Era claro que todos los demás notaron el cambio, incluso para el más despistado era obvio (entiéndase Kagami). Durante el partido ambos equipos hicieron un acuerdo mutuo de no mencionar nada a Furihata. Actuarían normal. Para quienes no estaban en Seirin fue bastante fácil desligarse de ese sentimiento de estar ocultando algo a un compañero. Cuando los miembros de Rakuzan vieron al pelirrojo correr tras el número 12 de Seirin, decidieron turistear por ahí, hasta que fuera hora de volver al autobús. Dejando la situación en manos de su capitán.
Los de Seirin estaban a punto de volver a su escuela.
Después de aquel encuentro, Furihata un poco desubicado por las palabras del que conocía como su novio, se liberó de su abrazo y echó a correr, pidiendo ayuda. El pelirrojo fue de nuevo en su busca, intentando hablar con calma.
Antes de alcanzarlo, se topó con Kuroko quien lo llevó de la mano lejos de su equipo mientras lo llevaba a tomar algo, el castaño entretanto era consolado por Teppei.
-No lo comprendo… erm Kuroko- dudó un poco en cómo llamarle- ¿no sería más fácil poder acercarse a mí? ¿No era lo que él quería?- se encontraban en una casa de té, Kuroko creyó que se calmaría en un lugar que le recordara a casa-
El chico no contestó. Al escuchar a su ex capitán sintió cierta calma. Porque era el Akashi de los días de Teikou. Permitió que su acompañante siguiera hablando.
-Imagina- le pidió al chico fantasma- que Kagami cambia, se transforma en alguien diferente como sucedió con Aomine. ¿Qué harías?
Se detuvo a imaginar esa situación, nada le venía a la cabeza:
-Kagami-kun no cambiaría, es muy tonto para eso.-dijo entre risillas- Y no dejaría de quererlo por eso.
Akashi meditaba esas palabras, sin encontrar una buena explicación, nada parecía tener sentido. Sus pensamientos fueron interrumpidos:
-¿Por qué cambiaste?- preguntó serio-
-Porque tenía que recuperar el lugar que me corresponde. Además estaba ansioso por conocerlo.-sonrió- Furihata hizo que el otro comenzara a cambiar paulatinamente, acercándose poco a poco a mi yo de Teikou, el que estás viendo ahora, en mi mente todos esos sentimientos habían estado reprimidos desde que él apareció.
Kuroko asentía, asegurando de no olvidar ningún detalle, era muy fácil perder la pista cuando hablaba de sí mismo en la misma oración que el otro.
-Y lo que él sentía por Furihata, era en realidad lo que yo sentía… por alguien más, sólo que proyectó esas emociones a tu compañero.
Kuroko, sorprendido de tal relato, un poco confundido se aventuró a preguntar:
-¿Dices que el tú de Teikou, estaba enamorado de alguien antes de cambiar de personalidad?-el otro asintió- Entonces esas emociones comenzaron a surgir cuando Akashi empezó a interesarse por Furihata-kun en realidad eran tus emociones, no las de él.
-Es exactamente como lo has dicho. Puedes decir que uno es la dualidad del otro y viceversa.
-Me atreveré a decir que el otro Akashi era un tirano.
Riendo ante tal comentario, suspiró, vaya problema. ¿Cómo se lo explicaría a Furihata? Terminaría por destrozarlo por completo.
-Pero si has recuperado el dominio ¿por qué no buscas a la persona de la cual estabas enamorado? Quizás al hablar con ella, puedas poner el orden tu mente… es decir a tu otra personalidad.
-Gracias, por… tus consejos ehm Kuro… ¿Tetsuya?
-De nada Akashi-kun. Cuenta con mi apoyo.