Maldición, ¿por qué? Habían discutido, si pero él se debería disculpar primero, después de todo el… le había gritado, el también pero… -Maldito Potter- se dijo, nadie podía escucharlo Aunque Harry nunca lo supo todas y cada una de las veces que habían discutido, el visitaba su lugar favorito, era una tienda de artículos raros de magia y hechicería se llamaba “Hogwarts” siempre vacía y con corredores cortos, con aparadores negros y cafés, casi nadie iba todos creían que eran puras tonterías, de pequeño le gustaba ir y ver aquellas cosas extrañas como varitas, bolas de cristal…, ahora solo iba cuando se peleaba serio con Potter porque ahí era donde lo había conocido y le hacía recordar cómo había sido aquel maravilloso día cuando por primera vez lo vio.
Los dos habían agarrado la misma varita al mismo tiempo, juntando sus manos, y con estas sus ojos, plateado con verde, el mundo en un instante desapareció dejándolos solo a ellos.
-Ni lo pienses- fue lo primero que Draco le había dicho
Discutieron casi por una hora por una varita, al final acordaron que los dos se dividieran el precio, pero ¿quién se la llevaría?, pasaron todo el día unidos por la varita, quien la soltara se iría sin ella, el problema fue en la noche, fueron a la casa de Harry y ahí Draco planeo besarlo para distraerlo y llevarse la varita, lo que no se esperara es que tanto el cómo Harry disfrutaran del beso y soltaran la varita al mismo tiempo, No se dejaron de besar, luego tampoco de tocar y al final sin darse cuenta ya habían hecho el amor con el hombre que habían conocido esa misma mañana.
Después de eso, sus vidas no se volvieron a separar, se mudaron juntos, Harry en ese entonces apenas iniciaba su carrera en medicina y Draco había entregado ya su curriculum en el banco donde trabajaba Él lo amaba, Harry lo amaba a él, se amaban y por más que le diera mil y un vueltas no entendía por qué peleaban, discutían y se gritaban, ¿Qué pareja no peleaba? Se decía siempre, el problema era que había perdido la cuenta desde la 20 vez
-Te odio- menciono como si su novio pudiera oírlo, él sabía que no lo decía de verdad, lo amaba como nunca a nadie había amado. Ya había pasado más de dos horas sentado, a veces era bueno desconectarse un poco del mundo, no quería volver y al mismo tiempo quería ver a Harry lo antes posible, después de unos minutos la segunda opción gano la batalla en su cabeza.
Salió de la tienda sin antes despedirse del propietario de esta que ya era su amigo por sus muchas visitas, era un señor grande y de barba larga y blanca llamado Dumbledore, el dueño nunca le preguntaba y Draco nunca le explicaba por qué iba, pero aun así, siempre que lo veía entrar le regalaba una sonrisa
Subió al FIAT, puso la llave y hecho a andar el choche, no había pasado ni un minuto al entrar a la ciudad cuando su celular sonó
( http://www.youtube.com/watch?v=jULQDRWitqg )
This ain't a song for the broken-hearted
Era Harry, ese era el tono de llamada que le había puesto a él.
No silent prayer for the faith-departed I ain't gonna be just a face in the crowd
Una parte de él quería hablarle, decirle que lo amaba que lo perdonaba por todo lo que había dicho, que lo perdonaba pero otra parte le gritaba que se controlara, que era Potter quien debía disculparse
You're gonna hear my voice When I shout it out loud
Seguro no hubiera respondido de eso estaba seguro de no ser por que vio el reloj en la pantalla del celular: 7:40 It's my life It's now or never- -¿Harry?- contesto rápido
-¡Draco!, Gracias a Dios que estas bien, ¿en dónde estás? ¿Por qué no has llegado?
-yo… me detuve a comprar… panquecitos- pensó rápido
-¿de chocolate? Joder. Ahí de nuevo el mismo maldito problema, ¿No se supone que estaba preocupado por él?
-olvídalo- dijo Harry al teléfono, Olvidado- ¿Ya vienes?
-Sí, si llegare en 10 min.- -está bien, ¿Draco? -¿Si?- pregunto extrañado -… - ¿Se lo diría? Ya había visto ese maldito video y no quería que si algo pasaba no haber dicho la verdad- Te amo
Era una broma, debía ser una broma desde cuando no había escuchado esas dulces palabras
-También te amo- dijo casi en un susurro Colgó. Era extraño, no recordaba que le hubiera dicho “Te amo” desde hace mucho tiempo, eso lo hizo sonreír, Definitivamente iba a llegar en menos de 10 minutos. ##############################################################
Por fin había contestado y por fin en mucho, mucho tiempo le había dicho “Te amo”, sonrió para sí mismo hacia el celular, en serio debía amar a ese hombre como para sonreír como una loca chica en san Valentín al recibir un oso de peluche de su tamaño.
Tenía que preparar todo para cuando su novio llegara, más que nada tenía que curar las heridas que le había hecho, siempre era la misma pero efectiva medicina de una noche. Una cena, la mesa preparada, nada romántico solo un postre para antes del verdadero placer, la cama, y la loción favorita de Draco que siempre que la traía era obvio lo que sucedería después, un pequeño y rápido cambio de ropa para que no sospechara que se había cambiado, una pasada de cepillo por su cabello y estaba listo, solo le faltaba lo más importante: Unos panquecitos de Vainilla Se abrigo con una chamarra de cuero sobre la camisa color negro y con unos jeans oscuros se dirigió hasta la puerta Antes de poder abrir la puerta, el timbre sonó
- Solo han pasado 5 minutos- pensó viendo a su reloj de la mano izquierda, tendrían que cenar sin panquecitos Al abrir la puerta, casi se lanza contra cualquiera que estuviera tras esta que para su des fortunio no era Draco, logro darse cuenta a tiempo antes de abalanzarse por completo contra su compañero de medicina.
%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%% Abrió la puerta despreocupadamente de todas formas él tenía llaves, había legado más tarde por complacer a su novio y comprar panquecitos de Chocolate, se sentía lo suficientemente feliz como para dejar de lado el disgusto del sabor, hasta le había dado las gracias a la misma cajera, Estaba más que feliz, sería la mejor noche… o eso creía.
Después de entrar al departamento y ver apagadas extrañamente todas las luces, camino hasta el recibidor donde con la mano prendió el apagador La luz pronto revelo la imagen de toda la sala, Está completamente sola, solo se veía a primera vista la mesa puesta, el departamento nunca se había sentido tan frio, y tan solo, desde hace mucho para ser exactos la última pelea.
Solo suspiro, aunque ¿por qué no? podía estar en la habitación esperándolo, rápido dejo la bolsa con los panquecitos y se fue hasta la habitación por un corredor cortó, hasta estar frente a la puerta, al abrirla y encender la luz, no había nadie solo una cama completamente tendida. &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&& -¡Mierda!- Era la segunda vez en la noche que se caía, por lo menos ahora estaba en su departamento o bueno tal vez era mejor no estar ahí. -¡Draco!- Grito hacia la oscuridad del departamento, se levantó como pudo camino tres pasos antes de volverse a caer, pero ya estaba en la entrada del recibidor detrás del sofá- ¡Draco!
Su novio que se encontraba ya dormido, se despertó por el grito de Harry y corrió hasta donde estaba, en pijama, lo vio recargando su cuerpo contra el sofá para no caerse.
-Hola lindura- dijo arrastrando las palabras - ¿tienes novio?
-¿Estas borracho?- pregunto confundido su novio, nunca lo había visto así, ya que nunca bebía.
-¡Claro que no! – respondió de inmediato antes de volverse a caer ahora en el sofá de la sala – ahora ven y follame
- Llegas a las 3 de la mañana, borracho, gritando incoherencias- justifico Draco a medias
- ¡mentira! Todo lo que sale de esa boca tuya son mentiras- interrumpió Harry
-¿qué?- pregunto confundido, sabía que para que alguien fuera completamente honesto tendría que ser un niño menor de 5 años o estar borracho.
-sí, seguro me engañas- dijo el pelinegro Ese era el límite, dudar de su fidelidad era lo peor que le podía decir, nunca en los 5 años había volteado siquiera a ver a otra persona que no fuera su novio mucho menos engañarlo.
Solo se volteo y se fue hasta la recamara, esa como otras noches Harry dormiría en el sillón, cerrando la puerta sin necesidad de poner el seguro, sabía que no sería capaz de abrir la puerta.
-¡Abre la puerta!- se oyó gritar desde el otro lado de la puerta, muchas y más cosas grito el pelinegro pero Draco ya se había tomado algo para dormir toda la noche