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Mi enemigo, mi veela por Mia Phantomhive

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Notas del capitulo:

Hola mis pequeños... como los extrañe, pero adivinen ¡Traigo un nuevo capitulo!

Draco:*enojado* ¿para que vendrias sino?

Mia:*confundida* mmm... ¿para que vendria? ni idea

*Draco le da un zape*

 

“Así que tu eres el niño querido de esa tonta… ”

Draco no sabía dónde estaba, solamente veía todo oscuro y sentía como que flotaba. Intento moverse pero no podía, algo que no veía lo mantenía inmovilizado.

“¿Quién eres?” pregunto Draco, su voz hizo eco en las penumbras.

“Mmhph… eso no lo sabrás por ahora… Pero si te aseguro de los hare sufrir a ambos, tanto a ti como a esa sufrida de Miaya, después de tantos años cumpliré mi venganza”

“¿Por qué nosotros?” pregunto Draco –

“Porque su estirpe se debe hundir hasta que nadie escuche sus gritos de agonía en el Averno”

Draco sintió como su cuerpo empezaba a arderle, como si alguien le hubiera prendido fuego. Jamás había sentido tanto dolor en la vida como hasta ahora, como si fuera un Crucio pero mucho más potente.

No sabía cuánto tiempo había pasado segundos, horas, días. Cuando sintió que una mano tiraba del hacia arriba. Cerró los ojos sintiendo alivio, su cuerpo había dejado de arderle.

“Espera un segundo” susurro una voz suave.

Draco se tenso pensado que había vuelto esa anterior presencia.

“No temas solamente te retendré unos instantes después de todo mi madre está peleando por devolverte la conciencia. No quiere extender sus penurias ni un segundo mas”

“¿Tu madre?... Te refieres… ¿a mi tía?”

“Cuando todo esto hay terminado hablaremos… pero ahora solamente te diré que estés atento mi madre ya perdió demasiado como para perderte a ti también. No todo es lo que parece al principio. Recuérdalo, Draco”

Un instante después Draco se levantaba sobresaltado en la camilla de la enfermería, donde todos esperaban a que él se despertara.

*******

Ni Harry ni Mia se separaron de Draco en toda la noche.

Miaya no puedo dormía a diferencia de los muchachos que dormían en la misma cama, que había sido agrandada mágicamente por ella para que ninguno se sintiera incomodo. Después de todo ellos no harían nada malo estando ella cerca suyo.

Estaba algo perturbada, después de lo que le había contado Draco sobre aquella voz. Dijo que la había llamado “madre”. Podría tratarse de una farsa de Sirenea, después de todo fue ella la que desapareció a su pequeño bebe. Pero ¿y si realmente se trataba de su hijo?
¿Sus sueños por fin se harían realidad? ¿Podría abrazar a ese niño que ni siquiera pudo cargar?

-No tengo que hacerme ilusiones, ya me las hice una vez, entre más alto vuelto, mas dolerá mi caída-susurro Mia mirando a ningún lado en particular.

Miro a Draco y a Harry. Ambos eran la luz y la oscuridad personificada. Draco con su actitud cínica y fría, y Harry con su calidez y amabilidad. Pero aunque eran el agua y el aceite a primera vista, de alguna manera encajaban perfectamente. Harry conseguía que la capa de hielo que siempre tenía Draco a su alrededor se descongelara. Draco le daba el cariño que siempre le falto a Harry. Se complementaban perfectamente.

-¿No puedes dormir?-dijo una voz conocida detrás de la cortina separadora.

Mia sonrió ligeramente y se dirigió a la cortina para correrla. Severus la analizo detenidamente desde su cama.

-No, digamos que estoy pensando en muchas cosas y no puedo dormir por ello-dijo Mia mientras se sentaba en el borde de la cama.

-¿En lo que te conto Draco? Recuerda no hacerte muchas ilusiones, tienes que permanecer en el mundo real, si te pierdes otra vez en ensoñaciones tal vez no te podamos recuperar esta vez- dijo Severus intentando sentarse pero al hacer un pequeño gesto de molestia volvió a recostarse.

-No puedo darme el lujo de descansar como es debido hasta que mis niños estén fuera de peligro- suspiro Mia.

-Que no te vean los chicos así porque los podrías tristes-intento bromear Severus. Era muy extraño que el bromeara pero se trataba de su amiga más cercana.
-Ja, ja ,ja. Es obvio que en ver de haber sido profesor tendrías que haber sido comediante- dijo sarcásticamente Mia.

-Solamente, agradece que este intentado levantarte el ánimo- siseo entre dientes Severus.
-No lo hagas, cherie, ahora lo que menos quiero recibir es lastima-entrecerró los ojos irritada.

-deja de lado por una vez tu orgullo y acepta la idea de que alguien te quiere apoyar-susurro Severus enojado.

-Mira tú. El burro habla de orejas- dijo sonriendo sínicamente la rubia.

Ambos se miraron fijamente durante unos instantes para luego soltar una risa que no sonó alegre sino chirriante, mecánica. No había nada de alegría en la escena, solamente que era más preferible reírse a desmoronarse en llanto. Eran Slytherin hasta la medula.

-¿Cómo era?… tu hijo-dijo Severus intentado decir la palabra que estaba atorada en su garganta.

-Idéntico a Draco cuando nació, solamente que su piel era mas pálida, tenia mas genes de el que míos. Me parece que sus ojitos eran claros, pero no pude ver exactamente de qué color eran-dijo Miaya con los ojos desentonados.

-A veces era preocupante, nadie que estuviera vivo podría tener la piel así de pálida, pero las chicas igualmente se morían por él y tu siempre lo mirabas enojada por ello-dijo Severus

-Después cuando estaba sola se me acercaba y decía “dime la verdad… ¿Tu eres la parca o qué? Que todos tienen miedo de que los mates”-dijo Miaya con una pequeña sonrisa- Sus chistes siempre eran pésimos.

-Era horrible en Pociones, no tanto como Longbotom, pero si era terrible-dijo Severus arrugando la nariz.

-Pobre Neville, pero si, Tabí era terrible en Pociones- dijo Mia.

-Era la pesadilla de todos en esa época, todos sabían que iba a suceder en esa clase-dijo Severus, mostrando una leve sonrisa totalmente sincera.

-Lo que nadie sabía era que justamente mi pareja iba a ser un mestizo de vampiro- suspiro la rubia.

Era la primera vez que lo decía en voz alta desde hace mucho, no era que se sentía avergonzada de ello, jamás se sentiría avergonzada de cada cosa que hizo en su vida, después de todo, todo eso formaba parte de lo que era. Su pareja, estuviera viva o no, siempre seria parte de su vida.

Solamente le dolía recordarlo.

*******

-¿Cómo fue tu primera vez?-pregunto Draco, sus ojos brillaban con inocente curiosidad.
Miaya se sobresalto ante la pregunta.

En ese momento estaban recostados en el patio interno ocultos del deslumbrante sol en un árbol. Ya era sábado y Hallowen estaba a escasos días de distancia. Ambos estaban pasando tiempo de caridad solos, ya que en ese momento Harry estaba en la torre Gryffindor con sus amigos.

-Te diría que eso no se pregunta y que eres un pervertido, pero creo que no lo preguntas con ese fin. Mi primera vez fue mágica después de todo fue con mi pareja. Supongo que el hecho de ser veelas nos hace ser más “sensibles” al tacto de nuestro compañero. La primera vez tiene que ser “piel con piel” ósea sin preservativo, pero ten cuidado, solamente tiene que ser la primera vez. La segunda si corren el riesgo de caer en cinta-dijo Mia reacomodándose- recuerda que no quiero se abuela tan joven. Aunque un niño o una niña de cabellos rubios y ojos verdes seria exquisito y seria el más pretendido de la próxima generación, pero aun es muy pronto para ello.

-Estas sacando conclusiones de un niño que ni siquiera ha sido concebido –dijo Draco mostrando su vergüenza al tener una franja rojiza cruzando sus mejillas.

-Sabemos que ese niño algún día es existirá y mientras tanto es divertido sacar conclusiones de cómo se verá. Tenemos que tener mucho cuidado si tu y Harry son un partidazo de por sí, un niño suyo lo será el doble-dijo Mia limándose la uñas (ni idea de donde saco la lima de uñas)

-Ojala ninguno herede ese nido de pájaros que tiene Potter por cabellos-dijo Draco
-Pero así parece que hubiera estado haciendo una actividad caliente unos ratos antes-bromeo la rubia.

-¡TIA!-chillo el rubio horrorizado.

-SOBRINITO-lo imito Mia alegremente.

*******

-¡Draisy! ¡Draisy, ábreme!-chillo una rubia mientras golpeteaba la puerta.

Esta afuera en un pasillo ya Draco se había enojado por sus comentarios anteriores. El rubio no permitía que su tía entrara.

Un castaño que caminaba por ahí, ya que estaba buscando a Harry, observo confundido durante unos instantes la escena que montaba Miaya enfrente de él.

-¿Qué sucede, Mia?-pregunto Remus apoyando su mano en el hombro de ella.

-Draisy, ya no me quiere, no me quiere abrir y yo solamente le estaba bromeando-lloriqueo la rubia mientras abrazaba a un confundido lobo.

-¡Te haces llamas Malfoy, tu actuación es pésima!-es escucho que decía una voz detrás de la puerta.

En menos de un microsegundo la rubia estaba golpeteando la puerta.

-Mendigo mocoso, aprende a respetar a tu profesora, cuando venga tu novio le pondré un hechizo de castidad y ahí no tendrás nada para entretenerte-dijo la rubia maliciosamente.
Se abrió una rendija en la puerta por la cual se podia visualizar unos ojos grices que miraban interesados.

-¿Para qué sirve?- pregunto Draco

-Se lo eche una vez a tu papi y no sabes cómo me reí por ello. No permite que la persona virgen consuma la relación sexual con su pareja, sea coito o no-susurro la rubia.
Draco lo pensó unos segundos para luego permitir que la rubia entre a la habitación. Levanto una ceja al ver a su ex-profesor parado ahí sin saber qué hacer. Daba pena observa lo confundido que se mostraba.

-Decídase ¿Entra o no? Harry llegara en unos instantes –dijo Draco mostrándose impaciente. Se sentía avergonzado ya que el hombre lobo había sido testigo de su comportamiento anterior.

Remus pasó a su lado murmurando un leve “gracias” y procedió a sentar cerca de una divertida rubia. Tenía ganas de reprender a Miaya, ya que se estaba comportando infantilmente y debía dar el ejemplo, pero sabía que de nada iba a servir eso, ella era así.

Remus no pudo evitar lanzar un suspiro ante esto.

-¿Deseas té, café, o jugo?-pregunto Mia.

-Te solamente-dijo Remus.

Ella hizo aparecer un servicio de té y procedió a servirle.

-¿Cómo estas, Remus? Hace tiempo que no hablamos-sonrió levemente Mia.
-Bien ¿y tu Mia? Cuidar a una pareja apunto de enlazarse no es tarea fácil- respondió Remus.

-No es fácil, pero es divertido. Los niños pueden cometer locuras cuando sus hormonas están alborotadas, no tienes ni idea de lo que he visto-dijo Mia.

-Me doy una idea-dijo Remus.

Draco prediciendo que Mia iba decir algo que no le gustaría se escabullo hacia su habitación.

-¡Oh no, querido! No sabe las veces que he tenido que sacar a Harry de encima de Draco, porque mi niño inconscientemente lo incitaba con su allure. Además de que aquí parece una sinfonía de gemidos, aunque se creen discretos ambos, no saben que se escucha todito, pero te aseguro que esa es obra de su amiga mano. J-se aproxima para susurrarle a Remus- ellos no saben que yo me voy a dar cuenta cuando completen el enlace.

-¿No tendrías que decirles?-pregunto Remus

-¿Estás loco, Rems? ¿No te das cuenta que estarán súper avergonzados si se los digo? Estarán tan avergonzados que jamás completaran su enlace en esta vida- contesto Mia.

-Pero en algún momento se los tienes que decir, en especial, si ellos piensan tener hijos- dijo Remus.

Mia observo con interés al castaño. En ese momento se daba cuenta lo distintos que eran ellos en algunas cosas, a veces había que ocultar algunas cosas por un bien mejor. Además esto no dañaría a los niños ya que ella no estaría presente, sino que sentiría una chispa, un chasquido interno.

-Se los diré cuando sea el momento oportuno-le contesto ella.

En ese instante Harry apareció y miro con desconcierto a la persona que estaba ahí.
-¿Hola?-saludo dudoso Harry.

-Hola, Harry querido, yo ya me voy. Remus y tu se tienen que poner al día, yo tengo que realizar algunas tareas-dijo Mia levantándose del asiento.

Remus iba a alegar que no hacía falta que se fuera pero una mirada de la rubia hizo que se callara. Ella se iba por otro motivo, no solamente para dejarlos solos ¿Qué le pasaba? Si hace solamente unos instantes estaba muy animada.

Se giro hacia donde estaba Harry para comenzar una conversación, dejando de lado sus inseguridades, por ahora.

*******

Mia suspiro y empezó a colocar encantamientos insonorizadores para que nadie la irrumpiera. Faltaba solamente unos minutos para que llegara su “prometido” con la información recabada para ella.

Lo admitía, extraña a el enano, no era lo mismo estas sin él, pero no tenia sentimientos románticos hacia él, no importa lo que casi toda la comunidad aristocrática muggle creyera. Solamente le estaba haciendo un favor a un amigo, ninguno de los dos salía herido, el tenia su pareja y ninguno podía sentir celos por ninguno de los tres.

Había que ser un completo idiota como para sentir celos de ella.

-Es peligroso pensar tanto, querida-dijo una voz detrás de Mia.

-Mmm… entonces constantemente estoy en peligro porque siempre lo hago-le contesto ella girándose para observar a Ciel que le devolvía la misma sonrisa cinica.

-Muy mal no sabes lo que me has hecho sufrir al mantenerme alejado de ti-dijo Ciel.
-Oh, lamento eso, pero seguramente no habrá durado mucho, ya que Sebastian es muy amable y se habrá ocupado de que no extrañes mi presencia-dijo Mia recostándose en su cama-¿No es así Sebastian?

Ella giro su cabeza para observa al mayordomo que estaba arreglando un juego de té en la mesita que estaba al lado de la cama ¿De dónde saco el juego de té y las galletas?
-Por supuesto, my Lady. Ese es mi trabajo y usted me lo encomendó-dijo el mayordomo sin dejar de acomodar las tazas. La rubia pudo observa por un instante que los ojos del mayordomo brillaban más de lo normal, traviesos.

Lo medito por unos instantes hasta que Mia se dio cuenta que el mayordomo la había acusado. “Traidor” Pensó mirando enojada la silueta revestida de negro.

-Así que… le pediste a Sebastian que fue amable conmigo-dijo Ciel como si tal cosa- No te hubieras molestado. El ya sabe sus indicaciones.

-Supongo que estaba nerviosa, ya que es la primera vez desde hace mucho que te dejo por tanto tiempo-dijo inocentemente Mia-No puede culparme por querer cuidar tu cuerpo enclenque.

El demonio con aspecto de pre-adolescente no puedo evitar ruborizarse levemente.
-No estamos aquí por eso. Venimos a darte tu preciada información ¿Acaso no la quieres?-dijo finalizando con una sonrisa maliciosa.

-Si, si, me callo- contesto apresuradamente.

-Bueno… descubrimos algo sumamente interesante- dijo Ciel para luego tomar un sorbo de te antes de continuar-Octabian Mor no está muerto… su alma no está en el otro lado. Tampoco la de tu hijo.

-¿Eso quiere decir que…?-dijo Mia sin poder terminar sus palabras.

-Ambos están vivos-concluyo Ciel.

-¿Donde?-pregunto Mia.

-Eso no lo sabemos, tendrás que descubrirlo… pero tú ya sabes quién podría saberlo ¿o no?-pregunto Ciel.
Notas finales:

Espero que les haya gustado... ¡Nos leemos pronto cherie's!


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