Sakura volvió al oscuro cuarto de su querido Sasuke. Empujó la puerta, pudo verlo, parecía dormido. “Mejor no molestarlo” pensó, seguro estaba agotado lugo de tantas emociones. Cerró la puerta nuevamente y fue hacia el cuarto que Ed había acondicionado para su estadía. Entró, puso seguro y se acostó en la mullida cama.
—Vaya... los viajes en avión sí que cansan.
Mientras su hermano y Sakura dormían profundamente, Itachi se disponía a cenar, como siempre acompañado de su mayordomo:
—Es una lástima que la señorita Sakura no quiera acompañarnos a cenar, ¿no, Ed?
—Debe estar cansada por el viaje, señor.
—Como sea, este es un nuevo comienzo, Ed.
—No sé señor. Apoyo su idea de que se quede por un tiempo, pero ¿matrimonio? No lo tome a mal, pero ni siquiera sabemos si él estará dispuesto a...
—Tranquilo, tranquilo Ed... él lo hará. Ella se encargará.
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Naruto no pudo dormir. No podía asimilar nada de lo que ocurrió el día anterior. Mira el reloj. Eran las 6:30 de la madrugada. Se levantó despacio, fue al tocador, y se miró al espejo. Tocó sus labios ¿De verdad había besado a Gaara? “Y... casi hacemos el am...”
Esos pensamientos lo sonrojaron, “Un momento, no puede ser, yo no debería estar pensando en eso, debería estar pensando en Hinata, después de todo ella es mi... novia.” Se lavó el rostro y fue hacia el cuarto. Cuando entró, pudo ver en su pared una máscara de esgrima. Sasuke se la había regalado cuando ganó aquel maldito campeonato. En ese momento el rubio recordó cuanto extrañaba a su amigo., Luego, reaccionó y medio enfadado se dijo a sí mismo:
—Ay por dios! Ya basta de esto!!! Ahh ya sé lo que harás Naruto. Arreglarás tu relación con Hinata y dejaras de pensar y de hacer estupideces. ¿De acuerdo? ESO ES LO QUE HARÉ!!!!
Se calzó los zapatos, tomó su chaqueta, su mochila, una manzana y muy decidido salió de su casa con destino a su trabajo.
—Sí señor!! Hoy arreglaré mi vida!
Mientras tanto, en la cafetería Nara, Shikamaru abría las puertas.
—Vaya, que sol!— Dijo el encargado mientras corría una cortina. Y hoy es el día de la familia! ¡¡Estará lleno de clientes!!
—Sí, está precioso el día, verdad Hina? Y hoy a tí te tocan las mesas de arriba, no? Tengo que prepararme mentalmente para tantos pedidos jaja.— Dijo Ten Ten muy alegre.— ¿Recuerdas el año pasado? No dábamos a basto con las mesas!
Hinata no respondió.
—Oye, te estoy hablando! —pero Hinata no hacía caso. Estaba como en otro mundo.
—HINA!!! - gritó Ten Ten
—Eh? —Dijo Hinata, sorprendida.
—Te pasa algo? Aún sigues enferma? Tienes una cara....
—Emmm... no sé de qué hablas. Voy a tender las mesas de arriba.— La chica de cabello negro se fue sin más.
—Vaya... que grosera pensó Ten Ten.
—Hola!!! Como estan? —Naruto entró en la cafetería con su sonrisa habitual.
—Naruto.... Tú temprano? —Inquirió Shikamaru con tono burlón.— Bueno, mejor en un día como hoy necesito a todos mis empleados al 100%.
—Jaja es verdad!— Dijo Ten Ten.
—Muy graciosos... Y dónde está Hinata?
—Justo se acaba de ir al primer piso. Pero está de un humor...
—Bueno, bueno ya. Ten Ten, Kiba está en la cocina de ayudante hoy, de otro modo no daremos a basto. Así que yo te ayudaré por hoy con los pedidos, mientras tanto, barre afuera. Hoy será un día agitado. —Ten ten asintió y comenzó con sus tareas.— Y tú Naruto, ya deja tus cosas y ponte el delantal... Empezarás atendiendo las mesas.
—En un momento voy, tengo que ir arriba.
Nada de eso, mira, ya llegó el primer cliente! Dijo el jefe mientras señalaba a un señor que se acomodaba en una mesa de la terraza. Ve a atenderlo! Y rápido!
—Naruto hizo caso y no pudo ir a hablar con su novia. “Bueno, cuando termine con este cliente, iré a hablarle”, pensó. Pero no terminó de ver al segundo cliente, que llegó una pareja de enamorados, luego una familia, después otra pareja... y más allá veía venir a un par de personas más. “Que raro tanta gente tan temprano”, dijo para sí, y luego miró el calendario que colgaba de la pared.
—Rayos, es el día de la familia!
Efectivamente, era un día festivo en el que la gente salía a celebrar con sus familias y amigos, y la cafetería Nara era uno de los puntos de encuentro favoritos de la ciudad.
Las mesas estaban repletas y en la cocina no dejaban de llover pedidos. Con Naruto atendiendo abajo y Hinata en el primer piso, se hizo imposible para Naruto tomarse siquiera un minuto para conversar con su novia, ni con nadie.
Entre todo ese ajetreo pasó la mañana, y luego la tarde. Y llegó la noche.
—Adiós, vuelvan pronto por favor.— Dijo Ten Ten al retirarse el último cliente. Y Cerró la puerta. —Uff! Qué día!!
—Definitivamente, fue agotador... —dijo Hinata bajando la escalera. —Estoy tan cansada.
—Agotador es poco decir, miren mis manos... están rojas! —Contestó Kiba desde una silla cercana.
—Hola Hina, —dijo Naruto quitándose el delantal. Si quieres... te acompaño a tu casa.
—Gracias... Naruto. —Hinata se sorprendió. Hace tiempo que Naruto no la acompañaba a casa.
—Pero los clientes se fueron satisfechos y llegamos con todos los pedidos. Excelente trabajo!— Dijo Shikamaru muy contento. Bueno, a cerrar!
De pronto, un auto estaciona frente a la cafetería Alguien desciende de éste, y camina hacia la puerta. Shikamaru se acerca :
—Lo siento, ya estamos cerrados. Vuelva mañana por favor.
—Hola, no, no deseo una malteada ni nada parecido. Vengo a buscar a Hinata.
—Oh, un momento.
Mientras los otros se ocupaban de sus tareas, Hinata y Naruto fueron hacia la puerta. Era Neji.
—Ah, es verdad, —dijo la chica de cabello negro. —Lo siento Naru, pero le prometí a mis padres pasar esta noche con ellos, ya sabes, es el día de la familia y...
—Ah, claro. Entiendo. —dijo el rubio con una sonrisa.—Pero respecto a lo de ayer, Hina yo...
—Naru, no es momento. Pero. Si quieres puedes venir y después podemos hab...
—No, gracias, sabes que no soy bienvenido en ningún lugar donde esté Neji. Te prometo que te lo diré mañana.
—Pero...
—Hina, no te preocupes, ve con él, sí?
Hina asintió un poco enfadada.
—Voy por mis cosas.
—Claro.
Ella tomó una chaqueta y un bolso del perchero, y se dispuso a salir.
—Te acompaño afuera.
Ambos salieron, y allí estaba Neji:
—Hola Hina...Naruto, lo siento pero tú no estás invitado.
—Tampoco quería ir.
—Neji, ya déjalo en paz.
—Tranquila, Hina, ya me acostumbré a su bocota. — dijo el rubio ya bastante cabreado.
—No te da da vergüenza que tu novia te esté defendiendo?
—Muérete.
—Basta los dos! —Dijo Hinata muy seria. Y se acercó al rubio.— Adiós Naruto.
Y con un poco de vergüenza, le dio un beso francés muy profundo en frente de Neji, lo que hizo que éste último estallara de ira por dentro, y que Naruto se sonrojara.
—Vamos de una vez.— Con un claro ganador y sin más que decir, Neji y Hinata entraron al auto y se fueron. “Hoy no era el día”, pensó el rubio, y entró de nuevo al café a terminar con sus obligaciones. Un rato más tarde, se despidió de sus compañeros y empprendió el viaje de vuelta a casa, había sido un día demasiado cansador. Caminando hacia su morada, se le vino a la mente que nadie lo estaría esperando con una rica cena por el día de la familia, y eso siempre lo entristecía un poco. Pero al llegar a la esquina, pudo ver una silueta que estaba sentada en su puerta. Al acercarse, pudo distinguir quien era. Se acercó aún más, y quien lo esperaba se levantó y lo miró a lo ojos, con una mirada tímida.
—Hola Naruto.
—Que haces aquí... Gaara?