rustica y apenas con lo indispensable. Aquel chico lucía muy joven, pero a la vez inspiraba miedo. Cortaba en rodajas una manzana con un cubierto y se llevaba los pequeños pedazos a la boca. Una pierna la tenía levantada y recargada en la mesa, mientras su espalda de recargaba en la silla, tambaleándola un poco hacía atrás, aún seguía sin camisa. A él le gustaba el silencio, en ese lugar se sentía como en casa.

Frente a él, al otro lado de la mesa, apareció una silueta sin anunciarse, esa silueta deforme tomó la forma de Dante, aquel chico que alguna vez fue el modelo más cotizado de las revistas.

-no todo salió tan bien- dijo sin más, mientras el rubio seguía comiendo de aquella manzana…-Max destruyó el cristal y no mató a Diana. Mi escenario de la misión, era que él mataría a Diana y luego tú irías a buscar ese cristal…¡¡necesitaba ese cristal!!

Ante el grito, el rubio del extraño peinado bajó la pierna y sonrió de forma burlona al falso Dante.

-no es gracioso…después de todo ese cristal era mío.

El rubio dejó de sonreír para levantarse y aproximarse a aquel que estaba tan molesto. Cuando estuvo cerca cerró los ojos, entonces aquello que tomaba la forma de Dante sonrió, no quería desesperarse y menos intranquilizar al rubio…- bah, no me hagas, no te preocupes, esto solo va a demorar…mucho…nuestros planes, pero al final se hará. El verano llegó, necesitamos vacaciones.

Moreno y rubio se sonrieron y en ese instante, la forma de Dante desapareció dejando de nuevo al rubio en el silencio.

Sigues siendo mi mundo


Alex condujo a Max hasta su cuarto, con extremo cuidado le ayudó a acostarse en la cama. De inmediato, el menor fue por el botiquín para curarle las heridas. El mayor se había negado rotundamente a curarse de forma rápida por Nina, algo en su interior le decía que merecía lo que le había pasado, así que, ante la protesta de Alex, partieron y dejaron que la chica siguiera su camino.

Max estaba completamente desnudo, la piel llena de raspones y moretones. Con mucho cuidado, Alex limpiaba las heridas con un trapo húmedo. Max gemía bajito, por el dolor. Después comenzó desinfectarle dichas heridas. Al menor comenzaron a humedecérsele los ojos, y esto no pasó desapercibido para el mayor…

-eey, ¿que pasa?-. La voz Max sonaba muy bajita, con mucho cuidado.

El chico negó con la cabeza, pero Max hizo un esfuerzo y se levantó, tomó al chico de la mano, obligándole a recostarse con él. Una vez así, el menor se recostó en el pecho de Max, este reprimió un quejido, lo que menos quería era asustar al chico.

-veras que todo va a mejorar ahora, la pesadilla terminó-. Dijo Max, mientras acariciaba los cabellos del chico.

-la pesadilla terminó, pero nos pasó una cara factura…papá y Mamá murieron…también Kyle, él era inocente en todo esto.

-Todos éramos inocentes…yo no pude hacer nada por salvarlo. ¿Recuerdas?, cuando fingía, yo no quería traer a Kyle con nosotros, pero…

-lo sé…

-Luego, desperté en el auto al escuchar el balazo. Vi a Kyle caer al suelo, luego el auto estalló, pronto me encontré rodeado en llamas, pero resulta que yo las había provocado, ellas me envolvieron y fue por eso que sobreviví.

-el fuego que hay en ti….pero Max, ¿cuál era el propósito, por que fingiste estar de su lado?

-¿sinceramente?... sobrevivir, lo viste con tus propios ojos, no se como es que salimos con vida. Le hice creer que controlaba mi mente para ganar tiempo, si hubiera seguido peleando, ella me habría matado y luego te buscaría. Realmente no tenía un plan, solo estaba ahí, esperando una oportunidad que nunca llegó.

Volvió otro terrible silencio. Pronto fue roto por un pequeño sollozo. Max sintió húmedo el pecho a causa de las lágrimas del menor. Pronto…el castaño tuvo miedo de preguntar, pero lo hizo…-¿llegaste a amarlo?... a Kyle.

-yo…no sé, creo…no…es decir, nunca lo sabré. Estábamos bajo una situación especial.

-al salir de la casa de la playa me dijiste que estaba en tú corazón.

-Max…yo…

-no digas nada…yo entiendo.

Estuvieron en silencio por algunos minutos hasta que Alex lo rompió…-¿entonces…fingías cuando besaste a ese delante de mi?

-así es, amor…yo no tuve opción, quería que él pensara que yo había cambiado radicalmente.

-puedo entenderlo…pero quiero que sepas que me dolió, mucho.

-oh, Alex…me voy a pasar la vida pidiéndote perdón.

El menor sintió que era el momento de confesar algo….-este, Max…yo…Kyle me besó.

Max tomó la mano de Alex. Había algo que tenía que aclarar.

-Alex…de la forma que se dieron las cosas, seguro que puedo entenderlo. Me duele lo que me dices, pero yo también te hice daño a ti.

-¿quieres decir que estamos a mano?-. Sonriendo con vergüenza.

-de alguna extraña y patética forma…pero, lo que quiero decir es no te voy a reprochar nada, no estoy en condiciones de hacerlo. Quisiera que empezáramos de cero, comenzar a olvidar.

-me gustaría hacer eso, parece que ambos hemos cometido errores en esta relación. Aunque…uno más que otro.

Max soltó una pequeña carcajada ante la puntualización de su chico, sabía exactamente a que se refería. Después de eso, ambos se quedaron en silencio de nuevo. ¿En verdad podían comenzar de nuevo?

Ambos se encontraban muy confundidos. Max ahora estaba con el corazón roto, ya no estaba tan seguro del amor de Alex. Este a su vez tenía muchos sentimientos de culpa…por la muerte de Kyle y por que sabía muy bien que en verdad, él estaba despertando al sentimiento que le provocaba Kyle. Pero ahora…ese chico estaba muerto.

De nuevo estaban juntos. No màs Dante y no más Diana, y a pesar de eso, sentían que lo peor estaba por venir. Enfrentar sus sentimientos, resolver el pasado.

Los días pasaron rápido. Alex asistió al baile de fin de curso. Pero antes de eso, se acercó de nuevo a su amiga Lucy y a su novio, explicando la terrible muerte de Kyle. No fue algo difícil de entender para ellos, por lo que habían visto en la estación del tren. Aún sí, la muerte de Kyle dejó muy triste a su mejor amigo, Thomas.

La versión oficial es que había sido un terrible accidente, al cual, solo Alex sobrevivió. Decidieron no mencionar a Max.

Nunca se encontró el cuerpo de Kyle, asumieron que se había consumido por la explosión. Los chicos se reunieron e hicieron una ceremonia significativa a la memoria de Kyle. Quien murió por salvar a Alex…este nunca le olvidaría.

Estaba por caer la tarde, Alex estaba sentado en el último escalón de la gran escalera. Mirando hacía la nada. Pronto la puerta principal se abrió para mostrar a Max con mochila al hombro, después de un fastidioso día de universidad.

-¿que haces ahí solo?- Preguntaba el mayor…

-pensaba…

-¿puedo saber en que?

-en nosotros.

De inmediato, Max arrojó la mochila al suelo. Luego caminó para sentarse junto a Alex, sin tocarse.

-Alex- comenzó Max, con mucho miedo…-lo que vayas a hacer, te pido que lo hagas rápido.

-¿que dices?

-que si vas a terminar conmigo, que sea rápido…

-¿quieres terminar?

El mayor tomó las mejillas del chico…-¡¡Por supuesto que no!! , pero has estado tan distante, ya ni siquiera dormimos juntos.

El menor tomó aquellas manos que lo tenían…-no, no quiero terminar…quiero comenzar.

-Alex…yo te juro que…

-sin juramentos, sin promesas, Max…simplemente quiero estar contigo, te amo. Pero quiero comenzar en serio. No voy a recordar más el pasado. No más reproches…hoy quiero comenzar de nuevo.

-Alex…si me vas a dar una oportunidad de nuevo, quiero que sea completa.

El chico asintió y el mayor se acercó con una sonrisa a besar al chico, un beso lleno de efusividad. Hacía días que ni siquiera se daban la mano…-Alex, te he extrañé…- decía el mayor sobre los labios del menor. –igual yo- fue la simple respuesta.

Max se levantó y rápido ayudó a levantar a Alex.

Rápido se tomaron de las manos y prácticamente corrieron a la habitación de Alex.

Oscuridad, pieles sudorosas, caricias que decían lo siento, caricias que perdonaban. Leves jadeos inundados de “te quiero, ámame, te extrañé, por siempre mío”. Fue todo lo que se escuchaba dentro de la oscura habitación. Los chicos se reencontraban después de las ultimas semanas, y ahí mismo decidieron no apartarse del otro, nunca más.

Era de madrugada, por la ventana apenas y enraba la luz tenue de la luna, pero a Max no le hacía falta luz, él conocía a la perfección el cuerpo tendido a su lado.

Alex dormía de lado, Max se encontraba detrás de él abrazándole, cuando de forma provocativa bajaba la mano por el vientre de su amante hasta llegar al pene de Alex, este gimió suavecito, apenas y un suspiro, pero no despertó. Entonces Max continuó su labor hasta que el menor estuvo duro de nuevo. Alex despertó y de inmediato giró su cabeza para encontrarse con la sonrisa traviesa de Max…-aún no amanece- dijo el menor, sin reproche en la voz.-no importa…te necesito- respondió el mayor, quien ese en instante se hundió en el cuerpo del menor, causando un leve gritito de parte de Alex. Dando así comienzo al quinto polvo de la noche.

-Max…aaah, vas a…matarme aaah

-¿de placer?

Alex no respondió, se dejó llevar por todas las sensaciones que Max le provocaba. Jamás olvidaría a Kyle, pero Max estaba vivo y se lo estaba demostrando. A partir de ahora dejaría de cuestionarse. Se dejaría amar y amaría con la misma intensidad. Ya no había dudas, nunca dejó de amarlo, quizá ahora lo hacía más. A partir de ese momento, solo se dedicarían a ellos.

Max de nuevo tomó con la mano la erección de Alex, deseaba proporcionarle el más grande placer. Escucharlo susurrar su nombre le encendía la sangre. Su chico no había dejado de amarlo, estaba ahí con él. Disfrutando y haciendo el amor. Pronto ambos dejaron de pensar. El alivio llegó dejándolos en un estado de sopor, completamente inconcientes. Alex se removió a penas y subió todo su cuerpo sobre el de Max, quería sentirlo completamente. El castaño sonrió con los ojos cerrados, apenas susurrando.-te amo, Alex.

-no más que yo, Max.

Faltaban tres horas para el amanecer, tenían que aprovecharlas…

Al final del segundo día del delicioso encierro, Alex se miraba al espejo, alisando las arrugas de su camisa recién puesta.

-mmm ropa-

Unos fuertes brazos lo tomaron detrás por la cintura, para luego sentir un calido aliento en su oído…-no te acostumbres a ella, Alex…pienso quitártela pronto.

Ambos chicos se partieron de risa frente al espejo, después de todo, tenían cosas triviales que hacer y que ahora les resultaban poco importantes, por ejemplo…comer. No, ahora ninguno quería separarse del otro.

*****************************

Un par de horas después, el TV estaba encendido y olvidado por dos chicos que estaban jugando en la cama, tapados completamente por la sabana. Apenas se escuchaban las risas…-no espera, eres malo, ahora veras-. Pronto se escucharon los aplausos que provenían del televisor. La conductora de dicho programa comenzó a hacer un anuncio…

Ha pasado mucho tiempo, por fin, la gran Roja de las pasarelas ha regresado en esta noche tan especial. ¡¡Reciban con un gran aplauso a Diana…la gran Roja!!

De inmediato, Alex y Max se asomaron por debajo de la sabana, toda su atención estaba concentrada en la televisión. Pudieron ver como Diana subía al escenario para encontrarse con la entrevistadora. Los chicos pudieron observar la nueva Diana. Su cabello no tan rojo estaba recogido como el de toda una señora. Era menos alta, su figura no era tan esbelta ni curvilínea. Sin duda ahora lucía como toda una mujer madura.

Diana sonrió a la cámara, mostrando las líneas de expresión.

-Dinos, Diana…hay muchos rumores desde tú alejamiento del mundo de la moda, hay quienes decían que habías muerto.

Diana sonrió y miró a la chica con ¿alegría?...

-Gracias por este recibimiento, he estuvo mucho tiempo alejada, desde mi retiro de las pasarelas. Digamos que me sentía frustrada por mi envejecimiento. Claro, me agencia de modelos siguió funcionando. Pero bueno…estoy aquí.

En ese punto de la entrevista, Max y Alex estaban completamente sentados muy atentos, escuchando las declaraciones. La audiencia comenzó a aplaudir el regreso de Diana…

-Gracias…muchas gracias, veo que aún me recuerdan, ahora me verán más seguido, tengo muchos planes para mi empresa y para el mundo de la moda que tanto amo. Ya pronto les iré informando

-Bien, Diana…espero qué…

La entrevistadora estaba apunto de agradecerle, cuando Diana, con un poco de elegancia le arrebató el micrófono y esta vez miró a la cámara muy seriamente. Tanto Max como Alex sabían que la parte final del discurso iba estar dedicado a ellos….

-Antes que otra cosa, quiero agradecer a dos grandes amigos-

Diana sonrió de forma indescifrable, los ojos azules centelleaban de forma extraña…

-este par de chicos, por decirlo de alguna forma, son los…culpables… de mi regreso. Me hicieron entender tantas cosas. Estoy segura que algún día volveremos a vernos, entonces yo podré agradecerles personalmente todo lo que hicieron por mí.

Diana mandó un beso y la gente se desvivió entre aplausos y griterías. Max entre tanto tronó los dedos y el televisor se apagó. Alex se encontraba inmóvil aún mirando en dirección al TV. El mayor pronto le pasó el brazo por el hombro…-no te preocupes, Alex…ella no puede hacernos nada, ahora yo le llevo ventaja-. Alex se relajó un poco y se recostó sobre el hombro de Max.

El mayor no estaba tan seguro de lo que había dicho, si bien Diana ya no tenía poderes, si tenía dinero y eso ya era suficiente poder. Por otro lado, si ella intentara algo, fuera de lo sobrenatural, esas cosas si se podían probar ante la ley. Volvió a negar con la cabeza, Diana ya no podría hacerles nada.

El verano había llegado por fin. Max llegaba a casa con dos boletos de avión. Se iría por dos largos meses con su chico, para olvidarse de todo. Cuando abrió la puerta principal encontró a Alex con un sobre en la mano. De inmediato, el mayor captó en los ojos del menor la angustia. Rápido se acercó a él. Alex lo miró con preocupación y le entregó el sobre.

-¿que es esto, Alex?

-es una notificación…el tío Nigel te demandó, quiere quitarte el dinero. Parece que iremos a juicio.

Alex bajó la cabeza con tristeza mientras Max leía. Inmediatamente después de leer, el castaño miró con una sonrisa sincera a Alex, este no lo podía creer. ¿Por qué estaba tan feliz? El mayor se acercó a él y le tomó de la barbilla.

-no te preocupes, amor…saldremos de esto. Mamá y papá dejaron muy claro a quienes les entregaron su fortuna, nadie va atentar contra lo que ellos desearon.

-pero, Max…el viaje…

El mayor le silenció un beso…-tranquilo…la audiencia es para dentro de tres meses. Aún podemos viajar dos largos meses y tener uno más para prepararnos para el juicio.

El menor sonrió débilmente, Max siempre sonaba tan convincente, él siempre le creía y lo seguiría.

-esta bien, Max…

-además, al regreso contrataré al mejor ejercito de abogados, voy a acabar con Nigel en el juicio.

-quiero ver eso….

Ambos chicos se abrazaron. A Max nunca le importó el dinero, si se iba a defender era por quedarse con Alex. Sabía que si Nigel ganaba, se llevaría al chico a Londres. Eso jamás lo iba a permitir. Los miedos de Alex eran los mismos. También se sentía frustrado, cada vez que comenzaban a ver la luz, algo parecía opacarlos de nuevo. Pronto se relajó, sentir el fuerte abrazo de Max. Saber que pasara lo que pasara, siempre lo tendría a él.

Max y Alex estaban dentro del avión que los llevaría a vivir momentos increíbles totalmente solos y apartados. Max apenas se acomodaba en su asiento, mientras Alex miraba por la ventanilla. De inmediato, Max tomó la mano del chico, este volteó a verlo, ambos se sonrieron cómplices, el mundo era poco para ellos.

Un hombre de edad madura pasaba por el pasillo junto con sus dos hijos, este observó como los chicos se tomaban de la mano. Rápido hizo una mueca de asco. Alex se sintió avergonzado y quiso soltarse del agarre de Max, pero este miró de forma insolente al hombre y apretó más la mano de Alex. -¿algún problema?- preguntaba el castaño, hacía el extraño, quien rápidamente apuraba a sus niños. Alex le agradeció internamente, y también se reprendió a si mismo. Nunca más volvería a sentir vergüenza de su relación. Nunca más.

Pronto ya no pudo pensar más…Max le besó y dentro del beso escuchó un “te amo”. Luego de eso, Max tomó las mejillas del chico.- anda…sonríe para mi, me gusta-. Susurraba el castaño, cerca de los labios de Alex, este sonrió y para Max fue suficiente, todo estaba bien, nada podía ir mal mientras estuviera con él.

 

FIN

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