3. Busca y Destruye. Parte 1
Por ese día, sus labores habían terminado. Alimentó a los gatos del callejón como siempre hacía, lavó los trastes y siguió con limpiar las mesas del restaurante para el día siguiente; entre menos quehaceres tuvieran por la mañana, mucho mejor. Estaba con sus últimas mesas cuando Zeff se acercó a él, y de la nada, comenzó a limpiar también… era bastante extraño para Sanji, pues su viejo no era de los que limpiaban al final del día, de hecho, era el primero en irse a pesar de que vivía en el piso superior del Baratie.
- ¿qué te ha picado ahora, anciano?- inició la conversación el más joven, sin mirar a Zeff- no recuerdo que me hayas ayudado con la limpieza alguna vez
- me pareció buena forma de poder hablar contigo, y mira qué bien me ha resultado- tras limpiar una mesa, tomó una silla y en sentó en ella para contemplar al otro- haz crecido mucho, Sanji
-…- el rubio se detuvo por un momento, seguramente el mayor no movería ni un dedo más para ayudarle, pero eso no fue lo que le sorprendió- ¿y eso a qué viene?- preguntó reanudando su labor segundos después
- sólo un comentario… cuando termines, quiero verte en mi habitación- dijo casi como orden y se puso de pie para luego marcharse, dejando Sanji más confundido de lo que ya estaba.
Al acabar las mesas, acomodó las sillas y lavó su trapo, se quitó el delantal e inmediatamente subió las escaleras hacia la habitación del chef… eran muy raras las ocasiones que los empleados del restaurante subían; para Sanji era su cuarta vez, y eso que era el sub chef. Mientras caminaba apagó su cigarrillo, a Zeff no le gustaba que fumasen en su “casa”, y si no quería rodar por las escaleras como la última vez, era mejor obedecer. Sanji llamó a la puerta apenas llegó a la habitación, y aunque no recibió respuesta, entró.
- bien, ya estoy aquí, ¿qué ocurre?- dijo yendo al grano, dentro de poco Zoro le iría a buscar, y si no lo veía afuera, pasaría de largo y se perdería
- quería darte esto- Zeff, quien estaba sentado a la orilla de la cama, palmeó justo a su lado izquierdo, en donde descansaba un cubre trajes negro (N/A esas bolsas de plástico con cierre que se usan, valga la redundancia, para guardar los trajes durante los viajes)
- Zeff, esto…- el ojiazul se acercó despacio, sintiendo un nudo en la garganta. Sujetó el cierre y lo deslizó despacio, casi en cámara lenta, y miró el interior de la bolsa… era un traje sastre hecho a la medida, de un bello color marfil. Acomodada cuidadosamente dentro del saco, una camisa color zafiro resaltaba entre la pulcra tela del traje, dándole mucho más brillo y presencia.
- ahora sólo debes buscar una corbata para que haga juego- al ver la confusión en el rostro de su pupilo, sonrió ligeramente- es mi regalo de bodas, y de ser posible, quiero que lo uses en la ceremonia
- gra… gracias…- con la mirada cristalina por las lágrimas, Sanji abrazó al mayor, y para sorpresa suya, el hombre le correspondió con la misma calidez- Zeff, muchas gracias… en verdad… voy a usarlo…
- calma mocoso, sólo es un traje- siendo sincero, él estaba a punto de llorar también- es bueno saber que acerté al escogerlo, aunque tú no deberías casarte de blanco… pero es una tradición que la novia vaya de ese color
- ¡calla viejo!- sintió el calor agolparse en su cara, y probablemente no se iría en un buen rato- ¡¿cómo que la novia?! ¡¿Qué te hace suponer que soy… la novia?!
- pues el chico de la haramaki sería una novia espantosa- se rio con ganas de sólo imaginar al peliverde con un vestido pomposo y brillante- a ti te queda mejor…
- viejo cusco- gruñó frunciendo el ceño para luego caminar a la salida- debo irme, el marimo no debe tardar en llegar- corrió el cierre hacia arriba y tomó la bolsa con sumo cuidado para no maltratar el traje
- ten cuidado- por alguna razón, tenía una incómoda sensación instalada en su pecho desde hace unos días- saluda al chico de la haramaki de mi parte, y no dejes que vea el traje, es de mala suerte que el novio vea el vestido de la novia antes de la boda
- ¡Que no soy la novia, joder!- inhaló profundo para calmarse antes de abrir la puerta- hasta mañana… y gracias…- le dedicó una última sonrisa a Zeff antes de salir; se sentía caminar sobre las nubes, sólo unos cuantos días más…
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En otro lugar de Whiskey Peak…
- Luffy, estoy en casa- se anunció el pecoso mientras entraba al departamento junto con Smoker- ¿Luffy?- al no recibir respuesta, se dirigió directo a la habitación de su hermano menor, y al encontrarla vacía, entró en pánico- ¡¡Luffy!!
- ¡Estoy en la ducha!- gritó Luffy desde, como había dicho, la ducha, aliviando la preocupación del mayor. Enseguida el pecoso fue hacia donde su hermano y entró- ¡oye! ¡llama primero antes de entrar!- se quejó en un puchero, dándole la espalda a Ace sin dejar de tallar su cabello; por suerte para él, había lavado la “evidencia” de lo que hizo antes de que su hermano irrumpiera en el baño
- vamos, no es la primera vez que te veo desnudo- comenzó a quitarse la ropa- de hecho, hace mucho que no tomamos un baño juntos…
- ummm…- miró de reojo a su hermano- shishishi, está bien. Suena divertido- dio unos cuantos pasos para hacerle espacio a su hermano, quien no tardó en acompañarle en la ducha. Enseguida, Luffy tomó la botella de champú, y poniéndose de puntitas frente al pecoso, comenzó a lavarle el cabello
- talla bien- su hermano le sonreía contento, inclinándose un poco para hacer la tarea de Luffy más sencilla- por cierto, Smoker va a quedarse a cenar hoy y quizá a dormir… ahora mismo está haciendo la cena…
- ¿y esta vez sí me dejarán dormir?- al ver cómo la cara del mayor se ponía roja de pronto, la sonrisa de Luffy se hizo más grande; adoraba molestar a su hermano cada vez que tenía oportunidad.
Lo que el pequeño Luffy no sabía era que Smoker no estaba cocinando, o al menos no todavía, primero tenía que hacer algo que su pecoso le había encargado. Entró a la habitación del menor de los hermanos D. y comenzó a rebuscar entre sus cosas; estaban convencidos que Luffy mantenía contacto con el cirujano de la muerte de alguna manera. Por lo que había dicho Ace, contaba con 15 minutos para buscar a su antojo… inició con los lugares más obvios para un chico como Luffy, pero no fue tan sencillo como pensó; seguramente Trafalgar le había dicho dónde esconderlo.
Pasaron varios minutos antes de encontrar un teléfono celular escondido debajo de uno de los tablones del piso. Revisó el aparato rápidamente; tenía un sólo número guardado al que se le habían hecho varias llamadas, algunas de más de una hora. Copió el número y luego abrió el teléfono por la parte de atrás, colocándole un pequeño chip… si Luffy escapaba, podrían rastrearlo sin dificultad. Una vez instalado el chip, cerró el celular y volvió a guardar el celular en su sitio. Tras cumplir su misión, Smoker fue a la cocina a preparar la cena que supuestamente estaba haciendo desde un principio mientras llamaba al departamento de policía
- Franky, voy a enviarte un número, necesito que tu equipo lo investigue inmediatamente- si podían rastrear la ubicación del aparato, lograrían dar con el cirujano de la muerte.
- ¡será SUPER sencillo! ¡Déjamelo a mí!- tras la efusiva afirmación, Smoker colgó el teléfono y le envió el teléfono antes de dedicarse exclusivamente a la cena; los hermanos D. no tardaban en aparecer con el apetito tan voraz que los caracterizaba.
Y como había predicho, los dos chicos aparecieron al poco rato, y cual tornado, comenzaron a aspirar todo lo que había en la mesa. Smoker sujetó su plato, y por precaución, apartó sus manos de la mesa, lo último que deseaba era ser víctima de las mordidas de los chicos… otra vez. Mientras comía lo suficientemente alejado para no perder un dedo, Smoker sonrió de medio lado sin apartar la vista del pecoso… Ace era bastante especial para él, y a pesar de los defectos que toda persona poseía, de los cambios de humor que tenía o su forma de desaparecer los alimentos en el barril sin fondo que era su estómago, lo amaba… Sin embargo, a veces, sólo a veces, dudaba que el pelinegro sintiese lo mismo por él, más a últimas fechas, cuando parecía esquivarle cada vez que lo veía, y simplemente no entendía el por qué…
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- Luffy ya está dormido- el pecoso regresaba a su habitación, en donde le esperaba su comandante cómodamente recostado en su cama, con nada más encima que la ropa interior- ¿lograste encontrar algo?- preguntó metiéndose a la cama; a diferencia del mayor, usaba unos pantalones cortos y una playera para dormir
- sí, Luffy tenía un teléfono escondido en su habitación- en cuanto tuvo a Ace a su alcance, lo abrazó con fuerza, dejándole recostado sobre su pecho. Al ver que no oponía resistencia, sus labios comenzaron a repartir besos por su hombro y cuello y sus manos se pasearon por su espalda, sintiéndole estremecer- ya le he instalado el chip, no tienes por qué preocuparte más…
- gracias Smoker- se acomodó mejor sobre él, asegurándose de cubrir ambos cuerpos con las cobijas- no sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí
- a estas alturas, ya deberías tener una idea
- mmhhh… ¿una idea?- su cara ya estaba acalorada, Smoker siempre sabía dónde tocarle para disparar su ritmo cardíaco
- puedes hacerlo casándote conmigo- esas simples palabras bastaron para que el pecoso palideciera e intentara escurrirse de entre sus brazos. El peligris frunció el ceño y lentamente dejó que el menor se apartase- es mejor que regrese a casa, buenas noches Ace- salió de la cama para buscar su ropa, ya no tenía ganas de seguir ahí. De pronto, el pecoso se aferró a su espalda, impidiéndole moverse
- no te vayas…- murmuró- por favor Smoker, no te vayas…- mantenía su rostro lejos de la vista del mayor, no quería que viera su expresión- quédate conmigo…- besó su mejilla y luego la comisura de sus labios, en un suplicante intento por cambiar la decisión del mayor- dejaré… dejaré que me hagas lo que quieras esta noche…
- ¿lo que yo quiera, uh?- adoraba cuando su amado Ace se ponía de esa forma tan melosa y suplicante; normalmente eso bastaba para hacerle olvidar una conversación, pero no esa noche- entonces te haré el amor tan una y otra vez hasta que me des un hijo…
- ¿q…? ¡¿de qué estás hablando ahora?!- de pronto, el amoroso Ace se había desvanecido, dejando a un avergonzado pecoso- ¡no te puedo dar un hijo, ya te he dicho mil veces!- le dio la espalda al mayor, estaba harto de que le pidiese lo mismo una y otra vez, aun sabiendo que él no podía darle lo que deseaba. Sin decir más, se metió a la cama, y poco después sintió cómo el otro entraba también; al menos no dormiría solo esa noche. Tras unos minutos, Ace suspiró para calmarse y se giró de nuevo hacia el mayor- Smoker, yo…- pero el mayor ya se había dormido, después de todo, habían tenido un extenuante día de trabajo. Ace sonrió al verle tan relajado, se acercó a él y se acomodó entre sus brazos para que su calor le envolviese- Smoker… lamento no poder darte un hijo…- murmuró, quería que le escuchara, pero a la vez tenía miedo- no puedo darte una familia, así que… tal vez debamos…
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En alguna otra parte…
Con su particular caminar, Doflamingo se paseó por su enorme mansión, y con el trinar de las aves conjuntando con sus extraños pasos, entró a su oficina, sentándose directamente detrás de su escritorio. Tomó uno de los tantos teléfonos que estaban dispuestos sobre el mueble, y cruzando las piernas sobre el mismo, marcó el número deseado y esperó
- Doffy, no esperaba que llamaras tan pronto- el hombre que respondió se escuchaba bastante tranquilo, pero detrás de su voz había un verdadero escándalo
- fufufu, ya sabes que me gusta monitorear mis negocios, Vergo - el rubio se recargó sobre su silla, acomodándose con más soltura- ¿y bien?, ¿cómo está nuestro nuevo empleado?
- seguramente puedes escucharlo, está furioso… ya ha destrozado todo lo que tenía a su alcance…- hizo un momento de pausa antes de continuar- como ordenaste, fue a buscar a Trafalgar y sus dos subordinados, pero al llegar, no encontró a ninguno de ellos… al parecer escaparon…
- ya veo… realmente, era algo que esperaba… la última vez que lo vi, estaba tras aquel niño…
- ¿Monkey D. Luffy, el nieto de Garp?
- ese precisamente… si encuentran a ese mocoso, seguramente encontrarán a Law-chan y a ese par de inútiles… mata a esos dos y deja que Eustass se encargue de Law-chan, no me gusta faltar a mi palabra
- pero Doffy, ese niño está en Whiskey Peak, la policía de esa ciudad fue quien terminó destruyendo a Mr. 0…
- no me compares con ese idiota- una pronunciada vena saltó en su frente, como clara seña de molestia- él era completamente inútil, se dejó vencer por una estúpida venganza contra una persona común… la policía de Whiskey Peak no es tan buena como presume, Monet se infiltró sin problema alguno… si alguien se atraviesa en el camino, sólo mátalo, así de fácil… es más, ya que van hacia allá, terminen con Kuroashi Sanji, eso elevará mi prestigio
- de acuerdo Doffy, disculpa el comentario. Mr. 0 no puede compararse contigo
- que no se te olvide de nuevo, fufufu~… confío en ti plenamente para esta misión… recuerda que Kid-chan no debe ser descubierto aun
- no te preocupes Doffy, ya nos hicimos cargo de ello… la comandante Hina no sospecha nada…
- buen trabajo~ Entonces que Kid-chan vaya inmediatamente a Whiskey Peak, y dale un mensaje de mi parte… busca y destruye…
- como ordenes- el alcaide colgó inmediatamente tras escuchar a su jefe, debía empezar la operación lo más pronto posible.
Doflamingo, en tanto, dejó el teléfono a un lado y abrió uno de los cajones, sacando un estuche rectangular. Al abrirla, contempló su contenido como si fuera un tesoro… eran cinco botellitas acomodadas en seis espacios, aunque uno estaba vacío. Su mirada pareció brillar… esa sustancia sería sumamente valiosa en su ascenso en el bajo mundo…
--Doflamingo Flash Back---
- … si trabajas para mí, no sólo podrás salir de prisión, también estarás bajo protección del próximo Rey del Bajo Mundo, y… por si fuera poco… obtendrás la venganza que tanto quieres… el Cirujano de la Muerte estará a tu entera disposición, podrás hacer con él lo que tú quieras…
- ¿a Trafalgar?- el tono de voz que había usado, esa expresión… había caído…- bien, trabajaré para ti…
- perfecto, Kid-chan~ no te arrepentirás~… pero…- introdujo una mano en su abrigo y de él sacó un revólver que inmediatamente apuntó al pelirrojo- antes que nada, debo matarte…- al verle ponerse en guardia, no hizo más que soltar una sonora carcajada; bajó el arma y se la entregó a Monet- tranquilo Kid-chan, no lo decía literalmente… en cambio… tengo una mejor opción para ti…- extendió su mano hacia la chica, quien enseguida le entregó un estuche de piel color negro- esto… es lo que necesitas…- abrió la pequeña caja, mostrándole seis botellitas acomodadas cuidadosamente en el mismo número de espacios, las cuales contenían un líquido traslúcido rosáceo
- ¿veneno?
- fufufu, no, no lo es. Esto…- sacó una de las botellitas, jugando con ella entre sus dedos- es una droga muy potente… en cuanto este líquido entra por tu torrente sanguíneo, todas tus funciones vitales se reducen significativamente hasta casi desaparecer… tu corazón parece detenerse, el frío se apodera de tu cuerpo, tus pulmones ya no se expanden con la misma facilidad… en otras palabras, te provoca una muerte temporal…
- utilizaremos la droga para fingir tu muerte- terció Vergo, pues el pelirrojo tenía cara de no entender muy bien- te sacaremos de prisión, crearemos registros falsos de defunción para que cuando la policía venga a buscarte, tengas una coartada… si piden ver tu cuerpo, bastará con inyectarte el líquido… en cuanto tus funciones corporales se reduzcan, te introduciremos en uno de los frigoríficos de la morgue de la prisión, por supuesto estará apagado, pero nadie dudará de que realmente moriste, pues tu cuerpo estará completamente frío…
- lo mejor es que, después de una semana, tu “cuerpo” será enviado legalmente a una fosa común, nadie podrá comprobar tu muerte en realidad… es un plan perfecto…
- … de acuerdo… como diga… jefe…
--End Flash Back—
El rubio guardó el estuche con la droga bajo llave, se levantó de su sitio, y tomando otro de los teléfonos, caminó hasta la ventana mientras esperaba que le respondieran…
- joven amo, fufufu, esperaba su llamada- la dulce pero traviesa voz de Monet respondió del otro lado de la línea- le tengo buenas noticias, he encontrado lo que busca
- fufufu~, esa es mi chica~- la sonrisa del rubio se hizo más grande de lo habitual- ¿ya tienes toda la información?
- aún no, pero he encontrado pruebas suficientes, joven amo. Las evidencias de la captura y asesinato del Rey del Bajo Mundo que precedió a Crocodile hace diecinueve años, Gold Roger… en el informe no lo menciona pero, en las fotografías se hace bastante evidente… Gold Roger tuvo hijos… aunque, según el informe, el más pequeño murió junto con su esposa… el encargado de ese caso fue Monkey D. Garp, lo que resulta bastante conveniente… nadie sabe quién es o son los hijos de Garp, pero tiene dos nietos, y casualmente, uno de ellos ronda los 19 años…
- fufufu, bien hecho Monet, bien hecho… envía las fotografías, quiero verlas con mis propios ojos… en cuanto a tu misión, sigue encubierto, quiero que averigües todo sobre esos niños…- estaba tan cerca de averiguar todo; si las sospechas de Monet eran correctas, lo que deseaba estaba más cerca de su alcance de lo que había pensado.
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A la mañana siguiente…
Ace tenía la costumbre de, aún en contra de su voluntad, levantarse antes que su hermano para prepararle el desayuno; pero cuando Smoker estaba de visita, era él quien se encargaba de alimentar a los dos hermanos. Smoker despertó y miró a su pecoso dormir unos minutos y le besó su frente antes de salir de la cama y dirigirse a la cocina. En cuanto el departamento se inundó del embriagante aroma a comida, Ace despertó como por arte de magia; se dio una ducha rápida, se visitó y fue en busca del tan ansiado alimento…
- ¡buenos días Smoker, Lu…!- mas el pecoso se quedó callado al ver que faltaba alguien ahí- ¿y Luffy?
- aún no ha venido- respondió el mayor con simpleza
- ¿no ha venido? Pero el primero en llegar a la cocina siempre es Luffy…- de pronto, su cara se descompuso en un gesto de completo terror- ¿no creerás que él…?
- vamos a averiguarlo- ambos corrieron a la habitación del pequeño, descubriendo que ésta estaba vacía y la ventana que daba hacia las escaleras de emergencia se encontraba abierta- probablemente escapó mientras dormíamos, voy a dar aviso a todas las unidades que estén cerca- Smoker sacó el teléfono de prisa y comenzó a hacer una llamada tras otra mientras él y el pecoso salían del departamento hacia el estacionamiento del edificio.
- shishishishi- la risita inconfundible de Luffy se escuchó en la habitación, y poco después, el pequeño del sombrero de paja salió de debajo de la cama, con su celular en mano- ¡se lo han creído Torao, Smoker y mi hermano se fueron!
- bien hecho Luffy- Law se había logrado salir con la suya una vez más- ahora, sube al ascensor y dirígete al onceavo piso, una vez ahí, busca el departamento 1106
- ¡Ok!- sin colgar la llamada, Luffy corrió al ascensor y presionó el botón 11. Las puertas se cerraron automáticamente y el elevador comenzó a moverse. Luffy silbaba una alegre canción mientras esperaba a llegar a su destino, y cuando llegó, bajó de inmediato y buscó entre las puertas hasta hallar la indicada- listo, estoy enfrente
- cuelga el teléfono y golpea la puerta cuatro veces
- bien- hizo lo que le había pedido, terminó la llamada, guardó el teléfono en su bolsillo y luego golpeó la puerta cuatro veces seguidas; la puerta fue abierta por Shachi y Penguin, quienes parecían algo agitados y desarreglados
- ¡hola Luffy!- le saludó efusivo Shachi, aunque el aire se le escapaba en cada palabra- el jefe te espera en la habitación 1108
- ¡¿Torao?!- la mirada se le iluminó y su sonrisa resplandecía en su alegre rostro; antes de que los otros dos pudieran decirle algo más, Luffy corrió a la habitación indicada, y golpeó desesperadamente la puerta
- siempre tan escandaloso- la inconfundible voz del cirujano de la muerte se escuchó tras la puerta antes de que éste la abriera- te extrañado, Luffy…
- ¡¡Torao!!- sin pensarlo, el menor se arrojó a brazos de Law, haciéndole caer con él encima- ¡¡Torao, eres tú!!
- Luffy…- cuando sujetó el rostro de Luffy entre sus manos, éste dejó de reírse y en cambio, le miró con intensidad antes de besarle. Como pudo, Law se levantó con el menor aferrándose con fuerza a él, y sin deshacer el beso, cerró la puerta.
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Smoker ya había hecho las llamadas correspondientes, ahora sólo faltaba que ellos se unieran a la búsqueda. Sin embargo, al llegar a su auto, se llevaron una no muy grata sorpresa… el Comandante Garp se había estacionado al lado del auto de Smoker y justo en ese momento iba bajando del vehículo
- viejo… llegaste antes…
- ¡Soy “abuelo” para ti, mocoso!- antes de que el pecoso pudiese al menos reaccionar, su abuelo le propinó un fuerte golpe en la cabeza, haciendo que un enorme chichón se asomase en su cráneo
- Comandante Garp, no me malinterprete pero, ¿qué hace aquí?- se aventuró a preguntar el peligris, dejando que Ace se resguardase a sus espaldas
- Ace me llamó, al parecer no es tan capaz de cuidar de su hermano como creyó- hablaba natural mientras se hurgaba la nariz- ¿en dónde está Luffy?
- nosotros… yo…- rectificó- lo perdí de nuevo…- aun cuando hablaba bajito, sabía que su abuelo le había escuchado
- no recuerdo que fueses tan inútil, Ace- le miraba con severidad- eras más eficiente cuando estabas a mi cargo… tu hermano y tú deben regresar conmigo a Arlong Park…
- no puede llevarse a mi vice comandante, lo necesito- a simple vista sus palabras no parecían extrañas, pero lograron que Ace se sonrojara- Portgas es bastante competente, pero temo que el amor por su hermano nubla su percepción
- ya lo creo…- miró con desdén a su nieto- ¿has puesto cámaras o micrófonos en el apartamento?
- n… no… no lo he hecho…- y tampoco sabía por qué no se le había ocurrido eso antes- pero hace poco le instalamos un chip al teléfono que tiene, podemos rastrearlo fácilmente… ¡el chip!- con tanta prisa, ninguno de los dos había lo había recordado- Smoker…
- de inmediato…- se alejó un poco para sacar un pequeño aparato que servía para rastrear el chip, la señal estaba algo lenta puesto que estaban en un estacionamiento bajo tierra
- ¿Smoker?- Garp enarcó una ceja- ¿desde cuándo llamas a tu superior por su nombre?
- bu… bueno… es que…- ¿qué debería responder? No estaba seguro si su abuelo aceptaría o no su relación con su comandante; y mientras su abuelo más le miraba, se ponía más y más nervioso
- ¡Lo encontré!- el peligris interrumpió el incómodo momento entre los dos- Luffy está… ¿en el edificio?
Continued…