16. Atrapar y Liberar
Podía sentir el cortante filo del cuchillo desgarrándole milímetro a milímetro conforme su agarre se hacía más fuerte; si aquello continuaba así Sanji no dudaba que su mano no serviría ni para sostener un cigarro. La risilla de su oponente le hizo levantar la mirada hacia éste, aunque había detenido su ataque no parecía molesto, de hecho sonreía de esa forma capaz de amedrentar al más valiente. Y en cuestión de segundos entendió el porqué de esa odiosa sonrisa; Doflamingo había dejado de empujar su arma contra él y en cambio la retiró de un tirón, abriendo aun más las heridas de sus preciadas manos. Sus dedos temblaban entumecidos por el dolor y su sangre goteaba en el suelo formando un pequeño charco bajo sus pies.
- eso se ve muy mal, fufufu- la larga lengua de Joker se paseó por la hoja del cuchillo, empapando su lengua con la fresca sangre del cocinero- veamos si tus preciosas manos pueden detener un ataque más- jugó con el cuchillo entre sus dedos antes de apuntarlo contra el rubio de nuevo, sin embargo perdió su arma cuando un certero disparo de puños de fuego se la arrebató de las manos, haciéndola rodar por el suelo- no tengo tiempo para jugar con niños, mucho menos con sabandijas como ustedes
- sólo ríndete Joker- tal vez no había logrado salvar sus manos pero se aseguraría que Sanji saliera de ese sitio con vida. Ace pudo concentrarse lo suficiente para desarmar al rubio con una bala y ahora apuntaba las dos armas que poseía hacia su enemigo- tus hombres fueron capturados, no tienes armas para defenderte… no tienes nada…
- eso es algo que comprendes muy bien, ¿Cierto Gol D. Ace?- pudo notar cómo las manos contrarias titubearon, lo tenía perfectamente dominado- no sé cómo hiciste para que los resultados de ADN salieran negativos pero yo sé la verdad, eres el bastardito de Gold Roger. Todos saben lo que ocurrió esa noche menos tú; Mr. 0, en su papel de jefe de policía, dio la alarma sobre el escondite del rey del bajo mundo. La policía llegó en menos de una hora, fue una completa masacre… y el líder de esa horrible noche fue tu queridísimo abuelo, Monkey D. Garp
- ¡cállate!- el pecoso sintió una punzada en la cabeza, ¿entonces todas esas imágenes difusas en su mente eran de aquella noche? Su abuelo siempre dijo que los había salvado a él y a su hermano pero parte de su historia nunca tuvo sentido y ahora entendía por qué- no soy… ¡no soy hijo de un criminal!
- es algo irónico, ¿no te parece? Me estás apuntando a mí cuando el culpable de la muerte del vejestorio está al lado tuyo- sus ojos no lo delataron sino más bien fue el ligero movimiento de cabeza que hizo al girarse hacia el pelirrojo- si Eustass no hubiese atacado la estación de policía, probablemente podrías haber salvado a tu abuelo- rio internamente al ver cómo la mirada iracunda del pelinegro miraba hacia Kid- vamos Ace-chan, mátalo como lo hizo con tu abuelo
- ¡no lo escuches Ace, trata de confundirte!- incluso Sanji se podía dar cuenta de la fragilidad emocional que sufría el pecoso en esos momentos. Lo que no vio venir fue que Ace le apuntara con una de sus armas y dispara contra él, aunque la bala tan sólo rozó su mejilla
- ¡¡cierren la boca!! ¡¡cállense todos de una maldita vez!!- había fallado a propósito, no quería lastimar al rubio ni a nadie pero el eco en su cabeza no le dejaba pensar
- ellos son los verdaderos enemigos, te quitaron todo lo que amabas- retrocedió unos cuantos pasos hasta que sus pies encontraron el cuchillo que había perdido y lo levantó de un movimiento- así es nuestro mundo Ace-chan, cuando queremos algo lo tomamos, y si algo nos estorba sólo lo quitamos del camino- enseguida el rubio retomó su ataque, esta vez contra puños de fuego. El más joven esquivó los primeros ataques pero los siguientes le hirieron lo suficiente como para quitarle una de sus armas, la cual no dudó en apuntar contra su oponente- ¡vamos Ace-chan, déjame matarte! ¿no era eso lo que tanto rogabas?- un tirón en su pie llamó su atención; fue un movimiento tan ligero que apenas y logró sentirlo pero cuando bajó su mirada sintió su corazón estrujarse por primera vez. La mano ensangrentada de su hermano se aferraba con toda la fuerza que le quedaba al tobillo del mayor en un desesperado intento por detenerle
- déjalo en paz… Doffy…- a pesar de que eran apenas un murmullo, las palabras de Corazón fueron tan claras que parecían opacar el resto de ruidos a su alrededor - él… es libre…- sonrió sutilmente al ver cómo su hermano mayor le apuntaba por segunda vez con un revólver; estaba demasiado cansado como para moverse o intentar hacer algo más, era su fin. Lo único que le permitía irse a la tumba en paz era haber ayudado a esos chicos a salvarse. Soltó un suspiró de resignación y sus ojos se cerraron pausadamente.
Uno. Dos. Tres disparos se escucharon consecutivamente. Rocinante tan sólo apretó los labios para soportar el dolor… no, no había dolor alguno, quizá porque estaba demasiado herido como para sentirlos ya. Abrió sus ojos para regalarle una última mirada a su hermano mayor, pero éste ni siquiera le prestaba atención pues la tenía puesta en Portgas D. Ace, quien apuntaba con arma. Fue en ese momento que lo notó; del cañón del arma del pecoso se desprendía un rastro de humo que se difuminaba en el aire, como si acabase de ser disparada. El arma que sostenía Doflamingo cayó muy cerca de su rostro junto con un chorro de sangre lo suficientemente abundante para salpicarle.
- ¡¡BASTARDO!!- a pesar del ardor que le causaba su piel recién abrasada por las balas de puños de fuego, Joker no contuvo su ira. Uno de los disparos había dado justo en su hombro y los dos restantes a un costado del vientre, haciéndole soltar el revólver. Se sentía débil por primera vez en su vida; la policía estaba a nada de llegar y con esas heridas no llegaría muy lejos. Todo por lo que había luchado hasta ese momento parecía desvanecerse ante sus ojos, y el único culpable era su hermano menor. Rocinante había derribado a sus peones, su castillo… su corona. Ya no era nada- ¡¡No van a quedarse con mi corona!! ¡¡Yo soy el rey del bajo mundo!!- Sin embargo sus gritos iracundos fueron interrumpidos repentinamente cuando un enorme puño se encajó en su rostro, no sólo rompiéndole la nariz sino también desquebrajando las gafas que llevaba puestas y tumbándole de espaldas en el suelo.
- cierre la puta boca joven amo- soltó Kid con burla tras asestarle al rubio aquel puñetazo que lo dejó retorciéndose en el suelo como el gusano que era. No parecía importarle su nariz hecha pedazos o que se desangraba con cada movimiento brusco que hacía, lo único que le interesaba era cubrir sus ojos con el antebrazo, como si hubiera algo que no quisiera que vieran
- ¡¡Van a pagármelo!! ¡¡Todos y cada uno de ustedes pagarán!!- con cada respiración profunda su sangre se derramaba con más rapidez, robándole cada gramo de fuerza que aun conservaba- ¡¡Vergo, ¿dónde demonios estás?!! ¡¡Mátalos a todos!!- ni siquiera notaba las incoherencias que decía, lo único que quería era salir de ahí como fuera, mostrarle a su padre que podía ser más grande que él- ¿por qué… por qué no vienen a ayudarme?... Roci…
- ¡escuché los disparos cerca de aquí!- una voz se escuchó al final del pasillo junto con el sonido de varias pisadas. Pronto las luces de las linternas se fueron aproximando hasta que encontraron lo que buscaban; Doflamingo estaba derrumbado en el suelo y junto a él, dos oficiales, un prófugo y un simple civil parecían luchar por seguir respirando- ¡¡vice comandante!! ¡¡vice comandante, por aquí!!
- ¿Ace?- Marco se abrió paso entre los demás oficiales, aquella escena era digna de un asesinato pero afortunadamente todos vivían aún. Ace era el menos herido de todos con tan sólo unos rasguños, así que ayudaba a Sanji a mantenerse de pie sujetándolo por la cintura. Eustass Kid estaba tumbado en el suelo junto a Rocinante tan sólo mirándole para asegurarse que no cerrara los ojos. Y Doflamingo se cubría la cara mientras lanzaba todo tipo de blasfemias al aire, retorciéndose en un charco que mezclaba su sangre con la de su hermano menor- ¡que alguien vaya por los paramédicos! ¡Quienes sepan primeros auxilios que ayuden! ¡Los demás, sujeten a Doflamingo y Eustass!
Los oficiales se movilizaron ante las órdenes de su vice comandante. Un pequeño grupo salió para dar aviso a los paramédicos sobre lo sucedido mientras otros más paraban las hemorragias de los heridos y otros detenían a los criminales, tarea no tan difícil considerando que ellos también estaban heridos. El único que pudo salir por su propia cuenta hacia la ambulancia fue puños de fuego, los demás tuvieron que ser subidos en camillas y llevados con urgencia al hospital más cercano.
Mientras el comandante Rocinante era subido a la ambulancia repentinamente rompió en llanto, uno tan amargo que hizo que los corazones de quienes lo escucharon se encogieran de pena; era increíble que, después de todo lo que Doflamingo les había hecho, Corazón usara lo último que le quedaba de fuerzas para pedirle perdón entre lágrimas a su hermano mayor y levantar una de sus temblorosas manos tratando de alcanzarle.
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Ya había pasado poco menos de media hora cuando un auto aparcó frente a la ex mansión de la familia Donquixote. El sitio estaba acordonado y la prensa luchaba contra una barricada de policías para poder acercarse, sin embargo para él no fue difícil pasar todo eso hasta llegar al núcleo del conflicto. Aún había algunas patrullas transportando sospechosos y paramédicos atendiendo heridos o llevándolos a las ambulancias disponibles para transportarlos a los hospitales que ofrecían su ayuda. El hombre chistó la lengua y abrió su paquete de galletas de arroz para comenzar a comerlas mientras deambulaba por el sitio.
- ¡comandante en jefe!- Shanks junto con su vice comandante se acercaron al hombre de larga y blanca barba trenzada- ¿qué está haciendo aquí?
- mi trabajo, ¿qué otra cosa podría hacer?- pasó un bocado antes de ofrecerles galletas a ambos, pero lo rechazaron negando ligeramente con la cabeza. Mejor así, quedaban más para él- ¿cuántas bajas hay?
- ninguna hasta ahora
- menos papeleo para mí- se alzó de hombros- gracias por el apoyo Akagami. Realmente me preocupé cuando avisaron que el Comandante Riku y sus mejores hombres estaban hospitalizados; no pensé que Joker atacaría dos estaciones de policía sólo para esta reunión. Afortunadamente tampoco hubo bajas en ese ataque
- había tipos muy importantes reunidos pero logramos detener a todos excepto uno y tres de sus hombres, sólo es cuestión de tiempo para atraparlos también
- con las cabezas más influyentes tras las rejas, el bajo mundo no tardará mucho en desmoronarse- terció Marco- lo único que queda por averiguar es por qué Joker quería a Ace. Los detalles que dio el comandante Rocinante antes de la misión eran demasiado vagos para sacar una conclusión. Por cierto, con todo respeto comandante en jefe Sengoku, no debió ocultarnos la identidad del comandante
- estaba en una misión encubierto, se supone que nadie más que yo debería saber su identidad pero ahora creo que será imposible ocultarlo. En fin, ¿dónde está Portgas? Es el único que puede aclararnos un poco lo sucedido
- estaba por aquí hace poco- el pelirrojo miró a los alrededores mas no había rastros del pecoso así que comenzó a buscarle con ayuda de los otros dos. No estaba junto a las patrullas, los oficiales o en la parte frontal de la mansión y dudaban mucho que hubiese entrado de nuevo al edificio; así que sólo les quedaba buscar en un solo sitio, la única ambulancia que quedaba en la escena del crimen por la simple razón de que la prensa no le dejaba ni un solo espacio para salir. Según los paramédicos, el que iba en su interior era el comandante Smoker- Portgas, el comandante el jefe…- abrió la puerta del vehículo sólo unos segundos y volvió a cerrarla tras ver en su interior- creo que deberíamos darles unos minutos
- ¿Por qué? No creo que sus heridas sean tan graves- Sengoku apartó a su subordinado de las puertas de la ambulancia y volvió a abrirlas. Casi se atraganta con una de sus galletas al ver al pecoso y a Smoker prácticamente atragantándose en un salvaje beso. A pesar de pasar de los setenta y tantos años que cargaba encima, el anciano se sonrojó ante la escena y volvió a cerrar con calma, asegurándose de no distraer a los ocupantes del vehículo. Tosió un poco para aclarar la garganta y dio media vuelta- puedo hablar con ellos en el hospital, revisemos otros asuntos más importantes- trató de disimular su vergüenza comiendo mientras comenzaba a caminar en otra dirección junto a los otros dos.
Y la pareja dentro de la ambulancia ni siquiera se dio cuenta de que había sido descubierta, aunque si lo hubieran sabido tampoco les hubiera importado. Lo único que les interesaba eran ellos en ese preciso momento; sus labios hablándose entre sensuales y húmedos movimientos, diciéndose lo mucho que se extrañaban; sus manos que recorrían el cuerpo del otro, reconociéndolo después del tiempo que habían estado separados. De no ser porque la ambulancia comenzó a moverse hubieran seguido así hasta las últimas consecuencias.
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Comenzó a recuperar la conciencia después de que un profundo suspiro hiciera que le doliera el pecho. Se sentía mareado y confundido mas logró abrir los ojos lentamente, topándose con la borrosa figura de alguien de pie al lado suyo. Cuando sus ojos lograron enfocar Corazón por fin pudo reconocer al chico con pecas que estaba a su lado
- al fin despierta comandante- Ace le regaló una sonrisa y acercó la silla que había en la habitación a la cama del mayor para acomodarse en ella- los médicos dijeron que tardaría unas seis horas en despertar desde que salió de cirugía, aunque fue un poco menos. Es una suerte que Joker no haya perforado ningún órgano vital con sus ataques o tal vez no seguiría aquí
- Doffy no falló en sus ataques, pude evitar salir lastimado gracias al abrigo, es difícil saber qué lugar atacas cuando lo llevas puesto- era irónico que los excéntricos gustos de su hermano le ayudaran a evitar la muerte a manos del mismo- ¿cómo están los demás?
- todos han sido atendidos y ahora están recuperándose, pero no vine a hablarle de ellos. El comandante en jefe Sengoku vino a interrogarme sobre mí y lo que ocurrió pero las enfermeras lo convencieron de venir mañana; no creí que le hubiese ocultado esa información. Por eso creo que usted debe saber la verdad… si soy o no hijo de Gold Roger.
- ya lo sabes Ace, no tienes por qué preguntarme eso. Aunque si los altos mandos llegaran a enterarse de tu origen no importarán tus años de servicio en la policía, siempre estarás bajo su mira, así que es mejor argumentar que Doffy te secuestró por una venganza. Por ahora los únicos que sabemos lo que sucedió esa noche además de ti somos Smoker, Law y yo
- ¿Trafalgar?
- él fue quien me ayudó a encubrirte; el mechón de cabello que fue enviado al laboratorio para el análisis de ADN era de él. También se las ingenió para sacar el informe de hace 19 años que habla sobre ti y tu hermano de la mansión de Doffy. Ahora están bajo resguardo así que no te preocupes, nadie más se enterará
- ese maldito médico. Odio admitirlo pero Trafalgar es excepcional, en cuanto se operó a sí mismo comenzó a ayudar en el hospital incluyendo la operación de su subordinado y la desintoxicación de mi hermano; ¿ahora resulta que me ha salvado a mí también? Odio deber favores, voy a tener que agradecerle después
- tal vez no pude salvar a mi hermano pero pude salvarte a ti. No sigas los pasos que te marcó tu familia Ace, sé libre
- se equivoca, estoy siguiendo los pasos de mi familia- no recordaba mucho a sus padres, no estaba seguro si habían sido buenas personas mas poco le importaba, quien lo había criado era su abuelo y no desaprovecharía la vida que le había regalado
- ¡Ace! ¡Ace, de prisa!- Luffy entró a la habitación de forma repentina y se colgó a la espalda de su hermano, ignorando completamente al herido sobre la cama- ¡tenemos que irnos!
- ¡de acuerdo pero bájate Luffy, no puedo respirar!
- oye- esos dos se veían tan unidos que le causaba algo de envidia al rubio, le hubiese gustado tener una relación así con su hermano mayor. Sin embargo, en esos momentos sólo había una cosa que le importaba- ¿y Eustass?
- en cuanto se recupere regresará a prisión. Smoker dijo que abogaría por él ya que nos ayudó bastante aunque dudo que lo dejen salir- pudo ver la tristeza en los ojos del mayor- usted también es libre ahora comandante, haga lo que sea necesario para ser feliz- Ace le sonrió una última vez antes de marcharse con su hermano menor.
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Le había prometido a Luffy visitar la tumba de su abuelo en cuanto los médicos le dieran de alta. Mientras conducía al cementerio Ace no podía evitar que el sentimiento de culpa le oprimiera el pecho; si él se sentía así de terrible no podía ni imaginar lo que su hermano menor sentía, después de todo él era la última persona en ver a su abuelo con vida. Fue demasiado extraño que el menor estuviese callado y tranquilo durante todo el trayecto mas no le tomó importancia en ese momento y se dedicó a conducir hasta llegar al cementerio. Pasaron hilera tras hilera de tumbas hasta que estuvieron frente a la del Comandante Garp. Colocaron un ramo de flores junto a la lápida y encendieron algunos inciensos antes de juntar sus manos y orar en silencio.
- no pensé que sería la última vez que hablaría con él- rompió el silencio el menor de los D. tras unos minutos- si lo hubiera sabido nunca me habría enfadado con el abuelo- el pelinegro tan sólo frunció los labios en un inútil intento de retener sus lágrimas pues éstas ya caían cual cascadas por sus mejillas- estuve ahí y no pude ayudarlo
- ni siquiera te atrevas a pensarlo, lo que ocurrió no ha sido culpa tuya- el pecoso tan sólo estrujó a su hermano entre sus brazos, sintiendo cómo su pecho comenzaba a mojarse con su llanto- el único culpable ya está tras las rejas, y aunque eso no nos regrese al abuelo, lo único que podemos hacer es respetar sus deseos y seguir viviendo
- Ace… no te odio…- sus manos temblorosas se aferraron a la espalda de su hermano; habían pasado tantas cosas que ni siquiera había tenido la oportunidad de decírselo- no te odio, perdóname
- lo sé Luffy, no hay nada que perdonar- depositó un corto beso en la alborotada cabellera de su hermanito antes de separarse un poco para ver su rostro y limpiar sus mejillas con los pulgares de sus manos- perdóname tú a mí por querer obligarte a hacer algo que no deseabas. Desde ahora puedes tomar el camino que quieras; si aun no decides podemos buscar opciones, tal vez ir a ver algunas universidades o…
- no hace falta, ya lo decidí Ace. Quiero ser oficial como el abuelo- Garp siempre decía que ayudar a otros lo hacía feliz y Luffy no lo había comprendido hasta hace poco; ayudar a Law y a los demás aún a costa de su vida fue la mejor sensación que había experimentado, no tan buena como comer, pero de alguna manera le “llenaba”
- ya veo- Ace se había negado a que su hermano fuera oficial no sólo porque temía por su vida, también creyó que con ese comportamiento tan infantil no era capaz… se alegraba tanto de haberse equivocado- sé que el anciano está muy feliz y orgulloso de ti
- y de ti- al ver las intenciones del mayor de llorar se levantó en puntitas y limpió sus ojos con las manos justo como Ace había hecho hace unos momentos, aunque estuviese sonriendo no le permitiría derramar una sola lágrima de nuevo
- vice comandante, gusto en verlo de nuevo- el joven chico de cabello rosado que estuvo en el funeral de su abuelo acababa de aparecer con un ramo de flores en sus manos- me dijeron que lo encontraría aquí así que aproveché para traer esto al comandante Garp
- te agradezco por no olvidar al viejo- el pecoso hizo una reverencia y su hermano no tardó en imitarle
- no es molestia, el comandante Garp era muy preciado para mí. Sus puños de amor eran dolorosos pero no sería lo que soy si no fuera por él- Coby miró la lápida con nostalgia y dejó el ramo que llevaba junto al que ya estaba- él siempre hablaba de ustedes, no me sorprende que quisiera que tomara su lugar en Arlong Park. De hecho venía a hablarles sobre ello; el abogado está listo para dar lectura al testamento del comandante cuando ustedes decidan
- lo sé, lo mencionaste la última vez- con todo lo que había pasado en esos días ni siquiera recordaba el testamento de su abuelo- no sé si sea el adecuado para tomar el puesto de mi abuelo, pero me gustaría leer el testamento del anciano mañana a primera hora
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Al otro día...
Como había acordado el día anterior, Ace y su hermano Luffy se presentaron en la oficina del abogado a primera hora del día junto a un puñado de oficiales que también se mencionaban en el testamento. Y como dijo Coby, o vice comandante Coby como formalmente debía llamarle, su abuelo había plasmado su deseo de que fuera Ace quien se hiciera cargo de Arlong Park en su lugar. Además de eso repartía algunos bienes entre las personas más cercanas a él, por supuesto que la mayoría era para sus nietos, aunque hubo alguien más beneficiado. En el papel estipulaba que:
“El ochenta por ciento del seguro de vida será repartido entre sus dos nietos, Portgas D. Ace y Monkey D. Luffy. El veinte por ciento restante debe ser donado al orfanato Grey Terminal, en Arlong Park”.
Ace nunca había escuchado de ese orfanato ni mucho menos sabía que su abuelo tenía algo que ver con él; lo único que pudo averiguar gracias a Coby fue que Garp visitaba ese orfanato una vez al mes. Su curiosidad era grande así que ese mismo día el pecoso se marchó hacia Arlong Park junto con su hermano. No fue sino hasta la tarde de ese mismo día que finalmente pudieron llegar al orfanato Gray Terminal; un edificio más bien antiguo con todo el aire de una escuela. Estaban física y mentalmente agotados, pero en cuanto Luffy vio a los niños jugar pareció recobrar su energía y enseguida se unió a ellos mientras su hermano iba a buscar a la directora del orfanato.
Fue cuando deambulaba por el sitio que Ace encontró un pequeño altar con la fotografía de su abuelo en él; además del moño negro tradicional también lo adornaban flores, inciensos, platitos con agua y un montón de cartas y dibujos que seguramente habían hecho los niños. El pecoso sonrió ligeramente e inclinó la cabeza para mostrar respeto a la memoria de su difunto abuelo. Después de eso siguió su camino por el lugar hasta que un pequeño cargando un montón de libros chocó contra él. La pila de libros se tambaleó peligrosamente mas Ace logró detenerlos y volverlos a formar uno sobre otro con las manos
- ¡Lo lamento mucho señor!- el niño se disculpó cordial- no podía ver por dónde iba
- no me sorprende, llevas muchos libros- leyó algunos títulos escritos en el lomo de algunos libros sólo por curiosidad- ¿No eres muy pequeño para este tipo de lectura? A tu edad prefería trepar en los árboles que leer esto- los títulos sonaban bastante complejos sin mencionar que parecían tratar temas de adultos
- cada quien crece a su manera, aunque trepar árboles también es divertido- el niño le sonrió antes de seguir su camino. Había sido extraño, pese a que no se parecía en nada, ese chiquillo le recordó a él mismo cuando era menor.
- usted debe ser el nieto del comandante Garp, ¿cierto?- una bella mujer llegó a donde el pecoso; tenía una mirada gentil y desprendía un cierto aire maternal- soy Makino, la directora del orfanato. Le agradezco mucho que haya hecho un viaje tan largo sólo para visitarnos
- no es nada, sentí que debía venir- ya para ese momento no lograba ver al niño así que centró toda su atención en la peliverde- no sabía que mi abuelo hacía donaciones a su orfanato
- el comandante Garp era un buen nombre; no sólo hacía donaciones desde hace años, también era muy bueno con los niños, se pusieron muy tristes cuando les dijimos que no vendría más- la mujer suspiró para contener sus emociones y prosiguió- me contó hace mucho tiempo que durante una de sus misiones le arrebató sus padres a unos pequeños que no tenían la culpa de nada, supongo que ayudar al orfanato era una forma de aliviar su culpa
- abuelo…- ese viejo era más sentimental de lo que había imaginado, debía ir a su tumba de nuevo en cuanto regresara y abrazaría su lápida, no importaba qué tan ridículo se viera- tiene razón, era un hombre maravilloso. Y por las donaciones no tiene de qué preocuparse, no sólo le daré el donativo que estipulaba su testamento, también haré donaciones cada mes como lo hacía él
- es muy amable de su parte vice comandante, pero no tiene que molestarse en hacerlo, no es su obligación
- no lo hago por obligación, es algo que he decidido por voluntad propia. Aunque en realidad hay un favor que quisiera pedirle a cambio…
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Mientras tanto, en un sitio muy lejos de ahí…
Ahora Sanji entendía por qué el marimo siempre intentaba escapar cuando terminaba en el hospital; no sólo el aburrimiento lo estaba matando, también las enfermeras que le tendían eran horribles, y eso que el cocinero consideraba a todas las mujeres bellas. Miró por enésima vez el reloj de su habitación y suspiró al darse cuenta que sólo habían pasado un par de minutos desde la última vez que lo miró, no había nada que deseara más que salir de ahí. No, eso no era verdad, se moría de ganas por ver al peliverde, no sólo verlo sino tocarlo igual… aunque con esas manos vendadas y entumecidas no sintía mucho, de hecho apenas y podía moverlas.
- ¡cocinero!- se estaba volviendo loco, juraría que acababa de escuchar a su querido cabeza de alga- ¡¿dónde estás cocinero mierdoso?!
- ¿marimo?- no, era imposible. Estaba en un hospital de Dressrosa, no había forma de que…
- ¡¡COCINERO!!- el grito se hizo más fuerte y de pronto la puerta se abrió de golpe, dejándole paso a una momia de cabello verde siendo tironeada por un grupo de enfermeras- ¡Así que aquí estabas cocinerucho de mierda! ¡¿Tienes idea de cuánto me costó encontrarte?!
- ¡Roronoa-san, está en un hospital!- le reprendió una de las enfermeras- ¡si sigue haciendo escándalo tendré que llamar a seguridad!
- ¿qué estás haciendo aquí marimo?- era obvio que no había llegado solo, es decir, aun se encontraba vendado de pies a cabeza
- la anciana Kureha fue llamada para ayudar y yo vine con ella- se zafó del agarre de las chicas y como pudo cerró la puerta para dejarlas afuera- ¿en qué demonios estabas pensando cuando robaste mi auto y te colaste en la mansión de Joker? Pudiste haber muerto
- tenía que hacerlo, quería ayudar a Luffy y Ace. Han hecho tanto por mí antes que sentí que debía retribuirles
- podías hacerlo sin necesidad de ponerte en peligro, si no querías casarte conmigo pudiste decirlo
- imbécil, claro que quiero casarme. Fue eso lo que me mantuvo con vida- le hizo una seña al otro para que se acercara- tú me salvaste cabeza de césped, déjame agradecerte de la manera adecuada- le miró de una forma tan pícara que notó el ligero sonrojo en su rostro
- deja de provocarme cuando estoy así- con paso lento se acercó a la cama del rubio y se tumbó en ella para comenzar a arrastrarse sobre el colchón tratando de llegar a sus carnosos labios
- así que aquí estabas Roronoa- la puerta volvió a abrirse, esta vez fue la doctora Kureha y Trafalgar Law quienes aparecieron detrás de ésta- deja de causarle problemas a las enfermeras y regresa a la sala de espera.
- tengo que hablar de algo con Kuroashi así que largo- a pesar de que estaba herido, Law se mantenía en pie sin problema alguno- ¿le importaría llevárselo de aquí?
- lo que tengas que decirle a mi prometido me lo dirás a mí también- respondió Zoro de mala gana, por supuesto que no se separaría de su cocinero ahora que finalmente lo encontraba
- …- tras ver que el rubio asentía, el médico no tuvo otra opción más que continuar- como quieran. Iré directo al grano, las heridas que Kuroashi recibió en las manos fueron muy graves, estuvo a poco de perderlas completamente. La única forma de recuperar la movilidad de sus manos es mediante una operación; sin embargo no les garantizo que pueda usar sus manos como antes. Hay menos de un diez por ciento de probabilidad de que sus manos vuelvan a ser útiles…
Continued…