Pov Zelo
-¡nos vas a estrellar!- grité sosteniéndome de la puerta, fingió no escucharme y siguió así durante un par de horas…no me llevaba por un camino…estábamos atravesando el campo…supongo que por eso no me cubrió los ojos. Llegamos a una cabaña en medio de la nada…lo único cerca era un establo pero estaba vacío
-abriré para que no te mojes- dijo saliendo del coche, no estaba más que a un par de metros pero en los segundos que tardo en abrir saque mi celular asegurándome que no se viera por el tablero de la camioneta y encendí el localizador del Iphone, con eso Zico me rastrearía pronto, lo guarde en la manga de mi jersey justo a tiempo para que él volviera y me abriera la puerta – baja de la camioneta – mando tomando mi bastón
-se-se enterrará en el lodo…necesito que me ayudes- respondí y para mi sorpresa me creyo, pase mi brazo por su cuello y me cargo como a una chica, fingí esconderme de la lluvía en su cuello y deje caer el celular en el pasto…espero que el protector contra agua de verdad funcione
Al entrar en la cabaña me di cuenta de cuan preparado lo tenía todo…de verdad creía que ahí podríamos vivir ambos...era antigua pero estaba habitable… ¿aquí es donde se había estado escondiendo? Me llevo a un cuarto y tras desacomodar un cajón sacó una toalla para comenzar a sacarme…como si fuera otra de sus estatuas…
-solo se mojó tu cabello- dijo secándome el rostro…no respondí…nisiquiera me moví, debí dejar que Zico llamará a la seguridad privada…¿Por qué soy tan testarudo? – estas creciendo mucho…eres un adulto pero sigues siendo hermoso – lo volteé a ver derramando una lágrima…su sonrisa se borró al verme llorar
-eres un cobarde – dije molesto , me veía con los ojos vacíos…parecía escucharme – esperaste a que estuviera solo por que sabes que no puedo defenderme...eres un cobarde Gd – escupí con odio
-¿cobarde? – repitió con la mirada vacía y una sonrisa de lado – Soy yo quien te dio casa y te sacó del país porque tu novio te había engañado…soy yo quien te consiguió un lugar en la mejor universidad de artes. Comprometí mi libertad para darte una nacionalidad y que pudieras estar tranquilamente aquí… ¿y aun tienes el coraje de llamarme cobarde?
-Me engañaste…me usaste para vengarte de Zico – respondí
-No lo menciones aquí…hice lo que tú me pediste …te saque del país y te ayude a estudiar en la universidad que querías…hice todo lo que tuve que hacer para mantener mi palabra Zelo – sentí calosfríos…si esa es lo forma en la que ve nuestra situación entiendo porque me tiene aquí- en cambio tú lo único que me prometiste fue que te quedarías a mi lado- volvió a hablar – y no pudiste cumplirlo…
-Cumplí mi promesa hasta que empezaste a hacerme a un lado
-no lo hiciste
-si lo hice
-¡no lo hiciste! – gritó tirando una lámpara que tenía al lado – pero no te preocupes…haré que cumplas tu promesa…- se fue dando un portazo…me acorruque en un costado de la cama para llorar…sé que está dando su versión de la historia…y en algunas cosas tiene razón…si se trataba de culpa estábamos en partes iguales…él único que no tenía nada que pagar era Zico…nosotros lo incluimos a la fuerza.
La puerta se abrió pero no entró, supongo que era una invitación a que saliera del cuarto…recargue mi cabeza en la pared …un par de horas…solo un par de horas para que Zico me encontrara y esto acabe. Me mantuve en la misma posición esperando pero por lo menos dos horas después no llegaba nadie…y la noche estaba fría…sobre todo en los campos la temperatura desciende mucho y el frío no le hace nada bien a mi herida, con cuidado baje de la cama y recargándome en la pared para caminar…todas la luces a excepción de una estaban apagadas…caminé hasta ahí, era la cocina…él estaba sentando tecleando en la laptop…al verme la cerró fijando la vista en mi
-te-tengo frío- dije recargándome en el marco de la puerta, se levantó y me paso por el lado
-sientate- me ordenó antes de salir, no es como que pudiera salir corriendo, me senté en la silla frente a la laptop…me preguntó que hacia, antes de que mi curiosidad me convensiera de encenderla volvió , era mejor así…no quería que se pusiera violento
-con esto bastara – me paso un cobertor por los hombros, acerco su silla a mi y se sentó frente a mi…
-aquí es donde has estado viviendo? – pregunté , él se rió
-no cariño…estoy viviendo en un hermoso pent-house en el centro de París – me quedé atonito..-pareces sorprendido cielo
-pe-pero la policía te esta buscando…en Corea y aquí …como- se rió estirando su brazo para acariciar mi rostro
-no zelo…no te dejes engañar yo puedo ir y venir como me plasca…los políticos se venden muy barato – no pude evitar sentirme decepcionado…pero puedo asegurar que no esta mintiendo - Deja de preocuparte por eso…Hay una bonita isla que le pertenece a mi familia y ahí podremos vivir tranquilos
-planeas mantenerme cautivo por el resto de mi vida entonces – rió alejándose un poco, iba a decirle algo más pero un calambre me interrumpió…me dolía la pierna y mucho
-¿duele? – preguntó y asentí, enseguida se levantó y de la nevera saco un maletín, lo abrió en la mesa…no me lo podía creer eran las mismas medicinas que estaba tomando…sentí escalofríos ¿Cómo rayos sabe eso? - ¿sorprendido?- dijo pasándome un vaso de agua- Soborne a uno de los enfermeros que trabaja en el hospital del rubio…¿Cómo creías que me dejaron entrar hospital cuando fui a verte? – no dije nada…me rompía el corazón…- Te llevaré al cuarto …nos iremos dentro de un par de horas…-me cargó hasta el cuarto y me dejó en la cama…no sin acostarse a mi lado claro.
-¿parece que tienes el mundo en tus manos no es así?- dije viendo el techo…
-no te lo parece…lo tego…podría hacer un llamado y en horas Zico estaría flotando en el océano – mis labios temblaron…no quería volver a llorar – pero si lo hago probablemente morirías de tristeza ¿cierto? – asentí derramando un par de lágrimas – No llores amor…me gusta más cuando sonries- estaba muy cerca mio…tenia recargada su frente en la mia…yo no podía dejar de llorar…se quedo asi durante unos minutos…me sentía débil…para colmó los calmantes me daban sueño- si te soy sincero …yo también me sentí aterrado al principio –abrí los ojos – Cuando me dejaste esa vez en nuestra casa de corea…me engañe mil noches pensando que volverías…pero no lo hiciste – vi una lágrima caer por su mejilla – Mis padres me han dejado de hablar – dijo con odio en su voz – mis amigos se alejaron cuando supieron lo que hice…incluso Cl…ella me pidió que me alejará de ti…eres todo lo que me queda...- se me formo un nudo en el estómago…
-¿recuerdas aquella vez que me acompañaste a la cena en casa de Taeyang? – rió asentí, sus manos tomaron mi mandíbula acariciándome – te veías hermoso en el traje a cuadros…no puedo dejar de verte en mi memoria una y otra vez de esa forma – no podía más, comencé a sollozar llorando de nuevo- o en tu primera pasarela ¿lo recuerdas? Ninguna de las modelos se veía tan hermoso como tu …no llores más…mi amor, siempre te recuerdo sonriendo
-lo lamento – me disculpe…no puedo culparlo …no está bien…yo se lo que es sentirse abandonado…si él en ese momento cuando estábamos juntos me hubiera abandonado probablemente yo también hubiera enloquecido…aparte que Cl me lo dijo hasta el cansancio y yo vi sus problemas de personalidad , él no estaba bien
-no tienes porque…estas aquí – cerró los ojos abrazándome
-si…si me quedo – tartamudee- ¿prometes que iremos al doctor? – se alejo un poco viéndome confundido
-¿tus revisiones?- negué
-Tienes que ver a un medico para que te sientas mejor…tienes que prometerlo – asintió y emocionado me abrazó…sentí sus labios sobre los mios, nunca me sentí completo estando a su lado…pero estaba solo…necesitaba ayuda o…o podía acabar muy mal. Nos separamos y escuchamos un ruido en la entrada…él sonrió.
-Llegaron por nosotros – dijo tomándome del brazo y llevándome de la mano fuera del cuarto…no podía moverme mucho…estaba agotado y la medicina estaba surgiendo efecto.
-¡zelo!- escuche mi nombre haciéndome despertar , elevé la vista y vi a Zico en la puerta de entrada…iba a acercarse pero en un segundo Gd me coloco dentrás de él y sacó una pistola de su pantalon apuntándole directo…Zico se quedó quieto
-baja el arma- escuchamos una voz detrás de Zico habia muchos policías que nos apuntaban – suelta al chico y deja el arma en el piso – apretaba mi mano fuertemente,de la nada comenzó a reírse a carcajadas
-¿los escuchaste amor? – me dijo colocándome frente a él – Quieren apartarte de mi –paso su brazo por mi cuello acercándome a él –no se los voy a permitir no te preocupes – beso mi mejilla y lo escuche disparar…había herido a un policía pude verlo mientras me llevaba arrastras hacia la puerta de atrás…mi mirada se conectó con la Zico por unos segundos, estiré el brazo como si pudiera alcanzarlo.
Salimos a la parte de atrás y me hizo correr hacia el campo…escuche disparos ni siquiera se cómo la pierna me deja moverme bien, ellos venían tras de nosotros pero les llevamos ventaja. Al fondo del establo había una camioneta…seguro la tenía en caso de que pasara algo.
Las balas seguían lloviendo a nuestro alrededor …pasaban cerca de él no de mi…tenía que hacer algo…como si fuera otra broma del destino nos caímos , él se levantó rápido del piso pero yo no pude…fueron segundos pero se dio cuenta que no podía seguir, repito que fueron segundos pero los viví en cámara lenta, una de las balas le dio en el costado haciéndolo doblegarse…grité aterrado…me vio dudando…cayó en cuenta de que estaba acorralado, su mano sostenía la mía
-entrégate- dije apretando su mano – podemos sanar juntos…Jiyong ah…ríndete porfavor- lo pensó un segundo pero ellos no se detenían…negó soltándome…vi en su mirada temor
-regresaré por ti – dijo corriendo en dirección a la camioneta, grite su nombre muchas veces …otra de las balas le dio en el hombro , me levanté como pude y fui tras los policías -¡deténganse! ¡Dejen de disparar! – grité aventando a un par pero los demás me pasaron por el lado para perseguirlo…escuche la camioneta arrancar y enseguida un gran ruido, zico me detuvo
-zelo, todo está bien ya, todo acabó – negué tratando de soltarme
-¡ji ho suéltame! – le grité zafándome, no me entendía me vía confundido- ¡ No es malo ,está enfermo, me necesita! ¡Lo van a matar! ¡Diles que dejen de disparar! – dije y justo escuche un gran estruendo, Zico y yo nos miramos al dejar de escuchar los disparos, lo solté y corrí hacia donde estaba la camioneta…todos los policías estaban en el borde de un acantilado…al asomarme vi la camioneta en el fondo. Me helé…e inconscientemente traté de ir hacia él, si no fuera por los brazos de Zico me hubiera lanzado al barranco…él me volteó para impedirme que viera, lo abracé mientras gritaba aterrado en su pecho…él no era malo…