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Whiplash: my idol, my pet por YasuAmaya

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Notas del capitulo:

¡Buenas!

M: ¡Yasu está de buen humor!

T: para no estarlo.

Y: ¡Aprobé mi último parcial del año!

Yui: omedetou!

Y: gracias, gracias... Ahora me quedan los finales XD Pero voy a ir más tranquila.

M: y vas a poder escribir fics ;w;

Y: ¡Sí! Aunque no pasó mucho desde la semana de Yasu XD Creo que las cosas empiezan a ir mejor. 

T: ya no se volvió a deprimir.

Y: creo que no XD Bueno... ¡Capítulo 2 de "Whiplash"!

Yui: la historia avanza lento -w-

Y: sí, pero recuerden que no sé cómo va a ir XD Por el momento vamos con la presentación de los personajes principales. Sé que van a amar a uno en particular XDDDDDD Hmm... ¡Ah! En el capítulo pasado cité un fragmento de un cómic coreano; se llama "Nabi: the prototype", es muy lindo, se los recomiendo XD

T: Yasu respondió todos los reviews.

Y: igual no fueron muchos XD En fin... ¡Vamos a leer!

—Ya pronto estaremos en casa— me dice con una sonrisa, y luego acaricia mi cabeza.

“¿Casa? ¿Dónde estamos? ¿Quién eres tú y a dónde me llevas? ¡Escúchame!”. Guau…

 

Eso que salió de mi boca, fue un ladrido. Estoy seguro. ¡Estoy 100 % seguro de que fue un ladrido! Pero ustedes son testigos, ¿verdad? Realmente intenté hablar, articular palabras, interactuar con este sujeto de identidad desconocida como hacen los humanos. ¿Por qué no puedo?  ¿Por qué salió un leve y suave ladrido de mi hocico? ¡Hocico! ¡Oh, por Dios, tengo un hocico de perro, patas de perro, cola de perro, y apariencia de perro! Tan guapo que era… Quiero llorar… No… Lloraré, lloraré y lloraré hasta morir deshidratado. ¡¡No puedo ser un perro!!

 

Es todo muy confuso. No entiendo nada. ¿Dónde estoy? ¿Hacia dónde me lleva este tipo que no conozco? Bueno, creo que lo más importante es… ¡¿Cómo es que soy un perro ahora?! Hasta hace cinco minutos, o quizás más, no lo sé, era un ser humano, un hombre de treinta años, alrededor del metro sesenta y cinco de estatura, cabello rubio, ojos marrones, y con una voz que maravillaba a las personas. Pero no, ahora soy un perro, y ni siquiera sé de qué raza soy… ¡Y lo peor es que creo que tengo una pulga en mi lomo! En serio, quiero llorar.

 

Gimoteo, o algo así.

 

—Tranquilo— me dice este desconocido, con una sonrisa, y me acaricia el lomo. Eso se siente bien, debo admitir: justo donde me picaba—. Ya estamos aquí para recoger a Yuu y podremos ir a casa.

“¿Quién es Yuu? Ah… Cierto que no puedo hablar”.

 

Busco algo que me dé un indicio de dónde me encuentro, pero no logro reconocer nada. Solo sé que este lugar frente a nosotros tiene pinta de jardín de infantes. ¿Por qué no pude despertar como un niño de cinco años? No, tenía que ser un perro. Si fuera un niñito otra vez, todo sería más fácil… Aunque a mí no me gustaba ir a la escuela y todo eso. Siempre me costó mucho relacionarme con mis compañeros, y también me molestaban mucho. Tal vez ahora podría defenderme. Bueno, no ahora porque soy un perro… ¿Por qué me estará sucediendo esto? ¿Será alguna clase de castigo divino?

 

— ¡Papá!— escuchó la voz de un pequeño niño.

—Ah… Yuu— le llama este sujeto desconocido que me tiene en brazos.

—Por fin llegas… Ah… ¿Qué es esto?

—Lo encontré a la salida del trabajo— me acerca al pequeño castaño.

— ¡Un perrito!— exclama— ¡Dámelo, dámelo! Quiero cargarlo.

—Está bien. Pero con cuidado— me entrega en brazos del niño, quien me mira con sus enormes ojos brillantes.

—Ah… Qué lindo.

“Bueno, al menos soy un perro lindo”.

—Ja, ja…— me acaricia la cabeza— Es muy tierno.

— ¡Yuu! — se escucha la voz de otro sujeto. El nombrado da media vuelta; así podemos ver al sujeto de cabello rubio y lentes de sol que se acerca… ¿Por qué siento que he visto a este tipo antes?— Otra vez te fuiste sin mi permiso.

—Pero mi papá ya está aquí.

—Aun así, no puedes salir tú solo— suspira.

—Takahashi-sensei tiene razón, hijo— le dice su padre, acariciándole el cabello—. Perdón por los problemas que Yuu ha causado hoy, Takahashi-sensei.   

—No hay problema, Nuguishi-san. Yuu es un buen niño. Es solo que se aburre muy rápido.

—Si lo sabré yo— ríe—. Bueno… Muchas gracias por haberlo cuidado hoy también, Takahashi-sensei— le dice junto con una reverencia.

—No fue nada.

—Despídete, Yuu.

—Hasta mañana, Takahashi-sensei.

—Hasta mañana, Yuu.

 

Tras despedirse del maestro que extrañamente me parece conocido, padre e hijo comienzan a caminar. Quizá ahora sí estemos yendo “a casa”. Este niño, Yuu, no deja de mirarme. Espero no se tropiece con algo mientras camina; siendo yo pequeñito, podría aplastarme o mandarme a volar. “Entonces… ¿A partir de ahora seré un perro mascota?”. No puedo creer que vaya a terminar mis días de esta manera. Las pulgas son insoportables. “No te quedes mirándome, niño. ¡Ráscame el lomo!”.

 

—Parece no estar muy cómodo— dice el padre del niño.

— ¿Eh?

—Yo lo llevaré hasta llegar a casa. Dámelo.

 

Yuu no parece estar muy feliz con eso, pero igualmente obedece a su padre, quien ahora me carga en sus brazos. “No era eso lo que quería. ¡Necesito que me rasquen el lomo!”. Quizá me escuchó, o solo quería acariciarme, pero este sujeto… Eh… Nuguishi, ha comenzado a pasar su mano sobre mi pelaje, haciendo que la comezón se vaya. “Mucho mejor… Tal vez no muerda tus zapatos como agradecimiento”. Aunque aún no estoy feliz siendo un perro. “Necesito poder hablar… Nadie me entenderá con ladridos”. Creo que voy a enloquecer. O quizá ya estoy loco. Sí, tal vez sea eso.   

 

Tardamos alrededor de unos quince minutos hasta llegar a un pequeño edificio de apartamentos, en un vecindario bastante tranquilo. Tras abordar el ascensor, llegamos al tercer piso; solo a unos pasos de distancia se encuentra la puerta del departamento de los Nuguishi. El mayor saca un juego de llaves del bolsillo de su bolso, y así le permite el paso al interior de la vivienda a su pequeño hijo, quien ingresa rápidamente, quitándose los zapatos. “¿En verdad seré un perro mascota ahora?”. Nuguishi entra en el departamento también y cierra la puerta. Entonces me deja en el piso, para poder quitarse los zapatos. Yo lo miro, inclinando un poco mi cabeza. “Es muy alto”. Bueno, todo me parece gigante ahora. ¡Soy demasiado pequeño!

 

— ¡Perrito!— exclama el niño— Ven aquí— me llama.

“Mejor ven tú. Estamos a la misma distancia” — me siento y rasco la parte trasera de mi oreja derecha con una pata.

—Jo…— Yuu se lleva ambas manos a la cadera e infla los cachetes.

—Dale algo de tiempo— le dice su padre, para luego tomarme en brazos—. Aún no nos conoce bien.

— ¿Puedo cargarlo?— eleva sus dos brazos, pidiendo.

—Ahora no. El perrito debe tener hambre. Debemos darle de comer.

“¡¿Comida?! ¡Eso sí me gusta!” — muevo mi rabo. ¿Qué puedo decir? Siempre he sido alguien de buen comer.

 

Aún en brazos de Nuguishi, nos dirigimos a la pequeña cocina. De hecho, todo el departamento es muy pequeño. Un par de pasos, y ya lo has recorrido todo. En la cocina, el mayor de los dos castaños me deja en el piso, mientras abre la puerta de la heladera, para buscar allí dentro. Mientras tanto, Yuu no me quita la mirada de encima. “¿Será que nunca me dejaré en paz este niño?”. Lo miro, sin reaccionar de ninguna manera en particular. Él sonríe ampliamente, marcándose un par de hoyuelos en sus mejillas. Luego se sienta a mi lado, cruzándose de piernas, para poder acariciarme la cabeza y el lomo.  

 

—Ja, ja, ja… Tu pelo pincha.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?” — vuelve a acariciarme, y otra vez se ríe.

—Ja, ja, ja, ja… ¡Papá!— el aludido lo mira, teniendo un pequeño recipiente de plástico en su mano izquierda— Su pelo pincha.

—Eso es porque no ha comido bien y está sucio.

“¡Soy un asco!” — Nuguishi deja el recipiente en el piso, enfrente de mí—. “¿Qué es esto? ¿Leche?”— me acerco a olfatear.

—Espero te guste— me dice, a medida que me acaricia la cabeza—. No tenemos comida de perro.

“Eh… Acepto comida de humanos también. Algo como sushi, una hamburguesa, pasta… No es necesario nada muy costoso”.

— ¡Yo también tengo hambre!— exclama el niño.

—Sí, yo igual. Ya es hora de cenar. Ve a desocupar la mesa mientras preparo la comida.

— ¡Okey!

 

Tras aceptar la orden, Yuu se va corriendo –no muy lejos, puesto que es uno de esos apartamentos con un solo ambiente– hasta la pequeña mesa en el centro de la sala. “Este niño tiene mucha energía”. Desvío mi mirada del niño quien se encuentra ocupado quitando diarios y latas de la mesa, para volver a ver el recipiente con leche que tengo a unos centímetros de mis patas delanteras. “¿Leche? ¿En serio?”. Esto no se me apetece. Necesito algo sólido y de buen sabor. Pero, al parecer, no conseguiré nada de eso en este lugar. Muevo mi cabeza, dirigida por mi nariz. “Hmm… Algo se está descomponiendo en esa heladera… Hay cerveza… y algunos vegetales. Ah, no hay nada realmente apetitoso aquí”. Vuelvo a mirar al plato con leche. “Me niego”.

 

Entonces dirijo mi atención hacia Nuguishi, quien puso a calentar un poco de agua en una pava eléctrica, mientras saca dos paquetes de ramen instantáneo de la alacena. “¡Quiero eso!”. Una de mis tantas debilidades, mucho más que las mujeres bellas, siempre ha sido el ramen. “Quiero, quiero, quiero…”. Me acerco al castaño y trato de llamar su atención. “¡Oye, tú! ¡Quiero ramen! Como la nueva mascota del hogar, lo exijo”. Entonces me mira y me sonríe.

 

— ¿Quieres más leche?

“No. Quiero ramen”.

—Yuu.

—Dime.

—Sírvele más leche al perrito.

— ¡Okey!

“¡Nooo! No quiero leche. ¡Quiero ramen!”.

 

Mis tripas intentan comerse a sí mismas. “Dios, ya tengo hambre”. Veo a Yuu, sirviendo más leche en el recipiente que me fue entregado. “Moriré”.

 

—Aquí tienes perrito— me acerca el plato. Lo miro con desprecio… No al niño, sino al plato.

“No beberé eso”.

 

Doy media vuelta y me alejo. “Buscaré con qué entretenerme”. Tal vez explorando este lugar me distraiga un poco y me olvide del hambre. Aunque no hay mucho por ver. Este apartamento es de dimensiones muy reducidas. “¿Cómo pueden vivir en este sitio? No me gustaría ser claustrofóbico estando aquí”. Doy un par de vueltas alrededor de la mesa, olfateando el piso. Y estornudo. “Oigan, hay mucho polvo aquí. ¿Acaso no limpian nunca?”. Yuu me mira divertido, y se acerca a mí. Nuestras miradas se cruzan. “Niño, necesito mi espacio. Si me quedaré aquí a partir de ahora, debemos dejar un par de cosas en claro”.

 

— ¡Guau!

—Ja, ja, ja…

“No te rías. Estoy hablando en serio”.

—Ve a lavarte las manos, Yuu— le dice su padre, dejando una bandeja con dos tazones, un vaso con jugo y una lata de cerveza sobre la mesa.

—Está bien.

 

Nuguishi se sienta sobre el tatami. Toma el control remoto que se encontraba sobre la mesa, y enciende el televisor. “Eso huele bien”. Se me hace agua la boca. “Necesito ramen”. Me acerco lentamente al castaño. “Hola, sé que no nos conocemos. Pero, ¡dame de comer!”. Los ruidos que hago, logran captar su atención.

 

— ¿Qué ocurre?— me pregunta.

“Tengo hambre. Necesito alimentos sólidos”— me relamo.

— ¿Tienes hambre?

“¡Sí! ¡Tú me entiendes! Tal vez podamos ser mejores amigos” — apoyo mi pata delantera derecha sobre su rodilla, y él sonríe.

—Está bien— destapa uno de los tazones, y de allí toma algo, para luego ofrecérmelo. Es una rodaja de huevo—. Aquí tienes.

“¡Sí!” — no es nada del otro mundo, pero tengo mucha hambre. Así que no rechazo su oferta.

 

La verdad, este sujeto no parece nada desagradable. Aunque haya intentado hacer que bebiera leche, terminó apiadándose de mi alma perruna, y durante la cena me dio algunos fideos o más rodajas de huevo que tomaba de su propio tazón. Yuu también quiso hacerlo, mas su padre no lo dejó. Parece que es bastante exigente con él. Debe ser difícil controlar a un niño con tanta energía.

 

La cena fue tranquila, y ya no tengo tanta hambre. Padre e hijo se están dando un baño, mientras yo estoy recostado junto a la puerta que lleva al dormitorio. Es todo muy silencioso, especialmente si Yuu no está presente. Y hay algo en especial que me llama mucho la atención. “Si son padre e hijo, ¿dónde está la madre del niño?”. Yuu no debe pasar de los cinco años, y Nuguishi parece ser bastante joven. Siendo así, es muy raro que no haya una mujer en la casa. Pero, viendo este lugar, parece que solo viven ellos dos. Es un departamento pequeño, un tanto desordenado, y no se siente ni una presencia femenina. No sé cómo explicarlo. Siento que algo falta aquí. “De pronto, hace frío”.  

 

Entonces, los dos Nuguishi salen del baño.

 

— ¡Perrito!

"¿Te importaría dejarme solo? Estoy descansando".

—Ja, ja...- se acerca a mí y me carga en sus brazos- Ya es hora de dormir.

"¿Tan temprano? Bueno, es un niño pequeño, debe irse a dormir temprano".

 

Estando en brazos de Yuu, ingresamos en el cuarto. Su padre viene por detrás. Este último va hasta un armario y lo abre; de allí saca un par de futones y los acomoda en el centro de la habitación. El niño se sienta sobre un futón, todavía cargándome.

 

—No puedes dormir con él aún, Yuu.

— ¿Eh? ¿Por qué no?- pregunta con un puchero.

—Primero debe ir al veterinario para que le den su medicación.

— ¿Está enfermo?

—No lo sé. Pero es mejor tener cuidado... Dámelo.

—Hum…— me entrega en brazos de su padre— Cuando el perrito esté sano, ¿podrá dormir conmigo?

—Pues... Creo que sí.

— ¡Yay!

—Ja, ja... Bueno... Ahora debes dormir. Mañana tienes clases.

— ¡Sí!— abre el futón y enseguida se mete en él— ¿Puedo llevar al perrito al jardín mañana?

—No creo que a Takahashi-sensei le guste— dice con una risita.

—Pero le gustará el perrito.

—Hmm... No lo sé— le acaricia suavemente el cabello.

—Hoy Takahashi-sensei nos contó una historia.

— ¿Sí? ¿De qué trataba?

—De un príncipe que se convertía en sapo. Y para volver a ser un humano, una princesa debía darle un beso.

— ¿Y pudo el príncipe volver a la normalidad?

—Sí. Al final conoció a una princesa y se casó con ella.

—Qué bueno.

—Papá, ¿mamá era una princesa?

—No— sonrió con ternura—. Pero era más hermosa que mil princesas juntas.

— ¿Tan hermosa era?

—Sí... Pero ahora es el ángel más hermoso de todos. ¿Y sabes qué es lo mejor?

— ¿Qué?

—Que no te deja solo ni un segundo. Ella siempre está a tu lado, para verte mientras creces.

—Me gustaría poder verla.

—Algún día podrás.

— ¿Cuándo?

—Falta mucho, mucho tiempo para eso.

—El día que la conozca, voy a darle un abrazo muy, muy, muy fuerte.

—Estoy seguro de que lo harás.

 

Yuu se quedó dormido en poco tiempo. Ahora me encuentro solo con Nuguishi en un parque cercano al edificio donde residen. El castaño está sentado en un banco, mientras yo doy un par de vueltas, no muy lejos, buscando un lugar que pueda utilizar como baño. "Esto se siente raro... Y no lo digo por el hecho de tener que utilizar un lugar público como baño". Si no entendí mal, la madre de Yuu falleció y él nunca llegó a conocerla. "¿Entonces Nuguishi está criando solo al niño?".

 

Honestamente, no tengo idea de qué se sentirá vivir sin un padre o una madre. Mis padres aún siguen casados, creo, y hasta tengo una hermana menor... ¿Qué será de sus vidas ahora? Bueno, ya no podrán reconocerme porque soy un perro, así que no hay mucha diferencia con mi antigua vida. Después de todo, no le importaba a nadie de mi familia. Además, mi hermana era el futuro de los Tsukiyama. Nadie tenía puestas sus esperanzas en mí. Con el tiempo dejó de interesarles hasta que mis calificaciones bajaran. Era invisible incluso para mi propia familia. Fue bueno haberme ido del campo, así les quité la obligación de mantenerme. Creo que mis padres solo me dejaban vivir en su casa porque aún era menor de edad y estaban obligados a criarme. Sí, era una carga para ellos. Seguro, deben ser felices sin mí. Y ahora que soy un perro, he desaparecido por completo para ellos, como si nunca hubiera nacido.

 

¡Qué ironía! He sido como un pobre perro callejero toda mi vida, y ahora realmente soy un perro. Aunque si no hubiese sido por Nuguishi, tal vez estaría perdido en la calle.

 

Miro al sujeto en cuestión, quien permanece sentado en el mismo banco, con los codos sobre sus muslos y con la cabeza agachada. "Parece necesitar un rato a solas". Como siempre me ha gustado tener mi propio espacio, le daré a Nuguishi el suyo... Pero... "En verdad, no luce nada bien". He visto esto antes: en mí mismo. "No debería... ¿O sí?". ¿Acercarme a él o no? ¿Qué debo hacer? "Bueno, él me sacó de la calle y alimentó".

 

Lo he decidido. Me acerco a él, quien no nota mi presencia.

 

— ¡Guau!— Nuguishi levanta la mirada, confundido.

— ¿Eh? Ah... Eras tú.

"Sí, soy yo... O eso creo"— muevo mi rabo y él sonríe.

—Volvamos a casa, ¿te parece?

"Me parece bien".

 

En el camino de regreso, Nuguishi lucía distinto. Venía muy metido en sus propios pensamientos, y su mirada estaba apagada. Y ahora está sentado a la mesa, mirando televisión mientras bebe una lata de cerveza. Yo estoy a su lado, mirándolo con intriga. "Al conocerlo, no creí que pudiera sentirse tan devastado". Sus ojos llorosos y rojos producto del alcohol y la amargura, su pose cansada, sus movimientos desganados; se nota que le cuesta mucho el día a día. "Creo que es como dicen: todos los días, es una lucha nueva... Nunca había entendido bien eso... O quizá ya lo había olvidado".

 

—No te gusta esto, ¿verdad, Mikuru?

 

Soltó eso de la nada. "¿Mikuru? ¿Se referirá a... la madre de Yuu?".

 

No recibí ninguna respuesta a mi incógnita. Tampoco sucedió nada importante luego. Tras haber terminado otras dos cervezas, se fue a dormir. En cuanto a mí, la leche me dio sueño, y terminé durmiendo junto al futón de Yuu.

 

 

 

“Soy la nueva mascota”.

Notas finales:

M: ¡¿Takuya tiene un hijo?! ¡¡Y con una mujer!!

Yui: ¿Por qué siempre nenes? ¬3¬

T: es verdad, siempre tiene hijos varones XD

Y: quizá sea porque quiero un varón XD Pero en B.A.P. tiene una nena XD BTW, estoy trabajando en esa conti, así que seguro será la próxima que traiga XD

M & Yui: ¡Yay!

Y: bueno... ¿Qué les pareció este capítulo?

T: Miku tiene pocas pulgas -ba da tumss- (?)

Y: ay, Takuya, sos trrrremendo (?)

T: lo sé XD

M: -w-U

Y: bueno... Creo que no tengo nada más por aclarar. Cualquier duda que tengan, para eso están los reviews XDDDDDD ¡Nos vamos!

M: ¡Nos leeremos!

T: cuídense.

Yui & Y: bye bye!!


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