¿Qué tan difícil era decir “No te amo”? decir… simplemente no quiero tener nada contigo, ¿Por qué tuvo que esperar hasta que terminada perdidamente enamorado de el para romperle el corazón de un golpe? ¿Por qué el, que había hecho mal? Por más vueltas que le daba al asunto no lograba entender lo que paso entre él y aquel que le robo el corazón… “Al menos espero que tu carrera y tu egocentrismo te de lo que yo no pude darte” pensó con ironía y resignación, abrazando sus piernas e intentando con todas sus fuerzas no llorar por culpa de Midorima Shintaro. Ya no…
-Takaocchi ¿estás bien? ¿Te duele algo?- la voz de cierto rubio saliendo apenas con vida por la paliza que su senpai le propino lo trajo a la realidad “Si, me duele el corazón...” pensó, con una sonrisa triste en los labios. Dejo de abrazar sus rodillas y un segundo después se soltó a llorar en los brazos del rubio el cual lo recibió con los brazos abiertos abrazándolo protectoramente.
-Está bien Kuza-chan, llora todo lo que tu corazón quiera…- murmuro el de ojos mieles, acariciando la espalda de su amigo. Sea daba una idea de lo que pasaba con el de ojo de halcón pero no estaba del todo seguro –eres mi mejor amigo, no me gusta verte llorar mucho menos si se trata de alguien tan serio y bipolar como lo es Midorimacchi ¿quieres contarme lo que paso?- el de ojos azules negó –entiendo, no te presionare pero deja de llorar ¿sí?- el otro asintió, limpiándose las lágrimas que aun rodaban por sus mejillas.
-Gracias Ki-chan…- gimoteo mientras una sonrisa un poco triste se dibujaba en su cara –dejando de lado eso… ¿Cómo te fue con tu senpai? ¿Te maltrato mucho?-
-Lo normal… creo- respondió dudoso y con una sonrisa alegre en la cara –pero eso no justificaba el que me dejara un ojo morado. ¡¡Ahora que hare con un moretón tamaño familiar!! Vivo de mi cara también además de Teiko nadie me contratara ahora- chilló el rubio, haciendo un drama teatral sacando al peli negro una sonrisa sincera. Ese modelo sabia como alegrarlo.
-Pero aun así lo amas ¿no?- continuo el peli negro, haciendo sonrojar al rubio –jajaja me encanta hacerte avergonzar por su culpa- se burló, viendo como el sonrojo que tenía su amigo aumentaba considerablemente -¿Por qué no le dices lo que sientes por el?-
-No puedo…- respondió el rubio, ahora el abrazando sus piernas y recargando su cabeza en sus rodillas –Kasamatsucchi es…- suspiro –él es increíble, lo admiro incluso más que a Aominecchi aunque a diferencia de él no es un bruto ni un animal. Es como mi ejemplo a seguir. Tengo miedo de que pueda mal interpretarme o de que me rechace-
-No sabes si no lo intentas primero Ryo-chan…- indago el peli negro, llamando la atención del rubio –dile lo que sientes por él, puede que te lleves una grata sorpresa- consejo, revolviendo el cabello del otro.
-Lo tomare en cuenta… gracias- continuo el rubio, sonriendo y de igual forma logrando que el peli negro sonriera. “Solo espero que se entere por mí que por otras personas”
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Después de asegurarse de que todo estuviera en orden con los artistas principales del circo Teiko, fue como pudo suspirar tranquilo, aunque no estaba del todo convencido con lo que algunos de ellos le estaban mostrando para el siguiente show. Prueba de ello, estaban esos dos…
-Repíteme de nuevo que es lo que tiene planeado… Satsuki- ordeno el peli rojo, cruzado de brazos y con la mirada más fría y seria que siempre lo ha caracterizado.
-Tengo entendido que Dai-chan quiere romper su propio record, pero sigo sin entender porque necesita de Taiga-kun…- contesto la chica peli rosa, de igual forma cruzada de brazos mientras veía con resignación y preocupación a su amigo de la infancia.
-C-creo que n-no le gus-gustara a Kuroko-san el que Aomine-senpai necesite de la ayuda de Kagami-senpai…- murmuro un nervioso castañito de ojos color chocolate, llamando la atención del peli rojo y de la peli rosada los cuales le veían con intensidad y cariño -¡¡¡L-lo siento!!! ¡¡No volveré a decir nada!! ¡¡Lo siento!! ¡¡Lo siento!!- alboroto, mientras se sonrojaba hasta las orejas y hacia reverencias sin parar. Demasiado vulnerable y tierno para la chica.
-No te disculpes Sakurai-chan, la culpa de todo lo tiene Dai-chan- respondió la peli rosa, revolviendo cariñosamente el cabello del castaño. El sonido de una motocicleta siendo encendida mientras hacían fricción con el suelo las llantas de esta, hizo que los tres jóvenes que estaban viendo lo que sucedía enfocaran su atención rápidamente.
-¡¡Maldito Aomine…!!- grito cierto peli rojo, el cual estaba atado a una silla de los brazos y pies para que no se escapara mientras en vano intentaba zafarse de ahí –si tanto deseas matarte por algo tan estúpido como lo es tu maldito record hazlo, me importa un pepino lo que hagas. ¡¡¡Pero a mí no me lleves contigo!!! Tengo pareja con un demonio- exploto el de ojos color borgoña, fusilando al moreno que estaba arriba de su motocicleta con una sonrisa fanfarrona y egocéntrica, típica en él.
-Cállate Bakagami… no me dejas concentrarme- respondió, jugando con la tención del otro pues le gustaba ver como el otro se ponía pálido como fantasma -…muy bien. Ryo anota bien los números, porque esta vez romperé mi record personal- grito el moreno, fijando su vista en el castaño.
-S-si Aomine-senpai…- respondió con nerviosísimo el menor, con un cronometro en la mano una tabla donde registraba los números del moreno en la otra.
-Prepárate Kagami…- tan luego dijo eso espero a la señal del castaño. Cuando el castaño hizo la señal, salió disparado por la pista solo para ver como el otro fruncía el ceño mientras en vano se soltaba de sus agarres. “No quiero dejar a Kuroko solo… NADIE PUDE TENERLO A PARTE DE MÍ. Maldito Aomine, te matare lo juro por mi vida” pensó el peli rojo, viendo como una motocicleta blanca iba directo hacia él. Cerro los ojos esperando a recibir el golpe de tanto fierro directo hacia el pero nunca llego, en cambio solo sintió un peso extra en sus piernas y como “eso” le abrazaba por el cuello.
-Si tienes miedo, solo cierra los ojos Kagami-kun. Yo siempre estaré contigo…-
-Kuroko…-
-Aomine-kun, vuelve a hace algo así con Kagami-kun y juro que me las pagaras…- amenazo el peli celeste, abrazando con mayor fuerza el cuello del peli rojo, apoyando su cabeza en la del más alto para poder amenazar correctamente al moreno el cual paso de largo a la parejita -…hablo enserio…- amenazo con voz tétrica, estremeciendo al peli rojo y a cierto castañito y peli rosada.
-Tsk… Tetsu si es solo una inofensiva bromita, no es como si fuera a matar a tu novio…- respondió el moreno, aumentando la velocidad de su motocicleta, dando la vuelta para regresar desde su punto inicial. Todo bajo la atenta mirada del peli rojo hetero cromático, la peli rosa y un asustadizo castaño.
-Espero y no hagas una estupidez Daiki…- comento el heterocromático -…y espero que esta tontería tuya atraiga más seguidores para el circo-.Tan luego dijo eso, paso frente suyo el moreno a alta velocidad, a unos cuantos metros se encontraba otra pista de donde salió el peli azul eléctrico. Ese era el punto a donde tenía que llegar bien librado y con su propio record roto: llegar hasta los 47 metros de altura con su motocicleta que va a más de 160 kilómetros por hora. Algo demasiado complicado para alguien normal, menos para Daiki Aomine.
-Tranquilo Sakurai-san, estoy seguro de que Aomine-kun saldrá bien librada de esta. No te preocupes…- tranquilizo el peli celeste, poniendo su mano en el hombro del castaño que no sabía dónde esconderse por el miedo que estaba experimentando.
-Tetsuya tiene razón, Aomine no es tan estúpido como para matarse con su propia motocicleta- secundo el peli rojo alto, abrazando por los hombros al de ojos color cielo.
-N-no quiero que le pase nada malo a Aomine-senpai- murmuro quedito el castaño, con un notable sonrojo en la cara. Viendo como el peli azul volaba por los aires de la pista donde estaban todos ellos “Se ve tan atractivo y más genial de lo que ya es…” pensó el de ojos color chocolate, sonrojándose más de lo que ya estaba. Después de unos minutos respiro aliviado, el moreno ya había roto su record además de que estaba sano y salvo: “67 metros de altura a más de 165 kilómetros por hora. Aomine-senpai me alegro de que este bien…”
-¿Y bien Ryo? ¿Rompí mi record?- el castaño salió disparado hasta donde el moreno estaba parado y en automáticamente se abalanzo al moreno, abrazándolo fuertemente y ocultando su rostro en el pecho de este -…estoy bien Ryo, no tenías que hacer eso. No me lastime-
-Senpai- reclamo el castaño –no haga eso de nuevo-
-Lo siento pero… amo el peligro y tener la adrenalina al límite- contesto el moreno, apartando al castañito de su cuerpo, no le gustaban las muestras de cariño, mucho menos de alguien tan tímido como Sakurai. Después de unos segundos comenzó a caminar para apartarse del lugar, el de ojos color chocolate camino detrás de él como si de un cachorro perdido se tratara.
-A veces Dai-chan es un idiota- murmuro la peli rosa, viendo por donde se habían ido el moreno y el castañito.
-Concuerdo contigo Satsuki-
-Hay que ser demasiado distraído o demasiado idiota como para no darse cuenta de que una persona está enamorada de ti. Aunque siendo Aomine-kun, hay que ser demasiado egocentrista para no verlo…- comento el peli celeste, suspirando con resignación. Su amigo era un idiota y un bruto. Tanto así que no ve que Sakurai Ryo estaba perdidamente enamorado de él. “Solo espero que no sea demasiado tarde para Aomine-kun se dé cuenta de eso”
-¿De qué hablan, Kuroko?- pregunto sin entender el peli rojo alto.
-Olvídalo Kagami-kun, mejor ayúdame a ensayar mi numero ¿sí?- contesto el peli celeste, tomando la mano de su novio –por cierto Akashi-kun ¿no ibas a ver a Furihata-kun?-
-Eso es… cierto, gracias Tetsuya…- después de eso pudo escuchar un “Eres un distraído Taiga-kun” y un “¿Eh?” por parte de la parejita, fue como el heterocromático y la peli rosa decidieron tomar caminos separados. Aun la chica tenía que hacer otras actividades antes de la cena. Al igual que él.
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-¿Hablas enserio? ¿Cómo es posible?- pregunto perplejo un peli negro con lentes, el cual no salía de la impresión que su amigo. -…pe-pero si él es tan, tan… bruto-
-Eso ya lo sé Hyuga no me repitas lo que todos en este lugar ya sabemos. Pero es la verdad… el pobre de Sakurai está enamorado de ese idiota y lo peor es que él no lo sabe…- contesto, cruzándose de brazos igual un peli negro de lentes, pero este era con un semblante más tétrico además de que asustaba a cualquiera que no le conociera con ese aura de sádico que lo caracteriza –aunque no dudo que ya lo sepa, solo que no quiere darse cuenta de eso-
-Pero Imayoshi… a diferencia de Ryo, Aomine no sabe expresarse a no ser de que sea con golpes o con gritos… no quiero ni imaginarme si los sentimientos de Ryo no son correspondidos, el pobre asustadizo estará hecho un mar de lágrimas-
-Eso si Akashi y yo lo evitamos primero…- intervino en la conversación Tatsuya, llamando la atención de esos dos –no quiero que otra persona sufra lo mismo que yo hace 5 años…-
-¿Y los gemelos? ¿Dónde están, Himuro?-
-Están con Franco, no se preocupen…- contesto –Ryo es alguien fuerte, sabrá afrontar la situación en el caso de que Daiki no corresponda sus sentimientos. Tranquilícese, sabe cuidarse solo… aunque nunca está de más un par de tijeras clavadas en la entrepierna…- rio con un poco de sadismo, ya se le estaba pegando lo sádico de Imayoshi y Akashi.
-Deberías dejar de juntarte tanto con Akashi, Tatsuya- comento el peli negro, mientras veía dudoso al otro. No le gustaba cuando esos tres estaban juntos.
-Lo dice el que se volvió “suave” por una chica peli rosa…- continuo con burla el otro peli negro, viendo como Imayoshi se ponía nervioso.
-Pero yo al menos no soy masoquista como tu Junpei, aun no creo que estés enamorado de alguien como lo es Riko. A ti se aplica la frase de pégame pero no me dejes…- continuo con sorna el de sonrisa maquiavélica, viendo como el mencionado se sonrojaba hasta las orejas.
-Ya, ya no discutan. Ustedes lo único que tienen en común es que están enamorados de dos mujeres manipuladoras además de que les gusta la mala vida por parte de ellas…- intervino el peli negro de ojos grises, apaciguando la pelea.
Después de unos cuantos segundo de meditarlo, ambos peli negro con lentes rieron con ganas, además de que quisieran o no, Tatsuya tenía razón –Touché- hablaron al unísono ambos, dando por terminada aquella conversación.
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Akashi caminaba con paso elegante y firme por los pisos del circo. Estaba tratando de dejar algo claro en su cabeza…. Era frustrante, él nunca tenía que dudar para tomar sus decisiones, el por esos motivos era el emperador, el absoluto… el líder y cabeza del internacionalmente conocido Circo Teiko, ¿entonces porque el…? ¿Dudar de sus capacidades? ¿El? Eso nunca, eso jamás… es un Akashi, ellos eran lideres natos por naturaleza. Pero ciertamente comenzaba a cabrearle el hecho de que algunos de sus empleados lo vieran como un simple mortal, aun cuando eso no es cierto.
-Eres un lindo gatito, ¿Quién es mi gatito consentido? Si, eres tú… tu eres mi nene consentido- esa voz tan melosa y casi terciopelada lo saco de sus pensamientos. Ya había llegado a su destino. –solo porque te portaste bien en todo lo que duro la rutina, le diré a Sakurai-san que me dé un poco de pescado para ti-
-No consientas tanto a Kitsune… Kouki- hablo serio el peli rojo, acercándose al castaño que estaba acariciando la cabeza del animal –si sigues así, un día de estos no obedecerá a nadie, incluso a mí-
-Lo siento Akashi-san- se disculpó el castaño –es solo que en Teiko, lo único que soy capaz de hacer es estar al pendiente de Kitsune y ya, no se hacer otra cosa. Por tal motivo quiero hacer bien mi trabajo- explico, sin dejar de acariciar la cabeza del animal, sin apartar la vista de este.
-Tienes un punto por eso. Pero no trates a Kitsune como si fuera un simple gato doméstico, él es un león, recuérdalo siempre. Su instinto es salvaje, y casi siempre está a la defensiva, es majestuoso por el simple hecho de verle, además son demasiado territoriales, no necesitas consentirlo como un niño pequeño, esa no es su naturaleza- explico el peli rojo, acercándose al “gatito” mientras acariciaba su melena y orejas.
-Eso lo sé perfectamente Akashi-san- murmuro, incitando al minino a levantarse para ir a su jaula –pero este león me recuerda tantas cosas a la vez. Estudie para ser veterinario por una razón, esa era ayudar a los animales indefensos o que simplemente necesitaban de mis servicios- continuo, haciendo que el león entrara a su jaula, no debía sobre esforzarlo –eso es lo que hubiese querido ella. Sentirse orgullosa de mí, de todo lo que hizo para que yo llegara hasta aquí, y sigue haciendo a pesar de que no esté a su lado-
-La quisiste mucho ¿cierto?- comento celoso el peli rojo, casi cometiendo un asesinato. Esto claro no se dio cuenta el castaño.
-No solo la quiero…- reflexiono –yo la amo más que mi propia vida- soltó, viendo como los ojos heterocroma ticos del peli rojo ardían de ira pero no sabía del porque eso –cuando mi padre murió, mi madre y yo nos hicimos cargo de la pequeña panadería familiar. Desde los 13 años comencé a trabajar junto con ella para mantenernos, ella vio por mí, a pesar de que no estaba con la persona que más amo en la vida. Pero en cuanto me gradué, tuvo que cerrar la panadería. Ya no pudo hacerse cargo de ella, mucho menos preparar pan. Por tal motivo se siente orgullosa de mi, todo su esfuerzo no fue en vano. Lo que gano en Teiko es para ella, para que pueda tener una vida en paz, para que vea que no me he olvido de ella, de su esfuerzo, del hecho de que sacrifico tanto por mí. Es por eso que Kitsune me recuerda a mi madre, cada vez que lo veo llega a mi mente la promesa que le hice-
Después de eso fue como se tranquilizó. Ahora entendía tantas cosas del castaño -…aun así no quiero que lo consientas tanto, a la larga serás el único que realmente obedecerá y cuando suceda eso no quiero que alguien salga lastimado- hablo más por celos que por otra cosa. El que un animal le quitara la atención de cierto castañito no le parecía nada gracioso, en especial si cierto gatito es tu “mascota”. De lo único que si estaba seguro es que no quería estar solo de nuevo…
-Está bien Akashi-san- respondió el castaño, sonriéndole gentilmente al peli rojo el cual se desubico por unos segundos pero después logro retomar su perfil serio y frio que siempre lo caracteriza.
-Muy bien… ahora vamos a cenar. Estoy seguro de que somos los últimos en llegar- un pensamiento fugaz paso por su cabeza. Si alguno de sus subordinados decía algo del porque su retraso, le clavaria un par de tijeras en el cuerpo, importándole poco donde cayeran. Automáticamente una sonrisa sádica y maquiavélica apareció en su rostro, haciendo estremecer al castaño que caminaba junto a él. No es que le tuviera miedo, respeto… eso si era, además de admiración porque no… pero a diferencia de los demás, incluso Kuroko, esa sonrisa le parecía demasiada tierna en su opinión. El peli rojo le daba el aire y el prestigio con el que se conoce internacionalmente el Circo Teiko.
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Antes de la cena quería lavarse la cara. Necesitaba despejarse un poco de sus problemas y que mejor forma que haciéndolo con un poco de agua fría recorriendo tu cara, ¿no?
Como ya era costumbre desde hace 2 semanas, estaba solo en aquel remolque que alguna vez quiso considerar como su pequeño hogar con la persona que más amaba en la tierra. Lástima que esa persona no compartía las mismas ideas y sentimientos que él. Suspiro resignado. Después de lo acontecido quería mudarse de remolque, pero dado las circunstancias, no podía hacerlo porque simplemente nadie aguantaba al bipolar y tsudere de Midorima, en especial con sus luky-teams y su obsesión por Oha-san. Volvió a suspirar, de nada servía recordar las cosas que lentamente hicieron que se enamorara de ese alto peli verde.
Después de enjuagarse la cara y secársela con la toalla que estaba en el baño, vio su reflejo en el espejo que estaba pegado en la pared, solo para darse cuenta que en su cama estaba una pequeña cajita de color dorado, adornada con un modesto moño azul hecho a mano, además de que junto a ella estaba una pequeña nota, además de que delante de estos obsequios se encontraba un hermoso tulipán rojo, una flor difícilmente de conseguir en Japón.
-¡Kya! ¡Pero qué lindo!- grito emocionado el peli negro, yendo directo hasta donde estaba su cama para tomar la pequeña cajita y abrirla. No daba crédito a lo que estaba viendo:
“Espero que este humilde regalo ilumine tu sonrisa. Te ves más lindo cuando tu cara refleja tu alegría”
Atte. Tu admirador secreto.
-¿Admirador secreto…?- repitió con duda y consternación, nunca se imaginó que él podría tener un admirador secreto -¡qué lindo! Pero… ¿Quién podrá ser?- saco el pequeño dije en forma de una pequeña guitarra eléctrica, lo vio con admiración y detalle. Cada parte de la guitarra estaba perfectamente detallada, además de que era de plata, lo que significaba que era costosa. Se colocó con cuidado aquel dije, era algo hermoso y era ese el primer regalo que recibía ajeno al de alguien de Teiko. Una sonrisa un poco boba se dibujó en su cara, quien sea su admirador, lo consideraba alguien lindo y no como un “estorbo e infantil muchachito” para los demás. –solo espero que no sea igual de tsudere que el-
Feliz por aquel humilde obsequio, una linda y sincera sonrisa se dibujó en su rostro. Difícilmente podrían quitársela de la cara, incluso el. “Ya quiero ver la cara de Ki-chan cuando le muestre mi obsequio de mi admirador secreto, estoy seguro que con esto se animara a declarársele a su senpai”. Tan perdido en su nube rosa estaba por esa pequeña alegría que tenía ahora en el corazón no se dio cuenta que cierto peli verde estaba entrando al remolque que compartían, pero este únicamente lo analizaba con la mirada, como si le faltara alguna parte del cuerpo, en especial por la sonrisa que el peli negro tenía en la cara.
Cuando el ojo azul se decidió por fin salir de su soñación, fue como salió del remolque para la cena, ignorando olímpicamente al peli verde como si nunca lo hubiera conocido. Eso en cierto grado le molesto al otro, ¿Quién se creía ese muchachito para ignorarlo? A todo esto… debería de estar feliz de que ya no lo tiene como si un perrito faldero se tratara ¿cierto? Con esto en la cabeza, decidió ir a ver porque el peli negro tenía esa sonrisa boba en la cara “¿Se abra ganado la lotería? ¿Un libro? O Kise le dio algo por su cumpleaños adelantado” no encontrando nada valido para justificar aquella mirada, decidió ir a “curiosear” por no decir chismosear las pertenencias del de ojo de halcón, esperaba cualquier cosa, menos eso…
-Takao… ¿tiene un admirador secreto? ¿Cómo es posible eso? ¿Quién será? ¿Lo conoceré? El… ¿lo conocerá? Con un demonio, ¿Por qué estoy pensando en tantas tonterías?, debería estar feliz de que ya no me molesta más ¿no? Seguro son alucinaciones mías- dicho esto, salió del remolque azotando la puerta, era la hora de la cena y necesitaba dejar de pensar en tantas cosas innecesarias. Pero odiaba más sentirse frustrado, enojado ¿celoso? ¿Eso? No, imposible… ¿o sí?