El profesor Itachi y su mayordomo Edward veían a la chica en quien confiaron para romper la dura coraza de Sasuke. Estaba pálida, y bajó como estupefacta.
—Se encuentra bien señorita?
—Sí, estoy bien... pero necesito hablar con usted.—hizo una pausa.—Si es posible, a solas.
Itachi se levantó e hizo un gesto de invitación, tratando de generar confianza en la muchacha.
—Hablemos en mi escritorio.
—Señor, quiere que le lleve algo de beber?
—Por mí no se preocupe —dijo ella, apenada.
—Faltaba más —dijo el Uchiha.— Té de tilo para la dama Ed, por favor. Gracias.
Ya en el despacho de Itachi, se sentaron y se miraron por unos minutos.
—Señorita, demás está decirle que estoy profundamente sorprendido de que Sasuke le haya hablado, y que estoy enormemente agradecido de que aceptara venir. Ahora le pido, hable con confianza.
—S... señor Uchiha, no sé bien por donde empezar.
—Eso es fácil, por el principio.
— Bueno... la historia es larga. Sasuke y yo... fuimos novios, hace tiempo.
—Vaya... eso aclara muchas cosas. Bueno, se ve que se estimaban mucho! —Itachi festejaba por dentro, ya casi casi, estaba viendo a sus futuros sobrinos. Se acercó a Sakura y le dijo con tono cómplice:—Sin ofender señorita Haruno... pasó algo allá arriba? Ahora que lo pienso hace más de un año que mi hermanito no ve a una mujer y...
—¿¿¿PERO QUE DEMONIOS ESTÁ INSINUANDO!!!!??? —Sakura se levantó indignada y roja como tomate.
—Sucede algo señor? —dijo Ed trayendo el té de tilo.
—Ohhh!!! nada nada, lo siento, es que la vi bajar y... nada. Pero entonces de qué quería hablarme?
Sakura suspiró y se volvió a sentar. Ed le sirvió su té.
—Gracias, es muy amable. —tomó un sorbo.—Voy a ir al grano. Sasuke ya no está enamorado de mí. Pero acabo de darme cuenta... hace unos momentos, de que yo sí. Aún amo a su hermano. Amo a Sasuke. Demasiado.
—No veo porqué dice que mi hermano no la ama. Es decir, le juro que traté con todo. Con todos los medios posibles, los mejores psicólogos, las mejores clínicas. Ya no sé cuantos profesionales pasaron por esa puerta, Sakura. Edward aquí presente es testigo de todo.
—Es cierto señorita. —Dijo el mayordomo.— Ellos dos son como los hijos que nunca tuve. Fui testigo de el dolor que esta familia tuvo que pasar. Y digo familia, porque sé que los señores, donde quiera que ellos estén, no hubieran querido este destino para su amado hijo pequeño.
—Por favor señorita. Le pedimos encarecidamente que se quede por tiempo indefinido. Nosotros nos encargaremos de revivir los sentimientos de Sasuke.
—Ustedes me están pidiendo que...
—Sí, Sakura Haruno. Le estoy pidiendo que Se case con mi hermano. Si se queda, y logramos que Sasuke se enamore de usted, le prometo que ustedes se casarán, tendran una familia y Sasuke se recuperará!!!
---------
Hinata entró corriendo a su habitación. Neji la vio desde la cocina, la notó algo angustiada. Preocupado, fue a verla.
—Hina... estás bien?
No hubo respuesta.
—Hey hina! Pasa algo?—insistió.
—quieres dejarme sola?
Neji abrió la puerta, estaba sin seguro. Vió a Hinata llorando, tirada en la cama.
—Hina, dime, que te pasó? Alguien te hizo algo? dime.—él se sentó a un lado de la cama.
—Déjame, por favor. —Contestó ella entre sollozos.
—Hina, no quiero llamar a tu padre. Puedes confiar en mí.
Antes de que se dieran cuenta, Neji estaba sobre Hinata y sus bocas estaban a menos de un centímetro.
—Neji... ¿Que haces?... —dijo Hinata, aturdida.
—Yo... no soporto verte mal. Es todo. Sé que lloras por Naruto. Y no se lo permitiré!
Neji se levantó y se fue sin más. Hinata se levantó y miró hacia afuera. trató de darle importancia a lo que pasó recién, pero un solo pensamiento podía reinar en su cabeza.
"Naruto..."