Sakura mira al frágil muchacho que está frente a ella.
—Sasuke...
En un impulso, corre a abrazarlo. Itachi tenía razón, Sasuke ya no era el mismo. Ya no era el chico que ella conoció hace años atrás. Era más alto, su rostro era más maduro, pero aún mantenía los rasgos muy finos. Su cuerpo ya era el de un hombre, alto y delgado. Pero lo que más cambió fue la expresión de su mirada: antes tosca y segura, hoy perdida y triste. Sakura sintió que se enamoraba una vez más, y lo abrazó con aún más fuerza, pero luego de unos instantes, recordó aquello que sucedió esa tarde en el patio del colegio. Esto hizo que dejara de abrazarlo. El joven aún permanecía inmóvil parado frente a la puerta, como si de un maniquí se tratara. Pasaron unos minutos inmóviles frente a frente, hasta que la joven rompió el hielo.
—Quieres... —Dijo mientras señalaba la cama. Por supuesto que sintió incómoda luego de decirlo, pero lo estaba invitando a sentarse.
—-Sakura... tan inocente como siempre — Susurró el joven. Ella sonrió.
Saliendo de su trance, el muchacho cerró la puerta y se sentó en la cama, junto a su invitada. Había una cierta incomodidad en el ambiente.
—Mi hermano... él te buscó.
—Sí. Consiguió mi número a través de una profesora mía. Me contó lo de... tus padres. Sasuke, lo lamento tanto.
—¿Por qué viniste?—Preguntó él en un tono tan serio, que Sakura sintió por un momento que no era tan bienvenida como pensaba.
—Sasuke, hay tanto que quisiera...
—Lo lamento —interrumpió Sasuke abruptamente—. Pero lo que te dije ese día era cierto. Yo jamás te amé.No en la forma que tú querías.Te quería, pero como amiga. Y lamento decirte que eso no ha cambiado.
—Todo el tiempo que estuvimos juntos. Fue una mentira.
—No, no lo fue. Yo nunca te pedí que fueras mi novia. Y ese día que te besé, yo... lo hice porque mi padre nos estaba espiando. Quería que él pensara que yo tenía novia. Después de eso, montaste una ilusión, yo disfrutaba estando contigo, pero.... yo sólo te usé. Y lo siento tanto... fui tan cobarde. No te pido que me perdones si no quieres. Pero sentía tanto miedo... —Sasuke hablaba en tono bajo, muy despacio, y sin hacer contacto visual. Se sentía la culpa en cada palabra.
—Me dolió mucho, sí —replicó la joven con lágrimas en sus ojos—, pero aún así... necesito saber a qué le tenías tanto miedo. Necesito saberlo para comprender porque tuve que aguantar esto, el verdadero motivo.Si estabas enamorado de otra, o sólo sentías ganas de besarme cuando te placiera, si algo hice mal, que demonios te llevó a hacerme... el amor, y luego dejarme como si fuera una ramera.
—La razón es... que todo ese tiempo que coqueteaba contigo, siempre estuve enamorado de alguien más. Pero no me animaba a aclarar mis sentimientos.
—¿Quién? ¿Quien era ella?
—Ese era el gran problema. No era ella. Era él. Todo ese tiempo y hasta el día de hoy, estoy enamorado de un hombre.
Sakura no pudo ocultar su cara de sorpresa, seguida por una pausa y un gesto de incredulidad.
—Sasu...
—¿Qué? Ya sé, estás sorprendida. Yo... lo siento. Mi padre sospechaba y tenía que buscar a alguien, cualquiera para que él no supiera que... —hizo una pausa y lugo hizo un gesto de ira— Yo tenía que ser perfecto, ¡como Itachi! Mi familia esperaba tanto de mí, y yo tenía miedo de defraudarlos! No sabía que hacer, ¿Cómo reaccionarían mi padre y mi hermano si sabían que...?
—¿Quién? ¡¿Quien es él?! —Dijo Sakura levantándose de la cama.
—Él... era mi amigo. Es rubio, de ojos azules como el cielo. Una persona que conocí de pequeño gracias a mi madre. Alguien que viste una vez cuando nos juntamos a estudiar en una cafetería en la que él es empleado.
—Rubio, ojos claros, no lo recuerdo bien pero... No puede ser.
—Sí puede ser. Y lo es. Sakura, promete que no lo dirás. Nunca. Promételo.
—Y tú, y él...
—No Sakura, él no lo sabe y además... yo no sé lo que me pasó y... lo aparté de mi vida. Es que de todos modos, él jamás me aceptaría. Yo estaba muy mal, y por eso preferí quedarme aquí, alejarme de todos... pensé que sería por unos meses, y luego todo sería como antes pero, ya ves. Ya ha pasado un año y aún estoy... así.
—Sasuke...
— Una vez, leyendo un libro, leí que hay que luchar por lo que uno quiere pero... todas las veces que quise llamar a Naruto, y decirle lo que siento, no pude. A estas alturas él debe odiarme, aunque siempre me envía mensajes, creo que son más bien por amistad, o por lástima. Recuerdo muy bien uno que me envió hace meses: “Sasuke hola, ¿como estás? Sé que no contestarás pero quería contarte, hace meses estoy saliendo con una chica. Sólo quiero decirte que tienes una vida esperándote aquí afuera. Adiós”
—Así que él... está con una chica.
—No lo sé ahora. Pero en ese momento, sí. Así que ya no hay esperanza para mí.
—Esto es... demasiado. Tengo que irme. —dijo ella aún aturdida.
—Espera... Sakura.
—Lo siento. Necesito aire. —La muchacha salió rápidamente del cuarto cerrando la puerta y dejando a Sasuke estupefacto. Despacio, abrió la puerta del pasillo. Cuando bajó al desván, Itachi y Edward miraron a la joven, quien tenía aún una espresión rara en su rostro.
—¿Se encuentra bien señorita?
—Sí, estoy bien—respondió ella, como volviendo en sí—. Pero... señor Uchiha, necesito hablar con usted.
Continuará...