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Tainted love (KiSung) por Karmilla46664

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por vuestros lindos rw, no esperaba que les gustase mi fic y mucho menos que la mayoría fueseís YeWook shippers (no me odiéis por hacer a un Yeye malo)

Quería haber hecho un cap más largo pero no tengo tiempo, en cuanto tengo un hueco escribo un poco pero realmente la universidad me consume. Sorry, sorry sorry...

Por cierto,los párrafos en cursiva son recuerdos, aunque creo que se entiende bien.

A Kibum le temblaba el labio inferior por la rabia: cerró los ojos, tomó aire y contó hasta diez, intentando relajarse antes de acabar haciendo algo de lo que se arrepintiera.

-Tenemos que convivir durante tres días, lo mejor será ignorarnos o al menos tener una relación cordial. Tres días pueden pasarse o muy rápidos o jodidamente lentos, así que colabora.

Yesung asintió en silencio; no le gustaba recibir órdenes pero el menor llevaba razón.

-He estado echando un vistazo al interior y no tenemos televisión.

-Ni televisión ni comida en condiciones, sólo unos cuantos sobres de ramen instantáneos para sobrevivir un fin de semana-se quejó Kibum.

-Y supongo que no podremos volver a la ciudad a por comida…

-Heechul lo ha montado todo para que nuestra única distracción seamos el uno con el otro. Por suerte soy intuitivo y me he traído un guión para ir preparándomelo. Tú haz lo que quieras.

-¿Ese es tu concepto de “relación cordial”?-el mayor lo miró enfadado.

-No esperarías que me sentase contigo a hablar como si nada hubiera pasado sólo para distraerte, ¿verdad?- preguntó con sarcasmo. Se quedaron mirando en silencio, diciéndose con la mirada lo que los labios callaban. Kibum cortó con brusquedad el contacto visual- Voy a comer algo.

Sin esperar respuesta entró a la vivienda, deseando interiormente que Yesung no le siguiera, necesitaba estar sólo. Cinco años habían pasado desde la última vez que se vieron: aquello le parecía sacado de sus peores pesadillas, no quería volver a verlo, no podía volver a verlo. La ansiedad le comprimía el pecho, pero por suerte era buen actor y el mayor no se daría cuenta. Durante ese tiempo se había planteado cientos de escenarios y de ideas ingeniosas para hundir a su hyung, incluso había soñado con el reencuentro, y a pesar de todo no se sentía preparado para afrontarlo. ¿Cómo el mayor podía mirarle a la cara sin ningún rastro de arrepentimiento? Una parte autocompasiva de él se recriminó haberse enamorado de alguien tan frío como el mayor; Yesung le había demostrado no tener escrúpulos, aunque sus compañeros no fueron menos cuando fingieron delante de todos que la decisión había sido suya y no que le habían expulsado. Apoyó las manos en la barra americana e intentó regular su respiración, se estaba mareando. Escuchó la puerta abrirse y los pasos de Yesung caminando hacia él.

-¿Estás bien?

-No finjas que te preocupas por mí-le reprochó Kibum con resentimiento, volviendo a enderezarse a pesar de seguir aún un poco mareado.

Yesung lo observó detenidamente intentando averiguar que le pasaba al actor para haberlo encontrado en esa postura y con el rostro pálido. Pero viendo que su dongsaeng no daría el brazo a torcer, decidió ignorar lo que había visto.

-¿Dónde está el ramen?

Kibum le fulminó con la mirada, odiaba que le hablara como si nada hubiese pasado entre ellos.

-Búscalo tú mismo.

Yesung frunció el ceño pero no replicó, al fin y al cabo entendía que el menor lo tratara así. Abrió todos los cajones hasta que dio con el ramen. Aún sin que Kibum le dijese nada decidió hacer de sobra para los dos. No sabía por qué hacía aquello pero sentía que era lo mínimo después de todo el mal que le había causado. El agua hervía y sus pensamientos volaron, se remontaron a varios años atrás, volviéndole a la mente flashes de imágenes inconexas.

 

“-Hmmm, huele bien para ser comida tuya. ¿Ramen?

Yesung se giró y miró a su novio con fingida molestia, encontrándose con la divertida mirada de Kibum.

-Si no te gusta no los comas, pero te quedas sin postre-se volvió a girar para mover la comida.

-¿El postre eres tú?-le susurró seductoramente mientras lo abrazaba por la espalda. Sintió el húmedo aliento del actor en su oreja, haciéndole estremecer…”

 

-Está hirviendo- Yesung volvió a la realidad y miró al menor que señalaba con impaciencia el agua.

Vertió el ramen en el agua y aspiró el olor a especias que desprendía la comida. Colocó en dos cuencos el ramen, cogió uno y comenzó a comer. Sentía la profunda mirada de Kibum atravesándole, probablemente pensando el porqué de su actitud.

-Ibas a comer, ¿no?-sólo dijo eso, pero no necesitó dar más explicaciones.

 

“-¡Pues están ricos!

El menor miró con los ojos como platos a Yesung, que sonreía con suficiencia.

-No cocino tan mal, es sólo que Hangeng, Wookie y Sungmin tienen el monopolio de la cocina.

El actor se devoró el ramen como si no hubiese comido en días. Daba gusto comer algo que no fuera pre cocinado o comida basura.”

 

Kibum comía en silencio. ¿Por qué su hyung se comportaba así? Aunque quería pensar que era porque no tenían más remedio que convivir en armonía la verdad es que no se fiaba. ¿Cómo podría volver a confiar en él? En su cabeza no había explicación para lo que le hizo su ex. Si ya no le quería, ¿por qué destrozó su carrera? No le apetecía seguir a su lado por lo que terminó rápido la comida y volvió a coger su guión, necesitaba distraer su mente de esos dolorosos recuerdos que le torturaban. Pero su paz duró poco ya que sintió el sofá balancín hundiéndose a su lado.

-Me odias.

El corazón de Kibum recibió un puñetazo verbal al escuchar esa afirmación de los labios de su hyung. En otra época hubiera llorado pero ya estaba seco, no podía derramar ni una lágrima más.

-No te imaginas cuanto- a pesar de la crudeza de sus palabras, el tono en el que lo dijo fue similar al que hubiese utilizado para hablar del tiempo.

-Estás en tu derecho.

-Lo sé-respondió sin apartar la vista del guión.

-No me lo vas a poner fácil, ¿verdad?-preguntó Yesung mirando el cielo oscurecer.

-En absoluto.

El mayor se quedó en silencio, esperando algo más, un indicio de Kibum para seguir con la conversación, pero al ver que el actor seguía inmerso en la tarea de ignorarlo, se levantó y entró en la casa buscando algo que hacer.

En cuanto se vio sólo, dejó a un lado su guión. Suspiró cansado, masajeándose el puente de la nariz. Quería preguntarle el por qué le hizo aquello pero temía la respuesta. No sabía si estaba preparado pero sabía que debían de mantener aquella conversación para que él pudiera ejercer de actor con libertad. Al fin y al cabo era ese el principal motivo por el que estaban allí, la boda de Sungmin era una excusa. Su mente divagó transportándole a su época de SuJu, recordándole cómo había defendido a Yesung cuando era el principal objeto de burlas, sufriendo el bullying de sus compañeros, en especial de KangIn. Lo defendió, le quiso tal y como era, aguantó sus desplantes y su temperamento fuerte, y al final de la historia seguía siendo él el que perdía. Quizás no tuviese tan buena voz como él, pero que los directivos se dejasen manipular por Yesung era algo que le carcomía de rabia. Lo odiaba y odiaba no poder pagarle con la misma moneda, hundiendo también su carrera. Sabía que podría dar su versión de los hechos pero la SM se encargaría de desmentirlo. Mientras que él rezaba por un merecido papel protagonista, el mayor había construido su carrera a base de mentiras, o así lo veía Kibum. Quería verlo hundido, con su carrera destrozada y ahogando su llanto en alcohol, igual que él. Le ponía enfermo escuchar su voz en las canciones de SJ, apenas veía la televisión para no encontrarse con la sonrisa de medio lado del cantante. Había sido tan profunda la herida que no había vuelto a tener pareja, le era imposible volver a confiar en nadie ni de darle su corazón. Así que podría decir que el fantasma de Yesung estaba tan metido en su vida que le controlaba incluso indirectamente. Por suerte Kibum no era de rendirse fácil por lo que esos años había estado moviéndose y trabajando duro para labrarse un nombre como actor, teniendo más o menos éxito.

Empezaba a hacer frío y la noche se había echado, pero no quería entrar y encontrárselo de nuevo. En cierta forma él también lo esquivaba, pero temía algún día perder los papeles y acabar a puñetazos con el mayor una vez más. Después de barajar sus opciones y decidir que hacía demasiado frío para seguir fuera, entró, siendo abrigado por la calidez que emanaba de la chimenea que había encendido Yesung.

El cantante miraba las llamas contoneándose sobre los leños de la chimenea. No sabía cuánto tiempo llevaba viendo el desfile de colores que componían el fuego, mezclándose el cálido naranja con el azulado. Sus ojos estaban fijos en la lumbre pero su mente le revivía nítidos recuerdos de su pasado con el actor. Si se esforzaba podía sentir los cálidos labios del menor sobre los suyos, las uñas de Kibum arañándole la espalda mientras gemía su nombre entre los espasmos del orgasmo… Le dolía reconocer que había sido un egoísta e inmaduro, extrapolando sus sentimientos a lo profesional, pero había crecido, ya era un hombre de treinta años no un idol ególatra lleno de rencor. Quería explicarle a Kibum sus motivos y a la vez se avergonzaba de lo pobres que eran sus argumentos. No tenía justificación, y sobre todo era incapaz de responderse a la pregunta de por qué seguía interfiriendo en la carrera del menor. ¿Qué oscuro sentimiento le impulsaba cinco años más tarde a seguir alejando a Kibum de su lado? No quería indagar en esos sentimientos pues temía encontrarse con una realidad que no quería conocer. Podía ser que seguía siendo un manipulador sin escrúpulos que quería seguir con su apacible carrera sin que la sombra del actor torturase su conciencia; podía ser que después de tantos años su orgullo seguía herido por todo lo que pasó entre ellos; y lo que más temía no era ser un sociópata sino temía que el motivo fuese más profundo y doloroso, que siguiera enamorado de Kibum.

Escuchó los pasos del menor dentro de la casa pero no quiso mirar: temía que le preguntara el por qué, sabía que acabaría haciéndolo y no quería enfrentarse a ello. El actor subió hasta la habitación y se desnudó para ponerse el cálido pijama. Sentía el tacto suave del algodón cubriéndole la piel lechosa, al igual que sentía la aguda inspección que le estaba haciendo el mayor apoyado en el marco de la puerta.

 

“-M-más rápido, Bummmm-los gemidos de Yesung retumbaba en el dormitorio junto el sonido de sus testículos golpeando con cada embestida el trasero de su hyung. Sin oponerse, comenzó a acelerar las embestidas, dando contra la próstata del mayor que gemía con la voz ronca por la excitación. Clavó sus uñas en las caderas de su amante cuando sintió que se corría dentro del cantante, siendo ahora su cuerpo una marioneta del poderoso orgasmo que estaba teniendo. Cayó rendido a un lado de Yesung, que lo miró con los ojos entrecerrados, recuperándose al igual que él del orgasmo.-Si llego a saber que tenía que darte celos para que me follases tan salvajemente lo hubiese hecho antes.-dijo con una media sonrisa sarcástica adornando sus labios.

Kibum lo miró con una seriedad que haría temblar al más fuerte.

-Eres mío, Jongwoon, más te vale tenerlo claro porque puede que me canse de recordártelo-le amenazó presionando con sus manos el cuello del mayor, no para hacerle daño pero lo suficientemente amenazante como para advertirle que se estaba pasando. El mayor atrapó con los dientes los gruesos labios de Kibum, que gruñó como si fuese un animal furioso. Sintió la cálida lengua de Yesung saboreando los hinchados labios por la mordedura, dando paso a un lujurioso beso en el que ambas lenguas luchaban para ver quien dominaba la situación.”

 

 

Kibum jadeó quedamente al recordar aquello. Se maldijo a sí mismo cuando el pensamiento “ojalá fuesen sus dedos los que cubriesen mi piel en vez del pijama” cruzó por su mente. Hacía tanto que no lo hacía que si fuese chica se le hubiese reconstruido el himen. Pero era un hombre, un hombre falto de contacto físico, encerrado en una casa alejada de la civilización sin mayor distracción que su ex novio. Se giró sosteniéndole la mirada al mayor: quizás después de todo le iba a ser útil tener a mano a Yesung.

Notas finales:

De nuevo gracias por la cálida acogida de mi fic, me ha sorprendido el comentario de una KiSung shipper random que me ha hecho sentir que no estoy sola xD

La verdad es que mi intención hubiese sido escribir el fin de semana que pasan juntos antes de la boda de Sungmin (la boda real xP) para ese día escribir como el épilogo que se desarrollaría en la misma boda. Pero veo que me ha pillado el tiempo y que queda una semana para la boda y me es imposible cumplir mis expectativas. Igualmente me esforzaré y de paso cogeré ideas.

Vosotras que pensáis, ¿irá Kibum a la boda? ¿y Hangeng? Si van es probable que muera por todos los feelings al ver a los 15 juntos de nuevo kekeke

Espero que les haya gustado el cap a pesar de ser corto, prometo hacer el siguiente más largo e interesante... Nos leemos, mamacitas :3

*Me he creado un nuevo Twitter por si deseáis poneros en contacto conmigo o tenéis alguna petición para que incluya en el fic (siempre intento incluir las cosas que me pedís a menos que altere la trama) @karmilla46664 Así me conocéis un poco más y yo a vosotras, que siento que no os agradezco lo suficiente vuestro apoyo a mis fics ^_^


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