La camioneta y el automóvil siguieron un trayecto asfaltado. Alrededor de la ruta había pendientes muy inclinadas y un mal manejo haría que el automóvil rodara hasta abajo. Shion con el cinturón de seguridad puesto miraba hacia la ventana y aparte de verse puros árboles forrados de nieve , ya tenía una idea en mente.
Los matones que estaban al lado del escorpiano y del acuariano, primero los esposaron y luego sacaron las típicas telas negras para cubrir sus cabezas. Camus se dejó poner sin queja alguna, pero Milo gruñó y miró iracundo a su secuestrador que igual logró ponérsela. El mismo sujeto que estaba cerca de Milo se sentaba detrás de Shion y sacó otra tela para ponérsela al ariano. Cabe destacar que todos tenían sus cinturones de seguridad.
-Usted está muy tranquilo doctor- comentó el chofer que lo miraba de reojo pero que tenía fija la vista en la pista. Shion le miró y cuando la cabeza del aries estuvo por ser cubierta por la tela, el chofer volvió a hablarle.
-No haga algo estúp..- pero no consiguió terminar la oración porque Shion reaccionó y giró el volante hacia la izquierda. Se recostó en las piernas del chofer e hizo lo posible para alcanzar la perilla que permite desactivar la tranca de las puertas. El peliverde recibió un codazo en su espalda pero debido al brusco movimiento de la camioneta le estaba costando tocar la perilla con la diestra.
-¿Qué...demonios..?- gritó el que estaba al lado del peliazul y Milo no desaprovechó la oportunidad para golpearle con la cien al contrario, logrando que se mareara. Así también se quitó rápidamente la tela.
Camus pudo despojarse de la tela que tenía en la cabeza y le dio un puñetazo a su desagradable acompañante, cuando éste intentó hacerle daño. El tipo al recibir el impacto en el rostro, rompió con la cabeza el vidrio de la ventana desmayándose.
El contrincante del escorpiano era más arisco y al reponerse, sacó su arma que tenía escondido a nivel de la cintura. Apenas sostuvo en la mano derecha el arma y el heleno le agarró de la muñeca para mantener el arma hacia arriba. El matón de los nervios disparó hacia el techo.
El automóvil que seguía por detrás a la camioneta empezó a acercarse. Shion levantó un poco la mirada y notó eso al ver a través del retrovisor. Entonces pudo tocar la perilla de la puerta y con un simple movimiento logró desactivar la tranca de las demás puertas. La camioneta poseía comando automáticos, por lo tanto en la puerta del chofer estaba la perilla que controla a las demás y si ésta se cerraba, todas lo harían. No había posibilidad de abrir a menos que lo desease el chofer.
-¡Eres un imbécil!- gritó el conductor al peliverde y Shion antes de alejarse de él, consiguió quitarle el arma e iba a usarlo para apuntar al contrario pero el otro giró bruscamente hacia la derecha, y al ariano se le resbaló la pistola. Pues al no sostener nunca una, no supo cómo agarrarla con firmeza. Para mayor desesperación del conductor su celular empezó a sonar y de seguro eran sus colegas que estaban en el automóvil de atrás. Giró el volante a la izquierda para que su compañero tuviera ventaja y pudiera liberarse del griego.
Por otra parte, Milo y Camus unieron fuerzas y aunque el repentino movimiento liberó por un momento al sicario, los dos acorralaron al matón que seguía inquieto con el arma en la mano.
-Doctor, te creí más listo..¿En verdad crees poder escapar vivo o siquiera salvar a los de atrás?- preguntó burlón el conductor. Shion rechinó los dientes y arrugó la nariz.
-Ahora, recoge el arma que se te cayó y devuélvemela. Hazme caso y perdonaré tu falta- añadió y enfocó la mirada en el aries pero se olvidó que pasó al carril del sentido contrario, entonces vio a un grueso tronco de árbol recostado en el suelo.
-Mierda- exclamó el conductor y del susto apretó el acelerador, además de esquivar hacia la izquierda. Logrando así que la camioneta se resbalara gracias a la pista resbaladiza y volcó al caer por la pendiente.
La camioneta dio muchas vueltas pero quedó con las ruedas hacia arriba y atascado por algunos árboles, que sirvieron como freno en la peligrosa pendiente inclinada. Todos perdieron la conciencia por unos minutos y el primero en despertar fue Milo, jadeó de dolor al encontrarse de cabeza porque la acumulación de sangre en su cerebro hacía que tuviera jaqueca. Llevó su siniestra a su cien y tenía un poco de sangre. Tardó en reaccionar porque se sentía mareado pero cuando consiguió concentrarse en salir, se despertó Shion que meneó la cabeza y tenía pequeños pedazos de vidrio incrustados en su rostro. El peliverde tenía una gran cantidad de cortes finos en el rostro y raspones.
El ariano ladeó hacia el chofer e intentó moverse, le costó abrir la puerta porque la tierra se acumuló al otro lado. No salió por la ventana porque quedó varias partes del vidrio puntiagudo(con formas de triángulo) imposibilitando la salida. Utilizó gran parte de su fuerza para abrir la puerta y con mucho esmero pudo hacerlo pero no por completo, sino hasta la mitad. Se quitó el cinturón de seguridad y con la ayuda de los codos pudo arrastrar su cuerpo hasta liberarse.
El peliazul movió al aguador pero no respondía y le quitó el cinturón de seguridad como también el que lo sostenía. Shion fue hacia el lado de Milo y como el vidrio de la ventana se rompió por completo debido a la caída, se acercó y le dijo
-¿Están bien?-
-Camus no despierta-
-Agárralo con cuidado, te ayudaré a salir a ti y tu lo arrastrarás- comunicó el aries. El lado contrario donde permaneció Camus estaba obstruido por completo. Por lo tanto sacarlo de ese costado era imposible. La hazaña no fue fácil de realizar. Shion sacó al matón primero porque Milo no podría salir y para colmar la suerte de ambos, escucharon un líquido derramarse.
Tuvieron que ignorar aquel ruido, Milo salió y logró sacar al acuariano, quien apenas fue recostado en la fría tierra y entreabrió los ojos. El escorpión tocó su rostro con delicadeza mientras que el peliverde dejó el cuerpo inconsciente del bravucón cerca de la camioneta.
Shion ingresó la mitad de su cuerpo en la primera cabina de la furgoneta y agarró el arma que estaba medio escondido (el que se le había caído), tiró el arma hacia afuera y cuando volvió la vista al conductor, éste le sujetó del antebrazo.
El contrario murmuró algo inentendible y el aries empezó a jalar para sacarlo.
A Camus no le pasó nada y abrazó a Milo. También le limpió con la manga de la ropa el rastro de sangre que tenía el heleno en su cara. El francés tenía unas raspaduras en su frente, no sufrió tantos daños ni se golpeó fuertemente la cabeza -un verdadero milagro-.
Entonces el auto se movía lentamente. Una mala señal. El peliazul se levantó, revisó y se percató que el rodado se estaba resbalando.
-¡Aléjense el auto se resbala!- advirtió fuerte Milo y jalo del brazo a Camus para apartarlo quien trataba de auxiliar al sicario que estaba fuera de la camioneta. Pero el escorpión vio que Shion hizo caso omiso al aviso. Obviamente se le acercó y le obligó a salir.
-¿No me escuchaste?- protestó el escorpiano pero el ariano estaba empecinado a salvar al individuo. Era doctor y no acostumbraba a rendirse fácilmente.
-Camus ayúdame- gritó y el aguador colaboró en sacar por la fuerza al peliverde. Hasta el mismo francés se olvidó de alejar al hombre que estaba fuera del automóvil. El aries quiso liberarse de ellos pero no pudo y los tres se alejaron prácticamente corriendo.
Entonces el auto se resbaló por el peso, destruyendo el tronco más débil de los árboles y los sicarios fueron arrastrados, de seguro estaban muertos.
-¿No pudieron por lo menos salvar al que estaba afuera?- preguntó enojado Shion, quien observó la situación.
-Estaba desesperado y me olvidé por completo- dijo en su defensa Milo.
-También yo, intenté apartarlo pero pesaba mucho- argumentó Camus.
-Además, ¡Deberías de agradecerme, te salvé la vida!- elevó la voz el peliazul y miró enojado al peliverde.
-Tsk, todo se echó a perder- susurró y Shion ladeó el rostro a un lado, frustrado. Pero se levantó y se limpió con la manos la suciedad en su ropa.
-La idea no era matarlos, tenía planeado someterlos y ir a la agencia donde esta la Interpol-
-Pero nos seguían Shion- opinó el peliagumarina
-Quería arrojar al chofer en la ruta y tomar el volante. Luego vería la manera de perder a los otros- espetó el aries y frunció más el ceño
-¿Y ahora qué haremos?- preguntó Milo
-Estamos en las mismas que antes, sin opciones. No sobreviviremos si nos quedamos en este lugar, si oscurece moriremos de frío. Esta carretera no es muy concurrida por lo que ver pasar a otro automóvil será difícil- comunicó el francés
-Ahora entiendo, los Smirnov no deben estar lejos y su escondite está cerca- comentó Shion con una mirada muy seria, mirando hacia arriba. Específicamente a una antena ancha igual a las antenas de radio. Luego el peliverde señaló hacia la antena llamando la atención de los presentes, porque se podía divisar una de lejos.
-Ese tipo de antenas con semejantes cables a su alrededor hace que las comunicaciones fallen. Es decir que no se podrá realizar ninguna llamada-. La verdad ninguno de los tres tenía un celular consigo, pero si de casualidad encuentran uno no funcionará.
Shion se apartó de los jóvenes y encontró con la mirada el arma que había tirado. Ahora que se recordaba. Milo y Camus seguían esposados, él tenía las manos libres. Miró el arma muy pensativo y halló una solución, por lo que cogió el artefacto y se aproxima frente a la pareja
-Vincent es más astuto de lo que imaginé y si no cambiamos el rumbo del juego a nuestro favor, él ganará-. El aries creía que Vincent estaba al frente de todo e ignoraba que era Isaak quién usaba la imagen de su hermano para hacer de las suyas.
-¿Cómo que juego, a qué te refieres?- interrogó Milo y entonó con fuerza la palabra “juego”. ¿Desde cuándo están jugando? ¿Acaso esto era un juego de supervivencia? La simple idea empezó a desagradar al griego.
-Escuchaste bien. Tiene una mente retorcida y lo sé porque se ha comunicado conmigo, incluso usa esos términos sutilmente. Él fue responsable de mi despido como director del hospital luego de poner explosivos en el lugar y hacer estallar una en el estacionamiento. Seguramente uno de los dueños del hospital recibió órdenes de los Smirnov y convenció al resto para despedirme. Después me obligaron a terminar con Dohko, caso contrario iban a matarlo. Y para completar mi mala suerte, recibí una única recomendación y me trasladé a trabajar en un hospital de Francia. ¿No es mucha coincidencia? Lo planeó desde un principio-
-Mafioso tramposo- insultó el peliazul pero Camus conocía a Vincent, él no usaba este tipo de métodos.
-No sé que quieran de mí pero me han quitado lo más valioso. Así que lo mínimo que puedo hacer, es darle un nuevo rumbo a mi vida y acabarlos-
No muy lejos de ellos oyeron unas voces gritando, seguramente eran los matones que estaban en el automóvil que seguían a la furgoneta y los estaban buscando.
-Para que la Interpol sepa que ustedes están aquí, uno de nosotros debe ser aliado de Vincent y lograr hacer contacto con el exterior- comentó muy serio Shion y su mirada estaba oculta. Entonces el arma que sostenía en la mano le apuntó a los dos.
-Seré el traidor y actuaré como tal. De ahora en adelante tendrán que considerarse mis enemigos.-
-No Shion, no hagas eso es peligroso ¿Y si no te creen?- comentó Camus
-Haré lo que me pidan. Seré cauteloso así que desconfíen de mí a partir de ahora.- dijo el ariano y bajó el arma, se acercó al peliaguamarina tranquilamente y lo capturó como su rehén. Rodeó el cuello de Camus con el brazo y el ápice del arma en la cabeza.
Milo quedó sorprendido y apenas intentó acercarse pero Shion hizo un mohín de desagrado, luego movió un poco la cabeza indicándole que se alejara.
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Después de una intensa investigación interna, Saga logró dar con el traidor de la Interpol. El geminiano era muy astuto y observador, por lo que detectó al culpable. Dohko se encargó de tenderle una trampa y cayó obteniendo pruebas. Hubo mucho protocolo pero los demás agentes de la Interpol encerraron al espía y le agradecieron por su buen trabajo.
El pelirrojo estaba exhausto y fue a una oficina para relajarse en un acolchado sillón. Entregándose al cansancio y cerrando los ojos. Después de tres minutos aproximadamente vino Saga junto a él. Agarró una silla y se sentó al lado derecho del chino, le tocó el hombro para despertarlo.
-Hm- murmuró Dohko y le observó.
-Estás muy cansado. Pide permiso para retirarte un momento y duerme un rato.-
-Antes tenía más presión que ahora y aún así tenía energías para continuar-
-Entonces algo cambió-
-Sí, seguramente- y volteó el rostro a un lado, desviando la mirada de Saga
-Sabes que respeto a los homosexuales y mi hermano es bisexual. Pero, amigo mío, tu lo extrañas-
-¿Después de lo que hizo de mí? No, fue demasiado cruel. Esta vez se pasó- Dohko quedó muy dolido por el comportamiento de Shion. "Tal vez le perdone pero veo difícil volver con él" . Pero ni en sus peores pesadillas imaginaba que el ariano estaba involucrado con los criminales.
-....-
-¡Se fue sin decirme a donde iba! Ahora ni siquiera sé donde está. Se esfumó para que no lo buscara-
-Ánimo. Se que no es fácil pero lograrás superarlo-
-Gracias. Por el momento me concentraré en el trabajo para pensar menos en él-
Saga se levantó y salió. Dohko pensó qué estrategia usar para cooperar más efectivamente con la Interpol y atrapar a Vincent. Ese era el verdadero objetivo. Si los secuestrados seguían vivos sin ser enviados a otro país los rescatarían, pero para la Interpol ellos no eran prioridad, sino Vincent y su red de mafia.