Luego de ir tras ella, Naruto abrazó repentinamente a Hinata. Ella se quedó inmóvil, conmovida.
― Naruto...
―Hina, sé que te he lastimado mucho. Sé que no lo he hecho bien.
― Sabes que te amo, que sólo quiero que seamos felices, nosotros...―contestó ella.
Naruto la interrumpió tomándola de la barbilla.
― Nosotros... perdón Hina, pero ya no habrá un nosotros.
Hinata comenzó a llorar, desconcertada.
― Que... ¿Qué quieres decir...? No... no puedes hacerme esto!
― Hina, lo siento.... ―dijo el joven sosteniéndola, intentando calmarla― Sabes que esto hace rato que todo terminó entre nosotros.
―Sólo dime qué debo hacer para que volvamos a estar felices, como antes, te juro que haré lo que me pidas... te lo ruego.
― Lo siento Hina, pero no hay nada que puedas hacer. Está decidido. Mereces algo mejor. Mereces ser feliz.
―¿Es por ella verdad? ¡Es por esa rubia que fue a buscarte!
― Desearía que así fuera. Pero no es así. Tengo algo importante que confesarte.
― que quieres decir...
― Que no es ella, no es una mujer.
Sin poder contener el llanto, la morena finalmente cedió. Sabía que era el fin, pero al escuchar esto último, sintió que su alma se le estrujaba en el pecho.
― Que... ¿Qué dices?
― Lo que escuchaste. Amo a un hombre, Hinata. Y lo amo como jamás pensé. Lo siento.
Hinata miró al muchacho que estaba frente a ella, y pudo ver un rostro de sufrimiento, un dolor que nunca había visto en el joven antes. Y supo que él decía la verdad. Porque vio su propio sufrimiento reflejado en la cara de Naruto.
― Él... tampoco lo sabe, ¿verdad?
El rubio la miró sorprendido.
― Hina... yo...
― Naruto, he sufrido lo suficiente este año a tu lado como para saber lo que se siente amar sin ser amado.
Esas palabras terminaron de quebrar a Naruto.
― No, no llores ―dijo la chica, tocando su frente.― Sólo quiero que me prometas algo.
― Lo que desees.
― Ahora me doy cuenta que todo este tiempo no sólo estuve forzando a alguien que no me amaba, sino que también me forzaba a mí misma a soportarlo. Me doy cuenta que por dejarme cegar por una ilusión, dejé ir muchas cosas. Pero eso se termina hoy.
―Hina...
―¡No! ― Dijo Hinata con determinación― Escúchame muy bien. No vas a cometer el mismo error que yo. Por callar, soporté muchas cosas de tu parte, que no me merecía. Tienes que luchar, tienes que decírselo. No sé quien sea este joven, pero no te pediré que me lo digas, ya que a partir de hoy nuestras vidas estarán separadas, para siempre. Estoy cansada Naruto. Tenemos que ser felices. Yo quiero que seas feliz.
―Pero.
― Tranquilo Naruto, yo seré feliz... a mi manera, pero lo seré. Prométeme que irás a buscarlo.
―Hinata. Gracias.
― No me agradezcas. ―Repitió la joven entre lágrimas. Lentamente, soltó la mano de Naruto y se fue.
Adiós... Naruto.
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Luego de un día muy agitado entre compras y la felicidad de haber recuperado al miembro mas pequeño de la familia, Itachi y su mayordomo Edward realizan una suculenta cena para Sasuke y su nueva invitada, Sakura.
―Vaya ― Dijo Itachi bajando por las escaleras, luego de cambiarse. ― Eso se ve delicioso.
― Lo hice con esmero, y todo está listo señor.― Dijo el mayordomo mientras terminaba de dar los últimos toques a la mesa.
― Sí, muchas gracias Ed. Te felicito, ¡todo quedó maravilloso!
― Gracias señor.
― Ed, una pregunta ― inquirió el anfitrión mientras se sentaba ― ¿ha venido alguien? Creo que escuché voces mientras me duchaba.
― Así es señor. El chico que hoy encontramos en el mercado, lo recuerda? Pelirrojo, ojos grandes...
― Oh! ¡El amigo de Sasuke! Que bueno , vino a visitarlo. ¿Lo ves? Poco a poco mi hermano va recuperando amistades. ¿Se ha ido?
― No lo sé, como yo estaba ocupado en la cocina, Sakura lo guió al cuarto de su hermano. Aunque ahora que lo pienso, ella iba de salida.
― Bueno, ve a buscarlos, la cena está lista. Si su amigo aún se encuentra con Sasuke, no dudes en invitarlo. Debemos propiciar al máximo sus círculos sociales, tú sabes.
― Por supuesto señor.
Arriba, Sakura consolaba a un atormentado Sasuke. Edward se sorprende al llegar y ver a su protegido en ese estado.
― Pero, joven, ¿que sucedió? ― Dijo Ed acercándose a asistir a Sasuke. ― Señorita Haruno, pensé que usted había salido... ¿qué pasó?
En ese momento, Sakura pensó que era su oportunidad.
― Digamos que quizás no fue tan buena idea dejar que ese chico viniera. Creo que Sasuke aún no esta preparado.
En un ataque de incredulidad, Sasuke aun no salía de la impresión. Finalmente estaba dispuesto a luchar por la persona que mas amaba. Pero ahora , esa persona lo repudiaba. ¿Sería posible que Naruto quisiera a otro hombre? Aún no daba crédito a su desdicha.
― Vaya, señor, señor, ¿se encuentra bien? Vine a buscarlos para cenar, pero si no se siente bien yo...
―Por favor, déjenos a solas ― dijo Sakura al mayordomo ― en seguida bajaremos a cenar. Se lo aseguro. Sasuke sólo necesita un momento.
― Claro señorita, los esperaremos abajo. Si necesita algo, sólo llámeme, por favor.
― No se preocupe Ed. Gracias.
Ya a solas Sakura miró fijamente a Sasuke, fingiendo que no sabia lo que había sucedido entre él y Gaara, y le pidió una explicación. Entre llantos, Sasuke le contó la verdad.
―Sasuke, sé que es duro, pero quizás sea lo mejor que olvides a ese chico. Por favor, vamos. Tu familia te espera.
―Pero ... es que... no puedo. No puedo dejar las cosas así.
―Tranquilo Sasuke. Mira, te prometo que si bajas a cenar, yo misma iré a buscar a Naruto por tí. Es un trato.
Algo se iluminó en la cara de Sasuke.
―En... en serio? ¿De verdad lo harías por mí?
― Por supuesto que sí. Sólo quiero que seas feliz.
Inquietos, Itachi y Edward esperaban ansiosos que el joven Sasuke bajara para el banquete.
― Ed, ¿Qué sucede que no bajan a cenar? La cena se enfría.
―Tranquilo señor, ― contestó el hombre, preocupado.
Ya estamos aquí ―dijo de pronto la bella Sakura, junto con el joven moreno a su lado.― ¿Vamos a cenar?
FIN DEL CAPÍTULO---------------