Decir que se sentía confundido sería solo el comienzo, nunca fue de complicarse mucho la existencia, después de todo tenía a su padre que lo hacía por él y al idiota de su hermano que siempre se encargaba de fastidiar en cada oportunidad que tenía o para el caso se las creaba, en su mundo ese era el orden natural de las cosas; claro debía admitir que guardaba secretos incluso de su hermano, pero aunque él fuera el ser aparte de sí mismo que quería y respetaba por igual, no podía olvidar que era uno de los beta de su padre y futuro sucesor, se encontraría en la obligación de informar sobre su secreto y eso sería su muerte.
Aun no era el momento, ya sabía que para su padre él era una amenaza, probablemente no entendía por qué y ni él mismo lo hacía, debía de ser el instinto advirtiéndole que estaba frente a un depredador más peligroso que él; nunca se lo menciono a su hermano, pero estaba seguro que su padre lo rechazaba en realidad por ese motivo, no porque fuera de otra especie, aunque eso solo lo empeorara; no importaba, desde hace tiempo que ese hombre para él, no era nada suyo, tal vez excepto el alfa al que le fingía obediencia; ahh que difícil era hacerlo, pero como un reto personal hacia sí mismo y su autocontrol, debía de hacerse.
Pronto podría controlar por completo ese nuevo poder inmaduro, a diferencia de los otros shifters, él tenía una segunda forma, intento averiguar de alguna forma si existía alguien igual, pero no lo encontró, ni siquiera un poco de información al respecto y todo tenía que hacerlo por su cuenta, si el alfa se enteraba no importaba que pudiera vencerlo, eran superiores en número y su padre no dudaría en usarlo de ventaja, el desgraciado le echaría la manada encima, acusándolo de ser una abominación, lo conocía bien y a su retorcida mente, sus ideales de la raza perfecta, si no hubiera estado con él cuando Hitler vivió, juraría que también es un nazi.
Siendo honesto consigo mismo, la complicación que el rubio implicaba, era una completa molestia, con el breve encuentro en la cafetería, pensó que sería divertido, pero su segundo encuentro solo sirvió para revelarle que no solo quería divertirse con él y a expensas de él, que lo haría de todas formas, había estado mucho tiempo aburrido, no se iba a negar así mismo ese placer, pero también quería poseerlo poco a poco, muy lentamente y todo de él; disfrutaría de la caza del que eligió para ser su pareja, no es que pensara dejarle opción al rubio, Naruto no lo sabía pera ya era suyo, debía proceder con cautela para no asustar a su presa y no alertar a los que podrían querer usarlo en su contra antes de que lo tuviera por completo a su cuidado.
Interesante, no pudo evitar sonreír, todo parecía estarse complicando y si no tenía cuidado se le saldría de las manos, pero era una hecho, no se aburriría, ese dobe trajo a su vida nuevos retos, y solo había pasado un día.
-Pareces el gato que se tomo la leche, no sé si estar feliz de verte sonriendo o asustarme por la forma en que lo haces, probablemente lo segundo. Debe haber pasado algo realmente bueno en la escuela, ¿se murió alguien, mataron a alguien,...lo mataste tú?
-Tienes un concepto muy extraño de lo que me divierte o hace feliz, estúpido Itachi, no te preocupes hoy no me tuve que deshacer de nadie y no hubo ningún incidente, al menos no de ese tipo.
.-Así que realmente ocurrió algo, cuéntame, ¿qué te puso tan animado?, vine hasta tu casa que esta mas excluida y retirada, por lo que debes contarme algo que realmente valga la pena. Decía mientras se sentaba en el pórtico del patio de atrás de la cabaña de Sasuke, mientras este se encontraba en la banca colgante acostado y relajado con los brazos tras su cuello, viendo a la nada y a su parecer sonriendo que daba miedo, pues pese a sus palabras y que lo interrumpía de estar pensando o planeando valla a saberse que, no se molesto, ¡Dios! Ni siquiera retiro la sonrisa de su rostro. Tenía que saber.
-Nada que te in……, pensándolo bien sí que lo hace, pero aun así no te diré.
-¿No confías en mí, es eso verdad?, ya sabía yo que no me querías, debes estar sonriendo por tus planes para deshacerte de mí, ¡de mí, y yo que a ti te quiero tanto!, ¡cambie tus pañales Sasuke!, y eso debe contar mucho, pues en esos tiempos no había de los desechables como ahora, prácticamente te crie,… ¡Yo soy tu Padre!
Sasuke ahora sí ya no sonreía, una vena se resaltaba en su sien, se había sentado y miraba fijamente a Itachi, que fingía estar llorando.
-¡Ya deja el melodrama joder!, siempre sacas ese tema hermano idiota, más que un padre pareces ser mi madre, si sigues vivo debo quererte algo, porque no encuentro otra explicación del porque te soporto, tsk, maldición no dejare que arruines mi buen humor. Diciendo esto se retiro dentro de su casa, sabía que Itachi lo seguiría por lo que comenzó a hacer café para los dos, ya tenía pensado hasta donde le contaría a su hermano sobre su dobe.
-Hoy conseguí un nuevo juguete, es un humano que derribo a Suigetsu, es amigo de Hinata Hyuga, Shikamaru y Kiba, lo hizo para defenderlos, fue realmente gracioso, es bastante pequeñito a comparación de nosotros, lo que solo logro enfurecer más a Suigetsu; tuve que detenerlo antes de que hiciera algo estúpido.
-Es bastante raro que la bola de inadaptados acepte compañía, deben estar dispuestos a protegerlo si lo quisieron mantener a su lado,… siempre me pregunte porque no te juntaste con ellos, eres igual de inadaptado, y me atrevo a decir que de alguna manera ellos te agradan, por eso no dejas ir demasiado lejos a tu bola de lambiscones.
-Tengo mis razones respecto a porque ni siquiera intente estar con ellos, de hecho te aclaro que yo no estoy con nadie, ellos son los que me siguen; todo tiene un límite y ellos saben defenderse, que arreglen sus problemas por su cuenta, deben ser fuertes si quieren sobrevivir.
Sasuke lo decía de forma tranquila mientras tomaban su café en la cocina, siempre era de esa forma, desde niño pareció comprender que era diferente y que no contaría con que un padre lo protegiera, se gano si bien no un lugar dentro de la manada, si el respeto de su fuerza, solo cuando niño peleo en su forma animal, llego a los doce y no necesito cambiar para vencer a los que diario le buscaban pelea y ellos si se transformaran, aunque habría querido intervenir, su padre no lo hubiera permitido, aún si su hijo resultara muerto y todos lo sabían, así que no importaba el resultado, pero su hermano siempre gano y con el tiempo los retos fueron disminuyendo hasta que nadie más se atrevió, le pregunto a Sasuke porque no cambiaba para vencerlos, por un momento creyó que se avergonzaba de su forma shifter y también se lo hizo saber, pero este sólo lo miro con suficiencia y una sonrisa arrogante le contesto. –Porque sé que puedo y ahora ellos lo saben también, los vencí a pesar de su ventaja, se sometieron a mí como Sasuke Uchiha, si buscan más que molestar como moscas, un reto serio, cambiare y los despedazaré sin dudar, ¿avergozarme? Claro que no, pero no me molestare en cambiar por puras tonterías. Su pequeño hermano tenía quine años en ese momento y ya se había enfrentado a shifters adultos.
Ahora Sasuke cazaba solo en las inmediaciones del bosque donde vivían, nadie lo acompañaba, estaba seguro de haber sido el único que aprecio su forma de león adulto, y eso fue hace varios años ya, en estos momentos sería aun más grande y fuerte.
Solitario, esa es la primera palabra que se le viene a la mente para describir a su hermano, ni siquiera él que era el más cercano, podía descifrarlo, deseaba con toda su alma, que encontrara a alguien con quien compartir su vida, que lo comprendiera y se mantuviera a su lado, aunque sabía que si le encontraba Sasuke no se lo contaría, él habría hecho lo mismo de estar en una situación complicada con la manada y su padre, estaba orgulloso de el hombre que se sentaba frente a él.
-¿Cuántos planes tienes a espaldas mías y de padre, cuántos secretos me guardas a mi? Siempre me lo estoy preguntando ¿sabes? Aunque entiendo que lo hagas, quiero que siempre tengas claro que cuentas conmigo. El azabache menor lo miro sorprendido, no entendiendo a que venía aquello, pero Itachi lo decía tan serio y con una mirada algo triste y nostálgica, a saber lo que paso por su cabeza para salir con esto en ese momento, brevemente le sonrió de forma sincera.
-Lo sé… Vio a su hermano ampliar imperceptiblemente los ojos por la impresión, para pasar a verse inmutable, en especial cuando cubrió su boca con su mano, para pasar a sonreír de forma depredadora y tétrica. –Entonces, llegado el momento, estaré contando contigo, hermano. Decía mientras se apreciaba su sonrisa a través de sus dedos. –No te vayas a arrepentir, ese momento podría estar más cercano de lo que te imaginas, y espero seas lo suficientemente fuerte para respaldar tus palabras.
Itachi le devolvió la sonrisa. –Desde luego, no tengo dudas al respecto.
Casi podría jurar haber visto la cola de gato de su germano moverse tras él agitadamente, una cola larga y oscura, no supo si fue involuntario o no, pero sospechaba que lo hizo a propósito como para mostrarle, el control que ejercía sobre sí mismo, y el control, muchas veces en su mundo donde el instinto estaba a la orden del día era sinónimo de poder.
-¿A qué loco camino me llevaras? Espero verlo con ansias, tal vez empiezo a estar tan aburrido como tú, claro, yo no soy un amargado arisco, pero que se puede esperar de un gato.
-Idiota, tsk… todo empezara con la cacería de un dobe, no preguntes aun, lo sabrás pronto.