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Recuérdame por onepiecelove

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Notas del capitulo:

Hey, ¿cómo estáis? 

LO SIENTO, siento tardar en actualizar. La verdad es que el capítulo tenía que haber sido subido desde hace un par de semanas pero el problema era mi madre ¬¬ Cuando me veía con el portátil o me lo quitaba o me obligaba a estudiar .THUG LIFE

Bueno, me callo y os dejo leer.

 

 

 

-Lo lamento pero sólo nos queda una habitación con una cama matrimonial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace casi una hora que habían llegado al famoso “pueblo vecino”, habían caminado y caminado hasta que encontraron el único hotel del lugar. Estaba lloviendo por lo que no había nadie en la calle. Estaban empapados y no tenían otra opción: se quedaron con la habitación.

 

Era espaciosa, tenía la cama vestida de sábanas color crema, un sofá marrón de no más de metro y medio de largo, tenían un baño , el armario empotrado a la pared, dos mesitas de noche con una lámpara cada una. Una habitación acogedora, sí señor.

 

-En el armario encontraréis toallas. Y aquí está la llave.

-Gracias -dijo el ojeroso cogiendo la llave.

 

Cuando el recepcionista se fue, ambos soltaron sus maletas.

 

-Yo dormiré en el sofá.

-Pero Law, tú no cabes en él.

-Dormiré en el sofá, no hay más que hablar. Voy a darme una ducha.

-Vale...

 

Luffy miró a Law con el ceño fruncido mientras se dirigía al cuarto de baño. Se dejó caer sobre la mullida cama. Miró su móvil que gracias a Dios no se había mojado, tenía mensajes y todos pertenecientes a la misma persona, todos de Hancock. Decidió leerlos todos con calma.

 

 

 

 

 

 

“Luffy, ¿dónde estás?

 

Hancock”

 

 

 

 

 

 

 

 

“Tu hermano me contó que no ibas a regresar a casa con nosotros ¿por qué?

Ten cuidado, Hancock”

 

 

 

 

 

 

 

 

“¿Es por mí? ¿Te has ido por tu cuenta por algo malo que haya hecho yo? Si es así, dímelo.

 

Espero tu respuesta, Hancock”

 

 

 

 

 

 

 

“Luffy, me gustaría hablar contigo pero será cuando llegues a casa y así hablar correctamente en persona. Me disculparé por lo que haya hecho, hasta el momento, te prometo que reflexionaré aunque creo saber el motivo pero no estoy segura. En cuanto llegues a casa llámame.

 

Te quiero, Hancock”

 

 

 

 

 

 

Después de leer esas palabras quedó como embelesado reaccionando con el dolor provocado de la caída de su móvil sobre su cara. Dios, sí que dolía. Cogió de nuevo su móvil y dejó caer su mano a su lado como si estuviese muerto.

 

Ya había escuchado “te quiero” de parte de ella pero ahora no era lo mismo. Le gustaba, sí, pero ahora como si le incomodase escucharlo. ¿Es que acaso no sentía lo mismo que ella hacía él ? Se mordió el labio inferior porque sabía la respuesta. El sentimiento no llegaba al mismo nivel y seguramente no fuese del mismo tipo.

 

La salida de Law del baño interrumpió sus pensamientos. Ese sujeto se apareció con una toalla cubriendo sus caderas hacia abajo.

 

-Olvidé mis cosas. Pasa y así yo puedo vestirme aquí.

 

Luffy asintió. Cogió su mochila y se metió en el baño. El vapor del agua caliente inundaba el cuarto. El espejo del baño estaba empañado, Luffy limpió lo suficiente para poder ver su enrojecida cara. Abrazó su mochila con la intención de calmar su agitado corazón. No sabía qué le estaba ocurriendo últimamente, no era la primera vez que le pasaba eso pues en la caseta le pasó más de una vez.

 

El agua caliente recorriendo su piel era más que relajante, creía que podía permanecer toda la eternidad bajo el agua pero sus dedos estaban más arrugados que unas uvas pasas haciendo que abandonara la ducha.

 

Cerró la puerta del baño con sumo cuidado.

 

-Deberíamos bajar al restaurante a cenar -la voz de Law lo sorprendió de sobremanera.

-Vale.

 

.

.

.

.

 

 

Ambos estaban sentados, uno enfrente del otro. Seguramente su mente le estaba jugando una mala pasada ya que sentía que era la segunda vez que estaban así, en un restaurante cenando los dos solos.

 

Ese incómodo silencio que los envolvía le estaba quitando un poco el hambre, pero solamente un poco. Dejó su muñeca derecha reposar sobre el filo de la mesa y le preguntó a Law sobre él. Él mismo le había propuesto ser amigos pero la verdad ea que no sabía prácticamente nadad de él. No fue tarea fácil puesto que el otro no se abría pero no fue un fracaso, en lo absoluto. Pudo averiguar cosas de su pasado, de un tipo al que llamaba Cora-san, que se graduó con las mejores notas en la facultad de Medicina de la ciudad en la que actualmente residían ambos, que odia el pan aunque eso ya lo sabía...Mas bien lo presentía.

 

A Law le contó que ni Ace ni Sabo eran hermanos de sangre, ambos adoptados. Al principio los tres tenían el mismo apellido pero cuando Ace cumplió la mayoría de edad decidió llevar con gran orgullo el apellido de su difunta madre quien falleció dando a luz a su recién nacido hijo, su padre había muerto antes de su nacimiento y al ser gran amigo del padre de Luffy, éste decidió acoger a ese niño como si fuese su sangre. Sabo le contó que sus padres lo maltrataban y por eso les fue arrebatada la custodia. En algún momento de su vida conoció a Ace convirtiéndose en grandes amigos. La familia Monkey D dijo: ¿Y por qué no? Y acabaron por darle la bienvenida a un nuevo miembro de la familia.

 

Puede que sea la primera vez que Law escuchase la vida de otro tan atentamente que hasta él se sorprendió.

 

.

.

.

.

 

La hora de dormir llegó y Law estaba acomodándose en el sofá. Luffy miraba al ojeroso con el ceño un poco fruncido, no estaba de acuerdo conque el mayor durmiese en el sofá.

 

-Law, insisto -cortó el silencio -Deberías quedarte tú con la cama.

-Tch, eres una molestia. Cállate de una vez y duerme.

-No lo haré hasta que te metas en la cama.

-¿Qué?

-Lo que he dicho. Durmamos juntos. Eres tú el que está pagando por la habitación y no es justo que seas tú el que no duerma cómodamente. Además...no sería la primera vez que tú y yo dormimos juntos.

 

Law sintió su cara arder. Luffy también.

 

-Digo...en la cueva dormimos los dos juntos, ¿no? -aclaró las cosas y menos mal que lo hizo ya que a Law le vinieron a la cabeza imágenes del pasado.

 

El ojigris lo pensó durante un minuto. Se metió a la cama de una vez cubriéndose con las sábanas. Dios, esa cama era jodidamente cómoda. En verdad hubiese sido una putada haber pagado sin disfrutar de ese glorioso colchón.

 

-Bu-buenas noches -dijo Luffy apagando la lámpara de su lado

-Buenas noche -contestó Law imitando lo que hizo el menor con una sonrisa en su cara.

 

….....

 

 

 

 

 

 

…......

 

 

 

 

 

 

 

….......

 

Sus ojos se abrían lentamente. Su corazón comenzó a bombear sangre a todo su cuerpo con una velocidad mayor a la normal. La cara de su amigo estaba a pocos centímetros de la suya. Sonrió porque se dio cuenta que aún dormido él lucía enfadado. Sintió como si una agua le perforase la sien derecha y una serie de imágenes nacieron en su cabeza. En una de ellas apareció Law sentado en lo que parecía ser un despacho, vestía un abata blanca y unas gafas de pasta negra, parecía estar ojeando unos papeles.

 

“Guapo” pensó.

 

¿En qué estaba pensando? ¿Qué le estaba pasando?

 

Por favor, era su amigo, un hombre. Se sentía como una adolescente, una adolescente...¿enamorada? Ni de coña, ¿cómo pudo comparase con una adolescente enamorada? Por favor....

 

Sintió sus ojos pesados y volvió a dormirse.

 

.

..

 

Un ligero tambaleo.

Un ligero tambaleo que se convirtió en un terremoto para sus órganos internos.

 

-¡Despierta!

-¡Waaa! -se sentó de golpe sobre la cama y por eso su vista se nubló un poco -¡Me has asustado!

-Es hora de levantarse o si no no nos dará tiempo a dar una vuelta por el pueblo.

-¡Es verdad!

 

Y a la velocidad de la luz Luffy entró al baño.

 

..

.

Después de desayunar salieron del hotel dispuestos a conocer el pueblo ese. No era muy grande pero era bonito aunque no tan interesante, perfecto para vivir cuando tenías una edad muy avanzada y la ciudad empezaba a ser más que agobiante y molesta.

 

Se sentaron en un parque a comer un helado.

 

Una niña se apareció frente a ellos llorando. Tenía el pelo verde, vestía un vestido blanco con lunares verdes y traía consigo una cesta llena de jugosas y apetitosas uvas. Luffy, preocupado, se acercó a la niña, Law le siguió.

 

-¿Qué te pasa, pequeña? -le preguntó el monito

-M-me he perdido – la niña seguía con el berrinche

-Luffy, déjala y vámonos.

-No me dejéis por favor...T-tengo miedo -imploró la pequeña niña

-No puedo dejarla aquí sola.

-Da igual, alguien la encontrará y-

-¡No me gusta él! -dijo la niña señalando al ojeroso y llorando una vez más -¡Me da miedo!

-Law, no la asustes. ¿Cómo te llamas?

-Sugar...

-Vaaale, Sugar. ¿Cómo es tu mamá?

-Ella...es muy guapa y tiene el pelo verde....sus ojos son como la miel.

-Vale, busquemos a tu mamá.

 

Luffy cogió de la mano a la niña y la guió por todo el parque. Vieron a una mujer de pelo vede y ondulado y supuso que ella era la madre de la niña. La mujer parecía angustiada y no paraba de mirar por los alrededores y gritar “Sugar”. Sí, era su madre.

 

 

-¡Disculpe! -llamó la atención de la mujer -Creo que hemos encontrado a la pequeña Sugar

-¡Mamá! -la niña corrió a abrazar a su madre

-Muchas gracias por cuidar de ella. Yo...estaba hablando con una miga y de repente ella ya no estaba. Muchas gracias, en serio.

-No se preocupe, pero tenga más cuidado la próxima vez.

 

La mujer asintió.

 

-Hermanito, toma -Sugar le estaba dando la cesta -Para ti.

-Gracias- Luffy cogió un puñado y se fue junto a Law a quien le dio la mitad de las uvas.

-Gracias....Será mejor que vayamos al hotel a por nuestras cosas.

-Vale. Oye... A ti no te gustan muchos los niños, ¿verdad?

-Son una molestia.

-Pero si tu también fuiste un niño.

 

Law no dijo nada. En ese momento estaba recordando a su pequeña hermana, Lami, ella sí que era una verdadera monada y la niña más linda que nunca ha conocido. Sintió sus ojos humedecerse y no pudo evitar que unas lágrimas recorriesen su rostro. Eso era doloroso.

 

-Law...siento si te he ofendido, no era mi intención -dijo un apenado Luffy

-No...es sólo que recordé a mi hermana, Lami. Vayámonos ya.

 

.

.

.

.

 

Recogieron sus cosas del hotel para dirigirse a la parada de autobuses a esperar el suyo.

 

El ir de aquí para allá trajo sus consecuencias: Luffy se quedó dormido. El pequeño monito descansaba sobre el hombro del mayor quien observaba el sereno rostro. Parecía tan frágil y delicado en ese momento, tenía miedo de despertarlo, no quería hacerlo ya que en cuanto abriese los ojos, se iría de su lado. Pensar eso hacía que su pecho se sobrecogiese, pensar eso hacía que su pecho doliese.

 

Maldita sea, eso no podía estar pasando. Hizo todo lo posible a lo largo de su vida para que no pasase eso pero fue imposible.

 

De reojo volvió a ver al chiquillo y después a su mano que estaba sobre su muslo. No pudo evitar tocarla con la yema de sus dedos, era cálida. No sabía cómo pero su mano ya estaba totalmente sobre la otra, aferrándola. Luffy cerró su mano haciendo que su corazón se sobresaltara. Apoyó su frente sobre el cristal de la ventana y cerró los ojos.

 

Despertó justo antes de pasarse la parada en la que debía bajarse. Aún aferraba la mano de Luffy y con sumo cuidado la soltó. Lo despertó.

 

-Ya hemos llegado. Esta es mi parada así que yo me bajo. Hasta luego.

 

Dicho eso se bajó con su maleta, se volteó a ver cómo Luffy se alejaba pero no podía verlo, era extraño. ¿Pero qué cojones? ¡Pero si lo tenía ahí delante!

 

-¿Qué...¿Por qué te has bajado?

-¡Aún no quiero regresar! Déjame quedarme un día más contigo....por favor.

 

Dios...esa cara otra vez, esa maldita cara otra vez. La cara que le mostraba en ese momento era la misma de esa noche cuando le pedía que le dejase quedarse en su sofá por esa noche. Sería un completo gilipollas como para volverle a hacer lo mismo, era obvio que no quería regresar a su casa y estaba completamente seguro que no lo haría fuese su respuesta un “no”. Tal vez, sólo tal vez Monkey D Luffy podría correr con la misma suerte. No sería tan hijo de puta, no esa vez.

 

-Vale. Pero mañana regresas.

-Trato hecho.

 

Era peligroso tenerlo tanto tiempo cerca porque aún no lo olvidaba, llegaría el día en que no serían más que simples conocidos e incluso harían como si nunca se hubiesen visto, el día en que Law se aleje de él para siempre.

 

.

..

..

.

Aún tenía comida en su nevera, no hacía falta hacer la compra, menos mal. Ya era la tarde, prácticamente de noche. Luffy le ayudó a hacer la cena, tenía que admitir que fue un poco divertido , la compañía del otro era agradable, creía que no podía necesitar nada ni nadie más para vivir en paz y armonía.

 

Tenía que quitarse esa jodida idea de la puta cabeza. ¿Es que acaso estaba drogado? Si es que ya no sabía qué coño pensaba.

 

 

Después de cenar decidieron ver una película, de lo que iba no importa pero al final los protagonita bailaban el vals.

 

-Law...

-¿Qué?

-¿Tú sabes bailar?

-¿Eh?

-Sí, el vals, ¿sabes?

-Eeem,,,Sí

-¡Enséñame!

 

Luffy se levantó del sofá y apartó la mesita de centro, cogió a Law de la muñeca y estiró de él levantándolo así del sofá.

 

-Venga.

 

Law soltó un largo, largo suspiro. Buscó en youtube música adecuada.

 

-Yo te guiaré.

 

Se acercó a él, colocó una de sus manos en la cadera del otro y con la otra guió una de sus manos a sus hombros y cogió la otra.

 

-Sígueme.

 

Luffy miraba los pies del otro que se movían con facilidad y fluidez, era asombroso. Y más porque su cara no cambiaba aunque le pisara repetidas veces.

 

-Lo siento...

-Ahora vas a girar.

-No, espera.

 

Y en efecto, Luffy no estaba preparado para girar ya que cayó llevando a Law consigo.

 

-Lo siento -dijo el menor que estaba mirando los grises ojos del otro y el dueño de esos ojos miraban los suyos.

 

Ninguno se movía, tampoco es que quisieran. Ninguno de los dos se daba cuenta de que la distancia entre ellos se acortaba poco a poco. Law se detuvo ¿Qué estaba a punto de hacer? Se levantó y ayudó al otro.

 

-Las clases de baile se acaban por hoy. Voy a ducharme.

-Va-vale.

 

 

El corazón de Luffy no iba a cien por hora, iba a mil por hora. Tenía calor y sentía su cara arder, estaba jadeando, le era difícil respirar. Lo más raro es que él no quería que Law se detuviese. Pero si él estaba con Hancock...¿Por qué piensa en otra persona?

 

-Dormirás en el sofá, es lo suficientemente grande y cómodo.

-Vale.

-Toma, una almohada y una manta.

-Gracias...Buenas noches.

-Buenas noches.

 

Hace una hora que las luces de la casa habían sido apagadas, hace una hora que estaba sobre ese mullido sofá. Decidió levantarse y beber un poco de agua. El pasillo oscuro esta allí, atrayéndolo. Caminó hasta quedar enfrente de la habitación de Law.

 

¿Estaría dormido?

 

Seguramente a que se escuchaba una respiración suave y constante.

 

Entró, quien sabe para qué.

 

Ahí estaba él durmiendo, con el torso al aire y una sábana cubriendo su cuerpo de cintura para abajo. Eran tan extraños aquellos tatuajes de su cuerpo pero le gustaban, no sabía por qué pero le gustaban.

 

Ya estaba frente a él, le rogaba a Dios que el otro no se despertara. Le veía dormir. Se puso de rodillas a su lado.

 

 

“Perdóname Hancock.... Obedeceré a mi corazón por esta vez”

…..

…..

…..

 

 

Él no era de dormir mucho y menos cuando en la sala de estar de su casa estaba Luffy. Simplemente estaba recostado sobre su cama a ver si le venía el sueño y se dormía de una puñetera vez.

 

Escuchó unos sigilosos pasos. ¿Qué cojones hacía allí ?

 

Daba un poco de cague sinceramente.

 

Lo sentía a su lado, era mejor no moverse.

 

¿Qué pretendía hacer?

 

Se estaba desesperando, y mucho. Tenía la necesidad de mover la pierna pero no quería quién sabe porqué.

 

De repente sintió algo suave sobre sus labios, no podía ser eso. No, era imposible.

 

Pero era difícil creer que estaba siendo besado por el otro.

 

Es verdad que lo estaba deseando y más ahora que sabía que era lo que sentía, sabía que se sentía atraído hacia él, posiblemente se había enamorado. Pero eso era algo que no debía saberse.

Notas finales:

Sé que no es la gran cosa y menos aún con la larga espera pero aún así espero que os haya gustado, aunque sea un poco.

Besos a mis lectores!


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