ÿþYa era de noche cuando un hombre de cabellera azul bajaba del templo principan. Estuvo ahí por horas recibiendo un largo sermón por parte del patriarca, tal vez hubiera estado menos tiempo en ese lugar, pero había vuelto a meterse en una discusión con quien supuestamente era uno de sus mejores amigos, y fue muy mala idea, ya que fue enfrente de pontífice.
Cuando llego a piscis, vio a una persona peli plata junto a la entrada, era lógico lo que el iba a decirle y estaría dispuesto a soportarlo, solo por el simple hecho de que no quería causar algo similar a lo de hace unas horas, lo importante era saber como estaba su amigo español.
- Habla Minos, que no tengo toda la noche... - no esperaba que el aquel espectro fuera directo a los golpes, le había dado un golpe certero en la quijada
- No te vuelvas acercar a Afrodita, y mucho menos a ponerle un dedo encima, no quiero tener que romper el tratado de paz que tenemos con este santuario, pero si llegas a hacerle daño, juro que tu mismo pedirás que te mate con lo que te llegaría hacer...
Sin otra cosa que decir, volvió adentro de piscis, dejándolo pasar ya sin interrupciones en su camino. No respondió de la misma manera, porque sabia que bien merecido lo tenia. Continuo con su trayecto, al pasar por capricornio sintió que en cualquier momento sus piernas le fallarían, necesitaba saber el estado de salud del pelinegro, no podía creer que el mismo lo había golpeado con toda su fuerza y lo peor es que ese golpe no era para el, si no para el sueco.
Noto que en ese templo estaba vacío, de igual manera no había nadie en sagitario, y era lo mejor, ya había escuchado los reclamos del patriarca como para oír el de sus compañeros. En leo, vio a su guardián de lejos, pero desvío la mirada con cierta ira, fue un milagro que este no intentara algo en su contra, tal vez era por iba de salida con un bolso, era muy probable que Aioros estuviera en el hospital y que el le llevará algo para pasar la noche ahí.
Cuando por fin llego a cáncer, se encontró con Mu y Sage, y como era de esperarse, le recriminaron lo que hizo, solo con la mirada.
- Necesito hablar contigo, Mu... - sin más, lo agarró del brazo y lo arrastró escaleras abajo, hasta casi llegando a géminis - lo siento, pero no podía hablar en cáncer
- Creo que hay otras personas, que en verdad necesitan oír esas palabras - cuando por fin el encontraba algo bueno del italiano, este sale con una metida de pata - ¿Y porque no podíamos hablar en cáncer?
- Solo puedo decir que, las paredes tienen oídos y no me conviene, mucho menos ahora... - hizo una pequeña pausa - necesito tu ayuda...
- Deja aclarar algo contigo Deathmask, por tantos años, apenas hemos cruzado una que otra palabra y de la nada vienes a pedirme ayuda, después de que, técnicamente acabaste con tu larga amistad con Afrodita y pusiste en peligro a Shura, a eso no se le llama de otra forma que no sea hipocresía...
- Puedes reprocharme todo lo tu quieras, pero te aseguro que por Athena y el recuerdo de mi madre... Yo nunca he desconfiado de ninguna palabra de Shura o Afrodita... Dejame explicarte... - Mu, al ver esa mirada de suplica de su acompañante, sabia que tenia un gran motivo para hacer aquello, lo dejaría hablar
- Esta bien, de todas formas aun creo que puede haber algo bueno en ti...
- Gracias... - suspiro aliviado - escucha, lo que te diga ahora, nadie debe saberlo al menos que sea sumamente necesario - vio que el otro accedía - bueno, lo que sucede es que......
***Templo de piscis***
Afrodita iba cabizbajo al llegar a la entrada de su templo, no creía lo que ocurrió y mucho menos lo que se había quedado hablando con el patriarca, tomó una decisión y no podía echarse para atrás, no ahora, ya que era lo que deseaba, mas no, en las circunstancias en que se iban a dar.
Una mano toco su hombro izquierdo y al voltear, el noruego lo abrazó. En verdad lo necesitaba mas que nunca. Se acerco a su oído y le susurro unas palabras, Minos lo alejo un poco con un semblante algo sorprendido, ya se lo esperaba, pero de igual forma estaba feliz, y como no, en unos meses seria padre.
Del algo el guardián de piscis estaba seguro, había tomado la decisión correcta. Ahora su único pendiente era Shura, rogaba por que estuviera bien y que pudiera perdonarlo. Al entrar por fin a su templo, tuvo que dar muchas explicaciones a su familia, pero hubo algo que no pudo decir, ya que no era el momento y lo diría pero eso sería después de que Cardinale y Shijima se casaran.
- ¿Pero estas bien? - su abuelo se acercó
- Si, estoy bien, solo un poco cansado...
- Entonces será mejor que te vayas a dormir, hijo
- Antes... ¿Han sabido algo de Shura?
- No mucho, creo que lo tienen en observación
- Ya veo, papá, pero cualquier cosa que ocurra me avisan
Sin ánimos tuvo que ir a descansar, primero tomó un baño. Aun no daba crédito lo que había vivido ese día, sin duda la amistad que tuvo por años con Angelo se esfumó, hizo muchas cosas por el, incluso seguir al lado malo de Saga y morir un sin fin de veces. Al parecer ya había perdido mucho a lo largo del tiempo, y no iba de dejar que le arrebatarán algo más.
***Al otro día (en el hospital de Athenas)***
- Creó que deberías ir a descansar un poco, no te parece ¿Aioros? - el Cid tomo asiento a su lado y le ofreció por lo menos un café - Te hará bien
- Señor Cid... Debería decir lo mismo de usted, pero ambos no nos haremos caso - recibió el vaso - ¿E IzM?
- A el si pude convencer de que se fuera a descansar, no es necesario que muchos estemos en este lugar, como sea, mi hijo se estabilizo y este incidente no paso a mayores...
- Gracias a la voluntad de Athena... Cid, ¿Cual fue su reacción al saber que tendría un hijo?
- Vaya, pensé que se lo preguntarías a tu padre... Me sorprendió cuando ella me lo dijo, y bueno, estallé de alegría minutos después de asimilarlo y una vez que tuve a Shura en los brazos, fue como si hubiera vivido para ese momento, tan frágil y pequeño, juré protegerlo de cualquier mal, pero fallé. Cuando nazca mi nieto, no cometas mis errores o los de su madre.
- Lo haré, pero creo que empecé mal, o si no, no estaríamos aquí
- No te culpes Aioros, no sabías que el loco de mi hijo se iba a interponer entre Angelo y Afrodita, aunque el tampoco sabía de su estado - de pronto el ambiente se puso pesado - Hay algo que quiero hablar contigo... Se que estuviste hablando con Mine, mas no se sobre que, solo te advierto que ella nunca va a cambiar - su voz tenia un toque de desilusión - Cuando IzM iba a cumplir once años, lo que el mas quería era ver a su madre, aun no entiendo como es que se negó. Tuve que cederle unas acciones de mi empresa para que pasara unos días con el... Cuando se enteró... Fue muy duro para el, le expliqué mis razones y al final, el término por irse a un internado en Madril, no volvió a Barcelona ni quiso verme, hasta que cumplió los quince y por fin arreglamos las cosas.
- Señor Cid, yo... - el castaño no podía decirle que había hecho exactamente lo mismo - no tenía otra opción, Shura estaba deprimido por tenerla tan cerca y no poder hablarle...
- Entonces mis suposiciones eran correctas... Escucha Aioros, si mi hijo se entera... Fui yo quien quizo el trato con Mine, no quiero que tengan una pelea por su culpa y mucho menos ahora que me harán abuelo...
En el pasillo adyacente en donde estaban ellos dos, una figura los había escuchado. Si el portador de capricornio se enteraba de eso, se pondría peor que su hermano, pero era muy noble el hecho de su padre se echara la culpa. Paso de largo hasta llegar a la habitación del español, estuvo a punto de girar la perilla, pero la puerta se abrió dejando ver a la madre de Aioros.
- Señora Sasha...
- Afrodita.. - se veía sorprendida por la forma en que se encontraron - pensé que eras Sisifo o Aioros - relajó su semblante, pero su acompañante no - quita esa cara, que ninguno de nosotros estamos molestos, es más, Shura te esta esperando desde que despertó. Asi que pasa... - se hizo a un lado
- Muchas gracias,señora - entró - Shura... - y como ella le dijo, el lo estaba esperando - ¿Como están lo dos?
- Dejando a un lado, de que me duele un poco el cuerpo, estamos perfectamente... - no espero mucho para que el sueco lo abrazará y después se pusiera a llorar, el solo pudo acariciar su cabeza tratando de calmarlo - No paso nada malo, estamos bien...
- Pero ¿que hubiera pasado si no fuera así?... Fue un irresponsable, yo si sabia mi estado y aun así, me casi me agarro a golpes con Death... - no paraba de sollozar - Lo siento....
- Ya te dije que no paso a mayores, deja de llorar y mejor di me, ¿ya le contaste a Minos? - ahora si, Afrodita se separo un poco y limpió sus lágrimas
- En la noche, y se puso feliz, pero no podimos hablar mucho, ya que estaba cansado y salí muy tarde del templo principal...
- ¿Tan mal te fue con el patriarca?
- Te daré un resumen - tenía mucho que Shura no observaba a Afrodita tan desolado - deserté de la orden y después del matrimonio de mi hermano, dejaré el santuario para siempre...
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