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El amor no mide el tiempo por Fchibi

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Notas del capitulo:

Después de varios meses regreso con esta historia. Lamento mucho la tardanza pero los estudios me mantuvieron alejada de este bello mundo.

De todas formas tengo planeado terminar este fic.

 

Y ahora a disfrutar~

La situación se volvía complicada con cada minuto que pasaba, Snape había comenzado a revisar el cuerpo de Dylan en cuanto llegó a la sala de los menesteres, que en esa ocasión tenía una cama, un baño y un gran mueble con varias pociones y medicinas. Harry se sentía confundido y angustiado, no había mucho en lo que pudiera ayudar por lo que le habían encargado vigilar las heridas de Dylan. Por lo poco que había logrado escuchar de la conversación entre Draco y Snape, Umbrigde usaba métodos antiguos de castigos mágicos, los cuales era muy peligrosos y habrían provocado el estado de Dylan.


Harry se encontraba sentado junto a la cama, donde reposaba el cuerpo inconsciente de Dylan Price. Quería ayudar pero no sabía cómo hacerlo, él solo podía preocuparse de intentar controlar la fiebre del ojiazul y revisar sus heridas, las cuales comenzaban a sangrar de vez en cuando. De pronto, el cuerpo de Dylan comenzó a convulsionar al tiempo en que sus heridas seguían sangrando. Eso alarmó a Snape, quien de forma inmediata le inyectó una poción al chico ojiazul en un vano intento por controlar sangrado del ojiazul.


La situación se volvía crítica al comprobar que el sangrado no se detenía y que nuevas heridas se abrían en la piel del menor, Snape se vio obligado a desnudar el cuerpo de Dylan, dejándolo solo en ropa interior. Draco se mostró en desacuerdo ante esa medida, pues no quería que Potter viera el cuerpo de su novio y sí, Dylan seguía siendo su novio aunque Potter lo hubiese besado.


-Draco, necesito preparar una poción más fuerte contra este tipo de maldiciones. Tú y Potter tienes que limpiar las heridas, viertan un poco de esa poción.-Snape les señaló un frasco de color azul que reposaba en el mueble cercano a la cama.- Solo viertan un poco sobre las heridas y eso detendrá por el momento el sangrado. A trabajar, rápido.-


Los chicos no tardaron en moverse y comenzar a limpiar las heridas de Dylan antes de verter un poco de la poción azul sobre cada una de ellas, el chico se removía de vez en cuando ante el ardor que sentía pero aún se mantenía inconsciente. Severus no demoró demasiado en terminar la poción, la cual necesitaba ser aplicada sobre la piel del chico rápidamente. Las heridas comenzaron a cerrarse poco a poco al tiempo en que Dylan volvía a abrir sus ojos.


Dylan se sentía confundido y muy adolorido, le ardía todo su cuerpo pero estaba tranquilo y en calma, tal vez por las caricias que recibía en sus brazos por parte de esos dos chicos que le confundían. Harry y Draco se encontraban a cada lado del chico ojiazul, dándole suaves caricias en sus brazos para hacerle sentir mejor, ambos estaban muy preocupados y de forma silenciosa habían formado una tregua hasta que Dylan se recuperara por completo. El ojiazul parpadeó un par de veces hasta que pudo recuperar la conciencia, la gravedad de sus heridas y el daño recibido requerían que el chico permaneciera unos días en cama pero no era seguro que lo llevaran a la enfermería, por lo que Snape decició que Dylan permanecería en sus aposentos hasta que sus heridas sanaran en su totalidad. Eso parecía ser lo más seguro a los ojos de los dos alumnos.


Habían pasado dos días desde que Dylan se trasladó a la habitación del profesor Snape y su recuperación mostraba un lento progreso. El ataque había sido severo, sus heridas y cortes tardarían en cicatrizar pero al menos volvía a sonreír gracias a la presencia de Draco y Harry. Los dos chicos iban a visitarlo a diario y Snape había notado la estrecha relación que ambos tenían con el sobrino de Umbrigde. Era algo curioso que los dos enemigos comenzaran a mejorar su relación gracias a Dylan Price y Snape sabía que algo ocultaban los tres chicos, pero no podía presionar a su ahijado para que le contara la verdad de la situación.


Esa tarde Draco y Harry fueron al despacho del profesor de pociones para ver a Dylan, por suerte en esa ocasión Snape no se encontraba en su despacho y los chicos fueron directamente a la habitación en la que descansada el joven de ojos azules. Dylan los recibió con una amplia sonrisa y besó a cada uno en su mejilla derecha antes de que los chicos ocuparan sus lugares sobre la cama. Harry le contó sobre lo acontecido durante el día mientras Draco se encargaba de preparar las pociones para el tratamiento de Dylan. Así pasaron el resto de la tarde, conversando de temas triviales hasta que Severus Snape regresó a su despacho, el profesor no tardó demasiado en ingresar a la habitación y saludar a sus estudiantes.


-Profesor Snape, yo… Lamento causarle tantas molestias, sé que mi tía ha insistido en saber de mí.-Susurró Dylan con tono suave mientras se frotaba su muñeca izquierda.


-¿Está haciéndote daño?-Preguntó Draco de forma casi inmediata tras escuchar al menor de todos los presentes.


-Me está llamando. Quiere que le explique lo que estoy haciendo y el por qué no he logrado infiltrarme en el grupo de Harry Potter.-


-¿Infiltrarte…? ¿Entonces eso es lo que Umbrigde quiere? ¿Saber todo lo que hago con mis amigos y lo que supuestamente planeo?- Harry estaba un poco sorprendido al escuchar que algunos de los comentarios que había oído de sus compañeros eran verdad, no era un golpe que esperaba recibir en esos momentos pero para su propia sorpresa ese hecho no cambiaba los sentimientos que tenía por el ojiazul.


-Eso es lo que todos quieren saber, Potter.- Respondió Snape con voz grave y seria, sin denotar sentimiento alguno.- Pero lo que yo quiero saber es lo que ocurre entre ustedes tres.-


Draco, Harry y Dylan intercambiaron miradas después de escuchar las palabras de su temible profesor de pociones, aún no estaban preparados para hablar de ello porque ni ellos mismos sabían lo que ocurría entre ellos. La confusión reinaba a su alrededor y era muy difícil explicar la situación aunque los tres sabían que el profesor Snape se merecía una explicación. Dylan fue el primero en acomodarse en su lugar sobre la cama y atreverse a mirar a Severus Snape a los ojos.


-Sé que es su derecho, profesor pero hay cosas que ni sus propios alumnos logran comprender aún…-


-Por lo que puedo ver y entender es que ustedes tres están unidos de alguna forma, como por una especia de vínculo, puedo sentirlo.-


-No lo sabemos… El otro día… Cuando nos encontraron desmayados a mitad de pasillo algo extraño ocurrió.-Comentó Draco, pues sabía que podía confiar en el profesor de pociones más que en sus propios padres.- Fue como una visión del pasado, de una vida anterior de Dylan.-


-¿Están seguros? ¿Los tres vieron las mismas escenas?-Preguntó Snape, confundido al escuchar el relato de su ahijado.


 -Sí, los tres estuvimos ahí, viendo como un chico que se parecía a Dylan hablaba con otro…-


-Ese chico sí soy yo, Draco.- Susurró Dylan con tono bajo, pero lo suficientemente audible como para que todos en esa habitación pudieran escucharle.-No sé como pero lo recuerdo… Ese Dylan que vimos soy yo…-


-¿Qué quieres decir con eso? Dylan, eso es imposible.-Exclamó Draco, notoriamente alterado por las declaraciones de ojiazul.


-Sé que es extraño, pero es la verdad… Yo viví en esa época… No puedo explicarlo pero sé que soy yo…-La voz de Dylan se volvió inaudible a medida que el dolor en su muñeca se hacía más fuerte. Era como si al recordar cosas de ese pasado remoto fuera castigado con dolor físico.


-Dylan…-Harry se acercó al chico, preocupado tras darse cuenta del dolor que sentía el ojiazul. Tímidamente le rodeó el cuerpo con sus brazos con un cálido abrazo, sin importarle la mirada asesina que Draco le dedicaba.


Snape observó todo con sorpresa, una sorpresa que no se reflejó en su rostro. La situación era confusa aunque ya tenía una pequeña sospecha de lo que pasaba. Había oído de ello, pero se suponía que solo eran viejas historias, leyendas del antiguo mundo mágico. Draco carraspeó, molesto ante la confianza que Potter había adquirido con su chico porque Dylan seguía siendo su novio.


Dylan se separó de forma inmediata del cuerpo de Harry, sabía que no debía dejarse llevar por lo que el ojiverde despertaba en él pero le era difícil. Suspiró suavemente y centró su mirada en sus manos antes de hablar.-Sería mejor que ambos se fueran… Van a despertar sospechas si continúan llegando tarde a sus salas comunes.-


Después de varios minutos de protesta por parte de Harry y de Draco, el profesor Snape por fin consiguió que esos chicos regresaran a sus respectivas salas comunes. Regresó a su habitación, en ese poco tiempo junto al joven Price se había encariñado con él debido a que le recordaba a su querida amiga Lily Evans y a pesar de ser su profesor, se había permitido sonreír de vez en cuando en su presencia.


-Profesor, ¿qué es lo que piensa?-


La pregunta de Dylan fue directa, ya que sospechaba que el profesor de pociones tenía alguna idea sobre lo que pasaba y podría ayudarle.


-La verdad es que no puedo estar seguro de lo que ocurre, estas cosas solo las conocía por ser historias antiguas e incluso no reales.-La voz de Severus era grave, pero conciliadora. No intentaba darle una lección a Dylan sino ayudarle.- Se dice que hay almas que reencarnan en otro cuerpo cuando su muerte fue injusta o apresurada… Pero en tu caso has logrado reencarnar con el mismo cuerpo e incluso el nombre parece coincidir como si tu alma solo hubiese esperado el momento adecuado para traerte a la vida.-


-Eso tiene sentido, yo estoy recordando cosas del pasado… Pero todo comenzó cuando Harry me besó por primera vez. Solo recuerdo pequeños fragmentos y por lo que voy entendiendo fui asesinado por mis padres al negarme a casar con un hombre de sangre pura, estaba comprometido a él… Estaba enamorado de un mortífago… Y toda mi familia estaba en contra de esa unión…- Las palabras de Dylan parecían pequeños susurros, pero Snape supo que era sincero. El chico de pronto comenzó a temblar y nuevamente sujetó su muñeca izquierda contra su pecho, el dolor había regresado y con mucha más intensidad.


-Dylan… Ese dolor que sientes no es solo causado por Umbrigde. Tengo la suposición de que has roto una especie de sello y por eso has liberado los recuerdos poco a poco. El recordar te produce dolor.-


El profesor Snape observó cómo su alumno comenzaba a retorcerse de dolor sobre la cama mientras sujetaba su muñeca izquierda, y segundos después el chico perdió el conocimiento. Severus curó los nuevos cortes que habían aparecido en la zona de la muñeca y antebrazo izquierdo, notando las cicatrices que marcaban esa blanca piel y decidió que era mejor dejar que el chico descansara. Había recibido mucha información y por lo que pudo ver, el joven Price debía aclarar algunas cosas de su pasado.


Era cerca de la medianoche cuando alguien tocó la puerta de la oficina de Severus Snape, el profesor de Pociones no tuvo que pensar demasiado sobre la identidad de su visitante y no tardó en abrir la puerta. Draco Malfoy esperaba afuera, se veía cansado y de mal humor.


-Debo suponer que terminaste con tus rondas de prefecto, ¿cierto?-


-Padrino, ¿cómo se encuentra Dylan?- La pregunta del rubio fue directa, cosa que no le sorprendió a Severus Snape. Notaba en la mirada de su ahijado toda la preocupación y el cariño que sentía por el sobrino de Umbrigde.


-Se encuentra mejor, Draco. Ahora está descansando, pero mañana le dejaré volver a la torre Gryffindor.-


-Padrino, ¿tienes alguna idea de lo que está pasando? Sé que nos une un vínculo muy fuerte y que tanto Potter como yo, vivimos junto a Dylan en ese otro tiempo, pero… ¿Por qué? ¿Cómo es posible que los tres tengamos este vínculo?-


-No puedo explicarlo, Draco. Es una magia ancestral de la que solo había oído en antiguos cuentos infantiles. Pero es cierto, ustedes tres están unidos por una magia muy fuerte y difícil de disolver.-


-Eso lo sé, puedo sentir el vínculo que nos une, pero mis sentimientos por Dylan no están determinados por él. Yo de verdad me he enamorado.-


-Potter también se ve bastante interesado en el joven Price, Draco. ¿Puedes estar seguro de que Dylan corresponde tus sentimientos?-


-Sé que Dylan corresponde mis sentimientos, pero también sé que siente algo por Potter. Él nos quiere a los dos…-


-Draco… ¿Qué…?-


-Al principio creí que uno de los dos tenía que ser Glen, el chico que Dylan amó en esa otra vida, pero ahora que él no ha rechazado a Potter ni tampoco a mí, creo que ambos somos Glen… Y sé que Dylan se ha dado cuenta de ello. Él no podrá elegir entre Potter o yo porque su corazón siempre ha elegido a Glen y lamentablemente, ambos poseemos parte de su alma.-

Notas finales:

Muchas gracias por leer :)


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