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El cielo más grande. por sukichoco

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo!!

Muchas gracias por seguir leyendo y sin más las dejo... por favor

¡¡¡DISFRUTEN!!!

El cielo más grande

 

21.-La insistencia de la alondra

 

Narrado por Tsuna

 

Tenía la cabeza tan adolorida, como cuando despiertas por la tarde de un día caluroso. Abrí los ojos lentamente y supe de inmediato que me encontraba en mi habitación acostado en mi cama.

Me reincorporé con mareos anormales y traté de bajar de la cama para ir al baño y vomitar, pero había algo que me lo impidió. Una amarradura me detuvo, miré mi muñeca con extrañeza y luego con terror. Estaba encadenado.

- Eres bastante fuerte – abrí mis ojos con horror y suspiré con los dientes temblándome, la voz que me hablaba me era conocida y antes de verle la cara sabia de quien era.

- ¡Hibari-san! – apreté mi cuerpo con miedo y lo miré atento a cualquier movimiento que hiciera.

- Nunca creí que tuvieras la valentía como para dejarme  en el altar – se recargó sobre la puerta de mi habitación mirándome con severidad y con las manos cruzadas por su pecho.

- Hibari-san… lo siento mucho – me disculpé honesto, aunque en realidad también quería tocar un poco su corazón para que no me hiciera daño.  

- Lo sé – respondió sereno – por lo menos sé que cuando te fuiste tuviste un verdadero malestar por dejarme plantado. Te conozco lo suficiente como para saberlo.

- Perdóname – continúe implorando su perdón. Después de lo sucedido sabía que verle a la cara sería difícil y ahora lo comprobaba. Verlo a los ojos era casi imposible, yo  estaba terriblemente apenado y el me miraba sabiéndolo de por medio.

- Ya lo hice – se sentó a los pies de la cama y me calme un poco al escuchar esas palabras – pero una cosa muy diferente es perdonar a ese imbécil que te trajo hasta aquí, a él deseo matarlo Tsunayoshi.

Mi rostro tuvo un cambio inmediato. Asustado pero preocupado le mostré una cara rogante.

- ¡Reborn es la persona que amo! – dije en voz desesperada aun entendiendo que esas palabras lo pondrían furioso

- ¿Cuál es tu razón? – me pregunto directo y serio.

- No tengo razón para amarlo, solo lo hago – dije torpe, pero con las palabras más  correctas para hacerlo.

- ¿Él te ha dicho lo mismo? No lo creo.

- ¡Lo ha hecho!

Hibari-san enmudeció, se inclinó hasta recargar sus codos en las rodillas y suspiró levemente. Parecía como si quisiera calmar sus nervios. El silencio que le prosiguió fue abrumador  que me llenó de un frio también producto de la lluvia que caía como aguacero.

- ¿Cuándo te enamoraste de él? – preguntó sin un tono con el que pudiera decir si estaba enojado o triste.

Me era difícil responder eso.

- No lo sé. Puede ser que fue la primera vez que lo vi o quizá cuando me encontré con él en Francia.  – confesé tan serio como pude ya que Hibari-san me exigía serlo.

- Yo he estado enamorado de ti desde que nos conocimos en Japón

Abrí los ojos impresionado, de todas las cosas jamás creí que me confesaría eso en esta situación. 

- Creía que me odiabas….

- Lo hacía. – sonrió de lado – pero únicamente porque eras demasiado hermoso que mis orientaciones sexuales cambiaron al conocerte y saber que eras hombre.

- Hibari-san… - pronuncié su nombre con un tono lastimero, me dolía verlo de esa manera, aunque hubiera tratado de casarse conmigo a la fuerza, aun sentía pena por él.

- Sin embargo también supe que eras un doncel y en ese momento supe que tenías que ser mío, fuera lo que fuera.

- Hibari-san, pensar eso es absurdo.- dije en voz baja.

- Además ¿No piensas que el que te haya encontrado aquí es obra del destino?  - me miró a los ojos penetrantemente.

- ¿D-De qué hablas? – titubee al ver su mirada decidida y preparada a hacer algo.

- Si no hubiera sido porque Cavallone te vio en la ciudad no tendría ni idea de que escapaste a éste lugar

- ¿Dino-san?

- No fue su intención delatarte, solo pensó que nos encontrábamos aquí por un viaje de pareja ¿Curioso no?

- Fue solo una coincidencia – traté de suavizar su argumento

- Quizá, pero ahora estamos frente a frente de nuevo.

- ¿Qué planeas con todo esto? – le pregunté angustiado.

- Llevarte lejos de él – confesó tranquilo – Lo llegarás a olvidar y todo esto lo veremos como un recuerdo de tu juventud, uno con el que nos reiremos en el futuro  -  Sus ojos penetrantes pasaron a ser fríos. 

Lentamente incliné mi cuerpo hacia atrás asustado de la mirada que me daba. No era la primera vez que lo veía de esa forma tan desesperada por matar, pero ahora esos ojos eran hacia mí.

- Yo… nunca podré olvidarlo, él ha sido mi primer… - sentí su fría mano sobre mis labios y al mirarlo vi en sus ojos rabia total.

- Ese herbívoro ya hizo de las suyas ¿no? – su voz comenzó a alzarse y su mano oponía cada vez más fuerza sobre mi boca. Tenía miedo, Hibari-san estaba completamente loco. - ¿Lo hicieron?

No sabía si negar o asentir. Pero ese silencio que hice él lo tomó como una afirmación a su pregunta.

- Tsunayoshi. – su mirada pasó a ser la de un loco - te limpiaré…

 

Narrado por Reborn

 A penas se hacia el trafico más liviano cuando sentí algo en mi interior. Un dolor irracional en el pecho se apoderó  de mí, era como un llamado para que me apresurara para llegar con Dame-Tsuna.

Aceleré un poco más, poco a poco una desesperación incoherente me llenó y  el deseo inhumano de ver a Tsuna comenzó a preocuparme.

- Sé que te gustan las cosas rápido, pero podrías ir con más calma aun quiero vivir por lo menos un año más. – se quejó Colonello pero no me detuve, ese tipo de corazonadas siempre son correctas y seguramente algo pasaba en casa.

 

Narrado por Tsuna

Opuse tanta fuerza como pude, me rehusaba a ser tocado por alguien que no fuera Reborn. Sin embargo la fuerza y el tamaño de Hibari-san me sobrepasaban por mucho y no podía hacer mucho cuando ya me comenzaba a desvestir.

- ¡Detente! – le grité asustado pero no paró, parecía como si no me escuchara aunque ambos sabíamos que únicamente hacia oídos sordos. Sus ojos también parecían perdidos como si no fuera él quien estaba haciendo eso.

Se sentó sobre mí y violento me sacó la playera que tenía puesta. Gracias a los largos años que viví entre vestidos y cosas de niñas me sentí expuesto y traté de taparme con mis manos, pero eso solo ayudo a que su cuerpo chocara más con el mío.

- ¡Hibari-san!  ¡Por favor no!

Sentí sus manos pasearse con libertad por mi espalda y el asco me dejo paralizado. Era muy diferente a las caricias de Reborn, Hibari-san solo me tocaba con esa lujuria descontrolada que me incomodaba y odiaba.

Sujetó mi barbilla y me besó salvajemente. Las lágrimas se formaron de inmediato y comenzaron a caer por el rabillo de mis ojos. Su lengua remplazó a la de Reborn por esos minutos y a culpa llegó a mí.

Ojalá hubiera ido con él al encuentro con Colonello, si lo hubiera hecho esta sería una situación diferente.

Mientras trataba de quitarme los pantalones y yo oponía resistencia, recordé que hace apenas unas horas estaba con Reborn  sintiendo su calidez y dejándome probarla, recordé el último beso que le di, todo mientras Hibari tocaba y apretaba mi entrepierna con demanda. 

Me solté a llorar pero eso tampoco lo detuvo. Me quitó toda la ropa y cuando trató de meter el primer dedo a mi zona, el sonido del carro estacionándose afuera resonó en mis oídos.

- ¡¡¡¡REBORN!!!!! – Grité con  fuerza.

Sonreí un poco al sentir que él estaba ahí, que había llegado para sacarme de este infierno que estoy pasando.  Volví a gritar varias veces pero de inmediato Hibari me silenció poniendo su mano contra mi boca.

 

Narrado por la autora

 

Escuchó en varios gritos su nombre y entonces supo que su corazonada había sido correcta.

- ¿Qué fue e…

Sin dejar que Colonello terminara su pregunta se adentró a la casa sin un plan. No tenía que verlo como para saber que había algo que lastimaba a su castaño adentro.

El castaño y Hibari se vieron mutuamente al escuchar la puerta principal abrirse y cuando el menor vio los ojos del otro supo que su adorado azabache estaba en peligro.

Entró y de inmediato pudo percibir un olor diferente a lo normal, comprobó entonces que alguien había entrado. Tomó el arma que guardaba recelosamente en uno de los cajones de la cocina y subió cauteloso pero veloz. 

Tocó la puerta de la habitación de Tsuna.

- ¡No entres Reborn! ¡Está armado!

El azabache no se sintió perdido, sabía que podía pasar  y por ende se había puesto como fin en esta situación matar a Hibari, quien estaba adentro, si fuera necesario.

Sin embargo, sacándolo de sus expectativas el propio Hibari abrió la puerta desde adentro, invitándolo a entrar. Entonces supo lo que quería y lo que haría.

Bajó su arma y entró a la habitación, tal como lo esperaba Hibari estaba apuntando su arma a la cabeza de un Tsuna arropado con las sabanas únicamente.

- ¡Vaya! Resultaste ser más cobarde de lo normal  – lo insultó con la esperanza de que con esto Hibari recuperara su cordura y bajara el arma.

Pero el azabache sonrió sin hacerlo.

-  Baja tu arma – le ordenó serio y tranquilo.

Reborn acató y con porte duro bajó el arma a sus pies. Luego la pateó hacia el pasillo por donde había entrado.

Hibari lo miró fijamente con sospecha, las cosas resultaban fáciles para él. Podía ser que amara tanto a Tsuna como para ponerse en esa situación pero él no confiaba en ese cariño que supuestamente tenia.

Aun así y para no sentirse más canalla de lo que ya se veía, dejó de apuntar a la cabeza de Tsuna y pasó Reborn a ser su blanco.

- ¿Matándome lograras obtener el cariño de Tsunayoshi?  - le preguntó con una media sonrisa.

- Nunca lo obtendré – acarició la barbilla del mencionado – pero no por eso dejaré que alguien como tú lo tenga. Si te mato obtendré su odio, pero también abre ganado que él no se encuentre con un sujeto como tú

- ¿Quieres hacerte el héroe con una forma tan patética? – se bufó – no me hagas reír Hibari Kyoya

Kyoya lo miró de lado y sonrió levemente

- Creo que nos conocemos lo suficiente como para saber que eso jamás lo permitirías, porque al igual que yo eres ambicioso y cuando muera lo querrás exclusivamente.

- Tengo el permiso de su abuelo – tocó el cabello de Tsuna aun con su expresión de horror – Y eso es lo único que necesito para casarme con Tsunayoshi.

Tomó su mejilla y se acercó a él para darle un beso. La distancia se hizo estrecha y los celos de Reborn se incrementaron a un punto intolerable.

- ¡No lo toques Hibari Kyoya! – le ordenó al mismo tiempo que corría hacia ellos y trataba de evitar un toque más en el cuerpo de su amante.

 Entonces Hibari paró y con gran tino disparó al pecho de Reborn cayendo éste en el suelo manchando la alfombra blanca de la habitación.

Tsuna miró todo, sus ojos ni siquiera parpadeaban para ver el cuerpo que había caído en el suelo  de manera tan fría. Sus gritos se quedaron en la garganta y sintiéndose tan frustrado por no poder sacar algún sonido de su boca, todo su enojo y tristeza las lanzó contra Hibari lanzándose contra él.

Como era de suponerse, su fuerza no se comparaba contra la de alguien como Hibari y únicamente logró inmovilizar la mano donde tenía el arma.

Mientras Hibari trataba de quitarse de encima al castaño, alguien más entraba a la habitación y como un tirador experimentado disparó contra Hibari y le dio en un brazo.

El azabache miró al rubio que le apuntaba ahora a la cabeza y bajó el arma que tenía mientras se tocaba el brazo con expresión de rabia más que de dolor. Cuando se miraron supieron que había hecho un nuevo enemigo cada uno.

Tsuna corrió al lado de Reborn para asegurarse que estuviera vivo. El pulso era bajo pero seguía ahí.

Hibari miró al rubio con el ceño fruncido y entendió que ese había sido el plan de Reborn desde el inicio. Nunca hubiera bajado el arma si no fuera por que tuviera un plan que lo respaldara, ni siquiera tenía idea de que  Colonello estuviera ahí.

- ¡Colonello-san! ¡Sigue vivo! – los mayores miraron al castaño sorprendidos y luego al decadente Reborn que respiraba con dificultad.

La alondra se sintió abrumada ¿Es que nunca se muere ese estúpido herbívoro? Pensó. Pero gracias a esa pequeña distracción de Colonello pudo huir por el balcón, saltando desde arriba y yendo a su motocicleta con un disparo en el brazo.

Colonello lo dejó ir porque necesitaban atender a Reborn y porque pronto se haría cargo de él. El de patillas rizadas a su vez, acostado sobre el regazo de Tsuna no respondía a los ruegos de éste  por su despertar lo cual lo hacía parecer como muerto.

- ¡¡Reborn!! – apretaba el pecho de Reborn para que la hemorragia parara, mientras el rubio llamaba a emergencias.

La desesperación de Tsuna crecía más y más, su cuerpo únicamente cubierto por una sabana que se enredó rápidamente se manchaba un poco de la sangre del ser que amaba y que dejaba salir un último aliento frente a los ojos de Tsuna.

Reborn estaba sangrando mucho y no despertaba. Colonello lo miraba por el rabillo del ojo mientras llamaba a emergencias. Observo a él devastado Tsuna que lloraba inconsolable y pudo observar su cuerpo desnudo antes que Tsuna lo cubriera. Sus ojos se abrieron un poco al saber la verdad, pero siguió atendiendo a la llamada como un adulto.

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Gracias por leer!

Espero que el capitulo no las haya traumado demasiado LOL 

Hibari se ha vuelto loco! Por fin lo he dicho oficialmente XD

A decir verdad se me esta dificultado mucho este fic ya que Hibari es uno de mis personajes favoritos y para ser sinceras es la pareja que más me gusta en todo KHR.

Por eso estas vacaciones subiré unos cuantos capitulos de Medicina Vongola y cuando termine con ese fic! Iniciare otro con 1827 que sera relativamente corto... osea no mas de diez capitulos :D

Bueno espero que las que por fin hayan salido de vacaciones las disfruten mucho! Yo tambien lo haré :d 

Todavia es temprano para desearles feliz nacvidad... asi que no lo haré! 

Nos leemos pronto y agradesco de antemanos sus revviews! Se que hay muchas lectoras que pasan desapercibidas por que no me dejan ni un hola pero bueno... considerenlo mi regalo de navidad anticipado.. XD

Las dejo!!

BYE...


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