11. Conspiraciones
La pequeña luz de su cigarrillo se distinguía levemente en la oscuridad de la habitación, dejando entrever el camino de humo que se levantaba en el aire. Todo estaba en aparente calma; sus compañeros dormían y al parecer los huéspedes de las otras habitaciones del motel también, puesto que no se escuchaba nada a los alrededores. O al menos así fue hasta que escuchó una pelea en el cuarto contiguo, y minutos después, Shachi llegó a donde estaba y se sentó a su lado.
- creo que es buen momento para cambiar turno- le murmuró dolido el pelirrojo, al parecer le costaba mucho hablar- ve a dormir Kuroashi, yo vigilaré
- Penguin te golpeó, ¿cierto?- pese a que no lo veía, el cocinero podía deducirlo, sobre todo al escuchar esa pelea y la apagada voz del otro
- no entiendo por qué se pone así, no hace falta que nos casemos para que sepa que lo amo
- no hay mejor forma de mostrar lo que sientes que hacer algo inesperado
- ¿ah sí?- el rubio hablaba como si lo supiera todo y eso le molestaba- ¿y qué se supone que hiciste tú?
- mi amor más grande siempre han sido las damas, y en cambio voy a casarme con un hombre…- incluso él se reía de la ironía que era su vida; seguramente Shachi estaba igual de sorprendido, pues no le respondió- voy a dormir entonces- apagó su cigarro con la suela de su zapato y se puso de pie; si tenía suerte habría un pequeño espacio junto a Luffy para poder dormir
- ¡Kuroashi, cuidado!- había logrado ver un destello por el rabillo del ojo, por lo que se arrojó sin pensarlo sobre el rubio, tacleándolo y manteniéndole contra el suelo mientras una especie de chasquidos metálicos se escuchaban desde la ventana a la vez que los vidrios se rompían contra el suelo. Cuando el ruido cesó, el pelinaranja se asomó con cautela y sacando su par de cuchillas; lo único que quedaba del incidente era el suelo cubierto de trozos de vidrio y ocho perfectos agujeros en la pared- ¡¡Penguin!!- gritó de pronto antes de salir de la habitación por la ventana recién abierta.
Penguin acudió al llamado de su compañero, y armado con su rifle, salió por la misma ventana que lo había hecho Shachi. El cocinero tardó unos segundos en procesar lo que había sucedido pero finalmente lo comprendió… alguien acababa de atacarlos. Aún con la cabeza baja, Sanji se escurrió hacia la habitación donde Luffy dormía, y afortunadamente seguía ahí, dormido en la cama totalmente ajeno a lo que sucedía. No podía dejarle solo, sabía que les estaban buscando, por lo que comenzó a zarandear al muchacho para despertarle… si tenían que huir, era mejor hacerlo de la forma más rápida posible.
- despierta Luffy, debemos irnos…- quizá el atacante había usado silenciador en su arma puesto que no se habían escuchado los disparos, pero el sonido del vidrio rompiéndose pudo escucharlo cualquiera, sólo esperaba no llamar la atención de alguien o no sólo ellos estarían en problemas, también los posibles testigos- ¡Luffy, despierta! ¡Hay carne para el desayuno!
- ¿carne?- y como por arte de magia, el muchacho del sombrero de paja se levantó de golpe, tallándose los ojos con el torso de sus manos- Sanji, ¿dónde está la carne?
- te compraré la que quieras mañana por la mañana, pero debemos irnos- arrastró al pelinegro por el brazo para llevárselo de la habitación, no sin antes asomarse para estar reasegurándose que no había nadie más
- Kuroashi…- por acto reflejo se escondió de nuevo en el cuarto al escuchar que le llamaban junto con el menor- Kuroashi, soy yo… tks… ¡soy la orca!
- ¿Shachi?- volvió la mirada a la habitación contigua, donde una mano hacía señales en la ventana. Esa voz y esa mano eran inconfundibles. Pronto el pelinaranja entró y comenzó a tirar de un bulto para meterlo a la habitación- Luffy, espera aquí- el chico estaba medio dormido, así que le dejó de nuevo en el dormitorio y cerró la puerta.
Al acercarse, Sanji pudo ver cómo Shachi y Penguin metían a un hombre semi consciente y herido a la habitación, seguramente el hombre que les había disparado. Sentaron rápidamente al sujeto en una silla y le ataron las manos al respaldo con la corbata del rubio para asegurarse que no escapara. En ese momento los hombres de Law parecían otros… más serios, despiadados,… había olvidado que eran ex criminales. Las cuchillas de Shachi pasaron rápidamente al cuello del hombre mientras Penguin se paraba frente a él, con el rostro completamente frío y sin emociones
- ¿quién te ha enviado?- preguntó directo el pelinegro antes de golpear al pobre sujeto con la cantonera de su rifle- ¡¡responde!! ¡¿para quién trabajas?!
- Penguin- el pelinaranja le hizo una señal silenciosa a su compañero, señalando al sujeto; en su chaqueta había un emblema muy conocido en el bajo mundo... una cara sonriente con una diagonal atravesándole de lado a lado- la familia Donquixote...
- sabía que Doflamingo no lo pondría fácil pero no creí que nos atacaría- tenían poco tiempo; si enviaron a asesinarlos una vez, fácilmente lo harían una segunda y todas las veces que fueran necesarias, y cada oponente sería más fuerte que el anterior- será mejor que hables si no quieres morir… ¿dónde está tu jefe?
- hagan lo que quieran, no me interesa…- a pesar de los golpes y a que estaba prácticamente atrapado, el hombre no lucía ni remotamente asustado por su situación- el joven amo me vengará
- al “joven amo” no le interesa tu vida, así que será mejor que hables o…- de pronto su rehén comenzó a moverse, provocándose cortadas en el cuello él mismo con las cuchillas del pelinaranja. Shachi enseguida retiró sus armas, pero al hacerlo le dio al sujeto la oportunidad de soltarse de su amarre y escapar. Cuando Penguin estuvo por dispararle el hombre hizo algo que ninguno imaginó… sacó una pequeña pistola de una funda escondida a la altura de su pantorrilla, y con una sonrisa en los labios, se disparó a quemarropa en la parte inferior de la quijada, destrozándose el cráneo y perdiendo la vida en cuestión de segundos- ¡¿pero qué demonios…?!- el cuerpo sin vida del sujeto cayó al piso, desparramando su sangre por el suelo- imposible…
- prefirió matarse a decirnos algo…- tanto Shachi como Sanji estaban en shock, ¿tanta era la lealtad hacia ese hombre?- así nunca daremos con ese infeliz…
- debe tener algo que nos dé alguna pista, yo revisaré el cuerpo. Kuroashi, Shachi, saquen a Luffy de la habitación y procuren que no vea el cadáver; tenemos que irnos- ninguno de ellos puso objeción, no podían quedarse y llamar más la atención de lo que ya habían hecho.
Con Luffy dormido a cuestas, los tres salieron del motel y siguieron avanzando hacia Dressrosa… su única pista, el teléfono del hombre que intentó asesinarlos…
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En Dressrosa…
Asesinar a sangre fría a unos cuantos de sus hombres no había dado frutos; nadie confesó nada y algunos pelearon entre ellos asegurando que eran traidores, pero era imposible que alguien de su familia estuviese en su contra, todos le eran ciegamente fieles. Desesperado por la nula información obtenida de sus hombres, Doflamingo fue hasta el mini bar de su despacho y descorchó una botella de vino con los dientes para luego darle un largo trago sin dejar de pensar en el incidente. Hace ya algunos meses que la policía parecía estar asediándoles día y noche, no cabía duda de que tenía un traidor en su familia pero ¿Quién? ¿Quién se atrevería a desafiarle? ¿Quién tenía contacto con la policía?
El primero que se le vino a la mente fue Vergo… No, imposible. Conocía a Vergo desde que eran niños, su lealtad era inquebrantable; la única razón por la que había entrado a la policía y se había hecho alcaide de la prisión era porque fue una orden suya; no cabía ni una pisca de alevosía en ese hombre. Pero el que Vergo fuera inocente sólo dejaba sus sospechas abiertas para todos los demás… ¿quién era el Judas? Debía ser alguien que no tuviese mucho tiempo en la mansión como para no saber lo terrible que era ir en contra de la familia Donquixote… ahora que meditaba un poco, la policía sólo los rastreaba pero fue hasta esa noche que lograron encontrarles… ¿quién acababa de llegar a la mansión en los últimos días?
- el cirujano de la muerte- gruñó el rubio mientras las prominentes venas de su frente se hinchaban de ira. Era tan obvio que era sorprendente que no se diera cuenta antes; Trafalgar ya había traicionado al bajo mundo una vez, seguramente lo hacía también en esos momentos. El médico tuvo gran influencia en los bajos fondos cuando era un criminal, obtener información no debía ser muy difícil para él; y ahora tenía a ese traidor bajo su techo. Justo en el momento de su revelación alguien se atrevió a llamar a la puerta de su oficina- ¿qué quieren?- esa persona debía estar loca como para interrumpirle sabiendo lo enfadado que estaba
- Doffy- y la puerta se abrió, mostrando uno de los pocos valientes que se atrevía a encararlo cuando estaba de pésimo humor… Vergo. El hombre con gafas entró aparentemente calmado, aunque algo en su semblante delataba que algo no estaba bien- he llamado al caza recompensas que enviamos tras ese tal Don Sanjino
- ¿ya lo ha eliminado?- necesitaba al menos una buena noticia ese día
- he grabado la conversación como siempre, creo que debería escucharla- con un pequeño aparato conectado a un teléfono celular, Vergo presionó unas cuantas teclas y extendió el aparato hacia su jefe
- ¿Ya has eliminado al objetivo?- se escuchaba claramente la voz de Vergo- Debiste llamar hace más de una hora- tan sólo se percibían murmullos y algunos ruidos huecos desde la otra línea, hasta que finalmente se escuchó una voz
- ¡¡Oi, Mingo!!- el grito fue tal que el sonido se distorsionó un poco al salir por el auricular- ¡¡Soy Monkey D. Luffy, el que te va a patear el trasero si no me devuelves a Ace!!
- ¡¡Cállate idiota!!- le regañó otra voz mientras los sonidos de fondo se hacían más fuertes- ammm… objetivo eliminado, señor. ¿A dónde debo ir ahora?- la voz se escuchaba tan acartonada que era obvio que se forzaba por cambiar su tono
- eres un imbécil. Escucha amigo, tu asesino a sueldo fue un fracaso, dile a tu jefe que tendrá que hacer algo mejor si quiere deshacernos de nosotros
- ¡El imbécil eres tú! ¿Ahora cómo los vamos a encontrar? Dame eso- le regañaba otra voz a la vez que, por lo que el ruido indicaba, le quitaba el celular- nuestro jefe está ansioso por conocerle, Joker. El Don le manda saludos- y en ese momento la llamada se cortó
- ¿qué ha sido todo eso?- las venas de su rostro crecieron más, tanto que casi se escuchaban palpitar- ¡¿por qué ese mocoso estaba al teléfono?!
- seguramente es una trampa. Monkey D. Luffy se escuchaba bastante tranquilo para haber sido secuestrado por alguien. Según lo que ha dicho Miss Doublefinger, los que acompañaban a ese tal Don Sanjino, eran antiguos subordinados del cirujano de la muerte, deben ser las otras voces en la llamada
- lo sabía- estrelló la botella de alcohol que tenía en sus manos contra la pared más cercana y salió de su despacho hacia la habitación del médico.
Sus subordinados no recorrieron los pasillos de la mansión, no querían tener la mala suerte de encontrarse con su jefe esa noche; la guardia estaba solamente por fuera, procurando que nadie entrara o saliera de ésta. Sin embargo, había alguien que permanecía dentro aún en esas circunstancias y estaba de pie justo a donde Doflamingo iba, fue inevitable que se encontrase con él de frente. Eustass Kid tragó saliva al tener al rubio cara a cara, pero en vez de decirle o hacerle algo como esperaba, Doflamingo tan sólo lo empujó hacia a un lado para quitarlo del camino y abrir la habitación que custodiaba de portazo tan fuerte que algunos cuadros cayeron de la pared.
Law leía un libro tranquilamente a la orilla de la cama que seguramente habría sacado de alguna estantería en la mansión; no era de los que dormían mucho, y a decir verdad, tampoco le convenía hacerlo en esas circunstancias. Estaba tan concentrado en su lectura que no levantó la mirada hasta que escuchó el estruendo de los cuadros rompiéndose contra el piso, encontrándose directamente con Doflamingo siendo seguido por Kid y Vergo.
Al principio no le prestó atención, seguramente seguía molesto por lo de Luffy, mas al ver que se aproximaba a él, cerró el libro y comenzó a retroceder sobre el colchón para poner distancia entre ellos. Lamentablemente no llegó muy lejos pues el rubio cerró uno de sus puños y lo encajó en su mejilla con la suficiente fuerza para tumbarlo de la cama. Ya había recibido un fuerte golpe esa noche, pero presumía de tener buena resistencia a éstos, a veces más de lo que le gustaría. El moreno se llevó una mano a la cara para asegurarse que todos sus dientes siguieran en su sitio mientras le miraba frío, exigiendo algún tipo de explicación.
- ¿qué estás haciendo Doffy?- Kid trató de no sonar demasiado interesado pero sus facciones no mentían, estaba realmente sorprendido de que el rubio hiciese eso tan de repente- yo lo… estaba vigilando… no era necesario…
- cállate Kid- le gruñó- no tengo por qué darte explicaciones- se aproximó de nuevo al moreno y le levantó del cuello de su chaqueta sólo para estrellarlo arrojarlo violentamente al piso, estrellando sus huesos contra la fina madera- no creí que cayeras tan bajo, Trafalgar…- caminó unos cuantos pasos hacia el moreno, dejando que su altura dejara a entender que estaba muy por encima de él- ¿cómo filtraste la información? ¿Quiénes son tus cómplices?
- no sé de qué… hablas…- su mejilla se había hinchado tanto a causa del golpe que sus palabras eran apenas entendibles, y aun con esas heridas, tenía la audacia de ver al otro a la cara
- esos tipos que llamaron por teléfono, ¿tú los contactaste, cierto? ¿con quién más hiciste contacto?
- …- el rostro del médico reflejó su sorpresa, ¿alguien había contactado con Doflamingo? Sólo sus subordinados eran tan idiotas para hacer semejante estupidez; sin sus órdenes no eran más inteligentes que un niño- te lo repito, no sé de qué hablas. Que alguien haya podido burlarte no es mi problema…- apenas terminó de hablar, una patada en el estómago le volvió a robarle el aire; quizá tenía buena resistencia, pero no era inmortal… si eso seguía así Doflamingo terminaría por matarle a golpes.
Aunque ese día parecía tener suerte. El rubio sacó un arma de fuego de su abrigo y le apuntó directo a la cabeza… sí, morir de un tiro certero en el cráneo era lo mejor que podía esperar de ese hombre; pero conociéndole, tal vez se tomaría su tiempo para hacerlo. Así hecho un ovillo como estaba, jadeante por llevar algo de aire a sus pulmones, Law esperó el amargo sabor del plomo atravesándole la carne… una, dos, tres detonaciones… el sonido se dispersó por el aire al igual que el olor a pólvora… y el dolor… el dolor no estaba, no parecía que nada le hubiese atravesado aún, ¿sería sólo su imaginación o su cuerpo le hacía un favor al ahorrarle el sufrimiento? No, sus costillas seguían encajándosele en los órganos internos, algo no estaba bien. El cirujano de la muerte giró su vista hacia arriba sólo para encontrarse con una escena prácticamente imposible; alguien oponiéndosele a Joker… el sujeto había sujetado al rubio del brazo y éste, por efecto del inesperado movimiento, terminó por vaciar su arma contra diferentes puntos en la habitación
- ¿qué crees que haces Eustass?- la mirada del rubio oculta tras sus gafas violetas se dirigió enseguida al pelirrojo que se atrevió a detenerle; incluso ahora seguía sujetando su brazo para asegurarse que no pudiera usar su arma contra nadie
- no puedes- a pesar de que el sudor resbalaba por su frente, el pelirrojo hablaba seguro de sí mismo- fue nuestro trato. Iba a ser tu subordinado si me conseguías a Law, así que no te dejaré tocar mis pertenencias- sus dedos se hincaron sobre la carne del otro, asegurándose de dejar la marca de su mano para que no olvidase jamás lo que había dicho
- idiota- su otro puño se cerró con fuerza y se levantó contra Kid, quien logró detenerle por apenas unos centímetros con su mano libre. Aprovechando su cercanía, Doflamingo giró las muñecas hasta soltarse y a la vez sujetar los brazos del pelirrojo- no necesito a alguien que sigue lamiéndole el culo a quien le traicionó primero- con toda su fuerza empujó el musculoso cuerpo del contrario hasta el ventanal de la habitación y lo estrelló contra los cristales con tal fuerza que éstos terminaron venciéndose, dejando caer al pelirrojo hacia el patio de la mansión.
- ¡¡Eustass!!- como pudo, Law se levantó del suelo y corrió a la ventana esquivando los cristales rotos. Estaban en el tercer piso, no dudaba de la dureza del cuerpo de su ex subordinado, pero el pavimento bien pudo romperle la columna a esa distancia y con la fuerza que había caído- imbécil, ¿por qué lo hiciste?- aún estaba oscuro, su vista no alcanzaba a llegar al suelo y mucho menos podía saber cómo estaba el pelirrojo
- iré a matarlo- Vergo se acomodó sus gafas oscuras y se dio la media vuelta para salir, mas el agarre de su jefe le detuvo
- no vale la pena Vergo, tan sólo no lo dejen entrar de nuevo a la mansión
- ‘¿Qué ha sido ese escándalo?’- Corazón apareció en la habitación atraído por el ajetreo y al llegar no pudo hacer más que levantar su libreta de notas para que su hermano la leyese
- nada importante, olvídalo- el mayor de los hermanos Donquixote suspiró; al menos con esa pequeña rabieta había logrado liberar un poco de su frustración- vámonos. Y tú Trafalgar, te salvaste por esta vez- tenía una fiesta que dar la noche siguiente, no podía seguir desperdiciando más tiempo con ellos- mañana por la noche serás el primero en ser ejecutado, si es que no me harto de tu presencia antes de eso- sentenció antes de salir de la habitación en compañía de los otros dos.
- ‘Doffy, debo irme’-a riesgo de aumentar la tensión alrededor de ellos, el menor de los rubios le mostró la nota a su hermano. No quería marcharse y dejar a esos dos solos con esa bestia, pero no tenía opción
- ¿a dónde?- el mayor preguntó directo
- ‘asuntos personales. Volveré mañana en la noche’
- …de acuerdo, tan sólo no llegues tarde a mi coronación- el menor asintió levemente antes de girarse y tomar el camino contrario. Doflamingo siguió caminando con el pelinegro antes de detenerse de golpe unos metros más adelante- Vergo, tengo que pedirte algunas tareas especiales
- te escucho- podía imaginarse un poco de lo que diría su jefe, tan sólo preguntaba por formalidad
- primero que todo, llama al teléfono del caza recompensas y dales nuestra ubicación; si quieren encontrarnos les dejaremos hacerlo… sólo espero que no se arrepientan…- sonrió ampliamente, no era de los que se escondiesen ante una amenaza, además sabía que, cualquiera que fuera el plan del médico, podía contrarrestarlo con facilidad- y cuando termines con eso, sigue a Corazón
- ¿Doffy?- el hombre no pudo evitar enarcar una ceja ante la extraña petición
- siempre que Corazón vuelve de una misión parece que la policía comienza a seguirnos… y ahora se marcha sin razón aparente. No me gusta sospechar de mi propia sangre, pero…
- ¿crees que sea el traidor?- el mismo Vergo se sorprendía por tal acusación- yo he estado en la policía casi siete años y jamás le he visto ahí
- espero equivocarme. Tan sólo síguelo y ve qué está tramando… cualquier cosa que descubras, contáctame inmediatamente…- No podía ser el próximo rey del bajo mundo si no pudiera deshacerse de este pequeño inconveniente, aunque se tratase de su propio hermano. No cometería los mismos errores que Crocodile
- como ordenes- el pelinegro hizo una reverencia ante su jefe, y como Corazón, tomó un rumbo distinto al de él para cumplir la misión que le había encomendado, no sin antes llamar al teléfono para citar a Don Sanjino y sus hombres en la mansión Donquixote la noche siguiente para la celebración del próximo rey del bajo mundo.
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A pesar del intenso ruido que había esa noche en aquella mansión ni siquiera se tomó la molestia de asomarse por la puerta, prometió mantenerse a salvo hasta el día siguiente. Era verdad que Portgas D. Ace se había rendido ya, que sólo quería morir para acabar con ese maldito sufrimiento y reunirse con su familia, pero desde que había escuchado a ese hombre, jamás había deseado tanto seguir con vida…
-- Ace Flash Back—
- agh… suéltame…- no podía evitarlo, estaba asustado de lo que ese tipo pudiese hacerle. Cerró los ojos al sentirle recostarse en su totalidad sobre su cuerpo- sólo… sólo mátame…- el otro le cubrió la boca con su mano libre, impidiéndole emitir palabra alguna mientras, dejando caer su cigarrillo aun encendido al suelo, se acercaba lentamente a su oído. Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza al sentir su cercanía; no podía hacer nada mas que esperar a que todo terminase pronto
- 01746…- escuchó una voz murmurando una especie de código- 01746… Comandante Rocinante…- escuchó que alguien se presentaba muy cerca de su oído… ¿muy cerca de su oído? No, era imposible, el único en esa habitación además de él era el hermano de Doflamingo… pero ese código sonaba tan similar al código que los agentes de policía tenían, si hasta era el mismo número de dígitos. Debía ser una coincidencia, no podía dejarse engañar- … ¡agh!- sin pensarlo demasiado mordió la mano de su atacante, obligando a que le soltase.
Aprovechando el momento, el pecoso se impulsó sobre su propio cuerpo hasta sacarse a ese hombre de encima y una vez libre, se arrastró por el suelo para alejarse de él mientras intentaba ponerse de pie. Mas el rubio era rápido, le sujetó por el tobillo y prácticamente se abrazó de su pierna para evitar que se marchara.
- ¡suéltame pervertido, no voy a dejar que me pongas un dedo encima!- Ace comenzó a patear sin piedad la cabeza del sujeto con su pie libre; sin embargo, a pesar de la sangre que comenzaba a brotar de su rostro, el rubio no le soltaba- ¡¡si vas a matarme hazlo pero no voy a permitir que me toques!!
- ¡Ace, cálmate!- el hermano de Doflamingo se las ingenió para trepar por el cuerpo del pecoso, inmovilizándolo desde las piernas hasta la cadera- ¡sólo quiero ayudarte, no voy a hacerte daño!
- ¡no soy tan idiota como para confiar en alguien con el apellido Doflamingo!- al ver que su atacante intentaba sujetarle las manos de nuevo no dudó en resistirse; mordía, golpeaba y pateaba en todas direcciones, todo con tal de que esas asquerosas manos desistieran
- agh… él tenía razón… dijo que no me creerías…- aun con todos esos golpes y la sangre brotando de todas partes, el rubio sonreía amable para él- por eso me pidió que te dijera que te vio… ese momento antes de que su auto chocara…- al escuchar eso dejó de forcejear y en cambio miró sorprendido al otro- dijo que lamentaba haberte preocupado tanto…
- ¡¿cómo sabes eso?!- su mirada terminó empañada por sus propias lágrimas; era tan cruel jugar con sus sentimientos de esa manera- ¡¡Mientes!! ¡¡estás mintiendo!!
- dijo que no estaba enfadado por la discusión… quería pedirte disculpas por lo ocurrido…- al ver que el pecoso estaba más calmado volvió a subirse en él, sosteniendo sus muñecas contra el suelo para asegurarse que le pusiera atención- …y que quería cumplir con lo que te había prometido hace unos años en el hospital… dijo que no se conformaría con verte de lejos de nuevo, que bajo cualquier circunstancia se quedaría a tu lado para…
- sanar mis heridas…- completó con su voz quebrada en llanto; tan sólo había una persona que sabía lo que habían charlado aquel día, cuando su corazón terminó destrozado- Smoker…- había perdido toda esperanza de volverlo a ver, pero ahora estaba ahí, un pequeño hilo de esperanza al cual aferrarse
- sólo confía en mí- el rubio le soltó nuevamente y se sentó a su lado para encender un nuevo cigarrillo- trabajo en servicios especiales para el comandante en jefe Sengoku. Nuestro objetivo es capturar a la familia Donquixote
- ¿a la familia Donquixote? Creí que estabas con ellos…- aún en el suelo se limpió las lágrimas mientras suspiraba para calmarse- Doflamingo… es tu hermano, ¿no es así?
- ese hombre ya no es mi hermano, es un monstruo… y debo detenerle. No te puedo dar muchos detalles, pero el comandante en jefe y yo tenemos un plan; tan sólo te pido que esperes y te mantengas a salvo hasta la noche en que Doflamingo te revele ante los demás miembros del bajo mundo… no te preocupes, te salvaremos…
- ¿qué pasó con Smoker?- por ahora lo único que tenía en mente era a Smoker, estaba demasiado exaltado con la noticia- ¿cómo está?
- bueno, ese día… sabía que no había manera de que Doffy dejara con vida a Monkey D. Luffy, así que fingí ir a una misión unos días antes del encuentro contigo. No logré llegar a tiempo para salvar a tu hermano, alguien más ya lo había ayudado… pero ese día logré salvar a alguien más…
- entonces… ¿Luffy también… también está a salvo?- se había jurado no seguir llorando pero era inevitable; no sólo su amado Smoker, también su querido hermano menor estaban vivos, la dicha no le cabía en el pecho, era como un sueño del que no quería despertar- ¿en dónde están?
- ya te dije, no puedo decirte más. Espero que seas un buen actor, vice comandante Portgas… mantente con vida hasta que la ayuda llegue…
-- End Flash Back—
Ace suspiró mientras giraba sobre la cama para mirar hacia la puerta, no quería que nadie entrase sorpresivamente como la última vez; si quería volver a ver a su hermano y a Smoker, debía resistir una noche más…
- idiota, yo soy quien debe pedirte disculpas
Continued…