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Pursuit Of Happiness. por PCD19

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Notas del capitulo:

Primero que nada, lamento la tardanza, realmente he estado falto de creatividad para el fic y lo atribuyo a que Teen Wolf terminó por ahora, y pues enmendaré tal cosa.

Segundo: Aquí les traje la quinta parte, con la primera escena más Sterek(?) y espero con eso compensar mi tardanza y trataré de escribir pronto la sexta parte.

Lamento errores, no leo lo que escribo, me aburro y pues ya ven. Y gracias por leerme y dejar reviews, dejen más, eh.

Canción del capítulo: Sweet Disposition by The Temper Trap.

   

   

   Stiles estaba en la habitación donde los enfermeros descansaban cuando su teléfono móvil comenzó a sonar. Se quitó la camisa del uniforme antes de tomar el celular y responder. Era Scott y él se maldijo por no haber llamado la noche pasada a su amigo.

                ─Hey viejo. ─dijo Stiles, sentándose en una de las literas y amarrándose las agujetas de sus botas. ─ Lamento no haberte…

                ─Ya, da igual. ─Scott suspiró. ─ Allison me ha dejado…

                ─ ¿Qué? ─los ojos de Stiles casi salieron de sus orbitas. ─ Pero… ¿por qué? O ¿por quién?

   Para Stiles aquello parecía imposible, desde que su mejor amigo y la joven Argent comenzaron a salir en el instituto parecía que habían nacido para aquello, para estar juntos y nunca separarse, ser una de esas parejas que llegaban al hoyo juntos, por más que en la actualidad eso no se viera, para Stiles siempre fue así. En el fondo envidió durante meses a Scott por tener tanta suerte de encontrar “su media naranja” mientras Stiles seguía soltero y sufriendo por una Lydia que siempre iba a preferir al impertinente de Jackson que a nadie más.

   Pero Stiles Stilinski no era hombre de envidias y ni rencores y siempre apoyó a su amigo y su novia, exigiendo a McCall ser el padrino de bodas cuando esto sucediera. Y no se explicaba cómo estaban dejándolo ahora, Scott era un idiota, pero era un gran tipo, de esos que arreglaba una bombilla si no encendía, que cocinaba cuando su chica estaba cansada y le daba todo su salario, porque Scott y Allison vivían juntos, además Scott era fiel, atento y parecía tan enamorado como el primer día ¿cómo Allison podía hacer a un lado todo eso?

                ─No me ha dejado por nadie. ─afirmó Scott. ─ Me lo aseguró, de hecho… No lo hemos dejado del todo.

                ─ ¿Entonces? ─Stiles bufó, se estaba haciendo un lío en su cabeza por Scott y este no explicaba todo como era debido. ─ Scott ¿le mirabas las tetas mientras te decía algo importante?

   Scott pareció dudar y sin tenerlo en frente, Stiles supo que se sonrojaba y sonreía cual idiota.

                ─No… ─balbuceó el moreno. ─ Es decir…

                ─Yo te dejaría si me vieras las tetas mientras te digo algo importante.

                ─Stiles, no tienes…

                ─Gracias a Dios. ─Stiles rodó los ojos. ─ Anda, dime qué pasó.

                ─Me ha pedido un tiempo. ─dijo Scott. ─ Quiere ir a estudiar un diplomado en Francia o algo así… Y me ha dicho que quiere un tiempo…

   Que morro tenía la chica, pedirle un tiempo a su pareja, cuando se iba a otro país, era para tener libertad de hacer lo que se le viniera en gana. O quizá, y sólo quizá, Allison estaba probando a Scott y quería ver si él era capaz de aceptar tal cosa o decidir marcharse con ella o Dios sabría qué. No quería pensar en la muchacha como una perra que se había cansado de Scott, porque Stiles, que tenía desde su niñez conociendo al joven de raíces latinas, se había aburrido de él.

                ─Vaya… ─Stiles se rascó la nuca. ─ Eso es fuerte… es decir, si se va a Francia y te pide un tiempo…

                ─Lo sé. ─Scott suspiró una vez más.

                ─Ve con ella, o dile que no aceptarás un tiempo…─Stiles frunció los labios. ─ No sabes si te está probando para ver si eres fiel o no.

                ─Es que ese es el problema…─Scott bajó la voz, no susurraba, pero hacía aquello cuando quería decir algo que podía enojar a Stiles, usando sus ojos de cachorro también, aunque ahora, por teléfono, no podía. ─ Le he sido infiel.

                ─Oh por Dios. ─la voz del hijo del Sheriff se alzó una octava. ─ Oh por Dios… Oh por Dios… ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Con quién? Serás hijo de puta.

   Scott enmudeció y Stiles sintió las venas de la frente palpitar con fuerza, y es que había estado imaginando siempre a Scott como el tipo más fiel del mundo, siempre poniéndolo en mejor lugar que a Allison y ahora le salía con tal putada. Pero ¿desde cuándo todo había perdido el camino en su vida? Parecía que Scott era otro y Stiles no había reparado en ello. No quería meterse en dramas de pareja, pero si Allison quería un tiempo quizá sabía tal estupidez cometida por Scott y por ello quería alejarse, y él lo merecía, por idiota.

                ─Hey, no te hagas una película. ─dijo Scott de pronto. ─ Que fue anoche, cuando Allison me soltó tal cosa… salí y de haber venido mi mejor amigo sería un chico fiel como siem…

                ─Oye, idiota, no me culpes a mí, no te atrevas o te juro que te voy a buscar y patearte en sitios que ni siquiera sabes que existen. ─gruñó Stiles, enfureciéndose.

                ─Ya… está bien… Vaya, que agresivo. ─rió Scott, nervioso. ─ El punto es… No fue adrede y… debemos hablar, debemos vernos… ─el muchacho sonaba preocupado, y Stiles lo imaginó ansioso, hecho un manojo de nervios, temiendo por su relación y demás. Debía ayudarlo, aunque fuera un gran idiota. ─ Por favor, Stiles.

                ─ Vale, vale, déjame ver algunas cosas y te diré si puedo en unas horas. ─miró su reloj de pulso, eran las siete menos un cuarto.

                ─Hey… Mi madre me ha dicho que estás muy… apegado a un paciente. ─dijo Scott, algo mosqueado. ─  Me parece bien que quieras salir con alguien…

                ─ ¿De qué hablas? ─los ojos de Stiles se abrieron de sopetón. ─ Joder, Scott, ¿has estado pensando en las tetas de Allison mientras Melissa te decía algo importante?

                ─Oye… yo…─balbuceó Scott.

                ─Es un bebé, idiota. ─Stiles rió, a pesar de estar deseando patear el trasero de su mejor amigo en ese momento. ─ Y cuando nos veamos te contaré todo.

                ─Muy bien, y espero nos veamos pronto... Esto debo hablarlo. No sabes lo que he hecho. ─Scott sonaba apesadumbrado ahora.

                ─Ser infiel…

                ─Y ojalá fuera sólo eso.

                ─No me preocupes, McCall. ─dijo Stiles, mordiéndose el labio. ─ Nos veremos pronto. ─sentenció.

                ─Vale, viejo.

   Cuando colgó el teléfono, Stiles se colocó rápidamente la camiseta, su turno había terminado y debía ir al piso de Derek y decidir qué harían con el tema de Liam, quien había salido de la mente del enfermero mientras hablaba con Scott. No sabía qué pasaba, o no todo lo que pasaba, pero estaba preocupándose, su amigo era importante y a pesar de ser un idiota, Stiles no quería que la pasara mal, porque algo le decía que Allison no sabía de esa infidelidad y que a Scott le pesaba su error más que nada. Allison no merecía que le fueran infiel, pero Scott tampoco merecía que le pidieran un tiempo cuando, con excepción de la noche pasada, había sido el novio perfecto todo el tiempo.

   Pero ahora mismo debía pensar en Liam y su futuro, en lo próximo que sería su traslado al orfanato, porque el doctor Kol decidió que aún no se iría, gracias a Derek, pero aquello no sería para siempre y cuando el pequeño fuera dado de alta, pasaría a ser cargo de los Servicios Sociales. Debía buscar la forma de quedarse con él, de ser su padre, pero todo apuntaba a que aquello no sucedería, o todo era demasiado complicado.

    Salió del área de descanso rápidamente, cargando su mochila y decidiendo que iría después al Retén, ya se había despedido de Liam y esta podría ser la primera noche que el pequeño se quedaría solo.

   Una vez estuvo fuera del hospital, buscó su jeep y condujo rápidamente hasta el edificio de Derek. Estaba exhausto pero por lo menos no se sentía agripado como la noche pasada, cosa que mejoraba su situación. Aunque recordar a Jennifer le daba nauseas, debía explicarle a Derek todo, sino es que ya la víbora había escupido todo, agregando detalles falsos que perjudicarían a Stiles.

   Por ello subió por las escaleras al piso, pensando en qué podría decirle a Derek y cómo se tomaría aquello. Fue a paso de caracol y cuando estuvo frente a la puerta de metal se preguntó si debía entrar o marcharse al hospital, a cuidar de Liam. Pero ya estaba allí y debía afrontar lo que pasara y es que ni siquiera sabía si algo malo pasaría.

   Así que decidió abrir y cuando vio a Jennifer recostada a una columna de metal y a Derek en el sofá la sonrisa de pura cordialidad que había puesto desapareció del rostro de Stiles.

                ─Stiles, te esperábamos. ─dijo Derek, mirando directamente a los ojos del enfermero, por lo menos no parecía molesto.

   Stiles asintió y cerró la puerta, preguntándose si Derek estaría enojado y le mataría por ofender a la zorra que tenía por… bueno, ni Hale mismo sabía si ella era su novia.

                ─Sí, Stiles. ─gruñó Jennifer.

                ─Yo… ─Stiles tragó saliva y se mantuvo firme. ─ Anoch…

                ─Debes adoptar a Liam. ─soltó Derek. ─ Tú y Jennifer.

   Aquello fue como un golpe directo a los cojones, limpio y duro. Stiles quedó pasmado y tosió, pues casi olvidó cómo tragar saliva.

   ¿Derek estaba loco? Bueno, no es que Stiles lo viera como alguien sano, pero aquello recalcaba que no tenía salud mental. ¿Cómo podía adoptar él a Liam y con Jennifer? Sí, había pensado en adoptarlo pero nunca a Jennifer como su pareja, de hecho pensar en esa mujer como algo de Liam, o cerca de él, le hacía hervir la sangre y temer.

                ─Está loco. ─Jennifer se movió por la sala de estar. ─ Derek me ha hablado de Liam y se le ha ocurrido esta idea, a él, no a mí. ─dijo con cara de inocente. Maldita.

                ─Soy justo. ─Derek se levantó del sofá. ─ Eres como el padre de Liam, estuviste cuando nació… Debes ser el padre y Jennifer como madre… le pregunté a Laura si se apuntaba pero dijo que su novio te mataría, bueno y a ella también.

                ─Pero Derek…─Stiles balbuceó. ─ Yo… ─ ¿Cómo decirle que Jennifer era una loca?

                ─Ya dije que no. ─Jennifer sentenció con voz fría. ─ Podría adoptar a ese bebé, si fueras tú el padre. No quiero ser la madre de un niño con…

                ─Venga, pues yo no quiero tener nada que ver contigo. ─Stiles dijo sin pensarlo y se sonrió, porque era justo lo que deseaba decir. ─ Derek… ¿Por qué la metes a ella en esto?

   Derek enarcó las cejas sin comprender y Stiles supo que él no sabía nada de lo que la noche había pasado entre él y esa demente. ¿Cómo iba a explicarle todo sin no verse como una víctima idiota?

                ─Quiero tener a Liam. ─dijo Derek. ─ Y tú debes ser el padre, Stiles. Y no sabía que no podía meterla a ella en esto…

                ─Claro que puedes. ─gruñó la mujer, fulminando con la mirada a Stiles. ─ Tengo derecho…

                ─No lo tienes. ─bramó Stiles.

                ─Vale, ahora quiero que los dos me digan qué pasa aquí. ─la voz de Derek se alzó, estridente.

                ─Este niñato me ha amenazado. ─soltó Jennifer. ─ Derek, ha llegado a casa… diciendo que tú y yo no somos nada y me tomo atribuciones que no debo.

   Jennifer sonrió cuando la mirada de Derek se dirigió a Stiles, cuando el ceño del pelinegro se frunció ligeramente y pareció decepcionado y a su vez, confundido.

                ─Stiles…

                ─Yo… ─Stiles se mordió el labio. ─ No la amenacé, todo lo demás es cierto. No dije nada que no sepamos todos.

                ─Es falso, Derek y yo tenemos una relación. ─gruñó la mujer. ─ Y además, sí que me amenazaste.

                ─ ¿Por qué mientes, Jennifer? ─Stiles la miró a los ojos. ─ ¿Quién dijo que me sacaría del camino si me metía donde no debía? ¿Quién estaba durmiendo en ese puñetero sofá cuando llegué en la madrugada sin que nadie le abriera la puerta del piso? No quiero sonar como la víctima, como un… idiota… Pero las cosas son así y no quiero que mientan, no en mi cara.

                ─Derek, no creas nada de lo que dice. ─Jennifer se acercó a él, con los ojos opacados por lágrimas. ─ Sabes que miente…

   Stiles miró a Derek, Hale volvía la mirada de Jennifer a Stiles y viceversa, con el ceño fruncido y los ojos fríos, parecía realmente cabreado, y lo demostró sobre todo cuando dio un paso atrás para que Jennifer no le tocara.

   El enfermero comprendía la situación y quizá Derek le creyera a Jennifer y se sintiera decepcionado por Stiles, y eso a él comenzaba a importarle un comino. Anoche Derek había dejado claro que no tenía nada con ella ¿por qué ahora parecía indignado y miraba mal a Stiles? Además, él no había dicho nada que no debiera, y dejaba claro que la manzana de la discordia allí era Jennifer con su obsesión y locura por Hale.

                ─Jennifer. ─Derek se volvió hacía ella. ─ ¿Por qué estabas en mi departamento cuando no había nadie? ¿Cómo carajo has entrado?

                ─Yo no estaba. ─La mujer pareció dolida con aquello y la boca de Stiles se abrió de sorpresa o de rabia. ─ Esta mañana vine a verte, porque pensé que estabas aquí y él abrió y me soltó todo…

   Jennifer comenzó a llorar y Derek pareció reaccionar, dejar a un lado la rabia para acercarse a ella y colocar una mano en su nuca, con delicadeza, mirando con dureza a Stiles.

   Stiles miró la escena, tragando saliva y asintiendo al saber que Derek le iba a creer a ella, fuera su novia o no y que él la había cagado, lo había arruinado al encarar a Jennifer la noche pasada. Porque ella mentía, como una condenada, pero ¿de verdad iba a contradecirla? No, no cuando Derek parecía asqueado con su presencia, cuando lo miraba con frialdad y como si quisiera golpearlo por hacerla llorar a ella.

   No dudó un segundo más seguir allí, sin pensarlo dos veces Stiles se dio la vuelta y caminó hasta la puerta, abriéndola y decidiendo que sería mejor ir a atender a Scott que quedarse allí.

                ─Nadie puede venir y decir cosas por mí, nadie tiene tal derecho. ─fue lo último que Stiles escuchó decir a Derek.

   Stiles mentiría si no se subió a su jeep y se quedó allí cerca de media hora, con las manos en el volante y los ojos puestos en la pared pintada de blanco del estacionamiento del edificio, con los ojos ardiendo por las lágrimas que pugnaban por salir y el labio inferior temblando.

   Había sido un idiota al pensar que Derek podría creerle a él sobre Jennifer, que él le importaba algo. Derek se preocupaba por Liam, era correcto, pero Stiles era un don nadie para él y lo había demostrado en ese momento, dejándole a un lado y haciéndole sentir miserable. Y era su culpa, por haberse metido donde no debía y Stiles había hecho aquello por ayudarlo a él, por quitarle una carga.

   Pero no podía darse golpes de pecho, claro que no. Stiles jamás había sentido nada por otro hombre y ahora era mejor así, con Derek odiándole, además, si le odiaba no se atrevería a pedirle que adoptara a Liam con Jennifer como pareja, y quizá, no se volvería acercar a Liam. Y eso también estaba bien, porque Stiles no quería que Jennifer estuviera cerca del pequeño y era mejor si Derek tampoco lo estaba.

   Pero estaba siendo idiota, y egoísta sin bases, porque una vez Liam fuera al orfanato, no sabría más de él y se sentiría más solo y miserable, realmente herido, porque Derek era un cretino y Stiles era lo suficientemente inteligente para no dejarse afectar por él. No era un personaje de una novela romántica patética ni dependiente de nadie. Si lloró por Malia o si suplicó por ella fue por la relación que les precedía, porque ella le conocía tanto como nadie. No iba a sufrir por alguien como Derek, por eso no lloraba, por eso se tragaba la sensación de desasosiego, sabiendo que en realidad era impotencia, rabia.

   Que le dieran a Derek y a su loca novia. Él iría a ver a Scott y despejar su mente con los problemas de su amigo, era mejor.

 

   Scott pidió a Stiles que se vieran en el Shooter’s, y allí estaba él, con una cerveza en la mesa donde él, Scott, Jackson e Isaac, y a veces otros, acostumbraban verse, pero ahora serían sólo él y Scott y cervezas y Jo yendo y viniendo, dejando las bebidas y sonriéndole a Stiles.

   Cuando Scott llegó, Stiles alzó su cerveza para que su amigo le viera y este se acercó a paso rápido, haciéndole una seña a Jo para que le llevara una birra fría y se tiró en su asiento, con los ojos puestos en la tabla de la mesa y su labio inferior entre los dientes. Stiles se sintió mal por su amigo, pero tampoco quería ser sutil con él, no cuando había metido la pata o la polla antes de siquiera saber si Allison hablaba en serio con eso del “tiempo” que le había pedido.

                ─Ya puedes decirme lo hijo de perra que soy…─dijo Scott.

                ─No, quiero saber todo antes de decir nada. ─Stiles miró con dureza a Scott y tomó un trago de su cerveza.

                ─Bien. ─ El moreno alzó los ojos y sonrió un poco, a la vez que Jo se acercaba y dejaba una cerveza para él. ─ Yo… ya sabes que Allison me pidió un tiempo…─bufó y dio un trago a su cerveza. ─ Pues bien, decidí salir para hablar de eso contigo, le dije a mi madre que te dijera que me llamaras, no respondías el móvil… pero bueno, no llamaste y salí con Isaac.

   Stiles asintió, aunque se sintió un poco mal al saber que no había estado allí para Scott en ese momento que debía haberse sentido como una gran mierda, como si su mundo se viniera a sus pies, porque Allison era todo para él y que le pidiera tiempo debió ser un gran golpe. Sobre todo cuando se tiene en cuenta que al pedirse un tiempo después la relación nunca es la misma si se retoma, cosa que pocas veces ocurre y termina todo peor.

                ─Sigue…─dijo Stiles. ─ Y lamento no haber estado ayer.

                ─Yo no del todo. ─Scott dio un largo sorbo a su cerveza y se pasó las manos por la cara después. ─ Sabes que amo a Allison, la amo realmente… pero me dolió eso que me dijo… un tiempo mis cojones, irá a Francia y se follará a medio París y quizá se quede con un francés, eso hará. Y no la juzgo… y yo ya había sido infiel de pensamiento. Sí, es estúpido que lo exponga así, pero hacía tiempo traía a esta persona en mente.

                ─Y entonces fuiste tras de ella en cuanto Isaac levantó el culo. ─Stiles miró con dureza a Scott. ─Y no sabía que tenías a nadie en mente.

                ─Ni yo… es decir, sí, pero pensaba que no era nada, que era normal…─Scott se sonrió, y en ese momento Stiles descubrió esa sonrisa y esa mirada brillante y genuina que siempre mostraba Scott en sus años de instituto, tan jovial y lleno de ilusiones el muy idiota. Debía ser alguien importante para poner así a Scott. ─ Y al parecer era mutuo y pasó…

                ─Mataré a Isaac por dejarte solo. ─ dijo Stiles, haciendo una seña a Jo para que le llevara otra cerveza.

   Scott pareció sonrojarse y se llevó su birra a la boca, bebiendo como si no hubiera tomado nada en años y desviando la mirada de la de Stiles.

                ─Hey Scott. ─Jo se volvió hacía el muchacho cuando colocó la cerveza frente a Stiles. ─Anoche has dejado tu chaqueta cuando el profesor Isaac te llevaba, ibas muy borracho, eh.

   Stiles frunció el ceño. No es que fuera el hombre más inteligente del mundo, pero si Scott iba tan ebrio que Isaac tuvo que cargar con él ¿en qué momento fue infiel a Allison? Porque todos sabían que lo que pasaba en Shooter’s se sabía en todo Beacon Hill en seguida y a oídos de Stiles no llegó nada de Scott montándoselo con alguna chica en ese lugar.

                ─Ah…─Scott miró a Stiles y luego a Jo, notando a su mejor amigo mosqueado. ─ Sí, lo siento… ¿puedes dármela?

                ─ ¿Te lo has montado con Jo? ─dijo el enfermero una vez la rubia se fue asintiendo, mirando con dureza a Scott.

                ─ ¿Qué? ─Scott parpadeó varias veces seguidas. ─ No… tiene buenas tetas, pero no pienso mucho en ella, o nada, de hecho…

Stiles sabía que Jo no pudo haber sido, sólo quería despejar su duda, pero si no fue ella ¿qué chica fue la culpable de que su mejor amigo le pusiera los cuernos a Allison? Joder, su mente de detective amateur no le daba muchas ideas y parecía que Scott no quería decir nada.

                ─ ¿Me dirás quién fue? ─Stiles se mordió el labio inferior por dentro. ─ Creo que merezco saberlo, viejo.

                ─Sólo te diré que no me arrepiento. ─el moreno dijo con acritud. ─ Por ahora no te diré quién fue. Y si crees que fue Jo, pues sigue creyendo eso, mejor.

   La voz o el tono que Scott usó hizo que Stiles asintiera. No iba a meterse más en nada de pareja, y aunque le desilusionaba que su mejor amigo no le dijera nada, prefirió no preguntar, no debía insistir, de eso nada bueno salía la mayoría de las veces y Stiles estaba demasiado cansado emocionalmente como para recibir otro tropiezo aquella noche, así que sin dudarlo apuró su cerveza, siendo aquella la tercera, porque antes de Scott llegar él ya llevaba la segunda.

                ─ ¿Te pasa algo? ─dijo Scott una vez vio que Stiles terminaba su cerveza y pedía otra.

                ─Una putada. ─Si Scott no tenía confianza en él ¿Stiles debía contarle aquello que le comía la cabeza? Aunque posiblemente su amigo no le dijera nada por petición de la otra persona, porque algo le decía a Stiles que McCall se moría por decirle. Suspiró, debía sacarse lo que le estaba dando dolor de cabeza, no era hombre de quedarse con esas cosas. ─ ¿Recuerdas esa vez que fuimos a buscar a Danny en el bar gay? Después de una fiesta de Lydia que Jackson iba ebrio en el puesto de atrás…

                ─Sí, hubo una redada en el bar… habían unos tíos vendiendo cocaína o algo así y hubo sobredosis. ─Scott frunció los labios. ─ ¿Te drogas Stiles? ─parecía preocupado.          

                ─ ¿Y tú te has dado un golpe en la cabeza, idiota? ─el calor del alcohol comenzaba a hacer de las suyas en Stiles, que parecía más impertinente de lo normal. ─ No… Le he dicho a mi padre que soy gay esa noche ¿recuerdas? No me creyó.

                ─Sí, fue gracioso. ─Scott se encogió de hombros.

                ─Bien, no fue del todo mentira. ─Stiles se mordió el labio y Scott no comprendió, su mirada confusa lo dejaba claro. ─ Joder… A ver… no me había planteado esto desde hacía tiempo, salía con Malia y ella era todo… Pero… antes me fijaba en los chicos…

   Stiles agradeció la reacción de Scott y no una peor, aunque terminar con la cerveza de su mejor amigo escupida en su cara, por la sorpresa, no era algo agradable, por lo menos no fue un golpe o algo peor.

                ─Eres gay. ─dijo Scott.

                ─Calla… ─Stiles estaba sonrojado, y bebió un trago largo de su cerveza. ─ Déjame terminar. ─el moreno asintió. ─Me gustaba Lydia, pero también me gustaban algunos chicos, como Jackson… y una vez tonteé con Ethan Smith…

                ─El gemelo gay. ─las cejas de Scott se alzaron.

                ─Sí, pero sólo tontear. ─Stiles se sonrojó aún más. ─ Como sea, pero luego llegó Malia…

                ─Espera. ─el veterinario abrió los ojos como platos. ─ ¿Jackson Whittemore te gustaba? ¿Me estás jodiendo? Tú debes estar de coña, hermano.

   O la cerveza ya hacía efecto en Scott o su amigo realmente era retardado, había captado aquello tarde y sólo avergonzaba aún más a Stiles, y no porque fuera un chico el que le gustó también como Lydia, sino porque fuera Jackson.

                ─No estoy de coña. ─Stilinski rió un poco. ─ Joder, es que su físico y en las duchas iba haciéndose el chulo… Pero siempre fue un imbécil y dejó de gustarme.

                ─Vaya… ─Scott miró perplejo a su amigo. ─ No te voy a recriminar nada ni juzgar, eres mi hermano y te apoyo… y no te critico que hasta ahora me digas, yo tampoco estoy diciendo todo ahora… y quizá luego termines comprendiéndome mejor de lo que esperaba.

   Hacía falta la parte difícil, la actual, pero aquella muestra de afecto en las torpes palabras de su amigo que comenzaba a hablar raro por la cerveza hizo sonreír a Stiles que se sintió bien de tener un amigo como Scott, o un hermano, en todo caso.

                ─Gracias, pero aún falta. ─se relamió los labios, apretando su cerveza entre sus falanges. ─ Con Malia siempre estuve para ella y por ella, no pensé en nadie más, aunque en la universidad también tonteé con chicos… pero nada serio y quizá lo hice sin querer… Como sea… Siempre hubo alguien más que me gustó y es la primera vez que asumo tal cosa para mí y en voz alta, pero también me gusta Derek Hale…

                ─Ostias… ─de nuevo Scott escupió la cerveza en Stiles. ─ ¡Pero vives con él!

                ─No vivo con él, vivo en su piso… o eso creo. ─Stiles se limpió la cara. ─ ¿Me dejas terminar? Y de escupir… ─Scott se carcajeó y asintió. ─ Bien, vivo con él, me hizo recordar que me gustaba aunque sea un imbécil, él obviamente no sabe nada de esto y tiene novia, aunque diga que no es así…

   Media hora más tarde y repitiendo varias partes dos veces, e incluso tres, Stiles había contado todo a Scott, quien había querido ir a matar a Jennifer y a Hale golpearle hasta dejarle en cama, “para que Stiles fuera su enfermero” como Scott había dicho, cosa que no le hizo gracia al interpelado.

                ─Entonces… quieres estar con él, y con el bebé… pero Derek es hetero  y está esta loca…

                ─Sí…

                ─Joder, que marrón. ─Scott miró su cerveza. ─ Si Derek ha puesto a Jennifer sobre ti, no pierdas tu tiempo, Stiles… Y estoy con él de cierto modo, es decir y no me malinterpretes… ella está con él desde hace más tiempo que tú… Jackson vivió allí unos seis meses y ellos ya estaban y quizá de antes. Probablemente Derek no le quiera dar nombre a la relación y ella sea una loca, pero eso es asunto de ellos y si es una relación tóxica, van a seguir juntos… y él ni te notará, y si lo hace, quizá piense en eso de que es mejor un malo conocido a un bueno por conocer…

                ─Ya… ─A pesar de ya no entender mucho por el alcohol, Stiles estuvo de acuerdo. ─ Pero en realidad lo de Derek me trae sin cuidado, es un gilípollas… está lo de Liam, no quiero que vaya a un orfanato.

   Scott, para sorpresa de Stiles, se echó a reír, se comenzó a carcajear tan fuerte que muchos en el bar se volvieron, porque la risotada se escuchaba encima de la canción de Muse que sonaba. Stiles no entendía qué le pasaba, quizá su amigo ya se había terminado de pasar al lado de la ebriedad o estaba descojonándose a cuestas suyas, y si era así, era un gran hijo de puta.

                ─Oye…

                ─Que no me río de ti. ─Scott tomó aire. ─ He imaginado a Hale y a ti de padres, los dos juntos… como marido y marido… hilarante, viejo, hilarante.

   Stiles se quedó mirando a Scott y sus mejillas se enrojecieron una vez más. Joder, aquello, en su imaginación, no le causaba risa como a Scott, en realidad le hizo sentir algo en el abdomen bajo y se estremeció. Qué putada. No podía pensar en aquello, porque Scott tenía razón, Derek ni siquiera reparaba en Stiles de la forma en que él lo hacía con ese idiota.

 

   Jo miró a Stiles y a Scott, ambos estaban tratando de levantarse de sus mesas y ninguno lo lograba, se reían y parecían irse a los lados, verlos así le hizo sonreír, aunque no le gustaba verlos ebrios, sobre todo cuando ellos nunca alcanzaban tal estado en el bar, pero cuando entraron a Shooter’s bastaba con verles las caras para saber que no estaban bien.

   Al saber que Stiles era el hijo del Sheriff decidió que debía llamarle un taxi, a él y su amigo, no iba a dejarlos irse a pie y mucho menos que condujeran en tal estado, por ello una vez hizo la llamada, se acercó a ambos hombres, sonriendo al ver como la miraban con esos ojos de cachorro que ambos tenían.

                ─Les he llamado un taxi. ─le extendió a Scott su chaqueta pero decidió colocársela sobre los hombros porque no la agarraba con fuerza.

                ─Oh gracias. ─dijo Stiles. ─Aunque deberán ser dos… mi amigo aquí va… a la zona residencial… y yo… cerca de la zona industrial.

   Jo bufó, creía que ambos vivían cerca, o eso recordaba ella del instituto, de hecho la joven rubia vivía con su madre a una calle de la casa del Sheriff Stilinski, y efectivamente tenía bastante tiempo sin ver a Stiles por esa zona con frecuencia, debía haberse mudado y ella apenas lo sabía. Aunque era de esperarse, había vuelto a Beacon Hills hacía unos meses después de salir de la universidad de Boston.

                ─Joder… ─masculló Scott. ─ Esta noche me quedaré con mi madre, no quiero ver a Allison… no puedo. ─mascullaba.

                ─Vale, vale. ─Jo ayudó a ambos chicos a salir del bar y cuando el taxi llegó, dejó que Scott se metiera.

                ─Cuídate hermano. ─dijo Stiles.

                ─ ¿No vas entonces con él? ─Jo miró al enfermero.

                ─Qué va… llamaré otro o conduciré. ─sonrió él mientras el taxi con Scott arrancaba.

                ─Nada de eso, joder. ─la rubia pareció molestarse. ─ Puedo llevarte yo, igual ya debo marcharme. ─sonrió, mirando al muchacho que parecía apenas entender lo que se le decía.  

                ─Pero… ¿y mi coche? ─balbuceó él. ─ No quiero dejar mi jeep, lo necesito para ir al hospital mañana… soy…

                ─Enfermero, lo sé. ─ Jo se mordió el labio. ─ Puedo conducirlo yo y llevarte si quieres.

 

   Jo era una chica maja, de esbelto cuerpo, alta y sonrisa amable, con ese par de ojos de un gris azulado que iluminaban su rostro de facciones delicadas y no muy marcadas, dándole un semblante inocente y de menor edad que los veinte y dos años que tenía. Y desde el instituto había estado colada por Stiles Stilinski, pero este, idiota y desatento, jamás había reparado en ella.

   Ahora no es que siguiera colada, pero tenía un cariño particular por él y no quería dejarlo tirado, y cada que lo veía recordaba lo bromista que era y las peleas de Stiles con los profesores por lo mucho que hablaba, era divertido y siempre hacía reír a Jo.

   Y seguía haciéndolo, iban en el jeep y Stiles, con voz de borracho, le hablaba sobre su perspectiva acerca del apocalipsis zombi por un virus similar al de la rabia y el ébola juntos con la gran ventaja de ir por el aire como el de la gripe. Parecía un chalado con lo que decía, pero en realidad era muy gracioso y en el fondo las cosas no eran tan irrazonables.

   Él iba diciéndole a donde conducir y ella, poco acostumbrada a ese jeep, lo hacía sin chistar, hasta que aparcó frente a un edificio de apariencia rústica.

                ─Llegamos. ─anunció.

                ─Muchas gracias, Jo, eres muy amable. ─dijo él, regalándole una sonrisa que a ella se le antojó infantil.

                ─No es nada. ¿Te ayudo a subir? ─Jo quitó la llave del contacto y abrió la puerta del jeep, bajándose y viendo como Stiles se bajaba por su lado.

                ─ ¿Cómo te irás tú…? ─masculló Stiles.

                ─Llamaré un taxi, qué más da.

                ─Hey no. ─Stiles la miró, aunque veía dos Jo. ─ Puedes quedarte… tengo un compañero de piso, pero que le den por culo… puedes dormir en mi cama… es decir… ─se sonrojó.

   Y Jo también se sonrojó, pero a diferencia de Stiles, no le parecía una buena idea quedarse allí, no quería que nadie pensara cosas que no era, además había un chico que tenía todo su interés ahora.

                ─No sabes qué dices, Stilinski. ─rió ella y lo tomó de la chaqueta, poniendo el seguro del jeep y metiendo las llaves en un bolsillo de él, ayudándole a entrar al edificio. ─ Dime a qué piso vas…

   Stiles balbuceó pero ella entendió y pronto el elevador les llevó rápidamente. Era la primera vez que ella hacía tal cosa por un cliente, pero le agradaba Stiles y agradecía que no hubiera vomitado. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, ella miró el rellano y buscó la puerta del piso y sin dudarlo tocó.

  Un minuto después un hombre de cabello negro y barba abrió, mirando con dureza a Jo y al ebrio Stiles que lo fulminó con la mirada, pero luego rió.

                ─Esto no es un motel, Stiles. ─dijo Derek. ─ No puedes llegar a esta hora y ebrio y acom…

                ─No me toques los cojones, que estoy pagando y tú dijiste que me pertenece medio piso… ─casi gritó Stiles.

                ─Y yo sólo vengo a dejarle. ─Jo miró avergonzada a Derek.

                ─Te dije que podías quedarte. ─Stiles la miró con ojos de cachorro y Derek con dureza.

                ─Yo… no, Stiles, gracias pero no. ─y comenzó a empujarlo hacía el departamento, pero para alivio suyo, Derek lo rodeó con un brazo. ─ Gracias.

                ─No es nada. ─Derek miró a Stiles que parecía una marioneta, con la mirada puesta en el piso. ─ ¿Te llamo un taxi?

                ─Ya lo llamo yo. ─Jo sonrió y luego miró a Stiles. ─ Cuídate, Stiles, nos vemos luego.

                ─Adiós y gracias, bonita. ─dijo él, sonriente y con hipo ahora.

   La risa baja de Jo fue opacada por el chirriar de la puerta del piso cuando Derek la cerró.

                ─Suéltame. ─Stiles se alejó de él a tropezones, y buscó el camino a la escalera de caracol, pero el piso estaba en penumbra y casi terminó en el suelo.

                ─Eres un idiota, Stiles. ─Derek le rodeó la cintura con un brazo y el ayudó a caminar, hasta que él reaccionó.

                ─Que me sueltes, gilipollas. ─gruñó.

                ─Cómo que gilipollas… ─la voz de Hale subió pero evitó enojarse, Stiles estaba ebrio.

                ─Sí, eso eres. ─Stiles lo empujó con fuerza y se separó de él. ─ Le iba a pedir mañana a Jo que me ayudara para… la adopción… y quizá pudiera conocerla…

   Derek miró a Stiles y frunció el ceño, asintiendo.

                ─Pues bien. ─dijo, con voz seca. ─ Sería una hermosa madre.

                ─Sí, y no está loca. ─Stiles rió. ─ ¿Tienes amarrada a la loca?

                ─Se fue, Stiles. ─Derek se mantuvo quieto, mirando al tambaleante Stiles.

                ─Bueno… ─el enfermero, algo avergonzado, se dio vuelta y comenzó a caminar, agarrándose de cualquier cosa hasta que llegó a la escalera. ─ Derek… buscaré otro piso, no tendrás que lidiar más conmigo…

   Derek, que caminaba tras de Stiles, se quedó quieto en su lugar ¿por qué tomaba tal decisión?

                ─No tienes qué…

                ─Joder, Malia me dejó porque no podía lidiar conmigo…─farfulló. ─ Mi padre bebía seguido cuando era niño por lo mismo y luego se hizo adicto al trabajo… Scott no confía en mí y tú le creíste a Jennifer… aunque está bien, no me conoces… Lidiar conmigo es una mierda. Me iré a un piso solo o a Alaska.

   Stiles, que parecía seguro y fuerte, con esa sonrisa jovial y habilidad para hablar y destreza en su trabajo y tantas otras cosas, se derrumbó en ese momento, sentándose al pie de la escalera y colocándose las manos en la cara, sollozando. Y le dio igual que estuviera Derek allí, que después se burlara de él o le llamara dramático, no lloraba por él o por lo de Jennifer, ni siquiera por Malia. En momentos así se acordaba de Claudia, su madre, y el vacío en su pecho lo hacía sufrir, haciéndole sentir inútil e incapaz de mantener gente a su alrededor, quizá Scott estaba cerca de él porque era algo idiota, pero los demás se alejaban o él los alejaba, los decepcionaba y eso era una sensación horrible y realmente preocupante a sus veintitrés años.

   Y ahora volvía a sentirse como cuando Malia se fue, y pensó en Liam y lloró con más fuerza al ver que no podría quedarse con el pequeño.

                ─Hey, Stiles. ─Derek se acercó, a paso lento. ─ No llores…

                ─No lo haré. ─se secó las lágrimas y trató de ahogar los sollozos. ─ Iré a dormir.

   Y eso tenía Stiles, no le gustaba que le vieran llorar, y era quizá, después de Scott o su padre, que alguien le veía en tal estado, aunque fue por unos cuantos minutos, no era una bonita sensación y por ello se levantó, deseando meterse en su cama y dormir. Durmiendo todo se solucionaría, aunque tuviera que despertar de nuevo mañana.

                ─Espera, Stiles. ─Derek dijo cuando vio como el castaño a duras penas subía las escaleras, colocándose tras de él para que no cayera. ─ Si quieres llorar, llora.

                ─No lo haré frente a ti. ─la voz seca de Stiles hizo a Derek ensombrecer su rostro.

                ─Ahora eres tú el gilipollas, eh.

                ─Qué más da…

                ─ ¿Sabes? No tengo trabajo porque Bash, el novio de Laura, mi jefe… decía que era un jodido dolor en el trasero. ─Derek, sin preguntar tomó a Stiles de la cintura y le ayudó a subir. ─ No en el mal sentido, aunque parece que esa frase no tiene buen sentido. Y es que era muy preocupado en mi trabajo, adicto… y un día debía hacer una presentación importante y no logré despertar de lo cansado que estaba. Ellos no me iban a echar, pero sabía que la había cagado y me decepcioné… Laura decía que todo estaba bien, y lo veía en su cara, no lo estaba… y no querían lidiar conmigo, era obvio… y luego Cora me dijo que era un amargado… y se fue a vivir con Laura, ella vivió un tiempo conmigo… Lidiar conmigo no es fácil.

   Cuando se dieron cuenta ambos estaban en el piso de arriba, bajo la ventana, con la escasa luz de la luna colándose por los cristales y Stiles, que había escuchado atento, miró a Derek a los ojos.

                ─ ¿Por qué me cuentas esto? ─susurró.

                ─Porque dices que no te conozco, Stiles, pero sé lo de tu madre… y tú sabes lo de mi familia. No es fácil lidiar con nosotros porque estamos… dañados. ─Derek apretó los labios. ─ Y supongo que nosotros dos podemos lidiar el uno con el otro… es decir… apoyarnos y esas cosas, supongo que podemos comprendernos más…

   Stiles asintió, y notó que a Derek se le hacía difícil decir aquello, y se sintió estúpido, porque le había llamado gilipollas cuando él, como Stiles, sólo era un hombre con un pasado tortuoso, que quizá sentía que no encajaba y que parte importante de su vida se le había sido arrancado cuando perdieron sus familias. Porque los Stilinski dejaron de ser los Stilinski cuando Claudia murió, y aunque John trató de hacer lo mejor, Stiles jamás se sintió igual.

   Y así como Stiles lloraba raras veces y a solas, quizá Derek lo hacía. Y así como Stiles se abría de tal manera pocas veces, Derek lo hacía igual y lo acababa de hacer, con él al frente, haciéndole sentir su corazón encogido y apenado.

                ─Derek… yo…

                ─Te creo, Stiles. ─Derek miró los ojos del más joven. ─ Sé que Jennifer miente… es de cuidado… no sé qué pensaba cuando ofrecí a ella ser la madre de Liam… y si me enojé es porque quería decirle todo eso que le dijiste tú, yo… Pero, te creo y te debo unas disculpas.

   Stiles quedó en blanco, no sabía qué decir, no esperaba eso, mucho menos tan pronto, no imaginaba que Derek pudiera si quiera pedir disculpas o expresarse de esa manera que había hecho, y Stiles quiso darse un golpe por imaginarlo frío y apático, cerrado y vacío. Sólo, como había dicho, estaba dañado, como Stiles mismo, un par de incomprendidos, por más cliché que pudiera resultar aquello.

                ─No tienes que disculparte, hice mal diciéndole esas cosas a Jennifer que son entre ustedes dos. ─admitió Stiles, ya sintiéndose menos ebrio, aunque igual se iba hacia los lados.

                ─Vamos a hacer algo con respecto a Liam, Stiles, algo se nos ocurrirá y no lo perderemos. ─susurró Derek, demasiado cerca de Stiles, cosa que dejó cerca al enfermero que casi cayó, pero su mano terminó agarrándose de la camiseta negra de dormir de Derek, en su pecho, sintiendo el calor de la piel bajo la prenda, el latir del corazón.

                ─Yo… sí. ─dijo Stiles, retirando su mano, avergonzado y creyendo haber visto una sonrisa en Derek. ─ Se me ocurrirá algo… ─se mordió el labio. ─Pero no ahora, estoy ebrio…

                ─Sí, y quizá mañana no recuerdes…

                ─Estoy ebrio, no inconsciente. ─bufó Stiles.

                ─Stiles, no vuelvas a venir ebrio…

                ─Ya sé que esto no es un motel y que da igual si pago o no. ─murmuró él.

                ─No es por eso, es que no eres hombre de esas cosas, no recurras al licor cuando estés mal… ─Derek pareció mirarlo con ojos melancólicos y eso hizo que el pulso de Stiles se volviera errático.

                ─Está bien… no lo haré más. ─prometió. ─ De verdad y gracias, Derek… estás sabiendo lidiar conmigo. Ahora… al principio fuiste borde.

                ─Ahora estás siendo borde tú. ─Derek rió y esa risa hizo que Stiles se estremeciera de gusto. ─ Ve a dormir, Stiles, mañana tenemos que planear algo, te despertaré a las siete…

                ─Pero trabajo a la una… ─bostezó el enfermero.

                ─Ya… ─Derek desvió la mirada. ─ He dicho a servicios sociales que vinieran hoy…

                ─Ostia putas. ─exclamó Stiles sin pensarlo.

                ─Exacto.

   Ambos se miraron y se echaron a reír sin poder evitarlo, y es que aquello parecía rayar lo común, era como si hubiera salido de una comedia, por más real y seria que fuera la situación que tenían entre manos, porque lo de Liam no era cualquier cosa.

                ─Venga, a dormir. ─dijo Derek de nuevo.

                ─Vale… me despiertas y lamento esto. ─masculló Stiles, caminando torcido hacia su alcoba.

                ─Descansa, Stiles. ─fue todo lo que dijo Derek.

                ─Tú igual. ─Stiles abrió su alcoba, o la pateó para abrirla. ─ Gracias Derek, de verdad.

   Pero Derek no dijo nada, y en el fondo Stiles agradeció que le hubiera mandado a dormir, porque hubiera besado a ese Derek dulce y comprensivo que acababa de conocer.

   

   
Notas finales:

 

   

   

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