Ya estaba por oscurecer, Narcissa se había ido con la promesa de volver luego para ver cómo estaba Draco
Ella le había lanzado un hechizo conservante a la comida de Draco, ya que así de esa manera el podría comer la comida como si recién la hubieran hecho.
Ese hechizo le era muy útil, especialmente, con sus helados.
“¡Oh! Martirio infernal” pensó Mia mientras se mordía el labio inferior y observaba la bandeja.
Al parecer Draco y ella tenían una gran preferencia por el chocolate.
Ella literalmente estaba que se le caía la baba por los postres que estaban a unos metros de ella.
Tenía grandes ganas de golpearse a sí misma por tan solo pensar en ello. ¡Eran para su sobrino!
Después ella se podría saturar todo lo que quisiera de azúcar y sus componentes en otro momento.
Mia volvió de su auto-flagelación cuando vio que unos ojos grises la miraban con temor y duda. Ella decidió calmarse ya que no le convenía que su ahijado la tomara por loca. Eso básicamente sería el colmo de todos los males.
Draco tosió para que Mia le prestara atención.
-¿En verdad eres mi tia?-pregunto desconfiado.
Mia lo miro un poco ofendida con la ceja arqueada. ¿Qué diablos le había dicho Lucius a ese niño?
-No sé qué te habrá contado el estúpido de mi hermano, pero yo soy tu tía y madrina-dijo Mia.
Draco se mostro asombrado. Mia al verlo no pudo evitar empezar a reírse, era demasiado cómico y extraño ver a un Malfoy fuera de su expresión seria y perfecta.
El se sonrojo al darse cuenta de ese detalle. Mia se apiado de él y le dio unas palmaditas en el hombro.
-Calma, Draco. Recuerda que aquí solamente estoy yo y se podría decir que no soy un muy buen ejemplo de lo que debe ser un Malfoy- dijo Mia como quitándole importancia al asunto.
-¿Cuántos años tienes?- pregunto Draco aun sin salirse de su asombro. Ella aparentaba tener cuanto mucho veinte años y a su padre le faltaba poco para cumplir los cuarenta.
-Mmm… pasando por alto que es descortés preguntarle su edad a una dama, te diré que estoy por cumplir los treinta y seis en febrero- dijo ella sonriente.
Draco se quedo con la boca abierta. Ella le superaba por casi 19 años y tenía la apariencia de una adolescente.
-Pffs... ja, ja, ja. Enserio Draco tendría que parar de hacer esas expresiones. Va a hacer que escupa mi pulmón o algo peor. .. ¡Hey! No pongas esa cara solo estoy bromeando –dijo Mia dejando de reír al ver la cara de espanto de su sobrino.
-No tienes buen sentido del humor- dijo el menor cruzándose de brazos.
-¡Claro que lo tengo! Pero dejémosle de hablar sobre esto y mejor come, que no es bueno que tu este así en ayuno después de ese ataque- dijera ella colocándole la bandeja en el regazo e instándole a comer.
Draco se acomodo en su cama y empezó a comer con unos modales tan finos que avergonzaría a cualquiera. Claro, Mia decidió volver a sus pensamientos mientras su sobrino comiera. Ella no quería volver a sus predicamentos de mártir.
La casa seguía tal cual la había dejado, la misma decoración sombría, los mismos muebles, el mismo tipo de personas mecánicas.
Esa era la vida de los Malfoy. Eran seres mecánicos, perfectos, sin sentimientos.
Un Malfoy no siente. Un Malfoy no ama. Un Malfoy es perfecto en todo. Un Malfoy debe tener por lo menos un heredero.
Esa eran las reglas de su vida cotidiana en cada momento cuando era pequeña.
Esas reglas habían hecho de su vida un infierno.
Su sobrino justamente en ese momento aclaro su garganta anunciando que ya había terminado. Ella se sobresalto cuando salió de sus pensamientos pero al instante se relajo.
Ella de manera estrategia ya había impregnado una dosis de la poción en unas de las magdalenas, ya que la poción por sí sola no era muy agradable de tomar que digamos.
Draco decidió ignorar todo este asunto.
-¿Por qué jamás te conocí?-pregunto Draco mirándola con interés.
Mia al ve el tono con el que le hablaba frunció los labios.
-Si me conociste pero tal vez no me recuerdes por en ese momento eras muy pequeño- dijo examinándole. Su color de piel se había vuelto más saludable, eso era algo muy bueno, no quería que hubiera otro desmayo.
-¡Yo recuerdo todo lo que paso en mi infancia desde los 3 años!-dijo Draco mirándola indignado.
-Mmm… pero de alguna manera me olvidaste porque yo me fui cuando tenias 5 años, cariño- dijo ella.
Una voz interrumpió sus interrogativas.
-Veo claramente como intentan girar rápidamente los engranajes de tu insípido cerebro, Miaya. Lo que le paso a Draco fue una funesta desgracia pero muy pocas personas lo lamentaron-dijo Severus Snape entrando a la habitación.
Mia lo observo minuciosamente. Severus había cambiado muy poco, estaba mas pálido, mas alto y con el mismo horrible peinado. Miaya internamente se horrorizo ¡¿Cómo podía ser posible que no se hubiera cortado el pelo en 10 años?!
-Severus estoy feliz de que estes bien de salud- dijo Mia haya sonriéndole dulcemente.
-Estoy seguro que lo que menos te importa es mi salud- dijo Severus arqueando la ceja.
Ella lo miro fijamente a los ojos mostrándole un mirada que decida “aunque me caes muy bien te diré que te conviene decirme en este mismo instante que le paso a mi lindo sobrino antes de que te lance a las profundidades del Lago Negro encadenado junto con un ancla”
Empezaron un guerra de miradas que se prolongo por unos instantes hasta que Draco se canso de ser solamente un observador e intervino.
-¿A qué te refieres, padrino?- dijo Draco.
Snape titubeo un poco ya que no estaba muy seguro de cómo se lo tomarían esos dos, pero al fin se decidió por hablar.
-Después de que te fueras Draco tuvo lo que los muggles llamas síndrome post-traumático y su cerebro bloqueo todo lo referente a ti- dijo Severus.
Mia ante esas palabras empezó a sollozar pero sin derramar ninguna lagrima. El olvido siempre fue su mayor temor. Que las personas a su alrededor no la reconocieran y que ese huequito que ella llenaba en sus vidas fuera tomada por otra persona.
Si darse cuenta ella se aferro a Draco como si fuera su salvavidas. El estaba ahí, ella podía sentir su calor corporal, él sabía que era su familia y podían crear nuevos recuerdos. Todo se puede superar, todo se puede mejorar, ellos iban a estar bien.
Draco se quedo estático, no sabía cómo reaccionar ante esa muestra de afecto. No significaba que él jamás hubiera sido abrazado por alguien antes, pero ese abrazo parecía tener algo distinto.
Severus decidió quedarse en su lugar, sabía que Miaya se podía estabilizar ella misma.
El se quedo realmente sorprendido cuando descubrió que Lucius había decidido solicitar la ayuda de su hermana pequeña. Sabía que ella aceptaría ya que el orgullo de ella no era tan grande como para que no ayudara a su adorado sobrino en tal situación aunque despreciara al padre de este profundamente.
Se froto el tabique de la nariz algo hastiado. Ese incidente hace varios años había hecho que el siempre calmado y serio Lucius se convirtiera en una persona malhumora e irritada, además de que convirtió a la querida Miaya siempre tan sonriente y pacifica en un ser que siempre estaba llorando por los rincones.
Todo eso se tranquilizo cuando Miaya desapareció o al menos por parte de Lucius, ya que jamás tuvo ni una noticia de Mia después del incidente, fue como si ella se hubiera desvanecido de la faz de la tierra.
La voz de Draco interrumpió la línea de sus pensamientos.
-Que ya no te reconozca no significa que no te conozca, tía Mia. Además eso no significa que no podamos hablar para conocernos-dijo Draco.
Mia asintió para después empezarse a reírse estridentemente aunque sin tener realmente muchas ganas.
-Draco recuerda que un Malfoy es un Slytherin no un Hufflepuff, aunque como ya dije yo no soy el mejor ejemplo-dijo ella para corta el ambiente tenso.
Severus ante lo dicho arqueo la ceja. Miaya era una persona bastante bipolar.
-Seviee conozco esa cara, me conoces lo suficiente como para poner esa cara. Después de todo soy tu mejor amiga- dijo Mia sacando sus brazos de alrededor del cuerpo de Draco.
-¿Cuándo decidí que ibas a ser mi mejor amiga?- pregunto Severus sintiendo que no quería saber realmente la respuesta.
-Bueno sucedió que una vez te salve de esa panda Griffindors retardados con complejo de bufones y como éramos de la misma casa y no tenía amigos varones decidí que serias mi mejor amigo. ¿Cómo puede ser que no te acuerdes?- dijo ella mirándolo como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Severus solamente le envió una mirada que congelaría hasta a la mismísima muerte, pero como era natural Miaya ni se inmuto. Ella siempre se había comportado así.
-Bueno cambiando de tema vamos a hablar de asuntos más importantes. Draco voy a explicarte sobre nuestra herencia- dijo Mia poniéndose seria.
Draco solamente la miro interesado y asintió por lo cual Mia prosiguió.
-Como seguramente la historia de nuestro orígenes ya te la contaron te explicare sobre los cambios que a un Veela le sucede cuando llega a su mayoría de edad. Claro que esto en nuestra familia difiere un poco ya que hace varias décadas que un Malfoy no se relaciona con un Veela Puro. Aunque a aviado caso casi inexistentes en los cuales gente que tiene sangre Mafoy se convierte en un Veela Puro al obtener su Herencia, pero para nuestra suerte tu no pareces ser de ese tipo de caso particular-Paro unos instantes para quitarse un mechón de pelo que tenia dentro de su boca y continuo- Los cambios físicos varían dependiendo de si es un hombre o una mujer. Por ejemplo los hombre crecen unos pocos centímetros más, su cabello puede crecer dependiendo de los deseos del portador, sus rasgos se harán más delicados y desarrollaran lo que se le llama Allure. El Allure es el poder que tiene los Veelas para hipnotizar a los demás dejándolos en un trance y de esa manera tenerlos a tu total disposición. Antiguamente lo utilizaban los Veela con sus parejas ya que estas no les correspondían, por lo cual, el Veela obligaba a su pareja enlazarse y/o desposarse con él, pero todo aquello siempre terminaba con la muerte de alguna de las dos partes. Ahora lo que se intenta es que las parejas se conozcan y si todo resulta bien quedaran comprometidos en un mes, luego de aquello la pareja puede decidirse cuando se quieren casarse.
- ¿En un mes? No es eso muy poco-pregunto Draco e intento imaginarse como seria estar comprometido con Potter. Sus mejillas pasaron rápidamente de un tono rosado a uno rojo.
Miaya sonrió divertida al ver por dónde iban los pensamientos de su sobrino. Era tan adorable.
-Los Veelas son seres territoriales y egoístas, por lo cual siempre hay que marcar a la pareja de alguna forma de manera rápida. Estoy segura que lo entiendes perfectamente ya que los Mafoy soy bastante parecidos a los Veela en lo que respecta a sus parejas tengan la Herencia o no-dijo Mia.
-Además es una manera sutil de espantar a cualquier pretendiente indeseado que intente interferir en la etapa de apareamiento y si con eso no se van recibirán una amonestación por parte de la familia del Veela-agrego Severus intentando no pesar mucho en lo de la etapa de apareamiento.
Mia sonrió divertida de una manera escalofriante al recordar algo.
-Son unos estúpidos los que se toman a la ligera la idea de que los Veelas son seres delicados que no les gusta la guerra y la sangre. Draco, mucho seres indeseados a perdido cosas peores que un minúsculo diente, eso te lo aseguro.
Severus recordó en ese instante que una persona de Griffindor en su época había desaparecido por varios días y fue encontrada cubierta con una sustancia nauseabunda verde colgando con la ropa echa gijonés en los postes del campo de Quiddich.
Lo último que recordaba esa persona era que había estado conversando con una hermosa chica más grande que ella.
Se estremeció mentalmente. Siempre prefería tener a una Miaya contenta a una Miaya vengativa.
-Mmm… eso me hizo recordar algo. Sevie podes ir a preguntarle a Lucy Luck si ya hablo con Dumbledore. Por favor- dijo Miaya intentando parecer adorable.
-¿Y por qué no vas tú?-pregunto Severus enfadado.
-Facil. Yo no sé dónde está el despacho de mi hermanito y tampoco sé si está ahí, además yo tengo que velar por Draco-dijo Mia apretado el hombro de su sobrino para hacer énfasis.
Severus como se dio cuenta que no iba salir ganando por lo cual salió con la cabeza en alto de la habitación de Draco.
Lo que él no comprendía era como era posible que ella no le hubiera contado a Draco sobre el útero que desarrolla el Veela o su contrayente dependiendo de quién es el dominante o sumiso en la relación. Asimismo de los casos en donde las dos partes crean úteros en vez de solamente una de las partes.
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