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Sentimientos opuestos por LunaArlert

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Notas del capitulo:

Me disculparán ustedes por la tardanza con este capítulo pero la gripa no me deja y se me van las ideas de repente.

Quiero pedir una disculpa a quienes me dejaron un comentario en el capítulo anterior y no aparece más... Lo que pasa es que se subió como tres veces el capítulo anterior y al momento de eliminar los sobrantes, se eliminaron los reviews también u.u

Muchas gracias por su increíble apoyo ^^

Enojoy!

Mello no dijo nada más sobre el asunto, dejo la cinta en la mesa y caminó hasta la puerta — Si me causas algún problema, créeme que te irá peor — Dijo con voz seria, intentando no hacer notoria la confusión que sentía en el cabeza.

Near permaneció mirando la puerta por un par de minutos más, tenía la libertad de hablar, de pedir ayuda a quien quiera que estuviera cerca pero no lo hizo. ¿A quién podría llamar? Nadie había por aquel luchar que pudiese ayudarlo, a lo mucho habrían más personas con las mismas intenciones que el que le había atacado la noche anterior. Además, no sentía una amenaza o algo que le dijera que debía alejarse y salir de ahí, esta última conversación le había dejado en un estado nada conocido por él, como si le mundo estuviese girando más lentamente, sonaba estúpido y lo sabía, el mundo no giraba más lento, tenía una velocidad determinada que nadie ni nada podría cambiar, era un equilibrio perfecto que estaría así siempre.

¿Por qué Mello lo trataba así? Su respuesta había sido demasiada ambigua «Soy el único que puede hacerte miserable» ¿Eso qué? No lo estaba haciendo miserable, lo estaba haciendo… feliz. Lo estaba cuidado después de la experiencia que había vivido y de cierta manera le estaba ayudando a entender lo que sentía.  Eso, bajo ninguna circunstancia, caía en hacerlo miserable.

—Opuestos — Murmuró, recordando el último pensamiento que había tenido antes de que Mello saliera, recordó que Matt alguna vez lo dijo «Ustedes son como las dos partes opuestas de L» Según sus propias palabras, Mello era la parte impulsiva y que actuaba conforme se sentía, Near era la parte fría y calculadora, apática y egoísta. Aunque incluso dijo que él era incluso más frío y calculador que el mismo L.

—Una partícula positiva se siente atraída por una negativa… Un signo más y un signo menos nivelan una cantidad, se estabilizan… — Agitó levemente la cabeza para dejar de pensar en aquellas cosas tan sin sentido.  Así funcionaban las cosas en la naturaleza, en la física, química y matemáticas pero no entre dos personas. Se llevó una mano a su pecho al sentir su corazón levemente acelerado, como si estuviese regresando de correr.

— ¡Lo sé! Es tan guapo, creo que yo también le gusto.

A su mente vino la voz de Linda, aquella chica de Wammy’s que parecía sentir, por un tiempo, algo por él, pero que después había sido la culpable de enseñarle al equipo de Kira como eran él y Mello.

— ¡Siento que mi corazón grita que sí!

«El corazón no siente» Había dicho con voz indiferente, sin despegar la vista de los dados que tenía delante «No tiene vida propia, es solo un órgano. Quien lo controla es el cerebro, ahí se lleva a cabo todo el proceso de raciocinio.»

Recordó con exactitud la mirada de desprecio que había recibido de  las amigas de ella, el cómo parecían querer matarle con la mirada o mínimo hacerle callar.

—Oh vamos, Near — Linda se acercó a él — Es el amor, todos lo hemos sentido o sentiremos alguna vez.

Near volvió a negar con la cabeza como lo había hecho tantos años atrás, el amor no era una palabra que tuviera sentido en su vida. Amor no era una madre que se la pasaba culpándole por el abandono de su pareja, amor no era todas esas personas que le miraban con una expresión de desagrado combinada con curiosidad cada vez que salía a la calle. Con tan solo tres años había entendido que en el mundo debía de cuidarse a sí mismo porque nadie más lo haría por él.

 ¿Entonces por qué? Por qué si Mello había dicho que lo odiaba lo cuidaba tan bien y procuraba su bienestar, no tenía sentido. Se encontró suspirando por milésima vez en el tiempo que llevaba ahí, todo era confuso, no importaba cuantas veces le daba vuelta al asunto e intentaba enlistar las cosas para encontrarles una respuesta, estas se negaban a ser resueltas, como si quisieran ser un enigma por siempre para que él sufriera lo que la confusión por primera vez en su vida.

—Lo querías, Near. Por eso te dolió su muerte y te sientes culpable.

Esta vez, la voz de Lidner se unió a sus pensamientos confusos — ¿Querer? — Según los libros, un «Te quiero» se decía a una persona por la que tenías sentimientos o interés romántico, o a algún familiar o amigo cercano — ¿Qué eres de mí, Mello? — Levantó la mirada a la puerta, como si quisiera que él estuviese allí y respondiera a su pregunta — ¿Mi amigo? — No, la palabra no se escuchaba bien — ¿Mi familiar? — No, obviamente tampoco era eso — ¿Mi… interés romántico? — Un extraño calor subió rápidamente a su rostro, distinto al que había sentido cuando descubrió que Mello lo había bañado, este se sentía más cálido, no solo producto de vergüenza. ¿Por qué reaccionaba así? Eran sólo dos palabras, nada del otro mundo…

O por lo menos, eso quería creer.

[…]

Mello caminó entre las frías calles de aquel barrio, había llovido fuertemente en las últimas horas por lo que la mayoría de la gente se encontraba refugiada en sus casas o salía a la calle con sombrilla y abrigo. Él solo llevaba una chamarra negra de piel y tenía las manos metidas en los bolsillos de esta.

Tenía el cejo levemente fruncido mientras pasaba cerca del lugar donde había salvado a Near de aquella persona, ese idiota le había complicado las cosas en un abrir y cerrar de ojos. Suspiró pesadamente, viendo el vaho escapar de sus labios y perderse entre la niebla que había quedado.

— ¡Mello! — Una femenina voz lo llamó, haciéndole voltear a ver — ¿Qué haces con este frío acá afuera?

Era una chica, en sus veintidós años seguramente, tenía el cabello café y lo tenía a la altura de los hombros, tenía ojos negros brillantes y facciones bastante delicadas.

—Hana, hola — Dijo con un toque de desinterés, realmente no tenía ganas de hablar con nadie — He salido a comprar unas cuantas cosas, nada más.

— ¿Puedo acompañarte? Mi madre me ha enviado a comprar algo.

Hasta Mello pudo notar que aquello era una mentira pero no dijo nada — Como quieras, iré un poco lejos — Dijo mientras empezaba a caminar, con ella siguiéndole de cerca.

Aquella chica la había conocido cuando “volvió de la muerte” y se había instalado en Inglaterra, planeando todos los movimientos para hacer su gran reaparición ante Near. La chica se había enamorado de él y Mello, hasta cierto punto había correspondido aquello, pero ahora las cosas eran diferentes, de su mente no podía apartar a ese maldito “niño” que había dejado en la casa. Desde que había planeado el llevárselo, en su mente solo aparecía su nombre en letras mayúsculas.

—Mello, ¿Te sientes bien? ¿No tienes frío?

—No, estoy bien.

Sabía que estaba siendo seco y cortante pero no le preocupaba demasiado, él nunca había sido delicado o tierno en su manera de hablar, le resultaba más fácil decir las cosas directamente y así evitar tener cerca a personas que querían cambiar su forma de ser o eran demasiado sensibles.

— ¿Te gustaría pasar a mi casa? Mi madre ha hecho chocolate caliente…

—Tengo cosas que hacer, tengo que volver rápido — Dijo, pensando, por milésima vez, en Near. No quería dejarlo demasiado tiempo solo… dado lo que estuvo por ocurrirle la noche anterior.

—O puede ser en tu casa, si quieres…

—No puedo — Contestó, estaba usando toda la acumulación de paciencia que había logrado juntar en este tiempo pero se estaba acabando a pasos agigantados.

—Mello… El otro día me pareció ver a un chico entrar a tu casa, de cabello blanco — La chica dijo tímidamente.

— ¿Me espías o qué? — Mello rodó los ojos, bien sabía que en aquel lugar los secretos no eran tan secretos.

— ¡Claro que no! — Dijo en tono ofendido — Sólo estaba afuera cuando lo vi… ¿Él es Near?

­—Sí — Su voz sonó incluso más seca que antes pero no reparó en ello, le preocupaba más el saber en qué momento había visto a Near — ¿Qué has visto?

—Sólo que lo llevabas a una habitación… parecía estar dormido y lo llevabas cargando — La chica desvió la mirada al suelo — ¿Te gusta él? ¿Es de quién has estado enamorado?

El rubio no supo que contestar, las últimas cosas habían sucedido tan deprisa y de manera tan confusa que le resultaba difícil decir a ciencia cierta que pasaba por su mente en aquellos momentos. Sí, le había dicho que lo odiaba por ser el hablador sabelotodo que siempre era, pero en realidad no era un odio de desprecio o malos deseos, era más un «Te odio por hacerme sentir así» Estaba confundido, la felicidad que había tenido cuando vio la confusión de Near ante su súbita aparición le había llenado a mas no poder, sentía esa superación que había deseado su vida entera. Sin embargo, con los acontecimientos que se vinieron después, ya no supo explicar lo que pasaba, le cuidaba, le hacía sentir bien que estuviera bien…

De momentos sentía una inmensa necesidad de golpear algo o alguien, no toleraba que Near le hiciera sentir tan confundido y que pudiera voltearle las cosas que él con tanto ahínco había planeado, que lo hiciera dudar y tartamudear como niña enamorada cada que le preguntaba algo que no esperaba. Un golpe asestado a la estabilidad de Near significaba dos en su contra.

—Me gustaba sí…

— ¿Y Ahora?

—Me sigue gustando.

Continuará… 

Notas finales:

Sé que es un poco corto, pero las cosas se han puesto un poco más pesadas con esto. Parece que ambos han aceptado que algo más está ahí, además de que están más confundidos que nada... Near no cree en el amor, cosa que le hace sentirse más dudoso en lo que siente por Mello y este último, simplemente es muy orgulloso para aceptarlo.

Espero les haya gustado y no olviden dejar su opinión ^^

¡Nos leemos pronto!


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