Rap Monster
"NamJin: Por una promesa (Parte I)"
Era un frío día de invierno, los estudiantes estaban a las afueras de sus aulas en espera del toque para entrar a la siguiente clase. SeokJin seguía hablando con una compañera de clase, discutiendo el mismo tema que habían estado hablando desde hace 2 semanas atrás.
—No puede ser él…
—Lo siento oppa, pero tú insististe —la chica bajó la mirada.
El castaño no podía creerlo… tenía que encargarse de la peor persona de dos cursos menor a ellos.
—Esto me pasa por comprometerme…
—No tienes que hacerlo si no quieres —JungShee formó un pucherito con sus labios, sintiéndose un poco ofendida por los comentarios que decía su mejor amigo.
—¡Obviamente que lo haré, Junie! ¿Cómo me crees capaz de dejarte con semejante adefesio!
—¡Oye, no-¡
—Shhh… ¿Quieres o no mi ayuda?
—Bueno… Pero no tienes porqué referirte a él así
—Ok, ok, ok. Trataré de evitar llamarlo de esa manera…
El timbre sonó, cada uno tenía una clase diferente a la cual asistir, así que se despidieron poniéndose de acuerdo para verse a la salida.
El castaño empezaba a formular un plan en su cabeza, uno en donde tenía que incluir a su pequeña con un horrendo monstruo al lado, claro, sólo que a los ojos de su mejor amiga no era del todo un “ser repugnante”.
“De tantos chicos guapos que hay en el instituto tuvo que elegir al nerd más rata de biblioteca de todos”, se quejó en su mente, sin embargo, sabía que no tenía de otra pues él mismo había dado su palabra de conseguir o hacerle el favor a JungShee de conseguir a quien quisiera para el baile de invierno.
Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que un chico con papeles hasta la cabeza estaba viniendo a toda velocidad enfrente de él, hasta que sintió el golpe adelante y luego en su trasero, cuando cayó sentado.
—¡Oye, ¿qué te pasa?! ¡Fíjate por dónde vas!
—Yo, eh… lo siento —“Oh, no. Todos menos él”, aún no quería tener que lidiar con ese sujeto.
Se levantó lo más rápido que pudo y le dirigió una mirada fulminante al menor, acomodando la mochila a sus espaldas y dirigiéndose con las mismas a su salón de ciencias, dejando al otro tirado y con un montón de hojas para recoger.
Kim NamJoon, ese era el nombre de su ahora dolor de cabeza. Era el chico más sobresaliente en calificaciones, amado por los maestros y envidiado por muchos alumnos.
Jin no lograba entender el por qué a Jung le gustaba tanto. Sí, tal vez era alguien culto y con el cual establecer una buena conversación de saberes (lo que a ella más le gustaba) pero, primero, no era una persona sociable ni mucho menos, y dos, no era para nada agraciado físicamente (según el propio castaño) así que no tenía nada bueno comparado con aquellos dos inconvenientes.
Decidió dejar pasar el plan que tenía que formular para cambiar a Joon. Tenía como dos semanas y había mucho por hacer, él solo, porque su amiga era demasiado tímida como para “entrar en escena” desde ahora.
—Buenos días alumnos —su maestra entró en el salón, sacó de su cabeza todos aquellos pensamientos por el momento.
.-.-.-.
Pasaron dos días tratando de formular un buen plan para ayudar a la chica, pero simplemente no se le ocurría nada completamente coherente para llegar, hablarle de la nada a NamJoon y querer cambiarlo para “ser digno” de su mejor amiga
—¿Y ya sabes qué harás con lo de Junie? —decidió comentárselo a su dongsaen, de camino a sus casas, para ver si así le ayudaba en algo.
—No, aún no tengo ni idea.
—Estamos a viernes, hyung, tal vez durante el fin de semana puedas pensar en algo.
—No sé, Kookie, creo que simplemente son las ganas de no querer hacer algo con él.
—Es que igual exageras…
—¿Perdón?
—O sea, sé que sabes que todos tienen aunque sea un porcentaje de “belleza”, pero no te permites ver la de él… Creo que es por eso…
—No es que no quiera verlo… ¡Es que no la tiene!
—Bueno, bueno, bueno… Como sea… estaba pensando en algo.
—¿¡En qué!?
—Vayamos al Restaurant-Bar hoy para despejar tu mente y abrirla a nuevas ideas…
—Pfff.. No estoy seguro…
—¡Dale! YoonGi hyung se presentará y le prometí ir a verlo… Hoy es noche de micrófono libre y organizaron una pequeña pelea de gallos. Sé que no te gusta tanto pero puede ser divertido. ¿Te apuntas? —juntó sus manos en forma de súplica y miró a Jin con ojos de cachorro.
—Está bien, sólo porque me lo estas pidiendo de esa manera.
Llegaron al punto donde se dirigían a esquinas diferentes, así que se despidieron con un “Nos vemos al rato”, decidiéndose a encontrarse en el restaurante a las 8 de la noche.
Caminó dos cuadras a la derecha y un poco más, parando en una vivienda con las paredes color amarillo claro. Sacó las llaves de su bulto y abrió la puerta, entrando a la casa y cerrando detrás de sí.
—Hola pequeño —se agachó para acariciar a su querida mascota, un gatito de color pardo que tenía un año de edad.
Se levantó y dejó sus cosas en la sala, yendo directamente a la cocina para ver si su madre le había dejado algo para comer o tenía que preparárselo él mismo, cuando vio una ración de kimichi aún en la estufa, se dirigió a su habitación para cambiarse y después comer.
Así lo hizo y luego se dirigió a la sala nuevamente para tomar sus útiles escolares, revisó sus apuntes del día y un alivio lo recorrió al darse cuenta que no tenía deberes. Alzó la cabeza y pasó la mirada por toda la habitación, se fijó que no habían hecho la limpieza por quién sabe cuánto tiempo, así que decidió hacerla teniendo tiempo de sobra.
—Creo que debería empezar a vestirme —le comentó a Garfield, el gato que le estuvo siguiendo mientras limpiaba aquí y allá por toda la morada.
Guardó los utensilios de limpieza y fue a su cuarto para darle un vistazo a su armario. No estaba seguro si debía arreglarse mucho o no, después de todo sólo era una salida con dos de sus amigos, así que decidió ir casual.
Entró al baño y su cuero de la ropa que traía puesta, metiéndose debajo de la regadera para asearse debidamente antes de ponerse la ropa que había escogido.
Cuando estuvo listo arregló un poco su cabello y puso un poco de maquillaje para ocultar una que otra “imperfección” que a él no le agradaba… Quince minutos después de terminar completamente, estaba a mitad de camino al restaurante.
Se fue con el coche de su padre, claro, después de pedirle permiso por teléfono. Le había ofrecido a JungKook llevarlo, después de todo vivían relativamente cerca e iban al mismo lugar… pero el peli-negro se negó diciendo que ya tenía quien le llevase. Jin se rio internamente, sabía exactamente a quién se refería con eso, puesto que el menor mostraba un ligero brillo en sus ojos cuando veía a uno de sus tantos amigos.
Llegó y estacionó el automóvil, entró al establecimiento y buscó con la mirada si su dongsaen había llegado, no lo encontró por ninguna mesa así que se hizo a un lado de la entrada para llamarle por teléfono y preguntarle por su paradero.
“Aún no llegamos, aparta una mesa mientras tanto” le había dicho, y es lo que hizo. Mantenía su mirada en un juego en su celular cuando escuchó que lo llamaran.
—¡Jin, hyung! —alzó la vista y vio que JungKook entraba por la puerta principal con su acompañante, dándose cuenta que tenía razón en su teoría, como la mayoría de las veces.—. Perdón por llegar tarde… —se disculpó incluso antes de tomar asiento.
—No importa Kook, de todas formas ni han empezado…
—Es lo bueno… Temía que hyung ya no llegara para su presentación.
—¿Qué hay contigo? —Preguntó bromeando con el tercero— ¿Al fin decidiste salir debajo de las piedras para presentar tu arte?
—¿Qué va? Un amigo me convenció de hacerlo… después de todo este gran talento tiene que hacerse público.
—Como siempre, YoonGi haciéndose de la humildad.
—Hyung… sabes cómo soy, no tienes que empezar con tus cosas…
—Bueno, como sea —intervino JungKook—, ya va siendo hora que te vayas, así que adiós.
—Oye, no tenías que sacarme tan secamente… sólo me decías que querías estar con Jin y ya estuvo…
—Ajá sí, como digas hyung… sólo anda y prepárate, ¿ok?
—Ush, está bien… —empezó a caminar hacia los “camerinos” que en realidad era un pequeño espacio atrás del escenario que habían colocado para la ocasión.
—¡Suerte! —gritaron sus amigos justo antes que desapareciera tras la manta negra que estaba colgada para separar al público del show.
Ordenaron algo para comer en espera del comienzo, ya habían dado las primeras dos llamadas así que empezaría en cualquier momento.
—¿Y ahora tienes algunas idea? —preguntó el menor.
—No, todavía no se me ocurre nada —suspiró pesadamente—. ¿Y a ti?
—Hum, tampoco.
La comida llegó junto con sus bebidas, empezaron a comer lentamente para no acabar en medio del espectáculo, sino hasta el final.
Un concursante salió corriendo de donde se encontraban, dirigiéndose a su mesa, era YoonGi con la respiración agitada y un problema en su cabeza.
—¡Chicos, necesito su ayuda!
—¿Qué pasó? —preguntó el mayor.
—Un nombre artístico, necesito un nombre con el cuál presentarme.
—¿Por qué no usas el tuyo? —el otro negó de un lado a otro.
—Dijeron que no se podía… y si no se me ocurre uno rápido me descalificarán.
—¿Qué acaso no era micrófono libre?
—En realidad es un pequeño concurso de estilo libre… ¡Pero ese no es el caso! ¡Necesito un nombre YA!
A ninguno de los tres se les ocurría y el tiempo era crucial, a YoonGi le dijeron que tenía 3 minutos para inventarse uno o sino quedaría fuera… podía elegir cualquiera, pero quería uno que al menos sonara bien con él, que tuviera que ver con su personalidad, su esencia o sus letras… Algo con sentido.
—Suga —pronunció casi en un murmullo el menor de los tres.
—¿Qué? —los otros dos no alcanzaron a oírlo.
—Suga —ok, eso no sonaba completamente coherente para el peli-rojo.
—¿Suga? ¿Por qué?
—No te pongas de caprichudo ahora.
—Já, como si tú no lo hicieras, hyung. Además, quiero que tenga algo que ver conmigo… no que a un ingrediente le quites una letra y punto final —sonó algo ofendido.
—Pero, es en serio, hyung —se defendió el menor—. Si lo pensara bien, podría describirte de esa manera, siendo sinceros.
No estaba seguro de eso, mordió un poco su labio inferior mientras checaba e tiempo en un reloj de pared que colgaba al lado de ellos… Tenía medio minuto para decidirse…
—Bueno, está bien… usaré ese… —JungKook sonrió triunfal por “salirse con la suya” esta vez—. Sólo porque estoy desesperado… De todas formas, gracias Kookie —se dio la media vuelta y regresó lo más rápido que sus piernas le permitieron.