Akihito vio a James entrar.
-Dime que eso fue una broma...-Susurró llorando.
-No, lo siento.-Bajó la mirada-Hicimos todo lo que pudimos.
-Asami, no debe ser cierto.-Hipió viendo el rostro sin expresión del mayor.
-La traerán para que se despidan unos 30 minutos, & luego veremos que quieren hacer con ella.
-¿La han vestido?.-Preguntó Asami con una voz quedada.
-Si, como querían. Está en las normas que la vistamos, & sus padres se despidan, con permiso.-Se marchó.
-¡Yo no quiero verla!.-Gritó Akihito sin parar de llorar.
Le habían cocido la herida, lo habían vendado, le habían puesto la faja & encima una remera suelta & cómoda.
-Shhh.-Susurró conteniendo las lágrimas.
-No pueden ser tan crueles.-Temblaba en la cama de la habitación.-Yo quería ver a mi hija con vida, no que me la entregaran para despedirme.-Su voz dificultosa retumbaba en los oídos de Asami.
-Tranquilo...-Sollozó apoyando su rostro al lado.
-Ay Asami, duele tanto.-No podía detener el llanto. Sus quejidos inundaban la habitación. Lloraba con tanto dolor, con tantas ganas.
La lluvia se hizo presente, llovía mares.
-¿Quién se despedirá de la pequeña?.-Preguntó la enfermera entrando, con un rostro triste.
-Ve tu Asami, yo no quiero verla.-Giró la cabeza hacia el ventanal, sol apenas salía, pero rápidamente sería cubierto con las grises nubes.
Asami siguió a la enfermera hasta llegar a la pequeña sala. Lo hicieron sentarse en una silla amplia. Se preguntaba por qué tanta preparación, le parecía irónico, iban a darle un cuerpecito muerto, ¿Con tanto cuidado?
La enfermera apareción con un bultito en sus brazos. La acomodó en el hombro de Asami,
-Lo siento mucho...-Susurró casi sollozando, & se retiró.
Ahí la tenía. Sin saber que hacer. Un cuerpito sin vida, apoyado sobre su hombro. No sabía como sostenerla, le daba pánico, quería llorar.
La corrió un poco, sosteniéndola con sus manos, alejándola para verla bien. Unos 36 cm. Vestida tal cuál habían querido ellos. Sus ojos algo redonditos, como los de Akihito, las mejillas también del rubio. & después su nariz... Su respingada nariz, como la suya; & esos amplíos labios, finos, rosaditos, también como los suyos. Era una perfecta niña sin color, pálida. Akihito pidió al enfermero que lo llevara en la silla de ruedas hasta donde estaba Asami. Sin hacer el mínimo ruido, se quedó viéndolo, sin que se diera cuenta de que estaba allí.
-Te imaginé tanto & tu solo...-Se la llevó de nuevo al hombro sollozando.-Yo no creo que pueda soportarlo, esto no...-Susurró.
Las lágrimas salían inconscientemente. Akihito no quiso mirarle el rostro a la bebé. No quería conocerla, amarla & luego tener que prepararle un funeral. Miró a Asami con angustia, no paraban de llorar.
La bebé se removió & Asami se quedó tieso.
-¡Una enfermera!.-Gritó, cosa qud asustó a la pequeña & largó un gran llanto.
-¡Asami!.-Dijo Akihito sin entender lo que pasaba.
Los enfermeros se la llevaron rápidamente, desconcertados, sin saber que hacer.
-Asami...-Sollozó Akihito, & el mayor notó su presencia, corrió a abrazarlo.
-Se movió, lloró & se la llevaron.-Susurró asustado, confundido.
-Está viva.-Su rostró se iluminó esperanzado.
-Si, bebé.-Susurró besándole la frente mientras el menor hacía el intento de abrazarlo.
-Disculpe...-Entró el doctor.-Su bebé había sufrido un paro respiratorio. Era muy serena, sin pulso, sin respiración, así que solo la calificamos sin vida. ¿Que tipo de reanimación le dio señor, Ryuichi?.-Preguntó el doctor.
-Ninguna reanimación.-Frunció el ceño.
-¿No ha hecho nada?.-Lo miró sorprendido.
-Solo le golpee la espaldita, & le pasé la mano.-Dijo sin restarle importancia.
-Tal vez ha sido eso, & el calor del cuerpo.-Asintió lentamente con una sonrisa de aliviado.
-¿Mi bebé entonces está bien?.-Preguntó Akihito con los ojos llenos de lágrimas nuevamente.
-Felicidades, son padres.-Sonrió el doctor asintiendo.-Vayan a la habitación. Dísculpenos, ha sido un milagro que eso la haya reanimado, en verdad.-Suspiró.-La llevaremos después de chequearla & podrán tenerla con ustedes.-& se retiró.
Akihito lloraba de alegría mientras Asami lo llevaba a la habitación de nuevo.
-Quiero verla.-Susurró.
Hacía media hora estaban esperando que trajeran a su bebé. Asami se había sentado en la cabecera de la cama, & Akihito estaba recostado en su pecho.
-Ya van a traerla, tienes que descansar.
-¿Es linda?.-Preguntó cerrando los ojos.
-Es preciosa.-Susurró contra su frente.-Tus ojos, tu gordura, mi boca, & mi nariz.
-¿Mi gordura?.-Abrió los ojos fingiendo indignación.
-Sí.-Rió levemente.
-Tu eres el gordo, grandote.-Rió con cautela, estaba ansioso.
-Hola papás...-Susurró la enfermera entrando con la bebé en brazos.
-Hola.-Sonrió emocionado Akihito, sentándose con cuidado, apoyado contra el pecho del cansado Asami.
-Los aritos se los hicimos recién, por eso la tardanza.-Sonrió entregándosela.
-¿Cuanto es?.-Preguntó Asami refiriéndose a los aros.
-Es un regalo, Sr. No se preocupe.-Sonrió enternecida.-Los dejo disfrutarla, le recuerdo Takaba, que debe dormir.-Lo señaló como regañándolo.
-Si, lo recuerdo.-La miró lanzando una pequeña risa.-Muchas gracias.
-Volveré en un rato por la planilla de su nombre.
-A ver....-Akihito la acariciaba lento, era preciosa, hermosa, perfecta, lindota, bella, todo junto.
-El pelo, eso ha sido nuestra discusión de siempre.-Dijo Asami mirándola.
-Le sacamos el gorrito a la 1... 2...-Puso su mano en el gorrito.-¡3!.-Se lo sacó dejando ver su cabello bien cortito.
-¡Castaño oscuro!.-Gritó Asami riendo.
-Shhh.-Rió Akihito.-Al parecer eres igual a papá.-Le susurró besándole la frente.
-Te escuchó cuando pediste que fuera como yo físicamente.-Sonrió triunfante.
La enfermera entro con un papel en mano.
-Necesito el nombre de la pequeña.
-Nunca pensamos un nombre.-Dijo Asami sorprendido.
-Amiry...-Susurró Akihito.
-¿Amiry?.-Preguntó el mayor.
-"A" mi inicial, "mi" de Nuestra, & "Ry" de Ryuchi, Amiry.-Volvió su mirada a la de Asami.
-Me gusta.-Sonrió lentamente.
-Bien.-La enfermera le leyó lentamente:
"Nombre: Amiry Takaba Asami.
Ps: 2,7000 kg.
Md: 34 cm."
-¿Hora de nacimiento?.-Preguntó.
-7:00 am.-Susurró Asami recordando la hora en que la había escuchado llorar, con vida.