Capítulo 8. Contrato con el abismo…
Como buena persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada bueno en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas…
Me vi inmerso en mi niñez, cuando era débil e inocente, ¡ja!, un tonto e ingenuo, cuando crecía junto a mi maldad para acabar con todos aquellos que insultaran mi ego, no aceptaran mis caprichos y no atendieran mis órdenes , en aquel extraño día, cuando cumplí 16 años, estaba completamente solo, mi padre se disculpó conmigo días antes porque según él estaba en un viaje de negocios, ¿me creía un tonto o qué? Era obvio que sabía la verdad, le había pagado al mayordomo exuberantes cantidades de dinero para que me lo contara todo, resulta que el hijastro, aquel bastardo que se ganó el cariño de mi papá cumplía el mismo día que yo y mi gran respetado padre prefería pasar el día con su familia en vez de pasarla con su hijo legítimo, desde que mamá murió me hizo a un lado, recibía grandes regalos, todos del señor cuyo dinero me vio crecer, golosinas, peluches, bicicletas, consolas, y demás estaban empacados en papel regalo, todos estaban atentos de mis caprichos en este día pues era claro que yo mandaba en esa mansión, estaba de pie en medio de mi cuarto totalmente solo aun sin destapar algún detalle, mi abuelo Max Tennyson tampoco estuvo conmigo en ese día, me envió un sobre con mucho dinero y un mensaje de felicitaciones que estaba sobre mi cama, en mis manos sostenía un simple detalle que yo mismo había planeado desde hace días, sonría mientras acariciaba la caja, tenía el nombre del otro chico que se robó a mi Padre, estaba sellado y tenía una tarjeta de felicitaciones de parte mía, pero claro, no tenía mi nombre, gracias al espía que contrate supe su dirección, así que dándole un beso a la caja la mande con todo mi cariño, de seguro el chico cuyo nombre no me interesaba se sorprendería cuando la abriera y luego me daría las gracias, bueno, si podía…
Después de todo no se regala una Mamba negra todos los días…
Le ordene a mis empleados que sacaran todos los detalles, incluido el dinero de mi abuelo, no aceptaría hipocresías de nadie, ese era mi papel y no sería plagiado. Cuando el sol del atardecer penetro mis ventanas, seguía esperándolo, me prometió que vendría y durante los meses que nos habíamos convertido en los mejores amigos nunca me había fallado, nunca creí anhelar la presencia de alguien más, pues Dante me dijo que después de salir de su trabajo de medio tiempo pasaría el resto de día conmigo, faltaban 5 minutos para que llegara, mire mi Omnitrix, recordé a mi abuela y a mi madre, de seguro ellas sí hubieran estado conmigo, cuando escuche la puerta abrirse pude sentir su olor, efectivamente era él, por la espalda me mostró un especie de Bate de Beisbol envuelto en un moño, tenía gravado mi nombre, me dijo “feliz cumpleaños” con aquella voz gruesa que me envolvía, era el mejor regalo que me hubieran hecho, mejor que cualquier cantidad de dinero, me voltee y lo vi con una gorra, un guante y una pelota completamente listo para estrenar mi regalo, bajamos rápidamente al jardín de la mansión y jugamos toda la tarde, cuando yo anotaba un cuadrangular me cargaba y reíamos juntos, según él, yo era el hermano menor que nunca tuvo y pues para mí, era la persona que más quería, que bonito recuerdo ese…
Al fin y acabo de todo había sido un sueño, uno de mi pasado…
Cuando desperté de la cama tan incómoda en la que me tenía Sparda, recordé aquel chico a quien le envié un presente, me informaron que murió tres horas después de que mi serpiente lo picara veintisiete veces en la cara y tres en el cuello, ese había sido el mejor chiste de mi vida, porque me reí tanto por su muerte que casi me voy con él, ahora solo me saca una que otra carcajada al recordar las lágrimas de mi padre, después de todo no dejaría que aquel bastardo se parasitara de lo que por derecho me correspondía, ya que yo y solo yo era el legítimo heredero de la fortuna Tennyson…
Me levante a sabiendas que tenía que esperar a ese fracasado para que abriera la puerta de mi cuarto, aún estaba secuestrado y ya habían pasado dos semanas, no comprendía porque me retenía tanto tiempo, ¿acaso no era dinero lo que el hijo de puta ese quería?, note que el imbécil ese no abría y pues decidí molestar, tocaba incansablemente la madera de la puerta para que escuchara mis quejas, solo lo veía en las mañanas cuando me daba el desayuno, al almuerzo y a la comida, después se perdía en este laberinto subterráneo, aprovechaba su ausencia para buscar su cuarto, pero habían tantas habitaciones que algunos días terminaba muy perdido…
Al abrir la susodicha puerta el desgraciado solo me saludaba con la mirada, yo le enseñaba todos los días el dedo medio de mi mano como gesto de educación, íbamos a lo que era la cocina, bueno si a ese lugar se le podía llamar así, me sentaba en una silla vieja de madera y esperaba a que Sparda cocinara para mí, nunca cruzábamos palabra, tan solo tiraba el plato a la mesa y me trataba como a un pordiosero, yo siempre hacía gestos de fastidio a la comida que me servía con tan solo ver su cara de enojo, notaba que trataba de mejorar cada día pero era inútil, nada me él me impresionaba…
_ Es una porquería lo que cocinas- le comente mientras tomaba el tenedor y lo paseaba por los Espaguetis que me había dado…
_ Pues esa porquería como le dices será tu desayuno, come…- me ordeno el estúpido ese, ¿Qué se creía?
_ No quiero, es basura… - le comente con tan solo provocarlo…
_ Come- me ordeno nuevamente…
_ No…- le dije a lo que clavo sobre la mesa un gran cuchillo, no me lo espere y note como me enfilaba con su iris plata…
_ Come de una puta vez-. Seguía mirándome, trague un poco de saliva, con el tenedor en mano le envolví un poco de pasta, me lo metí a la boca y mastique un poco…
_ Mmm, esta rico- le comente entre una ligera sonrisa con mucha hipocresía, él sonrió y se dio media vuelta retirando el cuchillo que había clavado en aquella madera vieja…
Obviamente no estaba rico, era una basura como lo había dicho, solo que me toco digerir este triste intento de desayuno, le dije aquello porque estaba en desventaja, fácilmente podría clavarme tremenda navaja en el pecho y pues, yo quería salir vivo de esto, Dante regreso a la estufa y saco un gran platado de lo que había preparado, me miraba mientras comía eso tan asqueroso con mucho gusto…
_ ¿Cuánto tiempo me vas a tener aquí?-, le cuestione con ansias de que pronto me rescataran o pagaran por el secuestro…
_ No sé- me contesto, - no me he comunicado con tu padre-…
¿Que no se ha comunicado con el gilipollas ese?, ¿acaso era bruto?, retire mi mirada de ese criminal, me ofendió un poco…
_ ¿No se supone que lo primero que hacen los secuestradores es pedir dinero para liberar a sus rehenes?-, le cuestione con tono de obviedad…
_ No tengo planeado pedir dinero- me confeso con sinceridad…
_ ¿Entonces que putas quieres?; porque que yo sepa, todos bailan al compás del dinero, todos se venden por dinero- le comente con seguridad, ¿acaso había algo más puro y bello que el dinero?, pff no lo creo…
_ Lo que quiero solo le incumbe a tu padre y a mí, es algo que los niños no entienden-, me argumento aquello a sabiendas que me molestaba mucho que me llamara niño…
_ Entonces que versión más Friki de criminal eres, porque hasta el infierno está gobernado por el dinero-, le dijo mientras terminaba la comida tan palurda que me había dado, después de todo algo tenía que comer…
_ No lo creo- me dijo aquello pasando olímpicamente mi insulto por el arco del triunfo, - Mejor alístate, dentro de una hora quiero que te bañes, nos vamos al pueblo-…
_ ¿Al pueblo?, le cuestione un poco escéptico, ¿no se pondría en evidencia?...
_ Si… hablaré con tu padre de lo que quiero por tu rescate, vamos a ver si en realidad le interesas o solo te tiene por lastima-, me dijo mientras terminaba su plato…
_ Soy muy importante para él- le comente con falsa seguridad, yo sabía que no le interesaba ni un coño…
_ Ya lo veremos niño…- me dijo mientras alzo su hombro ignorándome, - pero te digo algo- exclamo algo frio-…
_ ¿Y qué diablos seria?- le interrogue mientras alejaba el plato vacío, no iba a darle las gracias por su “exquisitos espaguetis”…
_ Si abres el pico, activo un dispositivo que guardo en mi cinturón y despídete de tu vida- me aviso, yo no me sorprendí, después de todo era Dante Sparda, nada se le escapaba, después de todo algo de cerebro si tenía este bobo…
_ ¿Algo más?- le pregunte como si su advertencia me la hubiera sobado por el culo, claramente lo noto, se molestó y se acercó a mí, me levanto de la silla agarrándome del cuello de mi camisa negra…
_ Quedas advertido princesita- me dijo con frialdad, yo solo voltee mis ojos, odiaba estar en desventaja y mucho más que me llamara por apodos, - te doy una hora, cuando estés listo ve a 7 cuartos de aquí hacia la derecha, allí estaré esperándote- …
El palurdo me soltó y salió de allí furioso, vaya sentido del humor tenia, me fui a mi cuarto y me duche, no dejaría que se fuera sin mí, ya que si me alejaba a más de treinta metros de él, Kaboom, seria historia y pues tenía muchas venganzas que cobrar para que algo terrible me pasare, creo que estaba considerando envenenar a mi prima y a Kevin, no soportaría su Meloseria cuando regresaran de su luna de miel, bueno, en fin, debía salir de aquí primero…
Cuando salí de la “ducha” si se le puede decir a una gran caneca de agua del cual debes tomar con una coca de plástico y dejar que el agua helada te golpee con su crueldad, - esto no es justo- susurre mientras me secaba con una toalla algo vieja, ¿Por qué me pasaba esto a mí?, ¿porque el karma me castiga si soy un chico de buena fe?, no lo comprendo, me vestí y como era libre de andar por donde quisiera siempre y cuando no me saliera del rango, cerré la puerta de “mi habitación”, - menuda pocilga- exclame mientras camine por los corredores, el polvo ya no me molestaba y pues siguiendo las instrucciones del hijo de puta ese, estaba en frente de ¿su cuarto?, en realidad no me importaba, bueno, si me interesaba robarle su cinturón…
Mi abuelo me había enseñado que se debía tocar la puerta antes de entrar, pero como el viejo ya se murió por fortuna mía, sus enseñanzas era puro protocolo inútil, abrí descaradamente la puerta de su habitación, alce mi vista y lo que me encontré me sorprendió, rápidamente cerré la puerta totalmente agitado, la vergüenza se apodero de mí, puesto que lo pille saliendo de su baño completamente desnudo me agarre el pecho y me mordía el labio inferior…
_ Lo… lo siento- fue lo único que dije, mi mente alterada se aprovechó de la situación y lo “educado” en mi salió de repente…
_ Descuida princesa- escuche su voz dentro de su cuarto, - no es que tú y yo tengamos algo de diferencia-…
Cerré mis ojos un poco fastidiado, no le dije nada, solo quedo en mí su imagen desnuda que se gravo por pocos segundos, debía reconocerlo, Dante Sparda tenía lo suyo, pero lo ignore por completo, al recordar que era un sucio, tonto, ingenuo, simple, imbécil y fracasado criminal estabilizaban todas las emociones en mi…
Unos ligeros minutos escuche su puerta abrirse, salió vistiendo una camisa de tirantes color gris, unos Jeans de tela gruesa, unas botas, su cinturón, ese artefacto que me retenía, y su espada, una que colgaba de su espalda, me dio curiosidad, era muy rara, jamás había visto algo así, lucia su peinado de siempre, me miro de lado y me indico que era hora de salir…
Me fui detrás de él, pues Sparda sabía la ruta de salida de este maldito lugar, al abrir una puerta el sol me golpeo, me maree un poco por tanta luminosidad, me sentí estresado por el cambio de ambiente, después de todo, dos semanas en completa oscuridad me habían cambiado, pero solo físicamente, ya que en mi interior seguía siendo la misma buena persona, estábamos en medio de la nada y note como Dante trajo consigue una motocicleta, recordé que dijo que iríamos a un pueblo, ¿me pregunto a cuál?, la encendió y nos dirigimos a dónde diablos tuviéramos que ir, al fin y al cabo no era mucho lo que podía hacer…
Después de media hora de abrumadora travesía, llegamos a lo que era un pueblo Bohemio, lo tilde así porque no quería denigrar el sitio, no era tan criticón después de todo, cuando nos estacionamos, me baje rápidamente…
_ Sígueme-, fue lo que me dijo y pues me toco obedecer…
Entramos a lo que era un vil y vulgar burdel, rodee mis ojos cuando varias prostitutas saludaron a Dante, el sitio era por no decir inmundo, apestaba a cerveza de baja calidad, la gente era horrible y note que estaban muy borrachos, mi cara de asco no se retiró de mi hermoso rostro con cada paso que dábamos, unas cuantas chicas me manosearon a lo que yo las rechace inmediatamente, ya tenía 21 años y ya sabía lo que me gustaban y por supuesto las mujeres no eran…
_ Hey Dante- lo tome del hombro llamando su atención, él volteó y me miro…
_ ¿Qué pasa?-, me cuestiono un poco impaciente…
_ ¿A dónde carajos me has traído?-, le pregunte analizando el sitio, pensé que vomitaría…
_ Pues a un prostíbulo Ben- me dijo con mucha confianza, ¿Qué se creía el desgraciado?, - primero nos divertiremos y luego hablare con tu padre-…
_ No pienso quedarme un segundo más, el sitio es repugnante, la gente es repugnante, tu eres repugnante-, le dije a lo que lo último le molesto…
_ Pues eso no fue lo que note cuando me pillaste desnudo esta mañana- me exclamo con una risita, el desgraciado de bufaba de mi…
_ ESO FUE UN ACCIENDENTE MALDITO BASTARDO-, le dije muy alterado, no lo pronuncie a lo alto, recordé que debía ser prudente…
_ Pues si no quieres niño, te lo pierdes-, dijo a lo que llego una chica y le beso, parece que el tipo era muy de putas porque le mordió una teta y le manoseo el culo, ante mi cara de asco tomo una cerveza, bebió de tiro la mita de la botella, beso a la prostituta de nuevo y ambos subieron al segundo piso…
Ese fracasado me había dejado solo, le importo un culo su rehén, me vi inmerso en medio de borrachines, música pasada de moda, olor a cigarrillo por doquier, estaba enfadado y pues obviamente esto no se iba a quedar así…
_ ¿Con que tú te lo pierdes eh?- sonreí de lado, había tenido una idea genial…
Sin pensar si era bueno o malo lo que iba hacer subí las escaleras, decidido, seguí los pasillos del segundo piso de aquel burdel de quinta, escuchaba los gemidos y jadeos de la gente, - animales- susurre al juzgarlos por igual, vi que en el último cuarto entro Dante con su puta, al asegurarme que no saldrían de nuevo, me acerque a la puerta, puse mi oído sobre la madera, debía saber si ya habían comenzado, por la ventana que había, note a dos personas un poco familiares, me sorprendí mientras seguía pegado a la puerta, ¡era Chris!, después de todo no había muerto en la explosión, estaba acompañado del mismo rubio tan guapo, era mi oportunidad, si le hacía notar que estaba aquí, de seguro vendría y me salvaría…
Pero por desgracia mía, la venganza era primero…
Ya me rescatarían en otra ocasión, escuchando unos murmullos, sentí como alguien me tomo del hombro y me volteo…
_ ¿Qué chico más guapo eres?- me dijo un tipo demasiado borracho, que imbécil era…
_ ¿Quién coño eres?- le pregunte con asco, como si me interesara…
_ ¡Soy un regalo Dios para ti!- Me dijo con seguridad, yo chiste, era obvio que se trataba de una broma…
_ Pues Dios debe estar escaso de fondos-, le dije a lo que el otro se molestó, destruir las ilusiones de los demás era un fuerte que yo tenía…
Para que no me estorbará el borracho este, le aplique la llave del sueño, esculque entre sus cosas, supuse lo que todos los malandrines debían guardar algo…
_ Bingo-, exclame al encontrar un navaja, vi mi joven rostro sobre el metal, al parecer estaba sin estrenar, y pues yo me daría el lujo de ser el primero en usarla…
Después de un rato, al no escuchar los gemidos de la perra esa y del mediocre de Dante, abrí la puerta y como un gato me introduje sigilosamente, ambos estaban dormidos, por suerte solo estaban descubiertos de cintura para arriba, sostenía el arma corto punzante, me detuve a admirar ambos torsos, la chica tenía unas grandes tetas sin chiste, y pues nada más, pero… pero Dante tenía un gran pecho, unos grandes brazos y un abdomen bien marcado, se veía inocente mientras dormía, ahora yo parecía el criminal, agite me cabeza varias veces, ¿en que estaba pensando?, mi objetivo era crucial, y ese era vengarme…
Le tape la boca a la chica y le rebané el cuello, no era mi primera vez, antes lo había hecho con una sirvienta que se portó muy insolente conmigo, ¡me había llamado malcriado!, y pues debí hacer justicia por mis propias manos…
Ignorando el recuerdo de mi ama de llaves, la prostituta que había acabado de asesinar murió feliz, pues de todos modos ya había echado un polvo, quien sabe si bueno o malo, no sabía que tan generoso era Dante en la cama, él criminal solo se volteo dándonos la espalda a la muerta y a mí, hubiera acabado con el también, pero Dante tenia tantos trucos que lo mejor era evitarme problemas, limpiándome un poco de sudor de mi frente, le deje un lindo mensaje grabado en su mundano cuerpo con la navaja, Salí sin hacer ruido alguno, busque el baño y me lave, por fortuna nadie me pillo ya que todos estaban concentrados en su licor y sus mujeres…
Baje al primer piso y me ubique en la entraba, me recosté contra el marco con la esperanza de ver a Chris, note que ya no estaba…
_ Lástima- susurre, el día de hoy hubiera escapado, pero la venganza era algo que simplemente no podía evadir…
Después de media hora y dándome por desentendido del asunto, mis iris color chocolate divisaron a Sparda bajar furioso, sus iris plata me enfilaban a mí, venia como alma que lleva el diablo, ¿tan evidente eran mis víctimas?, no era la primera vez que mataba a alguien con mis propias manos, la Mamba negra que le di a es bastardo de cumpleaños no contaba, después de todo la serpiente lo había matado y no yo…
_ Cabron- me dijo mientras me tomo fuerte de mi brazo, salimos del lugar y nos adentramos en un callejón, me empujo y aquello me molesto…
_ Oye, ¿Qué te pasa?- le cuestione con molestia, debía pasar por inocente…
El gilipollas me propino un golpe en el mentón, me tambalee un poco, debía admitir que el idiota tenia fuerza…
_ ¿Dime porque la mataste?-, me cuestiono aun furioso…
_ ¿De qué hablas?- le pregunte tratando de parecer inocente, pero tal perece que esta vez no había funcionado…
_ Vi que grabaste en su abdomen “tú te lo pierdes”…
_ Si fui yo ¿Qué pasa?-, le confesé aquello, no podía ignorar mi obra de arte…
_ Maldito- me dijo poniéndome su peor cara, se volteó y se marchó, claro me toco seguirlo, el motivo era obvio, al fin y al cabo…
Como buena persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada bueno en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas…
Continuará…