Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FAVORITO (Jo Twincest) por Monnyca16

[Reviews - 102]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por el apoyo. los amo n_n

Capítulo 2

“Dormir juntos”

El aire acondicionado estaba helando completamente todo el departamento. Kwangmin tenía frío y no tenía cobija para cubrirse. Su hermano se había ido a su habitación, dejándolo solo en la sala, sin pijama,  sin almohada y sin frazadas. Además Kwangmin no podía dormir solo y se afligía totalmente.

—Youngmin... —bisbisó, asomándose lo suficiente para ver la habitación de su hermano mayor. Con el cuerpo al otro lado de la puerta y la cabeza sobresaliendo, lo encontró —. ¿Youngmin?

Su vocecilla se desplomó al recordar que su hermano le había prohibido hablar. Más arrepentido se sintió al ver el rostro cargado de indignación de Youngmin. Su cabello rubio estaba desparramado, despeinado,  y se encontraba sin camisa y en bóxer. Su mirada daba mucho miedo.

—Yo…Yo, lo siento. Lo siento mucho —habló angustiado, metiéndose de lleno a la habitación y sentándose en la cama, inconscientemente, sólo sintiéndose atraído por las almohadas y las sábanas. Amaba dormir en las camas grandes y esa parecía ser muy suave. Era muy propio de Kwangmin que actuara de esa manera tan despreocupada e ingenua, pero su hermano no lo aguantaba, principalmente por esa característica.

No tenían ni un día viviendo juntos y Youngmin ya estaba arrepintiéndose de haberlo albergado. Lo mejor hubiese sido ignorar a Dong y volver a su vida  normal.

—Levántate y vete —musitó, señalando la puerta.

Kwangmin se negó una y otra vez, mordiéndose el labio inferior, sacando de esa manera un puchero absolutamente blando.

—Me da miedo dormir solo, yo quiero dormir contigo. ¿Me haces un espacio?

—Lárgate —propinó con firmeza, apretando la quijada—. ¡Ahora!

Kwangmin volvió a negarse, subiéndose por completo a la cama y desplomándose como un gato travieso. Ante la situación, Youngmin entornó los ojos, frunciendo el ceño.

—Agarra tu pequeño culo y lárgate de mi casa. —Aunque su orden sonó lástimera, se llenó de fuerzas para alzarse de la cama y agarrar del brazo a su hermano, arrastrándolo de ese modo hasta la puerta del departamento. No le aguantaría una más, Kwangmin era un niñato que se aprovechaba de todo, jugando y dando lástima con la cara de ingenuo que mostraba. Pero no era ningún ingenuo, Youngmin no se lo creía. 

—Me duele, me duele mucho, Youngmin —protestó el menor, soltándose del agarre de su hermano —. Me estás lastimando y yo sólo quiero dormir acompañado de alguien. Tengo mucho sueño y me da miedo dormir solo. Por favor, yo simplemente me quiero dormir —agregó casi sin voz, dulce y pacientemente, tallándose los ojos con las manos gentilmente empuñadas.

Las palabras de Dong llegaron a la cabeza de Youngmin, haciéndolo casi rabiar por lo que diría, pero sólo era una semana y se iría el tonto de su hermano ¿Verdad? Sólo debía soportarlo por una semana y ya, así que respiró profundo y ya bastante decidido agarró la muñeca de su hermano pequeño y lo llevó de nuevo hasta su habitación.

—Procura guardar distancia, no te muevas demasiado. Ah, y no me despiertes.

—No te despertaré —dijo convencido, aunque luego se puso a pensar por un segundo más—. ¿No te despierto aunque la casa se esté incendiando?

—¿Me estás jodiendo?

—Sólo quería saberlo, no es que quisiera incendiar la casa, es sólo que…bueno, cuando no me puedo dormir  nuestra mamá  siempre me leía un cuento, y estaba viendo por toda la casa y no tienes ningún cuento, Youngmin. Así que estaba pensando en despertarte si no podía dormir. —Sin más, el chiquillo estaba seguro que no podría dormir si no lo abrazaban. Su madre siempre dormía con él y lo abrazaba toda la noche, y ya se había acostumbrado a eso.

Youngmin lo miró fijamente a los ojos, furioso. —No te atrevas a despertarme. ¿Comprendes ahora?

—Pero si…

—No me despiertes.

—¿Entonces puedes abrazarme toda la noche?

—No.

—Pero…

—Tienes 18 años, Kwangmin, se supone que ya no eres un infante como para que otros te cuiden. Tú y yo no somos nada

Kwangmin abrió la boca en círculo, anonadado.  —Somos hermanos.

—Nada. No somos nada. Somos unos completos desconocidos y sólo porque Dong Hyun te tiene lástima, estás aquí, así que no…—Quiso continuar, pero que Kwangmin comenzara a llevarse las manos a los ojos para limpiarse las lágrimas que ya comenzaban a brotarle, lo detuvo.  Youngmin ya había visto llorar a su hermano, pero esta vez su llanto se liberaba de diferente manera. Youngmin no deseaba lastimarlo, pero se encontraba irritado y no era fácil hacer como si todo estuviese bien entre ellos.

Kwangmin a simple vista parecía muy débil, y Youngmin sentía que lo estaba quebrando con solamente una oración.

—Joder, tú sólo… —murmuró, levantando una mano para dirigirla hasta la cabeza de Kwangmin y palmearla, pero se detuvo al percatarse de la lentitud con la que éste levantó su cabeza y lo miró directamente a los ojos.

—¿Ya podemos dormir? Tengo mucho sueño. —El azabache preguntó genuinamente, ignorando todo lo anterior. Pero era de esperarse, porque cuando Kwangmin tenía sueño nadie podía interrumpirlo; el sueño era absolutamente sagrado para él y tenía el poder de olvidarse de las cosas que lo agobiaban cuando era hora de dormir. 

—¿Lloraste porque tienes sueño y sigues sin dormir, o porque dije que te tenían lástima? —Cuestionó colérico, sin conocer realmente lo que pasaba por la cabeza de su hermano, viendo además que éste se ponía realmente cómodo en su cama, cubriéndose y bostezando.

—Por las dos cosas, oye, por cierto, ¿tienes almendras con chocolate? —De pronto su cuerpo tibio se levantó, causándole un mareo. Youngmin alzó una ceja. ¿Qué? ¿Almendras con chocolate? ¿Eso qué demonios tenía que ver?  —. Mamá siempre tenía y me gusta comer algunas a las cuatro de la mañana, eso siempre me alegra.

—Tu mamá no está aquí y esta no es su casa, así que deja de mencionarla ¿Quieres? Además, ¿Quién demonios se levanta a las 4 de la mañana para comer almendras con chocolate?

—Yo. —Kwangmin ladeó la cabeza, confundido.

—Sí, tú, y eso es estúpido.

—Pero es delicioso —insistió, sonriendo dulcemente.

—Es estúpido, y deja de comportarte como un niño de cinco años, ya tienes 18 ¿o es acaso que te quedaste estancado en los cinco?

—A mamá no le gustaba que la gente dijera malas palabras. A mamá no le disgustaba que comiera un poco de almendras —respondió sin duda alguna, dejando a Youngmin con el ceño fruncido.

—Pero a mí sí. No hay almendras y no te vas a levantar a las 4 de la mañana con la esperanza de comerlas, porque es ridículo. ¿Entiendes eso o te largas?

—Mamá nunca me corría de su cama. —Meneó la cabeza, de izquierda a derecha, encogido de hombros.

—¡Yo no soy tu madre! ¿Por qué mierda la sigues mencionando?

—¿Por qué estás tan enfadado? Vamos a comprar las almendras con chocolate y luego volvemos a la cama para poder dormir ¿sí? ¿Te traigo las llaves del carro o la tienda queda cerca? —Preguntó, esperando paciente la respuesta de su hermano.

Youngmin suponía que su hermano era terco, pero no imaginaba que tanto. Eso volvía a Kwangmin insoportable, de hecho.

—¿No estás escuchando correctamente? Dije que no hay ni habrá almendras con chocolate.

—¿Por qué no? —Situó una de sus manos en el hombro de su hermano mayor, todavía confundido. Nadie le negaba nada y no podía entrarle en la cabeza.

—Porque no quiero.

—¿Por qué no quieres?

—¿Sabes qué? Lárgate ahora mismo de mi departamento y no vuelvas más —espetó alto y claro, feroz.

—Pero no tengo a dónde ir —se sinceró, haciendo un puchero.

—¡Lárgate ahora mismo!

—Sólo son almendras con chocolate, ¿acaso no te gustan?

Youngmin miró fijamente a su hermano, preguntándose si tal vez se hacía el tonto o si era así realmente. El comportamiento de Kwangmin era difícil, era muy necio y chiflado, parecía realmente un niño de cinco años a pesar de tener 18.

Youngmin estaba comenzando a intuir que su hermano se había quedado estancado en esa edad, quizá por la forma de crianza de su madre, o por el simple hecho de que la familia comenzara a destruirse   a principios de esa edad tan corta.

Relajado pero firme, Youngmin se acercó hasta su gemelo, viéndolo a los ojos frígidamente, pretendiendo con eso tratar a Kwangmin como un niño, y por consiguiente él como alguien que lo educaba. —Oye, cuando digo que no, es no. Si digo que no hay, es porque no hay. Ahora quiero que te duermas, lo harás porque ya es tarde y porque estás en mi cama y tengo que levantarme temprano.

Kwangmin suspiró, asintiendo. Había comprendido la situación.

—Está bien, pero mañana no se te olvide comprarlas. —Sonrió tímidamente, acercándose hasta Youngmin para darle un beso de buenas noches, plantándoselo en la mejilla, muy cerca de los labios —. Buenas noches. Te quiero —añadió, dándole la espalda y agarrándolo de la mano para rodearse con ella y sentir que era abrazado, sintiendo la cercanía.

Youngmin se quedó petrificado, dejándose llevar por un momento por el mando de su hermano. Miró la posición en la que se encontraba y mentalmente se abofeteó; se encontraba abrazando al chiquillo por la espalda, había recibido un beso que parecía ser de buenas noches, un ‘te quiero’, y en esos instantes Kwangmin ya estaba dormido como por arte de magia. ¿Cómo podía dormir tan rápido? Youngmin No lo sabía, pero  al parecer su hermano dormía al sentirse cuidado por  alguien.

Sin más, quiso apartar su mano de la barriga de Kwangmin, pero algo le decía que si la apartaba entonces éste se despertaría, y era mucho mejor mantenerlo dormido, así que no apartó su mano y cerró los ojos para dormir.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).